Thoughts, Lies and Memories
Fanfic por Dharma Allori
CAPÍTULO II: ¿Mazu doko kara hajimetara ii
desuka? (¿Por dónde empezar?)
-¿Qué es lo que le pasa, Doctor?-preguntó el rubio de ojos celestes-Es obvio que tiene
amnesia pero... -vaciló-¿por qué... por qué no habla...? ¡¿Por qué no dice nada?!
-No le puedo decir nada con exactitud, Nikaido-san-murmuró el medico quitándose sus
lentes de gruesos cristales y tallando sus ojos cansados.-Comprenda que el cerebro humano
es muy complejo y cualquier tipo de daño puede terminar en consecuencias no
predecibles... en este caso, el extraño comportamiento del joven Kusanagi, puede ser
causado por el fuerte golpe que recibió en la cabeza. Con la fractura del cráneo pudo
haberse dañado parte de los lóbulos temporal y parietal derechos de su cerebro, con los
cuales se controla el habla y la memoria.
-Entonces... ¿Kusanagi-san se quedará así para siempre?-preguntó Shingo con notable
angustia en su voz.
-No, eso tampoco es seguro... lo más probable es que sea una simple pérdida de memoria
temporal. La peor parte de esto es que puede tomar días o incluso años para una
recuperación total... lamento darles esta mala noticia...
-No se preocupe... -murmuró Benimaru tratando de forzar una sonrisa-¿Cuando lo darán de
alta?
-En un par de días el joven Kusanagi estará listo para volver a casa...
Benimaru asintió ligeramente, dio la vuelta y salió de la pequeña oficina-Gracias-le
dijo Shingo al médico antes de seguir al rubio.
* * *
La puerta se abrió y al pequeño apartamento entró la
inconfundible figura de Kusanagi Kyo, detrás de él se encontraban el rubio de ojos
celestes, Benimaru Nikaido, y el jovencito de ojos claros, Shingo Yabuki. Ambos jóvenes
con una expresión ansiosa en sus rostros, como si con desesperación esperaran que la
vista de su departamento le devolviera los recuerdos a Kyo milagrosamente. Todo era tan
extraño, tan diferente y tan igual a la vez. Era la misma persona y a la vez no, Kyo ya
no era el mismo, era como un niño pequeño viendo un nuevo hogar, un lugar desconocido,
pero... al mismo tiempo daba un aire familiar, como si esa nueva actitud para ellos
siempre hubiera sido parte del antiguo Kyo. El chico de cabellos castaños se detuvo a
mitad de la pequeña sala y se volvió hacia los jóvenes en la puerta, en silencio los
observó con sus grandes ojos castaños, brillando inocentes. Kyo tomó una pequeña
pizarra que le habían comprado Benimaru y Shingo para que les escribiera y redactó unas
palabras que luego les mostró.
"¿Es éste su departamento? Es agradable"
Ninguno de los dos contestó.
-¿Te gusta Kyo?-preguntó el rubio, el chico castaño sonrió con sincera inocencia,
digna de un chiquillo y asintió con su cabeza.
-Nos quedaremos contigo hasta que recuerdes... -le aseguró Benimaru-No es seguro para ti
y no queremos que te pase nada más, has pasado demasiado y es nuestro turno de
cuidarte... -Kyo le observó algo confuso, pero luego sonrió y escribió algo más.
"Anata-tachi ni meiwaku wo kaketaku arimasen(no quiero molestarles)"
-No es ninguna molestia, Kusanagi-san... -le dijo Shingo con una sonrisa-Usted es
importante para nosotros.
"Domo Arigatou"
Los dos peleadores le sonrieron tiernamente. Les era difícil manejar todo ese asunto con
tranquilidad y paciencia, sabían que tendrían que hacer muchos sacrificios por Kyo pero
eso no importaba. Habían limpiado completamente el departamento de Kyo, sacando las cosas
que le pudieran traer recuerdos muy repentinos como los posters promocionales de los
torneos, los videos, las fotografías, las revistas y sobre todo, cualquier cosa que
tuviera que ver con Yagami Iori. Lo más difícil iba ser el contestar las preguntas de
Kyo cuando fuera tiempo.
-Vamos Kusanagi-san, le mostraré dónde es su habitación-Shingo guió al joven hasta la
que era su habitación en el departamento. Le mostró dónde estaba el baño y su ropa.
"¿Todo esto es mío?" Preguntó al ver el extenso guardarropa lleno de trajes
caros y elegantes.
-Sou desu Kusanagi-san... (Así es)-le refirió el chico de ojos claros.
"¿Yo... vivía con Uds. en este lugar?"
