[Todos los personajes son marcas registradas de sus respectivos autores. Esta historia se ha realizado sin fines de lucro. Únicamente se escribió con fines recreativos gratuitos]



Todo es posible en la imaginación
Si puedes pensarlo puede existir

DUNGEONS&FLAMES

Fanfic por TristeIori

Capítulo 8: Ix Mantis

"Este" se lanzó entonces contra Jubei quien apenas pudo detener su embestida, comenzaba a hacer lo retroceder ante la veloz embestida que realizaba con sus metálicas "Tonfas" *.

Al punto, Jubei retrocedió en una finta lateral para poder extraer su Katana... En cuestión de instantes, ambos se encontraban trenzados en senda batalla...

Notablemente a diferencia de Oeste (No digamos de Norte) Este poseía una técnica mucho más veloz, más fuerte, más... Depurada. Jubei no había logrado hacer impactos dañinos en Este, pero el guerrero de las tonfas había acertado de forma positiva en el samurai... (Además el guerrero deseaba jugar primero con él como un gato juega con un ratón... Después de todo, Jubei estaba cojo, ¿No?) Era una suerte que lo que manejaba Ñalk eran tonfas y no hoces, espadas, guadañas u otra cosa afilada... Y, había algo más: Su técnica de pateo. Por cada impacto que Jubei con muchos trabajos lograba hacer en Este, Este con sus veloces pies lograba hacer no menos de ocho...

Jubei dio un par de volteretas hacia atrás, para poner distancia y estudiar mejor al enemigo... Casualmente "Este" también retrocedió, y ambos se miraron fijamente a distancia por unos instantes... El pelirrojo de la armadura pareció hacerle con la mano completa a Jubei una seña como de que se aproximara, aunque en realidad lo que murmuraba por lo bajo era:

- Energy Wall -

Jubei arremetió, al estar a unos cuantos pasos de Este, sintió un fuerte golpe en el rostro... y Este rió en voz baja....

- Hn, hn, hn, ¿Qué pasa, muchachito?, ¿Se te acabaron las ganas de seguir corriendo? -

Jubei se dio cuenta entonces de que se encontraba ante una pared invisible... La cual intentó rodear... Y, vaya rodeo que hizo, porque se dio cuenta de que rodeaba cual cilindro de 5 metros de radio al guerrero....

Jubei observaba con profunda atención, la barrera era magnífica, tenía que reconocerlo, pero recordaba que no existe ataque perfecto ni defensa perfecta... Si bien "Este" se encontraba muy bien defendido, no parecía poder atacarle... Pero no era así...

Como de rayo, Este dejó una de sus tonfas en la funda correspondiente, y ahora con la mano libre, soltó una veloz ráfaga luminiscente:

- ¡¡¡Full Blast!!!! -

Increíblemente resulta que el ataque salía del campo protector de Este sin problema alguno, Jubei apenas pudo esquivar ese golpe... Que pasó cual cometa, a través del campo, levantando polvareda y hojas secas... Una de ellas, la más pequeña salió alta, tan alta, que luego pudo darse el lujo de caer muy suavemente entre las ramas de los árboles... Y, cayendo aún con más lentitud, Jubei le vio quedarse en el hombro de Este... Ya tenía su respuesta.

Miró de reojo sobre Este, una enorme rama le sería de utilidad, y embistió:

- ¿Para qué te tomas la molestia, jovencito? Cualquier ataque que realices en contra de esta barrera será indefectiblemente detenido... Ha, ha, ha,- Rió confiado...

- Si, lo sé- , dijo ecuánime Jubei... y Este dejó de reír en cuanto vio que Jubei velozmente se encaramó primero a una rama a baja altura, para después proseguir a una rama mayor, la cual cortó de un tajo y, que casualmente se encontraba justo sobre él....

- ¡Crunch! -

La rama cayó estrepitosamente y con quirúrgica precisión sobre la gárgola del Este, que en esos momentos quedó firmemente atrapado hasta el pecho por toda la grosera cantidad de ramas que ese tronco poseía... Se enderezaba tan rápido como le era posible, pero no fue suficiente... Jubei venía ya de caída con su reluciente katana apuntando hacia abajo, más precisamente, hacia lo primero que se moviera entre las ramas....

La katana se abrió paso limpio atravesando la mano de Este al momento en que el guerrero asomaba entre las ramas... Un desgarrador grito proveniente de "Este"resonó por la zona.

Con toda la velocidad que le permitían sus extremidades, Jubei aproximó su boca cerca del oído de "Este", y dijo con imperiosa voz:

- Has sido derrotado, pero al igual que otros, estar aquí no fue tu desición ni sucumbir aquí es tu destino; no cometeré el mismo error dos veces así que tú me vas a prometer si quieres terminar tu misión que no harás daño ni molestarás más a ninguno de los míos E INCLUYO A UKYO. -

Unos momentos transcurrieron interminables para el guerrero del Este, Ñalk no había sido derrotado por nadie desde hacía mucho tiempo, él tenía a su haber dos misiones, la que Ix Mantis le había encargado junto con las otras gárgolas de conseguir todas las armas, pero además tenia una misión muy personal que no podía permitirse olvidar, por entonces, y llevando la terrible y torturada vida que llevaba, su única diversión había sido divertirse humillando a punta de golpes a todos los demás compañeros de armas y Ukyo era al que más gustaba hacer enfadar… Pero La promesa hecha a sus amigos con anterioridad era más fuerte…. Muchas maldiciones en voz baja tuvo Ñalk que decir antes de soltar al fin:

- Está bien, lo prometo…-

Pero Jubei, precavido como era, retomó palabra:

- Has de jurarlo a mi nombre, Shimada Jubei como un guerrero… Claramente y en voz alta… DI-LO -

Este tomó aire, no había otro sitio a donde hacerse:

- Yo, Ñalk, guerrero de la gárgola del Este por mi honor como guerrero prometo no volver a interferir con los tuyos… Jubei…. -

Retiró entonces el samurai su katana de la mano del guerrero, y se retiró lo más aprisa que pudo.

.....

Salió veloz tras el objeto de su persecución, a su paso, las plantas y árboles parecían abrirle el paso para no estorbarle, Se aproximaba más cada vez a lo que él consideraba ahora su presa, pensaba en cómo comenzaría hacerle sufrir... Si se decantaría por inmovilizarle primero ó someterlo en singular combate.... Muchos perseguidores no piensan en eso al acorralar a sus presas, a lo más algunos que estén dementes piensan en ello como un arte... Y para fortuna de muchos de nosotros pocos artistas tan sofisticados como Ix Mantis hay en el mundo.

Tras unos instantes, llegaron a un claro en el bosque, donde Iori volteó para ver si se habían atrevido a seguirle, al ver que así era, sonrió desairadamente, mientras comenzaba a estudiar el terreno para usarlo a su favor... De entre la vegetación surgía con su impecable gabardina oscura doblada cuidadosamente en uno de sus brazos, erguido y presuntuoso como siempre, Ix Mantis, quien al ver que Iori había decidido detenerse y enfrentarlo no pudo evitar sentir un escalofrío de libidinosa emoción recorrer su cuerpo. Su presa había decidido dar la última pelea... El tipo de oscuras ropas sonreía malicioso....

