Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Fanfic por Artemis

Capitulo 47: Or i Plata

Shikai avanza por la carretera, su moto a la máxima velocidad por las peligrosas curvas, su cabello sacudiéndose con fuerza, algunos mechones rozando sus ojos golpeándolos de vez en cuando y haciendo que tenga que cerrarlos ante el contacto. Va en dirección contraria a la ciudad. Solo él en la larga carretera debido a que ya es muy entrada la noche, ningún coche molestando, solo el sonido de su moto oyéndose.

El viendo ha empezado a soplar con intensidad, haciendo que la moto se desvíe según las ráfagas que lo empujan con fuerza hacia un lado. Tendría que disminuir la velocidad... pero no piensa hacerlo, siempre ha corrido en las carreras y no pocas veces ha ganado y en peores condiciones que esta, no va a disminuir la velocidad por un poco de molesto aire.

Sabe donde va... un cementerio que está a algunos kilómetros de la mansión. Solo esperando que Kaiji esté allí.

Llega, aparcando la moto en la entrada. Es un pequeño cementerio, hace tiempo que ya no se entierra a nadie en él, y, por tanto, está algo abandonado. Las tumbas están cubiertas por altas plantas y enredaderas, creciendo libremente y sin control debido a que nadie viene a cuidarlas, tumbas olvidadas, olvidados los muertos.

Anda por la oscuridad, solo rota por la luz de la luna, sus azules ojos mirando a su alrededor, buscándolo, intentando verlo entre las sombras que envuelven el lugar. Sus pasos son silenciosos, avanzando lentamente. Nunca le han gustado los cementerios... ciertamente acabará en uno... pero no quiere pensar en que su cuerpo yacerá frío y olvidado, enterrado bajo tierra... ¿Quién irá a verlo cuando muera? ¿Hiroshi? No, quizás los primeros días o semanas... luego se olvidará de él, perdiéndose de nuevo entre las drogas y el alcohol. ¿Alex? Seguro estaría triste, es su mejor amigo... pero ella vive por y para Kyo y lo entiende. ¿Kaiji? Cuando supo que tenia el SIDA sí creyó que Kaiji, quizá, lo iría a ver. Cuando le contagió la enfermedad sufrió porque ambos la tenían en estado de latencia, sin saber en cual de los dos despertaría primero... ahora lo sabe, hace un año que el virus ha despertado en su cuerpo, en Kaiji aun no... Pero ahora... cuando muera no habrá nadie cuidando su tumba... nadie... solo el frío viento como compañía.

Distraídamente llega ante dos tumbas y se detiene. Son las tumbas de sus padres.

La de su padre está como las demás, cubierta por las plantas y la suciedad acumulada.

La de su madre está limpia, y le extraña, él hace años que no viene. Se acerca, tocando la fría piedra, algo rasposa y gastada por los años. Él quería a su madre, pero... no tardó mucho en olvidarla, no. La verdad es que la olvidó rápido teniendo a Kaiji.

- ¿Qué haces aquí? – una voz, fría y seca, a su espalda. Durante unos segundos no se mueve... tal vez esperando a que un cuchillo atraviese su piel y lo mate, dejando que la sangre corra. Pero no pasa nada, solo el frío viento haciendo ondular su cabello, viéndose dorado por los reflejos de la luz de la luna.

Lentamente se voltea para quedar mirando unos ojos oscuros, fríos y distantes... esos ojos en los que le gusta tanto perderse, tan profundos, tan hermosos... ahora cubiertos por mechones, largos por su rostro pero... el resto del cabello es corto, el cabello que disfrutaba acariciar, pasar los dedos por él ya no está. Kaiji lo ha cortado, seguramente con un cuchillo. Los reflejos de la luna hacen que tome unos extraños tonos plateados, el viento elevando los mechones que caen en su rostro.

