Fanfic por Raziel

IKKIICHIYÛ

PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta

 

Capitulo XI: Wasurenaide hitori janaiyo

Mansión Yagami, hora y media antes de que llegase el pelirrojo….

- ¡¡¡Iie!!! - un fuerte grito en la sala acompañado de un golpe seco en el escritorio, fue la respuesta a la suplica que el profesor Ziunko-sama le hacia a Yagami-sama
- Demo... Yume, es solo un adolescente, muchas veces tu y yo hicimos lo mismo a su edad - el profesor Ozubarudokatsumi se estaba arrepintiendo de haber ido a la casa del pelirrojo, nunca pensó que su amigo fuese a reaccionar de esa manera
- Iie, ya te lo dije, ese imbecil debe aprender a no tratar de tomarme el pelo - la furia presente en los ojos de Yagami-sama, miraba a su amigo decididamente, no permitiría que nadie le dijera como tratar a sus hijos - si piensa que puede hacer lo que se le antoja, esta muy equivocado
- ¿Porqué demonios eres tan estricto con ese pobre chico? - al director le parecía exagerada la actitud de su amigo
- Tú mejor que nadie sabes el porque - el hombre de ojos azules volteo hacia el ventanal, cuyas cortinas estaban corridas para dejar pasar la luz del sol al estudio - debe entrenar para derrotar a ese perro Kusanagi, y probar finalmente que clan es…
- Uso (Mentira) - el padre de Iori volteo, la voz del profesor había cambiado, un dejo de enojo se notaba en su mirada - no es por eso que haces entrenar a tu hijo - Yagami-sama miro furioso al director - acéptalo de una vez Yume, sigues con la idea de vengar la traición de…
- ¡¡Urusei!! (Cállate) - grito Yagami-sama, se dirigió al otro lado del estudio, bajo el rostro, apretaba sus ojos fuertemente al igual que sus puños
- Iie, es tiempo ya de que olvides lo que paso, tu hijo no tiene porque pagar tus errores del pasado - Ziunko-sama iba acercándose poco a poco a su amigo - el no tiene nada que ver en este asunto, si en verdad quieres vengarte, hazlo tu mismo, no obligues al chico a sufrir y a realizar, lo que tu no te atreviste
- Tú no entiendes - cuando el padre de Iori sintió la mano de su amigo en el hombro derecho, alzo el rostro - no tienes idea de cómo me he sentido en estos últimos 16 años - se aparto rudamente y volteo, su mirada estaba un poco vidriosa, pareciera como si las lagrimas se amontonaran y quisieran salir una tras otra, como gotas de nube en un día lluvioso; su voz ahora era suave, y reflejaba un poco de tristeza - y por si esto fuese poco cada vez que lo veo la recuerdo a ella. Se parecen tanto...
- Pero eso no es motivo para que lo trates así, y no solo a él, a tus otros hijos también los maltratas, aunque en menor grado
- Uso da yo (Eso no es verdad) - Yume-sama trato de defenderse
- A ¿iie?, soshite (ah, no, entonces). ¿Dime porque obligas a Akane a cortarse el cabello?, o no es para que no se parezca a su madre - pregunto el director y siguió - Kaoru, ¿que me dices de él?, lo obligas a que aprenda a manejar tus negocios cuando tu y yo sabemos que eso no le agrada; pero aun así lo hace, y no porque te ame, sino porque te tiene miedo - Yagami-sama no quería seguir escuchando todo aquello, pero su amigo no se detuvo - ni siquiera Yukari se salva de tus remordimientos. Cierto es que lo llevas a varios lugares, y le compras todo lo que te pide, pero cada vez que se acerca demasiado a ti, te alejas de el, lo desprecias porque también te recuerda a ella
- Cierra la boca - grito nuevamente el padre de Iori - ya te lo dije, tu no comprendes que se siente vivir así, tan lleno de odio, de remordimientos
- Tienes mucha razón, no lo se, pero… - el profesor Ozubarudokatsumi bajo también el tono de su voz, el cual se volvió mas comprensivo - ¿no crees que debes darles mayor atención a tus hijos?; en especial a Iori, en vez de golpes. Talvez no lo has notado, pero tu hijo es un excelente estudiante; además de que tiene un don especial para las artes, lo único que el desea es un poco de comprensión de tu parte. Lo se, porque lo veo en sus ojos, su mirada es triste, por favor dale un oportunidad, no le digas nada cuando regrese hoy a casa. Tampoco vayas a golpearlo
- Demo…(Pero) - Yagami sama trato de hablar, pero fue nuevamente interrumpido
- Te lo pido como un favor especial - Ziunko-sama era el mejor amigo de Yagami-sama, motivo por el cual este no pudo negar el favor que tan afanosamente le pedía su compañero, al oír la respuesta afirmativa el director sonrió como siempre - arigato Tomodachi, sô… sayonara mô (gracias amigo y adiós)- exclamo y se dirigió a la puerta del estudio, antes de salir miro a su amigo - deja de sufrir por tu pasado, mejor trata de disfrutar el presente
- Sayonara Ziunko-kun, o genki desu (adiós Ziunko, cuídate)- el hombre ojiazul le hizo un gesto con la mano a su amigo, el cual sonrió y salio del estudio cerrando la puerta tras de si

