Fanfic por Ryo
Realidad
Capítulo 2: Lejos, muy lejos...El sol brillaba alto en el cielo, dando un día soleado y hermoso. El verano llenaba con todo su esplendor la ciudad.
El edificio se elevaba sobre una pequeña colina a las afueras de Osaka. Tenía enormes jardines exteriores que cubrían más de 800 metros cuadrados. El pasto cubría como una alfombra todo el lugar, diversos tipos de árboles se regaban a prudente distancia dando reconfortante sombra en diversos puntos del jardín.
Un peugeot 307 quedó solo una vez que sus ocupantes salieron de él. La pareja caminó a través del sendero marcado hasta llegar a las amplias puertas correderas de vidrio. A un lado, en la pared, un letrero de metal repujado y viejo.
"NESTS, fundado en mayo de 1965."
Los pasillos estaban bien iluminados y el silencio reinaba en todos los que correspondían al primer y segundo nivel. Diversas oficinas se cruzaban en el camino de la pareja, con los complicados nombres de los doctores que atendían en aquél prestigioso centro médico tallados en las puertas. Así, al final del pasillo, encontraron una puerta de madera barnizada y tallada con una placa de bronce repujada: Tezuka Kojiro.
-Los esperaba señores.
Un sujeto maduro, alto, pelirrojo y de lentes recibió a las personas.
-Doctor, supimos
que nos tiene noticias. -dijo él invitándolos a pasar y sentarse-
-Así es Saisyu, hace algunos días su hijo despertó nuevamente.
-¿De veras? -preguntó ansioso-
-Así es. Es más, se encuentra conciente en este mismo momento.
Pronto comenzaremos a hacerle algunos exámenes y le inocularemos algunos
medicamentos que obligarán a su mente a trabajar.
-Doctor... -comenzó ella tímidamente- ¿Y sus heridas?
-Verá Shizu, el tratamiento ya está terminado. No queda rastro
de las quemaduras de aquél accidente y su cuerpo está completamente
recuperado. Una vez que podamos rescatar su mente, todo estará listo.
¿Gustan acompañarme?
-¿Podemos verlo? -el médico sonrió-
-Por supuesto.
Los tres salieron de la oficina y se encaminaron hacia el ascensor más cercano. Los pacientes se encontraban recién el quinto piso y el acceso a ellos era sumamente restringido, aislándolos de todo el ruido y molestias que pudiera producir el ir y venir de la gente sana.
-Por ahora lo tenemos
en una habitación bien iluminada y ventilada. Pedí que lo sacaran
de la pieza anterior ya que notaba que sus despertares eran traumáticos
y chocantes. Su mundo es muy iluminado aunque posee las estaciones del año
normales y creemos que su afición por el sol podría ayudarnos
si le damos un ambiente más cálido que aquél en el que
se encierra.
-¿Cree realmente que puedan ayudarlo doctor?... Son muchos años
de intentos.
-Tranquilos. -dijo Kojiro sonriendo una vez más.- Omi ha visto este mundo
y lo comienza a asimilar poco a poco. Eso significa que su realidad ya no es
tan absorbente como antes. Eso me da esperanzas de sacarlo de ahí y devolverlo
a la única realidad. Esta.
Pasillos blancos, amplios y llenos de fluorescentes recibieron a los afligidos padres y al médico. Este último los guió hasta un salón enorme, en donde solían tratar a los enfermos mentales. Los ubicó tras un ventanal que cubría una pared entera, y salió a encontrarse con un joven enfermero que estaba junto al hijo de Saisyu y Shizu. Este se mantenía sentado cabizbajo. El pelo le caía sobre la cara sin dejar ver nada, sus brazos se mantenían sobre su piernas y se hallaba sentado a lo indio (con las piernas cruzadas).
-¿Omi...? -preguntó él acercándose, pero no recibió respuesta- Muchacho... -nada. Entonces se acercó a su oído y susurró en tono grave y profundo- Kusanagi...
De inmediato los vacíos ojos avellana del muchacho se posaron el su figura.
-... Yagami...
-Tezuka notó que la barbilla de Kyo temblaba casi sin control y que sus
facciones denotaban un terror y una sorpresa difícil de describir o imaginar.-
¿Qué ...haces aquí?
-Tranquilo... -El pelirrojo intentó tocar al chico, pero este se apartó
rápidamente levantándose de la silla, mirando sin entender hacia
todos lados-
-...NESTS... otra vez aquí... ¿Qué hago aquí Yagami?...
