Yuuhi to Tsuki
(El sol del atardecer y la luna)
Por Min@
CAPITULO VII : RECUERDOS PERDIDOS.
(IORI)
Honoo wa tsukiyo no kakera
El fuego es un fragmento de la luz de la luna
(KYO)
Yoru ga kite
La noche ha llegado.
Esa mañana había amanecido con un hermosos sol, pero al atardecer la llovía había atrapado al pequeño Kyo, bajo un árbol. En el parque central.
Todo el lugar estaba vacío debido a la fuerte tormenta que se había desatado.
Sin embargo dentro de la maleza un niño pelirrojo salió corriendo, para cubrirse de la lluvia, bajo el árbol, donde estaba Kyo.
- Hola. Dijo Kyo sonriéndole amablemente.
Iori lo miro y después sonrió con tristeza.
- Hola...
- Que mala suerte que comenzara a llover , ¿No?.
- Si...- Murmuro Iori, pensando que su único día libre se había visto estropeado por la madre naturaleza.
- ¿Cuál es tu nombre? Pregunto Kyo.
- Iori Respondió el niño pelirrojo. Mas abierto.
Kyo sonrío entonces dándole su pequeña mano.
- El mío es Kyo. Mucho gusto en conocerte.
Esa tarde Iori había conocido a su primer amigo. Y había pasado horas inolvidables de juego y Diversión. Que nunca mas volvieron a repetirse.
Iori sonrió al recordar la primera vez, que había visto a Kyo. Era uno de sus mejores recuerdos. Su corazón desde entonces , lo había traicionado. Dejando a Kyo apoderarse poco a poco de él.
Jamás pensó que llegaría a amarlo de esa manera. Pero no podía imaginar su vida sin él. Su obsesión por destruirlo, se había convertido en amor. O quizás siempre había siso así. Iori no lo sabía con exactitud. Pero sabia que era el único sentimiento que lo había acompañado desde su niñez. El único que no había perdido.
- ¿¡ Pero que estas diciendo!? Exclamó el padre de Iori. Mientras su bella esposa Hayoka, se llevaba una mano al pecho, con la mirada consternada.
- Lo que ha oído. Dijo Mery con fingida tristeza. Yo los acabo de ver juntos.
- ¡Esto es inconcebible!. Exclamo Yagami sama. - ¡Ningún hijo mío, va a revolcarse con un Kusanagi!¡No si yo puedo evitarlo!.
- ¡Cálmate, por favor cariño! Dijo Hayoka, mientras corría a sujetar a su esposo.
Pero este la lanzo lejos de él.
- ¡Suéltame! ¡Tu hijo es un maldito gay, como quieres que me calme!
Hayoka lo miro con desolada tristeza, pero no dijo nada solo observaba como los ojos de Mery brillaban llenos de satisfacción al saber que no permitirían que Iori se quedara con Kyo. Una cruel sonrisa se dibujo en su perfecto rostro.
- No lastimes mas a tu hijo...- Murmuro Hayoka, sin siquiera mirar a Yagami-sama.
- ¡¿Qué?! Pregunto Yagami-sama. Aún incrédulo.
- Ya no lo lastimes mas o terminara odiándote , mas de lo que ya te odia. Exclamo Hayoka.
Los ojos de Yagami-sama brillaron con furia, para después golpear a Hayoka en la cara. Tirandola al suelo. Mery salto asustada.
- ¡Tu no eres nadie para decirme que hacer! Exclamó Yagami-sama. - ¡Tu hijo es igual que tu! Un perro traicionero.
Hayoka bajo la mirada al piso. Aún sin levantarse.
- Antes que permitir que deshonre el nombre de mi familia, preferiría matarlo.
- ¡no! Grito Hayoka desesperada. - ¡Por favor, no! ¡Te lo suplico!
- No me supliques nada. Sabes muy bien que no me importa lo que digas. Respondió Yagami-sama. Mientras veía a Mery. Mery se sintió intimidada por él, pero este la miro con una abierta invitación. Y tu ven conmigo.
