[Todos los personajes son marcas registradas de sus respectivos autores. Esta historia se ha realizado sin fines de lucro. Únicamente se escribió con fines recreativos gratuitos]
Todo es posible en la imaginación
Si puedes pensarlo puede existir
DUNGEONS&FLAMES
Fanfic por TristeIori
TRISTEIORI
Noche, sueños de irrealidad
Vivo tu vida en mi vida
Para hacerla de verdad
¿Es un sueño ó pesadilla?
No lo sé
Y esa es......... La verdad
Pesa, combina y gira
A merced de la gravedad
Tras sus gruñidos de gusto
Ocultando ¿Inseguridad?
Vive hoy, muerto, solitario
Entrenado para odiar
Mas,
¿Cuánto tiempo el noble sentimiento de amor
Tardará en aflorar?
Cambia, vuela y amortigua
Esta personalidad
Flamas blancas
Ultiberius, magatana y lo demás.
Tristeiori, 1996 (18 veranos)
Capítulo 6: Endochbalamatl
Avanzando en la negrura de la cueva, y en el fondo de esta, aquella enorme sombra se movía y revolvía inquieta. Repentinamente un par de brillantes resplandores se encendieron, procedían de la punta de un par de enormes cuernos que, posteriormente con juntaron su brillo y partió un veloz rayo en dirección a Jubei que, en esos momentos saltó hacia un lado apenas esquivando la ruidosa descarga que hacía añicos una buena porción de rocas en el lugar. Acto seguido, tras la polvareda levantada se incorporó Jubei rápidamente para apenas esquivar una veloz embestida de la voluminosa criatura cuadrúpeda que se encaminaba veloz a la salida.
- ¡Kyo san, No lo dejes salir!- Exclamó forzando su garganta ante el polvo levantado y el ruido del temblor del piso que al correr la criatura producía y, que amplificado por el eco de la cueva hacía parecer aún más potente. Al punto, Kyo cargó, puños encendidos al interior de la cueva, al tiempo, el enorme animalón se frenó un poco al ver el fuego, más no lo suficiente. Intentó saltar por encima del joven, pero su enorme tamaño; no le ayudaba a hacer esto último rápidamente, cosa que Kyo aprovechó para realizar un potente golpe ascendente, lo cual hizo que la bestia cayera a un lado, emitiendo tan terrible rugido que el Kusanagi tuvo que cubrir sus oídos, pues sentía como si la cabeza le fuese a estallar por la potencia del mismo.
En realidad el "terrible" Endochbalamatl rugía por temor al fuego, que bien prendido en su peluda barriga amenazaba con extenderse rápidamente por todo su voluminoso y peludísimo cuerpo, bueno, aquí es donde Jubei entra Ó mejor dicho, sale de la cueva y, mirando a Kyo sacudiendo un poco su cabeza con las manos en ella y luego mirando una criatura angustiada revolcándose en el suelo, resuelve acercarse a ella y, manoteando sobre el abdomen del gran Endochbalamatl logra apagar las flamas antes de que éstas se extiendan demasiado.
No apenas logrando esto, el gran monstruo aquel sale disparado cual balazo al exterior de la cueva, no sin antes de que Jubei se prendiese como pulga en un costado de la peluda bestia .
- ¡Jubeiiii ¡ - Gritó Kyo, mientras trataba de tomarle por la cola, pero esto resultó en no más que un golpe que sacó de balance a Kyo, y cuando éste se repuso, el animalón aquél se perdía ya en el horizonte a una velocidad increíble para semejante complexión.
Así que, viendo que no podría alcanzarlos decidió correr tras sus huellas a un paso constante que no le agotara energías en caso de necesidad, pero veloz por si aquellos se detenían para poder alcanzarles.
Ante la luz del exterior Jubei primero pudo apreciar que la criatura corría a una velocidad mayor a la de cualquier criatura que hubiese visto antes, su suave y abundante pelaje naranja rojizo estaba surcado por rayas negras, al acomodarse a su lomo se percató que era algo "escurrido" de grupa, parecía un enorme tigre con cuernos al que hubiesen metido a la lavadora y luego al secado esponjoso, un cuello un poco más largo de lo calculado para un tigre, una cola que terminaba en un aguijón aplanado y triangular y unas hirsutas crines de color verde aguamarina metálico que completaban el exótico aspecto del animal. Una vez que se diese cuenta que había algo no previsto sobre su lomo, se detuvo abruptamente, Jubei aprovechando la inercia, se recorrió hacia delante un poco, quedando colgando en su cuello, al punto, sacó las riendas y con acierto, las colocó al instante en la cabeza del animal, quien al punto siguió corriendo un poco más, y ahora, cada vez que intentaba rodar sobre su lomo, una fuerza extraña le impedía revolcarse en el suelo, por lo que corrió unas tres horas más antes de, nuevamente detenerse rápidamente y dirigir una mirada suplicante y triste a Jubei: Había comprendido que era prisionero
- Lo siento, muchacho, a mí también me gustaría que las cosas fuesen diferentes -Dijo Jubei al ver el sentimiento en los ojos del "monstruoso" Endochbalamatl.
A trote aparecieron sobre el horizonte Jubei Shimada y Endochbalamatl..
- Increíble, -Dijo Kyo,- Eso no es un monstruo, ¡Es una belleza!
- ¡Sube!- El sonriente rubio le extendió una mano a Kyo para que éste montara al animal y, regresaron al castillo de la familia Cellín.
Por las amplias calles del nivel 5 de la dimensión Haunted House causaban admiración y sorpresa, los peligritos miraban y lo que veían apenas lo creían: Un par de humanos sobre el monstruoso Endochbalamatl iban.
