Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Fanfic por Artemis

CAPITULO 42: NIT ~ PASSAT ~ TRAICIÓ

Iori se encuentra sentado en el borde de la ventana observando la calle con ojos fríos. Gira su rostro, hace rato que Noir ha salido, ha dicho que iba a pasear. La francesa se había encerrado en su habitación después de... besarle. Sonríe mientras distraídamente pasa la punta de los dedos por sus labios. Al cabo de quince minutos salió con su vestido negro, diciéndole que volvería pronto y se fue.

Mujeres, ni ellas mismas se entienden, piensa el pelirrojo viendo como la morena llega caminando tranquilamente por la calle oscura ahora. Es la única persona en ella, la va siguiendo... observando los movimientos de la joven, por su forma de andar bien podría ser una gata, elegante y silenciosa. Sus cabellos moviéndose acompasadamente con cada paso que da, ondulándose un segundo en el aire para caer de nuevo en su espalda y volver a elevarse.

La ve entrar en el edificio y él se levanta para sentarse en su cama, buscando algún cigarrillo en sus bolsillos pero no encuentra ninguno y maldice por lo bajo, necesita fumar.

Oye la puerta abrirse y cerrarse lentamente, haciendo el mínimo ruido.

- Gata, ¿tienes tabaco? – dice, sin levantarse. La puerta entreabierta, dejando ver una sombra moverse sigilosamente por la casa. Una cabeza aparece por la puerta entreabierta una cascada de cabello negro cayendo a un lado mientras unos ojos azules lo miran. Noir sonríe, una mano en el pomo de la puerta mientras abre más, parece que la chica vuelve a estar animada.

- Mi tener – enseña la chica, una cajetilla llena en su otra mano, entra en la habitación y se acerca. Iori levanta una mano para cogerla pero Noir la pone tras su espalda con gesto juguetón escondiéndola – Ne, ne, ne – dice moviendo la cabeza negativamente, divertida.

- ¿Qué haces? – gruñe Iori, viendo que la chica le está tomando el pelo, jugando con él.

- Yo darte mi tabaco, ¿qué darme tu a cambio? – le contesta sentándose junto a él y enseñándole el paquete de tabaco en su mano, riendo juguetona.

- Y... ¿qué querrías? – pregunta el pelirrojo mirándola desconfiado por entre los mechones rojos, puede esperarse cualquier cosa de la francesa.

Ve como la chica se levanta, poniéndose frente a él, agachándose y apoyando las manos en las rodillas de Yagami quien por un segundo no puede evitar mirar el provocador escote. Noir le separa las piernas, arrodillándose entre ellas, su rostro levantado hacia Iori, que la observa fijamente pero algo extrañado.

- Mi querer... – empieza la chica, irguiéndose más, acercando su rostro al del pelirrojo – que tu hacer masaje en hombros – sonríe y se voltea sentándose entre las piernas del pelirrojo y señala sus hombros con sus dedos una y otra vez. Iori gruñe algo, esta francesa le toma el pelo.

- Ni lo sueñes – dice secamente. Noir levanta el paquete y lo mueve levemente con su mano de un lado a otro.

- Tu querer fumar... necesitar fumar... tabaco ser tu amigo... – dice imitando la voz de un innotizador para luego echarse a reír sin poderlo evitar.

- Estúpida – gruñe Iori, el comentario le ha hecho gracia, pero no piensa demostrarlo, esta chica realmente extraña. Con un movimiento rápido logra coger el paquete contoneante, sacando un cigarrillo de su interior y prendiéndolo con su fuego.

Tira el paquete en la falda de Noir.

- Tu ser malo – le dice Noir cogiendo el paquete y sacando también un cigarrillo. Se da cuenta que ha dejado el encendedor en la sala, así que intenta levantarse, pero una mano enciende llamas púrpura frente a ella. La joven, en un acto reflejo, se hecha hacia atrás unos segundos para luego encender el cigarrillo en el fuego – Hacer trato – dice la chica volteándose levemente – Mi masaje tu y tu masaje mi – dice sonriéndole, sus ojos entrecerrados, dulce.

- Solo lo haré si hablas bien – le susurra Iori viendo que a veces la chica habla mucho mejor y que ahora que casi no la ha entendido.

