Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Fanfic por Artemis

Capitulo 46: Tot Era Fals

- ¿Cómo... como que lo vas a dejar? – pregunta Syo cuando logra salir de su asombro, sacando a Shikai de sus recuerdos - ¿Qué ha pasado? – no entiende nada, creía que se querían, al menos así se lo dijo su hermano.

El ruido de la puerta abrirse lentamente lo hace callar, mientras Kaiji entra silencioso. Mira lentamente a los cuatro... Alex vestida de nuevo de chico, como siempre, Syo sentado a su lado, frente a ellos Shikai, sentado, acariciando el cabello de Hiroshi que está tumbado en sus piernas. Se acerca a ellos.

- Hiroshi... – susurra con voz molesta, el moreno se incorpora rápidamente, sin querer que Kaiji se moleste por estar tumbado en las piernas de Shikai - ¿Se puede saber que es todo esto? – dice señalando la mesa llena de drogas. Shikai entrecierra sus ojos molesto, no, no hay sentimientos o al menos no para él - No le habrás dado drogas a mi hermano, ¿verdad? – mira molesto a Hiroshi mientras pasa su mano por la mesa y coge uno de los arrugados cigarrillos.

- ¡Claro que no! ¿Quién crees que soy? – le recrimina el moreno molesto, levantándose y mirando fijamente a Kaiji quien enciende el cigarrillo en sus labios.

- Un drogadicto – su voz tan seca y fría como siempre, como si no pasara nada.

- Tranquilo que no ha hecho nada – dice Syo levantándose, se llevan poco menos de un año y parece que Kaiji lo trate como a un quinceañero, aun que no le desagrada, este no es un buen momento.

Alex observa a los dos hermanos, ambos castaños, pero sus ojos muy distintos, uno ámbar, el otro oscuros. A uno le divierte molestarlo, con el otro es peligroso hacerlo.

- Supongo que a partir de ahora vas a quedarte en la habitación de Hiroshi – susurra Shikai, una ligera sonrisa irónica en su rostro. Kaiji lo mira exhalando el humo de sus pulmones.

- ¿Por que? – su voz neutra. Todos miran preocupados la escena, esto no puede acabar bien.

- Me parece que es bastante claro, ¿ne? – la sonrisa se amplia más, mostrando abiertamente la ironía en sus palabras – Tu me engañaste acostándote con él y luego yo con Benimaru – Syo abre los ojos al oirlo, ¿Kaiji acostándose con otro? ¿Con Hiroshi?

- Yo no me acoste con ese – dice, posando el cigarrillo en sus labios e inhalando el humo ahora.

- Mientes – la sonrisa desaparece del rostro de Shikai mientras sisea esto entredientes. Hiroshi se sienta, poniendo una mano en su cabello intentando recordar.

- ¿Por qué tendría que hacerlo? – pregunta mirándolo fijamente – Lo que pasó fue: primero, Hiroshi se quedo al borde del coma etílico – alza su mano y va contando con sus dedos mientras sigue, su mirada fría – Segundo, tuve que hacerle el boca a boca porque si por la mañana tu y Alex lo encontrabais muerto me lo hubierais recriminado – fríamente aun, alzando el segundo dedo – Tercero, despertó y dijo que lo tomara – Hiroshi abre los ojos, su mirada en el suelo, ¿eso hizo? ¡Dios! ¿Como puede ser tan estúpido? – Cuarto, se quedó dormido y lo tiré a la bañera – concluyo, aun tan fríamente como había empezado.

- Olvidas que entre el tercero y cuarto te acostaste con él – Shikai lo mira, intentando contener las ganas que tiene de golpearlo, golpearlo hasta cansarse, hasta hacer que ese frío rostro quede inconsciente, o mejor, muerto en el suelo.

- Fuiste tu el que se acostó con otro – no recrimina, solo explica tranquilamente, mientras apaga el cigarrillo en un cenicero en la mesa. Una ligera sonrisa aparece en su rostro – Pero como soy bueno... te perdono – el evidente sarcasmo en sus palabras solo logra que a Shikai le hierva la sangre y le golpee la cara con su mano, haciéndosela voltear, el cabello cubriéndole parte del rostro ahora.

- Siempre has hecho lo que has querido conmigo – le recrimina molesto, su voz elevándose por momentos – Hiciste que matara a mis padres y me obligaste a contagiarte el SIDA. Lo único que recibo de ti son palabras secas y miradas frías ¿Qué has hecho tu por mi? Nada. Siempre has hecho lo que te ha venido en gana, todo lo que querías. Nunca has pensado en mi, ni en lo que pueda sentir. ¡Maldita sea! ¡Yo no soy como tu! ¡Yo sí tengo sentimientos! – le grita al final, no importa que todos estén presentes, ya no importa nada - ¡Ni una maldita vez en todos estos años me has dicho que me amabas! ¡Maldición! ¡Ni tan solo has dicho que me querías! – sus ojos molestos, brillando de rabia.