- Es mi deseo que vengas conmigo y me sirvas. -

Sentenció. No como quien hace una oferta, sino como quien expresa una orden.

- Ja, ja,ja,ja, pero vaya idiota, ¿Acaso crees que sólo porque tú lo dices puedes obligarme a mi, al gran Iori Yagami obedecerte? ¡Que va!, ¡Pobre diablo!, ¡Me das risa!! -

- ¿Un pobre diablo te ha hecho huir? -

- ¡Claro que no! lo hice para que el estúpido de... Ah olvídalo, que yo no tengo por qué darte ninguna explicación, no eres alguien digno de ella, antes bien, te demostraré ahora mismo la inferioridad de tu poder.... -

- Antes de continuar, Una pregunta... ¿Estás seguro de poder derrotarme, jovencito? -

- ¿Por qué no habría de estarlo? Si puedes ser herido, puedes ser muerto... - Dijo el pelirrojo en su burlona actitud de siempre, ignorante de la verdadera edad, experiencia y habilidades del tipo...

Repentinamente un enorme zancudo metálico aparecía venido solo Orochi sabría de dónde, zigzagueaba como si ebrio estuviera, y aterrizó... Bueno, no se podría llamar a eso aterrizaje, pero tampoco estrellada... Justo en dirección a donde Jubei se encontraba en esos momentos.

Ix Mantis y El Yagami la habían visto, pero a Iori solo le interesaba sacarse a Ix Mantis de encima para poder regresar cuanto antes a buscar a Kyo y a Jubei. A Ix Mantis le pareció que si se daba suficiente prisa, podría comenzar la travesura que pensaba realizar con el pelirrojo...

- Entonces, no te unirás a nosotros, supongo.... Ya sé que eres un guerrero, que dominas las flamas púrpuras, lo cual podría serme muy útil pero tú no deseas cooperar de forma voluntaria, que... pe-na. -

- Vaya que eres estúpido... pudiste quedarte atrás a salvo con tus compañeros... -

- Aún no termino!... -

Iori..:

- Muy bien, arrogante muchachito; entonces te obligaré a ello con mis propios medios...como debí....

Ix Mantis extrajo al punto, de su oscura gabardina una delgada espada, al verla Iori sonreía, pensando en cuán fácil sería calentar ese metal hasta derretirlo....

... Hacerlo desde el principio, con mi verdadero poder... Y, creo que para empezar... Te mataré... Agrobellum! -

En ese instante, las raíces surgieron del suelo aprisionando al instante a Iori, cuanto más luchaba por liberarse, más le apresaban, con lo que el pelirrojo vino a hartarse y...

- ¡Doushita!!! -

Las raíces eran reducidas al instante a cenizas....

- Ha, vaya poder... -

Se mofaba el pelirrojo...

En realidad Ix realizo eso para poder castear su primer verdadero hechizo de combate.....

- Que la oscuridad nuble tu alma para facilitar mi concilio.... -

- ¿De veras eres tan tonto? con mis flamas te aniquilaré entonces.... -

Iori se incorporó rápidamente, pero entonces algo ocurrió, comenzó a ver borroso en los extremos de su campo de visión, posteriormente todo alrededor suyo, al darse cuenta de que aquél odioso le había puesto un hechizo para cegarlo, embistió lo más rápido que pudo contra Ix Mantis, pues no podía permitirle que le lanzara más hechizos a su antojo, lo que es más, iba Iori ahora sobre el tipo de platinado cabello con todas las intenciones de asesinarle...

El pelirrojo tomó un brazo de Ix Mantis, a la vez que preparaba la otra para comenzar a lanzar su temible Mai den Masher pero éste tomó a su vez a Iori del cuello y gritó:

- ¡Ímpetus sanguis rediit! -

- Aaarrgghh!!! - Gimió el pelirrojo, mientras unas terribles heridas se abrían en su cuerpo, haciéndole perder la concentración y el firme paso...

Las heridas que el paladín le había curado al volver de cazar a la mosca se habían abierto de nuevo, un gran dolor en su pecho surgió también, sus rodillas se doblaron, el pelirrojo con la mano que le quedaba libre, soltó un potente torrente de flamas en dirección al tipo de cabello plateado, pero grande fue sus sorpresa al ver que, aunque parte de sus ropas estaban quemadas, él no tenía el más mínimo daño....

- ¿ N-Nani? No puede ser... -

- Soy el vínculo de un ser divino que a su antojo manipula los elementos, tu fuego no es más que una refrescante brisa para mí.... pero me pregunto, si lo mismo pensarás tú de mi... ¡Full Blast!!! -

Dirigiendo su mano libre al rostro del Yagami, mientras le sujetaba un brazo con la otra, Ix Mantis soltó su demoledor ataque a la cabeza del muchacho.

Con un sordo ruido el Yagami cayó al piso, Ix Mantis acercaba lentamente su otra mano al pelirrojo, saboreando cada instante en su mente, cada segundo que transcurría lo grababa cuidadosamente en su cerebro, ahora él retomaba el poder para vengarse, burlarse y humillar al arrogante muchacho de purpúreas flamas que de todo su cuerpo sólo podía sentir en esos momentos el lado derecho de su cara.

Aferrado aún a la vida, sin poder en lo mínimo moverse, sólo podía verlo caminar hacia él y escucharlo:

- Como dije, Yagami... Para empezar creo que te mataré... Y, para continuar, tengo pensadas, por ahora, dos opciones: Volverte un zombie para regalarte de nuevo a tus amigos... Junto con una sorpresa muy... Explosiva... Ó quizás volverte la nueva gárgola del Norte, Aunque.... También podría hacer una cosa después de la otra... El orden no importará...Ha, Ha, Ha, Ha, Ha.... -

Pero, repentinamente el maligno nigromante se detuvo... El caso es que, a diferencia de Iori, Ix Mantis sí estaba más informado de quienes piloteaban esas naves-zancudo y al sentir con su malévola aura que se aproximaban, decidió que sería mejor dejar por ahora las cosas como estaban.

Más valía que vieran al pelirrojo ahí tirado a que le vieran a él para meterlo en problemas... Por otra parte, pensaba que aún podría cargarlo y llevárselo, total, aún tenía tiempo para ello.

Fue entonces cuando escuchó el potente grito de "Este", cuando sospechó que tendría que darse prisa para retornar donde él. No fuera a ser que además de a Norte perdiese otro guerrero, y entonces sí: Abraxas mismo le ejecutaría.

Maldiciendo por lo bajo pensando en que tendría que suspender su recreo para cumplir con su deber lo más rápido posible, murmuró un par de palabras ininteligibles y al momento, una brillante luz surgió del medallón, extendiéndose por todas las posesiones y ropas restantes que en esos momentos llevaba encima Ix Mantis, y fueron introducidas hacia éste; mientras que su piel se tornaba de un tono verdoso, sus huesos crujieron en forma tétrica, a la vez que él retrocedía lentamente hacia el bosque sin dejar de dar la espalda en dirección a donde la nave había "aterrizado", perdiéndose así en una nueva forma verdosa entre la espesa vegetación.

