Fanfic por Artemis
Betareading por MiauNeko
Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~
Capítulo 57: No És Per Sempre
- ¿Estás segura que esto va a salir bien? pregunta Hiroshi.
Él y Alex están en el castillo de Namae, un enorme palacio situado en medio de la nada, rodeado sólo por extensos campos de vegetación muerta. El suelo se ve árido, como si allí ya nunca más pudiera crecer una sola flor para hacer del paisaje algo más agradable, más acogedor. Incluso el aire se siente seco, como si con cada respiración su interior se secara también. Es un paisaje desagradable el que se ve desde la torre más alta del castillo, a metros del suelo, en un pequeño balcón en donde caben justas tres personas, lo que hace más cómodo que sólo sean ellos dos.
Alex tiene los ojos perdidos en la lejanía, aunque Hiroshi sabe que realmente la joven no está mirando nada en especial, está ensimismada, intentando averiguar algún plan, alguna cosa que ellos dos puedan hacer desde el castillo para ayudar a Kyo.
- No... es la seca respuesta de Alex, ni tan sólo lo mira, sabe bien que no hace falta, sabe que Hiroshi no esperaba una sonrisa reconfortante de su parte ni unas palabras dulces mintiéndole sólo para hacerlo sentir mejor - ... pero al menos lo intentaremos. Su rostro es serio, no deja de pensar en alguna cosa para vencer a Namae, algo que se le haya pasado por alto. Tal vez Azumi ya tenga un plan preparado, pero es mejor tener un plan B por si el primero falla, el problema es... encontrar ese segundo plan, esa estrategia que les haga tener ventaja sobre Namae si las cosas no les salen del todo bien.
- Ya veo. - Hiroshi sonríe, él se mantiene sentado en el alféizar del balcón, no es que le agrade mucho el lugar ni la gente con quien comparten castillo. Aunque Raike le cayó bien cuando lo conoció sabe que ahora ya no es lo mismo, ahora Raike resulta que es ese tal Orochi con quien Kyo tubo una pelea o algo así. No está demasiado seguro. Sólo saben que ahora corren peligro, idear un plan para acabar con Namae está bien, pero... planearlo en su propio castillo... es algo macabro.
- Un punto débil... susurra Alex pensando en voz alta, casi sin darse cuenta, sus ojos entrecerrados pensando en algo que pueda ayudarlos.
- ¿Un punto débil? repite Hiroshi mecánicamente y poniéndose a pensar con ella o más bien intentando pensar.
- Quizás algún tipo de magia le afecte más que otra o quizás tiene una antigua herida que le duela aún... sigue diciendo la joven, pero esta vez volteándose hacia Hiroshi y mirándolo, esperando que el moreno piense con ella alguna cosa.
- Mmmm, lo de la herida puede ser, ¿te has fijado en ese par de cicatrices que tiene en sus mejillas? comenta Hiroshi distraído, pensando en esas profundas y desagradables marcas que enturbian el rostro de Namae. No puede evitar, acto seguido, pensar en la que tiene Kaiji; no es tan profunda, y quizás también esté en la mejilla, pero... a Kaiji le sienta bien esa cicatriz, rotundamente le sienta muy bien.
- Tienes razón... comenta Alex con una medio sonrisa de victoria . Seguro que en su cuerpo hay más cicatrices, una más profunda que las otras y que le duela si es golpeada. Sus ojos muestran la determinación que siente al decir las palabras, está dispuesta a descubrir alguna herida demasiado profunda como para ser ignorada, una herida que, al ser golpeada, duela mucho más que cualquier otro lugar del cuerpo.
- Ya... pero... ¿cómo lo podemos saber? ¿Cómo se la podremos ver? ¿Le pedimos que nos haga un strip-tease? Hiroshi empieza a reír divertido con su idea y de pronto oyen unos pasos que suben las escaleras que llevan a la parte de arriba, donde ellos están y ambos callan, sólo Alex susurra un silencioso: "Déjamelo a mí" y Hiroshi no puede preguntar nada. Ante ellos está Orochi, mirándolos con algo de desdén, sus ojos entrecerrados.
- ¿Pasa algo? pregunta Alex con tono burlón dirigiéndose al dios sin preocuparse demasiado. Ahora ella es más fuerte, siente que su fuerza se ha multiplicado... por cien o por mil, quizás no podría vencer a Orochi o tal vez sí, quien sabe.
Cuando Namae la ha cogido como sirvienta le ha intentado lavar el cerebro, hacerle creer que realmente Kyo era el enemigo, pero sólo de pensar en el joven Kusanagi, sólo pensar en ese rostro el cual ella adora observar, ha recordado bien de qué lado estaba, ha recordado en sólo unos minutos a favor de quién debe estar. Ha tenido que calcularlo todo con muy poco tiempo. Kyo y los otros se han presentado en la mansión muy rápido, ha tenido que idear un plan sobre la marcha, sabía que lo mejor era hacer ver que el lavado de cerebro había funcionado, que estaba del lado de Namae.
Ha tenido que golpear a Syo y esta vez no ha sido por gusto sino por obligación... si alguien le hubiera dicho que algún día tendría que golpear a Syo en contra de su voluntad no lo habría creído, pues ella lo solía hacer por placer. Se ha sentido muy mal mientras "mataba" a Kaiji, no estaba segura de que funcionara, de que Kaiji pudiera volver al otro cuerpo; pero ha confiado en él y sabe que Kaiji aún sigue vivo, puede notarlo, muy débilmente pero lo hace.
Por suerte a Hiroshi le ha pasado algo similar a lo que le ha pasado a ella, aunque, eso sí, algo más tarde. El moreno al ver que Kaiji estaba vivo ha recordado realmente de qué lado estaba y así, entre los tres, han podido trazar un esbozo de plan para hacer que Namae no sospechara que Alex, y Hiroshi ya no estaban bajo su control.
- Odio que me den órdenes, ¿oyes, mujer? las palabras salen secas y sin entonación de los labios de Orochi, como si menospreciara a la joven de cabello largo y rubio que tiene delante, como si sólo fuera un estorbo en su camino.
- Teníamos que irnos, sabes bien que nosotros tres teníamos pocas posibilidades de ganar a Azumi Alex aparta grácilmente los largos mechones que cubren parte de su rostro, con tal naturalidad como si siempre los hubiera tenido así. Una sonrisa entre pícara y burlona en sus labios que muestran un ligero tono rosado, como si estuviesen pintados.
Orochi no dice nada, sólo pasa a la acción directamente. Unas llamas de un color azulado aparecen en sus manos, su postura es claramente de ataque, su rostro está muy molesto, cosa que no le gusta demasiado a Hiroshi; no es un gran lugar para pelear. Mira hacia abajo, si Alex cae le espera un buen golpe.
La joven tampoco dice nada, y, al igual que Orochi, se prepara para el ataque en su mano aparece un cuchillo y este se alarga, convirtiéndose en una espada, la misma que usó en el combate contra Kaiji. La sostiene en su mano firmemente, preparada para cortar cualquier cosa que encuentre a su paso. La sonrisa burlona no desaparece de su rostro mientras mira fijamente los ojos de Orochi sin desviar la mirada. No va a dejar que nadie la intimide.
El espacio no es muy amplio, sólo es una habitación circular sin muebles que entorpezcan, pero eso no es de mucha ayuda, por no decir de ninguna. Con muebles al menos ella podría protegerse de las llamas en algún rincón y además, siendo la estancia tan pequeña, Orochi simplemente puede llenarla de fuego azulado y será imposible evitar que la queme. Lo único que puede hacer es intentar moverse rápido y defenderse tanto como pueda de las llamas.
- ¿Se puede saber qué pretendéis? una voz grave y Namae aparece en el marco de la vieja puerta de la torre, observándolos, ligeramente molesto ante la escena que contemplan sus ojos bicolor.
- Namae-sama... murmura Alex medio sorprendida por la llegada inesperada . Discúlpenos, sólo... discutíamos amigablemente. Es evidente el tono de voz burlón de Alex mientras mira a Orochi fijamente con desprecio y superioridad. El dios murmura algo ininteligible y se yergue lentamente, apagando sus llamas con un simple movimiento de su mano.
- No me gustan las peleas estúpidas en mi castillo el tono de Namae es frío, una clara orden para que no vuelvan a repetir algo semejante o él mismo se encargará de terminarlo... definitivamente.
Alex simplemente avanza unos pasos hacia Namae y pasa una mano alrededor de su brazo sonriéndole tranquilamente, sus largos cabellos se ven más oscuros al acercarse más a la penumbra y le cubren parte de sus ojos.
- Perdónenos, mi señor Namae, ¿desea algo de nosotros? Alex sigue sonriéndole tan seductora como puede, y realmente se ve hermosa, sus ojos entreviéndose entre los largos mechones, como esmeraldas brillando tras una suave tela de seda, sus labios húmedos y sensuales mostrando esa sonrisa.
- Quería saber si ya habéis averiguado cuál es la parte que falta Namae sonríe, complacido por la atención de Alex, creyendo que realmente se ha apoderado de ella por completo.
- Por desgracia no Alex cierra los ojos mostrando pena por eso, pena que en realidad no siente . No podemos notar la presencia de la otra parte, tal vez esté demasiado lejos como para que la podamos detectar su rostro apesadumbrado es perfecto, y hermoso. Hiroshi no puede evitar pensar que realmente Alex miente muy bien, ahora no le extraña que Kyo le pidiera a ella que fuera con Iori como Noir.
- Está bien, de todas formas no la necesitamos. Quizás ellos son más, pero nosotros somos más poderosos la sonrisa de Namae se ve torcida, una mueca demasiado desagradable, piensa Alex, pues estando a su lado puede ver una de las cicatrices en la mejilla de Namae, cortándola de forma desagradable y viéndose aun peor al sonreír este. No le extraña que se las cubra con el cabello. - ¿Supongo que estáis preparados para luchar, verdad? su mirada se posa un instante en Alex y luego en Hiroshi, éste está de pie en la barandilla del balcón, mirando el árido paisaje. No parece haberse enterado de lo que Namae ha dicho.
- Claro, desde que nos despertó las fuerzas somos mucho mejores. le responde Alex con una sonrisa de nuevo . Mi fuerza física se ha multiplicado, también mi velocidad y por Hiroshi... es capaz de evitar cualquier ataque creando un escudo, eso es increíble su sonrisa se amplía, demostrando que se siente orgullosa de Hiroshi, del enorme poder de protección que parece poseer.
- No exageres, Alex Hiroshi gira levemente su rostro sonriendo, levemente inclinado a un lado . Cuando Kaiji nos atacó por primera vez con el fuego... el calor se sentía demasiado intenso. No dije nada, pero las manos me ardían gira de nuevo su rostro, de nuevo mirando el triste paisaje ante él. No es un paisaje agradable, ni tan sólo siente ganas de reír como suele hacer normalmente. Lentamente posa una mano en su rostro, apartando los mechones oscuros de su frente durante unos segundos. Necesito drogas, el paisaje es deprimentemente deprimente suspira apesadumbrado. Alex sólo sonríe, apiadándose del pobre Hiroshi.