- Yo hablar perfecto – dice Noir con un puchero, levantándose con las manos en su cintura – Je parle tres bien – repite en su lengua, mostrándose falsamente ofendida.

- Sure, cat – dice Iori con rostro frío pero disfrutando de la actitud de la chica frente a él... le parece tan... franca, además... no le tiene miedo, sabe quien es, sabe lo que ha hecho, que es Yagami Iori, que ha dejado ciego a Kyo, y aun así... la joven sigue con él.

- Don't talk to me in english – le reprocha la chica mientras pone el cigarrillo en sus labios e inhala el grisáceo humo, soltándolo mientras continua: - I don't understand anything, and... I'm not a cat – sonríe la chica, levantando una mano y tirando de uno de los mechones rojos de Iori en reproche, suavemente; este solo gruñe levemente, cogiendo la mano de la francesa y apartándola de sus cabellos – Yo... te... doy un... masaje a ti... y luego... tu me... lo das... a mi – dice la chica lentamente, parando para, parece, pensar bien lo que tiene que decir - ¿De acuerdo? – le sonríe mientras se suelta lentamente de la mano de Iori y de nuevo inhala el cigarrillo.

- Ahora sí se te entiende – una lijerísima sonrisa en los labios del pelirrojo, el cigarrillo posándose en ellos, el humo entrando en sus pulmones, sintiéndose bien.

- Preferir hablar así ser más sencillo yo no tener tiempo para pensar en verbos para usar – dice la chica de una tirada, Iori suspira resignado mientras saca el humo de sus pulmones.

Noir se dirige hacia la mesa de la habitación y apaga el cigarrillo en un cenicero de cristal que hay allí decorado con líneas rectas, finamente retocado y cortado, el cristal muy transparente. Vuelve a acercarse a Iori y se arrodilla en la cama, situándose tras el pelirrojo lentamente.

- ¿Qué haces? – pregunta Yagami, girando su rostro para poder ver a la joven francesa tras de él.

- ¿Tu ser tonto? – pregunta Noir mirando curiosa a Iori, este abre un poco sus ojos al oír lo que le acaba de decir la francesa – Yo masajear – explica la joven con tono igual que si estuviera explicando a un niño mientras pone sus manos en los amplios hombros del pelirrojo.

- Así no se hace – le reprocha el pelirrojo levantándose y mirando a la joven arrodillada en la cama – Túmbate – le indica, señalándole la cama, tirando el cigarrillo al suelo y pisándolo casi sin mirarlo. La chica entrecierra sus ojos desconfiada – Hazlo – ordena el pelirrojo mirándola fijamente, frío. Noir lo hace, tumbándose de cara en la cama, cogiendo su cabello y apartándolo de su espalda, cruzando sus brazos, apoyando su mejilla en ellos mientras mira de reojo al pelirrojo quien se sienta a su lado y pone las manos en los hombros de la joven, empezando a masajearlos – Así no se puede – gruñe y Noir lo mira sin entender el comentario hasta que oye el ruido de la cremallera de su vestido bajar, rápidamente se incorpora un poco apoyándose en sus codos – Quieres calmarte, si quieres un masaje no se puede por encima de la ropa – le reprocha el pelirrojo viendo a la, ahora, molesta francesa.

- Entonces dejarlo – Noir lo mira curvando su espalda intentando levantarse, pero Iori le pone una mano en la descubierta espalda, impidiendo que se mueva.

- ¿Quién es la tonta aquí? – le recrimina sin entenderla – No voy a hacerte nada – murmura molesto, mirándola por entre el rojo cabello.

- Estar bien... pero no mirar – dice la joven, señalando a Iori que mire hacia otro lado. Este solo suspira aun molesto y gira su rostro sin mirar a la joven, pero notando sus movimientos – Ya estar – murmura al cabo de unos segundos. Iori vuelve a mirarla, la joven de nuevo con los brazos cruzados, el negro cabello cubriendo uno de ellos por un lado, pero esta vez Noir está con la parte de arriba del vestido sacada, bajo ella; toda su espalda descubierta y también sus brazos y mirándolo. Yagami pone rostro pensativo durante un segundo y acaba arrodillándose por encima del cuerpo de Noir, una pierna en cada lado, sin tocarla.

