Fanfic por Savage Kitten
Ai Shiteru, Kyo
Capítulo 5.1.- Historias del Pasado
- « Otra tarde aburrida, como cualquier otra, sin peleas
sin ese mocoso de Kyo»- pienso, alzo una de las gruesas cortinas que impiden que entre la
luz y me asomo a la calle, al paisaje solitario de la ciudad y la dejo caer
inmediatamente para sentarme en un viejo sillón. Cruzo los brazos, bajo la cabeza y
sonrío.
- creo que haré una visita mañana
***
-«Otro día mas, que desesperación y angustia, mi padre cada vez está peor»- medito mientras me recargo n el marco de la ventana.
- Kyo
- Sí madre?
***
Llueve.
-«Todos los Kusanagi están reunidos,
pero no veo a Kyo por ninguna parte, y no es conveniente que me acerque»-
cabilo escondido tras un árbol, resoplo, agudizo la vista y diviso al joven de pelo
castaño entre el gentío.
-Kyo!- digo en voz alta, pero, no entiendo; tenia deseos de verte pero ¿por qué se aflige mi pecho al verte así? Tan... ¿triste?
- Hermosamente triste- te veo, tu expresión soberbia a desaparecido por completo y en su lugar tus lagrimas, entre tus manos llevas la urna que supongo contiene las cenizas de tu padre. Lentamente la depositas y te quedas ahí parado u instante. Veo como tu madre apoya una mano sobre tu hombro y tu te giras y la abrazas. Varios minutos después todo finaliza, la gente empieza a retirarse lentamente, yo me aventuro a dejar mi refugio.
- ¿Para qué? Me asalta de pronto
- No pensaras en ir a consolarlo, ¿verdad Yagami? Me reprocho mientras avanzo inconsciente, para reaccionar cuanto me encuentro ya frente a ti; u madre y los demás se han adelantado, dejándonos solos. Me miras sobresaltado.
- ¿Qué? ¿ Ni siquiera respetas a los muertos Yagami? Recibo a manera de saludo, pero tu expresión esta triste.
- ¿Y bien? insiste
- No, esta vez no Kusanagi respondo sereno y con la vista perdida en el suelo.
- Será en otra ocasión, cuando acabemos esto
- Tal vez ya no haya otra ocasión Iori; por si no te has dado cuenta, ahora soy yo el jefe del clan- dices con fastidio, respiras hondo y prosigues
- Quizá ya no sea yo quien tenga que terminar contigo alzo la visto pero mi gesto no cambia, cierro los ojos y niego con la cabeza. Me acerco hacia ti, mi rostro casi toca el tuyo.
- En verdad lo lamento Kyo... alzas tu rostro y tu mirada se cruza con la mía por fin.
- Lamento que ya no tengas el valor para matarme te enfureces, me tomas con ambas manos por el cuello de la camisa. Yo tomo tus muñecas y las aprieto para que me sueltes, vuelves a bajar la mirada.
- Kyo... susurro
- Dime, Iori -
Tomo tu
barbilla entre mis dedos, mientras con la otra acaricio tu cabello, miro tus labios y
clavo mi mirada en tus ojos tristes.
- ¿Qué quieres Yagami? Preguntas
retante
No mas
palabras, uno mis labios a los tuyos, no me importa si me rechazas después, es un
deseo que tengo hace tanto tiempo; no verte, no saber de ti. En odio se transformo en algo
diferente, es tan distinto ahora; tu sabor, tus labios...
- ¿Que te pasa Yagami? replicas, pero no me empujas
- en verdad me gustas Kyo... ven conmigo, mi departamento o esta muy lejos.- niegas con la cabeza
- ¿De que se trata todo esto Iori? ¿Es acaso una forma de burlarte de mí?
- Hn, dime que no te gustó y me iré
- ¿Por qué?- preguntas desconcertado
- Ya te lo dije Kyo... Me gustas
- Así de simple? Jamas pense que fueras tan poco...
- Hombre?
- Apasionado, pensé que serías más apasionado.
- Je, entonces ven conmigo ahora, ya te lo dije. Mi casa no esta muy lejos.
- Iori - tomas mi cara entre tus manos y me das un beso inocente.
