Fanfic por Raziel
IKKIICHIYÛ
PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta
Capítulo XVI: Kyo no riokô
– ¡¡¡Ohayoooooooooooooooo onî-chan!!! – un alegre moreno corría directa e impetuosamente hacia Yagami
Iori solo volteó un momento que le basto para darse cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir, mirar hacia atrás y agazaparse un poco protegiendo su cabeza con las manos; Kyo saltó encima del pelirrojo el cual cayó bruscamente lanzando un fuerte grito de dolor. Kusanagi notó instantes después que un hilillo de sangre escurría por entre las ropas de su hermano, al ver esto se levantó rápidamente ayudando a su amigo a hacer lo mismo. Miró sorprendido el rostro de Iori, el cual estaba sumamente hinchado, obviamente había recibido una paliza por parte de su padre. Debido al impacto que sufrió cuando Kusanagile cayó encima, una de las heridas que apenas estaba cerrando, volvió a abrirse, de ahí la sangre.
– ¿Dôshita onî-chan? (¿Qué sucede hermano?) – el moreno tocó con su mano la cara de su amigo
– ¿Iie, shimpai de ha arimasen? (No, no te preocupes) – respondió este retrocediendo un poco – tuve una discusión con mi padre hace algunos días, y ya vez, ésto es parte del resultado
– Demo… ¿nanda to? (¿pero… que pasó?)
– Cosas sin importancia, creo que la edad le afecta un poco – tono sarcástico de parte de Iori
– ¿Cuantos años tiene? – preguntó su hermano con interés
– Va a cumplir 35 años – tal comentario dejó al moreno con la quijada hasta el piso – ¿oi nanda? (¿Qué pasa?) – el pelirrojo no entendía tal reacción
– Es muy joven – dijo Kusanagi– mi padre va a cumplir 45 el 27 de noviembre – meditó un poco
– ¿Como te fue en tu viaje? – Yagami deseaba saber como lo había pasado su hermano esos días al otro lado del mundo – ¿que tal Acapulco? – el rostro de Kusanagise puso serio y entrecerró los ojosen forma molesta– ¿Dôshita no Otôtô? (¿Qué pasa hermanito?) – el moreno comenzó a caminar hacia el edificio
– Es que – dijo cabizbajo – a mi mamá se le ocurrió cambiar el destino del viaje y… – agachó la cabeza – ¡¡¡nos llevo a otro sitio que no era Acapulco!!! – exclamó con ojos llorosos mientras tomaba a su hermano del cuello de la camisa y lo atraía hacia si, Iori miraba desconcertado la escena y acarició un poco su cabeza para consolarlo
–Tranquilo ya pasó – la voz de Yagami reconfortó un poco al moreno – y dime ¿a donde fueron entonces? – el timbre sonó y apenas iban en el pasillo de la entrada
–Te lo cuento en el receso, mejor vamos a apurarnos para llegar a tiempo a la clase – Yagami estuvo de acuerdo a tal comentarioy siguió a su hermano hasta el aula
Ahí encontraron a Athena, tan alegre y bella como siempre, la saludaron y tomaron asiento. Clases después llegó el receso así que los tres chicos salieron y caminaron hacia el jardín que está junto a la cancha de baloncesto. Debido a que el moreno se fue de viaje, Asamiya y Yagami decidieron cambiar sus almuerzos; afortunadamente el pelirrojo recordó la fecha en que su amigo llegaría, así que fue preparado y no sólo llevo pescado sino también Daifuku Ichigo (churros), los cuales eran los favoritos de la joven de ojos púrpura, Kyo se dio cuenta de que sus compañeros lo veían de forma extraña, preguntó que sucedía y al tiempo tanto el pelirrojo como la pelimorada miraron la mochila de Kusanagi.