- ¿Terminaste? – pregunta Kaiji volteando su rostro y Shikai ve lo de siempre... fría mirada, palabras secas y rostro neutro, ni pena ni angustia ni nada de nada... solo esos oscuros ojos mirándolo fijamente. Aparta la mirada, es exasperante, no entiende como pudo estar con alguien así... Sí... lo entiende... lo amaba... pero ahora... tiene que olvidar eso, no se puede amar a alguien como Kaiji... entonces... ¿por qué siente que quiere llorar... en sus brazos? Aprieta los puños con fuerza.

- Sí, terminé... terminó todo – responde bajando su rostro, los cabellos cubriéndole los ojos, sus labios sonriendo tristemente. No hay más que decir, todo terminó, ahora solo quiere intentar vivir con él sin que sean pareja... sin tenerlo a su lado en las noches.

- Bien... Syo quiero hablar contigo, ven – dice Kaiji mirando a su hermano que está en pie y tan confuso como el resto, sin entender como Kaiji puede ser así, no se ha inmutado por lo que acaba de pasar... Shikai acaba de terminar con él... y él sigue igual... Kaiji sube las escaleras y Syo corre tras él, subiendo también.

- Shikai... – Hiroshi habla, tiene un papel en sus manos y lo va moviendo, plegándolo sin parecer que haga nada con él, sin mirar al rubio continua – Yo... No recuerdo que pasó en el cumpleaños de Alex... pero... sí sé que eres mi amigo... y que no quiero hacerte daño... Si pasó o no... eso no lo recuerdo. Pero lo que hice... fuera lo que fuera... – cierra sus ojos, no es de hablar, no sabe expresarse, no le sale... tiene ganas de tragarse todas las pastillas que hay en la mesa y dejar de molestar, todo esto es por su culpa – Ese día estaba borracho... – deja un cisne de papel en la mesa.

- Tranquilo, lo sé – Shikai sonríe hacia Hiroshi – Además... – una leve risa sin malicia ni enfado – Se se acostó contigo es porque le gustas, quizás tu tengas más suerte que yo – le acaricia la mejilla ¿qué importa ya? Su relación con Kaiji ha terminado, y... que salga con Hiroshi... bueno... Hiroshi lo quiere. Ve como el moreno baja de nuevo su cabeza, avergonzado.

- No se acostó con él – la voz de Alex suena segura. Shikai la mira sin entender – Yo lo vi – explica, Shikai abre un poco más sus ojos – Me desperté y fui abajo, vi como Hiroshi le pedía que lo tomara y lo besó. Quedaron tumbados en el sofá y oí a Kaiji hablar, pero no entendí lo que dijo, luego se levantó y cargó a Hiroshi que estaba inconsciente. Me escondí cuando lo subía y luego fue cuando lo tiró a la bañera – explica lentamente, recordando la escena de ese día y mirando fijamente a Shikai con sus profundos ojos verdes, este está algo sorprendido pero reacciona.

- ¿No se acostaron? – la sorpresa reflejada claramente en su rostro – Igual dejó que lo besara ¿ne? – sonríe un poco y Alex tiene que reconocerlo, que Kaiji dejó que Hiroshi lo besara – Hiroshi solo se durmió antes de tiempo – dice tristemente.

Alex quisiera abrazar a su amigo, consolarlo, pero siente que no puede, que no va a soportar el contacto.

Se quedan sentados en silencio, todo se esta cayendo a pedazos, en pocos días todo ha salido mal, todo se está desmoronando ante sus ojos... Kyo, Yagami, Benimaru y ahora Shikai y Kaiji.

Alex nunca ha hablado mucho con Kaiji, su relacion ha sido algo distante. Pero... siempre le ha parecido que Kaiji se preocupaba, a su modo, pero lo hacía... pudo verlo cuando abrazó a Kyo.

Aun siendo su relación tan distante... en el bar... cuando la encontro con Yagami vestida de Noir, tomaron algo mientras esperaban. Ella le dijo que no soportaba tener a Yagami tan cerca, que no soportaba que la abrazara.

'Haríamos una buena pareja... no te gusta que te abracen y a mi no me gusta abrazar' fue un comentario frío que en ese momento paso desapercibido, pero que ahora recuerda, Kaiji solo había bromeado y ni tan solo se dio cuenta.

Oyen unos pasos bajando las escaleras, Syo, con el rostro bajo, para alzarlo cuando llega a bajo y mirar a Shikai con algo de molestia en sus ojos ámbar. Tras de él baja Kaiji, vestido como le gusta ir a veces, jeans oscuros, camisa blanca por debajo de una armilla negra, botas vaqueras y la gorra también, todo su cabello escondido bajo la gorra. Una pequeña mochila cuelga de uno de sus hombros mientras anda hacia la puerta, todos lo siguen con la mirada. Syo queda en pie, detenido, también mirando como su hermano abre la puerta.

- Sayonara – dice volteándose un poco para verlos y tocando levemente el ala de su gorra a modo de despedida – Un placer – y sonríe, ni sarcastico, ni cruel, ni burlón... solo sonríe dulcemente, saliendo de la casa.

Alex se levanta para ir a seguirlo, no puede ser que Kaiji los deje, no va a permitirlo, no puede aceptarlo. Pero Syo la detiene, cogiéndola de su brazo herido, ella lo mira, sintiendo algo de dolor.