- Es normal que te hiciera algo de daño, pero igual pudiste protegerte muy bien sonríe Alex con rostro calmado, Hiroshi no la mira pero tampoco le importa demasiado, sabe que el moreno no se lo está pasando demasiado bien. Dígame, Namae-sama, ¿desea algo más de nosotros? el tono de voz de Alex es excesivamente suave y Hiroshi se gira bruscamente al oírlo. Ve como Alex tiene rodeado el brazo de Namae con sus manos, apretando su busto perfecto contra el brazo de Namae y sonriendo seductoramente. Hiroshi no puede evitar abrir sus ojos con sorpresa... no puede ser que Alex...
- De ellos no, pero... quiero hablar contigo... a solas la sonrisa de Namae no le agrada en nada a Hiroshi, es... horrorosa, no va a permitir que...
- Hiroshi, hazme el favor de no molestarnos ni a mí ni a Namae-sama sonríe Alex hacia Hiroshi y luego fija su vista en Orochi, quien se ha mantenido todo el rato en silencio, molesto porque Namae no haya dejado que acabara con Alex. Tú tampoco nos molestes la sonrisa se vuelve burlona al dirigirse a Orochi. Acto seguido empieza a andar junto a Namae, saliendo de la pequeña estancia y dejando a Orochi y Hiroshi solos, sabe lo que tiene que hacer y no dudará en hacerlo, al fin y al cabo... es por el bien de Kyo y ella haría cualquier cosa por Kyo... cualquier cosa.
- Oye, Orochi empieza Hiroshi bajando al fin de la barandilla . ¿Realmente Namae es tu padre? su mirada en ningún momento busca la de Orochi, simplemente está fija en donde han desaparecido Namae y Alex. Sabe lo que su compañera pretende y no está muy seguro de que el plan de la joven dé resultado.
- Sí es la única respuesta de Orochi, él tampoco mira al moreno, no hace mucha falta.
- Tú eres mucho más guapo que él. Hiroshi empieza a andar también hacia la puerta de salida de la pequeña habitación . Y seguro que más inteligente. Orochi casi no puede captar esta última frase y no sabe si la ha entendido bien o no, y, si la ha entendido, no entiende a qué viene. Mira la figura del moreno adentrarse en las sombras del interior de la torre hasta que desaparece haciéndose uno con la oscuridad y sólo puede oír sus pasos lentos descendiendo la vieja escalera de caracol que lleva hacia abajo de la torre.
* * *
- Kyo-sama, ¿está seguro de que Azumi podrá saber dónde está mi hermano? Syo está algo confuso. Han llegado a la estación hace más de una hora y han podido comprar los billetes en la misma dirección en que había ido su Kaiji.
Ahora los tres están solos en uno de los compartimentos del tren, por suerte han podido coger un tren bastante cómodo de sillones amplios y confortables. El compartimiento es para unas seis personas, pero al haber poca gente han podido quedarse los tres solos, sin tener que compartirlo con nadie, realmente ninguno tenía ganas de estar con personas desconocidas.
- Confío en que sí es la respuesta del joven Kusanagi, su rostro está girado hacia la ventana del tren, sus ojos abiertos, pero sin ver ya nada más que oscuridad.
En su cabeza están apareciendo todos los recuerdos de lo que ha pasado en los últimos días. La muerte de Benimaru en manos de Kaiji, la de Yuki en manos de Orochi y la de sus padres por culpa de Namae. Ya no sabe ni cómo se siente, es como si aún no pudiera reaccionar ante todo lo que está pasando, como si todo fuera un sueño, una pesadilla, pero él sabe que no lo es. Sabe que lo que está pasando es verdad, que no es ningún sueño, que no habrá nadie que lo despierte. ¡¿Entonces porque está quieto!? No puede evitarlo, realmente su cuerpo ahora sólo parece un recipiente vacío, sin alma, sin fuerzas, sóo avanzando porque otra gente lo hace avanzar. Casi le parece que el cuerpo es más de Azumi que suyo propio.
- Es extraño que tus ninjas sean las partes de ese Juicio Final es un comentario seco de Iori, un pensamiento en voz alta. Su mirada es baja, observando de reojo el comportamiento del joven, le parece algo extraño que Kyo no se haya mostrado demasiado afectado por lo que ha pasado en la mansión, es como si ya nada pudiera herirlo.
- Supongo que sí... la voz de Kyo suena con un tono cansado mientras gira su rostro hacia donde sabe que está Iori, sus ojos amarillo claro abiertos, ya no le importa que se los vean. La verdad es que no había pensado mucho en eso, pero tienes razón por un momento frunce el ceño. Iori tiene razón en eso, ¿por qué justamente sus ninjas han resultado ser tan importantes en esta batalla?
- ¿No lo habías pensado? es una medio burla de Iori, sarcástica.
- Digamos que... no he tenido tiempo para ponerme a pensar en eso, Yagami las palabras de Kyo son un siseo que sale de entre sus dientes, se siente ofendido por las palabras del pelirrojo y no está dispuesto a muchas burlas, vengan de quien vengan. No sé por qué ellos han resultado ser esas partes, no tengo ni idea, ni tan sólo Azumi lo sabe Kyo baja su rostro, es cierto, ni tan sólo Azumi lo sabe, no es que no se lo quiera decir, es que en verdad no sabe cómo es posible que Alex y los otros hayan resultado ser las partes del Juicio Final.
- Era de esperarse. A Kyo no le hace falta ver el rostro de Yagami para saber que hay una sonrisa sarcástica en él, no dice nada, sólo espera que el pelirrojo acabe. Siempre haces lo mismo, Kusanagi, te metes en un problema sin pensar en cómo debes resolverlo y luego...
- Y eso te divierte, ¿verdad? el rostro del joven vuelve a estar girado hacia Yagami, como si realmente lo viera, el sarcasmo evidente también en sus palabras aunque más frías que las del pelirrojo. Iori sólo lo observa en silencio, viendo cómo el rostro de Kyo realmente se ve muy molesto, y de pronto ve cómo la molestia desaparece, como si el joven Kusanagi no lo hubiera soportado más, pero no tiene tiempo de ver más. Kyo voltea el rostro rápidamente hacia la ventana. Nunca vas a cambiar es un susurro apagado, aún con algo del tono molesto pero Iori no puede verle el rostro ahora.
- ¿Y eso es malo? al pelirrojo no le molesta que Kyo no lo vea, o que simplemente el joven no quiera girar su rostro, eso no le impide sonreír de manera maligna al decir esas palabras.
- No, claro que no ya no hay ni rastro de molestia en el tono de Kyo, más bien parece amargo, Iori no puede ver la sonrisa forzada de Kyo, una sonrisa sin ganas. Es lo que te hace ser tú.
Syo puede ver bien el rostro de Kyo, esa falsa sonrisa, apesadumbrada. No logra entender qué le pasa, el porqué de pronto se ha puesto así sólo por unas palabras de Yagami. Baja su rostro un segundo y decide que lo mejor que puede hacer es dejarlos a solas. Una frase viene a su mente: "¿No crees que Yagami y Kyo hacen buena pareja?", una sonrisa y unos ojos verdes.
Ignora el comentario tal y como haría con el Gaijin si ahora estuviese frente a él.
Se levanta, primero mirando a Iori, que le devuelve la mirada, amenazante. El ninja aparta la mirada del pelirrojo sin darle mucha importancia y se inclina levemente ante Kyo, sabe que no lo ve, pero le resulta tan natural que no puede evitarlo. En silencio sale del compartimiento, cerrando la puerta lentamente tras de sí.
- Syo... susurra Kyo, apartando el rostro de la ventana, pero sin acabar de girarlo, sólo bajándolo como si estuviera mirando el suelo. ¿Por qué se ha ido?
Suspira con suavidad, casi inaudiblemente, y gira su rostro, lentamente hacia Iori, alzándolo. Sus ojos amarillos abiertos como si estuvieran mirando fijamente los de Iori, como si realmente lo estuviera viendo.
Se quedan así largo rato, en silencio. El pelirrojo no puede evitar el fijarse en esos ojos amarillos que parecen mirarlo tan fijamente, le parece tan extraño, siente como si Kyo quisiera leerle los pensamientos, descubrir sus sentimientos, pero sabe que no es así, que esos ojos están muertos y que lo único que ven es la más pura oscuridad.
Kyo mueve levemente sus labios, en un principio no hay sonido que salga de ellos, sólo es un leve movimiento.
- Deja... deja de herirme es sólo un susurro apagado, casi inaudible. Ni tan sólo ha sido consciente que lo ha dicho hasta que ha oído su propia y débil voz escapar de entre sus labios.
Iori no puede evitar sorprenderse al oír la voz de Kyo tan suave y triste a la vez.
- No puedo dejar de hacerlo... su voz no es amenazante, no hay rencor en sus palabras -. Tú lo has dicho... No sería yo... A Kyo le parece que el tono de voz del pelirrojo es casi apesadumbrado, como si realmente sintiera ser así, pero... ¿es eso? ¿O es que Iori está jugando con él?
Kyo duda unos segundos antes de empezar a levantar su mano lentamente, sólo será un segundo, se dice, sólo para comprobar si realmente Iori no se está burlando de él. Sus dedos empiezan a rozar la piel del pelirrojo, éste está sorprendido por el movimiento de Kyo, puede ver el rostro del joven, dudoso. No impide el roce, no se mueve, sólo deja que el Kusanagi siga. Kyo sigue rozándolo, suavemente, hasta llegar a los labios del pelirrojo, la punta de sus dedos sintiendo la cálida respiración del pelirrojo acariciándolos, tranquila. Los labios son suaves, no nota ninguna sonrisa sarcástica en ellos, realmente... Iori lo decía con pesar.
- Yagami... un susurro casi inaudible sale de sus labios y nota cómo el pelirrojo le sujeta la muñeca, impidiéndole que aparte la mano. Puede sentir el aroma de Kyo, el suave perfume de las llamas en su mano.
- Siempre haces lo mismo, Kusanagi susurra Yagami, Kyo puede notar el leve movimiento de los labios de Iori, como también la sonrisa que se posa en ellos, pero no puede decir qué tipo de sonrisa es, le parece que es tranquila, la voz le ha sonado apagada, igual que antes.
- ¿Qué... qué quieres decir? pregunta el joven algo turbado sintiéndose aún preso de la mano de Yagami, no entiende a qué se refiere el pelirrojo.
- Primero haces que te odie... y luego... se detiene en sus palabras, liberando al fin la mano de Kyo que la aparta lentamente sin atreverse a decir nada, esperando que Iori termine. Pero el pelirrojo no termina la frase, sólo pasa un brazo por detrás de la cintura de Kyo, atrayéndolo hacia él. Su otra mano se coloca bajo la barbilla del joven, sus cuerpos acaban muy juntos el uno del otro, Kyo puede sentir la respiración del pelirrojo acariciando su rostro ahora, hasta que las respiraciones de ambos se unen al igual que sus labios.
