Fanfic por Raziel
IKKIICHIYÛ
PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta
Capítulo XVIII: Yazurenai Negai
Al día siguiente, unos minutos después de que Utsukushiki lo dejara en la entrada, Yagami caminaba junto a su hermano que lo miraba entrecerrando los ojos…
– ¿Soshite…?– la voz del moreno sonaba seria, sin embargo Iori no daba señales de respuesta – ike Yagami, nanda to, ¿porqué estás tan feliz?
– ¿De que hablas?
– No te hagas el loco, desde que llegaste tienes una mirada de felicidad que no puedes ocultar, y la sonrisa no te cabe en el rostro – Kusanagise paró frente al pelirrojo y acercó su rostro con un gesto de molestia – dime la verdad… ¿Dôshita no?
– Iie, zenzen (no, nada) – Iori pasó junto a su amigo cuya furia creció más
– ¡¡¡Uso da yo!!! (Mentira) – exclamó volteándose y jalando a su hermano de la chaqueta, se miraron fijamente
– Yoshi, ureshî wa motte... (Está bien, estoy feliz porque…) – aunque trató de controlarse no pudo hacerlo por más tiempo; y comenzó a hablar rápido – mi padre y el odioso de Kaoru se van de viaje a América por dos semanas– respiró agitadamente. El moreno sólo lo veía con los ojos completamente abiertos
– ¿Sa..sabes lo que eso significa onî-chan? – la voz de Kusanagiera casi imperceptible
– ¡Mocharon! (por supuesto), QUIERE DECIR QUE POR FIN PODRÉ PASAR DOS SEMANAS DE MI VIDA TRANQUILAMENTE… JAJAJAJAJA – pose de triunfo mientras Kyo sudaba una gota
– BAKA – gritó – yo me refería a que sin tu padre cuidándote podrás salir a pasear cuando quieras
– Ah, sô desu ne – la sonrisa aún presente en su rostro
Horas después en la clase de geografía, mientras el profesor Yasashii explicaba algo sobre el trópico de cáncer, nuevamente comenzaron a charlar…
– ¿Oi? – Kyo trató de acercarse un poco a su hermano
– ¿Ee?
– Ya que tu padre no está… ¿porqué no vamos mañana a dar una vuelta después de la clase de pintura?
– Ha… – antes de que pudiera terminar su frase, el profesor interrumpió al pelirrojo para que pasara a explicar lo que había entendido – te digo en el almuerzo – fue lo único quealcanzó a decir Iori antes de pasar al frente
Ya en el receso el moreno empezó la conversación, charlaron extenso sobre el tema y estuvieron de acuerdo en tal paseo; Kyo le preguntó si habría problemas con su hermana. El pelirrojo le dijo que todo estaba bajo control ya que su hermana le debía un enorme favor, y por ende no diría nada a su padre. Y Yukari se enfrascaba tanto en sus videojuegos que sería muy difícil que se diera cuenta.
Aunque su hermano le preguntó cual era el favor que le había hecho a su hermana Iori no dijo nada, era una promesa que cumpliría bajo cualquier circunstancia; Kusanagi, al ver que de ninguna manera su amigo le confesaría el asunto, decidió dejarlo por la paz. Y comenzó a explicarle como estaría conformado su tour; empezarían el recorrido por la pizzería “Kon nyakuyu”, donde, según Kusanagi, se comía la mejor pizza en todo Osaka. De ahí irían directo al centro de videojuegos “Shôbu”, para finalizar con una vuelta al parque Yume no ai para practicar sus deportes favoritos. Quedaron de llevar ambos sus bicicletas y patines, el moreno se encargaría de los balones y lo que hiciera falta.