¡¿qué hago aquí?!... yo... yo estaba luchando contigo
recién... ¿cómo...?
-Relájate Omi, no estábamos luchando, nunca lo hemos hecho...
-¿Omi?...¿a quién diablos le hablas Yagami?
El doctor se alejó un poco.
-Estás muy
nervioso. Respira con calma y hablamos ¿te parece?
-¿Hablar?... ¿tú y yo?... -una extraña risa salió
de sus tiernos labios- ¿Desde cuando quieres hablar conmigo en vez de
matarme?...
-Digamos que desde ahora.
Kyo mira sin pestañear al doctor frente a él, a quien confunde con su eterno enemigo. Se mueve lentamente hacia la silla, y nota que sus movimientos no son tan ágiles y graciosos como de costumbre.
-¿Qué
pasa aquí Yagami?... ¿porqué estás aquí,
porqué estoy aquí?
-Omi...
-No te burles. Sabes bien como me llamo.
La mirada del joven se pasea por la desierta sala en donde se encuentran. Ve muchas ventanas, a través de las cuales entra abundante sol. No hay más sillas que las que usan él y el otro sujeto. Las paredes son lisas y blancas, excepto la del gran ventanal.
-¿Qué
es este lugar? -preguntó-
-NESTS
-Esto... no se parece a NESTS. -murmuró para si en voz alta- Y..¿porqué
llevas es nombre en la tarjeta de ahí?... Kojiro Tezuka...
-Omi, te voy a contar algo que no te será fácil entender.... -Kusanagi
continúa mirando la sala al oír que Yagami le habla a otra persona-
¡Muchacho!
-¿Eh?
-Espero que me oigas cuando te hablo. -reclamó-
-No me hablas a mí. Yo no soy ese tal Omi, cuando te dirijas a mi como
de costumbre, te escucho Yagami.
Tezuka se quitó las gafas con impaciencia.
-¿Cuándo dejarás de soñar pequeño, cuando? -murmuró sin que el otro lo escuchara. Un quejido de su paciente lo saca de sus pensamientos. Al levantar la vista, ve como Kusanagi cae hacia delante, abrazándose a sí mismo y con una mueca de dolor- ¡Omi!
Rápidamente lo toma en brazos, evitando que se golpeé.
-No te vayas Omi, no vuelvas allá... -le suplicó en voz baja mientras lo sostenía- No me dejes Omi...
Kyo se revolvía en sus brazos murmurando incoherencias.
-Omi escúchame...
ese mundo no es real... ¿me oyes?, no eres Kyo Kusanagi... No soy Iori
Yagami... ¡él no existe!
-¡No!... -sollozó- Yagami... no me sueltes Iori...
Rápidamente se abrieron las puertas de la sala y varios enfermeros entraron con diversos medicamentos. Uno de ellos levantó el brazo de Kyo para inyectarlo, pero Kojiro se lo impidió.
-Ya se fue.
Mientras despachaba a los sujetos a buscar una camilla, él se quedó observando a aquél hermoso chico entre sus brazos.
-¿Cuándo lograré sacarte de aquél lugar Omi?... ¿cuándo?
Con ternura apartó los mechones castaños que caían sobre sus ojos entreabiertos. Delicadamente delineó los labios sin cerrar y, pasando su brazo tras la espalda y piernas y de Kyo, lo levantó.
-Sea como sea Omi... voy a sacarte... Aunque tenga que tenerte como Kyo Kusanagi y yo deba ser el famoso Iori Yagami....
Con suavidad dejó el cuerpo inconsciente de Kyo en la camilla que los enfermeros trajeron. No se movió de su lugar mientras se lo llevaban, ni cuando vio como los padres del chico se abalanzaban contra su hijo.
-Ellos no pueden hacer nada... -una triste sonrisa aparece en el rostro del médico- Y no quiero pensar que yo tampoco...
Luego de unos minutos de pensar en silencio con la cabeza baja en el enorme y desierto salón, Kojiro camina hacia la cafetería del Centro. Los pasillos se le hacen interminables y oscuros... Ya frente al ascensor que lo llevaría al octavo piso, titubeó. A su derecha se extendía el pasillo que albergaba la habitación del joven Omi.
-Omi... -suspiró, pero negó con la cabeza y entró al elevador. Un buen café le haría bien.
***
Continúa
[ Capítulo 3: Despertando... supongo... ]
KOF pertenece
a SNK
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Publicado en IorixKyo Archive
Febrero, 2003