Kyo no intenta alejarse, en estos últimos días Yagami ya lo ha besado más de una vez. No entiende por qué lo hace, a veces piensa que sólo es un capricho del pelirrojo, que Iori sólo quiere acostarse con él, sólo para demostrar su superioridad... pero, ya lo hizo una vez, entonces ¿por qué repetirlo?
Recuerda que Iori le dijo que quería demostrarle que también podía poseerle sin que doliera, está seguro que es verdad pero... ¿qué sería él para Iori? ¿Un reto que superar? ¿Por qué tanta insistencia?
- ¿¡Qué...?! dice Kyo apartándose de Iori al sentir un extraño sabor en sus labios. Yagami no aparta su brazo de la cintura de Kyo mientras éste siente el sabor salado de... sangre. Yagami... ¿qué te pasa? sabe bien que la sangre no es suya, que sólo puede ser del pelirrojo. De pronto nota que Iori cae hacia él, sin responderle a la pregunta. Kyo sólo rodea el cuerpo de Iori por la cintura sin entender nada, sintiendo todo el peso de éste en sus brazos, la cabeza del pelirrojo queda apoyada en un hombro del joven Kusanagi, parece un peso muerto. ¡Yagami!... ¡Yagami, ¿qué te pasa?! Kyo no entiende nada, ¿qué está pasando? Maldición, si al menos lo pudiera ver...
Al menos puede sentir la respiración de Iori en su cuello, pero no entiende qué sucede. Si se encontraba bien... Entonces... ¿qué le pasa?
Kyo sujeta con fuerza el cuerpo desvanecido de Yagami entre sus brazos, sintiendo su penetrante aroma, el olor a sangre se le hace casi insoportable. ¿Por qué le pasa esto ahora si al llegar a la estación estaba bien?... ¿Lo estaba? No puede asegurarlo, los ruidos de la gente lo turbaban demasiado como para intentar oír cómo era la respiración de Iori o incluso sus pasos, sólo se limitó a seguir los de Syo, no quería perderse, el ruido de miles de personas, sus pasos, gritos... le molestaban.
¡Maldición! Es un estúpido. Claro que Yagami debe encontrarse mal, no hace tanto que ha luchado contra Orochi cuerpo a cuerpo, que ha gastado su energía para deshacerse del dios.
- Es eso, ¿verdad, Yagami? susurra en silencio, subiendo una mano hasta llegar a los rojos cabellos y acariciarlos suavemente mientras una leve sonrisa se posa en sus labios. Nunca quieres demostrar que estás herido... que te duele... Kyo baja su rostro para sentir el contacto de los cabellos del pelirrojo en su mejilla, suaves, sedosos - ¿Por qué no me dijiste que Orochi te había hecho tanto daño? por un leve suspiro de Iori, Kyo piensa que el pelirrojo realmente va a responderle, pero pasan unos segundos y no se oye ninguna palabra. ¿Acaso Iori está inconsciente...? Parece que sí, por la forma en que está apoyado en él, como si pudiera caer si Kyo deja de sostenerlo Es extraño susurra, en voz muy baja, como si no quisiera que nadie lo oyera Yagami... hace una pausa, atrayendo a Iori un poco más hacia si, sintiendo lo cálido que puede ser el cuerpo del pelirrojo Si estás así por haberte enfrentado a Orochi... ¿Qué sucederá cuando enfrentemos a Namae? Kyo sonríe, preguntándose si alguna vez será capaz de decirle esas palabras a Yagami, sabiendo que el pelirrojo realmente lo escucha. ¿Se burlaría de él? ¿Le diría que nunca dejaría de ser un estúpido? Cierra los ojos un momento para volverlos a abrir, comenzando a susurrar con esa débil sonrisa aún en los labios Y... ¿sabes? No quiero que Namae te haga daño... Una breve risa, baja y seca. Porque ésta no es tu pelea. Pero al mismo tiempo... Kyo hace una pausa nuevamente, bajando sus ojos hacia Iori, sin poder ver que el pelirrojo en sus brazos está consciente, escuchando cada palabra que él dice, con una expresión ligeramente triste en su rostro - ... te necesito cerca... Cierra los ojos, como si algo en su interior le doliera. Pero no puedo... No debo ser tan egoísta, ¿na, Yagami? Sonríe levemente, con tristeza, como si estuviera sonriéndole a Iori, y lo hace, sólo que no sabe que el pelirrojo puede ver cada uno de sus movimientos. No quiero que me dejes solo... pero... tampoco quiero que mueras Sus ojos son tan expresivos que por un momento Iori cree que Kyo lo está mirando, aunque sabe que no es así. Es hora de crecer... Kyo levanta su rostro, como si estuviera mirando a la puerta. Lo he perdido todo... Iori Sonríe, una sonrisa que pretende ser feliz pero que muestra demasiado pesar. No voy a perderte a ti también lentamente Kyo aparta sus manos de la cintura de Iori pero sin dejar de sostenerlo, apartándolo de él y posando una mano en la mejilla del pelirrojo, éste sigue sin decir nada mientras Kyo lo guía hasta reclinarlo en el respaldo del sillón y alejarse definitivamente de él, sin hacer el más mínimo ruido.
Con pasos lentos y silenciosos Kyo sale del compartimiento y cierra la puerta tras de sí. Suspira. No puede esperar que Iori siempre lo saque de los problemas; no esta vez, al menos. Es demasiado arriesgado. Se concentra, intentando oír si hay alguien en el estrecho pasillo del vagón, no oye nada, está solo.
Con una mano tocando la pared avanza lentamente, y cada paso que da se le hace más pesado, como si su cuerpo se resistiera a irse sin Iori; aún puede sentir la calidez del cuerpo del pelirrojo, la suave respiración de éste acariciándole el cuello. Cierra los ojos. No debe volver. Debe aprender a afrontar las cosas él solo.
Nota un ligero cambio en la velocidad del tren, está frenando. Deben estar a punto de llegar a alguna estación. Acelera un poco sus pasos hasta llegar al final del vagón, donde está la salida.
Nota cómo el tren está apunto ya de detenerse por completo, ahora sólo debe esperar a que las puertas automáticas se abran.
- Es lo mejor que puedo hacer... susurra con la cabeza baja, como si mirara al suelo. El tren se detiene al fin y las puertas se abren. El joven pone una mano a un lado de la puerta y se dispone a bajar cuando siente una mano sujetarle la muñeca y tirar fuerte de él para hacerlo volver a entrar, y siente como su espalda choca contra la pared interior del tren, no puede evitar un ligero gemido de dolor y de sorpresa ante la situación.
- ¿Dónde crees que vas, Kusanagi? una voz ya muy familiar para Kyo, una voz amenazante: Iori.
- Ya... Yagami murmura Kyo sorprendido, siente las manos de Iori aprisionándole las suyas contra la pared sin dejarlo mover. No entiende cómo Iori ha podido atraparlo tan rápido, no es posible que se despertara y saliera corriendo tras de él, no le hubiera dado tiempo... a no ser que... ¿Podría ser que Iori estuviera despierto mientras él hablaba? Que Iori... ¿lo haya estado escuchando todo el rato sin decirle nada? Pero... ¿por qué el pelirrojo tendría que haberse quedado callado?
- Eres un estúpido, Kusanagi. ¿En verdad creías que podrías irte sin más? la voz de Iori demuestra que realmente está furioso con el joven. Kyo estaba a punto de bajar del tren, de dejarlo allí. Te comportas como un crío, no entiendo qué diablos...
- ¿Ya... te encuentras bien? susurra Kyo suavemente haciendo que el pelirrojo se detenga en lo que estaba diciendo. Sus ojos amarillos abiertos como si le estuviera mirando fijamente, una mirada triste y una débil sonrisa en sus labios.
Durante un momento Iori no sabe qué decir, confuso porque el joven frente a él le supera. ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué Kyo tiene ese carácter que hace tan difícil que pueda odiarlo? Odia que sea así, y al mismo tiempo sabe que si el joven Kusanagi no tuviera ese carácter ahora no lo estaría acompañando, no lo estaría ayudando.
Kyo oye un murmullo molesto que no logra entender de los labios de Yagami y nota cómo éste lo suelta, liberándole, al fin, las manos. El joven mantiene su rostro bajo, aunque no pueda ver a Yagami siente su mirada penetrante sobre él, seguramente una mirada burlona. Qué estúpido ha sido al pensar que podría salir del tren tan fácilmente... quizás... quizá si viera. Si hubiera podido ver las cosas hubieran sido distintas... todo sería distinto.
- No me mires así... susurra Kyo aún sin levantar la mirada. Iori se sorprende levemente. ¿Hasta qué punto puede saber Kyo lo que pasa a su alrededor? Todo esto... ¿es gracias a Azumi? - ¿Por qué? ¿Por qué, Yagami? las palabras del joven Kusanagi son débiles, casi inaudibles junto con el ruido del tren que vuelve a emprender la marcha. El pelirrojo frunce levemente el ceño sin entender mientras cruza sus brazos sobre su pecho He visto accidentes de coche, de moto, gente con cáncer o con SIDA... también he visto ciegos... levanta su cabeza, sus ojos amarillos parecen nublados por incomprensión Siempre he pensado... "a mí eso no me pasará"... entonces... ¿por qué? ¡¿Por qué tengo que estar yo ciego!? ¿¡Por qué no otro?! su voz se eleva, sus ojos muestran la rabia contenida que siente. Iori intenta decir algo, pero antes que pueda hacerlo Kyo lo corta. Lo sé, lo sé... la rabia desaparece como si no hubiera estado allí, sólo hay una triste y suave sonrisa ahora No debería decir esto... He vivido bien, me han cuidado, incluso mimado. Era evidente que alguna desgracia tenía que pasarme, ¿no? una risa seca Y... además... estoy mejor que muchos ciegos... quiero decir... noto mucho mejor las cosas que un ciego cualquiera. Puedo saber quién está conmigo, he incluso qué hace, reconocerlo por el sonido de sus pasos o su respiración... Qué... bien las últimas palabras son puramente molestas, demostrando que todo lo que decía era una pura ironía. Mi padre muerto, mi madre también, pero ¿qué más da? Hay muchos huérfanos por el mundo sus palabras son cada vez más secas, más airadas, como si estuviera molesto con el mundo. - ¿Sabes que Kaiji estaba ciego cuando era pequeño? comenta de pronto Él vio morir a sus padres. Tubo un accidente de coche, sus padres murieron y él recupero la vista ríe de nuevo, una risa amargada - ¿Por qué no continuó ciego? ¡¿Por qué ese maldito tuvo que recuperar la vista y yo no puedo!? es un grito, furioso, lleno de ira.
- Gracias... por la parte que me toca una voz con tono indiferente suena tras la espalda de Iori. Ninguno de los dos jóvenes había oído nada. Kyo demasiado molesto como para oírlo y Yagami sólo estaba escuchando en silencio al joven.
