Fanfic por Lain
Fire & Fire. Ice & Ice.
Capítulo 1: Fire.
Si mi hogar es tan inmenso... por qué me siento prisionero? Mi cuarto es más grande que
un departamento pequeño. Pero me falta el aire. No soy claustrofóbico, quién lo sería
en este lugar. Pero no... puedo vivir aquí. Todo se ciñe a mi alrrededor, me quema, me
asfixia. Es una estupidez, lo sé, pero...... no puedo.
Quiero ser libre, aunque sé que la libertad es una simple utopía. Quiero vagar por el
mundo, pero las responsabilidades me atan a este lugar. Yuki. Ella más que una
responsabilidad es... algo. Me encantaría dedicarme a ella durante toda mi vida. Tan
dulce mi Yuki, tan tierna que es, tan sonriente y hermosa. Jamás creí que sería
recompensado con semejante regalo, ella es mi
todo.
No.
Ella no es mi todo, sólo me estoy engañando a mí mismo.
¿Que gano haciendo esto?
Salir ileso. Eso. Creer que todo es una simple ilusión. Que nada de lo que yo creo, de lo
que yo siento, es verdad. Y sé que no es así. Me encantaría ver el rostro de mis padres
si supieran. Aunque intente parecer rudo soy algo cobarde, no podría decirles ni en mi
próxima vida la verdad, si es que esto que siento es verdadero. Eso demuestra que mis
sentimientos no son tan fuertes como creí, que no es realmente amor. Si es lo que yo creo
que es. O si es que mi amor por él es un tanto extraño. Como las circunstancias que me
atan a él. El.
Maldito el destino que me obliga a pensar en esto una y otra vez. Maldito el destino que
me obligó a unir mi vida a un ser completamente opuesto a mí, tan diferente. Pero tan
igual. Fuego y Fuego. Dorado y brillante. Púrpura y oscuro. Tan iguales, tan diferentes.
Yuki y Iori.
¿Por qué?.
¿A quién adoro más? A los dos por igual. Ella es pureza, perfume. El, todo encanto
sensual. Si él supiera cómo lo miro a veces, cómo una sonrisa aparece en mi rostro al
sentir su mera prescencia. Lo quiero para mí. Sólo para mí. Todo para mí. Nunca creí
ser egoísta, estar o pensar simplemente en Iori es una gran revelación.
* * *
-A dónde vas a estas horas, Kyo-chan?-
-Por ahí, madre......-
-Son más de las doce! Ni siquiera deberías estar despierto!-.
-¿Y por qué tú estas levantada a estas horas... madre?-.
-No me respondas así jovenci....-.
El sonido de una puerta que se cierra con violencia.
* * *
Fue algo cruel, lo sé. No soy un niño,
ella ya debería saberlo.... no, lo sabe, lo que no quiere es aceptarlo. Siendo su único
hijo, el siempre consentido, es lógica una reacción así. Pero... eso también me
enfurece. No sólo las paredes de mi lujosa prisión, sino los tratos tan....
exageradamente atentos. Odio eso. Amo el fuego. Y sé que estas ahí, ahora, mi Iori....
ya te siento, y tan sólo he caminado una cuadra.
Adoro que estés ahí, siempre ahí, pendiente de mí. Me creo alguien completamente
importante, recibiendo tanta obstinación por tu parte. Inclusive, puedo sentir tus ojos
clavados a mi espalda. No puedo evitar moverme de una manera felina cuando sé que estas
cerca.... quiero seducirte? Tal vez. Sería divertido saber qué es lo que piensas cuando
me ves..... quisiera saber hasta qué punto me odias para querer matarme. ¿Te haría
feliz el que ya no estuviera en el mundo? ¿Que hubieras podido por fin acabar con una
tarea de generaciones?
Pues dejame decirte, mi fiel sombra, que jamás moriré. Porque aún hay muchas cosas
pendientes, y tú... eres una de ellas.
Vamos, ya empieza el juego. Esta noche estoy divertido, el silencio me provoca esta
sensación tan excitante, tan hormigueante. La oscuridad es tan íntima, la adoro. Mi
mundo, siempre compuesto por luz y miel.... tu mundo, tan atractivo, compuesto por sombras
y dolor, felicidades a medias... si es que sabes ser feliz.
Y corro como nunca antes en mi vida, pero siento aún tu presencia tan cerca, cada vez
más.
Atravesando calles desiertas a esta hora de la madrugada, en penumbras, con el viento y el
silencio. ¿qué más puedo pedir? Que Yuki algún día logre comprenderme. Porque esto no
puede quedarse callado durante más tiempo. Es más fuerte que yo, es insoportable, es tan
potente.... es como Iori.....
Te veo. Resulgiendo por el callejón vacío apenas me detengo. Tu cabello tan rojo, tan
hermoso. Tus ojos dorados brillando, no sé si con perverso placer, o con malévolo
egocentrismo. Sólo sé que es ése brillo salvaje el que me atrae. Siempre igual, no
cambias nunca, la misma ropa, los mismos botones contados desabrochados. La misma sonrisa
malvada, que más que sonrisa es una mueca atrayente. Te adoro, eres mi droga. Eres lo que
yo deseo ser, lo que deseo poseer.¿ Se explicaría acaso con éstos pensamientos tu
egocentrismo?
-¿Lo haces a propósito?- preguntas. Su voz, tan masculina, me recorre de pies a cabeza,
como si sus manos estuvieran en mí. Esa descarga eléctrica que me produces, que deseo.
-¿A qué te refieres?- respondo divertido. Después de tantos años, nuestros códigos
son tan especiales. Sólo nosotros dos entenderíamos de lo que hablamos, si un tercero
estuviera aquí.
-Hoy morirás, lo sabes...... y pareces estar más que dispuesto-.
-Equivocado.... no pienso morir, y TU lo sabes-.
-No estés tan seguro, prospecto de héroe....-.
Y ya comienza nuestro duelo. Tu fuego nace de entre tus palmas, me facina.
Mi fuego dorado se enciende y me rodea.
El tuyo se explaya por todo tu cuerpo.
Y ya, en los próximos segundos, lo único que sentiré es la adrenalina recorrer
velozmente cada parte de mi ser, no pensaré en nada. Salvo tal vez, que ésta puede ser
la última vez que un pensamiento aflore de mi mente.
* * *
Notas de la Autora: ehem, me presento. Mi 'nombre' es Lain, éste es el pirmer capítulo del primer FanFic de KOF que escribo. Eto, por eso puede ser que la personalidad de Kyo no sea como la que debe ser.... aunque en realidad, sé cómo es (gracias a los fics publicados en ésta página).... me pareció lindo hacerlo un poco más... perverso ^^. No sean muy duros conmigo, respecto a las diferentes críticas, que pueden enviar a TOBARESS@aol.com. Dedicado especialmente a MiauNeko y a su/s página/s. Sayonara.
* * *
Continúa
[ Capítulo 2: Fire ]
Todos los personajes pertenecen a SNK
"Fire & Fire. Ice & Ice." es propiedad de Lain y
IorixKyo Archive
Septiembre, 2002