A la entrada de la reja con su escolta, aparecía el pequeño fantasmín:
- ¡Ey, a que viene ese escándalo? El trato fue que le ejecutaras..-
- Yo no soy nadie para disponer de una vida, dice al punto que desmonta. Si te parece, envíame a casa con todo y la criatura para asegurarte de que no vuelva jamás por aquí -
Estando Fantasmín maravillado, dijo:
- Bueno, pero como no terminaste el trabajo, tendrás que terminar también con esas odiosos y rapaces enemigos que tenemos en niveles superiores, de los cuales ya te he puesto al tanto, como veo, con Bata será mucho más fácil, y ahora, el joven Kusanagi ha quedado libre de su deuda y pasa a ser huésped en esta casa en espera de que mi consejo de sabios logre localizar su lugar de procedencia.-
Ante esto, el rostro del Kusanagi se ilumina y casi pega un salto de gusto, de no ser
- Además, prosiguió tendrás que llevarte también al Yagami, puesto que mi padre vendrá de visita, y debo distraer su atención lo más posible de lo ocurrido de los licosanurios, para que, una vez localizado el portal dimensional AMBOS regresen a su lugar de origen.-
- ¡Mierda!- Dijo Kyo en una pequeña mueca por lo bajo - Al parecer nunca se podría liberar del Yagami, y estaría ahí siempre, como una sombra. Quedando, pues, en esto, Jubei y fantasmín siguieron charlando y Kyo regresó al interior del castillo, y para asegurarse de no meterse en problemas, se encerró, furioso en el cuarto que habíale sido asignado.
Se aseó, posteriormente se tumbó en la cama, y recordaba la charla que había tenido con Jubei de regreso al castillo:
- Algo me dice, que tu vida no tendría sentido, sin el Yagami, Kyo, aunque no lo creas.-
- Pues yo lo dudo mucho, no sé por qué lo dices, yo solo quisiera, la verdad, llevar la vida de una persona normal, en el fondo, no me gusta esto de pelear, pero como se me facilita y me da pereza hacer algo más -
- Kyo san, disculpe que le interrumpa, ¿De dónde es usted?-
- Pues de Japón, y por lo que veo, usted lleva una ropa muy tradicional de festival -
- ¿Festival? ¿Quiere que le diga la verdad? Aunque, bueno quizás usted prefiera no creerme, aunque cabe la posibilidad de que si -
- ¿Y la verdad es ?-
- Pues que vengo de Japón también, pero de un tiempo que no es este.-
Entonces le dijo su época, le habló de la leyenda de tres valerosos jóvenes que, con sus dones especiales derrotaron al gran Orochinagui.
- Bueno, pero, ¿Cómo sabe usted que, en efecto lograron derrotarlo?
Y, para empezar, como sabe que fueron tres? La leyenda dice dos -
- Mi estimado Kusanagi, dos de ellos fueron los ancestros de tu familia y de la familia del Yagami, eso seguro todos lo saben, pero se les olvida que la tercera persona era una joven sacerdotisa y que gracias a ella el Orochi ya debilitado por sus familias fue encerrado, y de no haber ocurrido así, otra cosa me hubieses dicho. Lo que no me explico es -
Al punto, Kyo baja la cabeza, no cree posible que otora fuesen aliados.
- Es ¿Como fue posible que terminaran siendo tan enconados enemigos?-
- Shimada san, yo tampoco me lo explico. Al parecer la culpa fue de los Yagami, ó al menos, eso fue lo que mi padre me dijo, pero entonces -
- Oiga un momento, ¿Por qué habría yo de creerle?
- Pues para empezar, los samuráis no mentimos y para continuar ¿Por que no creerme? Has visto que te he tratado honradamente a pesar de no conocerte, e incluso confiar también mi seguridad en tus manos al ir a atrapar a Endochbalamatl, compartimos ya un par de comidas y nos encontramos en un lugar que, la verdad no me imaginaba ni en mis más alocadas fantasías. Por otra parte, efectivamente se encuentra usted, amigo mío en todo el derecho de creer lo que usted guste. ¿Es ahora suficiente, Kusanagi san?-
- Oh, si, disculpe por favor Y, puede llamarme por mi nombre, Shimada san.
Bueno, sólo si tú me llamas Jubei. Sólo Jubei.-
- Bien, Jubei .- Dice Kyo sonrojado. - Es que aún me parece que este pleito de cientos de años pudiese terminar en tan sólo días ó meses -
- Odias tanto al Yagami?-
- No, en absoluto, aunque me ha parecido un tipo muy fastidioso, pues cada vez que estoy disfrutando algún momento agradable con mis amigos siempre se aparece de la nada para clamar por pelea, naturalmente yo no puedo rechazar su petición por ser quien soy, Ojalá hubiese alguna forma no sé. Parece disco rayado, siempre me repite que no podrá ser feliz hasta el día que me mate, y ocurre que quedamos al final de cada combate tan heridos que ya no tenemos fuerzas para matarnos mutuamente, las ambulancias llegan y todo queda siempre igual.-
- Ajá, ya veo -
- He de confesarte que en más de una ocasión yo he quedado con fuerza suficiente para acercarme a él y propinar el golpe de gracia, pero lo veo, su cara frustrada por no lograr su meta, y yo no me siento digno de arrebatarle la vida, a pesar de que todo lo que he recibido de educación ha sido fundamentalmente para ello, y es que al verlo, ahí, manchado de su sangre, de la mía, recuerdo mi familia y pienso, que él debe de tener a alguien, ¿No? A alguien que le echaría de menos si muriese a pesar de ser como es . Y pienso en cómo se pondría mi madre, mi novia, mis amigos, si yo muriese, así que no me parece justo matarlo en consideración a los suyos, y no me parece justo lo que mi padre desea, aunque sea mi padre Lo que me preocupa es que -
- ¿Acaso que Iori no lo vea así?-
- Pues si.-
- ¿Kyo, hay algo especial que quieras decirme de Iori? ¿Algo más que yo no sepa?-
El joven se sonroja y bajando la cabeza dice - No.-
- Kyo, no te pongas triste, verás que todo se arreglará, ten fe -
Esa dulce mirada empezó a sacarlo de quicio. Era demasiado tranquilo para ser un chico y demasiado maduro y consciente para ser un loco.