Kyo se queda callado, de pronto pensando en todo lo que acaba de decir. Dándose cuenta de lo que ha dicho y de cómo lo ha dicho.
- Kaiji... susurra el joven, realmente sorprendido y algo turbado.
- Bajamos en la próxima estación la voz del joven moreno ante ellos es neutra, como si no le importara lo que Kyo estaba diciendo -. ¿Dónde está Syo? pregunta aún con el mismo tono, sus ojos grises observando a los dos jóvenes que tiene delante. No busca a su hermano, ya ha visto que no está. Yagami lo mira fijamente, es evidente que es un ninja pues no ha hecho ni el más mínimo sonido que delatara su presencia. Antes, en su casa, no ha visto el cuerpo de Akui, pero su voz sonaba como un muchacho, ahora es un adulto, muy bien parecido. Si Kyo no hubiera dicho el nombre él no se habría dado cuenta de quién era. Sus facciones están marcadas, sus ojos rasgados, bastante pronunciados, y de ese color grisáceo bastante claro resaltan bajo los negros y largos mechones de cabello. Viste una camisa negra y unos jeans del mismo color, al igual las botas vaqueras que lleva. El contraste es bastante pronunciado, todo de negro y con la piel muy blanca, aun más que con su otro cuerpo.
- Ah... debe estar por algún vagón dice turbado aún Kyo. No se le ocurre qué decir, sabe bien que debería disculparse por lo que ha dicho. Realmente no pensaba lo que decía, sólo estaba molesto con su situación. Nota cómo Kaiji se le acerca con pasos muy lentos Kaiji, oye, yo...
- Quiero pasar la voz de Kaiji suena seca, no pide que Kyo se aparte sino que lo ordena, más distante de lo normal, o al menos eso le parece a Kyo. El joven Kusanagi no se mueve y, de pronto, siente una mano en su hombro que lo empuja levemente para que se aparte.
- Kaiji... por favor, yo no... dice Kyo al oír cómo Kaiji abre el pomo que lleva al siguiente vagón.
- Tú no ¿qué? Kaiji lo mira fijamente, su mirada es neutra, como si no le importara nada . Si lo has dicho es por algo, admítelo. Levanta una mano y la posa en la barbilla de Kyo, haciéndole levantar el rostro que tenía bajo. Te molesta que yo estuviera ciego hace años y que pudiera recuperar la vista, es comprensible. Sus ojos miran fijamente los de Kyo, observándolos pero sin mostrar nada, ni odio, ni comprensión, ni amistad... nada . Por mi parte... me alegro que el ciego seas tú - el tono no varía, aparta la mano de la barbilla de Kyo y abre al fin la puerta, dirigiéndose al siguiente vagón para buscar a Syo.
Kyo oye la puerta cerrarse y baja su rostro, sus puños apretados. Se siente como un traidor. ¿Por qué ha tenido que decir eso? Ni tan sólo se estaba fijando en lo que decía. Sabe que Kaiji es así, que su tono para con él es el mismo de siempre, pero no puede evitar pensar que ha herido al joven, es su ninja, su amigo. Si al menos Kaiji hubiera reaccionado... Si hubiera dicho algo de Alex podría haber notado en ella un tono molesto o triste, lo mismo con Shikai... pero con Kaiji... maldición. Es imposible saber cómo se lo ha tomado Kaiji.
- Oh... Mierda gruñe Kyo golpeando con un puño la pared que tiene detrás.
- Veo que sabes cómo ganarte enemigos, Kusanagi la voz de Iori, en tono hiriente y burlón. Él tampoco puede decir exactamente cómo se lo ha tomado Kaiji, aún viéndolo le resulta imposible decir si el ninja estaba muy molesto o no. Sabe por experiencia que es un ninja extraño que no se preocupa por nada ni por nadie, y por eso se le hace difícil decir si Kaiji estaba molesto, su expresión era seria, sí... pero siempre lo ha visto con esa.
- Yagami, por favor, ya me siento bastante mal intenta que su voz suene molesta, pero no puede, se siente muy mal, con ganas de ir a disculparse una y mil veces con Kaiji, aunque sabe que siempre recibiría respuestas vagas y de tono frío. Soy un estúpido, todo me sale mal. ¡Ni tan sólo he podido bajarme de este maldito tren sin que me vieras! el joven tiene ganas de desaparecer, de que todo se acabe, de no tener que sufrir ni preocuparse nunca más por nada. Se ve tan fácil... dejar que los demás hagan lo que uno tiene que hacer... Pero esta vez no puede renegar de su responsabilidad. Por mucho que huyera de Yagami y los demás no podría deshacerse de Namae... Yagami... su voz suena rota, como si estuviera a punto de perderse en la desesperación. Su mano se levanta con gesto desesperado buscando al pelirrojo quien se la sujeta por la muñeca y ve cómo Kyo lo abraza con fuerza Quiero despertar... susurra el joven ocultando su rostro en el hombro de Yagami Quiero despertar, descubrir que todo esto ha sido una pesadilla, comprobar que puedo ver... su voz cada vez suena más apagada Ir a ver a los chicos y hablar durante horas de tonterías, como siempre... Quiero despertar y buscarte, y ver que sigues igual Iori sabe bien que Kyo debe tener los ojos cerrados ahora, intentando contener las lágrimas que le piden para salir. Quiero que luchemos hasta quedar agotados, solos, oyendo nuestras respiraciones agitadas por la lucha y que luego te levantes y que me digas que nos volveremos a ver las manos de Kyo se aferran con fuerza a las ropas de Yagami, como si, de soltarlo, fuera a caer en la más profunda desesperación ¡Quiero que todo esto termine! ¡Por favor, Yagami, haz que termine!
- Tienes miedo no es una pregunta, sino una clara afirmación de un hecho aun más claro. Iori nota cómo el cuerpo de Kyo tiembla ligeramente en sus brazos y lo aprieta más contra sí. Nunca hubiera esperado ver al joven Kusanagi en esta situación. Le está pidiendo un imposible, ambos lo saben. Ambos saben que esto sólo puede terminar con la lucha contra Namae, ya no pueden hacer nada, sólo seguir el camino que se les presenta.
- Sí es una suave respuesta que sale de los labios del joven Sí... tengo miedo. Mucho Kyo se aparta sólo unos centímetros de Yagami, lo justo para que el pelirrojo pueda ver el rostro del joven. Los ojos amarillo claro abiertos, lágrimas que Kyo ya no ha podido contener bajan por sus mejillas, lentamente, sólo un par de lágrimas traicioneras mientras el joven sonríe tristemente. No voy a despertar... ¿verdad? las palabras casi no le salen, es como si algo le impidiera hablar con claridad.
- No es la clara respuesta de Iori, no hay tono cruel en ella. Ambos saben que ya no hay vuelta atrás . Esto no es ningún sueño, es la realidad, asúmelo. Las palabras suenan algo duras ahora, pero se contradicen con los movimientos del pelirrojo quien ahora seca con el dorso de su mano, muy suavemente, las lágrimas de Kyo. Se le hace extraño, casi absurdo, pero en su interior desearía, realmente, poder decirle a Kyo que todo es un sueño, que pronto despertará y no tendrá que preocuparse más. Nunca había sentido nada así, Kyo despierta en él sentimientos que ni tan sólo creía tener o que creía olvidados.
Quizás si en estos últimos días no hubiera estado tan cerca de Kyo... quizás incluso se habría alegrado de todo lo que le pasara, pero... el verlo, el tenerlo cerca y que el joven le diga lo que en realidad está sintiendo, que le diga con sinceridad que tiene miedo... No, no se siente capaz, ni con ganas, de alegrarse de lo que le pasa a Kyo y, por irónico que suene, está dispuesto a cualquier cosa para que la agonía de Kyo termine, para que el joven vuelva a sentirse seguro, feliz tal vez.
* * *
Syo, al dejar a Kyo y Iori, ha decidido buscar en otro vagón algún compartimiento vacío, por suerte lo ha encontrado y ha entrado en él. No es que no quiera estar con Kyo, no, pero sabe que lo mejor es dejarlo a solas con Yagami, además, no sabe por qué, pero él también necesitaba irse, estar unos momentos a solas y pensar en silencio.
Desde que Alex ha desaparecido se siente extraño. Kyo ya le ha dicho que la ninja está de su parte, que sólo ha fingido estar con Namae porque quiere averiguar si ese ser tiene algún punto débil. Aun así, no le gusta, Alex se está arriesgando demasiado, corriendo demasiado peligro para, quizás, no encontrar ningún punto débil en Namae. Admite que la ninja es fuerte, y ahora lo parece más que antes pero... no está muy seguro que pueda huir si Namae descubre lo que la chica está tramando. ¡Ah! Maldito gaijin, siempre queriendo demostrar que puede hacer más de lo que se espera de él.
A su mente vienen imágenes de Alex en diversas situaciones. Desde que se conocieron no se cayeron nada bien. Por suerte, Syo ya no estaba en la mansión con Kyo porque sino las batallas hubieran sido diarias...
'¿Ya vuelves a venir a molestar?' le dijo un día Alex cuando Syo había ido a ver a su hermano. Intentaba ir tan a menudo como podía, también para ver a Kyo.
'Muérete' fue su respuesta ante la burla del ninja. Siempre solía ir cuando su hermano le decía, pues Kaiji procuraba que él y Alex no se encontraran muy a menudo por las nefastas experiencias que había contemplado en sus otros encuentros.
'Tú primero' le respondió ella con una sonrisa burlona a más no poder y a partir de aquí todo fueron patadas, golpes e insultos de ambos.
Acabaron peleándose fuera de la casa y ni tan sólo se dieron cuenta de que Kyo, Kaiji y los demás los estaban mirando pues estaban cerca y habían oído los ruidos.
'Con esa violencia nunca vas a conseguir tener novia' se burló Alex entre golpe y golpe, esquivando y golpeando a la vez, intentando que Syo no la pudiera tocar ni una sola vez, como siempre dejándolo en ridículo, como si esa lucha no mereciera la pena y ella pudiera ganarla en cualquier momento.
'Tu qué sabrás gaijin' le replicó él airado. 'Siendo un extranjero tan odioso nadie te va a amar, jamás' sus palabras fueron hirientes, y lo notó, pues, sólo por un segundo, Alex bajó su guardia y él pudo golpearla en el rostro, haciéndola caer. Pero la joven se levantó rápidamente, su rostro bajo, pasando una mano por sus labios, en donde había un ligero hilo de sangre.
'No necesito que nadie me ame' fue el gruñido de Alex muy molesto 'No quiero que nadie me ame' levantó el rostro, furiosa, y se lanzó a atacar a Syo con todas sus fuerzas. Éste estaba sorprendido por la respuesta de Alex y no esperó ese golpe tan veloz y fuerte, justo en su estómago. Acabó de rodillas en el suelo, pronto vio como Alex iba a darle una patada en el rostro, pero alguien la sujetó: Shikai.
