Fanfic por Setsuna Yagami

~ Antes de este momento ~

Capítulo 3.

Llegó la hora, todos los participantes se reunieron con sus respectivos compañeros preparándose para los combates. Sin embargo, en el equipo de K’ no parecía haber mucha actividad o entusiasmo, al contrario, parecía como si entre ellos hubiera algo de desconfianza que, ciertamente, tenía a los otros luchadores a la expectativa de aquellos muchachos.

En todo el tiempo que llevaban, sólo estuvieron a cierta distancia uno del otro sin siquiera dirigirse una palabra. Aunque el joven moreno daba una que otra vez una mirada furtiva hacia el pelirrojo que al parecer estaba indiferente ante todo y todos, incluyéndolo a él. Esto en cierta manera molestó al joven de cabello gris, que por un momento se entusiasmó con el repentino cambio de actitud de Yagami. Se alegró de que hubiera aceptado estar en su equipo, pero cuando él y Máxima quisieron hablar con Iori acerca del orden de los combates, éste sólo les dijo:

-Yo no pelearé, ustedes hagan lo que quieran pero no participaré. Además, no creo que necesiten mi ayuda.

-¡Pero entonces...! – se había quejado, pero inmediatamente fue interrumpido.

-Ustedes sólo querían entrar al torneo ¿no es así?... Bueno, ya lo consiguieron... así que no quiero interrupciones. Con el único que quiero pelear es con Kusanagi.

Y no dijo nada más...

Ahora menos entendía el porqué entró Iori en su equipo. Después de eso, Máxima trató de tranquilizarlo y le dijo que eso no tenía importancia, al fin y al cabo no había alguien más fuerte que ellos en el torneo y no necesitaban a Yagami. Así que, no tuvo más opción que poner al pelirrojo en el último turno para pelear.

Todo transcurrió sin mayor problema, los combates no eran ningún reto para el joven moreno y su compañero, pero aunque ya llevaban la mitad del torneo sin ninguna derrota, K’ se sentía desconsolado por la actitud de su nuevo compañero de equipo. Le molestaba pero a la vez le atraía su manera de ser, quería saber que era lo que pensaba, el porqué estaba allí si sabía que Kyo quizá nunca se presentaría. Era tan extraño... algunas veces, cuando estaban solos esperando su siguiente llamado, K’ creyó pensar que Iori lo observaba, pero no podía asegurarlo ya que su cabello que siempre cubría su rostro no le permitía ver la dirección de su mirada, incrementando así más el misterio. Sintió enormes ansias de hablarle y preguntarle que era lo que quería, o cualquier otra cosa, pero no estar en silencio. Pero por alguna razón no podía.

“Desde cuando he empezado a comportarme así, ¿qué me pasa?”, se preguntaba constantemente. Ya se estaba cansando de esa situación...

Dejó transcurrir un poco más de tiempo (no mucho en realidad); y después de otra pelea...-Oye – dijo con determinación -, ¿no te cansas de estar siempre así?Iori, que estaba agachado, alzó la vista y miró fijamente al muchacho que también lo veía y esperaba su respuesta.-¿Te molesta? – contestó finalmente.-No... bueno, si. Quiero decir... ¿a ti no te molesta el estar siempre solo en un rincón? ¿Sin hablar con nadie?-¿No estoy hablando ahora contigo? – dijo sarcásticamente.-Tú sabes que no me refiero sólo a éste momento, sino a todo el tiempo... ¿no estás cansado de hacerte el sujeto rudo?

-¿Y porqué tendría que decírtelo, te interesa?

K’ se quedó callado por un momento. ¿Qué iba a decirle? ¿Qué si estaba interesado, que quería saber todo sobre él?... No, no podía decirle eso, al menos no lo consideraba oportuno en ese momento.

-Curiosidad solamente – fue lo que le dijo.

Iori sonrió ligeramente, se separó de la pared donde estaba recargado y comenzó a caminar pausadamente. El otro joven creyó que se dirigiría a él, pero cuando estuvo más cerca se desvió hacia la salida que estaba a su lado.

-Entonces deberías hacerte la misma pregunta ¿no crees? – salió del lugar dejando a K’ con más dudas que antes. Ahora fue él quien rió.

-Quizá – murmuró para sí, también salió al poco rato.

* * * *

A partir de ese día, el muchacho de cabello gris comenzó a ser más confiado con el pelirrojo. Le hablaba de vez en cuando aunque el otro no le respondiera o apenas emitiera un “hmph” como respuesta. Esto no le importaba, simplemente quería estar con Iori y conocerlo un poco más, aunque esto le era un poco difícil, ya que Yagami siempre mantenía una barrera al estar siempre sumido en sus pensamientos.

