Fanfic por Setsuna Yagami
~ Antes de este momento ~
Capítulo 4.
Dada la entrega del premio, los muchachos se disponían a irse...
-Oi, Yagami ¿A dónde piensas ir?
-Lejos de aquí...
-¿Piensas seguir buscando a Kusanagi? – el pelirrojo no contestó –. Yo podría ayudarte – agregó K’.
-Yo no...
-Ya sé, no necesitas de nadie. Vamos, déjate de eso. Un poco de ayuda no le cae mal a nadie. Además, aunque me digas que no, yo iré contigo.
-¿Y que ganas tú con ayudarme?
-Supongo que nada, pero no tengo nada mejor que hacer.
-¿Y por qué mejor no vas a gastarte el dinero del premio?
-Quizá luego. Pero ahora quiero ir contigo – los compañeros del joven de cabello gris se miraron entre sí, les parecía bastante extraña la actitud de su amigo.
Iori comenzaba a perder la paciencia, realmente ese muchacho era bastante terco. Finalmente contestó:
-Has lo que quieras. Pero después no te estés quejando.
K’ sonrió ligeramente, había logrado convencer a Yagami. Sentía que estaba a un paso más delante de su plan. Estaba plenamente confiado en que obtendría lo que quería, talvez no de la manera fácil, pero lo lograría, sólo bastaba ganarse su confianza. Por otro lado, sus compañeros no parecían muy contentos, además de que no consideraban una buena idea el estar junto a un maniático asesino del que no conocían nada o remotamente sabían algo.
Siguieron al muchacho que se les había adelantado y ya iba tras Iori. ¿Qué iban a hacer? ¿A dónde irían?... no lo sabían, pero toda esta situación era en demasía extraña.
* * * *
Era de noche y ya era momento de descansar. La camarilla llegó a un hotel, Yagami fue el primero en registrarse e inmediatamente se dirigió a su habitación; mientras, los demás seguían en la recepción.
-Podrías decirme ¿qué es lo que te pasa? – le preguntó Máxima a K’, aprovechando que el pelirrojo ya no estaba con ellos.
-No se de que hablas... – respondió el otro, secamente.
-De lo que estás haciendo. ¿Por qué quieres seguir con ese sujeto? Se supone que él sólo estaría con nosotros en el torneo.
-¿Y eso te molesta? ¿Sientes que él es una amenaza? Ó ¿sólo piensas que voy a dejarlos porque él es mejor que ustedes?
-¿Qué dijiste? – comentó, algo molesto.
-Lo que oíste... – ambos se quedaron viendo.
-Por favor, cálmense. No quiero que peleen entre ustedes – dijo Whip, que se había interpuesto entre los dos. Ambos seguían a la defensiva, pero en cuestión de segundos relajaron sus facciones. K’ les dio la espalda y se dedicó a llenar un registro, pidió su llave y se disponía a subir.
-K’, ¿vas a estar en la misma habitación que Máxima? – le preguntó la chica.
-No. Estaré solo... – dijo y siguió caminando.
Whip vio el registro que hace unos momentos había llenado el joven, la habitación era la contigua a la de Yagami. La muchacha no pudo evitar ponerse algo triste.
-Vamos, tenemos que descansar – le dijo Máxima.
Mientras, el joven de cabello gris llegaba a su habitación. Al estar frente a la puerta, se mantuvo allí, viendo en ocasiones la entrada de la otra habitación. Después de un rato, entró a su cuarto y sin fijarse en nada, fue a la cama y se recostó. Se quedó observando el techo fijamente, pensando. Ese día había sido bastante largo. Todo el día estuvieron deambulando. ¿Esa era la manera de buscar del pelirrojo?; mas bien le pareció que quería aburrirlos para que lo dejaran en paz. Pero tenía que hacer mucho más que eso para alejarlo...
Volvió la vista hacia la pared de enfrente y se sorprendió con lo que vio: ¡las habitaciones estaban comunicadas! ¿Cómo no lo había notado antes? Sólo estaba separado del cuarto de Yagami por una simple puerta... Una idea cruzó su mente y sonrió a causa de ello. “No estarás pensando en ir allá ¿o si? – dijo en sus adentros - ¿Qué estará haciendo? ¿Estará dormido?...ó ¿acaso estará envuelto en el silencio al igual que yo?”
