Fanfic por Ikyori Yagami
El Rojo y el Púrpura
Capitulo 3. - Encuentro
Toda la tarde ha estado lloviendo. Estoy harto de estar parado aquí junto a la ventana viendo a la gente correr para refugiarse de la lluvia. Estoy solo en mi habitación en el hotel; ni Goro, ni Benimaru han venido a visitarme desde que terminé con Yuki... ¿Qué estará haciendo Yuki en estos momentos?... Pobre, no pensé en el daño que le he ocasionado, solo pensé en mí... y en Iori.
* * *
Estoy solo, caminando por las calles, bajo la lluvia, mojándome, sintiendo la frescura de las gotas que caen sobre mí. Miro a la gente pasar, y espero a que las calles queden vacías. No me gusta la gente, no me gusta el ruido de la ciudad, quisiera que toda la gente desapareciera a mí alrededor, para estar solo... solo con Kyo.
* * *
Estoy recostado sobre mi cama, viendo hacia la oscuridad de mi habitación, ya es de noche y estoy esperando a que llegue mi amante.
Oigo pasos afuera de mi habitación, se detienen, me levanto con anticipación para verlo entrar, pero los pasos vuelven a su marcha y se van, dejándome con ansias inquietas. Vuelvo a recostarme y siento que el sueño me acaricia, me resisto al sueño.
Suena el reloj, son las doce de la noche ¿Cuántas horas llevo esperando?
El sueño me sigue llamando y pensando que no vendrá, cierro los ojos y me dejo llevar.
* * *
Sigo caminando por las calles, ya es de noche y ha dejado de llover, estoy casi seco, pero mis ropas y mi piel están heladas, solo deseo llegar y que el calor de mi amante me abrigue toda la noche.
Llego al hotel, el recepcionista me recibe con rostro somnoliento y sonriente, pido las llaves y me dirijo al elevador, con sorpresa y desagrado veo que el elevador ha dejado de funcionar. Me dirijo a las escaleras, comienzo a subir y cada escalón aumenta mi deseo de abrazar a mi hermoso koibito {amante}. Siento que la escalera se alarga más y más a cada paso que doy. El aire acondicionado a enfriado mi pecho y comienzo a temblar por el frío. Por fin llego al 4° piso, me detengo a observar el pasillo y miro hacia el fondo donde se encuentra el cuarto, camino derecho temblando ahora por mis nervios que han revuelto mi estomago, mis manos congeladas por el clima ahora comienzan a sudar y mi corazón late más rápido, suspiro unas cuantas veces imaginando el cuerpo de Kyo desnudo esperándome en la cama, acelero el paso hasta que llego a la puerta, saco la llave, la introduzco en la cerradura y abro la puerta con suavidad.
El cuarto está oscuro y las ventanas están abiertas, aún así el ambiente es cálido y acogedor. Atravieso el pasillo de la entrada y trato de observar a través de la obscuridad. Logro visualizar la cama gracias a la luz de la Luna que entra por una de las ventanas. Me acerco despacio, me paro junto a la cama y veo a mi amante dormido. Me quedo observándolo un largo rato, adorando su belleza, la forma en como cae su cabello encima de su rostro, sus largas pestañas adornando sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos que susurran entre sueños mi nombre. Me inclino y me siento en la cama, despacio para no despertarlo, extiendo mi mano y le acaricio el rostro, pero algo lo perturba, un pequeño salto y lo despierta, lentamente abre sus ojos y me mira, parpadea y me sonríe.
- Me asustaste Iori, sentí tus manos heladas.- Se reincorpora y se sienta en la cama detrás de mí.
Con cariño toca mi espalda y me ayuda a desvestirme. - Estas frío, vas a enfermarte si no te cambias de ropa.
Sus manos son cálidas contra mi espalda, cierro mis ojos y siento sus caricias tocándome. Poco a poco me caliento y voy recuperando mi temperatura. Me volteo mirar a Kyo y veo como se saca su camisa de una forma que cubre su rostro y deja su torso desnudo, mis deseos se hacen más fuertes y me lanzo a besarle el pecho, Kyo retrocede y comienza a reírse, cayendo de espaldas en la cama. Su risa es apagada con mis besos, mi pecho aún está algo frío y eso lo desconcentra y se comienza a reír de nuevo. Lo abrazo y hundo mis labios en su cuello para seguir haciéndole cosquillas, y en ves de eso me contesta dejando salir un suspiro de placer junto a mi oído, levanto mi rostro y sus manos apartan de mi cara el cabello que cae por delante de mí rostro.
- Te he extrañado.
- Ai shiteru {te amo}, Kyo...
La noche se hace mas corta y yo deseo que nunca termine. Mis manos se han calentado con el calor del cuerpo de mi amante Kyo, mis labios están húmedos con la esencia de los suyos. Mis deseos no se saciarán hasta que Kyo sea mío... solo mío, aquí, ahora, toda la vida y más allá de la eternidad.
* * *
Ha sido larga la espera, pero ha valido la pena, por fin estás aquí Iori... mi hermoso Iori. Puedo sentir tus manos, tu lengua, tu pelo, todo tu cuerpo sobre de mí moviéndose al mismo ritmo que el mío, la sensación de tu piel suave y tus músculos firmes me inquietan, tus piernas entrelazándose con las mías hacen que nuestros miembros se toquen y se eleven al cielo con tremenda excitación.
