Fanfic por Raziel
IKKIICHIYÛ
PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta
Capitulo III: Tomodachi atarashii
Ya en el pasillo empezaron a caminar, no cruzaron palabra, hasta que el moreno tomo una ruta diferente a la de Yagami, quien al verlo ir por otro lado le grito....
- ¿A dónde demonios vas? - pregunto el pelirrojo parándose
en seco, la oficina del director estaba al fondo del pasillo, pero Kusanagi
se dirigía a la salida - la dirección esta por acá, baka
- Ya lo sé - el moreno se detuvo también y volteo a ver al pelirrojo
- pero yo no voy a ir a ese lugar - Kyo puso sus brazos detrás de la
nuca, tenia un gesto sereno - mi papá es amigo del subdirector, así
que no habrá problema, es cuestión de influencias tú sabes
- Kusanagi siempre arrogante con los demás - así que voy a volarme
clases, sayonara (adiós)- Kyo comenzó a caminar de nuevo - espero
que no te saquen de la escuela en tu primer día - el pelirrojo escucho
una risa por parte del moreno
- En ese caso - dijo Yagami, por lo que Kyo se paro y volteo a verlo, dándose
cuenta que se dirigía hacia él - yo también me volare clases,
ya que mi otôsan es yûjin (amigo) del director - Iori miro por encima
de su hombro a Kusanagi
- Como quieras, con tal de que no me molestes más - los chicos metieron
sus manos en los bolsillos de su pantalón y salieron del edificio
Pero el pelirrojo quería hacerle la vida imposible a su nuevo enemigo,
por lo que comenzó a seguirlo, el moreno se dio cuenta de ello, así
que trato de perderlo, ahora menos que nunca era el momento para buscar pelea,
su estancia en la preparatoria estaba en juego, y lo que más le preocupaba
no era tanto dejar de estudiar (si de él dependiera eso ya lo habría
dejado de hacer desde hace mucho tiempo), sino que ya no vería a Yuki
todos los días; así que, camino más y más rápido,
pero Iori igualaba su paso, duraron un tiempo así hasta que los dos se
echaron a correr por toda la escuela, provocando varios accidentes, empujando
a las personas que encontraban en su camino, al principio era divertido, pero
después se volvió tedioso, por lo que Kusanagi se paro en seco,
era hora de enfrentar a ese insolente, volteo a ver al pelirrojo, el cual al
notar que Kyo ya no escaparía más, se detuvo también...
- ¿Por qué demonios me sigues? - pregunto un molesto Kusanagi,
adoptando una posición de ataque
- No te estoy siguiendo, la escuela es de todos y puedo caminar por donde yo
quiera - contesto el pelirrojo cruzándose de brazos
- Pues no quiero que camines por donde camino yo, ¿entendiste niño
de papi? - Kyo entrecerró los ojos
- ¡¡Oya!!, el comal le dice a la olla - una sonrisa adorno el rostro
del pelirrojo - aquí, el único hijo de papi eres tú, mírate
nada mas como hablas "mi papá es amigo del subdirector" - Iori
imito la voz de Kyo, aunque en un tono muy "fresa" - nada más
te faltaba decir "o sea no" jajá jajá - a tal comentario
el moreno se irguió, tenia que pensar en algo para burlarse también
- ¡¡Mâ!! (ya¡¡), por lo menos yo no hablo como
anciano "Watashi no namae wa Iori desu" ( Mi nombre es Iori)- Kyo
también imito al pelirrojo, incluso se paro como él, e hizo los
mismos gestos y ademanes, al terminar le lanzo una trompetilla
- Al menos parezco anciano, y no chica como Tú comprenderás -
la lucha verbal había dado comienzo, el pelirrojo empezó a caminar
contoneando la cadera, poniendo ambas manos en su cintura - mírenme,
soy Kyo-san, el sujeto mas kawaii (lindo) de la gakko (escuela)
- ¿A sí? - Kusanagi se acomodo el cabello de forma que tapara
su ojo derecho, hizo un gesto tierno, y voz melosa - pues yo soy el nuevo, voy
a ser muy educado - ambos parecían niños chiquitos haciendo tal
espectáculo - con eso seré el consentido del profesor Nakayori
y....
