Fanfic por Ikyori Yagami
El Rojo y el Púrpura
Capitulo 4. - Fiesta para dos
El torneo ha terminado al fin. Salimos victoriosos, de nuevo hemos sido los mejores.
Esta noche celebraremos la victoria en casa de Benimaru. Los preparativos, platillos de manjares y diversas bebidas están disponibles para toda la noche. Los invitados: Todos los participantes de este año.
La casa de Beni es muy grande. Él como la estrella famosa que es tiene todo lo que cualquiera desearía.
La noche cae lentamente y las luces de la ciudad se van encendiendo. La fiesta va a comenzar dentro de unos pocos minutos y los participantes han comenzado a llegar.
- Goro, abre la puerta, por favor - Grita Benimaru, quien arregla los últimos detalles de la recepción. El y yo acomodamos los platos de la mesa principal, una gran mesa donde todos podríamos caber.
- Pasen, pasen, están en su casa. - Goro es rudo usualmente, pero esta noche es el hombre más cortés del vecindario.
- Buenas noches, Daimon-san. Creo que somos los primeros en llegar ¿no es así? - King ha sido desde siempre muy elegante y hermosa, una dama puntual y ha llegado en compañía de Mai, Andy Bogard y de Yuri Sakazaki.
Mai como siempre, toda una mujer sensual, en compañía de su prometido Andy, que por cierto, no está tan mal. Si Iori me escuchara de seguro me estaría tratando de matar, je, je, je, je.
Yuri es la niña traviesa de papá Sakazaki, alegre, vivaracha, graciosa. Entiendo perfectamente porqué Robert ha estado enamorado de ella toda su vida. El amor es de por sí algo difícil, sobre todo en mi caso, nadie sabe nada aún, excepto Benimaru y Yuki...
- Pst, Kyo... pst... - Benimaru parece no molestarle mi relación con Iori.
- ¿Nani?
- ¿Crees que Yagami-san venga a la fiesta? - Benimaru susurra cerca de mí para que nadie lo escuche.
- No lo sé... y si viene no podré estar junto a él. - Susurro despacio para evitar oídos ajenos.
- ¡Hey! Kyo... - Vuelve a llamarme Benimaru y susurrando de nuevo me pregunta: - ¿Cómo es Iori en la cama? - Mi reacción fue escupir todo el vino que estaba probando en ese momento, sentí que toda mi sangre se fue a la cabeza y me sonrojé terriblemente.
- ¡Beni ¿Qué cosas preguntas?! - Todos los que habían llegado en ese momento voltearon a ver. Benimaru se reía de mi situación y yo trataba de calmar mi sonrojo.
Todos llegaron a tiempo a la fiesta, la música y la bebida corrían por toda la casa. Todos con pareja, bailando y moviéndose al ritmo de la música. Leona no parecía estarse divirtiendo, hasta que Benimaru la sacó a bailar.
Nunca había visto a Leona reírse de esa manera, definitivamente, Benimaru podía arrancarle una sonrisa a la chica más triste que existiera en el mundo.
- ¡Eh, Kyo! ¿No vas a bailar? - Benimaru se acercó llevando aún el ritmo de la música en sus piernas.
- ¿Creí que estabas bailando con Leona? - Pregunté sonriente.
- Si, lo estaba, esa chica es pura dinamita, pero lamentablemente cambió de pareja en un inesperado calabaceado.
- ¿Y quien está bailando con ella ahora?
- El mejor bailarín que jamás he visto en toda mi vida.
- ¿Quién?
- Velo tu mismo...
Alcé la vista y comencé a buscar a Leona entre todos los que estaban bailando. Vi a Terry y a Mary que bailaban sujetos de una mano, Terry le daba vueltas y Mary giraba con el ritmo. Detrás de ellos alcancé a ver el particular color del cabello de Leona. Ella se movía de una manera diferente a la que estaba bailando con Benimaru. Sus movimientos eran guiados de manera más sensual. Todos los miraron e hicieron un círculo alrededor de la pareja. Ralf y Clark no podían creer lo que veían. El hombre que hacía que Leona se moviera de esa manera, no era otro mas que Iori Yagami. Leona seguía a la perfección los pasos de Iori. La tomaba de la mano empujándola hacia atrás y luego la jalaba de regreso, daba una vuelta, luego la agarraba de la cintura, la pegaba a su cuerpo y la dejaba caer hacia atrás.