- Kyo, ¿Cuantos años tienes?-
- 19 ¿Y tú?-
- 17 -
Viendo el techo de su habitación, recostado en la cama, Kyo tomó la almohada. La colocó con firmeza en su rostro y gritó:
- ¡Jubei, Bakaaaa!!!!!-
Después se devanaba la cabeza tratando de averiguar por qué había sentido tal deseo de expresar así, sin más lo que sentía y llegó a la conclusión de que, por ser un perfecto desconocido no podría reñirle nada al respecto... Mientras, en el exterior Jubei y Fantasmín discutían con respecto a encontrar la salida de Jubei al mundo del mismo.
-¿Como? ¿Apenas encontraron mi mundo?-
- Así es, nos falta averiguar el año. Y una vez dado esto, tendremos que reprogramar uno de los abre puertas con ayuda del señor pulguito, entonces, y sólo entonces podremos regresarte a tu mundo.
Por mientras este.. ¿Podrías hacernos un favor, Jubei -san?-
- ¿Cual?-
- Pues completar tu misión Tú sabes, La cuca La mosca y el alacrán -
Con cara de decepcionado - Ya veo.-
Al punto, el pequeño espectro dijo: - Vamos, no es tan difícil, ahora cuentas como montura con esa criatura que has capturado, y si Kyo decide acompañarte -
- Está bien, dijo con un suspiro, ilusionado porque, seguramente, podría regresar a casa en cuanto volviera de su viaje, así que entre más pronto partiera -
- ¡Kyo!- Se escuchó un grito desde el exterior. Al punto, el chico se asomó y Jubei le dijo:
- ¿Qué tal un poco más de ejercicio? Hay una cucaracha apestosa por ahí -
- ¿Eh? Bueno, yo -
- Vamos, muchacho, ¿O acaso deseas quedarte aquí tirado como una ballena encallada?-
Kyo, poco deseoso e estarle viendo caras a los peligritos gritó entusiasmado:
- ¡Por supuesto que voy!-
Antes de que Kyo llegara al exterior, Jubei preguntó:
- ¿Qué hay del pelirrojo?-
- Bueno, resulta que está tan deseoso de liberarse de su deuda que -
- ¿Qué pasó ahora?- Preguntó Jubei con senda preocupación surcándole el rostro.
- Ah, pues se fue a eliminar a la mosca del nivel 54, partió apenas unas horas después de que Tú y el señor Kusanagi salieran en la captura de Bata -
- Pero, pero Él no está en condiciones de salir así como así a cualquier parte, a ratos le dan unos ataques de demencia que -
- Pues se encontraba en perfectas condiciones al salir de aquí, y le juro que de no ser porque se le ocurrió revisar en la biblioteca por un mapa de mi castillo, aún seguiría aquí, ese tipo es tan peligroso que, la verdad una vez despierto y bien consciente preferimos apartarnos de su camino -
- Entonces, ¿Él fue directamente a encargarse de la mosca?-
- Si, y como sé que usted es inteligente, Shimada-san se encaminará primero a la caza de la cucaracha del nivel 7 -
Jubei con una mueca de desagrado ante la noticia, dijo:
- Vaya, parece que esta vez no hay más remedio -
Al punto, Kyo aparecía por la puerta y Subió sobre Bata. Ante esta nueva situación mejor era matar cuanto antes a la cuca y alcanzar al Yagami para evitar más líos.
Así fue que partieron de inmediato.
Tras dejar el nivel 5 se percataron de que la temperatura en ese nivel era ligeramente mayor a la del anterior, Alrededor suyo había escarpadas montañas, ellos transitaban por en medio del valle que las surcaba.
- Oye, Kyo -
- ¿Si?-
- Entre otras cosas he observado que Iori además de poseer flamas como tú, éstas son de otro color. ¿Puedo preguntarte una cosa?-
- Mhm, pues si, Jubei, adelante -
-Me gustaría que me explicaras por qué tiene flamas púrpuras -
- Ah, bueno, eso, es Pues es que adentro de ellos se encuentra algo del Orochi, y por eso tenemos que destruirlos.-
- ¿Orochi es malo?-
- Lo es, en efecto, quizá eso Iori lo sabe, quizá no.-
- El mal siempre debe ser detenido, Kyo -
- Pero, Jubei, yo jamás he matado a nadie y ni siquiera quiero hacerlo, mi padre está furioso conmigo por ello, ¡Seguramente es porque SOY UN COBARDE!!!-
- Kyo
Nunca te reproches el ser misericordioso, mi amigo. Es un don valioso que muy pocos tienen y aún menos son quienes lo practican.-
- Pero tú dijiste hace unos momentos que -
- Si, dije que el mal debe ser detenido, no que mataras al Yagami. Hay formas de hacer las cosas. Si lo piensas bien, no creo que sea algo que el Yagami deseara. ¿Acaso tú deseabas tener esas flamas?, ¿Ser entrenado como su ejecutor?-
- Ah, por supuesto que no, he tenido que renunciar a muchas cosas de mi infancia por el capricho de mi padre -
- Luego, entonces, ¿Quien no te dice que Iori, en el fondo ha de estar pasando algo como tú? Además no sé si lo sabías, pero he notado que tú, a diferencia de él, no sufres dolor alguno al invocar tus flamas.-
- Eso es por lo de Orochi, es SU problema Por eso, llega incluso a actuar como un animal Está demente -