- Hablando de Nakayori - corto el pelirrojo con su voz normal - ¿has
visto la cara que pone cuando limpia sus lentes? - decía Iori divertido
- ¡¡¡A sí!!! - el moreno imito ahora al profesor Saho
acomodándose el cabello, se paro derecho, entrecerró un poco los
ojos, como lo hacen las personas adultas para poder ver mejor, e hizo como si
limpiara unos anteojos - "jovencitos, voy a salir un momento, no quiero
que hagan escándalo - Yagami se moría de risa - en especial usted
Kyo-san"
- Exactamente, lo imitas muy bien, sabes ojalá hubieras conocido a Landsberg-san
- el pelirrojo se sentó en verde césped de uno de los jardines
que estaban detrás de los salones, justo debajo de un árbol de
cerezo (al cual fueron a parar después de la corretiza)
- ¿Y....quien es él? - pregunto el moreno, tomando asiento frente
a Iori, al parecer se les estaba olvidando poco a poco la pelea de hace unos
momentos
- Uno de mis antiguos tutores, Landsberg-san wa doitsu-jin desu (El señor
Landsberg es Alemán), y habla muy chistoso
- ¿Dóyú fú ni? (como)
- Pues pronunciaba mucho la "r" - Yagami noto que Kyo lo veía
como esperando la actuación, por lo que lo complació - algo así
como: - el pelirrojo aclaro su garganta y con un tono de voz mas grave, comenzó
a hablar - "Haberrr señorrrr Yagami, tendrrra que resolverrr estos
prrrroblemas de arritmetica" - la voz que hacia el pelirrojo era muy graciosa,
y Kusanagi comenzó a retorcerse de risa
- Jajajaj....es..esa estuvo buena, jajajaja - después de su pequeño
ataque de risa, Kyo guardo un poco la compostura - debo admitir que eres okashiyaka
(gracioso) Iori - el moreno le dio unas palmadas en el brazo al pelirrojo -
a pesar de todo me caes bien - ante esas palabras Iori se sorprendió
un poco - ¿Oi nanda? (que pasa) - Kyo dejo de reír, miraba confuso
al ver el gesto de su "enemigo"
- Nada, solo que .... - Yagami no sabia que decir, desde hace ya varios años
nadie le había dicho eso, pero aún así, encontró
las palabras correctas para agradecer el gesto - pensamos lo mismo, tu también
me caes bien - una sonrisa de alegría de parte del pelirrojo
- Sokodé (entonces)..... ¿amigos? - Kusanagi le tendió
la mano a Yagami para cerrar el trato
- Amigos - Iori correspondió el gesto, estrecharon sus manos fuertemente,
los dos sonreían y se veían a los ojos con alegría
- ¿Sin resentimientos por el... - Kyo hizo un ademán como si le
fuese a dar un puñetazo a Iori
- Sin resentimientos - dijo el pelirrojo con gesto alegre - además, yo
también te golpee - tono triunfal departe de Yagami
- Si, es cierto - el moreno se recostó en la hierva, poniendo sus brazos
tras la nuca, como si fuesen una almohada, volteo hacia Yagami - debo admitir
que golpeas fuerte, eres el primero que estuvo a punto de derribarme con un
solo puñetazo
- Tu también eres fuerte, aguantaste uno de mis golpes más fuertes
- Iori se echo en el césped junto al moreno
Los dos miraban hacia el cielo, el cual estaba totalmente azul, las blancas
nubes pasaban lentamente frente a sus ojos, empujadas por el viento que refrescaba
ese día soleado, haciendo que el cabello de los jóvenes bailara
libremente sobre sus rostros.
Tanto Yagami como Kusanagi miraban hacia el infinito, el silencio invadía
esos momentos de tranquilidad total, se escuchaban claramente las aves cantando
en las copas de los árboles, de pronto, del árbol debajo del cual
estaban recostados, cayo un pétalo de sakura, quedando justamente en
la nariz del moreno, causándole un poco de molestia y comezón,
por lo que Kusanagi sopló, el pétalo voló hacia otra dirección
donde no podría fastidiarlo de nuevo...
******
Minutos después....
