Thoughts, Lies and Memories

Fanfic por Dharma Allori

CAPÍTULO III: Izurewa (Tarde o temprano...)

-'Qué pesimista eres Shingo ¿Qué cosa podría pasar?'-imitó el chico de ojos claros lo que había dicho el rubio la mañana anterior-Kusanagi-san está perdido en medio de Osaka con un brazo fracturado y un caso grave de amnesia... ¡¡Eso es lo que pasó!!

-¡¡CIERRA LA BOCA, SHINGO!!- exclamó Benimaru, molesto, pero aún así sin poder alejar la culpa de su pecho-¿Cómo pudiste perderlo?!!-gritó de nuevo.

-¿Me culpas a mí?!¡¡Ambos debíamos cuidarlo!!!

-Eso ya no importa! Hay que encontrarlo antes de que... -Se detuvo en seco y Shingo a su lado le vio abrir la boca en sorpresa y horror. Unos metros más adelante de ellos se encontraba Kyo de pie frente a, nada más ni nada menos que, Yagami Iori. Benimaru quería llegar hasta ellos lo más rápido posible pero se encontró incapaz de mover sus piernas al igual que Shingo. Pero de repente, pasó algo que lo hizo sorprenderse aún más.

-Anata wa dare desu ka... (¿quién es usted?)-había escuchado que pronunciaba la voz tranquila de Kyo con una suavidad que nunca había escuchado antes. Observó el semblante de Iori que por unos segundos tuvo una expresión de confusión total antes de volver a ser la fría de siempre. Parecía que el pelirrojo diría algo pero para ese entonces Benimaru y Shingo ya se habían recuperado de la impresión y habían llegado a lado de Kyo.

Benimaru se puso entre el pelirrojo y Kyo, y Shingo se había puesto a lado de Kyo.

-Llévate a Kyo de aquí- ordenó el rubio. Antes de dar la vuelta para regresar por dónde habían llegado, el chico de ojos claros le preguntó a Kyo si estaba bien, y, sin dejar de ver al pelirrojo con sus grandes ojos castaños, asintió levemente.

-Hajime mashite(mucho gusto)-habló Kyo una vez más con voz suave, dirigiéndose sorprendentemente hacia el confundido pelirrojo. Inmediatamente después se retiraron dejando atrás al rubio y al pelirrojo. Antes de que Iori tuviera algo que decir Benimaru habló con voz fría, se podría decir que furiosa.

-Aléjate de él, Yagami o te juro que aunque me cueste la vida te haré pagar si llegas a hacerle daño a Kyo... no tengo por qué decirte nada pero de él ya no volverás a oír por buen rato y más vale que no lo busques o yo mismo te cazaré... -con esto dio media vuelta y empezó a retirarse.

-¿Por qué habría de interesarme un cobarde cómo él?!-dijo el pelirrojo ya habiendo recuperado su voz. Benimaru se dio la vuelta y de sus ojos azules oscurecidos por el odio parecían salir dagas de hielo.

-No tengo por qué darle razones a nadie, en especial a personas tan despreciables cómo tú... lo que le pase o le deje de pasar a Kyo nunca te ha importado ¿Por qué te interesa ahora?

-Me importa un bledo lo que les pase a todos Uds. y en especial a ese cobarde de Kusanagi-dijo con su profunda voz inexpresiva, dio la vuelta y se marchó sin voltear atrás. Mentía por supuesto, pero no quería admitir que había estado a punto de preguntarle al mismo Kyo que si que rayos le pasaba para hacer la estúpida pregunta de "¿Quién es usted?".

No era cómo si no lo recordara ¿o sí? ¿Kyo tendría...? No, no debía pensar tales tonterías, todo debía haber sido una torpe broma ideada por ese trío de payasos y, por supuesto, él no se la había tragado.

Pero aún así, dentro de sí algo le hacía permanecer incómodo, inquieto, de forma subconsciente con lo recién sucedido. Siguió caminando entre la típica multitud de las calles y mientras se alejaba del lugar dónde había visto a Kyo con esa expresión(¿inocente, tal vez?), su mente también se alejaba de lo que pasaba fuera de sus pensamientos.

* * *

Benimaru alcanzó a Kyo y a Shingo frente a la entrada del bar de King. El rubio tenía una expresión demasiado seria, casi amarga, en el rostro y cuando el chico de ojos castaños notó esto con rapidez le escribió un mensaje.