– ¡Ah!, kore…(¡Ah, esto!)– el moreno tomó la mochila colocándola en sus piernas, la abrió y comenzóa buscar dentro de ella – ¡ajá! – Dijo feliz y sacó un extraño objeto de vivos colores – esto es para ti onî-chan
– Kore wa nan desu ka (¿Qué es esto?)– Yagami tomó el objeto entre sus manos mirándolo dubitativamente
– Es un “balero[1]” – Athena e Iori se miraron uno al otro – es un juguete que consiste en meter esta parte (un mango de madera) en esta otra (una figura en forma de barril y un orificio en la parte inferior, ambas van unidas con un hilo) – el pelirrojo intentó tal proeza pero fue en vano, por más que trataba no podía insertar el mango en el barril
– Esto es para ti Athena-chan – la mano del moreno sostenía una linda muñeca de trapo, con vestimenta al más puro estilo mexicano
– ¿Pa… para mí? – los ojos de la chica se humedecieron
– Hai, no me podía olvidar por nada del mundo, de la linda novia de mi hermano – las mejillas de Athena se ruborizaron a tal comentario
– Sô da, también les traje esto y esto y… – Kusanagisacaba y sacaba cosas de mochila dulces tradicionales (alegrías, mueganos, tamarindos con chile y azúcar, cocadas), recuerdos de la región, postales, etc. – esto también, y…
– Cuéntanos de tu viaje dijo su hermano cuando el moreno termino de sacar todos los recuerdos que les había llevado – a donde fuiste
– Mâ… (Bueno…) – el moreno se acomodó en el tierno y verde pasto – Iori, ¿recuerdas que te había dicho que íbamos a ir a Acapulco? – el moreno cruzó los brazos y cerró los ojos como tratando de recordar lo sucedido al cien por ciento – pues ese mismo día que llegue a casa después de haber venido a dejar mi permiso…
Flash Back
– Hi otôsan (Hola papá)– el moreno entraba alegre a su casa, mientras su padre se dirigía hacia él con una amplia sonrisa y varias maletas, Saisyu vestía unas bermudas negras y una camisa estilo Hawaiano
– Hi musuko (Hola hijo) – llegó junto a su hijo, se miraron a los ojos…
– ACAPULCO… ALLÁ VAMOS – gritaron al tiempo que brincaban alegres levantando el puño derecho, sin embargo en pleno momento de celebración una tierna voz los interrumpió
– Saisyu, Kyo – La señora Kusanagise acercaba a ellos rápidamente – olvídense de Acapulco – dijo desconcertando a sus hombres – Saisyu ponte pantalones, Kyo ve por un par de chamarras y empaca cosas abrigadoras
– Demo… (Pero) – exclamaron al tiempo tanto Kusanagi-san como su hijo
– Iie, no hay tiempo de hablar – chilló Shizu-sama cuando ellos apenas habían abierto la boca, ella caminó hacías las escaleras que conducían al segundo piso; pero antes se paró y volteó sonriente – nos vamos a Tarascara (Tlaxcala) – dos estatuas de piedra con la quijada hasta el suelo fue lo que quedó en la sala
Ya en el aeropuerto…
– Okasan (mamá) – la voz de su hijo hizo que la señora Kusanagivolteara
– ¿Nani Kyo-chan? (¿Qué Kyo?)– preguntó sonriente
– ¿Porque ya no vamos a ir a Acapulco? – un dejo de tristeza y desilusión se notaba en el rostro del joven, quien más que nada deseaba comprar su tabla para sorfear en grandes olas
– Porque Amika-sama me recomendó mucho ese lugar para vacacionar, además Kyo-chan, las vacacionesno solo son para divertirse
– ¿A no? – interrumpió el moreno con mirada incrédula
– Iie (No), también se debe aprender de los viajes – con eso Shizu-sama concluyó la conversación, aunque su hijo no había quedado nada convencido y miraba a su padre con reproche por no haber hecho nada al respecto; Saisyu al notar la mirada de su primogénito se hizo el dormido
Al pobre Kyo no le quedó más remedio que hacer lo mismo que su padre, se acomodó en el asiento y en un gesto por demás tierno e inocente, apoyó la cabeza en el regazo de su mama; quien amorosamente lo acurrucó, Shizu-san acarició el cabello castaño de su hijo, era la forma que tenía de arrullar a su “bebe”. Durante todo el vuelo (excepto un instante al llegar a los Ángeles, donde bajaron para tomar el avión hacia México) el moreno se la pasó durmiendo. Solo despertó cuando escuchó que debían abrochar los cinturones de seguridad porque estaban a punto de aterrizar, se talló los ojos con su flojera característica, sonrió a su mamá y saludó a su padre. Por curiosidad se asomó a la ventanilla y cual fue su sorpresa al no poder ver nada afuera; solo niebla espesa y gris podía distinguirse en el paisaje – tal vez se vea mejor cuando bajemos – pensó, pero no fue así, tuvieron que bajar cuidadosamente las escaleras, puesto que la neblina de aquel lugar no dejaba ver más allá de la nariz. Caminaron en línea recta siguiendo a las personas que caminaban frente a ellos. A los pocos minutos entraron a las salas del aeropuerto, donde se percataron de un letrero que decía “KusanagiKasoku” (Familia Kusanagi), el cual por cierto era sujetado por dos jóvenes de aproximadamente 18 o 19 años de edad, uno de ellos de cabello corto rubio, se veía fuerte; el otro tenia el cabello negro y largo, al igual que su acompañante este joven parecía más fuerte de lo normal. La familia Kusanagise acercó a ellos, y detrás de los jóvenes salió un sujeto de la misma edad de Kusanagi-sama, una pequeña barba salía de su barbilla y con gesto sonriente caminó hacia ellos.