Yo solo me quedé viéndolo a él, se veía muy bien con ese traje negro que se puso, tan ajustado que dejaba ver la forma de su espalda y su cintura tan delgada. Estaba embelesado con su imagen. De pronto una mano se cruzó enfrente de mi cara y me tronó los dedos.
- Kyo, despierta, te van a ver.
- ¿Eh? Lo siento...
- Tonto te van a descubrir si te quedas viéndolo así.
- Hey no lo pude evitar, Es que se ve muy bien.
- Si es cierto... Te envidio Kyo, je,je.
- Cállate Beni...
El baile terminó y Leona dejó de bailar, Ralf y Clark se reunieron detrás de ella, preguntándose dónde había aprendido a bailar.
Todos aplaudieron a la pareja, pues la actuación fue estupenda.
Iori desapareció de la vista de todos, yo lo buscaba impacientemente, pero no encontraba ni una pista de él.
- ¿Buscas a alguien, Kusanagi-kun?
- ¿Athena?
Athena Asamiya es una de las mejores amigas de Yuki. Al verla sentí que la piel se me erizó, por el temor de que ella supiera algo.
- Parece que buscas algo o a alguien ¿ne?
- S... si, busco a... a Benimaru. ¿Lo has visto de casualidad?
- No... Pero, ahí está Iori - Toda mi cara se calentó al pensar que ella lo sabía todo. - No quiero que los dos armen un pleito en está fiesta ¿me escuchaste? - En ese momento sentí que el ritmo de mi corazón bajó de repente y me sentí aliviado. Entonces me agarró la mano con fuerza y me jaló dirigiéndome hasta donde estaba Iori parado.
- ¡Yagami-kun!
Iori alzó la vista y sus ojos dejaron ver una expresión de susto al ver que me acercaba con Athena.
- Athena, no hagas eso.
- Tengo que asegurarme que ustedes dos no van a pelear esta noche. - Athena tenía una expresión seria, todos mis músculos se tensaron ante la idea de lo que iba a suceder. Iori se reincorporó y cruzó sus brazos tomando una posición defensiva. Su mirada casi perfectamente disimulaba rencor hacia mí, pero había algo que dejaba notar la alegría de verme.
- Yagami-kun, he traído hasta aquí a Kyo para asegurarme que ustedes dos van a estar tranquilos esta noche y para eso yo voy a ser testigo de una tregua que van a pactar en este momento ¿Ne?
Iori se aparragó de nuevo en la pared y una sonrisa burlona apareció en sus delgados labios.
- ¡Jum! Me haces gracia como siempre Asamiya, dime por qué he de aceptar esa tregua.
- Bien, esta noche es especial para todos, ha terminado el torneo y todos estamos hartos de las peleas, y solo ustedes son los únicos que se agarrarían a golpes donde estuvieran y para evitarlo yo misma me propuse mantenerlos a raya. - Athena hablaba seriamente y Iori la miraba con ira, como siempre ha mirado a todos.
- Es inútil Athena, no va a aceptar. - Traté de darme la vuelta pero Athena me agarró del saco y no me soltaba.
- No seas cobarde Kusanagi-kun, dale la mano y te podrás ir. Athena me miraba con el ceño fruncido y todos estaban atentos a lo que fuera a pasar. De pronto vi una mano extendida hacia a mí, alcé la vista y vi a Iori dándome la mano para hacer la tregua. Tarde unos segundos para reaccionar, luego sonreí de manera despectiva y le di mi mano. Sentí la calidez de su mano otra vez y sentí ganas de abrazarlo y besarlo, sus dedos me acariciaban disimuladamente y sus ojos me miraban fijos, sin moverse.
- Trato hecho, tu ganas Asamiya. - Esas fueron sus palabras. Athena sonrió y luego me pidió que yo la sacara a bailar.
Estuvimos bailando largo rato, Iori sacó a bailar esta vez a King. Yo trataba de disimular mis sentimientos, pero no podía evitar el mirar a ver a cada rato lo que hacía Iori. Athena parecía no darse cuenta de lo que hacía. Hasta que de pronto me dijo:
- Iori-kun es muy guapo ¿ne?