"Daijoubu ka, Benimaru-san" el rubio lo observó con sus ojos azules.

-¿Por qué escribes, Kyo?-le preguntó, simplemente-Te escuchamos hablar con... -se detuvo al observar como el joven inclinaba la vista.

-Yo le dije lo mismo-murmuró Shingo-pero...

"No puedo" escribió "No sé cómo lo hice... "

-Oh... pero, no importa!-agregó el ver caer un poco más el ánimo del joven-Por lo menos sabemos que puedes. Ahora debemos entrar aquí-señaló el bar-Creo que encontraremos algunas personas que te pueden hablar sobre tu pasado.

"¿Hontou desu ka?(¿En serio?)"Sus ojos brillaban felices.

-Sí-sonrió al ver esa felicidad en Kyo. Cada día que pasaba más le parecía que Kyo era cómo un niño pequeño ¿cómo no iba a ser así, si esos ojos que antes estaban llenos de falso orgullo ahora estaban llenos de inocencia de la más pura?-Bien, andando.

El rubio de ojos celestes empujó la puerta y en unos segundos se encontraban en un pequeño lugar lleno de mesas y al fondo de la habitación, una amplia barra de bebidas. El lugar estaba en semipenumbras y la opaca luz que había era ligeramente rojiza. El eco de varias risas se escuchaba. Poniendo algo más de atención, Kyo notó que provenían de una esquina alejada del resto del pequeño bar, pero que quedaba relativamente muy cerca de la barra, detrás de la cual se encontraba al parecer un joven de cabellos rubios con una camisa blanca de smoking y corbata de moño. El joven se volvió a verlos y una sonrisa se formó en sus labios.

-Vaya, vaya-dijo, y Kyo apenas pudo esconder su sorpresa... ERA UNA CHICA!!-Miren quién está aquí... El campeón del torneo KOF!!-Todos se volvieron en su dirección. Benimaru debía ser muy fuerte para ganar un torneo, pensó Kyo.

-Hey, Kusanagi!!¿Cómo has estado?-le preguntó alguien que estaba en la mesa, volvió sus ojos castaños y se percató de las miradas extrañadas de todos frente a su silencio y expresión tranquila-¿pasa algo?-preguntó la misma persona y esta vez pudo ver de quién se trataba, un hombre rubio de cabellos largos recogidos en una coleta, una gorra roja con blanco le ocultaba el rostro a medias. En la mesa junto con él estaban otro rubio pero dejaba su cabello suelto y se lo peinaba hacia atrás, una chica castaña con una cola de caballo se abrazaba del brazo de éste último.

En una mesa a parte de esa, no muy alejada, había otras tres personas, vestidas de forma muy extraña, notó Kyo; una mujer de cabellos azules recogidos en una cola de caballo con ropa estilo camuflaje del ejército y botas militares, con ella estaban dos hombres: El más alto de ellos parecía muy severo, llevaba unos lentes oscuros y vestía como un policía de la unidad especial antiterrorista del FBI en descanso; el otro llevaba puestos unos pantalones caqui una pañoleta roja muy vistosa en la cabeza, un chaleco verde y una camisa blanca bajo este, se veía como una cadete en sus vacaciones de descanso, también. Ahí junto a su mesa estaba una chica con una larga trenza y una banda roja en la frente sosteniendo una bandeja, traía zapatos deportivos blancos, y sobre un traje completo de licra azul, un gi blanco muy pequeño. Kyo iba a saludar con una inclinación a todos esos 'desconocidos' pero Benimaru se volvió hacia él y le habló despacio.

-Espera aquí por favor, Kyo. Ellos no saben lo que te pasó, por eso debemos decirles antes de que puedan decir algo que te afecte ¿ne?-Kyo asintió y observó a los jóvenes mientras se acercaban a esas personas. La... er... chica de la barra se aproximó también, pero antes le dirigió una mirada preocupada al chico de cabellos castaños, quién sostuvo la mirada con sus grandes ojos brillando en la tenue luz con inocencia y curiosidad infantil.

Terry Bogard sonrió al ver a Shingo y a Benimaru aproximándose mas su sonrisa se desvaneció en el momento en que vio la expresión peculiarmente seria en el rostro del rubio. Andy Bogard y Mai Shiranui lo notaron también. Leona, Ralf y Clark en silencio prestaron atención. King se puso de pie junto a Yuri y esperó. Ambos jóvenes llegaron a la mesa dónde estaban los hermanos Bogard y Terry les ofreció asiento, ambos prefirieron permanecer de pie.