- No digas nada – dice antes que Noir le grite lo que está pensando – No puedo hacerlo de lado – concluye, sin dejarla responder y poniendo sus manos en los hombros de Noir, empezando a apretar suavemente y viendo como el rostro molesto de Noir cambia, entrecerrando sus ojos con gesto de sueño, relajándose. Lentamente el pelirrojo baja sus manos sin dejar de apretar - ¿Duele la cicatriz? – pregunta al ver que no tiene más remedio que tocarla, Noir niega levemente con la cabeza, sus ojos completamente cerrados. Iori baja, apretando en ciertos puntos que conoce debido a tantas luchas y a tantas recuperaciones, viendo que Noir tiene un cuerpo atlético, nada que sobre... o falte.

Con la punta de sus dedos recorre la cicatriz delicadamente, observando, debió ser un corte muy profundo, doloroso, es extraño que la chica siga viva después de un corte así.

- Iori... – lo llama la francesa, disfrutando del masaje pero pareciendo que no quiere mantener el silencio - ¿Verdad que Kyo tener novia? – pregunta y el pelirrojo se queda detenido durante un momento ¿Por qué cuando empieza a estar bien, sin pensar en Kusanagi, la chica debe sacar el nombre? Gruñe un sí como respuesta – Creo que yo leer hace tiempo que la chica llamarse... ¿Kushinaka? ¿Kushinara? ¿Kushi... algo? – dice como pensando en el apellido, su voz monótona, sin dar mucha importancia a lo que dice.

- Kushinada – responde Iori fríamente, recordando que vio a la novia de Kyo con otro joven – Aunque creo que no le es fiel – una risa grave escapa de sus labios.

- ¿Por qué decir esto? – pregunta la joven, su rostro curioso al oír esto, sus ojos ahora abiertos observando al pelirrojo de reojo.

- Simplemente... la vi con otro – responde secamente mientras sube sus manos de nuevo a los hombros de Noir... esos hombros... finos... delicados... esos hombros...

- ¿Otro? – la sorpresa se deja ver algo en el rostro de Noir - ¿Cómo ser el chico? – sigue preguntando parecería que no entiende.

- Albino – otra respuesta seca... 'Yo no llamarme Esta'

- ¿Albino? – los ojos de Noir se entrecierran, como si no entendiera nada - ¿Cuándo verlos? – sigue.

- Uno o dos días antes de conocerte – una explicación fría mientras recuerda a Noir con el jefe del bar, ahogándolo. Recorre la cicatriz de nuevo.

- ¿Tu hablar con ella? – su voz sonando como si solo preguntara por preguntar, sin mucho interés en la respuesta.

- Unos segundos, luego salió corriendo, con el albino detrás, y ya no la he vuelto a ver – una sonrisa en sus labios, cruel.

- Ah – dice mostrando poco interés – Kyo deber estar triste si novia dejarlo – dice en tono dulce, cierra los ojos lentamente.

- Tu sabrás... – responde Iori con una leve risa cruel, Noir abre los ojos sin entender. 'No me llamo Tu. Me llamo... – Alex – la sonrisa cruel ampliándose, Noir abre más sus ojos por la sorpresa.

- ¿Qué? – pregunta, y nota como Yagami pone una mano en su hombro y, bruscamente, la hace girar, inclinándose sobre ella mirándola fijamente. Ahora sus manos en los hombros, sin dejarla levantar. Ríe malignamente.

- Interpretaste bien tu papel, Alex – una mano en el cabello de la morena y tira de él con fuerza, un rubio y corto cabello debajo, en su mano la peluca morena arde en púrpura. El rostro sorprendido de Noir se vuelve la mirada furiosa de Alex – Quien me iba a decir que me encontraría con una mujer ninja – la risa de Yagami grave, cruel, expandiéndose por la habitación.

- Suélteme – dice Alex furiosa, mirando a Yagami fijamente, pensando en todo lo que le ha costado interpretar el papel, de nuevo comportarse como chica... cuando hacia ya tanto tiempo que todos la trataban de "él".