- Kyo, es problema de los Yagami, pero no es problema de Iori, lo que es más: Orochi es problema de ambos. Sé que te sonará muy extraño, pero tienes que ayudarlo, y no sé tú, pero yo lo voy a intentar. Ayudarte a ti, ayudarlo a el, a ambos. Por favor, trata de comprender que en realidad son un equipo -
- Ah, puede que si . Si nos deshiciéramos de Orochi, esto terminaría, eso tiene sentido, pero la pregunta es: ¿Dónde lo encontramos?, y ¿Cómo convenceremos entonces a este necio cabeza de zanahoria para que comprenda que su enemigo no soy yo?-
- Quizás el tiempo nos brinde las respuestas Dicen que el tiempo lo arregla todo -
Claro, pensó Kyo. Si el tiempo no lo arregla, lo hará Orochi, si Orochi no lo arregla, lo hará el Yagami, y eso si que no puedo permitirlo, algo me dice que tendré que arreglarlo yo si no quiero que termine matándome, Yuki Aguanta, pronto volveré a casa
Tras un par de horas de camino las montañas quedaban atrás, y una bella arboleda iba tomando su lugar. Ese día terminaba. Antes de que los últimos rayos de sol desaparecieran, Jubei sugirió:
Quizá sea buena idea parar aquí para descansa antes de enfrentarnos a la cucaracha
No hacía más de un par de segundos que el joven había bajado del gran y ahora no tan temible Endochbalamatl para que, apenas en bajándose Jubei, el animalón repentinamente echó a correr a toda su asombrosa potencia de regreso de done venían, y antes de lo que se dijera ya, el joven Kusanagi volvía a gritar:
- ¡¡¡Jubei!!!!-
- ¡No te preocupes, ya regresaré, en cuanto lo detenga, creo!-
Bata se dirigía justo a la mitad de la enorme puerta que semejaba el Mithril, pero estando esa cerrada, Jubei sólo atinaba a gritarle que se detuviese, jalaba desesperado las riendas y, al contrario, la bestia parecía acelerar.
- Sospecho que estas riendas en realidad no eran mágicas-, se dijo con cara de espanto
- ¡Mate!, ¡Bata! ¡Mate!- (¡Detente!).
Se preparó para la inminente colisión, pero esta nunca llegó, sintiendo un cosquilleo de la cabeza a los pies, pronto se vio a sí mismo montando al gran Endochbalamatl del otro lado de la puerta..
- ¡Wow! eres sorprendente, pequeño, pero créeme, me sorprenderías más si por favor retornaras con nuestro amigo -
En la cúspide del Monte quejumbroso, Endochbalamatl se detuvo tan súbitamente, que el apuesto paladín salió disparado al frente, sin soltar las riendas, por supuesto y quedando patéticamente colgando de las mismas sobre el risco. La luna llena de ese mes se levantaba gloriosamente anaranjada sobre el bermejo horizonte del nivel 5, y a lo lejos, se encendían las luces del castillo y la ciudad mientras que el gran Endochbalamatl rugía, y rugía, y volvía a rugir y seguiría rugiendo manteniendo en vela a todo el nivel 5 hasta la madrugada siguiente
- ¡Bah!, vaya samurai, ya se me hacía raro que, tan fácilmente lo haya capturado, de seguro lo liberó ó se le escapó - Dijo Fantasmín molesto..
- Joven amo, pronto lo enviaremos a su mundo con todo y esa bestia, y verá que dormiremos por fin tranquilos.- Dijo un vampirito de color café oscuro.
- Que rayos-, Dijo desesperado fantasmín, - ¡Quisiera que nunca jamás Endochbalamatl pudiera volver a rugir aquí!-
- Cuidado con lo que pides, podría hacerse realidad-,
Dijo una sensual voz a espaldas de fantasmín. El vampirito de color café oscuro palideció hasta ponerse beige Fantasmín, al punto, volteó su sillón giratorio asustadísimo:
- ¡Oh, señora mía, de ninguna manera, es sólo algo que he dicho sin pensar, por favor, le suplico que no se fije en lo que he dicho!...-
Con maliciosa mirada en sus aviares ojos de águila dorada le contestaba aquella femenina voz maliciosamente
- ¿Estás SEGURO?-
- Mejor, haga de cuenta que no escuchó nada de lo hablado en esta habitación hasta hace un par de minutos -
Ahora con esa malicia que te hace sentir que has metido la pata hasta el cuello y que ahora que te atreves moverla resulta ineludiblemente en algo muchísimo peor..
- Bueno, si quieres NO me fijaré en lo que has dicho -
El ente aquél plegaba sus adamantinas y espectrales alas, mientras que, cadenciosa y llamativamente se dirigía hacia la salida de esa habitación, sin abrir puerta alguna, la atravesó cual espectro .
Tras unos momentos de silencio, Fantasmín tartamudeó:
- Ba, Ba, Baraka -
- Jo... Joven amo -
- ¿S... si?-
- Con todo respeto Mejor ya cállese la boca -
Como no podría taparse los oídos sin soltarse y caer al enorme vacío de profundidad desconocida, ni trepar por causa de lo mismo, el desesperado Jubei sólo pudo hacer una cosa por el resto de la noche
- ¡¡¡¡¡¡Buáááááá!!!!!!...-
Kyo regresaba lentamente, pero se detuvo en el límite de la zona donde el bosque terminaba. Un potente viento se escurría entre las montañas, algo de tierra entró en sus ojos. Mientras recuperaba su visibilidad llegó a la conclusión de que el viento ya habría borrado sus huellas, y en definitiva, era mejor esperar.