- No eres tu quien debería seguirlo – dice Syo, su voz grave, pero esta vez no es por estar hablando con Alex, sino por como se ha portado Shikai – Kaiji me ha contado parte de lo del SIDA y de lo de tus padres – dice soltando a Alex y mirando a Shikai con enojo.

- No voy a seguirle, siempre he tenido que hacer lo que él quería, se acabó – la sonrisa triste, Kaiji no ha sufrido al dejarlo, Kaiji no lo ama, ni lo ha amado nunca... no ha sentido lo que él... no ha sentido su corazón partirse en dos al dejarlo.

- Ven conmigo a tu habitación entonces – dice solamente Syo, ambos suben, dejando a los otros dos ninjas a bajo.

Syo abre la puerta de la habitación y Shikai se queda algo sorprendido, las camas vuelven a estar juntas, como antes que llegara Benimaru. La habitación iluminada por unas velas repartidas por el suelo y las mesillas. Un libro sobre las camas y un pequeño televisor con un video que nunca usaban, que había quedado guardado en algun rincón de la casa, y ahora estaba encima de una de las mesillas, justo en frente de la cama. Shikai se sienta en ella y coge el libro... parece una especie de diario.

En la primera pagina hay solo una palabra 'Video'

- Mira el video hasta que se corte, lo paras y luego empiezas a mirar el diario – explica, fríamente, prendiendo el televisor y le entrega el control a Shikai, quien no comprende nada.

Syo sale de la habitación y el rubio prende el video.

Aparece la imagen de un lujoso despacho, paredes verdes con una mesa de caoba, tras la mesa un hombre mayor de anchas espaldas y rostro marcado.

- Esta sería tu victima si aceptas el trato – ve como dice el hombre entregando una fotografía a un joven de pie frente a la mesa, un chico de cabello largo y castaño y ojos fríos. Se sorprende... es Kaiji ¿qué significa esto? – Su padre me debe mucho dinero y como advertencia quiero que mates al chico, así sabrá que hablo en serio – el hombre explica tranquilamente, fumando un abano frente a Kaiji, tan joven...

- ¿Y el dinero? – ve como pregunta Kaiji observando la fotografía en sus manos. El hombre saca un sobre de un cajón y se lo entrega.

- Esto es la mitad... la otra cuando mates al chico – una sonrisa satisfecha – Eres el mejor asesino... y eso que solo eres un niño – ríe un poco el hombre ante su propia gracia. Kaiji lo mira indiferente contando el dinero. – El chico va a la escuela de la calle principal, tiene tu misma edad y se llama Tenshike Shikai – Shikai abre los ojos.... él... ¿era una presa de Kaiji? ¿Por eso se le acercó? Entonces... ¿quería matarlo? Por eso lo seguía, claro... pero... entonces... ¿por qué aun sigue con vida? ¿por qué Kaiji no lo mató?

- Bonito rubio – oye el comentario de Kaiji gravado – Está bien, lo haré... cuando me apetezca – el hombre mira molesto a Kaiji pero... la mirada que este le ofrece lo hace callar, un niño con la mirada de asesino hace callar a un hombre de más de cuarenta años. La grabación se acaba y la pantalla se vuelve negra, Shikai apaga el video para mirar el diario.

La siguiente pagina, una foto suya, del anuario de su escuela, solo una frase escrita debajo: 'Presa'

Siguiente pagina, él sentado bajo el arbol donde siempre comia solo, otra frase: 'Solitario... presa fácil'

Otra pagina, otra foto, él sentado en el mismo arbol pero esta vez sonriendo: 'Ya nos conocemos... me espera' Sí, después de conocerlo él se sentaba bajo el arbol sonriendo mientras esperaba a que Kaiji viniera.

Gira pagina, de nuevo él... mirando el reloj en la puerta de la escuela: 'Hoy voy a su casa... a dormir... o lo mato hoy o...' la frase queda cortada, no lo mató.

De nuevo pasa pagina, de nuevo otra fotografía suya pensando bajo el arbol: 'Cambio de planes... he de hacer que mate a sus padres... así no tendré que matarlo... lo ha jurado... espero que lo haga... ¿cómo debe sentirse?' ¿Kaiji escribió esto? Es su letra, sí...

Gira pagina, él en el cementerio, enterrando a sus padres, vestido completamente de negro: 'Lo hizo... gracias a dios... es demasiado hermoso como para morir' No puede creer lo que está leyendo.

Una foto que le hace sonreír un poco, esta es de Kaiji e Hiroshi, el moreno le saca la lengua mientras él lo ignora: 'He conocido a un payaso'

Va girando paginas, todo fotos suyas, ligeros comentarios debajo de cada una. Se detiene en una pagina, una foto suya tumbado en el hospital... fue después del accidente: 'Casi lo pierdo' el comentario anotado debajo, Shikai siente una punzada en el corazón.

Otra foto de nuevo en el hospital, su rostro quemado descubierto también durmiendo: 'Le he dicho que puede operarse para que no le quede marca de la quemadura... ¡Maldición! No puedo decirle que ya no me queda dinero... la operación para salvarlo ha sido muy costosa... Tendré que aceptar de nuevo ser un asesino a sueldo... maldita sea... pero es por él... así que... está bien' Shikai siente un nudo en su garganta, por eso la casa donde fueron era más pequeña que la otra... dios santo... ¿qué ha hecho?

