Fanfic por Ikyori Yagami

El Rojo y el Púrpura

Capitulo 5. - Bésala

Han pasado 2 meses desde que terminé con Yuki y comencé mi relación con Iori. Por ahora Iori no está, se encuentra de gira con su banda por todo Japón. Ha ganado más fama desde que los periódicos publicaron un artículo acerca de sus preferencias sexuales, lo tacharon de un "Bisexual con estilo".

- La conciencia japonesa es extraña. - Me decía Robert García, un italiano con mucho atractivo físico, todo un Latin Lover, PlayBoy millonario, con una extensa colección de autos clásicos. Cualquier chica daría lo que fuera por salir con él. Pero la afortunada es Yuri Sakazaki, que le gusta jugar con los sinceros sentimientos de Robert.

- ¿Por qué dices eso? - Le pregunté mientras cerraba la revista donde leí el reportaje de la gira.

- Simple, a las chicas de aquí le gustan mucho los hombres que son homosexuales. - Robert se rascaba la cabeza tratando de asimilar lo que me decía. - Les encanta leer historias y ver imágenes de chicos andróginos haciendo el amor, eso me da asco, ¡Blah!

- Je, je, je...

- ¿De que te ríes? - Robert me pregunta con una sonrisa tratando de adivinar cual es el chiste de lo que me acababa de decir.

- No sé, pregúntale a Beni. - Le respondí mirando a ver hacia los niños que jugaban en el parque donde estábamos sentados.

- ¡Konichii wa! ¡Robert-kun! ¡Kyo-kun! - Vi que se acercaba Yuri junto con su hermano Ryo.

- ¡Hola, Yuri-chan! - Contestó emocionado Robert que se levantó rápidamente a recibir a Yuri.

Robert corrió hasta donde estaba ella y la recibió con un beso en la mejilla y un abrazo muy estrecho. Ryo se interpuso entre ellos pues no le gustaba que abrazaran tanto a su hermanita. Comencé a pensar que tal vez la relación de Yuri y Robert no funcionaba por culpa de Ryo, pero al ver a Ryo, como cambiaba su expresión y le daba a entender a Robert que solo bromeaba, me sentí más aliviado por los dos.

- Kusanagi-san. - Ryo me reconoció y se acercó. Me dio la mano y se sentó junto a mí.

- ¿Nan da {qué sucede?}, Sakazaki-san?

- ¿Cómo has estado? Supe que Benimaru se fue de viaje. - Ryo estaba muy relajado, normalmente siempre que lo veo está en un estado de estrés continuo.

- Ah, si... ¿Y tú te quedaste de vacaciones aquí? - Pregunté.

- Si, mi padre regresó a México para recibir a los nuevos alumnos del Dojo. - Ryo estiró los brazos y los pasó a la parte de atrás de su nuca. Cerró los ojos y respiró el aire profundamente.

Miré hacia la fuente que está enfrente de la banca donde estábamos y vi como Yuri jalaba a Robert del brazo para perseguir a los patitos que se alejaban apresuradamente hacia la fuente.

- Dime Kusanagi-san, ¿Tienes novia? - Me preguntó Ryo sin cambiar su posición.

- Eeeeh... podría decirse que sí... - Contesté titubeante a la pregunta de Ryo.

Ryo me miró a ver aún con los brazos sobre la cabeza, abriendo solamente un ojo, echándome una mirada de rareza, luego se acomodó de nuevo y prosiguió:

- Te pregunto por que quiero que me digas que se siente... yo nunca he tenido una novia y... - Ryo abrió los ojos y miró al cielo... pensando.

- Hay alguien que te gusta ¿Ne? - Le afirmé para sacarlo de sus dudas.

- Sí. - Me respondió enseguida.

- ¿King?

- Sí.

- ¿Y le gustas?

- Sí.

- ¿Ya le preguntaste?

- Sí.

- ¿Y que te dijo?

- Sí.

- ¿Y que vas a hacer?... - Ryo se detuvo de todas las afirmaciones que me hizo. Volteó a verme y me dijo:

- ¡No lo sé!

De todos lo hombres que conozco, Ryo es el único de mi edad que nunca ha tenido novia. Es un hecho que es muy torpe con las mujeres, pero en el caso de King, quien es la chica que se muere por él, no debería haber problemas.