Tiempo después…

- Konichiwa otô-san (buenas tardes padre) - dice el pelirrojo al entrar a su casa, Yagami-sama esta en la sala. Lo mira de manera penetrante, pero, debido a la emoción que lo embarga, Iori no se da cuenta de ello y al terminarse de cambiar los zapatos va directo hacia su habitación

Su padre no dijo nada tal y como se lo prometió a su amigo; talvez el pelirrojo se escapo esta vez, pero, quien no correrá con tanta suerte es Kamiko-san el cual entro un rato después que Iori ya que guardo la limusina en el garaje. Le informo a su amo que todo había resultado bien y se disponía a retirarse, sin embargo…

- Furuyahitomi - exclamo Yume-sama
- ¿Hai Yagami-sama? - pregunto extrañado el chofer, la mirada de su amo reflejaba enojo
- Ven a mi estudio, necesito hablar contigo - Kamiko-san asentó y camino tras del padre de Iori, el cual, después de que su empleado entro al estudio cerro la puerta.

******


Mientras tanto, en el dojo que se encuentra detrás de la mansión Yagami, el pelirrojo esta entrenando arduamente; la energía brota por sus poros al igual que el sudor. Después de un tiempo de dar patadas, sacar fuego de sus manos y practicar sus diferentes golpes, Iori esta listo para regresar a su alcoba a realizar los deberes de la escuela. Entra por la puerta trasera, y llega hasta la escalera donde sorpresivamente es interceptado por Uma Tsutami (el jardinero) quien le da un mensaje de Kamiko-san. Furuyahitomi le pedía que al día siguiente bajara más temprano, ya que debía decirle algo de suma importancia, algo referente a Tsukino Megami-dono. Iori al escuchar esto quedo paralizado, y sin chistar asegura que al día siguiente esperará a su chofer frente a la reja a las seis en punto. Dada la respuesta Tsutami se despide de su amo con una reverencia y va rápidamente a informarle a su compañero.