Al término de clases, después de que el pelirrojo llegó a su casa, subió inmediatamente con Akane. La chica estaba acostada boca arriba sobre la cama leyendo una revista, en cuanto oyó que alguien entraba se enderezo un poco, cuando vio que era su hermano, cerró la revista y se sentó en la cama preguntándole el porqué de su presencia. Iori le contó todo de pi a pa y después de oírlo la joven de ojos azules estuvo de acuerdo prometiéndole a su vez que haría hasta lo imposible para que Yukari no se diese cuenta de su ausencia. Para Yagami el día pasó lentamente, cada diez minutos volteaba a mirar el reloj de su alcoba. Trató de distraerse en algo, puso un poco de música, fue de nuevo al cuarto de su hermana para ver un poco de televisión, se la pasaron bien bromeando y comiendo palitos de zanahoria y apio (comida que no le era muy grata al pelirrojo, pero el sólo estar con su hermana le alegraba sobremanera). Sin darse cuenta, los dos se quedaron profundamente dormidos y a eso de las seis sonó el despertador de Akane; en un dos por tres despertaron, corriendo como loco Iori se fue a su habitación, se metió a bañar. Al salir de la ducha y pasar junto al ventanal de su alcoba algo lo hizo pararse en seco a observar el panorama sin poder aún creerlo; el color blanco inundaba cada una de las calles aledañas a su mansión, se podía percibir la nieve hasta el horizonte, aquello era tan hermoso que se quedó ahí parado sin reparar en que la toalla que lo cubría se había resbalado un poco dejando al descubierto la mitad de su trasero. Ni siquiera el gritó a lo lejos de su hermano Yukari lo ahuyentó de sus pensamientos, volteó cuando la incontenible risa de sus hermanos se hizo presente en su propia alcoba.
– Eh… ¿nani? – preguntó Iori desconcertado soltando la cortina
– Lindo trasero onî-chan – respondió Akane divertida. La reacción del pelirrojo no se hizo esperar, rápidamente levantó la toalla del piso y sonrojado se acercó hacía ellos empujándolos para afuera
– Etto onî-san – era extraño que Yukari abriera la boca, por lo que Yagami entre abrió la puerta. Miraba por la pequeña rendija al niño – sólo queríamos avisarte que acaban de decir en las noticias que las clases se suspenden debido a la nieve – acto seguido el pelimorado se dio la vuelta y se fue nuevamente a encerrar a su habitación donde el ruido de videojuegos era cosa de todos los días.
Iori cerró la puerta y se recargó de ella, todos sus planes se habían ido a la basura, agachó la cabeza y respiro profundamente. De pronto el timbre de su celular lo sobresaltó, buscó con desesperación el aparato y contestó agitadamente…
– Moshi moshi – drásticamente cambio su rostro al reconocer la voz
– Yagami o-genki desu ka – preguntó el moreno con alegría – ¿escuchaste las buenas nuevas? … no vamos a tener clases – Iori tuvo que separar un poco el aurícular de su oído debido a que la voz de su hermano tenía un tono muy elevado
– Demo… soshite…– Kyo guardó silencio al notar el desgano de su amigo – no vamos a ir al parque cierto
– BAKA –gritó el moreno – al contrario, vamos a tener más tiempo para divertirnos, te espero en la escuela en media hora bye
Antes de que el pelirrojo pudiera despedirse el moreno colgó. Iori no perdió más tiempo, como de rayo se vistió, ya que no era día de escuela podía usar ropa informal. Debido al clima invernal, optó por un conjunto muy deportivo, de pants y sudadera negros. Tenis blancos cuya insignia bordada al costado era negra también, además de un par de guantes. Pasó por su bicicleta y sus patines, avisó a su hermana que llegaría tarde. Pensó que no le daría tiempo llegar a la hora pero no contó con que Tenemuhô lo estaba esperando afuera con el motor en marcha, subieron la bicicleta en la parte trasera de la limusina y se fueron como de rayo al colegio; llegaron en menos de diez minutos, Kusanagino llegaba aún así que Iori respiró con alivio
– Soshite Iori-kun – Utsukushiki dio al pelirrojo una palmada en la espalda en tono amistoso – mata aimashô (nos vemos luego) – entró en el coche y dio la vuelta – o genki desu – gritó desde la ventanilla mientras se perdía en la distancia, Iori le devolvió el gesto con el brazo.
La respuesta a tan extraño comportamiento por parte de Yagami,se encuentra una semana atrás…
Flash back
– Oi Tenemuhô no has visto a A… – Yagami entra a la cochera, donde “supuestamente” el chofer está limpiando uno de los vehículos, y se queda sin habla
Akane y Utsukushiki quienes se estaban besando, también quedaron mudos al ver al pelirrojo frente a ellos…
– ¡¡¡Nani yatten no yo Akane!!! – gritó Iori molesto, se dirigía furioso hacía su hermana, sin embargo el chofer hizo a un lado a la joven interponiéndose entre ellos, eso logró enfurecer más a Yagami – Hazte a un lado bastardo
– Iie – la voz del joven rubio, aunque temblorosa también demostraba coraje, miraba a Iori con valentía. La joven los miraba asustada, trató de ponerse en medio pero Tenemuhô le cortó el paso con el brazo, la chica estaba al borde de las lágrimas, conocía a su hermano y si este se enfurecía más era seguro de que mataría al otro joven.