.....

(N. de A.)* Llamadas también Tuifas ó macanas, son armas contusas de una forma semejante a una letra "L" mayúscula con el otro extremo prolongado, algo así como una letra "Y" muy mal hecha, ó una "F" sin el trazo horizontal superior. ^^

.....

Ñalk llegó, por fin ante Ix Mantis, al ver que regresaba con cara de perro regañado, Ix Mantis supuso que Jubei se le había escapado.

Sur y la libélula habían tenido también una expedición infructuosa, en este caso más debida a la insuperable velocidad de Bata que a la incompetencia... Una brisa suave comenzó a soplar, un ya archiconocido zumbido incrementaba en ruido y potencia.... La libélula que Sur montaba, aterrizaba.

Ante esto, Ix mantis se obligó a recuperar la compostura. Cualquier otro malvado habríase quedado maldiciendo, ó tratar de seguir con cara de frustrado el rastro a los intrusos que se apropiaron de una de sus más "valiosas posesiones", cosa que se vería, en alguien tan digno como Ix Mantis francamente inútil y ridículo, así como que el ponerse a desquitar sus frustraciones en los subordinados se vería algo realmente inútil.

Por otra parte, Ix Mantis sabía que, de haber querido detenerlos realmente, le habría bastado (Y sobrado) conjurar su hechizo de Entangle, el cual consiste en provocar que ramas y raíces circundantes apresen al objetivo, seguido de unos cuantos rayos eléctricos por aquí y por allá.... Pero no lo hizo.... Lo que, en verdad hizo fue dejar caer las flechas al piso, sacudirse su oscura y siempre impecable gabardina negra y sonreír...

Sonreír macabramente como solamente él podía hacerlo. Y sonreía porque pensaba.... Pensaba muchas cosas. Entre ellas, se encontraba sin duda la falta de perfección en la técnica "Energy Wall" de Este, El hecho de que sin motivo aparente quisieran "rescatar a Ukyo de ellos" (Pensar en esa frase todavía alargó más la sonrisa de Ix) Le era, más que preocupante, interesante.... Palabra última que murmuraba para sí mismo en voz baja antes de voltear en dirección a "Este" y decirle:

- Vamos, mi perrito... aprende a curar esa herida utilizando la técnica que te enseñé ayer ó lo que cenarás no será comida....-

La mirada de macabra sonrisa de Ix Mantis se iba complementando por una incómoda mirada libidinosa en dirección al muchacho.

Este reflejó una mueca de asco... Prefirió concentrarse en la herida, y en la verdadera razón por la cual, ante la amenaza de Jubei de matarle si seguía interviniendo en esa batalla había, al parecer surtido efecto en él... Y eso era porque "Este", en realidad era algo especial... No podía darse el lujo de permitirse morir porque había alguien que lo necesitaba; y no se trataba de sus compañeros de armas, todo a su tiempo...

Al elevarse de nuevo por los aires, nadie dijo nada. Posiblemente porque pensaban que una pregunta del tipo: ¿Iremos tras ellos? Daría como resultado algo más temible que una simple reprimenda. Para fortuna de Sur lo que Ix hizo, fue tomar él mismo las riendas y regresar a su base temporal en el nivel inferior. El último pensamiento en el horizonte de Ix Mantis fue:

- Si Oeste no se encarga de ellos en cuanto despierte, ó poco después de ello, Oeste volverá, si no para seguir obedeciéndome, regresará para reclamarme... ¿Reclamarme qué? Lo que sea, no importa....En resumidas cuentas, sé que Ukyo volverá, y, cuando lo haga.... -

Ix Mantis volvía a sonreír maliciosamente.... Aunque quizás de haber visto entre los árboles un águila dorada con cierta particular mirada habría considerado jamás haber llegado a encontrarse con Jubei:

- NO TODOS PUEDEN LLEGAR A RECLAMAR SU CABEZA DESPUÉS DE PERDERLA...- Dijo.

A lo que una voz infantil proveniente de algún otro lugar le contestó:

- Pues si realmente lo deseas, él podría hacerlo.... Pero sólo si es realmente lo que tú deseas... Recuerda que los caprichos mal planeados y peor realizados sólo traen problemas.-

- TE FASCINA PONÉRMELA DIFÍCIL....-

- Ji, ji, ji...-

El águila emprendió el vuelo en dirección a la nave Aleuhiana con su maliciosa mirada de maligna deidad ampliamente reflejada en el rostro...

.....

Después de que terminó la pelea y habiéndose ya marchado Ñalk, el corcel que ya había superado por fin el efecto del miedo regresó por Jubei:

Spirit corría veloz entre los árboles azulados del tupido bosque, con Jubei a sus espaldas. Tras unos minutos, Jubei le hizo detener... estaba francamente agotado y preocupado, su herida no cerraba... Llegó a creer que sería difícil seguir ejerciendo así su profesión... mientras tanto, la tarde estaba ya a punto de terminarse, y las ruidosas aves (o lo que parecían serlo) comenzaban a acomodarse entre los inmensos y frondosos árboles.

Mientras colocaba un torniquete a su pierna, y el corcel pastaba, llegó ante ambos un suave olor a durazno... al caballo le pareció escuchar un ruido, y enderezó la cabeza, Jubei volteó, no sin cierto nerviosismo, pues en ese momento estaba ciertamente retirado del caballo...

Y, justamente entre ambos, pero en dirección a unos arbustos se volvió a escuchar claramente el ruido de unas suaves pisadas... Jubei de inmediato se concentró en saber si la criatura era o no maligna, una confortable energía emanaba del ser que salía entre la vegetación, con lo que el rubio se tranquilizó considerablemente, y entonces, ocurrió:

Las luces del bermejo atardecer iluminaban como luces un escenario, el sitio por donde aparecía:

Un enorme par de pies peludos con garras romas, su pelaje de brillante azul marino, casi parecía negro en la creciente oscuridad, era igual al otro ser que había visto descender del otro mosquito-zancudo gigante, de no ser porque tenía más estatura, posiblemente este medía unos tres metros... y portaba en la mano izquierda una extraña cajita que emanaba diversos colores a un ritmo regular y silencioso...

Extasiado, Jubei contempla a la criatura, la cual se detiene por unos momentos al descubrir al humano... y una profunda mirada de compasión es lo que expresan sus ojos al verle en semejante estado.

- Ahó, -

Dijo en un suave tono el ser aquél mientras guardaba el aparatito a un lado del cinturón que traía...

Jubei dijo:

- Eh... hola... ¿Hablas japonés?-

El ser escuchaba atentamente...

Pasaron unos tensos instantes...

- Tran-qui-lo-, Dijo al fin... -Voy-a- a-yu-dar-te...-

Y despacio, se agachó mientras se acercaba muy lentamente a Jubei. Swifttwind no corrió, ni hizo más que observar atentamente. Era un caballo muy agradecido, y pensaba cuidar a Jubei todo lo que pudiera, aunque no estaba dispuesto a dar la vida por nadie que no fuese su ama... y, la verdad, la presencia de nuestro nuevo visitante, era imponente.