Gira pagina, él sentado en el banco de un parque con el rostro escondido entre su cabello: 'Ayer hice que me contagiara el SIDA... si él lo tiene... no, no voy a dejar que muera solo' Shikai muerde sus labios con fuerza.

Las fotos continúan, algunas de él solo, en otras aparece ya Alex, en una se ve a la rubia son él, sonriendo a la cámara: 'Me ha cortado la cara...'

Más fotos, más comentarios, frases contando parte de su pasado, las fotos de cuando se hicieron ninjas, estando con Kyo, en su nueva casa, con Saisyu... ligeros comentarios... pero en ninguno aclara lo que Kaiji siente por él, en ninguna se dice lo que siente.

Una foto de Syo sonriendo a la cámara: 'Mi hermano... no nos parecemos en nada... pero... seré bueno con él'

La última foto, Kaiji y él en un entrenamiento, luchando el uno contra el otro: 'He tenido suerte de conocerte Shikai, siempre he agradecido las horas que pasamos juntos... ahora, si quieres, mira el último vídeo' Es el último comentario... lo ha escrito antes de salir seguro... empieza a sentirse como un estúpido... levanta su vista hacia el televisor y de nuevo prende el vídeo.

La pantalla sigue negra unos segundos para empezar de nuevo con otras imágenes, ve una casa ardiendo, quien lleva la cámara se acerca hacia un punto en concreto, no puede ver bien hasta que la cámara llega más cerca... '¡Shikai! ¡Shikai! ¡Maldita sea! ¡Despiértate!' Kaiji es quien grita... es... el día de la explosión, cuando quedó inconsciente en la calle después que la casa estallara. Se ve a si mismo con el rostro cubierto de sangre y a Kaiji... sujetándolo, sacudiéndolo en sus brazos '¡Shikai! ¡Abre los ojos! ¡Maldición, muevete!' la voz es de Kaiji pero los gritos... la manera de llamarlo... suenan... desesperados '¡No te atrevas a dejarme!' Kaiji lo sacudía 'Por favor... no...' la voz se vuelve un susurro mientras ve como Kaiji había acariciado su rostro tiernamente.

'Es duro perder a alguien a quien quieres ¿verdad?' la voz de quien lleva la cámara, la voz de esa mujer... Kaiji parece sorprenderse, como si no la hubiera oído... tan... ¿tan preocupado llegó a estar que no la vio? Ve como levanta su rostro molesto... y... las lágrimas bajan por sus ojos, dios... estaba llorando... lloró... las lagrimas parecían bajar solas, sin que Kaiji las evitara. Ve como lo dejó en el suelo para levantarse a encarar a la mujer '¿Estás loca? ¿Qué haces con eso?' evidentemente se refería a la cámara.

'Mataste a mi marido, voy a gravar tu sufrimiento' la voz cruel... macabra, sí, esa mujer estaba loca, quizás por haber perdido a su marido, pero lo estaba. Ve como Kaiji saca una pistola de su espalda y apunta hacia la cámara, hacia la mujer.

'¿Cómo te has atrevido? ¿Cómo has osado? ¿¡cómo demonios te atreves a disparar a la única persona que amo!?' sus ojos con lagrimas aun cayendo mientras se oye el disparo. Shikai se queda congelado, estas imágenes... La cámara ha caído al suelo, puede verse a él mismo con Kaiji besándolo 'Por favor... no te mueras... te amo... se que nunca te lo digo... y aunque vivas quizá no te lo diga nunca tampoco... pero... no puedo... no me atrevo a decírtelo... pero lo hago... y solo espero que lo sepas... que aunque no te lo diga tu lo sepas... ¡dios Shikai! Por favor, no me dejes, te amo... te amo...'

La cinta se acaba.

Shikai queda sentado en la cama, viendo las interferencias del final de la cinta. Sus labios están entreabiertos, su mirada perdida, su cabeza repite las imágenes del vídeo: Kaiji llamándolo, gritando su nombre...

Mira la habitación, la habitación que siempre ha compartido con Kaiji... una luz... Hay luz en el baño, la puerta ajustada y la luz pasando por la ligera obertura. ¿Puede ser Kaiji? ¿Puede ser que haya subido de nuevo sin que él lo viera?

Se levanta y va hacia la puerta, abriéndola y, de pronto, un recuerdo viene a su mente:

Estaban en una misión, Kaiji y él, solo tenían que observar a unos ninja del clan Yagami desde las sombras, vigilarlos. Ya llevaban mucho allí, Kaiji vigilando atento y él, sin saber porque, empezó a acariciar el largo y castaño cabello, distraídamente.

'¿Qué haces?' le había preguntado Kaiji sin dejar de observar a los ninja.

'Me gusta tu cabello, ¿te lo cortarías por mi?' solo fue un comentario, una pequeña broma. Vio como Kaiji lo miraba de reojo, quizá pensando que el comentario era estúpido, pero dijo algo 'Solo si me dejas'

Y ahora... ve que Kaiji no mentía, puede ver el suelo del baño lleno de largos mechones castaños esparcidos... por eso Kaiji salió con la gorra... fue por eso... y no lo vio... no pudo verlo.