Esa noche el pelirrojo casi no pudo conciliar el sueño, daba vueltas y vueltas en la cama pensando en lo que su chofer le diría al otro día; se sentía feliz pero a la vez triste, puesto que los recueros llegaban a él como llega la lluvia en las tardes de verano, sin aviso y constantemente. Su mente divagaba en tantas cosas que cuando menos se dio cuenta el reloj sonó sobresaltándolo fuertemente, el pelirrojo no dio tiempo a que el aparato terminara su melodía, y con la mano derecha lo apago mientras que con la izquierda hizo a un lado las blancas sabanas que lo cubrían. Se levanto de inmediato, no tardo en estar listo para irse a la escuela. Y como desde las cinco de la mañana los sirvientes de la mansión Yagami ya están despiertos, pedir el desayuno media hora antes no fue problema; el pelirrojo se pasaba los alimentos como si fuese un pato, casi no masticaba la carne, e incluso llego a atragantarse dos o tres veces. Al terminar de comer, subió a lavar sus dientes y llego a la entrada de la casa diez minutos antes de lo que le dijo su chofer; el cual por cierto también se encontraba ahí antes de lo previsto. Kamiko-san por miedo a que Yume-sama lo descubriera, prefirió que él y el chico ojiazul partieran en la limusina hacia otro lugar, Yagami estuvo de acuerdo y subió rápido al coche. En el trayecto no cruzaron palabra, Furuyahitomi se detuvo frente a la escuela.

- Iori-san - exclamo mientras apretaba el volante con ambas manos, aun no sabia como empezar a explicarle las cosas. Saco del bolsillo derecho de su chaqueta un pequeño estuche, y sin voltear se lo entrego a su amo - ábralo por favor - dijo, su tono de voz era serio y triste a la vez.

Cuando el pelirrojo abrió el estuche y miro su contenido quedo perplejo; un anillo de oro que había pertenecido a su madre era lo que contenía aquella cajita, con mano temblorosa lo tomo, observo que dentro del anillo había una inscripción, miro con atención: "tsuki wo miru tabi omoi dase" (recuérdame cuando veas la luna), al terminar de leer, una lagrima rodó por su mejilla y cayo sobre su pierna derecha. Aquella frase fue la ultima que su madre le dijo antes de morir; recordó que cuando era un niño, a ella y a él, les encantaban las noches de luna nueva y luna llena, salían siempre ala pequeña terraza del cuarto de su mamá, se recostaban en el pequeño diván mientras miraban el cielo lleno de estrellas alumbrado por la elegante luz de la luna que orgullosa se alzaba en medio del espacio infinito. Recordó también que a veces, en esas noches se quedaba profundamente dormido en los brazos de su amada madre y ella, con ternura y cuidado, lo llevaba cargando hasta su habitación y lo acostaba tiernamente dándole al final un beso en la frente. El, aunque dormido, sonreía al sentir aquel amor tan desinteresado y real.
Pero del mismo modo en que los recuerdos felices llegan a nosotros, las amargas experiencias pasadas también lo hacen, y de pronto en la mente de Iori comenzó a pasar el último día en que su madre estuvo con él. El ultimo momento en que pudo tenerla tan cerca, y también el último en que el fresco aroma a rosas cubrió su pecho al darle el abrazo de despedida. De nuevo recordó el cambio en el color de su piel, antes tan blanca y hermosa, nunca comparada con aquel tono amarillo y pálido que mostró semanas antes de morir. Sus ojos, negros y expresivos terminaron opacos, tristes, y al igual que su piel, mostraron un tono amarillezco. Desde que cayo en cama nunca pudo estar sin enfermeras, todo la comida que le iban a dar debía ser licuada, su estomago ya no soportaba nada sólido. Unos días antes de que ella partiera, el pelirrojo entro sin avisar, lo que vio hizo que su corazón latiera fuertemente haciéndole sentir dolor. Su mamá, aquella a la que vio siempre tan llena de vida, la que lo defendió de su padre muchas veces, con la que reía, jugaba, la única persona que en verdad lo amaba, estaba ahí en su habitación vomitando sangre. Cuando la enfermera noto la presencia del joven ya era tarde, este había quedado en shock, las lágrimas salían de sus ojos una tras otra, reacciono cuando le hablo la enfermera, y lo único que pudo hacer fue irse corriendo de ese lugar. Megami-sama trato de ir tras él, pero estaba demasiado débil y cayó al suelo al tratar de dar el primer paso.