Primero le revisó, y con infinito cuidado, le levantó en brazos, y se adentró en el bosque, en dirección a donde una delgada columna de humo se extendía. El noble corcel les seguía de cerca, en el camino, el paladín al resentir cada vez más la falta de sangre, se desmayó en brazos de quien le llevaba.

Al abrir los ojos, lo primero que hizo fue voltear a ver sus piernas... De algún modo le habían reconstruido el pie, que se encontraba con lo que parecía (Debía ser) un vendaje, el pié aún le dolía.

Se extrañó al ver que se encontraba en una habitación sin ventanas, y muy posiblemente sin puertas. Sus armas y armadura se encontraban a un lado suyo, el ser aquel al parecer solamente se había metido con su pie para curarlo, no tenía nada más que esperar... lo que no hizo por mucho tiempo. La pared se abrió, y en la puerta se encontraba su nuevo ángel de la guarda, que en esta ocasión vestía una túnica de un tono rosa pastel con algunos bordados azules en las orillas, llevaba ahora una bandeja con frutas típicas de esa región en las manos:

- ¿Me-jor es-tás? Co-mi-da pa-ra ti. -

- Eh... Oh, si, muchas gracias... este... usted es... bueno, yo...-

- Abakalikishiri di-cen que soy, Aleuhiana de más allá de las es-tre-llas, mi com-pa-ñero de via-je Whirloindar re-para el transpor-te nues-tro, den-tro del cual esta-mos...-

Sea porque todo lo acompañara con mímica, el caso es que Jubei no paraba de prestar atención a la fabulosa criatura que parte de él todavía se negaba a creer... Aunque, al fin, lo hizo:

- Mi nombre es Jubei Shimada, vengo de un lugar llamado Japón, de un tiempo que no es este...-

Y ya lo decía esperanzado de que le fuesen a dar una vuelta hasta allá para dejarle en casa... En el fondo, lo seguía deseando... De pronto, recordó que no era el único que deseaba regresar a su lugar de origen:

- Oh, mis amigos... - Decía mientras se ponía en pie.

- ¿Ellos en libélula?

- Oh, no, de hecho los de la libélula eran nuestros enemigos...-

- Se han ido ya tus ene-migos, amigo, ya tran-quilo pues además, corre diferen-te el tiempo aquí. Más lento aquí que allá afue-ra...-

El rubio ponía cara de asombro...

- ¿Te... llamas Abakalikishiri? ¿Y eso, significa algo especial? Es decir....-

- Así es como me lla-man, yo no me lla-mo. Pero muchos me dicen Abí también, es más cor-to...-

Con suavidad deslizó su enorme mano a la frente de Jubei, evaluando su estado. Ahora se daba cuenta de que el delicioso olor a durazno provenía de esa criatura, que ya le parecía hermosa por el solo hecho de existir y haberle ayudado...

- ¿Puedo llamarte Abí?-

-Si...-

-Yo ví a otro como tú, pero de pelaje rojo... Tu cabello es verde claro, pero el del otro era azul... -

Abí se quedó pensando... pues Whirloindar era todo café, entonces recordó al alumno de un amigo suyo, su descripción coincidía.

- Si, de los nuestros, otro cerca, está; gracias, Ju-bei-

Cuando Abí retiraba su mano de Jubei, este la tomó evitándolo, aunque con cierta delicadeza... deseaba con toda el alma que dejara su mano en su rostro, quizá en parte porque extrañaba casita, ó que alguien se preocupara por él ó porque... Olía insoportablemente delicioso a durazno... Abí le procuró una caricia en la cabeza antes de retirar la mano por completo.

- En cuan-to sane tu pié podrás irte...-

- ¿Falta aún mucho para ello?-

- No. De hecho, partir pue-des en poco tiempo. Yo aviso. -

Jubei se puso de pie, se alistaba lentamente... Estaba un poco mareado, parece que tendría que esperar.

- Este... Y disculpe que lo pregunte, pero... -

- ¿Si?-

- ¿Eres varón ó mujer?-

- Explícate...-

- Bueno, es que me gustaría saber si entre los tuyos también están divididos en dos....-

- No creo, Aleuhianos so-mos uno, nadie pe-lea...-

- Este... no me refiero a eso, sino al hecho de que para que haya más Aleuhianos tienen que... hacerlos otros Aleuhianos... ¿Ó no?-

-Ah, pues si, Mmmmmm... Enton-ces es eso... Pero.... ¿Im-por-tan-te real-mente es para ti? –

Dijo con asomo de curiosidad.

- Pues... Pues si, deseo dirigirme a usted del modo más apropiado...-

Abí se sorprendió un poco al respecto, creía que un trato ligeramente diferente estaba bien de vez en cuando, pero un trato diferente desde el modo de hablar le parecía.... raro. Sin embargo, decidió acceder a la propuesta del humanito aquel, que le había caído muy pero que muy bien... repasó sus estudios sobre humanos en su mente, realizó meticulosamente las homologías correspondientes y tras unos instantes dijo al fin:

- Abí, Mujer; Indar, varón...-

Jubei sonreía encantado... Quizás por el comportamiento, mente y espíritu casi se creía para sí, que Abi sería la mujer perfecta.... Claro, excepto por el aspecto y compatibilidad planetaria.... Bueno, nadie es perfecto... Pensaba que quizás si corría con suerte podría encontrarla en su próxima vida y, entonces si... Todo podría ser perfecto...

- A tus amigos bus-car puedes ahora.... Salir de este lugar un momento debes. Ven por favor.-

Y le tomaba de sus manos para llevarle fuera de su nave...

- Tiene usted razón, Abakalikishiri-san pues, no debo dejar solos a mis amigos... ¿Sería usted tan amable de decirme cuanta es la diferencia de tiempo que hay entre allá afuera y... aquí adentro?-

Le preguntó, mientras palpaba con cierta intriga las paredes del pasillo de la nave por donde avanzaban, pues todo el sitio se encontraba iluminado por una luz muy suave que. Al provenir de techo, paredes y suelo resultaba en una iluminación clara y eficiente.

- Un oscu-recer y un a-clarar de este lugar trans-curren allá afuera, mien-tras que cua-tro ve-ces ese tiem-po trans-curre aquí aden-tro. No creo que tus amigos por ti teman, pero visto está que aún reposar de-bes, ¿Eh?-

- Ah, este... si, claro... Disculpe.... ¿Y en verdad viene de una estrella?-

No se imaginaba que alguien podría venir de una estrella...

- ¿De las es-trellas? Si. En algún lugar de ellas.-

- ¿Pero acaso las estrellas no son los espíritus de grandes personas muertas hace mucho tiempo?-

- Pues si, pe-ro tam-bién son gigan-tescas bo-las de gas que se que-man a un ca-lor inima-ginable...-

El joven solo pudo poner cara de extrañeza... Al pensar de dónde podrían haber salido tremendas bolas de gas que tanto ardían sin aparentemente jamás extinguirse...