- ¿Eh?... Bueno, la verdad es que no me importa. - Hice como si él no me importara y seguí bailando con más ánimo.
- Ji, ji, - Rió Athena inocente y graciosa. - Tu también eres muy apuesto Kyo-kun, no me equivoco al decirte que todas las chicas del colegio se te quedan viendo cuando te ven pasar, llamas la atención de cualquiera... ¿y sabes que?... A mí me gustas mucho Kyo.
- ¿En serio? - Es la primera vez que Athena me dice algo así, todos mis pensamientos se bloquearon en ese momento, no sabía que hacer.
- Pero me di cuenta de que tu y yo no podemos estar juntos, tu corazón... le pertenece a alguien más. ¿No es así, Kyo-kun? Por eso terminaste con Yuki.- Athena levantó su dulce rostro y me sonrió sinceramente.
- Pero no importa, estoy feliz de que nos llevemos tan bien. No te preocupes por mí y has lo que debas hacer.
Le sonreí a Athena y le agradecí lo que hizo. Dejamos de bailar y yo me perdí de todos, buscando un lugar solitario. Subí al segundo piso donde no había nadie y salí al balcón de una habitación en la gran casa de Benimaru, que de hecho no parece casa, parece mansión. El balcón era grande y era iluminado con el tenue brillo de unos candelabros que adornan la habitación. El aire era fresco, agradable y la Luna brillaba intensamente. Cerré mis ojos y dejé que el viento me acariciara el pelo.
- ¿Esperas a alguien, Kyo? - La voz sonó íntimamente familiar.
Se acercó a mí y me rodeó con sus brazos, besó mi cuello y apoyó su cabeza en mi hombro.
- ¿Cómo me encontraste? - Pregunté sin moverme.
- Vi que subiste, dejé a King con Ryo y te seguí. - Su voz sonaba diferente, era mas profunda y cariñosa.
- ¿Que te pareció el show que nos armó Athena? - Mi voz le susurra en el oído, mientras le beso el cabello.
- ¡Ja! Muy oportuno de su parte. Debo agradecerle que lo haya hecho, pero ya deseaba este momento.
Iori volteó la cabeza y me besó. De nuevo pude sentir sus labios tan dulces y su lengua serpenteando dentro de mi boca, rozando y acariciando la mía con sabor a vino.
- Me encantó verte bailar con Leona. ¿Cómo le haces para moverte así?
- Es fácil... solo la tomé de la cintura y moví mis pies así. - Iori me agarró de la cintura y me acercó a él, movió sus caderas y sus pies y comenzó a bailar conmigo con la música que se escuchaba a lo lejos, apoyó su cara con la mía y bailamos despacio, con el romance rodeándonos por doquier. "Quisiera quedarme así toda mi vida, bailando contigo". Iori comenzó a tararear una canción, aceleraba el paso y se detenía lentamente como las olas del mar para luego retomar el paso y dar vueltas a lo largo y lo ancho del balcón. A la última vuelta se detuvo y me echó para atrás como lo hizo con Leona, sentí sus labios pegarse en mi pecho y lentamente me levanté, sus manos subieron hasta mi cuello y me atrajo hacia sus labios otra vez. Un beso apasionado y salvaje que mordía mis labios con furia, hizo que me dejara llevar, entramos al cuarto y nos dejamos caer en la cama. Momentos después, yacíamos los dos recostados, uno en los brazos del otro, conversando, recordando cuando los dos éramos fieros enemigos y nos unimos para derrotar a Orochi.
- Ese fue el momento en que me di cuenta de lo que sentía por ti, Kyo. - Sus palabras eran sinceras y sus caricias me aseguraban que sus sentimientos hacia mí eran verdaderos.
Lo abracé más fuerte.
- Debemos regresar a la fiesta, o si no todos pensaran mal y nos descubrirán. - Me levanté y comencé a vestirme. Iori me miraba disfrutando verme desnudo con la luz de los candelabros, aún estaba recostado en la cama. Luego se acomodó en la orilla de la cama y se sentó. Me jaló de la cintura, me acercó de nuevo a él y besó mi pecho, que estaba a la altura de su cabeza.