'Alex venga, ya has ganado' le susurró Shikai amablemente, intentando calmarla mientras seguía sujetándola con fuerza.
'No, aún no' gruñó Syo levantándose, aún podía luchar. Pero alguien lo sujetó a él también, Kaiji. Lo cogía con fuerza por el brazo y tiraba de él para alejarlo de Alex.
'¿Es que no ves cómo está Alex?' preguntó Kaiji en su típico tono neutro, como si realmente no hubiera pasado nada. Syo miró los ojos de la joven, llenos de rabia y ganas de lanzársele al cuello, Hiroshi también la estaba sujetando ahora para impedir que se moviera.
'Hay ciertas cosas, Syo, que mejor no le digas a Alex' Kyo se puso a su lado y le susurró esas palabras suavemente, no estaba enfadado, sólo le comentaba, más o menos, por qué Alex se había puesto así. 'No es que me guste mucho que os peleéis, pero... al menos, si lo hacéis, no le hables de parejas o cosas similares' Kyo le sonrió amablemente, él no acabó de entender el porqué Kyo estaba defendiendo a ese estúpido ninja, pero calló. Bien podría haber dicho que fue Alex quien empezó, pues era verdad, pero decidió contenerse al tener a Kyo cerca.
Y ese día pasó con tranquilidad, Alex no le volvió a dirigir la palabra en todo el día, y los otros evitaban dejarlos a solas a los dos juntos. De vez en cuando Syo miraba de reojo al gaijin y veía como le devolvía la mirada, furiosa, como si pudiera matarlo con sólo mirarlo.
No entendió por qué Alex se había puesto así, y ahora tampoco lo entiende. Al menos ahora sabe que es una mujer o sea que realmente Alex no debe desear que nadie la ame, es evidente si se hace pasar por hombre... pero lo que no entiende es por qué, ¿por qué Alex no quiere que alguien la ame? ¿Por qué esconder un cuerpo hermoso bajo esas ropas anchas? ¿Por qué esconder una voz suave bajo insultos y odio?
- Alex... susurra mientras suspira, pero no sabe si de agobio o de tristeza, ni él puede decirlo.
Su rostro está girado hacia la ventana, y nota que, hasta ahora, estaba mirando por ella pero sin ver nada, sólo las imágenes de los recuerdos. Mira su rostro reflejado en el cristal y se sorprende al ver lo apesadumbrado que se ve. Y más se sorprende al ver otro reflejo; la puerta del compartimiento abierta y un joven de cabello largo y negro en ella.
Se gira, sobresaltado, no ha oído ni la puerta abrirse. Se encuentra mirando fijamente unos ojos grises y fríos que le devuelven la mirada sin inmutarse.
- ¿Kai... Kaiji? pregunta después de unos segundos de dudas, pues se le hace difícil reconocer a su hermano en ese nuevo cuerpo.
- Nos bajamos en la próxima estación dice el joven simplemente, sus brazos cruzados en su pecho, sin ni tan sólo cambiar la expresión fría de su rostro.
- ¿Cómo es que estás aquí? pregunta Syo, sin comprender como su hermano ha podido subir al tren, y menos, cómo ha sabido en que tren estaban.
- Calculé cuanto tiempo os llevaría llegar a la estación, llamé para preguntar los horarios y supuse que estaríais en éste explica Kaiji secamente, como si no tuviera ganas de hablar . Luego cogí un coche y fui a la estación anterior a la que tenemos que bajar para avisaros. Desvía su mirada de Syo, sus ojos posándose en el paisaje del otro lado de la ventana . Estamos a punto de llegar murmura. Syo nota cómo el tren va cada vez más lento, confirmando lo que dice su hermano. Se le hace extraño que le hable tan fríamente, en general cuando están solos Kaiji es más amigable, o no tan frío al menos Vamos dice Kaiji al fin, volviendo a mirar a Syo para luego dar media vuelta y salir del compartimiento, sin esperarlo.
Syo sólo lo sigue sin decir nada, parece que Kaiji no está de buen humor.
El tren se detiene completamente.
- Bajemos dice Kaiji, llegando en donde están Kyo y Yagami, quienes ahora están ya separados, pero Kyo mantiene su rostro bajo.
- Kaiji, por favor, escucha... intenta decir Kyo. Quiere disculparse con Kaiji, pero el joven no parece escucharlo o no le interesa hacerlo y baja del tren sin decir nada.
Kyo sólo suspira, maldiciéndose por decir esas cosas. Posa una mano en la puerta de salida para guiarse. Baja el primer peldaño, pero en el segundo, el que forma el tren con el suelo, al ser bastante más alto, no calcula bien y tropieza. Pero antes de que pueda caer al suelo unos brazos lo cogen, rodeándolo por la cintura.
- Maldición gruñe Kyo cerrando con fuerza sus ojos, sintiéndose impotente, aún sujeto en los brazos de quien lo ha recogido con suavidad.
- Tranquilo Kaiji habla, su voz no tan fría mientras sigue aguantando a Kyo . Yo tuve que darme un par de golpes para aprender que el segundo escalón es más alto que el primero. Kyo ahora tiene los ojos abiertos, como si mirara fijamente los grises ojos de Kaiji, su rostro levemente sorprendido. Sabe que Kaiji ha bajado antes que él, pero no se esperaba que fuera el ninja quien lo hubiera sujetado de esa manera tan... gentil.
- Nadie... ¿te sujetaba? susurra Kyo, mientras lentamente baja su rostro, como si no pudiera soportar la mirada de Kaiji, aunque no pueda verla. No puede imaginar como fue la niñez del ninja.
- No. Dejaban que me cayera el tono de voz sigue frío, pero es sólo un susurro dirigido sólo a Kyo mientras observa cómo Yagami y Syo también bajan del tren.
- Nunca me has contado nada de eso... comenta Kyo, también susurrando las palabras. Su voz suena apesadumbrada, preocupada por como se encuentre Kaiji, por si lo debe estar ofendiendo o si ya lo ha ofendido suficiente antes.
- No hay mucho que contar responde el ninja, soltando a Kyo al fin, lentamente. Una ráfaga de viento hace que sus largos y negros cabellos se eleven por la brisa, sacudiéndose y ocultando la mitad del rostro del ninja. Nací ciego. Mis padres se molestaron mucho al saberlo y, en general, evitaban tocarme o hablarme tanto como podían empieza a contar el ninja mientras aparta algunos mechones que han quedado en su rostro . Si alguna vez me llevaban a algún sitio en tren, en coche o avión, no me sujetaban la mano una muy corta risa, seca . Así que no fueron pocas las veces que me perdí o que me golpeé. Si alguna vez me llamaban sólo era para ver como me golpeaba contra las cosas... les gustaba cambiar los muebles de sitio para que yo me confundiera. Se detiene un segundo, pensando en que más puede decir . Si había visitas me encerraban en mi habitación, y si hacía demasiado ruido uno de ellos venía y me golpeaba o me tiraba directamente al suelo. Un leve suspiro escapa de sus labios, y Kyo no sabe cómo interpretarlo . Creo que su frase preferida era... "Cómo nos ha podido ocurrir una desgracia así" y también "Además de ciego eres retrasado" - La voz de Kaiji suena distante ahora, como si no estuviera hablándole a nadie, sólo recordando en voz alta su infancia. Su mirada está fija en el cielo azul que poco a poco empieza a coger tonos rojizos por el ocaso.
- Kaiji... susurra Kyo, sorprendido por lo que ha contado su ninja y sintiéndose mal por lo que ha dicho antes de él -. ¿Por qué nunca nos lo habías contado?
- Nunca me habéis preguntado es la seca respuesta de Kaiji que baja la mirada hacia Kyo, viendo cómo el rostro del joven está completamente apesadumbrado -. ¿Y ahora qué te pasa? pregunta entrecerrando sus ojos, empezando a molestarse por el comportamiento del joven Kusanagi.
- Siento lo de antes Kaiji, soy un estúpido, no pensaba lo que decía susurra Kyo, sintiendo como si se le escapara la voz, como si no pudiera hablar con la claridad que quiere.
- Por Dios, Kyo la voz de Kaiji empieza a tomar un ligero tono hastiado -. ¿Qué tonterías dices? Kyo frunce el ceño sin entender por qué Kaiji se pone así ahora . No me importa dice el ninja separando las palabras, diciéndolo lentamente como si Kyo fuera un extranjero . Creía que me conocías mejor que esto. Déjate de sentimentalismos y de disculpas, no las necesito ni las he pedido su voz suena molesta, pero no eleva el tono, no grita, tampoco susurra.
- Pero Kaiji... intenta protestar Kyo. No comprende cómo a Kaiji no le ha podido molestar lo que ha dicho antes, sus palabras han sido muy duras, ni tan sólo entiende cómo ha sido capaz de decir esa barbaridad de Kaiji y menos sin estar el ninja molestándolo.
- Pero Kaiji, nada el ninja suspira mientras aparta unos mechones que cubren sus ojos, dejando que éstos se vean con claridad, hermosos . Escúchame bien. empieza como si le estuviera contando esto a un niño : Soy quien mejor te entiende, quien más te comprende. Cuando estaba ciego deseé más de mil veces que, o bien mis padres o bien uno de mis criados, estuviesen ciegos en lugar de estarlo yo pone una mano en la mejilla del joven Kusanagi, no acaricia, sólo la mantiene allí . Te comprendo. Es normal que desees eso. Y... yo nunca te lo voy a reprochar, jamás Kaiji deja caer la mano, su voz con un ligero tono más suave y amable, pero es más bien como si no quisiera que lo oiga Kyo, aunque claro que el joven Kusanagi lo ha oído Cuando te quedaste ciego no pude evitar recordar cómo había sido mi infancia... Sé que es horrible, que a veces matarías por volver a ver... es normal termina. Sus ojos fríos miran primero a su hermano, quien parece entre confuso y complacido por lo que ha oído. Luego mira a Yagami, éste no parece muy contento, lo está mirando con cierto odio, y es que a Iori no le agrada en nada que este ninja pueda 'comprender' tan bien a Kyo. Kaiji sólo sonríe, burlón, y, sin dejar de mirar a Yagami posa otra vez su mano en la mejilla de Kyo y lo acerca a él sin que el joven pueda evitarlo, y lo besa suavemente en los labios.
En segundos el pelirrojo reacciona, airado y coge una mano de Kaiji, apartándolo del joven Kusanagi, empujándolo sin miramientos y con violencia, casi haciéndolo caer, pero Kaiji se mueve con agilidad y logra no perder el equilibrio.
- ¿Qué pasa, Iori? dice Kaiji en tono bastante burlón, semisonriendo al pelirrojo y hablándole sin mostrar ningún tipo de respeto -. ¿No quieres que te robe a Kyo? la burla aun se hace más presente, sus ojos grises sin apartarse de los dorados de Yagami, sin mostrar ningún tipo de miedo ante la furiosa mirada del pelirrojo.