Al punto, ya estaban afuera de la nave, no se notaba en lo más mínimo que el tiempo hubiese transcurrido... Los ojos que de día parecían angostas ranuras como las de un gato, comenzaban ya a dilatarse, el aspecto de los ojos de brillantes iris rojos pero con cándida mirada era de Abí algo digno de recordar para cualquiera...

Jubei la seguía contemplando extasiado, como si hubiese caído en un hechizo del cual no quisiera salir...

- Abí...-

- Si Jubei, dime.--

¿Podría usted permitirme su mano una vez más?-

Abí le extendió la mano... Jubei la tomó entre las suyas, aspiró profundamente su aroma y le dio un beso en ella, sin soltarla después le dijo:

- Disculpe usted mi atrevimiento, pero despide un aroma muy agradable...-

- Mmmm... No sé a qué te refie-res, yo no sé a qué huela... uste-des, los de su raza pueden per-cibir mejor el olor... -

- ¿Recuerda usted las frutas que me dio de comer?-

- Ah, si, ¿Placenteras han sido para ti?-

- Para alimentar a aquellos que han creado, los dioses hicieron un fruto de muy dulce sabor y suave exterior, le llaman durazno... Y es altamente apreciado por todos, vos despedís un dulcísimo olor a durazno, mi señora...-

- Bella histo-ria la tuya es....-

Rodeando la nave, apareció entonces el otro Aleuhiano... WhirloIndar era ligeramente más bajo que Abí, pero notablemente más musculado, su pelaje era de un tono beige tirando más a café claro, sus crines eran de café oscuro, y a diferencia de Abí, tenía las crines más largas y recogidas en una coleta de caballo por una especie de pasador negro. Portaba un cinturón diferente al de Abí, y un sinfín de lo que parecían (Debían ser) herramientas flotaban como siguiéndolo y, a diferencia de ella, él olía a sandía... Sin voltear a ellos, subía a la nave mientras decía algunas cosas a Abí en su ininteligible idioma...

Un particular nerviosismo se apoderó momentáneamente de Jubei:

- Este... ¿Puedo saber qué dijo?-

- Que un poco co-merá.-

- Ah...

El nerviosismo aún no se iba...

- ¿Abí, puedo atreverme a preguntaros algo?-

- Adelante....-

- Whirloindar-san y vos... ¿Sois pareja? ¿Estáis unidos?-

- Oh, solo por nues-tro tra-bajo, y nues-tro tra-bajo impide que a al-guien más dedi-quemos nues-tra aten-ción, es im-portan-te, una pro-mesa...-

- Ah... Y... Bueno... Este... ¿Puedo pediros algo?-

- Adelan-te, tu petición di... Si a-yudarte puedo, lo haré...-

- ¿Podéis inclinaros un poco?-

El nerviosismo aumentaba...

Abí colocó una rodilla a tierra... Y, en ese momento, Jubei se inclinó apresuradamente en dirección a Abí, y en ese momento... En que el sol se ocultó por completo en el horizonte, Jubei tomó con sus manos las mejillas de Abí, y la besó en... Pues en el pico, porque boca, no tienen los Aleuhianos...

Algo sonrojado por su atrevimiento, Jubei se retiró un poco... Abí, quien desconocía el significado de esa muestra de afecto por parte de los humanos, permaneció como estaba, y luego se enderezó lentamente...

- ¿Y eso?-

-¿E... Eso? Pues... Se llama beso...-

-Y, ¿Para qué sirve?-

- Pues para expresar admiración, despedida ó saludo, cariño, gratitud y... amor.-

En esos momentos, Whirloindar salía de la nave, Vió a Abi incorporarse, no le parecía tolerable que ella tratara así a los humanos... De hecho, no le parecía aceptable que ningún Aleuhiano tratara así a ningún humano...

- Lessá Yajú, Abakalikishiri, vikana a urs o doán try -

Dijo, con el ceño fruncido. Más que suficiente para poder interpretar que Jubei no le agradaba al chico...

- Este... Creo que estoy siendo inoportuno... -

- Tranquilo puedes estar, sólo está molesto porque él ha tenido que reparar solo nuestro transporte, además aún tenemos que terminar nuestra misión aquí. Te hacía falta un poco de movimiento, regresar puedes adentro, Jubei. -

Jubei de haber podido hacerlo, habría salido corriendo. Acaso lo hubiese hecho cabalgando, pero Swifttwind no se encontraba a la vista. Abí se quedó un rato contemplando en dirección por donde se introdujo a la nave... Colocó muy suavemente la punta de sus dedos en donde había recibido el beso, y pensaba... pensaba muchas cosas.... Entre otras, que pensaba en volverlo a ver en un par de horas más para terminar de arreglarle el pié mientras decía para sí:

- Ai.... Taum nai.... Eka barpla ta e no...-

(Que es el equivalente a decir: amor en Aleuhiano y amor en tu idioma se parecen mucho ^^).

- ¿E no ahó Abí? - (¿Es lo mismo, Abí?) Preguntó visiblemente molesto Whirloindar.

Unos negros nubarrones se movilizaban sobre el lugar donde el vehículo de los Aleuhianos se encontraba, pero como queriendo hacer sólo una mala broma las gotas que dejaron caer eran demasiado diminutas para mojar a alguien.

(El diálogo posterior es un aproximado traducido de Abi e Indar, no lo coloco al natural porque además no he encontrado letras que puedan leerse como algunas de las palabras que ellos pronuncian, por otra parte ellos prácticamente NO hablan con la palabra NO ó semejantes:

- Abi, a veces tratas mejor a los humanos que a tus propios congéneres, sabes que como miembro del consejo no puedes darte ese lujo... -

- Ah... Indar, Aleuhianos maravillosos los hay, pero como dice el proverbio: "Mientras que todos no seamos como Shebadekielyodeva, Hay que afilar las espadas..." -

- ¿Acaso existen, a juicio tuyo humanos que sean mejor que muchos Aleuhianos? -

- Me duele decirte que creo haber encontrado a uno... -

- Adivino que te refieres al de pelaje dorado... -

- Así es, el de pelo rojo sólo puede ser analizado, estaba inconsciente, y es mejor que permanezca así hasta después del muestreo... -

- He realizado ya en él los estudios pránicos correspondientes... me sorprende que no haya aún estallado en mil pedazos, como un globo metereológico mal calibrado, pues tiene las chakras hechas un verdadero nudo, muy sucias, además, algunas prácticamente cerradas, y la energía que contienen es una verdadera grosería, me recuerda mucho una estrella que se debate entre colapsarse en enana blanca ó volverse agujero negro... Excepto tal vez por la roja, que es realmente hermosa, tiene muchos deseos de vivir, quizás posea un cuerpo fuerte... -

Abí escuchada conmovida las pocas esperanzas de vida de su "objeto de estudio". Ya se encaminaba en dirección al mismo para realizar los exámenes fisiológicos faltantes...