- ¡Shimatta! - grita apretando sus puños y cerrando fuertemente los ojos – Soy un idiota – se reprende, molesto consigo mismo ¿Cómo ha podido hacerlo? ¿Cómo ha podido dejarlo? Si lo ama... si Kaiji solo dejaba que él lo acariciara, solo con él Kaiji se relajaba y cerraba sus ojos, abandonándose, dejándose... querer. Sí, ¡maldita sea! Se dejaba querer... tanto...

Partes de recuerdos olvidados vienen ahora...

En la ambulancia... la voz de Kaiji sonó más ronca de lo normal, sí... porque había gritado no hacía mucho...

Kaiji le estaba cogiendo la mano con fuerza... y él ni lo notó, lo vio entre brumas pero no se fijo, no se dio cuenta...

En el hospital, cuando ya habían pasado unos días, despertó una noche... había tomado pastillas para dormir y para el dolor, estaba medio consciente... y le había parecido ver a Kaiji mirándolo, sentado a su lado... claro que debía haberlo visto, cada mañana lo veía al despertar y cada noche lo veía al dormirse... debió pasarse todas las noches despierto, cuidándolo... por eso se había dormido en sus piernas el día que Hiroshi fue a verlo... esos ojos que lo miraron molestos al quitarle el espejo... se veían algo rojos, con unas ligeras ojeras bajo ellos... se pasaba las noches en vela... y no lo vio... ni tan solo lo pensó, creía que se iba, creía que Kaiji descansaba... y no lo hacia...

Shikai siente unas ganas horribles de morirse aquí mismo.

Reacciona y va hacia la puerta, saliendo rápidamente de la habitación para encontrarse de frente con unos ojos oscuros, cubiertos por mechones castaños, mirándolo molesto.

– Kai... ¡Fujimiya! – por un momento Syo le ha parecido Kaiji... esa expresión... Sus ojos ámbar cubiertos por el cabello castaño, oscurecidos.

- ¿Qué piensas hac...? – intenta decir Syo, esta molesto. Kaiji le ha contado por encima lo que pasó hace años. Pero Shikai no lo deja terminar porque baja corriendo las escaleras.

A bajo se encuentra con Alex e Hiroshi sentados, mirándolo confusos, pero él se dirige a la puerta sin casi verlos y la abre.

En el suelo está una gorra, la gorra de Kaiji, justo ante la puerta, se agacha y la coge, mirándola fijamente. Un ruido de motor, una moto... En la oscuridad, entre los arboles, una figura... alguien sobre una moto.

- ¡Kaiji! – lo llama, pero la moto ruge en medio de la noche y empieza a correr, a irse, a alejarse de él – Kaiji... no te... vayas... – su voz se quiebra y cae arrodillado al suelo, mirando el lugar por donde la moto ha desaparecido; como si solo con el hecho de seguir mirando la moto pudiera volver a aparecer, como si por apartar la mirada Kaiji no volvería.

- Shikai... – lo llama Alex, agachándose a su lado, con una mano en su hombro, preocupada por su amigo. El rubio la mira con una sonrisa en sus labios, sus ojos azules reflejan perfectamente lo que siente, siempre tan claros, tan vivos y ahora... tan brillantes, tan intensamente azules mirándola, esas lágrimas que él evita que caigan...

- Soy un estúpido Alex – susurra, girando de nuevo la vista hacia donde ha desaparecido la moto, para luego mirar la gorra, apretándola fuerte con su mano.

- ¿Qué ha pasado? – pregunta Hiroshi tras él, mirándolo preocupado. Los dos rubios se levantan, Shikai aun sujetando la gorra en su mano, apretando con fuerza.

- Lo he perdido... – susurra en voz baja, los dorados mechones cubriéndole el rostro. Syo se acerca también a ellos, mirando fijamente al alto rubio.

- Lleváis mucho juntos... ¿Por qué no lo has creido?.– le dice frío, molesto, no le gusta lo que Shikai ha hecho a su hermano... aunque Kaiji , cuando le contaba le sonría como siempre... no, Kaiji no estaba feliz, ni mucho menos.

- Por que... no lo conozco... – la sonrisa aun en sus labios, tan tristes. Abre el pequeño armario de la sala, cuidadosamente dejando la gorra allí, mirándola unos segundos y luego cerrando, volteando de nuevo a Syo que se le acerca más. – Tantos años... yo no sabía nada... Él solo me escuchaba quejarme... – continua, su voz suave, muy floja – Nunca supe lo que sentía Kaiji... casi... no sé... nada... de él – entrecortadamente, sintiendo que si continua las lagrimas van a salir. Pasa una mano por su cabello, apartándolo de su rostro, intentando calmarse – No sé nada – su mirada perdida en alguna parte de la sala - ¡Maldición! ¡Si ni tan solo me dijo que tenía un hermano! – aprieta sus dientes, Kaiji es tan cerrado con él como con todos, quizás lo ama, pero no sabe nada... nada...

- ¿Sabes como se llama? – pregunta Syo de pronto su rostro serio.

- Seike Kaiji – responde Hiroshi, ante una pregunta que le parece que no viene para nada al caso, una tonta pregunta.