- Nadie se dará cuenta de que no estamos, puedes creerme. Vamos a quedarnos más tiempo y después bajaremos.
- Por favor Iori. Todos están abajo y si nos descubren van a haber problemas. - Iori retrocedió un poco para mirarme a los ojos, estaba molesto. Me soltó y se vistió, me quedé mirándolo mientras se vestía, después salió del cuarto y azotó la puerta. Realmente estaba muy molesto.
Terminé de vestirme y bajé, Benimaru me vio y se acercó a mí.
- ¿Qué pasó? ¿Dónde estabas? - Benimaru me susurraba para no llamar la atención de los demás.
- Estaba arriba con Iori. - Le contesté.
- ¡¿Qué?! ¡Donde hayas ensuciado mi habitación, tú vas a lavar mis sábanas!
Miré a ver a Beni, la risa me ganó y me apoyé en su hombro para calmar mis carcajadas.
- ¿Qué te da tanta risa, Kusanagi-san? - Gritó Kim desde donde se encontraba mientras se acercaba a hacernos plática.
- Nada, Kim es solo que Beni y yo... - No se me ocurría nada, que podría inventarle para que no se enterara.
- Kyo y yo estábamos recordando algo que nos pasó hace mucho y nos causó mucha risa. - Benimaru, rescató el momento, ahora esperábamos que no preguntara que fue lo que pasó.
- Ah bueno, pero algo quería platicar contigo Kyo. - Kim sonreía pero parecía que lo que me diría sería algo muy serio. - Es sobre el día en que te enfrentaste a Yagami. - Mi risa se apagó y mi expresión cambió, la piel se me erizó y sentí un ligero peso en mi estómago, tragué saliva y comencé a sudar.
- Ah, sí. - Dije con nerviosismo. - ¿Qué... pasa?
- Quería saber que fue lo que te pasó en el ring. Tenías a Yagami a tu merced, prácticamente tenías la pelea ganada.
- Eh... yo no... no sé, fue algo que me hizo dudar... pero no se que fue. - Jokai, mi explicación no fue muy inteligente de mi parte lo admito. Ahora le creé un enredo a Kim y el se dará cuenta de mi secreto.
- Por si no te diste cuenta, Kaphwan, mis manos sujetaban el cuello de Kusanagi, por lo que sí él trataba de golpearme yo le hubiera roto el pescuezo de un solo apretón. - Iori apareció por atrás de Kim, dando esa explicación muy lógica.
- Ah, entonces eso fue lo que pasó. Ya me decía yo que Kyo no se dejaría vencer tan fácilmente. - Kim parecía convencido de la explicación que Iori le dio.
- Que les parece, si nos escapamos los cuatro de esta fiesta y nos vamos a celebrar en otro lado.
Benimaru parecía que se traía algo entre manos.
- No sería mala idea. - Contestó Iori.
- ¿El señor Yagami piensa en la diversión? Eso no me lo pierdo. ¿Qué dices Kyo? ¿Vienes? - Kim me preguntó y yo no sabía que contestar.
- Vamos Kyo, será divertido. - Benimaru me hacía señas con los ojos y me señalaba a Iori con su mirada.
- Oh, de acuerdo, iré con ustedes. - No estaba seguro de ir, pues Iori parecía estar molesto todavía, por lo que sucedió arriba.
- Voy por el auto, acompáñame Kim, a ustedes los veré en la puerta. - Benimaru se abrió paso entre la
multitud y Kim lo siguió. Iori y yo nos fuimos a parar en la puerta esperando a que Beni nos recogiera.
Iori y yo estábamos solos en la puerta.
- Iori, yo quería disculparme. Realmente quería seguir contigo, pero me puse a pensar en que todos estaban ahí abajo y me dio miedo...
- Shh... Kyo, no hace falta que te disculpes. Pero debes pensar en lo que hacemos y que no siempre vamos a estar escondiéndonos. - Iori no me miraba, sin embargo sus palabras eran sinceras y verdaderas. - No siempre vamos a estarnos ocultando de lo que somos. - Iori me tomó la mano discretamente pues todos estaban en la fiesta, pero a mí ya no me importó y apoyé mi cabeza en su hombro. Iori besó mi cabeza y luego nos separamos. Por suerte nadie vio lo que hicimos, y si alguien lo vio habrá pensado que ya estábamos borrachos.