– Déjala pasar –Bramó el pelirrojo
– I.. iie, no dejaré que la lastimes
– No digas estupideces – los ánimos seguían al tope – hazte a un lado si no quieres que te maté – los ojos de Iori habían cambiado su hermoso color azul por el rojo de la sangre y se puso en posición de ataque
– No me importa, jamás dejaré ir a Akane, LA AMO – esas palabras dejaron a ambos hermanos fríos –sé que eres mucho más fuerte que yo, pero…NO ME IMPORTA, LA DEFENDERÉ AUNQUE TENGA QUE ARRIESGAR MI PROPIA VIDA – no dijo más, se cubrió la cara con ambos bazos cuando el pelirrojo mando el primer golpe. Akane se tapó los ojos.
Sin embargo, el joven chofer al no sentir nada retiró sus brazos y abrió los ojos. Parpadeó. El puño del pelirrojo se había detenido a unos cuantos centímetros de su carapero de una forma extraña, el pulgar tenía aprisionado al dedo medio mientras los otros tres se erguían en el aire.
– PAK – un chapulinzazo por parte de Iori a la nariz del chofer. Tanto Utsukushiki como Akane sudaron una gota mientras mirabansorprendidos a Yagami. – escúchame bien – exclamó éste al chofer jalándolo de la camisa – una sola lagrima… si mi hermana derrama una sola lagrima por tu culpa, date por muerto – lo soltó, se dio media vuelta y dejó a los novios en la cochera.
La joven miró a su amado y se le aventó a los brazos llena de felicidad, Tenemuhô correspondió el abrazo y se fundieron en un dulce beso. Desde aquel día el pelirrojo prometió a su hermana que no le diría nada a su padre, y comenzó a llevarse bien con su “cuñado”.
Fin flash back
******
A los pocos minutos llegó Kusanagi, tan jovial y perspicaz como siempre; vestía un pantalón de mezclilla azul marino, tenis blancos con franjas azules y una chamarra roja con gorro, y, al igual que su hermano, unos guantes de color azul cubrían sus manos. Después de saludarse mutuamente ambos emprendieron el viaje hacia el centro de la ciudad, con un poco de dificultad con la nieve que cubría las calles y aceras. Iori iba estudiando todo a su paso y el moreno sólo miraba los gestos del muchacho, la mayoría de los cuales eran de admiración; a Kyo le pareció algo sumamente enternecedor ver a un chico como el pelirrojo, tan serio y reservado, sorprenderse como un chiquillo con cosas tan simples y comunes para los demás. A escasos quince minutos de trayecto Kusanagidio una vuelta inesperada en la avenida principal y se detuvo justo frente a un gran comercio cuyo letrero, aun con una capa de nieve en el borde principal, decía: “Kon nyakuyu: de la charola a su boca”. Con letras rojas y fondo blanco. Entraron sin tardanza puesto que Kusanagitenía un hambre atroz ya que no había podido desayunar nada; Yagami se dio cuenta de que su amigo era cliente conocido en aquel sitio cuando dos jovencitas muy lindas se acercaron preguntándole si quería lo de siempre. Kyo, que era sumamente coqueto, les guiñó un ojo, cosa que tal ves era una afirmación para las chicas que fueron rápido a la cocina, mientras tanto los jóvenes comenzaron a platicar.
–Te va a encantar la pizza de este lugar – decía Kyo recargando los brazos sobre la mesa – vengo aquí cada fin de semana
– Si, se nota – el tono que usó Yagami era de reproche, se recargaba del respaldo del sillón, miró a su alrededor.
El sitio era acogedor, aunque el frío afuera estaba haciéndose presente rápidamente los clientes llegaban y llegaban. Ellos estaban sentados junto a la puerta desde donde podían apreciar el paisaje debido a que en lugar de pared amplios vitrales se extendían a lo largo del comercio, únicamente medio metro de ladrillo azul sostenía aquello. En menos de diez minutos llegaron nuevamente las dos jovencitas con dos pizzas grandes, una hawaiana y la otra de pepperoni con anchoas y extra queso, dos enormes vasos de malteada de chocolate y un recipiente lleno de Pocky.