- No – responde Syo cortante, molesto por la intromisión – Su nombre completo – dice mirando fijamente al rubio, este sonríe un poco y asiente con la cabeza. – Yo no, ¿cómo se llama? Seike Kaiji L. ¿L? ¿L de que? – pregunta. Shikai lo mira extrañado... Syo es el hermano de Kaiji, el único con quien Kaiji se muestra amable... ¿y no le ha dicho eso?

- Seike Kaiji... Laurenth – dice con una pequeña sonrisa, quizás algo divertida, pero triste a la vez.

- La... ¿Laurenth? – pregunta Hiroshi atontado – Que ridículo – ríe, apoyándose en el marco de la puerta con su mano su cabeza caida hacia abajo, con los negros mechones cubriéndole el rostro. No es que tenga muchas ganas de reirse, pero... dios... Laurenth...

- Kaiji me dijo que no era de mi incumbencia como se llamaba – explica Syo – Quizá conmigo es amable... pero hay muchas cosas que no quiere decirme... que no quiere contarme – una muy ligera sonrisa en sus labios – Tu sabes más de Kaiji que todos nosotros juntos – Shikai abre un poco los ojos... eso... ¿podría ser cierto? – Supongo que debemos dar gracias al menos por saber su edad – comenta mientras Hiroshi y Alex asienten. Si, saben que tiene la edad de Shikai, pero... no saben cuando es su cumpleaños, solo que es mayor que Hiroshi... poco más.

- La verdad... es que no tiene nuestra edad... – una ligera sonrisa en los labios de Shikai – Tiene cinco años – Kaiji le dijo que no dijera cuando era su cumpleaños, no le gustan las fiestas... como no le gusta su segundo nombre, puesto por ser medio americano. Todos lo miran extrañados, sin entender que dice – Nació el 29 de febrero, su cumpleaños es cada cuatro años – son tonterías, cosas sin importancia, pequeños detalles que Kaiji solo le ha contado a él.

- ¿Ves? Quizá mi hermano sea tonto al no decirte que... – explica Syo, su sonrisa ampliándose, el enfado desapareciendo. Shikai lo corta.

- No es tonto – recrimina con una sonrisa – Kaiji tiene el titulo de derecho de la universidad y ahora se está sacando el de medicina – esto tampoco lo saben... No es que Kaiji vaya a la universidad... solo va para los exámenes.

Se sacó la carrera de derecho hace dos años y empezó con la de medicina. Los libros están escondidos en el fondo del armario de su habitación, en las noches o en las horas libres se sentaba en la cama o se tumbaba en ella... y él siempre lo miraba, tumbándose a su lado sin decir nada, acariciando su cabello o cogiéndole una mano distraidamente mientras Kaiji estudiaba. A veces preguntaba alguna cosa sobre lo que estaba leyendo que Kaiji le contaba siempre con rostro neutro, a veces, mirándolo a trabes de las gafas. Sonríe. Sí, Kaiji con gafas... cubriéndole justo los ojos, de montura negra pero muy fina, delicada... y... no le quedan mal... no le quedan nada mal... Su rostro de frío y serio asesino parece convertirse en el de un frío y serio abogado o médico tal vez, tan hermoso... que, a veces, no podía evitar interrumpirle para besar esos labios, siempre cálidos, ligeramente húmedos, con ese dulce sabor... y Kaiji no protestaba, incluso llegaba a dejar los libros para dedicarse solo a él, por completo.

Recuerda que una vez le preguntó porque se sacaba los títulos...

'Soy un asesino... necesito saber de leyes, para poder defenderme si alguna vez algo sale mal... necesito saber de medicina... ¿o es que crees que no nos van a herir nunca?' su voz había sonado tan seca como lo era siempre, con una ligera incomprensión en su tono, como si eso fuera evidente... bueno lo era para él... Pero Shikai se sorprendió al ver como Kaiji pensaba en esos detalles.

Solo él sabe esto... estos pequeños detalles, el carácter de Kaiji... su verdadero carácter... no es el que le muestra a Syo, no...

Esos ojos oscuros y fríos... siempre ha sido así, creció siendo así, sin importarle matar o morir.

Siempre con sus sentimientos ocultos bajo esos ojos fríos... por que simplemente Kaiji es... tímido.

Ríe un poco, tenuemente, Syo lo mira confundido sin saber que es lo que pasa por la mente del rubio.

Así es Kaiji... no quiere decir nada de sus sentimientos porque... no se atreve... reír o llorar... le da vergüenza... miedo tal vez... miedo a parecer débil.

- ¿Unique? – casi grita Hiroshi despertando de su ensimismamiento, las preguntas se repiten en su mente ¿Desde cuando Kaiji estudia en la Universidad? ¿Desde cuando es tan listo como para poder hacerlo? ¿Desde cuando Kaiji es listo?

- ¿Qué importa eso ahora? – la voz de Alex suena fría en la sala – Kaiji ya se fue – dice dirigiéndose hacia los sillones y sentándose allí, pesadamente, pero vigilando no hacerse daño en la espalda.

Shikai la mira, confuso...