- ¡Hey! ¡Vamos! - Benimaru nos gritó desde el auto. Él conducía y Kim iba en el asiento delantero junto a él. Nos subimos al asiento trasero y nos largamos de la fiesta sin decirle a nadie.
- Oye Kim, ¿Qué pasó con Chang y Choi? Siempre los veo contigo, por que hoy no los trajiste. - Beni le preguntó a Kim muy interesado en lo que diría. Benimaru estaba tramando algo muy raro.
- No los traje por que están castigados, por así decirlo, no quisieron entrenar el día de hoy y los encadené a las columnas de mi casa. - Kim solía ser muy despiadado con los pobres de Chang y Choi.
Durante todo el camino al bar, Iori me estuvo acariciando la pierna, lo estaba haciendo por pura maldad. Sabía que me moría de ganas de besarlo y no me podía mover por que Kim estaba con nosotros.
Llegamos al bar y entramos.
- Benimaru... ¡¿QUÉ CLASE DE BAR ES ÉSTE?! - Le grité a Beni, cuando todos vimos el ambiente del lugar.
- Calma Kyo, este es uno de mis lugares favoritos, pensé que sería divertido experimentar algo nuevo para ustedes. - Beni me sonreía y me señalaba con sus ojos azules a Iori. Ahora voy entendiendo su plan, pero, ¿cómo deshacernos de Kim?
- Bueno... no se ve tan mal el lugar. - Se adelantó Iori, viendo alrededor.
- Tienes razón, además venimos a divertirnos. - Eso me extraño mucho de Kim, normalmente él se escandalizaría de la situación, pero Kim ya tenía unas cuantas copas encima y Beni se aprovecharía de eso.
Buscamos una mesa adecuada y nos sentamos. Pasamos largo rato tomando y platicando de cosas personales, Iori casi no dijo nada, pues a él no le gusta decir nada personal enfrente de los demás. Risas y miradas soñolientas se veían y escuchaban por parte de Kim, Iori se acercaba a mí poco a poco. Nos dimos cuenta de que Kim estaba completamente borracho y que sus actos ya no eran del "defensor de la justicia", como siempre nos había mostrado, esta vez ya estaba hablando de sus problemas con su esposa y cosas íntimas con Benimaru, de vez en cuando los dos se reían juntos y sabía que Benimaru le estaba coqueteando a Kim. Iori y yo solo los veíamos, Hasta que Kim cayó. Benimaru ya había pasado su brazo por detrás de Kim y le acariciaba la nuca, jugando con su cabello. Iori y yo solo escuchábamos su platica.
- Así que ya no sabes que hacer con tu esposa. - Benimaru hablaba con Kim, muy cerca mientras le acariciaba el pelo y miraba los labios de Kim que se movían mientras hablaba.
- Estoy harto de que siempre quiera que yo dé el ejemplo de un hombre justo, casi no estoy con mis hijos por estar entrenando a Chang y a Choi, todo para que ella les diga a mis niños que soy el mejor hombre que existe en la Tierra. - Kim no sabía lo que decía, el licor le nublaba las ideas.
- ¿Y en cuanto al sexo? - Beni está yendo muy lejos, con la plática. - ¿Cómo es el sexo con tu esposa?
- Hace mucho que ella y yo no tenemos relaciones, por que no quiere embarazarse otra vez.- Contestó Kim un poco molesto.
- ¿Y no han probado con anticonceptivos? - Benimaru no dejaría que Kim se le escapare esta noche.
- No. Ella cree que solo le harán daño y tampoco deja que yo los use. - Kim está muy decepcionado de su esposa eso es visible cuando esta borracho.
- Eso si es cruel... pero no has intentado... con otra persona. - Beni tomó un pequeño sorbo de su vaso mientras miraba la reacción de Kim.
- ¿Una amante? No creo poder engañar a mi esposa con otra mujer, además tendría que tener mucha confianza con ella para poder hacerlo. - Kim aún no se daba cuenta de que Beni le coqueteaba descaradamente.
- No precisamente tiene que ser una mujer, para que tengas amoríos fuera de tu matrimonio. - Benimaru le sonreía mientras tomaba otro trago.