Se levantó de la cama y no pudiendo contener su curiosidad, se recargó en la pared, junto a la puerta. Se mantuvo en silencio esperando poder oír algo.
Del otro lado, Iori estaba callado, pensativo. Estaba parado frente a una ventana observando a su siempre hermosa compañera. Repentinamente llegó a él un sentimiento de nostalgia, recordaba el como era su vida antes de que Kyo desapareciera. Así se mantuvo por un rato hasta que algo lo interrumpió, notó el movimiento de una presencia. Sonrió. Caminó hacia la puerta divisoria de esa y la otra habitación de junto y estando frente a ella, aguardó por algún indicio de que el otro se haya dado cuenta que estaba ahí.
K’ comenzaba a sentir algo de sueño y recargó su cabeza sobre las rodillas que estaban rodeadas por sus brazos. Cerró los ojos un segundo e inmediatamente los abrió de nuevo al oír pasos acercándose; y después de un pequeño lapso de espera para ver si no había oído mal, la puerta que estaba a su lado se abrió...
El chico no pudo disimular su inminente sobresalto causado por el inesperado abrir de la entrada, aunado con la vergüenza de haber sido descubierto. Y entró en un trance que, de no haber sido por el pelirrojo, hubiera durado una eternidad.
-¿Esperabas a alguien? – le dijo.
-¿Q-qué...? – respondió el muchacho que ya estaba de pie – Pero... si tú ... – y sin que Iori esperara a que el otro terminara de hablar, se dio la vuelta y caminó hacia la cama de su recámara; ya ahí, tranquilamente comenzó a quitarse el saco y desabrocharse la camisa. El otro no sabía que hacer, sólo se concretaba a mirar.
-Tienes que cuidar más lo que haces. No debes ser tan obvio – dijo Yagami, mientras se quitaba los zapatos.
¿Tan obvio?, pensó K’. Entonces... él... se había dado cuenta.
-¡¿Cómo...?!
-No seas tonto, no creas que ahora me vas a engañar con una actuación de desentendido – Iori nuevamente se levantó y fue acercándose al joven de cabello gris -. Esto era lo que querías ¿o no? – lo tomó por la nuca y lo atrajo hacia sí. K’ estaba paralizado -, ... por eso querías estar conmigo el mayor tiempo posible... e ingenuamente te insinuabas...
El pelirrojo deslizó su mano libre por la espalda del joven y se detuvo en su cintura. Así, fue llevándolo poco a poco hacia atrás hasta topar con la orilla de la otra cama. El joven no oponía la mas mínima resistencia. ¿Para qué hacerlo? Ambos estaban tan cerca que casi podían rozar sus labios. La tensión para el muchacho de cabello gris iba en aumento, no podía soportar más la espera. Quería probar el sabor del pelirrojo, besarlo urgentemente, apasionadamente... pero cuando parecía que esto iba a ser un hecho, Yagami lo soltó dejándolo caer de espaldas contra el colchón y le dirigió una sonrisa llena de ironía que claramente lo desconcertó.
-¿Creíste que esto te sería tan fácil?... Que ingenuo – concluyó Iori.
K’ quedó pasmado con esas palabras. Se quedó tumbado en la cama mientras veía como el otro se iba y cerraba bruscamente la puerta tras de sí... Hubiera querido ir tras él pero... ¿qué iba a hacer entonces? Había sido humillado...
Luego de un rato de estar sólo viendo la puerta, el chico reaccionó y con furia contenida, fue y golpeó la pared.
-¡Eres un bastardo, Yagami! – gritó, y sintió que se enfurecía más al oír del otro lado, la risa del pelirrojo.
* * * *
-Buenos días, ¿dormiste bien?
-Eh... si...
Hubo un breve silencio.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Preferiría que no...
-Bien – se levantó de su asiento -, al menos lo intenté. No puedo obligarte.
-No, espera – K’ tomó del brazo a la chica -. Quiero disculparme por lo que les dije anoche a ti y a Máxima.
-No te preocupes, seguro que él ya lo olvidó.
-¿Y tú? – preguntó el muchacho, que aún no la soltaba.
-Yo... bueno. Sabes que... – la joven comenzaba a sonrojarse. Se soltó de la mano de K’ y decidió irse antes de que él se diera cuenta de su bochorno -. Tengo que ir por Máxima – concluyó.