- Escúchame Ryo, ¡sabrás que hacer cuando llegue el momento, ya lo verás! - Sujeté a Ryo de ambos brazos y lo sacudí ligeramente mientras le decía lo que pasaría. Es primera vez que agarro a Ryo de esa manera. Sus brazos son más fuertes que los de Iori y más anchos por los músculos, firmes y duros.

Ryo se quedó callado, volvió a acomodarse en la misma posición y cerró los ojos.

- ¿Ya la besaste?

- Aún no...

- ¿Y que esperas? ¿A que ella te lo dé? - Le pregunté con acento estricto.

- Sí.

- No seas tonto, tienes que hacer que ella se sienta bien contigo. Dale ese gusto.

- No sé... tengo miedo de desilusionarla cuando yo la bese. - Su tono era preocupante.

- ¿No sabes besar?

- No.

Eso si es grave.

- Ella debe venir hoy al parque, mi hermana la citó aquí.

Eso es peor.

- ¿Y que vas a hacer? - Le pregunté para saber si tenía alguna solución.

- Le iba a preguntar a Robert. - Me contestó optimista de que su amigo le iba a ayudar.

- Besar no es difícil, es una de las cosas más sencillas que existen. - Le dije para tranquilizar su inquietud.

- ¿En serio?

- Claro... déjate llevar y verás que lo vas a disfrutar. - Le contesté alegre para que se sienta mejor.

- Jokai, la voy a besar hoy. - La expresión de Ryo cambió, se veía más tranquilo y optimista.

De nuevo miré hacia la fuente y vi como Yuri se paraba de puntillas para besar a Robert. Él se inclinó lo suficiente para besarla mientras pasaba sus manos a su cintura. Pero antes de que Robert besara sus labios, Yuri comenzó a reírse y huyó del beso. Robert sonreía, pero se veía en su mirada su desilusión, su sufrimiento; no era justo para él.

- ¡Alcánzame si puedes Robert-Kun! - Gritaba Yuri mientras se reía de Robert. Robert la perseguía alrededor de la fuente y cuando finalmente la atrapó, ambos chocaron con King.

- ¡Bonjour, Yuri-chan! ¡Hola Robert! - Saludó King.

- ¡Buenos días, King san! - Contestó Yuri mientras corría a abrazarla.

Desde lejos vi como se saludaban los tres. Yo aún estaba sentado junto a Ryo, quien había empezado a sudar.

- ¡Eh! ¡King-chan! - Grité agitando la mano para que me viera, aunque mi plan era para que viera a Ryo.

- ¿Kyo-kun? ¿También estas aquí? - King se acercó a nosotros. Caminaba con sus tacones altos, su vestido azul de satín se movía con sus delicados movimientos, haciendo una armoniosa composición de belleza y elegancia diurna.

- Hola Ryo-kun... - King se quedaba embelesada al mirar a Ryo.

- ¡Felicidades, King-chan! Supe lo de Ryo y tú. - Exclamé.

- Arigatou, Kyo-kun. - King sonreía felizmente, por fin su sueño se había realizado.

- ¿Vas a algún lado hoy? - Le pregunté a King.

- Sí. Ryo y yo tenemos una cita. - Las mejillas de King se ruborizan muy fácilmente.

Miré a Ryo y vi su cara igualmente ruborizada. Es extraño ver al hombre más tosco y fortachón, ruborizarse tanto cual dulce señorita.

- Bueno, entonces los dejo solos. ¡Que se diviertan! - Me paré, mi intención era dejarlos solos, pero de pronto una mano sujetó con fuerza mi brazo.

- ¡No!... no te vayas, acompáñanos... Por favor. - Voltee y el que me sujetaba era, ni más ni menos que Ryo Sakazaki, que tenía la cara roja a punto de explotar de la pena.

- Sakazaki-san... ¿Qué haces? - Le pregunté casi susurrando. - Vas a arruinar esta oportunidad.

- Por favor, Kusanagi-san, necesito que te quedes. - Su tono casi suplicante me afirmaba lo cobarde que es con las mujeres.

- Si yo estoy no vas a poder besarla. - Le dije para ver si cambiaba de parecer.

- No importa... así tendré un pretexto para no hacerlo. - Le eché a Ryo una mirada asesina, pero su expresión me conmovió y tuve que aceptar acompañarlos.

King no parecía estar muy satisfecha con un tercer acompañante.

- ¿Adónde van? - Preguntó Yuri, acercándose con Robert que lo traía jalándolo de la manga de su camisa.

- Al cine... - Respondió King, algo enojada. - ¿Quieren venir? - Preguntó con una sonrisa forzada.