- ¡Hermano! dice Syo, sorprendido, y sin entender porque Kaiji ha hecho esto -. ¿Se puede saber qué haces? no es que esté molesto, sólo muestra un claro tono de reproche con la pregunta, no entiende qué le pasa a su hermano.
Antes que Kaiji pueda contestar a la pregunta se oye el sonido de un teléfono móvil. Kaiji busca en uno de sus bolsillos y lo encuentra.
- ¿Qué? dice solamente al descolgar, su voz de nuevo tomando su neutralidad natural, sin entonación alguna. Todos pueden medio oír una voz femenina al otro lado de la línea, pero no llegan a entender lo que dice, están demasiado separados del ninja - ¿Peor? Kaiji habla, ahora es como si estuviera solo, como si no viera a los tres jóvenes que están con él, como si todo a su alrededor hubiera desaparecido . Ahora vengo dice y cuelga el teléfono . Maldición gruñe con claro tono molesto esta vez . Vosotros esperad aquí, pronto llegará un coche a buscaros sus ojos se posan en los tres jóvenes, su mirada firme y molesta a la vez, claramente como si les ordenara que lo dejaran en paz.
- ¿Tú adónde vas? pregunta Kyo en tono suave, queriendo saber por qué esa llamada parece haber alterado tanto a su ninja.
- Al mismo sitio que vosotros dice el ninja sin mirar a Kyo, volteándose para empezar a salir de la estación.
- Entonces ¿por qué no esperas con nosotros? le pregunta su hermano sin entender por qué tanta prisa de pronto, ¿qué le habrá dicho la mujer al otro lado de la línea telefónica?
Pero Kaiji no le responde, sólo empieza a correr hacia la salida de la pequeña estación. Los tres jóvenes no saben qué pensar sobre el extraño cambio de actitud de Kaiji.
- Sigámoslo dice Kyo no demasiado seguro de lo que dice, pero sin querer dejar a Kaiji irse solo y sin dar ningún tipo de explicación . Id delante, yo ya podré seguiros sonríe, sabiendo que, al menos Syo, no está muy de acuerdo con su idea.
El ninja sólo se inclina levemente sin atreverse a protestar y empieza a correr hacia donde ha salido Kaiji. Kyo, oyendo los pasos de Syo, empieza a correr tras él. Iori sólo gruñe algo, molesto, y corre también, quedando al lado del joven Kusanagi, mirándolo de reojo para controlarlo.
Al salir de la estación Syo empieza a recorrer la calle con su mirada, el pueblo es muy pequeño, unas casas, algún bar y un hotel, las calles ni tan sólo están asfaltadas. Encuentra a Kaiji al lado de una moto de montaña que, evidentemente, no es suya.
- Kaiji Syo corre hacia él, y Kyo y Yagami lo siguen de cerca sin decir nada.
- Esperad el maldito coche gruñe Kaiji molesto, sin mirarlos siquiera, alterado. Simplemente sube a la moto de golpe, harto de que lo persigan.
- Hermano, la moto no es tuya, ni tan sólo tienes la llave ¿cómo vas a...? antes que Syo pueda terminar su pregunta Kaiji le da la solución:
- Electricidad murmura Kaiji poniendo una mano en la carrocería de la moto, y pequeñas chispas de electricidad la empiezan a rodear hasta que ésta se enciende -. ¿Alguna pregunta más? vuelve a gruñir Kaiji molesto y sarcástico . Esperad al coche dice secamente al fin, siguiendo sin mirarlos, pero una mano se posa en su hombro.
- Voy contigo dice solamente Kyo apoyándose en Kaiji y subiendo con él a la moto sin dejar que el ninja pueda protestar . Vosotros esperad el coche dice Kyo con su mirada girada hacia donde sabe que está Yagami, sonriéndole levemente. Kaiji sólo hace rugir la moto y acelera, yéndose por uno de los caminos de tierra, saliendo del pueblo y dejando sólo un rastro de polvo tras de él.
- Maldito Kusanagi gruñe el pelirrojo molesto mirando como el polvo levantado va, lentamente, volviendo a caer al suelo, la moto ya no se ve.
* * *
- Kaiji, ¿qué pasa? pregunta Kyo sujetándose con fuerza en la cintura de su ninja porque el camino por donde van está lleno de baches y Kaiji va a demasiada velocidad al cogerlos.
- ¿Por qué te metes en donde no te llaman? es la única respuesta de Kaiji quien mantiene la mirada fija en el camino esquivando tantos baches como puede y dejando que su voz se pierda en la velocidad y el ruido estridente del motor de la moto.
Kyo puede sentir los largos cabellos de su ninja envolverle salvajemente debido al viento creado por la velocidad. No espera que Kaiji diga mucho más y el ninja confirma su teoría, no entiende por qué, sólo por una llamada, Kaiji se ha puesto así.
Al cabo de pocos minutos Kyo siente cómo la moto pierde velocidad y oye el agudo chirrido de los frenos. Nota que la moto se queda de lado por la brusca frenada y sabe bien que Kaiji ha puesto un pie en el suelo para que no vuelque por el impulso. Al fin se detienen.
Están justo enfrente de la casa de Kaiji, el ninja no espera a Kyo y entra directamente a la mansión. Mary está a fuera, esperándolo, le saluda con claro rostro de preocupación pero Kaiji ni tan sólo la mira, sólo entra sin decir nada y con pasos rápidos.
La joven lo sigue un momento con la mirada y luego mira al nuevo invitado, un joven alto de cabello corto y castaño, muy bien parecido. Se dirige a él, solícita.
- Bienvenido, señor, mi nombre es Mary saluda la joven respetuosamente, inclinándose levemente ante Kyo.
- Hola murmura Kyo, sabiendo que esta manera de hablar, tan respetuosa y solícita es la típica de una criada Ore wa Kyo da se presenta algo turbado mientras inclina levemente su cabeza ¿dónde estarán? Se siente perdido en medio de tanta oscuridad y después del viaje en tren aun es peor porque ya no puede ni situarse. Perdona pero... ¿dónde estamos? Es que yo... Kyo se siente muy incómodo teniendo que preguntar y mucho más teniendo que decir que está ciego. Definitivamente odia estas situaciones, se le hacen embarazosas y desagradables.
- Está en la casa de Seike-san, Kusanagi-san responde la chica manteniendo el tono cortés y respetuoso viendo cómo el joven frente a ella se sorprende ligeramente . Akui-san me contó lo que le pasa, no se preocupe la joven se apresura a aclarar las dudas de Kyo y éste se siente un poco, sólo un poco, mejor al no tener que decir que está ciego . Si me permite decirlo... Estoy muy contenta de conocerlo al fin sonríe la joven. Kyo comprueba que Kaiji no se ha presentado como tal en la casa, supone que es normal... sus criados no podrían entender que, de pronto, su señor ha cambiado de cuerpo. Demasiado extraño como para que alguien pueda creerlo, incluso él, que no lo ve, se siente extraño hablándole a ese joven como si fuera Kaiji.
- Gracias sonríe Kyo amablemente a la joven, ligeramente halagado . Kaiji nunca me dijo que tenía otra casa comenta como si no le importara mucho, pero realmente se ha sorprendido al saberlo... Kaiji con otra casa... en otro sitio que no es la mansión Kusanagi...
- Oh, bueno... Supongo que ya sabe cómo es Seike-san a la hora de contar las cosas. Guarda muchos secretos la voz de la joven suena algo ilusionada, feliz tal vez por conocer al fin a Kyo . Me alegra ver que Seike-san es ninja de alguien tan... amable comenta la joven sonriendo y bajando ligeramente su rostro, algo sonrojada, pues realmente iba a decir hermoso pero no se ha atrevido.
Kyo ríe suavemente, mostrando una sonrisa encantadora hacia la joven.
- Eres muy amable, Mary Kyo puede oír los ruidos que los envuelven. Oye el sonido de animales pastando, ovejas... vacas... está seguro que deben ser todos de Kaiji, casi podría asegurar que la casa es de estilo tejano, como tanto parece gustarle a su ninja. Mary ha dicho mansión en vez de casa, así que puede suponerse que debe ser enorme, y por tanto lo mismo pasará con el terreno. - Debéis ser muchos criados, ¿verdad?
- Bueno... en la mansión somos seis dice Mary contando mentalmente tomándose unos segundos . Pero luego están todos los hombres y mujeres que cuidan del ganado comenta mientras su mirada se posa en Alex, el enorme caballo palomino que está pastando cerca de ellos, tranquilo, sin parecer preocupado por nada, sin siquiera molestarse para saber quién es ese extraño que ha aparecido.
- Perdona que pregunte, pero tú no eres de aquí, ¿verdad? pregunta el joven sin dejar de sonreírle a Mary. Le parece evidente, pues el nombre ya se nota que no es japonés.
- No, no soy de aquí. Soy de Estados Unidos, de Utah responde la chica amablemente a la pregunta del alto y apuesto joven de agradable sonrisa.
- Y ¿cómo es que terminaste aquí? Kyo sonríe hacia la joven, sus ojos amarillos han estado todo el rato abiertos, todo el rato como si en verdad estuviera viéndola. Ella se siente algo turbada, Akui-san ya le ha dicho que Kyo estaba ciego pero que no lo parecía, pero no esperaba tanto.
- Todos los que estamos trabajando aquí somos de fuera le responde Mary, su tono se nota más tranquilo, como si estuviera más relajada hablándole que antes . Algunos estamos aquí porque nos contrataron los padres de Seike-san, a otros los contrató él mismo. Seike-san quería gente experta en ganado, así que la mayoría son de Texas, hay un par de europeos, de España y Grecia... y la única oriental es de China... Ningún japonés - la joven piensa por primera vez en eso, la verdad es que nunca se había parado a pensar en quién trabajaba allí... los conoce a todos muy bien, claro, pero no se había fijado en que entre ellos no había ningún japonés.
- Y supongo que Kaiji habla con cada uno su idioma, ¿verdad? comenta Kyo levemente divertido ante lo que oye, sabiendo de antemano la respuesta.
- La verdad es que sí responde la joven . Nos pidió a todos que aprendiéramos el japonés porque si nos reúne o vienen visitas lo habla. Pero si debe hablar conmigo solamente me habla en inglés, incluso con el acento de Utah comenta sonriendo contenta, la verdad es que eso nunca le ha parecido extraño porque Kaiji siempre le ha hablado en su idioma, nunca prestó atención a eso . Español también habla, y chino, y griego también por su tono a Kyo le parece como si la joven estuviese orgullosa de Kaiji y eso le hace gracia, es curioso que alguien como su ninja pueda tener criados tan fieles y que lo respeten tanto como Mary.
Empiezan a oír el ruido de un motor acercándose a ellos. El coche de la mansión, con Jack al volante. Se detiene lentamente al llegar a donde están Kyo y Mary.