- Uhaaaaaaaa - Kusanagi estiro los brazos
- ¿Oi nanda? - Iori volteo un poco extrañado, miraba a Kyo quien
bostezaba con ganas, como si en esos momentos estuviera a punto de dormir
- El mirar el cielo es muy aburrido, ¿no te parece? - el moreno se sentó,
tenia una cara de aburrición total, parpadeo
- La verdad - balbuceó Iori - creo que mientras miras el cielo, puedes
reflexionar sobre tu vida - Kusanagi volteo a ver a Yagami, que hablaba con
una sonrisa, y seguía mirando al infinito con un gesto de serenidad -
te hace recordar las cosas que has hecho, te pone a pensar en lo hermoso que
es el mundo cuando uno se da tiempo y se detiene a mirarlo - el moreno entrecerró
los ojos, sudo una enorme gota - como la gente dice "hay que detenerse
a ... - pero antes de acabar su frase, Kyo le corto, puesto que ya le había
dado mas sueño a causa del discurso del pelirrojo
- Si, si, como digas, ya entendí - decía mientras movía
su mano arriba y abajo, parecía que Kusanagi ya se estaba arrepintiendo
de haberle brindado su amistad a un sujeto tan serio, puesto que él era
mas del tipo alegre
Todo volvió a quedar en silencio, pero de pronto al moreno se le ocurrió
una idea
- ¡¡Oi omae!! (Oye tú)- dijo Kusanagi y Yagami volteo a verlo
- ¿te gustaría ver algo sorprendente? - Kyo entrecerró
los ojos, miraba al pelirrojo con un poco de malicia, lo que hizo que Iori se
sentara
- Ha...hai (si) - contesto un poco inseguro ante el gesto de su amigo
- Sokodé, prepárate a presenciar un maravilloso acto, con el cual
quedaras sorprendido, y con la boca abierta - cuando Kyo termino de hablar,
extendió su mano derecha hacia el otro joven - podrás notar que
no hay nada en mi mano ¿cierto? - el moreno en verdad quería sorprender
a Yagami
- Cierto - el pelirrojo pensaba que tal vez a Kyo se le habían safado
algunos tornillos, pero aun así le siguió el juego
Kyo cerro los ojos, con las yemas de sus dedos índice y pulgar hacia
presión en su frente, como si estuviera concentrándose, misteriosamente
el viento comenzó a soplar mas fuerte, Yagami solo observaba, no decía
ni una palabra, después de unos instantes el moreno abrió los
ojos, al mismo tiempo que salía una llama escarlata de la palma de su
mano
- ¡¡¡Taran!!! - pronuncio triunfante e Iori sudo una gota
- ¿Nani? - pregunto Kusanagi al ver el gesto de trauma de su amigo
- ¿Eso es todo? - Yagami alzo una ceja, Kyo frunció el ceño,
apagando la llama de su mano con un aire de molestia - ike (vamos) no te ofendas
pero eso es muy fácil de hacer, observa - el pelirrojo extendió
su mano derecha, tenia el puño cerrado, pero en un movimiento rápido
abrió su puño, en la palma de su mano apareció también
una llama escarlata
- Demo (pero)... - los ojos del moreno se abrieron de par en par - Kore wa nan
no imi desu ka (que esta pasando aquí)- pregunto extrañado, sorprendido
y boquiabierto
- Y eso no es todo, chotto mate kudasai (espera un momento)- Yagami cerro sus
ojos, apretando sus párpados fuertemente, empezó a sudar - Hiaaaaaaa
- grito, y al mismo tiempo la llama escarlata de su mano cambio a color púrpura
- ¡¡¡Kore wa nan desu ka!!! (que es esto)- Kyo no podía
creerlo, así que acerco su mano al fuego de su amigo, tocándolo
con la punta de sus dedos - Haaaaa - grito, tuvo que apartar la mano rápidamente,
aquel fuego era muy doloroso como para soportarlo por mucho tiempo
De pronto aquella llama púrpura se extinguió, Iori cayo de espaldas,
cerraba sus ojos, respirando agitadamente con la boca abierta, para inhalar
mas oxigeno en menos tiempo; nunca había podido soportar tanto tiempo
el fuego de los Yagami, era la primera vez que sobrepasaba los dos minutos,
puesto que no solamente requería de un esfuerzo sobre humano, sino también
debía soportar el enorme dolor que provocaba el fuego en su piel, como
si un millón de agujas traspasaran su carne, si su padre lo hubiera visto
se habría sentido orgulloso, o seguramente lo habría golpeado
por no aguantar mas tiempo, pero aun así, para el pelirrojo eso era un
triunfo..