- Igualmente, tendría que tener mucha confianza con él. - Oh, Oh. Kim ya le dio alas a Benimaru. Miré a Iori y éste me contestó con su mirada. Sea lo que sea que esté tramando Benimaru, le está funcionando y muy rápido.
- ¿Y tú no me tienes confianza? - Benimaru se acercaba lentamente a la boca de Kim
- Si, si, claro que confío en ti... - Kim está muy borracho y no es responsable de sus actos, por lo cual se está dejando llevar.
- Entonces... no hay ningún problema. - Benimaru sujetó la barbilla de Kim con delicadeza y se inclinó un poco para besarlo.
- Oh si, hay un gran problema... - Kim respondió en voz baja, casi susurrando y mirando fijamente los ojos azules y brillantes de Benimaru.
- No importa...
Iori y yo nos quedamos pasmados de la escena, no podíamos creer que Benimaru haya logrado algo con Kim.
Solo veíamos como Benimaru sujetaba la nuca de Kim con sus dedos y este ya no sabía que hacer con Benimaru, solo sabíamos que Kim lo estaba disfrutando.
- ¿Crees que debemos dejarlos solos? - Me susurró Iori al oído.
- ¿Dejarlos solos? - Le pregunté con preocupación. - ¿Qué propones?
- Llevémoslos a casa y luego nos vamos tu y yo a la mía y no seguimos divirtiendo.
- Ya casi amanece, ¿crees que tengamos tiempo?
Iori miró alrededor y vio que todo el bar ya casi estaba vacío.
- Ven a mi casa. - Iori tomó mi rostro con sus manos y me besó. Yo miré a ver a Kim y vi su expresión, Benimaru se estaba aprovechando de él, pero Kim ya estaba muy borracho y no estaba consiente de lo que le hacían.
- Beni - Le hablé. - Beni.
- Hey - Contestó soltando a Kim, este estaba embelesado con la sensación de los besos de Benimaru.
- Nos vamos a casa en taxi y ten cuidado con lo que estas haciendo. - Le advertí a Beni con expresión seria.
- Esta bien, Kim estará a salvo conmigo, no te preocupes. - Benimaru tenía abrazado a Kim quien estaba cayendo en sueños.
- No lo creo, pero allá tú.
Iori y yo salimos del bar y tomamos el taxi. Al llegar a su casa vimos las luces prendidas.
- Pensé que vivías solo. - Le dije.
Iori abrió la puerta y entró, yo me quedé afuera oculto entre las plantas de su jardín, junto a la ventana me quedé parado y aceché para ver que pasaba. Lo que vi fue a Iori parado frente a alguien que tenía el mismo porte que él. Iori tenía la cabeza baja y el otro hombre le sujetaba el hombro con su mano llena de anillos. De pronto Iori levanto la cabeza y le empujó la mano para que lo soltara, se dio la media vuelta y se apartó del hombre. Aquel hombre era su padre y parecía estarle hablando de algo que lo molestara mucho. Largo rato estuvieron hablando y luego, el padre de Iori se fue azotando la puerta.
Esperé a que desapareciera y llamé a la puerta. Abrí pues no tenía seguro y entré. Caminé hasta la sala y vi a Iori sentado apoyando sus codos en sus rodillas y con la cabeza baja. Me acerqué y me arrodillé junto a él.
- Iori ¿Qué pasa? ¿Qué te dijo? - Le pregunté mientras acariciaba su pelo.
- Mi padre se enteró de que estoy saliendo con un hombre y vino a preguntar quién es, pero si le digo que eres tú tratará de matarte... y a mí también. - Iori tenía una mirada melancólica pero estaba igualmente furioso.
- ¿Quieres que me vaya? - Le pregunté.
- No, no te vayas, te necesito... aquí conmigo. - Sus brazos se extendieron hacia a mí y me apretaron con fuerza. Sentí que sus brazos se aflojaban lentamente y me di cuenta de lo cansado que estaba. Subimos al cuarto y lo ayudé a desvestirse, hice lo mismo pero lo dos estabamos muy cansados y nos dormimos abrazados.
Al día siguiente me levanté, preparé el desayuno y lo serví en el comedor. Iori bajó minutos después. Estaba muy callado pero no le hice ninguna pregunta para no incomodarlo. Luego me fui, hoy es día de escuela, pero no fui, era tarde y no alcanzaría mis clases, así que fui a casa.