– Ohayo gozaimas (Buenos días) – la voz de aquel hombre era amable, los recién llegados contestaron el saludo junto con una reverencia – aquí en México se saluda así – dijo Takuma-san a su amigo mientras lo jalaba de un brazo y le daba un fraternal abrazo ligado a un apretón de manos – cuanto tiempo sin verte – exclamó contento – me alegra que estén aquí
– Arigato Takuma (Gracias Takuma) – Saisyu se separó un poco – quiero presentarte a mi esposa Shizu – la señora Kusanagihizo un reverencia
– Hajimemashite (Mucho gusto) – pronunció ella
– Y a mi hijo Kyo – el moreno dio unos cuantos pasos y al estar frente a Sakazaki-san se inclinó cortésmente
– Okaeri Kyo (Bienvenido Kyo) – una fuerte palmada en la espalda que casi avienta de bruces al suelo al pobre Kyo
– Bien, ahora me toca a mi Saisyu, este fuerte muchacho es mi hijo Ryo – dijo señalando al chico rubio
Hajimemashite – exclamó el joven inclinándose ante la familia
– Y él es… – Takuma-sama señaló al chico de cabello largo – uno de mis mejores estudiantes, que junto con mi hijo algún día demostrará que el estilo de karate Kyokugenryu es el mejor
– Watashi no namae wa García Robert desu(Mi nombre es Robert García) – exclamó el joven italiano haciendo una reverencia
– GOMENASAIIIIIIIIIIIIIIIIII (Perdón) – Un grito los hizo voltear a todos, Takuma, Ryo y Robert hicieron cara de “no por favor” y miraban como una jovencita de 15 años, cabello largo negro peinado en una trenza, y muy buen cuerpo se acercaba rápidamente. Poca distancia faltó para que chocará contra Kyo, pero con un movimiento rápido de pies frenó al instante, su rostro quedó muy junto al del moreno– Ohayo yo (Hola) – le dijo sonriendo al muchacho que se había quedado con los ojos como platos; la chica se irguió – Watashi no namae wa Sakazaki Yuri desu, hajimemashite Kusanagi Kasoku (Mi nombre es Yuri Sakazaki, mucho gusto familia Kusanagi) – un reverencia por parte de la muchacha, quien abrió los ojos y miró pícaramente al moreno
– Llegas tarde – la voz de Takuma-san resonó en sus oídos mientras una cabeza gigante de él sobresalía por detrás suyo
– Etto Otô-san chotto matte – dijo en tono fresco, limpiándose el oído con el dedo meñique, como si a ella no le importara en lo más mínimo el enfado de su papá; la joven miró nuevamente a Kyo, sin más lo tomó de la mano y lo llevó consigo – anata no namae wa? (¿como te llamas?)– preguntó la chica
– K…k…KusanagiKyo desu – la actitud de Yuri dejaba un poco desconcertado al moreno, era demasiado sociable
– Ore ga Yuri da (Yo soy Yuri) – además de que hablaba como todo un “chico” rebelde
– Gomenasai Yuri-san, demo… (Perdón Yuri-san, pero) esa es una expresión en Japón que sólo es propia para los hombres – “talvez”, pensó Kusanagi, “la chica nunca ha estado en Japón y no sabe como expresarse bien”
– Anta baka (tonto), ya lo sé – Sakazaki le enseñó la lengua a su acompañante – viví once años en Japón – ante tal respuesta el moreno se sonrojó un poco – Etto… el primero en llegar al fuerte gana, el último es un huevo podrido – antes de acabar la frase la joven ya iba bastante adelante, sin embargo aún así Kusanagila alcanzó y la rebasó, pero sólo fue por pocos centímetros
Cuando Kyo alzó el rostro se encontró, efectivamente, frente a un gran fuerte construido en su totalidad de madera, hasta arriba de éste se alzaba un gran letrero que decía “Fuerte Apache”.