–Arigato – el moreno coqueteó nuevamente con las jovencitas, quienes se sonrojaron y con risitas melosas se retiraron a servir a los demás – sírvete – exclamó mientras tomaba un gran trozo de pizza extra queso
– Itadakimasu – dijo Yagami juntando las manos y agachando un poco el rostro; se quedó mirando las pizzas, no se decidía por cual empezar ambas se veían suculentas
– ¿Dôshita no onî-chan?, no me vayas a salir con que tampoco te dejaban comer pizza – con el gesto que hizo su hermano el moreno casi se ahoga, tomo un gran sorbo de malteada y con rostro de incredulidad miró a su compañero quien se sentía incomodo a tal comentario, que desgraciadamente era verdadero
– Mi padre cree – comenzó mientras tomaba un trozo de pizza hawaiana y la ponía en su plato – que mi alimentación debe se equilibrada, no grasas, no dulces, ni nada que pudiese alterar mi cuerpo
Kyo meditó en eso, mientrasmiraba como su amigo comía su pizza llegó a su mente el día en que vio a Iori en las regaderas, efectivamente, el cuerpo de Yagami estaba muy bien formado, su abdomen estaba marcado, ninguna señal de comida chatarra estaba presente. A diferencia de él, el pelirrojo tenía un abdomen envidiable, a decir verdad el moreno aunque fuerte, no tenía un abdomen tan trabajado, es delgado sí, pero conserva aún un cuerpo de adolescente normal. Cosa que le hizo sentir envidia.
Después de desayunar y pagar la cuenta, salieron del local. El frío calaba hasta los huesos, y las ráfagas de aire golpeaban sus rostros al ir en la bicicleta. El moreno decidió que mientras el clima estuviese así estarían mejor en un lugar cerrado, así que sin tardanza llevó a Iori al centro de videojuegos más grande de Osaka: Shôbu. Era de esperarse que las salas estuviesen casi vacías, por tanto tenían varios juegos a su disposición. Pero como si alguien les hubiese prohibido jugar más que un juego, Kusanagise dirigió como de rayo a la última entrega de Street Fighter. Yagami se acercó tomando asiento junto a su hermano quien al jugar parecía que todo desaparecía en su mundo y solo existían él y la maquina. Pero de pronto sintió algo, una extraña sensación en su mejilla, cual fue su sorpresa al ver que su hermano se acercó tanto que su aliento chocaba en ella.
– Oi omae – dijo Kusanagientrecerrando los ojos
– Hai – pregunto Iori separándose de inmediato con un leve rubor en las mejillas
– Gomen, se me olvidaba que no sabes jugar – Kyo rió rascándose la nuca
Comenzó a explicarle en que consistía el juego, que botones debía apretar y las secuencias correctas para realizar combos o jugadas para obtener más puntaje, Iori aprendió rápido y en un dos por tres se encontraban retándose mutuamente. Tan buenos eran jugando que los jóvenes del rededor se acercaban a ellos para observar el encuentro. Ya fuese que ganara el moreno o el pelirrojo la lluvia de aplausos no se hacía esperar.
– ¿Dôshita no? – una voz resonó en el local, una voz conocida por todos los que pasaban más de tres días a la semana en las arcadias. Un joven alto de cabello blanco y con un arete en el oído derecho llegó al sitio donde la multitud estaba
– Dos chicos están jugando y son muy buenos
– ¿Dare? (¿Quienes?) – preguntó altanero
– Uno de ellos se llama Kusanagi
– Mmm el que parece niña – sonrisa burlona – es bueno pero no tanto – volteo a ver otro sujeto que venia con él
– Si, pero lo está retando otro tipo que sabe jugar muy bien – ante este comentario el chico de ojos azules los entrecerró al tiempo que tomaba al otro pobre de la chaqueta y lo alzaba furiosamente
– ¿Donata? (¿Quien es?) – preguntó
– Iie, shiranai (No, no lo sé), jamás había venido aquí, es la primera vez que lo veo – la voz temblorosa, al instante de ser soltado el chico pecoso se alejó corriendo.