- ¡Sí! - Contestó feliz, Yuri.

Subimos los "cinco" al auto de Robert. Llegamos al cine y entramos a ver "Sueño de una noche de verano".

Salimos del cine. King estaba más tranquila y Ryo no se despegaba de mí, o de Robert, o de su hermanita.

King parecía estar acostumbrada a ese trato que le daba Ryo. ¡Que estúpido es!

- ¿Cuándo te le vas a acercar a King? - Yuri le jalaba las orejas a su hermano mayor.

King se había fastidiado de la cita, Ryo me sentaba a lado suyo a propósito y King del otro lado se quedaba mirando hacia la gente que pasaba que pasaba junto a la mesa de la disco donde estábamos. Sin saber qué hacer, lo primero que se me ocurrió fue levantarme para ir al baño.

- Con permiso... - Mala idea. Ryo me siguió hasta el baño.

- ¿Qué estas haciendo? ¡Es tu cita con la chica de tus sueños! ¡Y La estas estropeando! - Lo agarré del cuello de su camisa y lo pegué contra la pared. - ¡Que cobarde eres!

- ¡Esta bien! Está bien... Pero no es necesario que grites. - Me dijo con el ceño fruncido. Creo que he conseguido enojarlo. Eso podría servir.

- Entonces ve, y sácala a bailar. - Le apunté con el dedo para que fuera a buscarla.

Ryo tenía la mirada de fuego, está molesto por que le dije cobarde enfrente de todos los que se encontraban en el baño. Ryo se acercó a King, su ánimo no cambió y la jaló hacia la pista de baile. King estaba sorprendida del cambio repentino de Ryo. Él la tomó de la cintura y comenzaron a bailar.

- ¡Ouch! ¡Aay! - ¡Shimatta! No fue buena idea el que la sacara a bailar.

- Lo siento... - Ryo es un buen peleador, pero es un pésimo bailarín.

Yuri y Robert solo se reían de su situación y yo solamente me lamentaba, haberle dado la idea de que bailara con ella. Sin embargo, King es una buena peleadora, y se las arregló para esquivar sus pisotones con agilidad.

Rato después King sonreía con amplitud y alegría. Ryo se estaba acostumbrando a la compañía de su novia y parecía agradarle mucho. Desde ese momento, Ryo andaba con King, con las manos agarradas y otras veces abrazados por la cintura. Pero aún no la besaba. Al menos ya hay avance.

Estuvimos paseando todo el día y la noche había caído. Las 10 de la noche y todos queríamos ir a nuestras casas.

- Mi hotel está cerca, pueden llevarme a mí primero. - King estaba cansada después de tanto bailar y reír.

Robert condujo su BMW hasta el hotel donde se hospedaba King.

- Arigatou, Robert-kun... Que pasen buenas noches Kyo-kun, Yuri-chan... Ryo. - King se despidió de todos con un beso en la mejilla. Luego salió del auto y comenzó a subir las escaleras de la entrada del hotel.

- ¡Vamos, Sakazaki-san! No dejes que se te vaya esta oportunidad. - Empujé a Ryo para que la alcanzara.

- ¡Voy! ¡Ya voy! - Dijo Ryo mientras salía de auto y corría a alcanzar a King. Logró detenerla antes de que entrara.

- ¡King! - Gritó Ryo agitado por la carrera.

King volteó a ver y se quedó parada con una leve sonrisa en los labios.

- ¡Espera! - Ryo subió los últimos escalones y se inclinó para tomar aire. Yuri, Robert y yo, veíamos la escena desde el auto.

- Va a salir corriendo, ¿cuánto apuestan?

- ¡Que poca fe tienes en tu hermano, Yuri-chan! - Le dijo Robert mientras le tapaba la boca con la mano.

Desde lejos veía que Ryo hablaba con King. En ese momento Ryo se volteó y bajó las escaleras corriendo.

- ¡Les dije que saldría corriendo! - Exclamó Yuri. Pero luego vimos que Ryo hablaba con un señor que vendía flores, compró una rosa y volvió a donde estaba King esperándolo.

- Toma, King. - Ryo estrió la mano y le entregó la rosa.

- ¡Que romántico! Gracias. - King dijo en voz baja. Inclinó la cara y olió la rosa. Ryo volteó a vernos y todos le hicimos señas para que la besara.

- Eeh... King... yo, este... - A Ryo no le salían las palabras.

- Vamos bésala, bésala. - Decían Robert y Yuri en voz baja.