- Kyo-sama Syo baja del coche. Jack los ha ido a recoger a los pocos segundos de irse Kyo con Kaiji, preguntando dónde estaba Akui-san. Syo le ha dicho que se había adelantado a ellos y el viejo criado simplemente ha ido por el mismo camino que había cogido Kaiji hasta llegar a la mansión.
- ¿Dónde está ése? pregunta Iori viendo que el ninja no está con Kyo, su voz claramente hastiada por su comportamiento irracional. Su mirada se fija en la pequeña criada al lado de Kyo, cuestionándole a ella también en dónde se ha metido Kaiji. La joven baja su mirada al ver cómo el pelirrojo frente a ella la observa tan fijamente, siente un escalofrío recorriéndole el cuerpo sin poder evitarlo.
- Ha ido dentro de la mansión responde Kyo a la pregunta del molesto pelirrojo , no me ha querido decir por qué. La voz del joven Kusanagi empieza a coger un ligero tono preocupado mientras baja levemente su rostro . Aunque ya me lo supongo... termina, su voz apagándose en la última frase y suspirando, apesadumbrado.
- ¿Por qué? inquiere Syo empezando a preocuparse por cómo está su hermano, ¿le habrá pasado algo? ¿Por qué tanta prisa?
- Syo... le sonríe Kyo levantando nuevamente su rostro, su voz cálida y comprensiva -. ¿No te has dado cuenta? su sonrisa empieza a tornarse triste. Syo no comprende lo que quiere decir, y siente cada vez más nervios y preocupación. Akui no se fue solo cuando lo dejasteis en la estación, ¿por qué Shikai no ha venido con él a buscarnos? los ojos amarillos de Kyo parecen mirar a Syo con comprensión y éste se da cuenta de lo que debe estar pasando. Shikai... debe haber empeorado.
- Tiene razón, Kusanagi-san dice Mary interrumpiendo débilmente al joven casi como si no se atreviera a hacerlo . Shikai-san ha empezado a encontrarse mal y por eso no ha venido a buscarlos. La verdad es que ni Akui-san quería ir a por ustedes, no parecía querer separarse de Shikai-san, pero éste le ha dicho que era mejor que los fuera a buscar mientras yo me quedaba con él. Su voz empieza a tomar un ligero tono nervioso al hablar sobre eso, preocupada . En un principio no estaba tan mal. Quiero decir... sólo un poco de fiebre y mareos, pero ahora la fiebre ha subido a cuarenta... sus manos nerviosas juegan con el pequeño delantal que lleva sobre la falda, su mirada baja. Se ve claramente alterada por lo que le está pasando al joven rubio.
- Akui... ¿cómo se lo ha tomado? pregunta Kyo intentando escoger las palabras adecuadas. Sabe que la chica está nerviosa, evidentemente no debe ser brusco con sus preguntas.
- Pues... no sabría decirle titubea la joven al principio . El carácter de Akui-san es muy parecido al de Seike-sama la joven sonríe medio turbada al pensar en eso . Aunque ha habido algo extraño... Mientras Akui-san se preparaba para ir a buscarlos Shikai-san le he dicho que se buscara pareja recuerda la joven, pues eso le ha parecido algo extraño. Kyo abre sus ojos con sorpresa... Shikai, ¿tan mal está que quiere que Kaiji vaya con otro? ¿Por eso lo ha besado en la estación? ¿Es por eso que le ha dicho a Yagami si tenía miedo que se lo robara?
- ¿Dónde está ahora Shikai? ¿Puedes llevarnos con él? pregunta el joven Kusanagi algo nervioso, queriendo saber cómo se encuentra su rubio ninja. No sabe cómo, pero no va a permitir que Shikai muera tan pronto... ha habido demasiadas muertes en pocos días como para que Shikai las incremente.
- Ah... claro la joven asiente y empieza a andar hacia la entrada de la mansión. Kyo sólo anda siguiendo el sonido de sus pequeños pasos mientras Yagami se coloca a su lado y Syo los sigue detrás.
Jack decide no entrometerse, le sabe muy mal por el rubio y está ligeramente preocupado por su salud, pero tiene otras cosas que hacer por ahora, tareas pendientes en la casa que ha dejado de lado al recibir las visitas.
Los tres jóvenes entran en la mansión siguiendo a Mary en silencio. Lo primero que ven al entrar es a Kaiji, en el piso superior, golpeándose contra la barandilla y cayendo hasta golpearse contra el suelo de la planta baja, dejando oír un quejido por el dolor.
- ¡Akui! grita Kyo al oír el golpe y el grito de Kaiji, sabiendo, más o menos, lo que le ha pasado al joven. Oye cómo la criada grita, asustada por lo que acaba de ver Syo, ¡llévatela! le indica a su ninja sin querer que la criada esté cerca por si alguien los ataca. Se coloca en posición, preparado para lo que sea que esté pasando.
Syo obedece al instante, rodeando a Mary por los hombros con un brazo y llevándosela rápidamente hacia una de las puertas, haciéndola entrar y diciéndole que no se mueva de allí, cerrando al instante.
- ¿Qué demonios pasa aquí? gruñe Iori acercándose con pasos rápidos hacia Kaiji, sus músculos en tensión por si alguien lo ataca. El ninja trata de incorporarse después de la caída, una mano en su cabeza pero no logra mantener el equilibrio, se siente demasiado mareado. Antes de que caiga Iori lo sujeta con una mano por su cintura, algo bruscamente. El pelirrojo puede ver como los negros cabellos están manchados de sangre, se ha golpeado muy fuerte al caer. No logra entender cómo Kaiji ha podido levantarse después de semejante golpe.
- Nada, me gusta tirarme desde pisos altos gruñe Kaiji burlón y molesto a la vez por la pregunta, empujando a Yagami algo torpemente lejos de él. Iori va a replicarle algo, pero antes que pueda decir nada ve cómo el ninja pone las manos en su propio cuello y cierra los ojos. No entiende lo que hace hasta que ve un leve reflejo, un fino cable ha rodeado el cuello de Kaiji y lo está ahogando.
- Kaiji, ¿qué pasa? pregunta Kyo sin saber lo que allí sucede, preocupado. Pero, de pronto, empieza a comprender lo que puede estar pasando. Oye la respiración costosa de Kaiji, la acelerada de Yagami al igual que la de Syo y... una respiración muy débil y agitada, trabajosa -. ¡Shikai! Kyo abre sus ojos, levantando su rostro hacia donde ha oído la respiración.
Iori y Syo, al oírlo lo miran primero a él y luego hacia donde tiene la mirada fija. Es en el piso de arriba, justo donde terminan las escaleras de la derecha. Iori puede ver una mano que parece aferrarse a algo con fuerza, está sujetando el cable que rodea el cuello de Kaiji, ahora puede verlo.
Al ser descubierto, Shikai hace un movimiento y el cable deja de aprisionar el cuello de Kaiji, y el rubio sale de donde estaba. Sus dorados cabellos están pegados a su rostro, sus ojos ocultos tras ellos. Sus labios entreabiertos intentando regular su agitada respiración. Todo él está cubierto por una fina capa de sudor, su camisa pegada a su cuerpo como una segunda piel.
Shikai baja los escalones, despacio, sin prisas. Kaiji sólo se mantiene en pie como puede, sintiéndose muy mareado mientras la sangre en su cabeza empieza a bajar hacia su ojo.
- ¿Realmente crees que voy a dejar que vayas con otro? la voz de Shikai suena tenebrosa, burlona y fría, tal y como suena siempre la voz de Kaiji -. ¿Realmente crees que dejaré que alguien más te toque mientras yo muero? acaba de bajar las escaleras y se detiene, sus mechones aún cubriéndole los ojos -. ¡Antes de mato! Levanta su mirada, bruscamente, sus ojos se ven ahora entre los mechones, mucho más oscuros que de costumbre, su mirada es completamente furiosa, dirigida sólo a Kaiji, ignorando a los demás.
Kaiji sólo le devuelve la mirada, un ojo cerrado por culpa de la sangre que lo ha cubierto, en su cuello se pueden ver las marcas del cable, su piel enrojecida y con ligeros rasguños provocados por él mismo al intentar liberarse. Intenta decir algo, pero no llega a poder debido a la presión que ha sentido antes su cuello, sólo puede toser sintiendo cómo las marcas le arden.
- Y ahora ¿qué le pasa a éste? gruñe Iori viendo la escena sin comprenderla demasiado y poniéndose en posición defensiva, ¿ése no es uno de los ninjas de Kyo?
- Yo... - logra decir Kaiji con mucho esfuerzo . Yo... repite mientras tiene que volver a toser, sintiéndose mareado y adolorido. Pone una mano en su cuello, como si eso lo aliviara en algo ¡Yo hago lo que quiero y con quien quiero! logra gritar poniendo el tono burlón que deseaba en sus palabras, hiriente. Shikai entrecierra sus ojos, molesto por lo que ha dicho Kaiji, no dice nada, sólo se lanza a atacarle con rabia.
- Kaiji, ¿por qué dices eso? grita Kyo sin poderse creer que Kaiji haya podido decir eso y de esa forma tan cruel. Sabe bien que ahora Shikai está sin control. Cuesta mucho hacer enfadar a Shikai, pero cuando sucede... y Kaiji ni tan sólo ayuda a calmarlo, todo lo contrario, sólo está avivando aun más la rabia de Shikai.
El moreno logra esquivar el ataque de Shikai a duras penas, torpemente protegiéndose con los brazos de un fuerte puñetazo en su rostro.
- No sirves... para nada continúa burlándose Kaiji, su voz sonando ronca por el esfuerzo de hablar. Golpea con su pierna un costado del rubio y hace que esté se resienta y él aprovecha el momento para alejarse. - ¡Ataca! grita, pero no se dirige a Shikai. De detrás de una de las escaleras aparece la enorme pantera de Kaiji que salta encima del rubio con un fuerte rugido. Shikai se voltea, y sólo tiene tiempo de protegerse con su brazo derecho, el cual Neko rasga con su enorme zarpa, dejando cuatro profundos cortes en él.
- Maldito animal gruñe Shikai sintiendo el dolor de los cortes, pero rápidamente gira sobre sí mismo y golpea el rostro de la pantera con una fuerte patada y ésta cae al suelo gimiendo de dolor.
Kaiji aprovecha el descuido del rubio para volver a atacarlo.
- ¡Deteneos! grita Kyo, pero ninguno de los dos lo oye -. ¡Yagami! grita empezando a desesperarse, intentando que el pelirrojo haga algo, que los separe, que los detenga como sea. Pero Iori no responde a su llamada, sólo mira como los dos ninjas pelean con fuerza. Patadas, golpes certeros, esquivos... pero Kaiji está en desventaja, puede ver que el joven sólo evita los golpes más por instinto que por saber lo que hace, aún está demasiado mareado. No cree que pueda aguantar mucho rato el ritmo del rubio.