- Como sea, si la mayoría de los humanos se encuentra en ese deplorable estado, la población encontrada en este sitio, si es que aún la hay, no tendrá más de 100 años antes de extinguirse... Es una pena. - Dijo Abí al marcharse.

Al salir Abi de la vista de Indar, el orgulloso Aleuhiano perteneciente al consejo, partió a seguir revisando los complicados "mecanismos" de la nave, mientras murmuró:

- Abakalikishiri... Que me equivoque al sospechar que amas tanto a los humanos que si por ti fuera, unirías tu vida a uno de ellos como quien une su vida al ser amado para formar una familia... -

Jubei caminaba lentamente por los pasillos de esa nave que por dentro parecía mayor que por afuera, le recordó esto un poco el castillo de Fantasmín, examinaba las líneas de un pulsante azul que se encontraban en las paredes, se acercaba a una puerta donde había un símbolo que por más que se esforzó, no pudo descifrar su verdadero significado. Parecía un círculo rojo con una diagonal atravesada por la mitad del mismo, todo eso sobrepuesto sobre la imagen estilizada de un Aleuhiano en negro... Se acercó a examinarlo más de cerca y... La puerta se abrió. Y, como es parte de la naturaleza del paladín ser curioso, éste entró...

A la derecha encontró pared... normal... arriba techo... normal... abajo piso... normal... Lo que por poco le causa un Shock no es la vitrina gruesa que formaba casi la totalidad de la pared izquierda, sino lo que vio tras ella... No me refiero a la multitud de exóticos instrumentales, tuberías, luces, etc. que se encontraban llenando prácticamente ese lugar tras la vitrina, Repito: Lo que vio, no a quien vio...

A quien vio fue a un humano pelirrojo, pero fue el estado en que lo vio lo que casi lo obliga a pegar el grito de sorpresa más grande que jamás se hubiese escuchado...

¿Ven cómo no ha sido necesario mencionar que el humano de quien hablaban Whirloindar y Abí era Iori?

- ¡Iori! -

Gritó un pasmado rubio... Y, con justa razón, el pobre Yagami se encontraba en esos momentos en lo que parecía una plancha metálica sostenido por unos raros aros luminosos, completamente desnudo y... completamente abierto del tórax y abdomen, toda una radiografía viviente y a todo color del humilde y frágil cuerpo humano... Todas aquellas pertenencias personales con que uno nace que el creador ha colocado sabiamente dentro del ser humano para evitar, quizá entre humanos la aversión y el asco a sus propios congéneres se encontraban cuidadosamente "acomodados" entre lo que parecía ser otros tantos artefactos diseñados para tal efecto en cierta forma fuera del cuerpo del pelirrojo, pero a la vez aún unidos a él, todo Iori aún inconsciente, vivo, latiente, literalmente con todo de fuera pero visiblemente funcional... Y eso lo sabía Jubei porque veía su rojo corazón aún latiendo, tranquilo, poderoso, en su sitio...

- ¡Por mis ancestros! ¿Así es como somos por dentro estando?... ¿Vivos? -

Jubei se encontraba en esos momentos literalmente pegado a la pared de enfrente mientras contemplaba absorto la compleja maquinaria biológica del pelirrojo, nunca había visto que alguien abierto en canal siguiera con vida... Con éxito logró reprimir la tentación de intentar romper el vidrio para sacarlo... Se dio cuenta de que el interferir con esas máquinas podría costarle la vida al chico... Pero una cosa era cierta, no miraba agujas de acupuntura por ningún lado, aparte del alcohol ó de un buen golpe no conocía otra cosa para mantener adecuadamente inconsciente a alguien herido, y naturalmente lo que miraba podía ser demasiado...

- ¡¡¡AAAAABIIIII!!!! -

Gritó, ahora sí, desesperado, mientras corría por los pasillos... No podía creer aún lo recién contemplado...

- ¡¡¡¡¡¡¡¡Abí, Abí, Abí, Abí, Abí, Abí,!!!!!!!!!!!! -

Tras dar algunas vueltas como loco por toda la nave, encontró a la Aleuhiana.... Jubei sonó como una grabadora a doble velocidad:

- ¡Tienes que explicarme qué significa lo que le han hecho al pelirrojo!, ¿Por qué lo mantienen en ese estado? No sé lo que les ha hecho, ¡Pero te aseguro que no lo hizo a propósito!

¡Tienes que sacarlo de ahí inmediatamente! Represento la ley de donde vengo y ¡Ni al peor de los criminales le harían algo semejante!! -

Abí, al ver a Jubei alterado, tuvo la prudencia de no levantarse de su lugar, se acomodó en la silla, colocó muy suavemente ambas manos sobre sus hombros, y dijo al fin:

- Despacio habla, Abí entiende con dificultad... Respira, tranquilo.... ¿Sí? -

- ¡Liberen de inmediato al muchacho que tienen abierto!!! ¡Es mi amigo!!! -

No estaba entre los planes de Abí que Jubei viera al pelirrojo en ese estado... Pero lo hizo, así que, muy despacio palmeó los hombros de Jubei mientras decía:

- Mucho siento haberte lastimado, tratar de calmarte debes, él dormido, ¿Entiendes? -

- ¿N- No sufre? -

- No. Te he dicho ya, el duerme, y sigue vivo, y nada más pasa. Como antes estaba cuando lo conociste, así quedará... -

- ¿Por qué, Abi? ¿Por qué? - Preguntó angustiado, con los ojos ligeramente enrojecidos...

- Ya sabes que bien estará, ¿De acuerdo? A mi lado te sientas, yo explico... ¿Sí? -

No muy convencido de aquél asunto, Jubei antes de sentarse preguntó:

- ¿Me das tu palabra de honor que estará bien? -

- Si, el pronto devuelto afuera y en buenas condiciones será, he de decir que incluso un poco mejor estará, cuando Indar le ha encontrado, estaba a punto de morir, cabeza muy lastimada... -

- Y.... ¿Para qué lo tienen en ese estado? ¿Qué le están haciendo? -

Preguntó el paladín mientras, por fin, tomaba asiento, un poco más tranquilizado...

- Jubei, si tú llegas a un lugar nuevo para ti, donde nunca has estado antes, lo examinas, ¿No es verdad? -

- Pues si... -

- Algo así hacemos nosotros, pero con los seres vivos, recogemos al azar un elemento de la especie a estudiar para evitar que nuestra selección ó examen sea favorecida, éste será el representante de la especie, después de examinarlo, lo devolvemos al sitio de donde lo tomamos, sin lastimarlo, sin causarle dolor, en ocasiones repetimos el examen, pero a otro diferente del que primero examinamos. Nuestra ansia de saber es mucha, pero eso significa que lo tenemos que hacer para ello ha de ser con mucho cuidado. -

- ¿Él recordará lo que le hicieron?

La razón para esta pregunta por parte de Jubei obedecía a dos motivos:

Que Iori ya había sido demasiado martirizado a lo largo de su vida para serlo aún más, y que, si recordaba lo sucedido y encontraba después a un Aleuhiano no iba a tratarlo lo que se dice cordialmente...