Sí, Kaiji se ha ido... Ya no lo verá más, no verá más esos ojos oscuros observándolo cada mañana al despertar, la rara costumbre que tenía de despertarse siempre Kaiji primero, para luego despertarlo a él, siempre tirando levemente de un mechon de su cabello hasta que abría los ojos... y encontrarse con Kaiji observándolo frío...

Tan cálido.

Ahora ya no podrá acariciarlo, no podrá sentir la suave piel contra la suya. Esa voz... dura y seca... pero que disfruta tanto al oírla.

Recuerda un día cuando ya conocían a Kyo... habían ido a pescar todos a un río. Ellos dos se habían separado de los demás, entrando en un pequeño bosque justo al lado del río.

'Kai' lo había llamado Kaiji... abreviaban sus nombres cuando estaban a solas... siempre. Él se había girado, quedando de pie el uno frente al otro en medio del pequeño bosque. Kaiji levantó sus manos y le cogió dos mechones de cabello, uno de cada lado de su rostro, tirando de ellos para acercarlo hacia si y acabar besándolo. 'Te prohibo crecer más' le había dicho al separarse y él rio mientras esos ojos fríos lo miraban, quizá... algo alegres. Sí, el era más alto que Kaiji, pero tampoco era tanto como para que tuviera que ponerse de puntillas para besarlo...

Tantos recuerdos... y Kaiji en todos. Siempre con él. Siempre juntos. Y ahora... ya no estará, se ha acabado esa mirada, se han acabado las caricias, los besos...

- Aunque... – de nuevo la voz de Alex – seguro que aun está cerca – sonríe dulcemente hacia Shikai.

- Cerca quizá... pero ¿dónde? – pregunta Hiroshi pensativo, dejándose caer al suelo, cruzando sus piernas y poniendo una mano en su barmilla mientras cierra un ojo, intentando concentrarse.

- ¿A algún lugar que le guste? – pregunta Syo algo dudoso... pero tampoco sabe que lugar puede ser ese, ¿un bar? ¿la playa?... No sabe.

Todos quedan en silencio unos minutos, todos pensando donde podría estar ahora el ninja castaño, su compañero.

'No me gustan los cementerios' Shikai recuerda que había dicho eso después de enterrar a sus padres, con Kaiji a su lado mirando las tumbas.

'A mi sí. Todos acabaremos aquí algun día... Digamos que tu y yo empezamos aquí, en este cementerio y acabaremos también en uno' las palabras fueron duras y él ese día estaba demasiado triste como para prestar atención al comentario.

Shikai abre la puerta, saliendo corriendo, sin despedirse, sin decir nada, solo espera que Kaiji esté allí. Todos lo miran sorprendidos. Alex sonríe, al menos hay la posibilidad que esto se arregle. Va a tumbarse en el sillón cuando ve que Syo se sienta en él.

- Sal – Alex lo mira con sus ojos verdes molestos, observándolo ¿lo ha hecho a propósito? – Quiero tumbarme – le señala el otro sillón para que se siente.

- No pienso moverme – le reprocha el joven de ojos ámbar. Otra vez Alex dando ordenes, pues no le va a hacer caso.

- ¿Qué...? – los ojos de Alex se entrecierran, mirando molesta a Syo quien le devuelve la mirada con la misma intensidad. – Tu mismo – dice encogiéndose de hombros y se tumba, como si Syo no estuviera, pero teniendo que apoyar su cabeza en las piernas de él.

Syo abre los ojos sintiendo como empieza a molestarse y más viendo la sonrisa burlona que Alex le ofrece tumbada en sus piernas.

- Alex es un bonito gatito, ¿ne? – ríe Hiroshi sentándose delante, en el sillón frente a ellos, para luego tumbarse también él, estirándose y girándose de un lado, dándoles la espalda, sus piernas ligeramente encogidas. No puede sentirse peor, todo ha sido por su culpa. Cierra los ojos con fuerza mientras una lágrima cae.

Syo mira a Alex que ahora está con el rostro girado, viendo a Hiroshi. La sonrisa desaparece y sólo queda una mirada triste. Syo se le queda mirando, bueno... no es un buen momento para discutir así que pone una mano en el hombro de Alex, rodeándola un poco así, quedando su brazo por sobre el otro hombro y el cuello. Alex gira su mirada rápidamente, se aparta de Syo con un gemido, llevándose las manos a su rostro, quedándose arrodillada en la otra punta del sillón mientras de sus labios escapan agudos gemidos que de pronto se convierten en gritos de desesperación.

El joven Fujimiya se sorprende, no comprende el súbito movimiento del rubio. Nota con claridad que el grito no es de molestia, sino de puro pavor. Alex se abraza a sí misma, negando con la cabeza, gritando como si alguien le hiciera daño, pidiendo que la dejen ir, sintiendo las manos de esos cuatro hombres por su cuerpo, tocándola violentamente.

Hiroshi se levanta de golpe, yendo hacia ella. Nunca la había visto así. En los primeros tiempos de conocerse sí que era reacia al contacto, y alguna vez que la había tocado había visto miedo, pero esto...