Es ahora o nunca, Ryo no debe dejarse intimidar por el sexo opuesto.

- Ryo... si no quieres besarme... no tienes que hacerlo. - King parecía estar desilusionada. Su cabeza estaba baja y acariciaba la flor con sus delicados dedos.

- Este... eehm. - Ryo seguía sin poder decir nada, estaba cohibido y no sabía que hacer.

- Buenas noches, Sakazaki-san. - King se dio la media vuelta para entrar al hotel.

- ¡Aaaaaay noooo! - Yuri guardó su cara el pecho de Robert.

Ryo vió a King que se alejaba, ¿Qué podía hacer? ¿Hablarle? ¿Huir? o...

King abría la gran puerta de cristal del hotel, cuando de pronto sintió la mano de Ryo que la jalaba con fuerza.

Ryo cerró los ojos fuertemente como si le fuera a doler y pegó sus labios con los de King.

- ¡Miren! - Señalé a Ryo y a King. Robert y Yuri miraron y pegaron el grito por la emoción.

- ¡¡Así se hace, hermanito!! - Gritaba Yuri mientras abrazaba a Robert con emoción. Yuri estaba tan emocionada que besó a Robert y esté quedó más feliz que contento.

King tenía los ojos abiertos hasta el límite, la acción de Ryo la sorprendió mucho que en el momento no sabía que hacer. Pero después de unos cuantos segundos, cerró los ojos y pasó sus brazos alrededor de los hombros de Ryo. Éste sintió la contestación de King, Déjate llevar. Mis palabras sonaban dentro de la cabeza de Ryo.

La expresión de Ryo cambió, se relajó y abrazó a King con pasión. Luego la levantó por la emoción y la risa de King se oyó por toda la calle.

Momentos después, Ryo se acercó al auto.

- ¿Nos vamos ya? - Le preguntó Robert.

Ryo se paró y miró hacia atrás, vió a King esperando en la puerta, a que se vaya. Luego, Ryo volteó a vernos.

- Creo que me voy a quedar...

- ¡¿QUEEEE?! - Yuri expresó con susto en la cara.

- ¡Adelante Sakazaki! ¡Tu puedes! - Le dí unas palmadas en el brazo, a través de la ventanilla del auto.

- Entonces, ¿Nos vemos mañana? - Le preguntó Robert a Ryo.

Ryo le sonrió, luego se inclinó y se apoyó en la ventanilla junto a Yuri.

Ryo estiró el brazo y alcanzó a Robert pellizcándole la mejilla. - Pero no toques a mi hermanita. ¿Entendido?

- ¡Jokai! ¡Jokai! - Robert se sujetó la mejilla.

- ¡Hasta mañana! - Le dije a Ryo guiñándole el ojo. Ryo me sonrió de vuelta y luego se alejó del auto.

Ryo entró al hotel en compañía de King. Ahora si, no sé lo que habrá pasado, pero supongo que fue algo bueno. Espero que Iori regrese pronto, lo extraño y ya ansío poder acariciarlo otra vez.

- ¿Te llevamos a casa, Kyo-kun? - Preguntó Robert con tono pícaro. Comencé a reír.

- Sí, llévenme a casa. - Decía con la risa en mis costillas. ¡AAY, Iori¡ ¿Dónde estás?

Llegué a casa y entré, me di cuenta que algo hacía falta. Mi casa estaba muy vacía, realmente me hacía falta la presencia de Iori. Entré a mi cuarto y me asomé por la ventana, viendo la Luna, pues es la única compañía que tengo por el momento. Suspiré y cerré mis ojos, añorando los momentos que pasé con Iori. ¿Cuándo regresarás? Me preguntaba. Me dirigí hacia mi cama. De pronto vi mi almohada y en ella estaba asentada una rosa roja. La tomé entre mis manos y supe que Iori había regresado. Me acosté abrazando la rosa que encontré y me dormí con el sueño de que mañana lo vería otra vez.

La Luna iluminó mi habitación a través de la ventana y su luz me arrulló en la oscuridad. Esa noche soñé con el cuerpo de Iori junto a mí, y que al día siguiente lo vería después de tanto esperar.

Fin del capitulo 5

[Capítulo 6: Light My Fire] a IorixKyo Archive]

Todos los personajes pertencen a SNK
"El Rojo y El Purpura" pertenece a Ikyori Yagami &
IorixKyo Archive
Escrita por Irene Martínez (Ikyori Yagami)
Noviembre 2000

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