- ¿Ya no me tuteas? – pregunta el pelirrojo en un siseo, sin apartarse ni un milímetro de ella. La sonrisa desaparece para mostrar solo odio - ¿Cómo te has atrevido, Alex? – sus ojos llenos de rabia, la sacude una vez, con fuerza.

- Kushinada Yuki murió, un pelirrojo lo hizo, ¿adivina quien creímos que fue? – el tono burlón, aun estando acorralada, soportando la mirada de Iori.

- Yo no he matado a esa estúpida – gruñe el pelirrojo, demasiado molesto como pararse a pensar en quien lo hizo, demasiado furioso.

- Entonces debía ser otro pelirrojo con llamas púrpura... como hay tantos – ríe sarcástica, recibiendo un golpe fuerte en su rostro, haciéndole voltearlo.

- No se quien ha matado a esa, solo sé que yo no fui y que tu pagaras por haberte burlado de mi – los ojos brillan de pura y fría rabia. Alex se siente realmente en problemas, no entendió porque Kyo le pidió... ordenó... que confirmara que fue Yagami quien mato a Yuki, pero ahora, aun estando ella en peligro, también duda que el pelirrojo lo hiciera, pero... no puede haber sido nadie más... ¿o si?

- Máteme de una vez y acabemos con esto – lo mira fijamente a los ojos, su rostro frío, la muerte no la asusta, dejo de hacerlo hace mucho.

- ¿Quién dice que voy a matarte? – ríe malignamente Yagami, bajando su mano y metiéndola lentamente bajo la larga falda, acariciando las suaves caderas con sus largos dedos.

Alex abre los ojos, el miedo empezando a reflejarse en ellos. Golpea el rostro de Yagami con su puño, cogiéndolo por sorpresa, y consigue liberarse, saliendo de la cama y rápidamente colocándose la parte de arriba del vestido para dirigirse hacia la puerta, pero antes que pueda hacerlo se ve envuelta en llamas púrpura, grita de dolor al notar el fuerte calor, quemando su piel, envolviéndola durante unos segundos para desaparecer, dejando marcas en el vestido y ligeras quemaduras en su piel.

- ¿Dónde crees que vas, gata? – dice Yagami en pie frente a ella que ahora está de rodillas debido al dolor de las llamas, sus ojos están entrecerrados para intentar soportar el dolor.

- Mi no ser gata, Iori – un presente y claro tono de burla, acentuando de nuevo la última i, volviendo con el acento francés, su orgullo demasiado alto como para mostrar miedo.

Yagami se molesta y la obliga a levantarse, cogiéndola por el cabello.

Alex pasa su mano con suavidad por el brazo de Yagami hasta su mano, acariciando con la punta de sus dedos, una sonrisa dulce en sus labios. Iori suelta el cabello por la sorpresa y Alex aprovecha para dar una vuelta completa sobre si misma, dando una fuerte patada en el estómago del pelirrojo, este se encoge pero puede coger la pierna antes que Alex pueda retirarla, tira de ella hasta quedar su mano bajo la rodilla de la ninja, su otra mano en la cintura, obligando a la ninja a acercarse.

- Solo eres una débil mujer – dice cruelmente, mirándola fijamente, viendo la rabia en los ojos de Alex, el orgullo sin desaparecer.

La acorrala contra la pared con su cuerpo, cogiéndole ambas manos con la suya por encima de la cabeza de la rubia, su otra mano de nuevo bajo la falda y, lentamente, bajando la ropa interior, hasta que esta cae al suelo.

Ve como el rostro de Alex ya no refleja ese orgullo, su cuerpo completamente tenso, su rostro pareciendo que no puede creer lo que pasa.

Iori la levanta del suelo, aun sujetando sus manos, haciendo más presión con su cuerpo contra la ninja y besa ferozmente sus labios.

Si espera que la mate no lo hará, hay maneras mejores de destruir el orgullo de la ninja.

Siente como Alex intenta liberar sus manos y sonríe para sí, aun besándola.

Desabrocha el primer botón de sus pantalones, no va a ser gentil con Alex, lo ha engañado, había pensado que Noir era una chica con quien alguien como él podía estar a gusto, con esa risa dulce en esos labios carnosos; ese acento que, aunque no se lo había dicho le parecía encantador, incluso las burlas de la chica le divertían... pero todo era falso, la ternura, ese beso, su sonrisa... todo. Todo para engañarlo. No, no la va a perdonar. Parte el beso.