- Ahorra no puedo, te busco en un par de días en lo que todo vuelve a su curso.
Te retiras del lugar con algo deprisa, yo me alejo en dirección contraria sin fijarme que la lluvia había cesado .
***
Desde aquel
día, han pasado ya algunos meses.
- «¡Me mentiste!» Nunca me buscaste, ni una llamada, ni un recado... ¿acaso lo hiciste para engañarme? ¿Creíste en serio que me estaba burlando de ti?
Todo esto da
vueltas en mi cabeza, mientras espero en el despecho de mi padre, que, por alguna u otra
razón me ha llamado, siempre por alguna tontería relacionada con el clan...
- ¿Qué querrá mi padre esta ves? Busco por entre mi chaqueta la cajetilla de cigarros y enciendo uno; le doy un par de bocanadas y tiro la cabeza sobre el respaldo del mueble y cierro los ojos
- Maldición Kyo! Doushite? La puerta se abre en ese momento. Es mi padre, cruza el despacho y se sienta en su escritorio
- ¿Que has sabido de Kusanagi?- preguntas
- ¿Por qué ha de interesarme lo que le pasa a ese bastardo? Mentiroso, claro que me interesa.
- Como debes ya saber- prosigues- hace unos meses, Kyo se convirtió en jefe de su clan
- Y?
- No lo entiendes? Se levanta de su asiento y se para junto a la ventana - Kyo ahora controla todo lo relacionado a su familia y al clan.
- Eso ya lo sé, y si sólo me llamaste para eso
- Iori entiendo, no hay descendientes que estén en edad de manejar el clan en caso de que Kyo desapareciera
- Te refieres que lo mate ¿no? Es lo que quieres, que acabe con él y así acabar con todos ellos de una vez y para siempre.
- Ni siquiera yo pude haberlo dicho mejor- ríe- si Kyo muere, cualquiera que tome su lugar será fácilmente aniquilado por cualquiera de nosotros.
- Y que quieres que haga? Que vaya a la mansión Kusanagi ¿ qué entre como un viejo conocido de la familia y mate a Kyo?
- Ese ha sido siempre tu trabajo, ya es hora de que lo termines, además
- Además que?
- No creo que te sea tan difícil, después de todo, tu y ese niño son mas que enemigos o me equivoco?
- A que te refieres?
- Crees que no lo sé?
- Sé que tu y ese mocoso se
entienden
Empiezo a
reír, me paro y me dirijo hacia la salida.
- A donde crees que vas?
- A matar a Kusanagi
- Espera se dirige hacia uno de los libreros que están cerca y me extiende un viejo diario.
- Toma, lee la primera plana, tal
vez te interese
Tomo el periódico y lo pongo bajo el brazo, salgo de la casa y enfilo hacia la de Kyo.
***
Observo la mansión desde la acera de enfrente, es extraño, ni un auto, ni un guardia, el lugar se ve descuidado. Cruzo la calle y llego hasta la puerta, la empujo y para mi sorpresa esta abierta. Entro.
- Vaya, vaya, vaya, este lugar esta desierto. - Miro hacia el interior de la casona, lo jardínes estan descuidados, el umbral de la puerta se ve sucio, las cortinas estan corridas, y algunas plantas ya estan marchitas. Un paisaje verdaderamente desolador. Un preentimiento extraño me invade, ¿será posible que aún este por aquí Kyo?.No lo sé, pero para eso he venido. Intento derribar la entrada, pero esta se abre despacio y enciendo mis llamas, para encontrarme contigo.
- Iori... Q-que? qué haces aquí?
- Tratando de matarte Kyo - apago mi fuego púrpura y miro de pies a cabeza al que alguna vez combatió conmigo
- Bueno, entonces pasa. Si voy a morir, que sea en lo que queda de esta casa.
¿lo que quedea de esta casa? Kyo, no te
entiendo. Pero no había repuesta, solo seguia al Joven de ojos castaños a travéz de la
sala, por un pasillo que daba hacía uno de los jardínes, que aún estaban en buen
estado.
Abre un ventanal que dá a una pequeña terraza y se sienta en una de las sillas que allí se encuentra.