- Mâ(bueno), eso estuvo.... - Kyo no sabia que decir, era la primera vez
en su vida que veía a alguien que no fuese de su familia, manejar el
fuego de ese modo, y menos cambiarlo a color púrpura - wow - fue lo único
que pudo expresar, miraba a su compañero que había quedado exhausto
Después de unos momentos Yagami pudo recuperarse, su respiración
era normal, abrió sus ojos, miro a un lado y vio que Kusanagi seguía
ahí, junto a él, mirándolo detenidamente, lo cual incomodo
bastante a Iori, por lo que se levanto presurosamente....
- ¿Oi daijôbu? (estas bien)- pregunto Kyo al ver a su amigo pararse
con premura, él hizo lo mismo para sostener a Iori del brazo, porque
aun se veía pálido y sin fuerzas
- Hai, arigato (gracias) - contesto el pelirrojo con semblante alegre, apoyándose
un poco en Kusanagi
- En verdad eso fue estupendo - el moreno todavía no podía recuperarse
de su asombro - ¿dónde aprendiste a manejar el fuego de esa manera?
- pregunto con entusiasmo, sus ojos brillaban emocionados
Al oír esa pregunta Iori aparto la mirada, su semblante cambio volviéndose
serio y triste a la vez, no podía decirle aunque quisiera, porque si
lo hacia era seguro que el otro joven se alejaría de él, como
lo hacían todos los demás cuando era niño, y volvería
a quedarse solo, en verdad era curioso que tuviera esos pensamientos, desde
hace mucho ya no le había importado no tener amigos, pero todo cambio
desde el momento en que ese muchacho le dijo que le agradaba y habían
estrechado sus manos...
- ¿Dije algo malo? - Kyo miro extrañado la reacción del
pelirrojo
- Iie (no), solo que.... - Yagami no sabia que contestar, debía decir
algo para aclarar la pregunta anterior del moreno, sin hacer que este huyera
de él - ¿no sabias que muchas personas en esta ciudad pueden manejar
el fuego? - fue lo único que se le ocurrió
- La verdad..... no - Kyo se sonrojo un poco ante su falta de información
sobre ese tema, él creía que solo los Yagami y los Kusanagi tenían
esa habilidad, pero por alguna razón le creyó a Iori
Tal vez lo hizo porque sabia que si aquel chico era un Yagami, había
la posibilidad de que fuese el oponente del cual le había hablado su
padre, y tendría que matarlo; pero no, no podía ser, no ese chico,
le agradaba bastante, aunque no lo conocía muy bien se sentía
a gusto con él. Lo mismo pensaba Iori, ambos sabían lo que debía
suceder si el chico que tenían enfrente llegara a ser su enemigo; todo
quedo en silencio por un momento, eso tranquilizo al pelirrojo, quizá
con lo que había dicho era seguro de que el muchacho ya no haría
mas preguntas, o eso era lo que él pensaba....
- ¿Y dime.... - comenzó a hablar Kyo - tienes hermanas...hermanos?
- Yagami se separo un poco de Kusanagi, puesto que ya podía pararse sin
problema
- Hai, tengo dos hermanos y una hermana
- Y..¿cuantos años tienen? - el moreno estaba un poco intrigado
sobre la vida de aquel chico, le parecía una persona solitaria, misteriosa,
pero al mismo tiempo tímida, con deseos de expresar sus sentimientos,
y sobre todo, falto de afecto
- Mi hermana tiene 13 años, se llama Akane, los otros dos son de 14 y
11 años, llamados Kaoru y Yukari - el pelirrojo se recargo del árbol
de cerezo, miraba a Kyo detenidamente
- Aaaa...- el moreno se acerco junto a Iori - y ¿ como se llaman tus
papas?