-Está bien, pero no tardes – le dijo el otro. Ella se alejó presurosa.
Y mientras los esperaba, el joven pidió un café que inmediatamente le fue servido. Se quedó un instante observando las ondulantes formas que originaba el vapor del oscuro líquido. Se dispuso a relajarse lo más que pudo y disfrutar de la mañana. El lugar era bastante tranquilo, y aunque fuera el comedor del hotel, también era amplio.
Le dio un sorbo a su taza de café y paseó su mirada por todo el rededor. Pero enseguida se volteó al ver a Iori llegar al comedor. De reojo lo siguió con la vista hasta la mesa donde se quedó, luego tomó una actitud indiferente, como si no se hubiera dado cuenta de su presencia. De ninguna manera iba a mostrarse alterado por lo de la noche anterior... siguió bebiendo su café y se dedicó a ver hacia una ventana.
“¡Maldición, ¿por qué tardan tanto?!”, pensaba, pues empezaba a sentirse algo incómodo ya que aunque el pelirrojo no estaba tan cerca, era como si fuera así; sabía perfectamente que lo estaba observando y esa sola sensación lo tensaba. Así que para no pensar mucho en eso, se puso a jugar con unos palillos que se encontraban en la mesa. Pero no pudo mantenerse mucho tiempo así, pues rompió los palillos debido a la tensión. Soltó los trozos que quedaron sobre la mesa y por un instante fugaz, volvió la vista hacia donde se encontraba Iori, luego se giró completamente hacia esa dirección cuando vio que ya no estaba allí. Indagó un poco alrededor pero no logró encontrarlo. En ese momento, sus compañeros llegaron...
-Buenos días – dijo Máxima.
-¿Buscas a alguien? – preguntó Whip que miraba a su compañero curiosamente.
-No... no, sólo miraba...
El grandulón y la chica se sentaron y K’ también se acomodó en su asiento quedando de frente a ellos; y se sorprendió cuando vio a Yagami a unas cuantas mesas al frente.
“Maldito...”, pensó para sí. El muy cínico se había sentado a propósito allí para que no pudiera evitarlo.
-¿Qué tienes, te sucede algo? – comentó su compañera.
-Nada... vamos a desayunar ¿si?
Los chicos pidieron sus órdenes y al menos durante el lapso en que comieron, estuvieron tranquilos. Sólo que K’ no podía dejar de ver al pelirrojo que, en todo el tiempo que llevaban ahí, parecía muy divertido por las reacciones del muchacho.
Cuando terminaron el desayuno, Máxima se decidió a hacer algunas preguntas (pues en lo que llevaba de la mañana, no había hablado nadie), ya que quería sacarle las razones a su acompañante, del porqué tan repentinamente mostró tal interés hacia el pelirrojo que, ciertamente, no le inspiraba mucha confianza. Además de que notó un comportamiento sospechoso de parte de éste desde esa mañana.
¿Qué había pasado entre él y su compañero?... Durante la noche anterior, pudo oír que K’ había maldecido a Yagami, pero nada más, no tenía idea alguna de lo que pudo haber pasado para que el joven se haya enojado.
-Y...¿qué vamos a hacer el día de hoy? – dijo finalmente - ¿Seguiremos caminando sin rumbo?
-No lo sé... – le contestó K’ -, si quieren, ustedes pueden quedarse aquí a descansar. No es necesario que me acompañen en todos mis caprichos.
-¿Quiere decir que seguirás con él?
-Si – respondió el joven seriamente, Máxima sólo se encogió de hombros.
-Bien, sólo te pregunté esto porque, por lo que oí anoche, pensé que ya no querrías seguir con esto; y por cierto, ¿qué fue lo que pasó? Pues ésta mañana te he notado muy distraído.
-No es tu asunto... y no es que no quiera decirles, es sólo que... no creo que lo entiendan.
-Está bien – suspiró -, nosotros seguiremos aquí o haber que hacemos mientras tu sigues con el endemoniado -. K’ sonrió por esto, se sentía un poco mejor al ver la amistad que le brindaban sus dos acompañantes.
-Bueno – dijo y se levantó – que disfruten el día.
-Tu también – le respondió su compañero como sabiendo que era lo que le esperaba. El muchacho se despidió haciendo un ademán con la mano y se dirigió con pasos lentos hacia conde se encontraba Iori, que lo esperaba con una sonrisa (¿?).