- Disculpame Iori, no he podido llamarte en todo este tiempo
- Necesitarás una buena excusa
- No has leído acaso ese periodico que tienes bajo el brazo?- pregunta con la mirada perdida en el horizonte, como pensando en qué decir.
-EH? - Es cierto, mi padre me había dicho que lo leyerá...
- No importa, tienes un cigarrillo? - saco mi cajetilla y se la paso, saca un encendedor de su bolsillo y lo prende, le da un soplo y prosigue - La razón por que no te he buscado y de que mi casa ahora esta asi se remonta justamente a unos días despúes del fallecimiento de mi padre.- saco el periodico y entreveo la primera plana .
- Mi padre, Seisyu, tenía tratos secretos con la familia Nakayama, te suena conocido el nombre?
- si, es una familia yakuza, tanto o mas poderosa que las nuestras.
- En efecto.
- Prosigue
- Mi padre, como te decía, tenía tratos con esta familia, tratos por dinero y por "trabajos" que encargaba para no involucrarse publicamente. Pero mi padre se endeudo. Se endeudo tanto que ni siquiera toda la fortuna de la familia pudo pagar la deuda.
- Los Nakayama son tan sanguinarios como mi familia - comento en voz baja
- Sí. Los intereses fueron creciendo, mi padre no pudo pagarles, y ellos se cobraron...
- Les quitaron todo - Infiero, pero, al parecer, hay algo más
- se cobraron con SANGRE. En los últimos meses esa mafia a matado a más de la mitad de mi clan, primero mi familia, luego los mas allegados
- Quieres decir...?
- Mi madre, Yuki, su familia.
- Todos Estan muertos.
- Si... al parecer, solo quedan vivos los más débiles, los mas viejos, los que no representan ningún peligro. Excepto yo.
- tu?
- Yo soy el siguiente. - Veo que se levanta de la silla y se dirige hacia mí, que estoy recargado en el marco del ventanal, su mirada suplicante me descontrola. qué quieres?
- Por eso no importa si me matas o no,
Iori, de todas formas... estoy muerto.
¿Acaso escuche
bien? no es posible que tu estes dándote por vencido.
- Kyo...
- Sí?
- Ven conmigo, nadie te hará daño mientras estes a mi lado
- Domô Iori, pero debo rechazar tu ofrecimiento.
- Por qué?
- Soy el jefe del Clan Kusanagi, debo defender este nombre a como dé lugar, incluso si tengo que morir.
- Entonces no puedo permitir que los estúpidos Nakayama te maten.- Te tomo por el cuello, tu sujetas mis muñecas tratando de soltarte, es inútil. La respiración se te dificulta y poco a poco pierdes el sentido, hasta que caes. Te levanto y te hecho sobre mí hombro.
Despiertas, al fin, los rayos del sol caen directamente sobre tu rostro, y alzas una mano para cubiri tu rostro mientras con la otra tratas de buscar una almohada para taparte la cara. Te la doy. Te incorporas desconcertado y me miras inquisitivo.
- Dónde estamos?
- En un apartamento, en las afueras de Osaka
- IORI; COMO PUDISTE, TE DIJE
QUE!...- no dejo que sigas, por que cayo tu voz con mis besos, te empujo contra la cama y
deshago tus ropas. Tu te resistes al principio, pero finalmente cedes. Oh Kyo! anhelaba
tanto este momento, el tenerte aquí, para mí, no para matarte.
Sino para
amarte.
Eres ingenuo, se te nota, pero me gusta, hace que todo sea mas interesante, oirte me exita cada vez mas, hasta que ya no podemos y caemos rendidos.
- Kyo, quedate conmigo - paso un dedo por tu rostro mientras me miras.
- Iori, quisiera pero...
- No te preocupes por lo demás, ya todo esta arreglado - me recuesto en la cama y paso mis brazos atrás del cuello. - Los Nakayama Creen que estas muerto.
- Como?
- Lo siento por el tipo que ocupo tu lugar, pero... era necesario.- Me paso por encima de ti y tomo tu barbilla.
- Ahora no tienes pretexto para no quedarte aquí, conmigo.
- No, no lo hay. Y me
alegro.
Continúa...
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Diciembre, 2001