Cáncer en el páncreas, fue lo que diagnostico el medico, pero lo habían detectado demasiado tarde, la enfermedad estaba ya muy avanzada, y se había propagado a varios órganos mas, era solo cuestión de tiempo para que ella muriera, se estaba pudriendo por dentro. Lo que vomitaba no solo era sangre, si no los órganos que ya habían sido desechos por el cáncer. Lentamente se fue apagando su vida y murió sin remedio. En aquel momento Yagami quedo solo, su padre atendía a sus hermanos pero parecía como si el pelirrojo no existiera. Desde ese día su vida comenzó a volverse un infierno insoportable, su padre podía golpearlo cuanto quisiese sin que alguien hiciera nada por él. Ya no había en casa alguien que metería las manos para ayudarlo, tubo que aprender a acatar las órdenes de su padre le gustase o no; nunca mas volvió a mirar la luna sin que alguna lagrima saliera de sus ojos.

- Megami-sama… - exclamo Kamiko-san sacando al pelirrojo de sus pensamientos - me dio este anillo unos días antes de morir, me dijo... - Furuyahitomi trataba de ser fuerte - me dijo que le diera esto cuando cumpliera 16 años, sin embargo. Por motivos ajenos a mi, no podré hacerlo - en ese momento su amo lo miro fijamente - así que por favor, cuide mucho este anillo, consérvelo siempre y… - guardo silencio
- ¿Oi nanda? (¿Qué pasa?) - para Iori las palabra de su chofer parecían una despedida, Kamiko-san lo miro a los ojos y le sonrió
- Zenzen (nada), olvídelo - el hombre miro su reloj, faltaba poco tiempo para que el timbre de la escuela sonara, sin darse cuenta el tiempo había pasado y al mirar hacia la escuela notaron que ya varios estudiantes estaban en el jardín de la entrada - mâ… es hora de que entre al colegio Iori-san
Al terminar de pronunciar estas palabras el pelirrojo bajo de la limusina, dio unos cuantos pasos, pero antes de entrar su chofer le hablo

- Iori-chan - era la primera vez que Furuyahitomi le decía así, lo cual lo dejo sorprendido - dôzo, wasurenaide hitori janaiyo (por favor, recuerda que no estas solo) - dijo, subió a la limusina y se alejo rápidamente de allí

Yagami sonrió, camino hacia la reja pero….

- Tomodachi guenki (Hola amigo) - un grito lo hizo voltear a su derecha, viendo con horror que Kyo se acercaba en su bicicleta a gran velocidad

Razón por la cual no pudo frenar a tiempo y paso a llevarse a su amigo cayendo ambos sobre un arbusto que adornaba la entrada, quedaron cara a cara, podían sentir el aliento del otro muy cerca. Rapidamente el moreno se quito de encima y tosió dos veces en forma seria, después alzo su bicicleta, y cuando le ayudaba a su hermano a levantarse, se dio cuenta de que este tenía un nuevo anillo.
- Wow - dijo tomando de la mano al pelirrojo, este se ruborizo un poco, pero rápido volvió a su color normal para que su amigo no se diera cuenta - kore ringo wa cool da (este anillo esta cool) - miro a su hermano y sonrió - ¿quién te lo regalo? - pregunto curioso
- Okasan no (era de mi madre) - la voz de el pelirrojo era seria, y aparto la mano de la de Kyo, toco su anillo rozándolo con los dedos, se veía triste y pensativo
- Vaya que es lindo, pero… - el moreno camino a la escuela con bicicleta en mano - debemos entrar ya a la escuela o nos van a castigar - dijo, ya que se dio cuenta que su hermano comenzaba a recordar a su mamá y cada vez que lo hacia terminaba melancólico.

Yagami camino junto al moreno, comenzaron a charlar de cosas sin sentido o importancia mundial, tan solo buscaban distraerse como cualquier chico de su edad. Aunque ninguno de los dos sospechaba que la vida estaba a punto de darles una gran e inesperada sorpresa a ambos.

Continúa

Capítulo 12

Continuara....
*Edición especial para IorixKyo Archive

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IorixKyo Archive
Noviembre, 2004

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