- Mi otôsan se llama Yume, y mi okâsan.... ella.... - los ojos de
Yagami se nublaron un poco, los cerro fuertemente bajando el rostro a un lado,
para no dejar escapar las lagrimas - murió el año pasado, a causa
de una enfermedad que la mantuvo en cama por mas de 3 meses - al oír
esto Kyo trago saliva, se sintió terrible al ver la expresión
del pelirrojo al recordar aquello
- Iori yo.... - Kusanagi miraba a su alrededor buscando palabras de aliento,
pero lo único que pudo expresar fue- lo siento mucho - al oír
aquello Yagami alzo el rostro
La sinceridad en las palabras de aquel muchacho hicieron que el corazón
de Iori dejara de sufrir un poco, volteo a verlo, agradeció el gesto
con una amplia sonrisa, mientras asentaba con la cabeza. El viento de la tarde
soplaba fuertemente, moviendo los mechones rojizos y castaños de los
jóvenes, haciendo que los pétalos de sakura cayeran del árbol
debajo del cual estaban esos dos, y los rodearan creando una singular atmósfera.
Riiiiiiiiiiiiiiiiiing, la campana que anunciaba el termino de las clases sonó,
las horas habían pasado velozmente para los nuevos amigos, que comenzaron
a caminar directo al edificio donde tomaban clases, no cruzaron palabra, no
había razón para hacerlo, no hacia falta, podían comunicarse
sin necesidad de emitir sonido alguno, solo con miradas, sonrisas y gestos,
esos chicos se entendían perfectamente.
Llegaron al aula correspondiente donde ya no había casi nadie, excepto
unas cuantas chicas, que al verlos entrar juntos y sonrientes, abrieron completamente
los ojos, entre las jóvenes se encontraban Yuki y Athena, la primera
se alegro bastante, por que se dio cuenta que aquellos dos ya no volverían
a pelear, ya que ninguno llevaba rastros de haber luchado, la segunda se sonrojo
sorpresivamente al ver a Kusanagi.....
- Hi Kyo-san - decía Yuki alzando el brazo para llamar la atención
del moreno, el cual al verla se sonrojo bastante, Iori se dio cuenta de ello,
por lo que rió entre dientes, bajando el rostro para no carcajearse,
moviendo a un lado y otro la cabeza
- H...hi Yuki-san - Yagami le dio un codazo a su amigo para que se acercara
a la chica - no creí que todavía estuvieses aquí - decía
Kyo mientras se acercaba tontamente a donde estaban sus amigas
- Te estaba esperando - un tierno gesto adornaba el hermoso rostro de la joven
- ¿A...a mí? - el moreno se sentía entre nubes al tener
a la chica que le gustaba tan cerca, sentía el impulso de abrazarla y
besarla - ¿naze? (porque)
- Sô desu (así es) Kyo-san, porque Athena-san y yo...- Kusanagi
volteo a ver a la amiga de Yuki, quien bajo la vista sonrojándose aún
más de lo que estaba - queremos saber si...¿nos acompañas
a tomar un helado?
- ¡¡¡Claro que sí!!! - contesto el moreno con una amplia
sonrisa, pero por culpa de la platica se le olvido que tenia un nuevo amigo
El pelirrojo al ver que su amigo estaba ocupado y sobre todo feliz, no lo quiso
interrumpir, así que tomo sus cosas y se fue, dejando a los chicos en
el aula, pero cuando Kyo se dio cuenta de que Iori ya no estaba salió
a buscarlo rápido, tomo sus cosas como de rayo, le dio un beso a Yuki
y a Athena en la mejilla, y se fue...
- Nos vemos mañana para comer ese helado chicas - fue lo que pudo pronunciar
Kyo desde el pasillo
- ¿¡¡¡Kyo adonde vas!!!? - grito Yuki al ver salir
a Kusanagi del salón casi volando, pero este no la escucho, le urgía
encontrar a Yagami
Cuando salió del edificio, miro a su alrededor, pero ya no encontró
a Iori, bajo la vista con aire de resignación, iba a regresar pero de
repente, escucho el claxon de un coche por lo que volteo, vio a su amigo que
se dirigía a la salida, así que de nuevo emprendió carrera...
