Fanfic por Setsuna Yagami
~ Antes de este momento ~
En una noche común... un hombre camina solitario por las calles de la ciudad sin ningún rumbo, sólo deambulaba. Y, en su eterno caminar, siempre murmuraba entre dientes un nombre, el de la persona más significativa en su vida; aunque por como era su vida hasta esos momentos, bien podía ser lo único importante para él.
Todo el tiempo lo mencionaba, pensaba en él y moría por estar con él, pero eso era algo imposible. Por eso su animo decaía cada vez más y más; y el sólo pensar en que nunca podrá cumplir con su anhelo, lo abatía en demasía. Hacía que sus días parecieran una continua tortura interminable e insoportable. Siempre tratando de olvidar, pero fallando con cada intento; y cada vez que lo hacía, llegaba a la misma conclusión... nunca podría deshacerse de aquel sentimiento que lo embargaba. Y lo peor de todo, fue que lo que sentía era tan fuerte, que ya no era capaz de seguir fingiendo y, sin querer puso en evidencia sus sentimientos. Talvez no concientemente, pero fue un error que salió de su control e hizo que su vida se convirtiera en un vacío, tan inmenso y oscuro como las calles que solía recorrer.
Ahora con lo único que contaba eran sus recuerdos, la imagen de esa persona en su mente lo mantenía vivo, pero más que eso, era la esperanza de volverlo a ver.
Al pasar el tiempo fue perdiendo poco a poco a las personas que se encontraban a su alrededor, una a una se fueron alejando, ya sea por las circunstancias o por su negativa ante todo, incluyéndolos a ellos. Aun no sabía como pudo hacer tal cosa, tratar tan mal a las únicas personas que lo consideraban alguien, a su mejor amigo y compañero; sólo por un capricho... pero no, no podía ser aquello un capricho, algo tal ínfimo no podía ser tan poderoso y eso lo sabía bien. Pero ahora ya nada importaba, ni siquiera él mismo. Todo había cambiado de una manera tan drástica y repentina que no le dio tiempo de prepararse para un golpe tan terrible; primero la pérdida de un amigo por un descuido, después, la pérdida de su cordura por amar a un misterioso pelirrojo...
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
Capitulo 1
El viento pasaba como una suave caricia por el rostro de aquel joven, jugaba con su cabello creando formas caprichosas con él. Éste simplemente disfrutaba del fresco contacto mientras cerraba los ojos y dejaba pasar el tiempo.
-¿No me digas que te cansaste y ahora quieres dormir?
-Jm, ¿qué acaso no puedo relajarme un poco? Déjame disfrutar por un momento de este paseo, ¿quieres?
-Hablas como si lo que acabamos de hacer nos hubiera costado mucho.
-Ja, ¿en serio? – dio un pequeño suspiro – Sólo quiero pensar en que ésta preciosidad es nuestra y no que la robamos – dijo mientras le daba unas palmadas al auto.
-Bueno, como tú digas. Entonces estira los músculos y disfruta del paisaje – concluyó el otro.
Y sin decir nada más, el muchacho se hundió en su asiento y cruzó los brazos detrás de su cabeza. Su compañero lo miró por un instante (de reojo, puesto que estaba conduciendo) y en su rostro apareció una pequeña sonrisa causada por el recuerdo de su acción de hace unas horas.
K’ solía ser testarudo y a veces caprichoso, pero en esa ocasión, le causó extrañeza que se comportara como un niño sólo por querer tener ese auto.
Iban caminando por la calle como solían acostumbrar, cuando de pronto pasó un auto deportivo; cosa común, pero que al parecer no pasó desapercibido para el joven de cabello gris, que siguió con la vista al convertible.
-Oye, ¿qué te parece si nos divertimos un poco?