La siguiente ráfaga le llevó un sonido ya familiar: el zumbido de una libélula en la lejanía. Por precaución decidió trepar a un árbol frondoso y esperar
A lo lejos, la luz de la luna llena le llevaba una hermosa vista del valle entre las montanas; mas, entre las sombras, algo extraño llamó su atención, un movimiento que se escurría entre las sombras que las montañas proyectaban en dirección al valle. Cuando estuvo más cerca, se dio cuenta que era una forma felina, mucho más pequeña que Bata, sin jinete y.. con alas
- Esto sí que es extraño, una pantera con alas de murciélago y que no vuela pero vaya, como corre -
La criatura llevaba prisa, y veloz se desplazaba sobre sus extremidades, se detuvo a unos 15 metros de donde se encontraba escondido el chico, el viento le llevó sus jadeos de cansancio, mientras volteaba hacia atrás, el sonido de la libélula pareció incrementarse, su pelaje negro y de brillante superficie parecía estar empapado
Repentinamente, reanudó su marcha veloz entre las sombras, adentrándose en el bosque. Kyo esperó, a ver qué ocurría, tras un trío de minutos pudo ver cómo una enorme libélula avanzaba lentamente en el valle. Sobre ella se veían cuatro sombras,
- Muy grandes para ser peligritos -
Pensó. Esperó a que ésta se perdiera en el horizonte. Una vez ocurrido esto, se dirigió hacia el sitio por donde la pantera había pasado.
Encontró un rastro de sangre, sin duda, perteneciente al animal.
- Han de ser cazadores -, Se dijo para sí.
Había decidido que en ese mundo, más valía ser extremadamente precavido, y que no podía distraerse de su misión, por lo que decidió no meterse
Y cuanto no más acertado podría estar Kyo, pues sobre esa enorme libélula se encontraban ni más ni menos que Ix Mantis, La gárgola del Este, un chico de cabello rojo caoba, largo y ondulado y el cadáver de Norte que Sur, el más bajo, joven y delgado sostenía:
- "Este" -
- ¿Si, mi señor? -
- En cuanto tengamos a Oeste a nuestro alcance, quiero que lo detengas sin matarlo, recuerda, ahora que Norte ha muerto, nuestro trabajo se dificulta. -
- ¿Algo más, mi señor? -
- Claro, koibito mío, diviértete. - Dijo malicioso, mientras le pasaba suavemente la mano sobre una mejilla. Este mantuvo en su rostro una mirada seria, fría e impersonal.
- Y yo, ¿Que hago?, ¿Qué haré? - Preguntó ansiosamente la más pequeña de las figuras, con voz algo chillona, un flacucho punk que se veía de unos 16 años de edad.
- Tú, Sur, cuidas la libélula, el cadáver de Norte y cierras la boca. -
- Aaww -
- ¿Que dijiste?-
- N- nada, mi señor. -
Entre tanto, mucho más allá del nivel 7, para ser precisos en el nivel 30, donde la temperatura nunca bajaba de los 38oC, el pelirrojo montaba sobre un licosanurio de color ajedrez que, en las planicies del nivel 54 proporcionaría excelente camuflaje, pero que por ahora no le ayudaba en lo más mínimo en la estepa multicolor que atravesaba. El veloz animal proporcionado por fantasmín era uno de los licosanurios que se usaban en las carreras de estos mismos, y aunque ya era algo viejo y no podría competir en más campeonatos, aún valía lo suficiente como para confiarle una tarea como esa
- No, no permitiré que esa cucaracha le haga algo a Kusanagi, sólo yo puedo y debo hacerlo Tengo que darme mucha prisa para matar a la mosca esa
Maldito Fantasmín, malditos peligritos, maldito Jubei, todos ellos Tengo que regresar ahora lo más protno posible para evitar que esa sabandija le to que uno solo de sus cabellos Teme
Esto Ya ha ido demasiado lejos, esta vez no tendré compasión por ese miserable, esta vez no seré débil, en esta ocasión le daré muerte, pero antes, ¡Oh!, si, antes le haré sufrir, lo apartaré de ese odioso rubio bonachón de Jubei Shimada para así poderle torturar, ¡OH si! torturar a mi gusto, lenta y meticulosamente Tiene que pagar por todo Si todo y cada cosa que me ha hecho sufrir; y, cuando le dé muerte, seré libre ¡Libre!, ¡LIBRE!, hm, hm, hm,hm, he, he, he, he, Ha, HA, HAA, HAAA -
Mientras lo escuchaba, el pobre licosanurio que montaba, temía, con justa razón, por su vida Y por un buen trecho del camino, Iori se rió, rió demente, hasta que no hubo mas espacio en su torturada cabeza que para Kusanagi Kyo
...
A la mañana siguiente, Jubei se apresuraba sobre Bata a llegar donde había dejado al Kusanagi.
- Cielos, Jubei, vaya ojeras que tiene, pareces mapache -
- Ah, Que dijiste? -
- Que traes ojeras de desvelado -
- No te oigo -
- Dije: QUE TRAES OJERAS -
- Este no te entiendo -
- ¡OJEROSOOO!!! - Gritó entre impaciente y divertido.
- Sumimasen, Kyo - kun, no puedo escuchar lo que dices, es por lo de Bata, regresó al monte quejumbroso y me tuvo ahí toda la noche oyéndolo rugir, por cierto, no grites, me duele la cabeza, quizá para mediodía esté mejor. -
El moreno asintió con una sonrisa, así que decidió que lo visto esa noche tendría que esperar. El problema es que por ser distraído, lo olvidó después.