- ¡¡¡IORI!!! - grito presurosamente el moreno, lo que hizo
voltear al pelirrojo, quien al ver a Kusanagi correr hacia él, se detuvo
a esperarlo, cuando Kyo llego junto a Yagami, respiraba agitadamente, se sostuvo
del hombro de su amigo para recuperar el aliento - pensé que ya te habías
ido - dijo Kyo al recuperarse de la carrera
- ¿Oi nanda? - pregunto Yagami confuso, su amigo alzo el rostro, y con
una sonrisa de oreja a oreja le pregunto
- ¿Me das tu número telefónico? - el pelirrojo se sorprendió,
¿Kyo corrió desde el aula hasta la reja solo para pedirle su teléfono?,
definitivo ese chico estaba loco, pero le agradaba, por ello le dio el numero
de su celular, saco una hoja de papel de su mochila, y un lápiz
- Toma - dijo Iori al terminar de escribir, le extendió a Kusanagi un
pequeño trozo de hoja, Kyo lo tomo
- Arigato - el moreno miraba feliz aquel pedazo de papel, el claxon de la limusina
del pelirrojo volvió a sonar, los chicos voltearon, Yagami ve que su
chofer lo llama con la mano
- Mata aimashô (nos vemos luego) Kyo-san - decía el pelirrojo mientras
se dirigía a la salida con las manos en los bolsillos del pantalón
- Mata aimashô Iori-san - el moreno le hizo adiós con la mano a
su amigo, mientras este subía a la limusina y se alejaba de la escuela
Kusanagi iba a hacer lo mismo, pero al dar unos cuantos pasos escucho una voz
familiar.....
- ¡¡Kusanagi-san!! - el moreno quería llorar al reconocer
la voz
- ¿Ahora que quieres Shingo? - Kyo volteo a ver a su inseparable compañero
- ¿Me preguntaba si.... - el muchacho titubeo un poco al notar el gesto
de Kusanagi, pero armándose de valor prosiguió - puedo ver como
entrena con Kusanagi-sama?
- ¿Para que me preguntas si siempre lo haces? - Kyo frunció el
ceño
- ¿Debo tomar eso como un sí? - al parecer Shingo no tiene ni
un poquito de vergüenza
- Hai Shingo, si puedes venir - el moreno hizo un gesto de: "ya que me
queda".
Así que partieron juntos a la mansión Kusanagi, la que parecía
el segundo hogar de Shingo, ya que se encuentra ahí de lunes a viernes,
desde que salen de clases hasta que Kyo se va a dormir.
******
Minutos después en la mansión Yagami....
Iori baja de la limusina, en su rostro se nota una felicidad enorme, ya que
después de muchos años, vuelve a tener un amigo, después
de todo la escuela no es tan insoportable; tararea una canción mientras
cruza el jardín, al llegar a la puerta principal sube los pequeños
escalones de un brinco, abre la puerta de par en par, entra al recibidor, se
quita los zapatos y se pone sus sandalias, camina hacia la sala; desde hace
ya mucho tiempo no se sentía tan bien, tan feliz, tan lleno de VIDA,
nada ni nadie podía cambiar su estado de animo por el resto del día,
pero no contaba con su padre...
- Konnichiwa (buenas tardes) Iori - una voz proveniente de la sala lo hizo dirigir
su mirada hacia ese lugar, Yume-sama esta sentado en uno de los sillones, ve
que su hijo tiene un gesto diferente al que tenia en la mañana - te ves
muy alegre, al parecer te fue bien en la escuela, ¿o me equivoco? - pregunta
con un tono seco de voz, porque en verdad no le importa, solo quiere hacer que
su hijo se disguste
- Konnichiwa otôsan - la voz de Yagami estaba tranquila, por alguna razón
esta vez no sentía temor al hablar con su padre - hai, el día
en la escuela estuvo.... bien - Iori no dijo nada mas, paso de largo, subió
las escaleras y se dirigió a su cuarto, dejando a Yagami-sama totalmente
desconcertado.
Sabia muy bien que algo le había pasado a su hijo, esa reacción
no era la típica del pelirrojo cuando su padre comenzaba a cuestionarlo,
el "antiguo Iori" se hubiese enfadado, pero ahora no, le contesto
a su padre tranquilamente y sin chistar.