En un momento Shikai golpea a Kaiji con su brazo derecho y el ninja no se protege, sólo deja que el golpe le llegue, su mirada fija en el brazo de Shikai. Cierra suavemente los ojos antes de recibir el golpe y susurra un "al fin" y cae al suelo al recibirlo, un hilo de sangre escapando de sus labios. Shikai lo hace levantar, cogiéndolo por la camisa pero Kaiji sólo queda arrodillado mirándolo, no puede casi moverse, su ojo aún cubierto por la sangre del corte de antes.
- Si tienes que decir algo hazlo ahora, porque pienso matarte gruñe Shikai, sus ojos brillantes de pura rabia, sus palabras cruelmente sinceras.
Kaiji sólo cierra sus ojos y deja escapar una risa seca y corta.
- No lo voy a volver a decir nunca más... así que escúchame bien... la voz de Kaiji es un susurro, sólo para que lo oiga el rubio, su rostro frío mientras deja que Shikai sostenga todo su peso . Te... amo, estúpido su voz aun es más baja al decirlo. El rubio abre sus ojos, sorprendido, algo confundido, sin saber si ha oído bien las palabras que han salido de los labios de Kaiji, ni tan sólo han sido dulces, sólo dichas fríamente en voz baja. Kaiji aprovecha el descuido de Shikai para liberarse y levantarse aunque con bastante torpeza . Cuando tu mueras... no pasará mucho tiempo para que muera yo la sonrisa en los labios de Kaiji es burlona mientras sigue susurrando, pero su tono de voz varía ligeramente, volviéndose algo más suave de lo que suele ser . Eres muy ingenuo Kai, ¿te has creído que yo iría con otro estando tú vivo? Si ni tan sólo iría estando tú muerto. Niega con la cabeza y deja oír una corta risa, seca, algo distante -. Qué tontería levanta una mano distraídamente, pasando la punta de sus dedos por su ojo cubierto de sangre, intentando inconscientemente que ésta desaparezca para poder abrirlo, aunque sólo logra que sangre nueva vuelva a cubrirlo.
- Maldición, ¡Kaiji! gruñe Kyo molesto. Siente que el ambiente se ha relajado de pronto, sabe que Kaiji le ha dicho algo a Shikai, pero no sabe el qué.
- Kaiji... susurra Shikai, sus mechones de nuevo cubriéndole el rostro, sus ojos -. ¿Por qué? De nuevo un susurro, débil y apagado. Kaiji puede ver una lágrima bajar por la mejilla de su pareja, lentamente descendiendo hasta su cuello.
- Para que no murieras responde Kaiji mirando fijamente el rostro de Shikai y levantando una mano para apartar los mechones rubios que cubren unos ojos azules, claros y húmedos, unos ojos que muestran la incomprensión de Shikai ante lo que ha dicho Kaiji. - ¿Te duele el brazo? ¿Te sientes mal? pregunta volviendo de nuevo a su voz neutra, aún con su cuello adolorido y aprovechando para secar la lágrima traicionera de la mejilla de Shikai con su mano para luego apartarla. Shikai frunce el ceño sin comprender y luego levanta su brazo derecho, cubierto de sangre, levanta la manga de la camisa para encontrarse con que allí no hay nada, sólo algo de sangre, pero ningún rasguño en él, ni una marca de la zarpa de Neko.
Sus ojos azules miran con incredulidad el brazo y luego levanta su mirada para encontrarse con los grises ojos de Kaiji observándolo fijamente.
- Soy... la cuarta parte susurra Shikai, suavemente, pero suficientemente alto como para que los demás lo oigan y se sorprendan por la afirmación. El rubio también está sorprendido mientras su mirada no se aparta de su brazo.
- Sí. Tanto Alex como yo decidimos que era mejor mantenerte al margen explica Kaiji mirando también el brazo de Shikai y hablando como si no se lo estuviera contando a nadie, sólo al aire o tal vez a él mismo Pero... te estabas muriendo. Así que lo único que podía hacer era intentar que tus poderes despertaran el rubio levanta la mirada, aún sin poder creerse la explicación de Kaiji aunque sabe que es cierta, siente un nuevo poder recorriéndolo . Yo tengo el poder de la magia de ataque, Alex el de la fuerza de ataque, Hiroshi el poder de la defensa... sólo quedabas tu, y tu poder de curación concluye Kaiji secamente, como si realmente eso no tuviera importancia, o no la importancia que le daba Azumi. Si el demonio lo veía como algo bueno, para él es algo... tal vez extraño, pero no como para necesitar tener esos poderes a toda costa. Shikai, él, Alex y Hiroshi. Qué extrañas coincidencias tiene la vida, se dice por un momento, pensando que tal vez no es tanta coincidencia como parece, podría ser que ellos cuatro estuvieran destinados a unirse, a estar juntos... aunque... parece una tontería.
Ve a Neko levantarse algo tambaleante por el golpe que ha recibido por parte de Shikai, el rubio le sigue la mirada y mira también al animal, sonriendo levemente y agachándose hasta él, sin preocuparse que la pantera pueda estar molesta con él. Acaricia su cabeza de suave pelaje negro y una pequeña y brillante luz aparece en su mano, curando al animal con un solo toque.
Sonríe.
- Haz lo mismo con los otros dice Kaiji con intención de subir de nuevo a su habitación y esperar allí a los demás pero una mano lo retiene, Shikai lo sujeta.
- No, antes que nadie... siempre tu antes que nadie. El rubio sonríe y la misma luz aparece de nuevo en su mano. Kaiji puede sentir lo cálida que es, incluso agradable. Sus heridas se cierran una tras otra con suma velocidad mientras gruñe algo parecido a un "gracias" a lo que Shikai le sonríe y lo suelta cuando sabe que está completamente curado.
Se acerca a Syo cortésmente, sin decir nada, como si pidiera con la mirada que confiara en él, que no le hará nada. El ninja lo mira con algo de incredulidad reflejada en sus ojos. Qué... amable... dulce parece ahora Shikai, como si todo el odio que sentía hace unos segundos se hubiera evaporado o, más aun, que nunca hubiera estado allí. Le parece extraño, como si quien ha atacado a Kaiji no haya sido Shikai, sino otra persona. Alguien que ha atacado y desaparecido sin decir nada. Quien tiene ahora delante no parece capaz de herir a nadie, y en cambio... sabe que ha matado a cientos...
No se mueve cuando Shikai posa una mano suave en su pecho y la luz empieza a resplandecer nuevamente, ninguna herida queda abierta, la de su brazo en la lucha contra Orochi y Alex, la peor de todas, desaparece. En cierta forma lamenta que se haya curado, es como si sentir el dolor a veces lo reconfortara, aliviara de alguna manera, una especie de castigo merecido... ¿merecido? Sí, porque él ha dejado que ese Namae se llevara a Alex... y sabe que Kyo está triste por eso... es por Kyo-sama... por Kyo-sama... Resulta difícil engañarse a sí mismo con eso, repitiéndose que se siente culpable de la pérdida de Alex porque sabe que Kyo la aprecia... es difícil engañarse... pero se lo repite una y otra vez. Pensando que repitiéndolo constantemente acabará creyéndoselo.
La luz se apaga y Shikai se dirige hacia Kyo, éste sabe lo que está pasando aun a falta de vista, todo ha acabado, Shikai vuelve a ser el de siempre, amable, cortés, gentil... Siente la mano del ninja posarse en su pecho con delicadeza.
- Kyo... no puedo curarte la vista susurra Shikai dolido por sus propias y suaves palabras . No estás así por accidente o por las quemaduras... lo siento de veras. Su voz sigue suave y apesadumbrada y Kyo no puede evitar sonreír ante eso. Le parece que Shikai se comporta como si fuera culpa suya que él esté ciego.
- Tranquilo, lo sé sonríe dulcemente el joven con los ojos abiertos, amarillos, claros.
- Pero al menos puedo... Shikai deja que su mano brille y la pasa por el pecho de Kyo suavemente, subiendo por su cuello, sólo rozándolo con la punta de sus dedos, pasando luego por su mejilla para rozar al fin los ojos del joven quien los cierra por el contacto. Se aparta, la luz cesando al fin. Kyo abre los ojos confundido - ... devolverte el color susurra de nuevo Shikai, una suave sonrisa en sus labios al ver que los almendrados ojos de Kyo han recuperado el color.
- Ya ves... se oye la voz seca de Kaiji algo lejana, el ninja ya está en las escaleras esperando a que Shikai termine para subir . Da igual el color... sigue estando ciego... Kyo baja su rostro, dolido por las palabras del ninja, Shikai sólo logra mirarlo con cierta recriminación . Y sigue sin aparentarlo... concluye el ninja secamente volteándose, mirando las escaleras y empezando a subir, sólo Kyo, gracias a Azumi, logra oír otras palabras dichas por el ninja, flojas cualquiera que sea el color de tus ojos... te queda bien es como si Kaiji supiera que puede oírlo, se lo está diciendo en un susurro, no suave, pero que intenta calmarlo. El joven Kusanagi sonríe levemente, aún con el rostro bajo.
- Cura a Yagami, por favor, Shikai dice el joven alzando su rostro de nuevo, sus ojos castaños abiertos y sonriéndole al ninja quien aún está mirando a Kaiji subir. Asiente al oír las palabras de Kyo y se dirige hacia Yagami.
- Si me permite... susurra el ninja rubio cordialmente, pero nota el gesto de disgusto de Iori quien no está dispuesto a aceptar que lo curen, nunca ha aceptado ayuda de nadie, nunca ha esperado que nadie quisiera ayudarlo, ¿por qué ahora tendría que dejar que un estúpido ninja, por muy parte del Juicio Final que sea, lo cure? No está dispuesto a eso. Mira a Kyo por unos momentos, viendo los ojos castaños como si lo estuvieran observando tristemente, como si el Kusanagi supiera que no se está dejando curar por Shikai.
El rubio, por su parte, no sabe bien qué debe hacer, Yagami no parece desear que lo cure pero sabe que Kyo quiere que lo haga, así que sólo logra suspirar suavemente y desaparecer con un salto.
Yagami intenta saber dónde ha ido el ninja, y logra saberlo cuando este aparece tras él y posa una mano en su espalda. Yagami siente el calor que desprende esa suave mano, logra ver la luz. Se gira bruscamente, apartándose del ninja, su rostro claramente molesto por el gesto de Shikai.
- Gomen, Yagami-san Shikai inclina levemente su cabeza en señal de respeto ante el pelirrojo quien se da cuenta que ya no siente dolor alguno en su cuerpo. Debe reconocer que hacía mucho tiempo que no se sentía de esta manera, tan... bien. Como si hiciera meses que no hubiera peleado con nadie.
Aun así no deja de mirar amenazante al ninja y de gruñir un "No vuelvas a intentar algo así nunca más" con tono de voz duro y seco, mostrando que realmente no está mintiendo.
Shikai sólo le sonríe suavemente asintiendo con amabilidad, como si realmente no se diera por aludido o lo que le ha dicho Iori no sea de importancia como para asustarse.
* * *
Capítulo 58: Tots Junts
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Julio, 2003