-¿Nm... qué quieres hacer ésta vez? – K’ en respuesta señaló al vehículo que ahora se estacionaba a unas cuadras de donde estaban. Máxima al comprender, negó con la cabeza y supuso que de nada serviría oponerse, así que decidió seguirle el juego a su compañero. Se quedó mirando en dirección al auto y levantó el brazo, apuntando. En ese momento, K’ se volvió hacia él y tomó su brazo haciendo que lo bajara.
-Hey! ¿qué se supone que quieres hacer?
-Destruir esa cosa, ¿qué más?
-Yo no quiero que lo destruyas, sólo que lo robemos.
-Ah, con que eso quieres... me sorprende que ahora te gusten esas cosas tan triviales.
-Déjame en paz. Sólo hagámoslo y ya -. Éste comenzó a caminar. Máxima se encogió de hombros y siguió a su amigo.
Fue una niñería sin duda, pero en cuestión de minutos, ya estaban huyendo a bordo de aquel automóvil...
Qué momentos pasaba con su compañero... su responsabilidad. Jamás olvidaría la expresión del rostro de K’ cuando hicieron aquello. Todo eso le hizo pensar en que talvez él quería una vida simple y normal, además de que en varias ocasiones mostraba fastidio cada vez que tenía que pelear o se encontraba con algún nuevo experimento de N. E. S. T. S. Y aunque por eso habían huido de la organización, su libertad estaba aún muy lejos, pues los seguían constantemente y sólo en raras ocasiones estaban tranquilos. Siempre en un continuo ir y venir, deambulando por todas partes... Al menos de una cosa K’ podía estar seguro, siempre contaría con un amigo y por ende no estaría solo.
* * * *
“¿Cuánto tiempo llevaré caminando?”, se preguntaba aquel hombre que, al ir por tiempo indefinido en un andar errante, se encontraba algo desorientado y comenzaba a cansarse. “Cuánto tiempo buscándote... A pasado un año desde entonces y no he hallado rastro de ti.... es como si te hubiera tragado la tierra”. Se detuvo un pequeño instante y volvió la vista hacia sus manos, su mirada cambió y era como si volviera a ver sangre en ellas... su sangre antes maldita, que ahora por un milagro inusitado ya no volvería a ver más. Pero a pesar de saber que no sufriría más a causa de ello, no se encontraba completamente seguro y además, sentía un extraño presentimiento que no lo dejaba tranquilo, por eso se dio a la tarea de buscar al causante de su recuperación. “¿Dónde estás, dónde?”... Comenzó a caer una ligera llovizna, entonces apresuró el paso. “Te encontraré a como de lugar... aunque me hayas salvado, lo nuestro no termina aquí”.
* * * *
- Hey, despierta.
-....Unnmm....
-Al parecer te relajaste demasiado.
-.......................
-Vamos, levántate que ya terminó el paseo.
-¿Dónde estamos? – dijo, mientras se frotaba los ojos.
- Pensé que al despertar tendrías hambre – K’ miró el lugar. Estaban en un establecimiento de comida rápida.
-¿No pudiste escoger algo mejor?
-Como se que no te gusta mucho estar rodeado de gente, creí que lo mejor sería pedir algo e irnos.
-.......está bien. Pero ve tú por la comida, yo me quedo aquí – Máxima sonrió y salió del auto.
Mientras esperaba, K’ pensó que talvez sería mejor cambiar su manera de vivir. Quizá dejaría la vagancia, quizá no. Pero de lo que si estaba seguro era que quería dejar de pensar en sí como una creación de NESTS, como una copia o un ente sin pasado. Pero para eso tendría que deshacerse de todo vínculo con eso. Lo que también implicaría...
- Ya llegué. Toma – extendió el brazo dándole el paquete de comida. K’ lo tomó de forma distraída.
.... sus amigos. Ellos lo habían acompañado todo el tiempo. Le ayudaron cuando los necesitó. No, no podía dejarlos así como así, sería una canallada.
-¿En que piensas? – le interrumpió Máxima en sus meditaciones.