–Ryuji – Yashiro miró a su acompañante con ojos entrecerrados – vamos a enseñarle lo que es jugar, que dices – el otro sujeto rió en complicidad
Mientras, el de cabello blanco se abrió paso entre la multitud; justamente en ese momento Iori le ganó al moreno que sintió una gran mano en su hombro y antes de que pudiese voltear a ver de quien se trataba, salió volando por arriba de los asientos. El pelirrojo se levantó de golpe, no obstante antes de que pudiera hacer algo más, el compañero del de cabello blanco lo sostuvo por los hombros obligándolo a sentarse. Kyo se levantó, dándose cuenta de quien se trataba no dijo nada y se dirigió con su hermano, este al verlo sin daño alguno no hizo ningún movimiento.
– Quiero ver que tan bien sabes jugar – la voz del otro lado era fuerte y autoritaria
– No sé jugar, es la primera vez que vengo aquí– decía el pelirrojo un poco exaltado, la furia exploto en el adversario tan de golpe que se levantó de su asiento
– Nadie se burla de Yashiro Nanakase, todos los de aquí te han visto jugar y dicen que eres muy bueno – una mirada de burla hacia Yagami – a menos claro, que tengas miedo
– Yo no tengo miedo a nada, mucho menos a una rata blanca como tú – todos los de alrededor ahogaron un gritó– de acuerdo, juguemos
– ¿Estás loco? – Kyo se acercó a su amigo hablándole al oído – ese tipo es nada menos que el mejor jugador de Osaka – bajo un poco más la voz – además de que es muy fuerte físicamente, ni siquiera tú y yo juntos podríamos vencerlo – Yagami estaba a punto de abrir la boca para contestarle algo a su hermano pero fue bruscamente interrumpido
– Vas a jugar o a platicar con tu estúpido amigo – este último comentario golpeó en el cerebro de Iori activando todas sus neuronas y haciéndole hervir la sangre en las venas
– Juguemos – dijo, y Kyo miró con sorpresa que los ojos azules se habían vuelto totalmente rojos, sólo el iris negro se distinguía en aquellos lagos de sangre
Ambos jugadores echaron sus monedas, escogieron a su personaje y comenzaron la batalla; Yashiro creía que sería muy fácil, pero Yagami se defendía muy bien. Sin embargo el joven Nanakase no sólo era hábil, sino también astuto; su jugada siempre consistía en observar la defensa del oponente, el patrón que seguía durante el juego. Ya que con ello podría anticipar los golpes en el siguiente Round. Como era de suponerse Iori ganó el primer encuentro, el chico de cabello blanco rió con malicia y sin que el pelirrojo se diese cuenta se encontraba perdiendo, los movimientos de su oponente eran mucho más rápidos que el combate pasado. No obstante notó algo extraño; los golpes que daba el otro sujeto eran los mismos, sólo que con más aceleración. Sin saberlo, Nanakase le enseñó a Yagami su técnica de combate: “estudia a tu oponente y sabrás contrarrestar sus ataques”; Iori perdió, Kyo lo miraba con angustia, pero quedó intrigado al darse cuenta que la mueca de su hermano reflejaba burla y goce de triunfo.
Unos pocos segundos daba el juego para que comenzase el siguiente combate, al termino de la frase “Ready…go”, la lucha final dio inicio, Yashiro se sorprendió al percatarse que el estilo de juego del otro chico había cambiado radicalmente, eso dificultaría aún más su victoria. Cada uno daba lo mejor de sí, a su alrededor no se escuchaba nada más que la respiración acelerada de los espectadores que allí se daban cita.
Patada arriba, luego abajo, salto atrás, hadoken, salto y golpe. Con tan simple secuencia terminó el encuentro, ¿el ganador?…
– SHIMATTA – El gritó de Yashiro asusto a todos, dio un golpe en la maquina abollándola bastante – no es posible que un insecto como tú me haya derrotado – la furia de su mirada era incontenible – me las vas a pagar maldito bastardo
El joven de cabello blanco mandó un golpe justo a la cara de Iori, pero fue detenido por Kyo, eso lo enfureció más; por tal motivo la agarró contra el moreno, lo tomó del cuello y lo aventó haciéndolo estrellarse contra la pared. Yagami se enfureció como nunca en su vida, y aunque Ryuji trató de detenerlo, cuando el pelirrojo sintió las manos de aquel sujeto, reaccionó volteándose y dándole una patada en la boca del estómago. Sin embargo Nanakase aprovechó eso para golpear cobardemente a Iori quien al percatarse de ello se protegió con ambos brazos; pero cual fue su sorpresa al sentir una oleada de calor junto a él, miró por entre sus brazos viendo como el moreno lo había protegido lanzando una barrera escarlata con sus manos.