- Kai... – da un paso hacia delante, titubeante e inseguro. Tiene miedo de acercarse y que Kaiji se vaya, que lo deje solo, no quiere estar solo, no puede estar sin él. Bueno... si Kaiji se va tendrá a Alex y a Hiroshi... sus amigos... pero eso es lo que son: amigos, si uno de ellos se fuera, si desapareciera, claro que lo echaría de menos, pero podría seguir su vida igual... pero si Kaiji se va... no, no podría soportar estar sin él. Hiroshi y Alex son sus amigos pero a Kaiji lo ama. Quizás desde la primera vez que lo vio. Cuando por primera vez sintió esos ojos penetrantes observarlo con insistencia.

Ese carácter tan frío lo atrajo, ese profundo silencio de los primeros días de conocerse, solo siguiendolo, quizá para matarlo, pero luego... llegaron los besos, las caricias, el deseo...

Kaiji fue el primero y el único... si no hubiera hecho esa estupidez con Benimaru... Pero no ama a nadie más... Todo lo hace y hacía por y para Kaiji pensando, estúpidamente, que solo él era quien lo hacía, cuando Kaiji hacía exactamente lo mismo, se preocupaba por él.

Cuando perdió su dinero para que se pudiera operar la quemadura...

Cuando no durmió por las noches solo para poder cuidarlo...

Cuando hizo que le contagiara el SIDA para que no muriera solo, para compartir el sufrimiento...

Cuando lo despertaba por las mañanas de esa forma tan suya y... que solo era una manera tierna de hacerlo, un poco de ternura por su parte...

Sin darse cuenta queda frente a Kaiji, que no se mueve, solo observa, siempre frío. Shikai levanta una mano y siente como le tiembla mientras la posa en la nuca de Kaiji, rozando con sus dedos el corto cabello.

- Tu... cabello ...- susurra sin atreverse a mirarlo a los ojos por miedo a encontrar rechazo en ellos.

- Lo corté – tan simple, secamente, sin moverse.

- He... he visto el diario y... el video – susurra, no sabe bien que decir, no sabe que hacer. Pasa su mano lentamente de la nuca a la mejilla con la cicatriz – Perdiste sensibilidad – comenta en un murmullo. La herida en la mejilla de Kaiji había hecho que parte de la sensibilidad se perdiera. Kaiji gira su rostro, apartando su cara de la mano de Shikai, mirándolo de reojo, molesto, frío. Shikai baja su mirada, sus cabellos cayendo a los lados de su rostro, ya no hay viento. Pone la mano en su mejilla derecha, con la punta de sus dedos rozándola de arriba a bajo – Yo también – continua suavemente. Sí, la quemadura hizo que la sensibilidad se perdiera, desde bajo su ojo hasta su cuello. Al operarlo pudo recuperarla un poco, pero aun así ya no siente como antes – Kaiji... ¿Dejaste que Alex te cortara? – no puede ser que esto también lo hiciera aproposito.

- ¿Acaso importa? – cortante y seca respuesta – Me voy, no quiero perder el vuelo – su tono neutro mientras se gira, poniendo las manos en los bolsillos y empezando a andar. Shikai levanta su mirada.

- ¿Vuelo? ¿Qué... qué vuelo? – no puede ser que se vaya, no puede irse, no puede dejarlo.

- Un vuelo nocturno a Tejas, llamé desde casa antes de irme – su voz tan seca y neutra como siempre. De pronto siente unos brazos rodeándole la cintura pasando por debajo de los suyos y estrechándolo con fuerza.

- Por favor... no te vayas – susurra Shikai en su oído – Por favor no me dejes – continua, ocultando su rostro en el cuello de Kaiji que no se mueve – Me equivoque, tendría que haberte creído... pero eres tan distante... yo... nunca has dicho lo que sientes por mi y no he podido evitar... dudar – lo estrecha con más fuerza aun, pero Kaiji no responde, no dice nada, no se mueve – No tendría que haber dudado de ti. Ahora... después de tantos años, creo que te entiendo – sonríe tristemente, ha necesitado mucho tiempo y ahora que lo ha perdido es cuando lo entiende – Lo que hice... con Benimaru... yo... creía que tu me habías traicionado... soy un estú... – su voz entrecortada, pero Kaiji lo corta.