-E-en nada. Cosas sin importancia.
Después de eso no hubo más palabras. Todo el trayecto estuvo en silencio. Eso le dio a K’ la oportunidad de seguir pensando; mientras veía de manera cansada los objetos que pasaban a gran velocidad. Todo era tan confuso que le provocaba dolor de cabeza.
Cansado de todo eso, se volvió hacia su compañero.
-Oye, ¿crees que nos busque la policía?
-Quizá – le respondió el otro tranquilamente - ...¿y porque lo preguntas hasta ahora?
-Curiosidad. Sería divertido jugar un poco ¿no crees? -. Máxima dio un suspiro.
-Tú nunca cambias... si tanto quieres hacer un poco de actividad ¿qué te parece si le damos una pequeña visita a Whip?
-No es mala idea... – el joven de cabello gris parecía más animado -. Haremos una gran fiesta de fuego – dijo, levantando su mano y sacando una pequeña flama.
--- Tiempo después..... ----
-Oye, éste lugar parece un desierto – se quejó el joven, que observaba el rededor. No hacía mucho tiempo que habían llegado a aquel sitio. Estaban en la base en donde sabían podía estar su compañera.
-Tienes razón, aunque no es raro que estos lugares parezcan tranquilos, pero en realidad están llenos de soldados.
Ambos comenzaron a deambular por todo el lugar. Al cabo de un rato, alguien se acercó a ellos sigilosamente, pero no sin que se hayan dado cuenta.
-Al fin alguien aparece... – dijo Máxima volteando hacia la figura que apareció ante ellos.
-Ustedes no deberían de estar aquí -. La voz de aquel tipo era algo hostil, además su apariencia no indicaba lo contrario, y era de esperarse, ya que se trataba de Heidern.
No se comportaba así con ellos porque los considerara una amenaza o alguien indeseable, simplemente no le gustaba su presencia. Cada vez que los veía era porque querían algo... Comenzaron en querer ir con Whip o con algún equipo disponible que se encontrara en una misión y ayudarlos. En cierta forma convenía eso, pero lo que no le gustaba a Heidern, era que causaban demasiado alboroto y terminaban destruyéndolo todo.
-¿No es un momento oportuno? – preguntó Máxima.
-Sólo venimos a ayudar – agregó K’.
-Precisamente. La última vez que vinieron a ayudar les dije que no volvieran más. Supongo saben porque razón.
-Vamos, no te tomes tan personal lo pasado, al fin tienes muchas más armas y máquinas en este lugar – Heidern no contestó nada a eso.
-Bien... si no quieres enviarnos a algún lugar, por lo menos podrías llamar a Whip y decirle que estamos aquí.
-Ella no está – contestó secamente.
-Vaya. Además de no agradecer nuestros servicios, no nos dejas visitar a nuestra compañera (...) – dijo K’ ofendido. Se volvió hacia Máxima y al parecer no tenía intención de decirle nada más al comandante -. Vámonos, al parecer no hay nada que hacer por aquí. Tendremos que seguir buscando a ese tal Kusanagi – encaminaron su marcha.
-Estarían perdiendo su tiempo – afirmó el mayor, haciendo que los otros se pararan en seco.
-¿Por qué lo dices? – quiso saber K’.
-Porque hace tiempo que él murió...
K’ no dijo palabra ante esta noticia. Estaba totalmente sorprendido. Jamás hubiera imaginado que Kyo Kusanagi estuviera muerto, o al menos no en un tiempo relativamente corto de ausencia. Porque ciertamente hacía tiempo que había desaparecido, pero no lo suficiente como para darlo por muerto... El muchacho no se iba a quedar con la duda, tenia que saber la razón. Y después de un pequeño periodo de silencio, habló:
-No puede ser. Pero...¿porqué, acaso Yagami lo mató?
-No, o al menos no podría asegurarlo – reafirmó.