Aprovechandola confusión, rápidamente Yagami corrió hacia su amigo, lo jaló del brazo arrastrándolo hacia la salida del local. Kyo preguntó que pasaba, pero su hermano no le dio respuesta alguna había subido ya a su bicicleta y pedaleaba con ganas, Kusanagino tuvo mas remedio que seguirlo, volteó un poco y vio de reojo que de las arcadias salían los dos tipos, se notaba que estaban furiosos, sin embargo no los siguieron.
Varias cuadras después Iori se detuvo, su amigo también.
– ¿Que paso ahí Iori? – Reclamó el moreno con enfado – ¿porque no me dejaste terminar con ellos?
– Tu mismo dijiste que ni siquiera nosotros dos juntos podríamos ganarle – ese argumento era raro en Iori, Kyo no se tragaría ese cuento tan fácilmente
– Dime la verdad
– Esa es la verdad – la dura mirada de Kusanagihartó al pelirrojo – lin desu yo, lo hice porque no quiero que nadie sepa que salí de casa
– Por dios Iori, ¿quien crees que se de cuenta de ello? – Kyo pensó que era un absurda excusa
– ¿No te das cuenta?, que yo sepa en esta ciudad solo dos familias pueden manejar el fuego – sus ojos clavados en los de su hermano – si me ven junto a alguien más que sabe manejar el fuego, pero ese alguien no es un Yagami. ¿Que crees que suceda? – Silencio – MI PADRE SE ENTERA Y ME MATA
–Iori dices eso como si muchos de esta ciudad los conocieran a ti y a tu padre… ni que fuesen de la mafia – risita burlona por parte del moreno. Se dio cuenta de que tal comentario no le había hecho ni la más mínima gracia a su amigo, entonces comprendió – no me digas que…no. – Su voz no quería salir de su garganta – no me salgas ahora con que tu padre también pertenece a la mafia Japonesa – tenía al pelirrojo sujeto por los hombros y lo zarandeaba, al ver que no habría respuesta lo soltó
– Ore no Otô-san wa Yakuza desu – exclamo por fin Yagami – y no sólo eso, también es uno de los más poderosos. Alguien que con tan sólo mover un dedo puede lograr que cientos mueran en un día
– Si es tan poderoso – pronunció el moreno – porque mi familia y yo seguimos con vida – sus ojos llenos de amargura se clavaron en su amigo
– Porque eso es asunto que sólo incumbe a los Yagami – su fuerte voz estremeció al moreno – es cuestión de honor. Si los yakuza tomaran este asunto en sus manos el honor de mi familia se perdería totalmente – suspiro – la muerte de los Kusanagisólo puede ser a manos de los Yagami – la mirada en sus ojos tenía un ligero toque de odio. Cuando se dio cuenta de lo que había dicho ya era tarde, había lastimado a Kyo con esas palabras – Kyo yo… – silencio – lo siento no fue mi intención – el moreno volteó a verlo
– No… no te preocupes, yo… te entiendo – bajó el rostro. Lo alzó nuevamente mirando hacia su alrededor – Etto – pronuncio tratando de disimular algo de alegría – mira, es un parque – Iori miró también – que… te parece si… – trataba de cambiar la conversación – si jugamos un poco de americano – dijo enseñándole a su hermano el ovoide café quehabía sacado de la mochila y tenía entre sus manos
Yagami asentó con la cabeza al tiempo que disimulaba una sonrisa. Comenzaron lanzándose pases, ya que ambos tenían fuerza debían estar bastante alejados. La nieve que cubría aquel parque les dificultaba un poco el correr.
La poca gente que pasaba cerca del lugar, puesto que era un sitio muy poco concurrido, veía con curiosidad a aquellos jóvenes divirtiéndose en un día tan frío. Habían dejado sus bicicletas junto a una banca donde pudiesen verlas bien, al igual que la mochila de Kyo. Pasaron un tiempo asía hasta que Kusanagise quedó con el balón.