- Claro que no, no debemos permitir eso ó podría su mente lastimarse... Quizá debamos borrar nuestro recuerdo de tu mente, quizá así estés tranquilo, por supuesto eso será sólo si tú lo deseas,... -

- Abí-san, no puede permitir que ese individuo sea el representante de la especie humana... -

- Tus razones tienes, habla.... -

- Este individuo ha sido severamente dañado por fuerzas externas a él, temo decirte que es uno de los últimos pertenecientes a la especie que yo elegiría para tal fin... -

- Segura verdad has de decir... Lo que he examinado de él me ha dejado triste, apenas puedo creer que siga vivo el pobre... En el estado en que se encuentra no le pronostico llegar a la vejez, cuando mucho, llega un poco antes de ésta... -

- ¿Qué quieres decir? -

Posterior a esta pregunta, Abi le mostró a Jubei de lo que hablaba, le mostró la comparación de un humano que habían analizado en otro sitio hace más de 100 años y las diferencias entre el pelirrojo y éste....

Los pulmones de Iori estaban comenzando a dañarse debido al cigarro, su estómago a punto de formar una úlcera, debido a una dieta basada principalmente en carnes sus intestinos seguramente quedarían desechos antes de cumplir los cuarenta, eso, claro suponiendo que llegara a cumplirlos, porque cuando Abi le mostró a Jubei la comparación entre el aura y las chakras de un individuo normal y las del Yagami, Jubei solo pudo llevarse una mano a la boca:

- ...¡Masaka! -

Se adivinaba fácilmente que, en su conjunto, el hecho de que Iori Yagami pudiera haber vivido tanto, a pesar de haber estado sometido al corruptor poder de Orochi hacía del muchacho todo un triunfo biológico.

- Abí, te repito que no puedes seleccionar a Iori para ser el representante de nuestra especie, no es correcto... -

- Lo sé, pero ya tenemos que regresar a nuestro hogar, ó dentro de poco habrá muy poca energía en el transporte para hacerlo, además; ¿De dónde vamos a sacar otro humano disponible en estos momentos? -

En ese justo momento, Abi miró de una forma sospechosa a Jubei, pero no se atrevió a decir más...

- Este... Abi-san, ¿De veras no te duele que te examinen? -

- Pues nada se siente, de hecho para llevar un control de nuestra propia población llegan voluntarios a someterse a las pruebas... El chico permanecer aquí debe aún... -

La llegada de Indar provocó que Abi pusiera un poco más de distancia entre ella y el rubio, no solo física...

- ¿De veras no puedes? -

- Pues se trata de que esta misión esta a cargo de Whirloindar... -

Este... Dile que el pelirrojo es mi amigo... Quizás se compadezca...

Tienes razón...

Indar, Yajú rus urantiani fréretras Tzan' to Yajú ...

Whirloindar sonrió malicioso... efectivamente liberaría a Iori, pero....

......

Estando el apuesto y desnudo paladín en la tabla de examinación Abí le decía:

- Recuerda que al colocar la pequeña mascarilla en tu rostro has de respirar profundamente, ¿De acuerdo? -

Jubei asintió, a la vez que pensaba en el pelirrojo a quien previo a su examen visitó ya completo, dormido y vestido en alguna de las muchas habitaciones de la nave:

- Ajá, así que el corazón está en realidad al centro y no en la izquierda... Ajá.... Podré ahora hacer estocadas mortalmente más precisas para evitarle una cruel agonía a mis enemigos...- Elucubraba el rubio...

Primero, sintió una leve punzada en ambos brazos, después bajó hacia su perfecto rostro la mascarilla, pero al colocar ésta, Jubei contuvo de puros nervios la respiración por algunos momentos...

Una delgada extensión metálica venía bajando del techo, emitía una luz dorada, se posicionó esta justo por delante de las clavículas, justo donde el cuello deja de ser tal y la intensidad en la luz se incrementó, un profundo dolor comenzó a sentirse penetrando en su tórax, entró aproximadamente un par de centímetros, y comenzó a bajar extremadamente lento, al avanzar unos cinco milímetros, Jubei reaccionó y procedió a respirar por fin, en no más de cinco segundos, sintió el dolor desvanecerse, sentía un gran sueño, así como pesadez en el cuerpo...

Cuando en los monitores Abí pudo asegurarse de que Jubei ya estaba por completo inconsciente, movió el cortador a su verdadera velocidad de trabajo...

- El muy necio quería contener la respiración. - Dijo despectivamente Indar...

- No es eso... quería comprobar si le decíamos la verdad con respecto a que su amigo no sufrió al ser examinado. -

.....

- ¡Kyo!!!, ¡Bata!!! ¡Qué gusto que estén bien!-

- ¡Oye! ¡Tu pie...!!!-

- ¿Te diste cuenta? ... Vimos retirarse a la libélula de Ix Mantis en cuanto la nave en forma de Zancudo aterrizó por allá, probablemente ellos e Ix Mantis no se lleven nada bien...-

Jubei examinaba al joven, Kyo le había vendado las heridas, de forma eficiente, por cierto...

- Esas criaturas son geniales, Kyo, mira, me dejaron la pierna como nueva...-

- Pero.... ¿No te cobraron nada?-

- Pues no...-

- Mmmm eso me parece sospechoso, Jubei...-

- Después pensamos en cosas que te parecen sospechosas, por ahora, necesitamos un lugar donde podamos atender adecuadamente a Ukyo...-

- AH, ¿De modo que ya se conocían?- Comentó despectivo el pelirrojo, ignorante por completo de lo sucedido a él y a Jubei a bordo de la nave...

- Pues si...-

- Me pareció ver una cabaña a poca distancia de aquí, te llevaré...-

Justo al llegar al sitio se percataron de que el caballo se encontraba ahí, y que la cabaña se encontraba abandonada...

- Kyo, tienes que partir en Bata cuanto antes, recuerda que tienes que ir a Haunted House a avisar a los peligritos de la invasión, yo me quedaré aquí con Ukyo...-

- ¿Seguro que estarás bien, amigo mío?-

Jubei asintió, y, por toda respuesta, el Kusanagi salió como de rayo sobre el gran Endochbalamatl...

Y también tuvo que sufrir un buen susto al pasar de un nivel a otro por las características particulares del buen Bata...

- ¿Así que eres un caballo domesticado lo suficientemente inteligente como para haber venido hasta acá, eh? -

Preguntó Jubei al aire, así como distraído, mientras acababa de acomodar a Ukyo en un camastro, y viendo que no llevaba sino una katana, apartó ésta con todo y su funda sin sacarla, a un lado de la cama del chico y después, tras improvisarse una escoba comenzaba a limpiar un poco el lugar...

- ¿Y, qué es lo que traería a un hermoso animal como tú a un sitio como este que se caracteriza precisamente por la ausencia de caballos?-

Sintiéndose descubierto, el corcel.... Habló:

- Me he perdido mientras en una ronda de patrulla nos atacaron por sorpresa a mi ama y a mí....-

Dijo triste, con voz grave...