-¿Por qué? ¿qué fue lo que pasó? – preguntó insistentemente el joven.
-No creo que te incumba. Simplemente está muerto, es lo único que debes saber.
El joven hizo una mueca de desdén y esta vez se retiraba apresuradamente. Su compañero lo siguió.
“Maldición, tengo que saber cual fue la razón”, pensaba. Él y Máxima siguieron el trayecto hasta el automóvil sin fijarse siquiera en si Heidern los seguía o no. Eso ya no tenía importancia, al fin y al cabo no les diría nada.
-Vamos a la casa – le indicó K’ al otro, que inmediatamente encendió el vehículo sin preguntar el porqué irían allí. Ya que suponía la razón.
El sitio donde se dirigían no estaba muy lejos de ahí, a lo mucho tardarían una hora en llegar. Hacía bastante tiempo que no iban... Era su sitio de descanso, pero había dejado de serlo cuando sorpresivamente fueron atacados por el supuesto desaparecido Krizalid. Cuántas cosas habían ocurrido el año pasado... fue bastante cansado, pero finalmente había terminado todo.
Cuando llegaron, ambos vieron con nostalgia que nada había cambiado. Todo era relativa paz y soledad. Era un sitio aislado, una casa en medio del bosque que por alguna razón su amiga tenía.
Entraron a la casa, y se sorprendieron de que su interior era lo único cambiado. La última vez que estuvieron dentro, lo que más reinaba era el desorden, incluso parecía una casa abandonada. Pero ahora... todo estaba en orden, había muebles nuevos, luz... estaba limpio.
-¿Qué ha pasado aquí?
-Creo que nos equivocamos de casa – dijo K’; y se quitó sus lentes oscuros para ver mejor el interior.
-No se tú, pero creo que me está empezando a gustar este lugar – dijo Máxima. El otro muchacho lo miró de reojo y sonrió un poco por éste comentario.
-Me parece bien. Pero...¿hay alguien aquí? – dijo en voz alta.
Esperaron un poco y claramente pudieron oír pasos que iban bajando por la escalera. Ambos se giraron para poder ver, finalmente, a Whip. Ella sonrió inmediatamente al verlos. No esperaba su visita pero le alegraba que estuvieran ahí. Aunque, contrariamente a ella, sus compañeros se quedaron con la boca abierta al ver el aspecto que tenía. Les llamó más la atención viéndola vestir de otra manera que no fuera su clásico uniforme militar, que la venda que asomaba por debajo de su vestido y la muleta que llevaba para sostenerse.
-Hola – les dijo.
-H-hola – contestaron ellos al unísono aún sin salir de su asombro -. No esperábamos verte así.
-¿Cómo?... Ah, esto no es nada, sólo fue un pequeño accidente de trabajo.
-No me refiero a tu pierna, sino... – K’ la miró detenidamente.
-¿Eh? – a Whip le extrañó que su amigo hiciera eso y en cierta forma se incomodó un poco. Sentía que empezaba a ruborizarse y optó por detener el escrutinio de su compañero.
-Deja de hacer eso, no es para tanto – agitó sus brazos para alejarlo y esto causó que casi se cayera. K’ y Máxima se rieron ante la reacción de la muchacha.
-Está bien, no te enojes. Sólo estamos jugando...por cierto ¿estás aquí tomando un descanso?
-Si, se podría decir que si ¿Y ustedes?
-Venimos a verte – contestó Máxima.
-Pero antes fuimos a la base, aunque al parecer no nos quieren ahí. Además, nos enteramos de algo que espero puedas explicarnos.
-¿De qué se trata? – dijo con voz algo temblorosa.
-Heidern nos dijo que Kyo Kusanagi ha muerto, pero no quiso decirnos que fue lo que le pasó ¿Tú sabes algo al respecto?
Whip asintió.
-Bien... entonces ¿vas a decirnos o no?
-Si...