– ¿Dôshita no otôtô? – pregunto Iori extrañado, y pudo distinguir a lo lejos que su hermano tenía una extraña mirada – ike Kyo, lanza el balón – suplico Yagami en tanto se acercaba un poco hacia el otro muchacho
– Quítamelo tú – el moreno estaba retando al pelirrojo – aunque claro, eres demasiado lento como para alcanzarme.
Al finalizar esto último Kusanagi sacó un poco la lengua y hecho a correr a todo lo que daban sus piernas, ya que su amigo había pegado carrera en cuanto lo oyó decir tal comentario. Se internaron en el parque, corrían de un lado a otro como si tuviesen cinco años; las miradas de ambos brillaban ante la alegría de aquella mañana de invierno. La calidez de sus corazones se esparcía por sus cuerpos dotándolos de una sensación placentera; no sentían como el viento gélido chocaba contra sus rostros, ni como la nieve, que nuevamente hacía su aparición desde el cielo, caía poco a poco en sus cabezas.
Yagami alcanzaba a Kusanagi y viceversa; pero una casualidad del destino hizo que, en el momento en que Kyo tenía el balón en su poder y trataba de escapar de su hermano, que amenazaba con quitárselo, corriera hacía una pequeña inclinación del parque. Por suerte pudo darse cuenta a tiempo, quien no tuvo tanta suerte fue Iori; el moreno, que volteo para advertir a su hermano, miro con angustia que el pelirrojo se acercaba hacia él rápidamente. La advertencia no llegó a tiempo e Iori empujó a su hermano hacia “el precipicio”. El moreno cayó, pero ágilmente tomó a Yagami del gorro de su sudadera, sin embargo, en lugar de sostenerse de su hermano, Kyo jaló a Iori provocando que ambos rodaran cuesta abajo.
Iori sacudió la cabeza, estaba algo mareado; lentamente abrió los ojos, dándose cuenta que estaba justo encima de su hermano. Se miraron fijamente. De pronto ambos comenzaron a reírse con ganas, eso había sido divertido. Mientras reía, el moreno entreabrió los ojos, y vio como se reía su hermano. Eso era muy inusual en el pelirrojo, Kusanagidejó de reír, miraba fijamente el rostro de Iori, se veía muy tierno riendo de esa manera. Yagami sintió una mirada y volteo a ver a su amigo, sorprendiéndose un poco al notar que el moreno no le quitaba la vista de encima. Su risa se fue apagando paulatinamente. Ambos quedaron en silencio. El pelirrojo tragó saliva.
Kyo, conducido por una fuerza extraña, tomó entre sus manos el rostro de Iori, el cual abrió sus ojos con sorpresa, pero los fue cerrando en tanto su rostro se acercaba al de Kusanagi. Kyo cerró sus parpados al sentir la calida sensación que brindaban los labios de su hermano. Al principio sólo rozaban sus labios, una, dos, tres veces. Disfrutaban del sabor, la textura. No obstante Yagami no aguanto más, aquella sensación era sumamente placentera, debía saciar los deseos que había reprimido durante tanto tiempo. Su corazón se aceleraba cada vez más, algo le decía que aquello estaba mal, sin embargo no le importó, bajó su brazo derecho y abrazo por la cintura al moreno atrayéndolo hacía si, juntó mas sus labios; Kusanagi pasó sus manos por lo largo de la espalda de Yagami, su cuerpo temblaba. Una extraña oleada de calor recorrió todo su ser, un constante hormigueo estaba presente en su piel. De repente sintió algo húmedo tratando de entrar a su boca con suma ternura. Y de inmediato dio paso al extraño visitante, al tiempo que él exploraba con su lengua la boca de su amigo. El beso fue largo y a la vez tan corto, excitante pero tierno. Con lentitud se separaron, disfrutaban aún de aquella sensación, estaban agitados, su respiración los delataba; Yagami abrió sus ojos, miró el rostro angelical del moreno cuyas pestañas aprisionaban aún esos zafiros color avellana. El chico de ojos azules trataba de entender los sentimientos que de golpe habían surgido dentro de su mente, y de su corazón.
Continúa…
KOF es propiedad de SNK
Ikkichiyu pertenece a Raziel
IorixKyo Archive
Junio, 2005