Una vez, Máxima le dijo que él y el pelirrojo se parecían bastante y que era raro que no se llevaran muy bien. Le comentó eso cuando vio como trataba de dialogar con el otro. K’ se quedó pensando en eso y le pareció en cierta forma gracioso lo que estaba ocurriendo: ¿Él tratando de ser sociable con una persona? Qué raro...

Unos días más pasaron, era la final del torneo. Se enfrentarían al otro equipo finalista que estaba integrado por Benimaru, Goro y Shingo. Esto no impresionó mucho a los otros, o quizá si, ya que pensaban que si ganaban en los torneos anteriores, era por la presencia de Kyo Kusanagi, pero al parecer si eran lo bastante fuertes. Llegó la hora del enfrentamiento, los primeros en pelear serían Máxima y Shingo.

A pesar de las proporciones y fuerza que demostraba tener su oponente con sólo verlo, el muchacho castaño no parecía nada nervioso o intimidado. Bien parecía que había cambiado bastante, se veía más serio, incluso amargo. Observó por unos instantes los guantes que hacía tiempo le había regalado su senpai. Dieron la señal de inicio y la pelea comenzó. Los gritos de la gente no se hicieron esperar y la emoción de los seguidores hacían del estadio un centro de bullicio. Por otro lado, Iori y K’ no prestaban mayor atención al espectáculo. El primero, por considerar el combate aburrido y sin chiste; y el segundo, por estar observando al primero ^ ^.

La acción duró apenas unos breves minutos, ya que en un ataque bastante potente por parte de Máxima, Shingo fue lanzado fuera de la plataforma. El siguiente en subir era Goro. Al momento en que terminó el primer combate, K’ volteó hacia el pelirrojo y le dirigió una sonrisa.

-Qué te parece, ¿eh? – le dijo, refiriéndose al último ataque de su compañero.

-Bastante bien. Era lógico que el novato cayera – fue su respuesta.

La sonrisa del moreno desapareció de su rostro... nuevamente volvía a menospreciarlos. En fin, dio un suspiro. A pesar de todo, Iori seguía exasperándolo. Volvió la vista hacia la arena para ver con sorpresa que su amigo acabada de perder.

-¡¿Qué?! – dijo con sorpresa, levantándose de su asiento.

-Parece que es tu turno – agregó Iori.

K’ no dijo nada, sólo se limitó a hacer una mueca de disgusto e ir a la plataforma para tomar su lugar.

-¿Qué te pasó, Máxima?

-Lo siento, me confié.

-........No te preocupes. Ahora le enseñaré a ese sujeto quien es el que manda... -. Y tal como lo dijo, derrotó fácilmente al campeón de Judo que no pudo contra su fuego.

Finalmente, el último participante del nuevo equipo Japón subió a la plataforma. Veía de forma amarga y con resentimiento al joven de cabello gris que le respondía con una actitud indiferente.

-No te creas el mejor sólo porque Kyo ya no está con nosotros – dijo Benimaru cuando estuvo frente al otro chico.

-Yo no me creo nada, florecita. Demuestro lo que soy.

-Si, ya veo... eres un farsante que presume de lo que no es suyo -, éste comentario molestó a K’, auque no lo demostró abiertamente. Benimaru continuó – y ni creas que te tengo miedo sólo porque ahora estás con Yagami. Los dos son unos cobardes descarados.

-Lo que digas me tiene sin cuidado – contestó.

Benimaru tomó su posición de pelea. Se dio la señal de inicio pero ambos estaban quietos, esperado el ataque del otro. El rubio sabía muy bien como peleaba K’, pues estuvo en su equipo. Siempre esperaba el último momento para tomar por sorpresa a su adversario. Pero él no caería en la trampa. Pensó en todas las formas posibles de atacar, buscando la mejor oportunidad; y como no era prudente lanzarse directamente, se fue acercando poco a poco. Cuando estuvo a cierta distancia, rápidamente le lanzó un golpe al muchacho, pero éste se agachó y pateó a Beni en las piernas haciéndolo perder el equilibrio; sin embargo, se pudo sostener con un brazo y dando un salto hacia atrás, volvió a ponerse de pie. Alzó la vista hacia su adversario, pero vio con sorpresa que ya no estaba. Repentinamente, fue lanzado por una fuerte patada que recibió por la espalda, pero no fue suficiente para sacarlo.

Benimaru se molestó, le parecía un acto cobarde el que K’ lo hubiera atacado por la espalda, se giró rápidamente y apenas pudo poner su defensa y detener otro golpe. Era momento de contraatacar, estaba lo suficientemente cerca, así que tomó al joven y le envió una descarga eléctrica seguido de una sucesión de golpes que parecía darle la ventaja pero cuando iba a darte el último, fue detenido y empujado hacia atrás. K’ le sonrió y le hizo una seña con la mano (no piensen mal), como diciéndole que lo que acababa de hacer estuvo mal.