-What's the matter?-preguntó Andy-¿Por qué las caras largas?

-¿Qué pasó?-preguntó King con seriedad-Quiero decir... ¿qué le pasó a Kusanagi?-Benimaru la observó incrédulo y Shingo con algo de sorpresa, inclinaron la vista.

-Es una larga historia y me temo que no la conocemos por completo, sólo Kyo la sabe toda y, me temo también, que no es de gran ayuda...

-¿A qué te refieres, Nikaido?-preguntó Ralf.

-Kusanagi-san tuvo un accidente... -susurró Shingo-y... ese accidente tuvo ciertos efectos colaterales...-Todos los presentes los observaban con diversas expresiones que iban desde el horror hasta la ansiedad por que continuaran.

-Kyo... tiene amnesia.

Se hizo un horrible silencio extremadamente incómodo. Terry Bogard trató de sonreír con tranquilidad.

-You're kidding, right?

-Me temo que no, Bogard... jamás he sido tan serio en mi vida y desearía que esto fuera una simple broma pesada.

-¿Cuándo sucedió?-preguntó Yuri, casi temerosa.

-Hace alrededor de veinte días-contestó Shingo-Nos llamaron del hospital por que no pudieron localizar a Kusanagi-sama y a su esposa. Cuando llegamos nos atendió una enfermera y ella nos llevó a la habitación dónde estaba Kyo.

-Cuando llegó el médico-continuó Benimaru-nos informó sobre el estado de Kyo. Dijo que había ingresado al hospital con traumatismo craneoencefálico debido a una fractura en el cráneo, pero supimos lo de la amnesia más de una semana después... -se detuvo al evocar en su mente la escena en el pequeño cuarto de hospital. Kyo sentado en la cama con las manos manchadas de sangre y escrito en las sábanas con ella las palabras watashi wa dare deshou... ¿quién soy?...

-¿Estás bien, Nikaido-san?-preguntó King acercándose un poco.

-Hai, daijoubu King... gomen, ha sido difícil tratar de cuidar a Kyo de impresiones demasiado fuertes. Es cómo un niño pequeño, y aunque no lo crean, es de una u otra forma, muy frágil en éste momento-todos permanecieron observando a los jóvenes ahí de pie, con miradas confundidas y a la vez comprensivas.

-Llamaré a Kusanagi-san-dijo Shingo y sonrió un poco-Tiene muchos deseos de oírlos, nosotros no podemos saciar su curiosidad de saber todo sobre su pasado, pero cuiden lo que vayan a decir ¿ne? En especial cualquier cosa sobre Yagami-san...

Todos asintieron y no apartaron la vista de Shingo y Kyo mientras se dirigían hacia ellos. Luego vieron como les saludaba con una inclinación y después cómo sacaba una pequeña pizarra, no más grande que una agenda, para escribir en ella...

"Kochira koso douzo yoroshiku(Mucho gusto)"a pesar de la sorpresa, todos sonrieron y devolvieron su saludo.

-Soy Terry Bogard y él es mi hermano Andy-el aludido saludó con una inclinación de cabeza-Ella es Mai Shiranui...

-Ohayou, Kyo-san-saludó ella.

-Ella es King-siguió Terry, la chica rubia levantó su mano a forma de saludo-y la chica de trenza es Yuri Sakazaki-saludó con una inclinación y luego una sonrisa-Los tres de allá-señaló con el pulgar sin volverse-Son Leona Heidern, Ralf Jones y Clark Steel-cada uno saludó discretamente a la mención de su respectivo nombre.

Una sonrisa, algo tímida notaron los presentes, se formó en los labios del chico.

-Anden los tres!-dijo King para quebrar el repentino silencio-Ya tomen asiento, les traeré lo de siempre ¿ne?-Shingo y Benimaru asintieron, pero Kyo permaneció observando a la rubia, quién temió haber dicho algo malo. Kyo entonces le escribió.

"¿Qué solía tomar yo?"La rubia dejó escapar un suspiro mentalmente y le sonrió cálidamente.

-Gomen... siempre me pedías un simple refresco.

"Hontoui desu ka(¿en serio?)"