- Alex, escolta, soc jo - dice agachándose ante ella, que sigue abrazándose y con los ojos fuertemente cerrados. El joven pone una mano en el hombro de Alex, un toque ligero, pero que hace que ella se encoja contra el sillón. Hiroshi no retira su mano, la deja allí y sacude a Alex una vez, con firmeza pero suavemente, intentando que reaccione. Ella deja de gritar, pero pueden oir su respiración acelerada, y palabras susurradas, en otro idioma - Eh, noir chat, êcute, tout ces't fini, êcute moi - la voz de Hiroshi suena suave, intentando pronunciar. Ve que Alex abre los ojos y lo mira, su cuerpo relajado, sus ojos volviendo a centrarse en la realidad, y no en las escenas de su pasado.

- Hiroshi... - susurra al ver al moreno. Hiroshi le sonríe tranquilo.

- Es... ¿estás bien? - pregunta Syo, mirándola sin entender. ¿Acaso ha hecho algo él?

Alex levanta su mirada, sus ojos verdes algo brillantes.

- Claro - Alex sonríe sentándose, Hiroshi a sus pies viéndola, preocupado -. Tengo la costumbre de gritar como un histérico cuando me tocan - una sonrisa burlona, pero también triste. Syo se acerca, arrodillándose en el sillón.

- Pues no asustes – dice levantando una mano y lentamente poniendola en el brazo de Alex, notando que se tensa – Bueno... de momento no gritas – sonríe algo burlón pero... se siente algo preocupado. Alex es fuerte, ágil y siempre lo ha visto orgulloso, no entiende como es que se ha puesto así, a gritar de esta forma, con tanta desesperación – Relajate ¿quieres? – su tono duro y algo molesto.

- Fujimiya... déjelo – dice Hiroshi preocupado. Si a Alex le da otro ataque... va a matar a Syo, por muy hermano de Kaiji que sea.

- Tranquilo Hiroshi – le dice Alex calmándose, aun con la mano de Syo en su brazo, pero no la va a asustar, Fujimiya no va a asustarla – Bien, ya estoy relajado... ¿ahora que? – sus ojos brillando, burlones de nuevo, como siempre los ha visto Syo. De pronto el joven castaño siente la mano de Alex en su pecho, empujándolo con fuerza hacia atrás y haciendolo caer, acostado en el sillon, con ella encima, sugetándole los hombros, sus piernas una a cada lado de la cintura del joven, pero sin sentarse sobre él – Bien Fujimiya-san, ¿qué era lo que quería hacer? – su sonrisa burlona y divertida, viendo como a Syo le brillan los ojos de pura rabia.

- Esto – dice el ninja de ojos ámbar, apartando una de las manos de Alex de su hombro, haciendola desequilibrar. Pasa una mano por su cintura, atrayendola hacia sí, quedando ambos tumbados... Alex sobre él, muy liviano, y Syo la rodea por la cintura.

El rostro de Alex queda oculto entre el hombro y el cuello de Syo, si este lo ha hecho ha sido más por la molestia que siente al ver al extranjero burlarse de él que no por sentir pena, aunque... su cuerpo parece muy delicado en sus brazos... demasiado para ser un ninja. – ¿No vas a gritar ahora? – pregunta en un siseo, girando un poco su rostro hacia el de Alex, rozando la suave mejilla de la ninja con la suya. Nota algo humedo recorriendo su cuello y luego un suave mordisco ¡El extranjero le está lamiendo el cuello! - ¿¡Pero que!? – grita apartando a Alex de golpe, alejándolo poniendo las manos en los delicados hombros de la ninja. Ella salta hacia atrás, quedando en pie ante la otra punta del sillón mientras ríe divertida.

- Creo que el tenso eres tu – sigue riendo suavemente, una risa agradable, pero que no gusta a Syo.

Hiroshi por su parte se tumba en el suelo, las manos una en su estómago y la otra en su cara, riendo exageradamente, Alex es increible.

- No sabía que te gustaban los hombres – dice Syo visiblemente molesto, el enfado más que evidente en sus ojos ámbar y en su tono de voz... no le gusta que se burlen de él y menos así. Además... que no le gustan los hombres.

- Siempre me han gustado – su risa se acaba poco a poco dejando solo una sonrisa. Pasa lentamente por detrás del sillón.

Syo, sentado ya, va mirándola. Ella se detiene tras él, agachándose. Apoyando los brazos en el respaldo del sillón y su barbilla sobre ellos, mirando a Syo, sonriendo.

No, Syo no le da miedo, le divierte molestarlo... Que la abrace si quiere, no piensa volver a gritar ante él... Syo es... demasado... tierno. Sonríe más al recordar como se portó el ninja en el parque, cuando ella era Noir... Antes de eso sí lo odiaba, no lo soportaba, ni tan solo su presencia, sentirlo cerca ya hacia que se alterara... pero ahora, sabiendo como es... no, ya no siente ese odio... al menos no ahora.

- Pues a mi no – le reprende al extranjero, pasando una mano por su cuello, aun sintiendo la humedad.

Hiroshi ríe como un histérico aun tumbado en el suelo, su risa estridente. Evidente que a Alex le gustan los hombres... lastima que Syo no sabe que Alex es mujer.

* * *

Continúa

[ Capítulo 47: Or i Plata ]

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Noviembre, 2002