Cuando Yagami llego a su habitación, entro cerrando la puerta tras de
sí, se recargo de ella bajando el rostro, recordó todo lo que
había pasado a lo largo de ese día, eso lo llenaba de alegría,
aunque había algo que lo incomodaba un poco, y era que, se sentía
aun más feliz cuando recordaba a su amigo; cada vez que imaginaba el
rostro de ese chico, sus hermosos ojos, con un brillo de alegría que
jamás había visto en otras personas, su corazón comenzaba
a latir aceleradamente. Eso le daba miedo, pero ¿por qué?, no
comprendía nada, era una extraña sensación, miedo, alegría,
emoción, todo entremezclado en un solo sentimiento. Junto a la puerta
estaba el interruptor para el pequeño ventilador del techo, lo encendió,
camino hacia su cama, tiro aun lado su mochila, se echo en la cama cuan largo
era, recargo sobre su frente el brazo derecho, siguió pensando, trataba
de averiguar el porque de todo aquello, mientras la leve brisa que llegaba del
ventilador lo refrescaba, cerro sus ojos adormilado a causa del silencio y la
frescura de su alcoba; al poco tiempo se quedo dormido, con el recuerdo del
rostro de su amigo en su mente, comenzó a imaginar cosas, las cuales
eran bastante extrañas.
Pensaba que tal vez, si su amigo no hubiera resultado un hombre, lo hubiese
besado a los pocos instantes de conocerlo, le había agradado demasiado,
incluso podía decirse que de una u otra forma le gustaba; al llegar a
esa parte, abrió los ojos completamente, sentándose en su cama
mientras una enorme gota bajaba de su cabeza - ¿¡¡¡
en que estoy pensando!!!? - se reprendió a sí mismo, dándose
una fuerte bofetada - Kyo es hombre, por favor Yagami no pienses esas estupideces
- de pronto su rostro se calmo y con un gesto de seriedad exclamo - pero debo
admitir que tiene unos ojos hermosos - volteo a todos lados para ver si no había
nadie que lo hubiese podido escuchar, suspiro hondamente, volteo a ver el reloj
que marcaba las 3:30 de la tarde, aun tenia algunos minutos para descansar,
antes de que uno de sus sirvientes subiera a decirle que la comida estaba servida,
por lo que se recostó nuevamente, veía el techo, como las aspas
del ventilador giraban rápidamente, dando la impresión de que
fuesen una sola.
De pronto, al darse cuenta como la brisa del ventilador hacia danzar los mechones
rojizos de su frente, recordó como el viento de esa tarde movía
a un lado y otro el cabello castaño de su amigo, ese pensamiento condujo
a la forma en que lo conoció, llevándolo de un recuerdo a otro,
y así sucesivamente; cuando se dio cuenta, de nuevo sé encontró
pensando exclusivamente en Kyo, su mirada, su piel, sus labios, su sonrisa,
un extraño mariposeo en su estomago comenzó a aparecer, cada vez
que sus pensamientos sé hacían más profundos, poco a poco
se fue hundiendo en sus recuerdos, quería permanecer así, que
nadie lo molestara nunca, se hubiese quedado así toda la vida, recordando
los momentos mas felices que guardara en su memoria, pero 15 minutos después
uno de sus sirvientes toco a su puerta, haciéndolo regresar al mundo
de los vivos....
- ¿Iori-san? - una voz de hombre tras la puerta
- ¿Ah?... ¿nani? - contesto adormilado el pelirrojo
- La comida esta servida - dijo su sirviente
- Arigato, enseguida bajo - Yagami se sentó en la cama, tallándose
los ojos con ambas manos, trataba de espantar el sueño, pero un enorme
bostezó de su parte le mostraba su fracaso
Torpemente se levanto de la cama, camino hacia el baño, abrió
la puerta lentamente dirigiéndose después hacia el lavamanos,
se miro al espejo un momento, sin bajar la mirada abrió la llave del
agua fría, juntando con ambas manos un poco para después echársela
en la cara, el sueño no se alejo de él, pero por lo menos ya no
tenia cara de idiota. Bajo las escaleras y llego al comedor, donde ya todos
estaban sentados, paso la vista por el panorama, el cual estaba casi igual que
en los últimos 10 años; en el lugar principal su padre (como siempre),
a su derecha Kaoru - el niño consentido - pensó Yagami, al lado
izquierdo, pero un lugar mas alejada, su hermana preferida, la pequeña
Akane, siempre con un sonrisa en su rostro dedicada solo a él, y junto
a ella, el mas pequeño, travieso y astuto de los Yagami, el pelimorado
Yukari, regreso su mirada hacia el lugar vació, recordando quien lo ocupaba
antes; la visión de su mamá apareció, sentada junto a su
padre, miraba a Iori con ternura infinita, la ternura con que solo una madre
puede mirar a sus hijos....