Cercana ya la tarde, atravesaban por completo el nivel 6 para entrar al siete. En este punto Jubei comento:
- Kyo, acamparemos aquí junto a la puerta y realizaremos nuestra incursión en la madrugada, con la luz del día ese animal estará acorralado en su sucio agujero. -
- ¿Ya escuchas lo que te digo, ojeroso? -
- Te escucho ya perfectamente bien, y por si no te has dado cuenta, ya no tengo absolutamente nada -
Kyo se sonrojó por la vergüenza
- Eh, gomen, Jubei lo que pasa es que pensé que no escuchabas -
- Je, bueno no te preocupes. Todos hacemos travesuras de vez en cuando. Por ahora, te tocará hacer la guardia, espero que no te moleste -
Eh, bueno, yo..-
- Así está mejor. Tengo mucho sueño, por favor despiértame dentro de un rato, cundo me toque hacer la mía.-
Al punto, se envolvió en una manta junto al peludo, acurrucado y suave Endochbalamatl
- Pero Jubei, yo -
- Zzzzzzz -
- Ah, que diablos, de seguro lo hizo a propósito Está bien, ya aprendí la lección - Suspiró.
El Kusanagi al principio no tuvo al principio problemas para mantenerse despierto, dado que era algo comodín, encendió una fogata para mantener incrementado su rango de visión, y se dedicó a asar unos malvaviscos que llevaba consigo dada su flojera para asarlos en sus propias manos, y siendo muy goloso para asar y comer uno a la vez
Transcurrieron un par de horas, ruidos nocturnos de animalillos; la bolsa de malvaviscos vio su fin en la boca del joven previo paseo por las brasas. Ahora tenía sueño, mucho, se sentó al pié de un árbol, y recargándose en su tronco, se quedó profundamente dormido.
La luz de la fogata atrajo dos pares de ojos que, desde las sombras de los árboles contemplaban la escena. Se acercaron sigilosamente los misteriosos seres en cuestión, amparados por la oscuridad. Bata notó que algo ajeno a lo esperado ocurría, con un suave movimiento despertó a Jubei, quien de pronto le pareció percibir que alguien los observaba, cerca, más cada vez. Sacó sigilosamente su katana aprovechando la ayuda que la manta que traía puesta encima le proporcionaba para disimular esa situación.
Kyo dormía algo inquieto, soñaba que se encontraba peleando con una gigantesca mantis religiosa y cuatro monstruos, uno de ellos semejaba un león alado con cuartos traseros de toro, una bestia demoníaca llena de púas por doquier, una comadreja con cabeza de carnero y hocico como de jabalí, y una criatura bípeda semejante a una gacela con brazos largos y desproporcionados Que lo rodeaban poco a poco, esquivando sus flamas, al punto en que sentía que una de esas criaturas tocaba sus ropas y, al sentir su aliento, Kyo despertó, lanzando su mano despedida hacia delante en un firme agarrón que casi le rompe el brazo al vampirito que frente a el, con pañuelo atado a la cabeza; revisaba el bolsillo de su camisa
Kyo: - ¿Eh?-
Vampirito: - ¡AY!-
Al punto, Jubei sorprende al otro peligrito que se le había también aproximado. Con cara de Jugador de póquer y apuntando con su filosa y siempre bien cuidada katana al cuello del intruso:
- ¿Qué se les ofrece?-
- Ey, tranquilo, somos viajeros, tan sólo pasábamos por aquí, vimos su fogata apagada y pensamos que alguien los había asaltado y noqueado -
-Kyo: - ¿Ah si? Y, ¿De verdad esperan que nosotros nos traguemos ?-
Jubei, con cara muy seria lo interrumpe
- Muchas gracias, pero estamos bien ¿Por cierto, de dónde vienen ustedes?-
Kyo no pudo más que poner cara perpleja ¿Cómo era posible que el rubio cayese en una trampa tan obviamente tonta?
- Pues somos habitantes de este nivel, y, conociendo las malas mañas de la cucaracha, decidimos vivir sin casa fija para evitar que nos asalte, ó, eso solíamos hacer -
Kyo: - Jubei, no pensarás en -
- ¿Matarlos? No, espera, Kyo, oigamos lo que tienen que decir -
Tras callarlo de ese modo, una pequeña gotita de sudor corría por la frente de Kyo
- Pues - Continuó el otro, - La cucaracha secuestró a algunos de nuestros amigos y, desafortunadamente no pudimos hacer nada al respecto, pues los peligritos no usamos -
- ¿Armas?- Preguntó Kyo, mientras extraía del bolsillo de uno de ellos una daga
- Eso es por los Sasabosan, son criaturas muy peligrosas, y -
-Pero la cucaracha es mucho peor, interrumpió el otro peligrito -
- Bueno, bueno, bueno - Dice Jubei. - ¿Entonces, ustedes huyen de la cucaracha?
- No precisamente, tenemos un mapa del castillo -
- Cállate, le dijo bruscamente el otro vampirito -
- ¿A, si? Y, ¿Qué pensaban hacer con él?-
- Está bien, se lo diremos, pero por favor, no nos mate -
Kyo: - Esto es absurdo, por favor, Jubei -
Jubei, alzando la mano para indicarle a Kyo que guarde silencio:
- ¿Y bien?-
- Pues pensábamos entrar a escondidas al mismo, pero la verdad, ya no, pues tiene demasiados súbditos y por temor a ser descubiertos ya no lo hicimos -
- ¿Dónde tienen el mapa?- Cuestionó de forma más bien imperativa.
El peligrito del pañuelo contestó:
- En nuestro campamento, pero. ¿Para qué lo quieren ustedes?-
- Muy sencillo: Nosotros nos encargaremos de terminar con los estragos y abusos que esa asquerosa cucaracha comente contra el pueblo de Haunted House, ¿Qué mejor que tener un mapa del territorio enemigo?-
Kyo, llevándose una mano a la cabeza, y meneando ésta negativamente:
- Ay, Jubei -
- Entonces-, dijo el uno: - ¿Eso quiere decir que vas al castillo de la cucaracha a darle.. -
- Muerte? Terminó el otro.