Llegué y vi el auto de Beni en la puerta. Entre, me dirigí a mi cuarto, abrí la puerta y me encontré a Benimaru y a Kim en mi cama, salí un poco espantado y sonrojado y me recosté en el mueble de la sala. Creo que me dormí un rato más, hasta que alguien me despertó.
- Kyo... Kyo. Oye, despierta - Abrí los ojos lentamente y vi la cara de Kim enfrente de mí.
- Uh... Hola Kim ¿Cómo estuvo tu noche? - Pregunté mientras me reincorporaba.
- ¡Cielos! ¿En que lío me he metido? ¿Qué voy a hacer ahora?- El tono de Kim era realmente preocupante.
Apoyaba su cara en sus manos y agitaba la cabeza para aclararse la vista.
- Déjame preguntarte algo ¿Por qué lo hiciste Kim?- Lo miré fijamente y él levantó la cara.
- Estaba borracho y ahora no sé que me pasa. - Incluso para él esto le resultaba muy extraño.
- Dime Kim, ¿Te gusta Benimaru? - Pregunté para ayudarle a aclarar su cabeza, pero en vez de eso lo confundí más.
- No sé. Pero es que yo tengo familia y una reputación impecable y lo que hice anoche no lo puedo remediar y se quedará siempre grabado en mi mente. - Kim parecía arrepentido de lo sucedido. - Pero... por sentir de nuevo esa sensación...
- Kim, ¿te das cuenta de lo que dices? - Lo miré preocupado. El hombre tiene hijos y una esposa bellísima.
- No sabes en que clase de vida te estás tratando de meter.
- Si tú puedes hacerlo Kyo ¿por qué no habría de hacerlo yo? - Kim me miró serio, parece que ha tomado una decisión
- ¿Cómo lo...? - Me quedé un rato mirándolo y luego le dije: - Es tu vida Kim, pero como lo dijiste antes: Tienes una reputación impecable, ¿no importa si se pierde? Pero y tu esposa... y tus hijos. ¿Qué clase de vida tendrán ellos?
Kim se quedó un rato más pensando. Mis palabras parecen hacerlo reflexionar.
- Dime una cosa Kyo, ¿Cómo es tu relación con Yagami? - Mi respuesta tiene que convencerlo de su decisión, pero no puedo mentirle.
- Es... bastante difícil, sobre todo cuando se supone que somos enemigos y que nuestras familias son rivales. Vivimos con la muerte a nuestras espaldas y con el miedo de que algo le pase al otro.
- Realmente se la juegan ustedes dos. - La mirada de Kim cambió, ahora era más clara y parecía entender mi situación.
- Escucha Kim, tú eres el hombre que nunca ha caído en las tentaciones y en la corrupción. Mas vale que sigas así, olvida lo que pasó anoche y regresa con tus hijos. No los decepciones y sacrifica tu felicidad por ellos. - Mis palabras brotaron desde lo más profundo de mi corazón. No quería que nadie más viviera lo que yo estoy viviendo.
- Te agradezco Kyo, realmente eres un buen amigo, ahora entiendo por que Benimaru te estima tanto. -
Kim bajo la cabeza, respiró profundo y el silencio nos rodeo a ambos. Aún seguía pensando en lo que le dije. Pensaba en sus hijos, en lo que podría pasar si ellos se enteraran de que su padre, el hombre perfecto, tuvo amoríos con un hombre. Que gran desilusión sería para los pequeños Dong y Jae.
Momentos después, Kim regresó a casa. Tal vez algún día logre compensar lo de anoche, para él es un gran cargo de conciencia.
Después de que se fue, subí al cuarto y Benimaru estaba sentado en mi cama. Su cabello rubio caía sobre sus hombros anchos y su torso desnudo y blanco brillaba con la luz del sol.
- ¡Ah! ¡Buenos días Kyo-kun! - Beni se veía muy alegre.
- Hola Beni. - Le sonreí de vuelta.
- ¿Dónde está Kim-san? ¿Lo has visto? - Beni aún no sabe que él ya se había ido.
- Se fue... y no va a regresar. - Le dije mientras levantaba las almohadas que se encontraban en el suelo.