– ¿Kore nan deska? (¿Qué es esto?) – el joven miró hacía arriba, el lugar era alto, al poco rato escuchó las pisadas de los demás
– Buena elección hija – exclamó Takuma-san al darse cuenta donde había llevado su pequeña a los visitantes – este lugar – decía Takuma – es uno de los atractivos turísticos que tiene Atlangatepec – la familia Kusanagiquedó con cara de What
– ¿Ataran… nani? – balbuceó Kyo
– Iie, Ataran iie, se dice “Atlangatepec”, con “tl” – un zapé por parte de Yuri
** Debo admitir – exclamó el moreno a sus amigos quienes lo escuchaban con atención – que me costó algo de trabajo poder aprenderme, y más que nada pronunciar bien los nombres de aquellos extraños lugares – Kusanagisiguió con el relato**
Después de correr por aquí y por allá dentro del fuerte tanto Yuri como Kyo decidieron ir a descansar junto con los adultos, quienes reían alegres; sólo había alguien quien no se veía tan feliz, ese era Robert, el cual veía con ojos asesinos al pobre moreno cada vez que su nueva amiga le sonreía.
– ¿Ves esa laguna? – preguntó la chica a Kusanagi
– Hai (sí) – respondió él mientras sus ojos observaban los reflejos del sol en el agua de aquel sitio
– Pues es artificial – Kyo volteó a ver a su amiga con gesto de incredulidad – jissai desu ne (es verdad) – exclamó ella un poco molesta por la falta de confianza
– Uhaaaaaaaa – Takuma-san estiró los brazos hacia el cielo – es hora de que les muestre su estancia – Yuri, Ryu, Robert suban las maletas de nuestros invitados y vayamos a casa
– Oh, no se moleste – dijo presurosa Shizu-san – nos quedaremos en un hotel
– Eso si que no – todos se dirigían hacia el coche de los Sakazaki – es un placer tener a la familia de mi amigo Saisyu en nuestra casa – Takuma abrió la puerta del auto para que la señora Kusanagisubiese
– Arigato (gracias) – dijo ella con una sonrisa
Robert encendió el motor y a los pocos minutos se encontraban en camino hacia Apizaco.
******
Alrededor de las dos de la tarde llegaron al dojo, era una casa de dos pisos, el de abajo se usaba exclusivamente para la escuela del estilo Kyokugenryu, y en la planta alta se encontraban todas las demás habitaciones. Después de instalarse, los Sakazaki llevaron a los Kusanagi a recorrer un poco la ciudad, pasaron por el parque frente al cual se erguía majestuosa una antigua catedral, en cuya cúpula principal un reloj marcaba cada segundo sin demora, en medio del parque una fuente danzaba arriba y abajo salpicando a los transeúntes que por gusto o error pasaban muy cerca de ella. Fueron a comer a un restaurante que se encontraba por los alrededores, Takuma-san pidió por la familia Kusanagi, para que se pudieran deleitar con los platillos típicos. Para Kusanagi-san un gran plato de pozole blanco acompañado con tostadas, a Shizu-san le fascinaron los chiles en nogada, adornados con los colores patrios, el verde del chile, el blanco de la nogada y el rojo de la granada. Y para el joven Kyo un gran plato de mole de guajolote (pavo), según la tradición quien come mole ensucia el mantel, por lo que el moreno no se escapó y plash, dejó su huella en el restauran. Abundó el agua de frutas, las tortillas y el tequila, los visitantes quedaron encantados con todo, incluso Kyo aun habiéndose enchilado con el picante del mole (por lo que se acabo más de tres jarras de agua de horchata el solo).
Entrada la noche regresaron todos al dojo y se dispusieron a dormir.
Al día siguiente…
– Ohayo (buenos días) – el moreno sintió algo sobre sus costillas, rápidamente abrió los ojos, y cual fue su sorpresa al encontrarse a la pequeña Yuri sonriendo amistosamente sobre él – ya levántate que hoy iremos a visitar las cascadas de Atlihuetzia – la chica se quitó de encima y salio de la habitación. El moreno pudo darse cuenta que cuando Robert pasó por ahí lo miró con ojos de inquisición.