Mery asintió , mientras ambos se alejaban dejando a Hayoka sola. Mery sabía que su futuro como esposa de Iori Yagami, estaba perdido. Pero como amante de Yagami-sama, podría estar comenzando, y abrir para ella un sin fin de beneficios, como tener todo lo que deseara incluso vengarse de Iori. Y eso no era nada despreciable.
Hayoka los miro, abrirse paso por el amplio pasillo. Sabia que su esposo se había conseguido otra amante, eso le causaba repugnancia. Nunca pareció bastarle ninguna mujer. Ni siquiera ella. Sus ojos se nublaron por las lagrimas.
- Mi querido Iori...- Murmuro Hayoka. - ...No voy a dejar que tu padre te destruya mas la vida...No dejare que haga lo mismo que hizo conmigo.
Kyo despertó muy temprano esa mañana, sus ojos aún soñolientos buscaron a Iori . El pelirrojo aún dormía Kyo no podía creer lo que había pasado esa noche. Sus caderas le dolían un poco. Seguramente debido al ajetreó del que fueron objeto, la noche anterior. En su mente recordó como habían hecho el amor. Y una sonrisa se formo en sus labios.
El rostro de Iori dormido, le ofrecía una vista placentera, parecía tan dulce, tan en paz. Kyo recorrió con dedos temblorosos el contorno de su rostro. Pero su mano fue atrapada por la de Iori. Kyo sonrió con dulzura.
- Buenos reflejos. Dijo Kyo aún sonriendo.
- No es lo único bueno. ¿No?. Dijo Iori con lujuriosa sonrisa. Mientras jalaba el cuerpo de Kyo para ponerlo sobre el suyo. Kyo se estremeció al contacto. El cuerpo de Iori despedía un calor tan agradable, que invitaba a descubrir el origen de se calor.
Iori beso su cuello mientras estrechaba con fuerza el cuerpo de Kyo como si quisiera fundirlo con el suyo.
El ardiente fuego de la pasión volvía a encenderse en ese abrazó.
- Sabes que en lo único que había estando pensando, todo este tiempo... era en llevarte a la cama... Murmuro Iori. Todas esas noches que desee estrecharte en mis brazos...todas las horas que ocupaste mis pensamientos...
Kyo busco desesperado sus labios del pelirrojo, mientras este mordisqueaba la piel de su cuello. Kyo lanzó un gemido de placer y Iori en respuesta dio la vuelta, para poner a Kyo contra la cama.
- ¿Qué se siente pertenecer a Iori Yagami? Pregunto Iori en un jadeo.
La respuesta de Kyo fue un gemido incontrolable.
- Ha... te...Te amo Iori...
Iori comenzó a lamer bajo el vientre de Kyo con notoria pasión. Mientras Kyo se aferraba desesperado a sus hombros.
- Me perteneces...eres mío... Dijo Iori abriendo las piernas de Kyo.
Kyo grito al sentir a Iori entrar en él . La noche anterior había quedado muy sensible pero el placer de sentir como Iori luchaba por entrar era mayor al dolor.
El ritmo del pelirrojo se acompasaba con los gemidos de Kyo.
Haciéndose mas fuertes y profundos. Su corazón latía desembocado. Iori era suyo, y él le pertenecía. Y el deseo del pelirrojo, por él parecía crecer cada vez que lo poseía. Su desesperación y entrega le agradaba a Kyo, pero le hacia temer que fuera la ultima vez, era como si Iori tuviera miedo de que nunca volviera a repetirse. Y eso le causaba una gran preocupación.
El timbre de la puerta sonó.
Iori solo gruñió, y siguió con sus labores, pero el sonido, volvió a repetirse una y otra vez.
- ¿No vas a ver quien es? Pregunto inocentemente Kyo.
Iori sonrió y lo miró con un pícaro brillo en sus ojos.
- ¿Tratas de salvarte, ne? Pregunto el pelirrojo.
- ¿¡Yo?! ¡Noooooooo, como crees! Dijo Kyo con seriedad, mientras una sonrisa burlona se formaba en su rostro.
Iori se puso de pie y comenzó a vestirse. Kyo lo observo todo ese tiempo. Le encantaba admirar el cuerpo de Iori, esa forma tan suya, de mover su cuerpo, tan felinamente, lo volvía loco. Siempre esa elegancia lo había deslumbrado, pensó Kyo sonriendo por tenerlo para él solo, como había soñado.