Shingo negó con su cabeza.-Ud. vivía solo en este lugar, las habitaciones extra era en
dónde nos quedábamos al venir a visitarlo-Kyo pareció entristecerse mientras escuchaba
las palabras del chico, pero el despreocupado muchacho no lo notó.
-¿Ya terminaron?!-Llamó Benimaru desde la sala.
-Sí, ya vamos!!-contestó Shingo, mas antes de que saliera de la habitación sintió la
mano de Kyo sobre su hombro y al volverse el chico de cabellos castaños le mostró la
pizarra.
"Ustedes... ¿son pareja?"
Shingo abrió los ojos enormemente y sus mejillas se tiñeron de color rojo intenso,
trató de decir algo pero no atinaba a articular palabra alguna y Kyo al ver esto cerró
sus ojos mientras sonreía.
"Eso supuse" escribió.
* * *
Pasaron los días. Largos y extraños días para Benimaru y Shingo. El tiempo parecía
transcurrir independientemente a ellos, atrapándolos en un círculo sin fin de
pensamientos encontrados, en un remolino de sentimientos indefinidos... tan raro... tan
peculiar... Era desconcertante despertar todos los días tratando de creer que todo había
sido un producto de su imaginación, una broma del subconsciente, que en unos momentos
despertaría Kyo y que con una sonrisa entraría a despertarlos, que les diría bromeando
una vez más lo pésimo que es en la cocina sugiriéndoles salir a desayunar fuera.
Pero...
Ya no era así...
Kyo no era el mismo... ya no era él...
Pero no se darían por vencidos, en ellos aún había la esperanza de lograr que Kyo
volviera a ser el mismo, aún había la posibilidad de que la amnesia de Kyo fuera
simplemente temporal y ellos harían todo lo que estuviera a su alcance para estimular la
memoria del chico de cabellos castaños. Por supuesto, con la ayuda de algunos amigos
también.
Cierta mañana, mientras Benimaru preparaba(incineraba) el desayuno, una idea pasó por su
cabeza. Paseó su mirada azul por la cocina y la salita del departamento y vio como Shingo
charlaba un poco con Kyo, quién veía algo distraído hacia la ventana con sus grandes
pupilas castañas. Su mirada se enterneció un poco y una sonrisita triste cruzó por sus
labios. Aclaró su cabeza de pensamientos melancólicos y llamó a Shingo.
-Oi, Yabuki! Ven un momento, onegai-Shingo apartó su atención de Kyo y se volvió hacia
el rubio que le hacía señas desde la cocina, de dónde salía un sospechoso humo oscuro.
Una gotita cayó por su cabello.
-Ahora vuelvo, Kusanagi-san...
"Uds. son extraños" escribió Kyo, con una sonrisa tímidamente divertida.
-¿A sí?-preguntó Shingo siguiendo la broma-¿Entonces que hace con amigos como nosotros
si no está loco también?
"No sé. Uds. me secuestraron del hospital" continuó la broma. Shingo rió un
poco.
-Por lo menos conserva un poco de su sentido del humor, Kusanagi-san.
Kyo le vio algo sorprendido entonces y luego sonrió con gran júbilo brillando en sus
ojos, pero Shingo ya había tomado rumbo hacia la cocina.
-¿Qué pasa Benimaru-san?-preguntó al llegar-¿necesita ayuda con el incendio?
-Haha-agregó molesto el rubio luego tosió por el humo que empezaba a espesar-No, no es
eso. ¿Qué te parece si llevamos a Kyo de paseo por la ciudad? No le haría mal visitar
lugares y gente conocidos.
-¿Se refiere a...?-antes de que Shingo terminara Benimaru asintió vigorosamente con su
cabeza.
-Exacto! Llevémoslo al bar de King!-exclamó entusiasmado-El torneo fue hace al rededor
de un mes y algunos de los chicos deben estar por aquí todavía.
-¿Crees que sea una buena idea? Digo, nadie sabe además de nosotros lo que le pasó a
Kusanagi-san ¿No sería conveniente decirles antes de ir con ellos?
-No te preocupes Shingo, ya habrá tiempo de decirles. Ellos entenderán.
-Aún así no me convence. No creo que sea del todo seguro, digo, aún está el problema
sobre Yagami-san...
-Vaya que eres pesimista, Shingo-chan-se permitió decirle el rubio logrando un sonrojo en
las mejillas del joven-¿Cuales son las posibilidades de encontrarnos con Yagami?
-Supongo que tienes razón... -dijo-bien... vayamos mañana con King-san!
* * *
Continúa...
[ Capítulo 3: Izurewa]
Los personajes pertenecen a SNK
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IorixKyo Archive
Marzo, 2002