Hace aproximadamente un año, cuando Leona y yo volvíamos de un viaje por un cargamento de armas, recibimos un mensaje de la base. En ese momento sólo nos dijeron que debíamos llegar lo más rápido posible, además de que era indispensable la presencia de Leona.
Cuando llegamos, el sitio estaba en pleno alboroto, al parecer habían sido atacados y en esos momentos, aún trataban de contener al agresor. Las dos fuimos para ayudar y cuando llegamos vimos sorprendidas que al que rodeaban todos los soldados era Kyo Kusanagi. Pero eso no fue lo único, además se veía bastante diferente a lo acostumbrado. No sabría como describirlo, se portaba salvajemente pero a pesar de eso, pude notar que trataba de contener ese estado. Repentinamente , quizá por algún esfuerzo que hizo, cayó al suelo, agotado.
Fue entonces que los soldados aprovecharon para sujetarlo. Volteé a ver a Leona y vi en su rostro algo de miedo... yo no sabía lo que estaba pasando, pero al parecer ella si. E incluso se horrorizó más cuando vio que él comenzó a sacar una gran cantidad de sangre por la boca. Entonces Leona le indicó a los soldados que lo llevaran inmediatamente a la enfermería. Nosotras los seguimos, y cuando finalmente él se había reestablecido un poco, Leona entró a la habitación. Yo quería entrar también, pero ella me dijo que no era prudente, que era mejor que esperara afuera. Pasado un tiempo, ella salió con una expresión desconsolada. Le pregunté que fue lo que Kusanagi le dijo, pero sólo negó con la cabeza y me dijo: “Él morirá... en poco tiempo. Hizo algo indebido y ahora está pagando por ese error”.
No comprendía nada de lo que me estaba diciendo, así que lo último que le pregunté fue que era lo que le pasó a Kyo en antes; y me respondió en voz muy baja, que fue el Riot of blood Después se fue sin decirme nada más.
....Eso es lo único que puedo decirles... no se nada más.
K’ y Máxima que habían escuchado atentamente, tenían un semblante serio. Todo aquello sonaba algo extraño. K’ se levantó de donde estaba y se dirigió a la entrada. Se mantuvo contemplando por un momento el exterior.
-Riot of blood... – repitió para sí. “Tendré que esperar para saber más sobre esto”, pensó. Mientras, veía como el sol se ocultaba en el firmamento.
* * * *
“Una semana... una semana más y él no ha aparecido. Estoy desesperado por encontrarlo pero no hay ninguna pista”, pensaba Iori.
Ahora en las afueras de la ciudad, se encaminó a seguir con su actual tarea. En algunas ocasiones pensó en desistir y regresar a la mansión, pero no, no sería muy agradable sabiendo que su padre estaría allí apresurándolo a que mate a Kusanagi cuando ahora ni siquiera sabía donde estaba. Faltaba aproximadamente un mes para que iniciase un nuevo torneo. Iori iría, pero no a participar, no tendría caso si no está su rival. Además, ésta vez no lo buscaba para pelear sino para hacerle varias preguntas. Necesitaba saber el porqué de su actitud pasada...
El pasado..., todo eso lo tenía enormemente confundido. Y además, no sabía como sentirse con respecto a sus nuevo estado físico, pues a pesar de estar sano, no se sentía feliz. Más bien estaba vacío.
Nuevamente pensó en los posibles lugares en donde el otro podría estar, pero la mayoría de ellos ya los había revisado. Ya estaba hartándose de esa situación, por momentos pensó que era inútil. Se puso a meditar un poco más, cubriéndose del silencio que lo rodeaba. Dio un pequeño suspiro y su mirada se llenó de resignación.
-No se por qué sigo buscándote... – dijo en voz baja.
Lo mejor que podía hacer ahora era sólo esperar.
Continúa...
KOF es propiedad de SNK
"Antes de este momento" es propiedad de Setsuna Yagami
IorixKyo Archive
Noviembre, 2004