- Ah, efectivamente, pequeño, no te preocupes, salvaré a sus amigos -
Abriendo ambos vampiritos los ojos de par en par cualquiera podría decir que estaban sorprendidos de la llegada de un héroe así al Haunted House, pero en realidad ellos estaban perplejos al ver moverse al monstruoso Endochbalamatl detrás suyo, con riendas puestas y ronroneándole afectuosamente a Jubei
Ey, como prueba de buena fe iremos a traerle el mapa! Dice aquél que se encontraba frente a Jubei
Al punto, el otro sacándose del agarre de Kyo gritó: Si, esa apestosa morirá; les traeremos el mapa
Por la frente del Kusanagi corría una gorda, gorda gota de sudor, apenas era posible que ese chico que tan maduro hablaba fuese tan ingenuo
Muy bien, pequeños, vayan, aquí los esperaremos al despuntar el día.
Ni tardos ni perezosos los peligritos se alejaron aleteando a cuanta velocidad les permitiese el batir de sus alas
Jubei
¿Que?
¡Bah! Nada
¿Qué ocurre, Kyo?
Olvídalo
No, en serio, vamos dímelo
Primera: No debiste dejarlos ir, segunda: ¿Acaso no viste que eran distintos a los otros peligritos? Estos estaban desaseados
Pero Kyo, si viven en el campo es obvio que no visten como los de la ciudad
Ay, Jubei
¿Qué? Preguntó, al tiempo que comenzaba a guardar sus cosas
Mira, no todos tienen buenas intenciones como tú
Pero ellos si, ¿Acaso no escuchaste?
Y tu te tragas todo lo que te dicen, Te apuesto lo que quieras a que jamás se presentarán con el mapa
Efectivamente, Kyo, no sé si vendrán o no, ó si son aliados como dicen ser, ladrones que querían asaltarnos ó enemigos enviados por la cucaracha, así que, no nos vamos a quedar aquí para averiguarlo. Disculpa que te callara de ese modo tan rudo, pero lo ideal era hacerle creer que somos unos tontos, si son enemigos, no estaremos aquí cuando amanezca si son amigos no los pondremos en riesgo Así que partamos cuanto antes al castillo
Kyo, con la boca abierta no podía creer que lo que escuchaba provenía de la boca de alguien que fuese en edad menor que él pero en estatura y conocimientos lo dejara en la baba
Me pregunto si este tipo no será un extraterrestre Pensó.
Al entrar al nivel 7, el paisaje cambiaba diametralmente, era un lugar oscuro, caluroso, el sol nunca se miraba, pues unas eternas nubes negras cubrían por completo el lugar, acaso, por algunos momentos, la luz del astro rey parecía asomarse tímidamente por ellas para luego, enseguida ocultarse, El paisaje, por tanto, era inhóspito y no apto para personas con depresión.
Con sumo cuidado, Jubei guiaba a Bata para evitar aquellas rocas puntiagudas que pidiesen lesionarle las patas, una vereda pequeña se extendía un poco más adelante, así pues, continuaron por ella.
En el camino, se oían ruidos exóticos que semejaban gorjeos, un examen minucioso del terreno les permitió saber que lo que producía tales ruidos eran géiseres en miniatura y enormes charcos de lodo burbujeante que se encontraban en algunos puntos del camino. Al cabo de unas seis horas dejaron éstos atrás, pero el lugar no parecía decidido a darles tregua con las sombras. De pronto, a una vuelta del camino, algo hubo que llamó poderosamente la atención de Kyo:
- Mira, Jubei una vieja estatua -
Al voltear a verla, Jubei atinó a decir:
- Sólo un tonto que no conozca la leyenda de Bata ignoraría de quién se trata -
Al cabo de unos trescientos metros más, a intervalos de 10 m cada una de las derruidas estatuas de Endochbalamatl se erguían, aún, majestuosas custodiando el camino por donde estos inusuales personajes transitaban. Algunas ya no eran más que las extremidades del animal firmemente plantadas sobre los pedestales de roca viva del lugar, otras; sin embargo estaban completas, excepto por algún detalle como el rabo, la cabeza, las puntas de las crines ó los cuernos En este punto Jubei notó algo que le pareció inusual: Bata tenía dos cuernos, las estatuas poseían cuatro.
En algún momento, le pareció a Jubei escuchar un ruidito muy semejante al de un zumbido, pensando en que se podría tratar de una libélula de transporte, volteaba a todas direcciones
- ¿Kyo- qué ocurre?-
- ¿Escuchas?-
- Oh, ya veo, quiero decir, si, ya oigo -
El sonido parecía incrementarse conforme ellos avanzaban , lenta, muy lentamente.. De pronto se escuchó como un sonido semejante al de un timbre de teléfono sonaba Jubei estaba nervioso, pero Bata no parecía estarlo, cuando mucho, alerta. Tan sólo bostezó perezosamente y en discreto silencio
El sonido del timbre parecía venir de una pequeña formación rocosa. Los tres se asomaron discretamente. Ahora Jubei estaba seguro de ver el más enorme mosquito que jamás en su vida
- Oye Jubei, eso es -
- ¡Uy! si eso es un mosquito, no quiero conocer a los gigantes a los que pican -
- Jubei, eso no es un mosquito, a juzgar por la apariencia metálica del mismo a mí me parece más bien un robot -
- ¡Por mis ancestros! Y eso, ¿Que es?-
- Pues sirve para -
- Sssht, Mira...-
Al punto, de entre las patas del "mosquito" surgía una criatura bípeda
Imposible no notar su pelaje rojo, intensamente rojo sobre el fondo grisáceo del lugar.