-Sou da, Kyo-le dijo Benimaru.

-Nunca te vimos tomando alcohol-dijo Andy Bogard.

-Solamente en ocasiones especiales, pero generalmente se trataba de sake o un poco de vino-terminó Ralf.

-Caso contrario contigo, Ralf-dijo Clark con tono serio pero con una sonrisa en sus ojos. Todos los presentes rieron, Kyo sólo sonrió y se sentó entre Shingo y Andy en la pequeña mesa.

Pronto el asunto del accidente y la amnesia de Kyo dejó de ser importante y los peleadores empezaron a contar relatos y anécdotas, que al chico de cabellos castaños le parecían muy interesantes incluso fantásticos. Algunos rallaban en la histeria, parecía que la combinación de personalidades de todos lo participantes en aquel mentado torneo podía tener cómo consecuencia situaciones bastante cómicas, y algunas también bastante serias.

-¿Recuerdan cuando Nikaido se electrocutó a sí mismo?-dijo Mai con una gran sonrisa, todos rieron con grandes carcajadas.

-No me lo recuerdes Shiranui-dijo el rubio-Tuve que soportar ese maldito Afro una semana completa por la estática.

-¿Y la vez que a Leona se le atascó un arete en el cabello de Bogard?-mencionó Ralf, Andy sólo se soltó riendo, e incluso Leona les acompañó a pesar de su seriedad. Kyo no sabía el porque pero sentía una inmensa alegría, una calidez muy grande en su interior al estar con esas personas... sus amigos...

Todos continuaron contando historias, ahora en su mayoría chuscas, graciosas, y Kyo ni siquiera por tener amnesia se salvó.

-Lo siento por ti, Kusanagi-dijo Ralf-sé que tú no recuerdas pero estoy seguro de que el resto aquí presente sí.

-Oh!-exclamó Benimaru-¿Hablas de la vez que...?-Ralf asintió con una gran sonrisa perversa. Todos guardaron silencio y observaron al hombre mientras sus sonrisas se expandían más por sus rostros. Incluso antes de que Kyo pudiera enterarse de lo que pasaba, todos explotaron al mismo tiempo con una estridente carcajada colectiva, sólo Kyo permanecía en silencio, sin saber cómo reaccionar, sin saber qué pensar. Gradualmente su risa subsidió y tras limpiar las lágrimas de sus ojos fueron cayendo poco a poco en silencio hasta que en el pequeño salón no se escuchaba nada más que la respiración de los ocupantes.

¿Qué pasaba ahí? Se preguntaba Kyo. ¿Por qué esas expresiones en los rostros de sus amigos? ¿Por qué de repente se veían tan preocupados y angustiados?

El chico de ojos castaños empezó a preocuparse también, todos parecían estar hundidos en sus propios pensamientos, entristecidos por algo. En ese preciso momento, Kyo hubiera deseado poder hablar, poder decir algo para hacerlos sentir mejor o por lo menos para brindarles palabras de aliento. Mas no pudo, y en sus adentros le pareció sentir algo presionando su pecho, cómo dagas de hielo desgarrándolo por dentro... algo extrañamente familiar, dolorosamente conocido...

Tomó la pequeña pizarra y escribió unas palabras. El sonido del marcador al contacto con la superficie de plástico blanco pareció devolver a todos a la realidad, observaron a Kyo ponerse de pie y antes de que pudieran objetar algo, el chico arrojó la pieza de plástico a la mesa y se volvió para salir del bar.

-Kyo... -el rubio de ojos celestes se levantó con intención de ir tras el chico pero sintió una mano en su hombro, deteniéndolo. Se volvió y observó a quien le había detenido. Dos ojos claros le vieron con una plegaria antes de desviarse al centro de la mesa dónde se sentaban, sobre la cual estaba la pizarra de Kyo con algunas palabras escritas:

"Sore wa urameshii, minna-san(Lo siento)"

"Necesito estar solo, es todo..."

Benimaru volvió a tomar asiento, pero ya nadie habló... ya nadie pudo reír aquella tarde...

* * *

Continúa...

[ Capítulo 4: Konya wa tsuki wa dete imasu ka? ]

Los personajes pertenecen a SNK
Thoughts, Lies and Memories es propiedad de Dharma Allori &
IorixKyo Archive
Marzo, 2002

Free Web Hosting