El timbre volvió a sonar. Y Iori salió de la habitación a regañadientes. Kyo se recostó en la cama exhausto, soltando un suspiro. Esperando que no tardara mucho.
Pero los minutos pasaron hasta que se volvieron horas. Y Iori no volvía, cansado de esperar. Kyo se vistió y se fue a buscarlo , pero la sala estaba vacía.
- ¿Iori? Llamo Kyo, al aire, pero nadie respondió.
- ¿Por qué se habrá ido sin avisar?. murmuro Kyo.
Kyo pensó que Iori tardaría. Y pensó en sorprenderlo con un suculento desayuno. No se consideraba un gran chef, pero tampoco estaba tan mal en la cocina. Kyo reviso todas las gavetas, incluyendo el refrigerador y la despensa, pero no encontró mas que latas de cerveza por todos lados.
Kyo suspiro decepcionado.
- ¿es que acaso no comes? Dijo Kyo suspirando, mientras se vestía y checaba que en su pantalón estuviera su cartera. El iría de compras aprovechando que Iori había salido.
En aquella tienda había de todo y Kyo ya había puesto en el carrito, todo lo necesario. Para el desayuno.
- Buenos días Kyo-chan Dijo una voz a su espalda. Kyo brinco y soltó la lata de champiñones que sostenía en sus manos. Al reconocer la voz.
- ....¡Benimaru!.
- Cualquiera que te vea, diría que no te da gusto, verme. Exclamo Benimaru con una cínica sonrisa.
Los recuerdos se agolparon en la mente de Kyo. Y frunció el ceño.
- ¿Estas molesto conmigo? - Dijo Benimaru. Solo trataba de animarte.
- ¡Animarme! Gritó Kyo, enfurecido. Eres un pervertido.
- ¡Y tu pelirrojo, no es un pervertido, también?. Mira que llevarse a la cama a su rival.
- Eso no es de tu incumbencia. Dijo Kyo dando la vuelta, pero Benimaru lo detuvo, jalándolo del brazo.
- O sea, que si te llevó a la cama. Rió con ironía el rubio. Uno nunca sabe para quien trabaja.¿No?.
Kyo enfureció, y le lanzo un golpe al rostro, las gafas de Benimaru cayeron, revelando el norme moretón en su ojo derecho.
Kyo lo miró y de pronto recordó todo lo de anoche, en el bar. Benimaru estaba besándolo, y aunque el trataba de hacerlo a un lado, su cuerpo respondía a las caricias del rubio. Y poco a poco las caricias se volvían mas intensas. Kyo cerro sus ojos impotente. Pero de pronto sintió que caía al suelo.
Sin embargo uno brazo lo sostuvo. Entre abrió sus ojos y vio a Benimaru tirado con su mano cubriéndose su rostro.
- ¿¡Como te atreves!? Dijo Benimaru. Kyo alzo la mirada y vio a Iori, su rostro estaba lleno de furia. Una furia que Kyo nunca había visto en su rostro, ni siquiera cuando ellos dos se enfrentaban.
- ¡Lárgate de aquí basura! Exclamó Iori Si no quieres que te mate, como el perro que eres!
- ¡Vas a pagar esto, Yagami! Dijo Benimaru.
- No me asustan los insectos. Dijo Iori, riendo con su acostumbrada risa burlona. Pero sus brazos, ya estaban rodeando a Kyo, ante la asombrada mirada de King, y de todos los demás peleadores que se encontraban ahí.
Kyo se adormecía en ese calor. Los latidos del corazón del pelirrojo acompañaron a Kyo, hasta que este perdió el conocimiento.
Kyo al recordar esto, sonrió con alegría.
- Si no me dejas en paz, voy a emparejarte al otro ojo.
Benimaru fue el que dio la vuelta, esta vez y se dirigió a la salida lleno de indignación.
Kyo entonces sonrió y tomo la lata del suelo. Preguntándose si su pelirrojo ya había vuelto a casa.
* * *
NOTA DE MIN @ : Mmm...Benimaru solo obtuvo lo que se merece. ^ o ^
* * *
Continúa
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Julio, 2002