Como si hubiesen puesto pausa en la cinta, Jubei se quedó paralizado un momento sin saber que hacer... Gatos monstruosos de buen carácter, enanas criaturas animalescas que construyen ciudades, gobernadas por una familia de fantasmas... Un lejano pariente suyo que ha terminado en las manos de seres demoníacos, seres divinos venidos de las estrellas en gigantescos mosquitos metálicos y, ahora, caballos que hablan... Fue en ese momento quizás en que Jubei perdió la cordura, ó que quizás se resignó a esperar lo inesperado, el caso es que con toda la calma del mundo se volteó, recargándose cómicamente en la escoba que acababa de construir y dijo:

- ¿Cómo te llamas?-

- Spirit, mi ama me llama Swifttwind en ocasiones. Ella se llama Adora... Y te advierto que si piensas impedirme el buscarla, lo vas a lamentar. Por ahora les voy a ayudar en todo lo que pueda, pues me han salvado la vida al sacarme del horrible calabozo en el que estaba encerrado, pues esos canallas pensaban en servirme de plato principal al día siguiente, y ya que no soy malagradecido, he resuelto ayudarles. Creo yo que cualquier otro caballo, no se habría tomado la molestia de buscarlos...-

- Ajá... La ingratitud es algo muy feo y nada honorable... Tu ama debe estar muy orgullosa de ti, así que, te ayudaré en lo que pueda a volver con ella si tú nos ayudas un poco más aún, ¿Qué te parece, Spirit?-

- Me parece que tenemos un trato, señor Jubei. -

Y, acercándose al samurai, le extendió la pata derecha, quien a su vez le alargó la mano...

- ¿En qué le gustaría que le ayudara en estos momentos?-

- Pues verás, ¿Recuerdas al pelirrojo que estaba con nosotros?-

- Ah, si, ¿Ese que siempre está de mal humor y que además es un necio, tonto, arrogante, pendenciero que cree que todo lo puede solo?-

- Este... si, ese mismo...-

- No me digas... ¿Quieres que lo busque para traerlo aquí y evitar que se meta en problemas, no?-

- Exactamente, mi noble amigo, has dado en el clavo... Digo, en la manzana...-

- Iré inmediatamente... Solo espero que se deje conducir hasta aquí, pues es más necio que la más necia mula que jamás en mi vida haya conocido...-

- Oh, vamos, confío en ti...-

Spirit la tuvo fácil para encontrar a Iori, pues no tuvo más que Seguir el rastro... En menos de 5 minutos le encontró, sentado en la rama de un grueso árbol de tronco nudoso y hojas escasas... Parecía murmurar algo mientras miraba las estrellas... cuando se acercó un poquito más, resultó que lo que estaba haciendo era cantar en voz baja...

- Kun nai koji ru na...-

El noble corcel aminoró el paso... Y, se quedó escuchando un rato más:

- Ko no mama hi to ri ...Ki eru mo ini... Don't break my heart Oooh, tonight; kawaii ta kaze wo sume chi wa u...-

Spirit se quedó un último momento escuchando... no sabía japonés, pero de repente sintió algo muy hondo, triste pero bonito en su arabesco corazón. Algo le decía que ese humano era así porque se sentía muy, muy solo...

- Doko kade hi to ri ...na geku mo ini.... Don't break my soul Oooh, tonight

Su metai kuro ga ma gari te ku...

...Kono mama hi to ri ki e ru mo ini don't break my soul....-

Y, Spirit entonces, se compadeció de él, pero no debía tardarse en llevarle ante Jubei, y con todo el dolor de su equino corazón tuvo que interrumpir el canto del pelirrojo con un relincho....

Al punto, Iori detuvo su canción y volteó hacia abajo...

- Ah, con que eres tú...-

El noble corcel fingió unos momentos que pastaba... pero muy atento a los movimientos del pelirrojo...

En el preciso momento en que Iori se dejó caer sobre el caballo, éste giró sobre sus cuartos traseros para hacerse a un lado... Por lo que sendo golpe se llevó el Yagami...

- ¡Maldito animal!!! ¿Acaso te burlas de mi?- Preguntó molesto para variar...

Spirit pensaba:

- ¿Pero cómo carambas se le ocurre dejarse caer así sobre mi? Que insensible, ¿Acaso cree que soy un colchón viejo que puede maltratar a como quiera? Encontrarlo ha sido fácil, pero llevarlo de regreso creo que será tarea de titanes... Ó quizás no....-

Relinchó ruidosamente, el Yagami se levantaba lentamente... Se acercó un poco al animal... el caballo retrocedió un poco... Iori retrocedía entonces para ver si el caballo le seguía, pero no funcionó así, tan sólo se detuvo... Entonces decidió que era un muy buen momento para descargar todas sus presentes frustraciones, y encendiendo nuevamente sus flamas, se lanzó en pos del caballo, quien ni tardo ni perezoso comenzó, a su vez a correr a buena distancia del muchacho para evitar sus flamas purpúreas... Y, así fue como Spirit se enteró por los improperios que el Yagami le refería de cuánto lo odiaba a él, a Bata, a Jubei y a Kyo... Y por fin le pudo guiar fácilmente a la cabaña, donde ya Jubei les esperaba...

Al tener a la vista a Jubei, Iori ya pensaba en todas las quejas que tendría sobre él, sobre el caballo, sobre ¡TODO! Pero...

- ¡Iori!! ¡Que bueno que nos encontraste!! ¡Nos tenías preocupados a Kyo y a mi!-

Al punto, Spirit se colocaba previsoramente detrás de Jubei...

Y Iori realmente se sintió incómodo... fuera de lugar como un pez fuera del agua... Sobre todo porque el los maldecía y ahora resultaba que ellos estaban preocupados por él... Mas sólo atinó a decir:

-¿Es eso verdad?, ¿Y por qué no habían salido a buscarme? -

- Pero si eso fue lo que hizo este noble animalito, dijo mientras acariciaba al caballo y luego le despachaba para evitar que se quedase ante Iori...

Además, yo no puedo dejar aún desatendido al pobre chico que tenemos herido... y Kyo fue a Haunted House con Bata, para advertirles sobre el peligro que se acerca a su ciudad... Así que mandamos a Spirit a buscarte...-

- Espera... ¿Estás diciendo que mandaste a un caballo a buscarme? ¿Estás bien de la cabeza? Y, además ¿Ya le pusieron nombre?-

- Claro que estoy bien, además, Spirit no quería separarse de ti, si no, ¿Por qué crees que te encontró?-

Una gota gorda de sudor corría por la frente del pelirrojo... Aquello era ya demasiado, pero... Tendría que resignarse...

- Ajá, ¿Y el tipo?-

- Ven, Le dijo Jubei...-

Capítulo 9: "Caramelo"

(N. de A.: Spirit, alias Swifttwind y Adora son propiedad de Filmation, realizadores de She-Ra, Princess of the power)

Algunos personajes pertenecen a SNK ^^U
el resto no tengo idea
Dungeons & Flames es propiedad de Triste Iori
IorixKyo Archive
Marzo, 2004

 

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