- ¿Vas a venir a comer, o te vas a quedar solo mirando? -la voz de Yume-sama resonó en su cabeza
Yagami parpadeo, la visión desapareció y su rostro entristeció rápidamente, Iori se acerco a la mesa, tomando asiento junto a Yukari.....
- Itadakimasu (estamos listos para recibir la comida) - pronunciaron todos los presentes antes de probar bocado
Durante la comida, Iori no dijo palabra alguna, ya que le estaba prohibido, los únicos que podían conversar en la mesa eran su padre y sus hermanos; pero ahora más que nunca eso no le importaba, todo el tiempo se le fue pensando en su nuevo amigo. Yagami-sama no le quito la vista de encima a Iori en ningún momento, se preguntaba el porque su hijo se comportaba tan extraño, tan calmado, tan no él; tiempo después todos habían terminado de comer, Yagami se iba a retirar a su recamara, no recordó que debía entrenar con su padre como todos los días, hasta que Yume-sama lo llamo, con la poca gentileza con que lo hace siempre...
- ¿Adónde demonios vas ahora Iori? - el pelirrojo se detuvo a la mitad de las escaleras, volteo a donde estaba su padre
- ¿Uhm? - exclamo en tono despistado, alzando las cejas a manera de
pregunta
- Tienes que entrenar conmigo, ¿acaso no lo recuerdas? - decía
Yagami-sama al momento que subía las escaleras y llegaba donde Iori -
maldición ya no eres un niño como para que tenga que recordarte
las cosas - Yume-sama jalo a su hijo del brazo.
Cuando acabaron de bajar las escaleras el padre de Yagami se dio cuenta que este aun portaba el uniforme de la escuela....
- Maldición Iori, ¿por qué no te has cambiado aun? - Yume-sama trataba de calmarse un poco, pero le era imposible hacerlo teniendo a su dolor de cabeza frente a él - ve a tu cuarto, cámbiate la ropa, tienes 10 minutos para hacerlo - Yagami-sama se dirigió hacia la puerta - te espero en el dojo
El pelirrojo parecía una marioneta, manejada por fuerzas extrañas, estaba presente físicamente, pero su mente divagaba por rumbos desconocidos; como un impulso, Iori subió las escaleras y llego a su habitación, como un ratón de laboratorio que atraviesa un laberinto en busca del queso, no porque razone sino porque así lo han enseñado, Yagami se arreglo y bajo al dojo, comenzó a entrenar con su padre, como lo había hecho todos los días en los últimos 9 años.
El entrenamiento fue arduo, Iori tuvo que soportar el fuego de los Yagami por
mucho tiempo, siendo reprendido al final, por no lograr soportar más,
su padre no tenia idea del esfuerzo que el pelirrojo debía hacer para
poder siquiera transformar el fuego a púrpura; la verdad era que ni siquiera
le importaba eso, lo único que le preocupaba, era que su hijo no fuese
lo suficientemente fuerte como para vencer al primogénito de Kusanagi.
Después de mas de 5 horas de entrenar, Yume-sama dijo que era suficiente
por ese día, ayudo a Yagami a levantarse, lo llevo hasta su recamara
casi arrastrando, dejándolo frente a la puerta, el pelirrojo entro, cambio
sus ropas de combate por su pijama, y se dispuso a dormir; no sin antes poner
el reloj despertador, para al otro día llegar a tiempo al colegio. ¿No
se supone que Iori no iba a cambiar sus hábitos? Pero... ¿Quién
dijo que los amigos no hacen cambiar a las personas?
Continúa
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IorixKyo Archive
Noviembre, 2004