- ¿Quieres callarte ya? – aparta las manos de Shikai de su cintura y se voltea a verle, su mirada siempre igual – Voy a llegar tarde. Así que... – el tono se vuelve un ligero reproche – O dejas que me vaya... – los ojos ahora toman un brillo molesto, amenazante – O volvemos a casa. Pero decidete ya que hace frío – el mismo tono mientras se cruza de brazos, esperando una respuesta.

Shikai lo mira sorprendido ¿Ha oído bien? Kaiji resopla y se dirige hacia su moto, aparcada a pocos metros, pero difícil de ver debido a que es negra. Sube en ella esperando la respuesta. Shikai se le acerca, aun confuso, quedando de pie al lado de la moto.

- ¿Y bien? – el castaño lo mira fijamente, simplemente esperando a que Shikai hable.

El rubio sube a la moto, tras de él, abrazándolo de nuevo por la cintura, apoyando la mejilla en la espalda de Kaiji.

- Volvamos a casa... por favor – susurra cerrando los ojos, sintiendo el calor del cuerpo de Kaiji, suspira y sonríe sin poder ver que una ligera sonrisa también está en los labios de Kaiji.

La moto ruge en medio del cementerio. El ninja pasa por encima de algunas tumbas sin ningún pudor, rompiendo el descanso eterno, arrancando algunas de las plantas y tierra. Shikai puede ver su moto, blanca, viéndose claramente bajo la luz de la luna, aparcada fuera... que se quede allí.

- Kaiji... – susurra, pero sabe que el ninja puede oírlo – te quiero – lo aprieta más contra sí, las manos aferrándose a la camisa de Kaiji, temiendo perderlo de nuevo. Sin Kaiji... la vida no merece la pena.

* * *

- ¿Cuál me tomo? ¿Roja o amarilla? – pregunta Hiroshi con una pastilla de cada color en cada una de sus manos, mirándolas, primero una luego la otra, como si no supiera decidirse.

Syo solo mira furioso a Alex mientras ve como el extranjero juega con su cuchillo, tirándolo arriba, dejando que gire y volverlo a coger por la empuñadura y repetir el proceso una y otra vez.

Oyen el sonido de una moto y todos giran a mirar la puerta que en pocos segundos se abre, entrando Shikai sin hacer ruido.

- ¿Qué hacéis despiertos? – entra dejando que la puerta se cierre sola mientras mira curioso a los tres ninjas.

- Te... esperábamos – susurra Hiroshi, dejando las pastillas... Shikai no ha encontrado a Kaiji... y todo es por su culpa – Shikai yo...

- Me encanta que me cierren la puerta en las narices – gruñe Kaiji en un murmullo entrando en la casa, su rostro mostrando una ligera molestia.

- Perdona – se disculpa Shikai con una sonrisa mientras todos se quedan observando la escena, y a Kaiji en especial tan... distinto.

Hiroshi sacude su cabeza, como si no creyera lo que ve y... empieza a reír.

- Laurenth... ¿te han tomado el pelo? – ríe abiertamente, bromeando, simplemente feliz de ver a Kaiji de vuelta con ellos, de vuelta con Shikai... quizás él este enamorado del serio ninja... pero Shikai y él ya están bien juntos y son sus amigos, no quiere por nada del mundo hacerles daño.

Kaiji abre un poco más sus ojos, con algo de sorpresa en su rostro.

- ¿Laurenth? – sisea el ninja entrecerrando sus ojos y mirando a Shikai, recriminando... solo él lo sabía.

- Kaiji, ¿te quedas? – pregunta Alex levantándose y dirigiéndose hacia él con una sonrisa.

- Sí – responde secamente y ve una mano tendida, la de Alex. Kaiji levanta la suya cogiendo la mano tendida de Alex con algo de reticencia. La joven solo le sonríe, alguna cosa tenía que salir bien.

- ¡Al fin podemos ir a dormir! – grita Hiroshi estirando todo su cuerpo, su serpiente viéndose claramente. Va a apoyarse en el hombro de Kaiji pero al final retrocede... ya ha dado suficientes problemas, baja su rostro. Oye como Kaiji suspira... como... agobiado.