- ¿Qué quieres decir? - La sonrisa de Benimaru desapareció y me miraba cuestionante.
- ¿Qué te pasa Beni? ¿Por qué te aprovechaste de él? Sabes muy bien que Kim tiene una familia a la que debe cuidar y tú lo trajiste aquí y le hiciste el amor en mí cama. - Mi tono era áspero y estricto, Beni me miraba con expresión de susto.
- Yo no te reclamé tanto cuando me dijiste que estuviste con Iori en mi alcoba. - Beni trató de defenderse.
- ¡Eso no viene al caso! - Le grité con ira. - ¿No te das cuenta del daño que le ocasionaste?
Benimaru bajó la cabeza y comenzó a llorar.
- No eres el único que tiene necesidad del amor de otra persona. Kyo tu me gustabas y te fuiste con Iori. -
Beni me miró y sus ojos dejaban ver su frustración. - Abandonaste a Yuki, la hiciste sufrir, no sabes cuanto lloró y yo de estúpido tratando de consolarla. Y a mí ¿Quién me consoló? - Me acerqué a Benimaru, me incliné junto a él, le puse mi mano en su hombro y me senté junto a él. Beni se apoyo en mi pecho para calmarse.
- Lo siento, Beni... realmente lo siento. - Lo abracé y apoyó su cabeza junto a la mía.
Su cabello despedía un olor peculiar y volaba con el aire que entraba por la ventana, acariciándome, de pronto sentí algo húmedo sobre mi cuello que fue subiendo poco a poco, alcanzó mi oreja y pasó a besar mi mejilla, me alejé y vi a Benimaru a los ojos.
- ¿Qué estás haciendo? - Le pregunté en voz baja.
Benimaru no me contestó, estaba como en trance, perdido en el oscuro color de mis ojos. Se acercó y pegó despacio contra mi boca. Cerré los ojos y disfruté el beso delicado de Beni.
- Mmph... - Sonó un pequeño suspiro y eso me despertó del trance. Me alejé y Beni me miró decepcionado.
- Lo siento, no puedo... - Le dije bajando la mirada.
- Entiendo... - Beni suspiró y se volteó hacia el espejo, luego se levantó, dejando caer la sábana que le cubría las caderas. Fue hacia el espejo y miró fijamente su figura. Miré el cuerpo desnudo de Beni y me llamó la atención su perfección, su espalda, su cintura tan delgada, su trasero tan carnoso y blanco y sus piernas largas y firmes, cualquiera desearía tener a Beni en sus brazos. Pero yo tenía a Iori.
- Mírame, Kyo-Kun. Tantos años manteniendo fresca mi piel y perfeccionándola con el ejercicio, aún con las batallas mi belleza no se ha perdido y todo fue por ti, soy así por ti. - Beni se volteo y caminó hacia a mí, tomó mi rostro entre sus manos, me beso de nuevo y luego se alejo. Tomó sus ropas, se vistió y se fue. Yo no le dije nada, simple y sencillamente no sabía que decirle. Recosté mi cabeza entre las almohadas y mis sábanas, las apreté entre mis manos y sentí la esencia, el olor de Benimaru. Ahora deseaba a Benimaru, tenerlo solo para mí, pero no me dejaría llevar. Escondí mi cara entre mis sábanas y me tranquilicé con el olor de Beni, mis deseos se calmaron después de haberme imaginado a Benimaru entre mis brazos acariciándome y hablándome en el oído.
¿Qué me pasa? ¿Por qué ahora me siento así?
Terminé de nuevo agotado y me dormí otro largo rato. Mientras pensaba en Iori y en Benimaru, el sueño vino a mí alejándome de todo, relajándome entre sueños y olvidando por el momento lo sucedido en la fiesta de anoche y en esta mañana. Solo deseo descansar un poco de todo y mañana volver con mi vida, como lo he hecho todos los días.
Fin del capitulo 4
Continúa...
[Capítulo 5: Bésala] a IorixKyo Archive]
Todos los personajes pertencen a SNK
"El Rojo y El Purpura" pertenece a Ikyori Yagami &
IorixKyo Archive
Escrita por Irene Martínez (Ikyori Yagami)
Noviembre 2000