Sin embargo no le tomó importancia, se vistió rápidamente y bajó las escaleras, el comedor y la cocina estaban separados del resto de la casa, y cuando Kusanagi salio se quedó maravillado al ver el patio totalmente blanco, y un gélido frío lo envolvió. Creyó que era nieve, sin embargo al dar el primer paso su pie resbaló con el pasto congelado y se dio un sentón
–Baka (tonto) – rió Ryu al verlo en el suelo – ten más cuidado, cuando hiela todo se pone resbaloso – al decir esto vio al moreno robándose el trasero
– ¿Kore wa yuki deja arimasen? (¿Esto no es nieve?) – el chico tocó con su mano la hierba, estaba totalmente helada, el rubio le ayudó a levantarse y lo condujo a la cocina, se despidió de el en las escaleras de la entrada, donde ya al llegar al ultimo escalón un extraño aroma penetró la nariz del invitado...
– ¿Kore wa nan deska? (¿Qué es esto?) – dijo el moreno al llegar a la cocina donde en la mesa estaban dispuestos varios alimentos un poco extraños a su olfato y vista
– Kore wa tamales desu (son tamales) – Robert tomó uno de los tamales, que es un alimento Mexicano hecho de harina de maíz, relleno de mole, chile verde, o rajas, son de color paja pálido y alguno que otro color rosa, pero solo cuando son dulces y estos tienen pasas, todos ellos están envueltos en la hoja del maíz, de ahí la frase “estás tan envuelto como un tamal”; en una, dos, tres mordidas el joven devoró aquel manjar – Sore wa ichigo no “atole” desu (eso es atole de fresa) – exclamó el joven García al señalar una olla de barro que estaba encima de la estufa, el atole es una bebida que se puede servir caliente o fría, hecho ya sea con agua o leche y queda un poco espesa, puede hacerse de diferentes sabores pero el atole tradicional es el que se hace con masa de maíz.
El moreno se sentó, poco después llegaron sus padres junto con Takuma Ryu y Yuri, todos se sentaron a la mesa y se dispusieron a desayunar, a los Kusanagi les encantó ese tradicional desayuno, además, con el frío que hacia les cayó muy bien esa bebida que al tomarla calentaba poco a poco sus cuerpos, reconfortándolos. Después de asear la cocina, labor en la cual ayudaron todos, no obstante que Takuma no quería que sus invitados hicieran algún esfuerzo, salieron abrigados, subieron al auto hacía las cascadas de Atlihuetzia.
Cuando llegaron al estacionamiento del lugar los Kusanaginunca pensaron lo que les esperaba durante el recorrido. Primero llegaron a la cascada pequeña por la cual el agua caía grácil y ligera, lo que les llamó la atención aparte de eso fueron las diversas cruces situadas a un lado del agua
– ¿Porque hay tantas cruces ahí? – la curiosidad del moreno no se hizo esperar
– Mucha gente ha muerto en este lugar – exclamo Takuma-san – por tal motivo prohíben el sumergirse en estas aguas, tal parece que aquellas personas se enredaron con las algas que están abajo, otros dicen que fueron arrastradas hacia el fondo – ese comentario enchinó la piel de Kyo – nadie lo sabe, sin embargo sus huesos yacen bajo el agua y nadie se ha atrevido a sacarlos
– ¿No quieres nadar Kyo-chan? – la voz de Yuri en su oído hizo temblar al pobre moreno quien sintió un escalofrió recorrer todo su ser
Después todos se dirigieron rumbo a la cascada más grande, no sin antes subir unas escaleras que estaban hechas con la propia tierra de la pequeña montaña, después un balcón sobresalía de los limites, se acercaron y desde allí podían apreciar todo el panorama, las dos cascadas en todo su esplendor; duraron un tiempo embelesados por la vista, pero al cabo de un rato Robert les indicó que debían seguir. No tardaron mucho en llegar a su destino, una caverna que contenía pinturas Rupestres, las cuales aún mantenían sus colores, ahí, dentro de aquella cueva no sólo se aprecian las pinturas, sino también un gran hueco, Ryu les explicó que al parecer eso era un Cenote, un gran hoyo sin fondo, donde antes eran arrojadas las jóvenes vírgenes ataviadas con grandes tesoros como ofrenda para los dioses. Por lo cual estaba cercada la cueva. Saisyu-sama se quedó con las ganas de tomar fotografías ya que las reglas del lugar era nada de Flash y sin el las fotos no se notarían. Dos horas más tarde, después de haber visitado todos los lugares que les faltaban, regresaron a casa bastante cansados pero felices por todo lo que habían visto y aprendido de ese bello lugar llamado Atlihuetzia.
[1] Juguete tradicional mexicano
Continúa
Capítulo XVII: Asu no egao no tame ni
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Enero, 2005