- Ven enano – dice cogiéndolo por el brazo y tirando de él, acercándolo, quedando los dos a pocos centímetros. Hiroshi sorprendido mirándolo.

- Kaiji... – susurra y luego lo abraza por el cuello, notando que las lágrimas suben a sus ojos, pero no deja que salgan, se siente culpable, tan idiota... ¿Cómo pudo pedirle eso a Kaiji? – Perdóname, perdona – dice, le gustaría esconder su rostro en el cabello de Kaiji, pero ahora es tan corto...

- It's not your fault – oye como le susurra Kaiji en su oído, con un marcado acento americano, su voz no tan fría – Don't worry about that – Hiroshi sonríe levemente, apartándose un poco pero con la cabeza baja.

Nota una mano en su hombro... Shikai. El moreno suelta a Kaiji de inmediato y Shikai le rodea con su brazo el cuello, la espalda del moreno contra su pecho, solo acercándolo, no hay intención de hacer daño, solo abrazarlo.

- Todo está bien – le susurra, Hiroshi gira su cabeza un poco para poder verlo y el rubio le sonríe y él le devuelve la sonrisa.

- Un momento – dice Alex frunciendo su ceño, Syo a su lado la mira y los otros también, la rubia mira a Syo, su cara visiblemente molesta – Tienes un hermano medio americano – señala hacia Kaiji - ¿Y te atreves a llamarme extranjero y odiarme por eso? – evidente tono de reproche en su voz.

- El es solo medio y no se le nota – contesta Syo separando las palabras, como si Alex no lo entendiera.

Hiroshi ríe junto con Shikai. Kaiji solo observa, de pronto siente un fuerte mareo y pone una mano en su rostro, por debajo de los mechones mientras cierra los ojos. Ha perdido demasiada sangre con la herida, ahora se le ha activado el virus y el frío... todo hace que un fuerte mareo lo invada. Siente que las piernas no le sostienen y la vista se le nubla, perdiendo unos segundos la noción del equilibrio.

- Kaiji – lo llama Shikai al verlo con la mano en el rostro. Suela a Hiroshi para acercársele. Levanta una mano para ponerla en el hombro de Kaiji pero este se la golpea – Kai... – susurra preocupado.

- No me digas así – sisea Kaiji molesto, mirándolo por entre sus dedos y mechones – Voy a dormir – aparta la mano de su rostro y empieza a irse, subiendo las escaleras lentamente, su respiración acelerada, su frente sudorosa por el dolor y seguramente la fiebre.

- Hermano – Syo se le acerca por detrás, intentando seguirlo.

- ¡Dejadme en paz! – grita sin voltearse, detenido en medio de las escaleras, teniendo que apoyar una mano en la pared.

Syo se detiene también, no entiende que le pasa a su hermano. Shikai pasa por su lado mientras Kaiji sigue subiendo. Lo sigue en silencio hasta llegar arriba entrando en la habitación tras de él. El ninja castaño se sienta en la cama, poniendo las dos manos en su cara. Algunas velas aun iluminan la habitación, las otras ya se han consumido lentamente.

- No me has perdonado ¿verdad? – dice Shikai cerrando la puerta y apoyándose en la pared. Kaiji lo mira apartando las manos de su rostro, los ojos bajo los mechones. Se saca su armilla y tirándola al suelo. Empieza a desabrochar los botones de su camisa – Kaiji... por favor... di algo – susurra, su mirada baja, Kaiji parece ignorarlo por completo. ¿No lo ha perdonado y ahora solo serán compañeros? No puede estar con Kaiji y solo ser su compañero, lo necesita. El ninja castaño se quita la camisa y también la tira al suelo, junto a la armilla, dejando ver las vendas en su cintura.

- Ven – dice secamente, no, ordena. Shikai duda unos momentos pero acaba acercándose, quedando en pie frente a Kaiji que no levanta la mirada, así que se acaba agachando para verle los ojos – Eres un tonto – murmura Kaiji, posando una mano en la mejilla de Shikai y se inclina, besándolo profundamente. El rubio solo logra gemir en sorpresa.