Aún había suficiente luz en el ambiente como para distinguirle, medía un poco más de dos metros, poseía unas patas enormes, redondeadas con uñas anchas y afiladas, cuyas piernas se adelgazaban gradualmente hasta llegar a l torso, en el cual vestía al frente un escudo con una bella cobra estilizada con un círculo esta sobre su cabeza, el escudo en el pecho, estaba al parecer fabricado en un material semejante a cuero duro y sujeto por correas a los brazos de la criatura, quien portaba un cinturón, también de apariencia metálica con lo que, parecían (Debían ser) numerosos bolsillos. Sus brazos, peludos hasta los dedos terminaban en manos de cuatro dedos con pulgar oponible, en la izquierda sosteniendo un largo tubito que era el que producía esos extraños ruiditos, y miraba, con esos ojos rojizos de pupilas verticales interesado en dirección a una roca afortunadamente, distinta a la de donde se encontraban nuestros amigos El aparatito sonó con más fuerza y frecuencia
- ¿Jubei, nos ?-
- Esperen aquí, muchachos, voy a investigar -
- Pe, pe... Pero -
Era muy tarde, Jubei dando un rodeo para que la criatura no sospechase del sitio de donde se le apareciese Jubei, fuese a delatar con su presencia a Kyo y a Bata
- Jubei baka ni yo me acercaría con tanta confianza a un extraterrestre -
Bata lo miraba inquisitivamente como si lo comprendiese, mientras repasaba en su brillante mente de criatura extraplanar: "Amigo", "pequeño", "Jubei"," Kyo" Y ellos me llaman "Bata" Y cuando Jubei no está, Kyo lo llama Baka
Jubei, mientras tanto, cuidaba que ese ser no volteara aún a verle con su cabeza semejante a la de un ave rapaz. No era tan tonto, al verle, le pidió a sus ancestros que le iluminasen para distinguir la verdad sobre la criatura, al punto, sintió su energía: Tranquila, benefactora, por eso había decidido acercarse, aunque con precaución.
La criatura emanaba un agradable olor a sandía, lo cual le indicaba que el viento estaba a su favor. (Aunque no lo hubiese estado, el ser no poseía más que apenas la mitad del olfato de un ser humano, pero su oído era tan bueno ó un poco mejor).
- Hola - Dijo Jubei, sonriendo sin mostrar los dientes, al principio la criatura pareció sorprenderse muchísimo, dio un paso atrás y sacó de su cinturón una diminuta tarjeta con símbolos ininteligibles
- ¿Barpla frére aleuhia? Haut Dévan sére ta...- Dijo la criatura...
- Hola - Dijo ahora a través del traductor en Hauntehausiano.
Jubei intentó rápidamente localizar el idioma de la criatura, tan sólo para encontrar en la pantallita del traductor : Lenguaje no registrado.
- Ups , bueno, eso no importa -
Al punto, comenzó a decirle tranquilamente palabras en lengua común, así como en japonés mientras avanzaba, la criatura retrocedió ahora, hasta cerca de su nave-zancudo y, con gesto seguro, y amenazador mostró la "tarjeta":
- ¡Dévan sére ta, alker; eh, ne vaitir ta ! -
Dijo, imperiosa la criatura, cuya clara y potente voz le impedía a cualquiera de buenas a primeras si pertenecería a un hombre ó a una mujer...
- Dirían los españoles: ¿Qué guilipolleces está haciendo este tío? - Dijo Kyo
Mientras observaba angustioso la situación Bata aprendía "Guilipolleces"
El ser, al siguiente paso que dio Jubei (Estaría a unos cien metros). Lanzó la tarjeta al aire, esta, comenzó a emitir un ruidito semejante al que hacen ciertos famosos robotitos que cambian de robots a autos ó vehículos voladores y que escrito sonaría algo así como "Cuquicuquicuqui" y, al terminar de desdoblarse, girar y acomodarse, caería espléndidamente acomodada en los brazos de la criatura con una forma muy pero que muy semejante a la de una... Bazooka!
- ¡Dévan sére ta, alker; eh, ne vaitir ta ! -
Volvió a repetir la criatura, mientras que, con cara de espanto, como la de alguien que no quiere hacer algo malo pero que se verás obligado a hacerlo si la situación lo amerita, apuntaba su arma en dirección al apuesto paladín, al tiempo que movía algo inquieta su cola reptilesca que terminaba en dos puntas, una de ellas con pelaje azul marino como el que le continuaba en línea ininterrumpida a lo largo de toda su espalda y le caía en curioso fleco en la frente...
En ese momento, el Kusanagi había ya captado el mensaje : Si Jubei seguía avanzando, ese ser dispararía, pero
¿Como podría atreverse a delatar su posición? Amigos... Familia... Yuki... No, no puedo ayudarlo... Pensó. Mi misión es otra...
Bata, vas a tener que ayudarlo tú,
Le dijo a la criatura mientras le sostenía su cabezota para verle a los ojos... Bata comprendía que Kyo estaba angustiado, pero no entendía por qué, puesto que Bata sabía cosas que Kyo no, pero a diferencia de Jubei el sí quería informarle al respecto, pero no podía hablar y si l hablaba en su idioma, no lo entendería... Sólo atinó a lamer la mejilla de Kyo con su áspera lengua...
- Shimatta... Murmuró Kyo angustiado...-
Jubei avanzó un paso más... Por completo ignorando lo que eran las armas de fuego...
- Ey, muchacho, tranquilo, no te "esponjes", no pienso hacerte nada malo, ¿Sabes dónde podría conseguir un cinturón así para guardar mis armas?...-
Pensaba en todo lo que podría ahorrarse de espacio y molestias si conseguía uno así...
La criatura jaló el gatillo, una enorme explosión ocurrió, Bata cerró sus ojos, casi deseaba poder taparse las orejas por el ruido, Kyo miraba perplejo... no podía creer lo que había ocurrido...
Capítulo 7: Encuentros cercanos del quinto tipo
Algunos personajes pertenecen a
SNK ^^U
el resto no tengo idea
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Julio, 2003