Quiero sentir más... tus labios, tu lengua como la serpiente que se mueve dentro de mí, rozando mi lengua y metiéndola más profundo hasta casi ahogarme. Quiero tenerte cerca, quiero seguir sintiendo tu lengua, tus manos, tus piernas... quiero que sigas moviéndote... no pares de acariciarme y de besarme, por favor, que nunca se acabe. Hazme sentir en el cielo, hazme gritar, gemir, llorar, hazme suspirar, hazme... hazme el amor, hazme tuyo y yo te haré mío... para siempre.
Me besaste de nuevo en la boca y comenzaste a bajar hasta llegar a mi abdomen, yo estaba disfrutando esa sensación con mis ojos cerrados y de pronto te detuviste; te dejaste caer a un lado de la cama, tu mano tomó la mía y me jalaste hacia ti. He entendido tu juego, río mientras me acomodo sobre de ti, apoyando mis manos a los lados de la cama dejando en medio tu cabeza, sigues acariciando mi cintura con tus largos dedos, no me muevo y tú me miras fijamente. Tus caderas se movieron con violencia hacia arriba, introduciéndote en mí, yo no me lo esperaba y lancé un grito que se cortó con un gemido de dolor. No tienes piedad conmigo, tus caderas suben y bajan, entrando y saliendo, poco a poco, mas profundo, pero yo estoy muy estrecho y sé que a ti también te duele empujar con fuerza para entrar en mí. Lágrimas salen de mis ojos por el dolor y caen sobre tu pecho, bajo mi cabeza para mirarte y veo como te mueves con los ojos fuertemente cerrados y tu boca pidiendo grandes cantidades de aire, eso me excita más y de pronto el dolor comienza a convertirse en placer, te dejo entrar más y más, me sostienes con fuerza, clavas tus dedos en mi cintura y mi trasero, hechas tu cabeza para atrás y me doblo con dolor para alcanzar a lamer tu largo cuello. En eso la calma volvió y dejaste de moverte, pude sentir tu líquido desparramarse dentro de mí, me quedé inmóvil un rato más.
Inclinado sobre de ti, traté de acomodarme para descansar, sacaste tu miembro de mí y me dejaste caer sobre tu pecho aún húmedo por mis lágrimas. Acariciaste y besaste mi cabello con dulzura, pasaste tu mano por mi cara y secaste los últimos rastros de mis lágrimas. Volviste a moverte para acomodarte mejor pasaste tu brazo por debajo de mi cabeza y con el otro me rodeaste hasta entrelazar tus dedos en mi espalda. Puedo sentir tu sonrisa de satisfacción en mi frente. Pero me levanto y te reclamo:
- ¿Ah sí? ¿ Estás satisfecho?
Iori al principio se asustó por mi repentino cambio de actitud y después entendió y comenzó a reírse.
- ¡Levántate tonto, que a mí me toca ahora!
Mas risas de parte de él, su risa me contagió y los dos reímos hasta que nos empezaron a doler las costillas.
Sentados sobre la cama, uno enfrente del otro. Extendió su mano hacia mi cara y lo acarició, pasó su mano por detrás de mi cuello y me jaló para adelante deteniendo mi caída con un beso, un beso que se corrió hasta mi oreja, la serpiente se introdujo en mi oído serpenteando suavemente, eso me gusta. Mientras me besas, bajas tu mano hasta que tocas mi miembro excitado, lo arañas tiernamente y luego lo sujetas con fuerza, eso me hace retroceder y dejar escapar el aire de mis pulmones, mueves tu mano y jugueteas con él para no perder el ritmo, comienzas a bajar hasta llegar a mi abdomen, la serpiente sigue lamiendo y se introduce en mi ombligo. Un camino húmedo cubre mi cuerpo, tu mano se mueve más rápido y con más fuerza. Algo pasa me sueltas dejándome confundido, de pronto tu boca se abre e introduces con salvajismo mi miembro a punto de explotar, la calidez de tus labios aprietan y muerden con pasión haciendo que me retuerza mientras sujeto las sábanas con fuerza para no gritar. Continúas haciéndome la afelación y yo me resisto a dejarlo salir para sentir más placer, te tranquilizas y después vuelves con más fuerza para forzarme hasta que lo consigues.
* * *
- ¿Ahora tu estás satisfecho? ¿O quieres más?
Mi respiración se tranquiliza poco a poco, Kyo se acuesta a un lado de la cama y yo me acomodo en su pecho, oigo su respiración y siento como su vientre se mueve a cada exhalación de aire que hace. Momentos después el sueño vuelve a llevarse a mi amante dejándome solo con mis pensamientos.
Me muevo lentamente para no despertarlo y me levanto de la cama, tomo mis ropas ya secas, me visto, agarro las llaves y salgo en silencio del cuarto. Salgo del hotel y camino por la calle, solitario.
Ya casi está amaneciendo y los primeros rayos del Sol me acarician el rostro como lo hacía Kyo. Cruzo la calle y miro hacia el hotel, noto una figura que en la ventana del cuarto que contrasta en la oscuridad donde duerme mi amante y sonrío, la figura me hace un gesto con la mano y regresa a la oscuridad, vuelvo mi mirada al suelo y camino, llevándome conmigo su esencia y su olor impregnado en mi piel.
Fin del capitulo 3.
Continúa...
[Capítulo 4: Fiesta Para Dos] a IorixKyo Archive]
Todos los personajes pertencen a SNK
"El Rojo y El Purpura" pertenece a Ikyori Yagami &
IorixKyo Archive
Escrita por Irene Martínez (Ikyori Yagami)
Noviembre 2000