-Ahora es mi turno- le dijo.

Y sin darle tiempo de reaccionar al rubio, apareció frente a él y con un movimiento de su brazo sacó una llamarada que cruzó el cuerpo del otro. K’ lo levantó por los aires con un segundo movimiento, ahora de su pierna, y remató con un Crow bite*. Beni cayó malherido al duro concreto de la plataforma, parecía que no se levantaría, pero después de unos segundos, reaccionó y comenzó a levantarse trabajosamente. K’ no le iba a dejar recuperarse, así que corrió hacia donde estaba el rubio y preparaba una flama para su ataque final. Pero cuando estaba a punto de tocarlo, Benimaru se giró y logró esquivarlo; y como K’ no detuvo su ataque (nuevamente el Crow bite), se siguió de largo.

-¡Ahora! – se dijo el rubio.

-¡NO!- exclamó el otro al notar la posición en que estaba.

Y justo cuando caía, su adversario hizo su técnica especial y fue arremetido por varios golpes. El último, que fue una patada bastante fuerte, fue suficiente para arrojarlo unos metros.

-¡Maldición, no puede ser! – reprochó. Había perdido, cayó fuera de la plataforma. Se maldijo por dentro por haber sido tan descuidado.

Mientras, el joven rubio lo miraba altivo y con una sonrisa de satisfacción, aunque ese gesto no duró mucho, ya que éste volteó hacia donde estaba su siguiente oponente: Yagami. K’ también dirigió su mirada a la misma dirección, esperando a que el pelirrojo diera algún indicio de interés.

“Yagami había dicho que no pelearía, y si es así perderemos ¡Demonios, ¿qué vamos a hacer?!, pensaba K’. “Por favor, Yagami... por favor ¡pelea!”

Por otro lado, Iori se mantenía aún sentado y con los brazos cruzados. Ni siquiera le prestaba atención a Benimaru que esperaba impaciente. El público y el réferi estaban desconcertados, pero en un momento el anunciador habló: “Si en un minuto no se decide a pelear el último combatiente, se dará como vencedor al equipo Japón”.

Al pelirrojo no pareció importarle la advertencia, seguía sin inmutarse. K’ se acercó y se quedó a su lado, de pie. No le dijo nada, sólo se quedó ahí viéndolo. El tiempo corría, haciendo que los presentes se pusieran nerviosos mientras esperan una decisión. De pronto, y sin que el chico se lo esperara, Yagami se puso de pie.

-¿A dónde vas? – le preguntó.

-A pelear, ¿no es lo que quieres? – le respondió. El muchacho se quedó perplejo.

Iori ya estaba en la plataforma, tenía una expresión vacía, no reflejaba absolutamente nada. “¿Te burlas de mí?”, pensaba Beni, quien lo miraba con rencor y recelo. Mientras, sus compañeros observaban todo con una clara expresión de preocupación. Sabían perfectamente lo que había de estar sintiendo el rubio en esos momentos, al tener a Yagami frente a sí... Nunca había peleado antes con él, pero a pesar de eso, tenía la seguridad de poder enfrentarlo.

Se dio la señal... después de eso, Benimaru no supo que pasó. Se vio en el piso, fuera... sentía mucho dolor y repentinamente comenzó a toser, escupiendo algo de sangre. Todos se quedaron sumamente sorprendidos, inclusive K’. ¿Qué fue lo que pasó?, se preguntaban. Nadie había podido ver el movimiento del pelirrojo. Por un momento, el joven de cabello gris y su compañero sintieron algo de miedo, no creían que Yagami fuera tan poderoso.

-Sabía que perderías, no valió la pena – dijo Iori, que ahora le daba la espalda al otro joven. Se retiró del lugar de la batalla.

-¡Maldición, ¿cómo puede ser que haya perdido de esa manera?! – el rubio golpeó el suelo para desquitar un poco la furia que sentía.

-¿Se encuentra bien, Nikaido-san?

No hubo respuesta. El rubio se levantó y en voz baja dijo: - Que... humillante... – y se fue.

Continúa

Capítulo 4

Notas del autor:

* el Crow bite, es la derivación para K’ del oniyaki de Kyo e Iori, y... si por alguna casualidad no saben tampoco que técnica es el oniyaki... pues averígüenlo, je. Además, siendo seguidoras (es) de kof y por ende, de los mencionados aquí, sería imposible el que no supieran esto. Y bueno, eso era todo.... sigan leyendo...^____^

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Noviembre, 2004

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