Siente la mano de Kaiji desabrochándole la camisa y sacándosela. El rubio se levanta lentamente y se sienta a su lado, el beso no se parte en ningún momento, cada vez más profundo, salvaje, desesperado.

Shikai pasa los brazos por el cuello de Kaiji y lentamente se tumba, quedando bajo su fría pareja, gemidos ahogados mientras el beso continua.

El ninja castaño empieza a sacarle los pantalones a Shikai, partiendo al fin el beso, los dos respirando agitadamente. Los pantalones son retirados, ambos. Kaiji queda sentado en el estómago del rubio. Este levanta una mano, acariciando la mejilla de Kaiji.

- Te amo... Laurenth – le sonríe, Kaiji frunce su ceño al oír su segundo nombre.

- Te deseo – dice solamente, lanzándose a besar a Shikai, acariciándole entre sus piernas, arrancándole gemidos ahogados.

* * *

- Hiroshi, ¿oyes algo? – pregunta Alex viendo al moreno con la oreja pegada a la puerta de la habitación de Shikai y Kaiji. Este se aparta de ella y mira a Alex y Syo que lo miran curiosos.

- Pues más o menos se oye: mmmh... oh... ah... Kaiji... – dice riendo, no es que lo haya oido pero algo parecido sí que debe estar pasando porque ha oído un gemido. Ríe más al ver como Alex abre los ojos con sorpresa para luego ver como un ligero rubor sube a las mejillas de la ninja.

- No tendría que haber preguntado – susurra bajando su cabeza pero sonriendo – Dejalos ya – le dice al moreno – Bien Fujimiya... – gira para mirar al joven ninja castaño - ¿Dónde va a dormir? – Syo la mira desconfiado - ¿Con Hiroshi o conmigo? – pasa un dedo por el pecho de Syo suavemente y este se hecha hacia atrás golpeándole la mano, odia que Alex se burle así de él. Odia a Alex en general. Pero...

- Contigo – seguirá el juego. Alex lo mira sorprendido, no se esperaba esta respuesta, ni mucho menos.

- Que durmáis bien – tararea Hiroshi encerrándose en su habitación sin dejar que digan nada, no tiene muchas ganas de compartirla – Maldito Kaiji – murmura, su habitación está limpia y ordenada... todo lo contrario a como él la dejó. Mira el póster de un grupo de Heavy que tiene colgado en el cabezal de su cama, en la cara del cantante... escrito en boli rojo: Baka – Kaiji... – aprieta sus puños con fuerza, Kaiji le ha destrozado el poster - ¡ Kaiji Temee! – grita con todas sus fuerzas para que Kaiji pueda oírlo, evidentemente no va a entrar en la habitación de esos dos... aunque... sería divertido.

Alex y Syo oyen el grito el grito desde la habitación de la joven pero están demasiado molestos el uno con el otro como para darle importancia.

Alex se tumba en su cama, con la ropa que lleva, cubriéndose con las sabanas, ignorando a Syo y este se tumba también, pero por encima.

- No seas idiota – susurra Alex – Tápate con las sabanas, hace frío – su voz un poco más dulce de lo normal... teniendo en cuenta que está hablando con Syo.

- Está bien – gruñe Syo solamente, se levanta y se pone debajo de las blancas sabanas. Sí, hace frío.

- Pero no me toques – dicen los dos al tiempo.

Alex se voltea un poco a verlo y ríe tenuemente, Syo la mira algo confuso. Esa risa tan dulce, sus ojos verdes ligeramente entrecerrados, su cabello viéndose ahora castaño, sus labios...

- Alex... – susurra suavemente. La joven lo mira, dejando de reír, curiosa por el tono suave que ha usado Syo al llamarla – Te odio – dice solamente, tapándose con las sabanas y girándose, dando la espalda a la joven.

Siente una respiración en su oído, acariciándolo cálido, un escalofrío recorre su espalda.

- Yo también – le susurra Alex en el oído, suavemente – Oyasumi nasai... Syo – se voltea, también dándole la espalda, cerrando los ojos para dormir un poco.

* * *

Continúa

[ Capítulo 48: Junts ]

 

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Noviembre, 2002

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