“¿Qué estará pensando?”, se preguntaba K’, y nuevamente llegó a su mente lo que había pasado la noche anterior. “Seguramente trata de jugar conmigo otra vez. ¿Acaso cree que me dejaré engañar de nuevo? Ja ...está loco”. Llegó a la mesa y se detuvo, quedando frente al otro y le dijo:
-Ahora que lugares vamos a merodear ¿eh? – a lo que Iori se puso de pie y comenzó a caminar fuera del lugar. El otro chico lo siguió sin queja alguna.
Cuando estuvieron bastante lejos del hotel, Yagami se detuvo en una esquina, el otro joven lo alcanzó y con algo de reproche le alcanzó a decir-: Y ahora que... – pero el pelirrojo lo interrumpió...
-Esta vez no iremos a ningún lado...
-¡¿?!
-Tú sabes algo sobre Kusanagi y no me lo quieres decir...
-¿Por qué aseguras eso?
-Por que de lo contrario no estarías aquí.
-¿Qué quieres decir? – Iori se separó de la pared y se giró dándole la espalda a K’.
-Dime... si llegáramos a encontrarlo, ¿qué es lo que harías? ¿qué planeas? – esperó un momento la respuesta del muchacho de cabello gris, pero no hubo nada -. Es obvio que no respondas porque eso no va a pasar, ¿verdad?... ¡¡Tú sabías desde el principio que él estaba muerto!! – agregó.
Las palabras de Yagami alteraron por completo al joven. ¿Cómo pudo saberlo? El había tenido cuidado en no decir nada, pues sabía que el pelirrojo lo vigilaba. Entonces, ¿de qué manera?... a menos que... ya lo sospechara.
-¡Si ya lo sabías, ¿porqué quisiste continuar?! Seguir...conmigo.
-Al principio sólo lo hice porque quería obtener información – se volvió para encarar al joven -, pues se me hizo sospechosa tu actitud. Pero me di cuenta que no iba a poder sacarte nada pues tenías el insulso capricho de mantenerme a tu lado... Y después de lo de anoche, debo decir que eres bastante persistente... y ahora quiero saber hasta donde eres capaz de llegar...
-P-pero, ¡¿qué estás diciendo?! ¡¿Qué acaso para ti todo es un juego?!
Iori rió quedamente.
-Tómalo como quieras – de repente la expresión sardónica del pelirrojo abandonó su rostro, dando paso a una de... ¿aflicción? -. Pero ten en cuenta que si te doy una oportunidad, es sólo porque en cierta forma me recuerdas a Kyo...
Tomó el rostro del muchacho con una mano, éste iba a apartarlo, pero Iori enseguida lo detuvo. K’ nuevamente se quedó inmóvil como la otra vez. No sabía que hacer, su voluntad lo abandonaba... Pero aún cuando una inmensidad de sentimientos lo inundaban, no podía evitar sentir tristeza, pues si lo que Yagami decía era verdad, entonces significaba que él... sentía algo más por el Kusanagi...
Levantó la vista que por segundos había mantenido en el piso por no querer que el otro leyera en su mirada, y al hacerlo sintió un estremecimiento recorrerlo y esto lo impulsó a ir en contra de su raciocinio. En el siguiente instante, se encontró besando al pelirrojo que, para su sorpresa no oponía resistencia, pero tampoco hacía nada más. Quizá quería que él mismo profundizara aquel acto... así que sin esperar nada más, ahondó aquel beso que hizo más apasionado y salvaje.
Cuando se separaron, Iori sonrió. Lo miró fijamente y después de acariciarle el rostro le dijo:
-Prepárate...
Continúa
Notas del autor: (SI OTRA NOTA).... no acostumbro a dejar notas y menos en 3 capítulos seguidos, pero en fin.... lamento (para los que les gusta el lemon) no haber escrito alguno, ya que... no me gusta mucho escribirlos, además de que a la mera hora no se me ocurre nada, pero al menos no he dejado la situación tan fría ¿verdad?. Y bien.... iba a poner algo más, pero creo que ya no (je), y mejor los dejo seguir con este fic sin sentido (vaya, entonces quiere decir que si es yaoi :p).... dewa mata.
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Noviembre, 2004