- Yagami-san... por favor... no lo haga – lágrimas bajan de sus ojos, pasando por sus mejillas hacia su cuello – Por favor... no... Se lo ruego no lo... ¡Ah! – grita al sentir el cuerpo de Yagami fuertemente apretado contra ella. Sintiendo la excitación de Iori bajo los pantalones, colocada justo entre las piernas de la ninja.

Iori ignora las suplicas, está dispuesto a acabar con el orgullo de Alex, que suplique o llore tanto como quiera, eso no va a hacer que el odio disminuya, ella ha jugado con él haciéndole creer todo un seguido de mentiras, una tras otra, ahora es él quien tiene el control.

Alex empieza a gritar, al borde de la histeria, sacudiendo su cabeza intentando alejarse, grita como si Yagami ya estuviera dentro de ella y ya sintiera el dolor, pero ya no está con el pelirrojo... está en su casa, sus padres muertos frente a ella, cubiertos de sangre, violados ante sus ojos y cuatro hombres de negro, aun sedientos, cogiéndola, arrancándole la ropa, sin importarles que solo sea una niña. Entrando en ella uno tras otro, sin piedad ni consideración, nunca satisfechos; cogiéndola con fuerza, dañándola tanto por fuera como por dentro, entrando en ella y también obligándola a abrir su boca, mientras uno entra en ella por entre sus piernas el otro se movía en su boca, provocándole fuertes arcadas, sin dejarla respirar, el pánico recorriendo su cuerpo.

Iori aun no se ha movido, viendo como la ninja grita con desesperación, perdiendo totalmente el control, sus ojos fuertemente cerrados.

- ¡Soltadme! – dice entre gritos, su voz sonando completamente desesperada.

Yagami no lo entiende ¿por qué pluraliza? ¿qué le está pasando? ¿Se ha vuelto loca?

De pronto ve como Alex se desvanece. Suelta sus manos que caen flácidas, quedando la rubia inconsciente en sus brazos.

No entiende que demonios le ha pasado, Alex gritaba como si él ya hubiera entrado, la desesperación clara en su voz, el miedo, el dolor...

La suelta sin consideración, pero antes que la cabeza de Alex toque el suelo la sujeta, dejándola sentada contra la pared.

Había jurado matar al ninja rubio cuando lo volviera a ver y ahora se encuentra con que lo tiene delante, la tiene delante.

Sí, los rasgos de Alex son demasiado femeninos, pero sus gestos... su forma de hablar, hacen que no lo parezca, que no parezca una chica, debe llevar mucho tiempo haciéndose pasar por hombre.

Ahora le parece estúpido no haberse dado cuenta antes que Noir era Alex, pero tampoco ha tardado tanto... se ha dado cuenta al ver las marcas de uñas en sus hombros, esas marcas que él mismo le hizo, pero esto solo ha hecho que se diera cuenta al fin, pues la mirada de Alex... su actitud... también se habían dejado ver cuando actuaba, sobretodo con el jefe del bar, o en el restaurante, cuando lo llamó Yagami sin ningún acento.

Mira el inconsciente cuerpo ante él y pone su mano en la nuca de la joven, acercándola a él, abrazándola.

- Te echare de menos Noir – susurra bajo, como si alguien pudiera oírlo, en verdad Noir había acabado agradándole. Nota algo húmedo en la punta de sus dedos, viendo que es sangre, la herida en la espalda de Alex sangra. – Eres un estúpido Alex – dice, su rostro molesto, empujando el cuerpo de la ninja contra la pared con violencia, los ojos de Alex cerrándose más por el dolor aun estando inconsciente – Debería matarte... pero creo que si lo hago te haría un favor – sonríe con maldad. Pone una mano en el hombro de la ninja, clavando sus uñas, bajando por el brazo de Alex, arrancando la manga del vestido al hacerlo. La sangre empieza a salir – Será más divertido si te dejo vivo – no sabe porque aun le habla como si Alex fuera un chico, bueno... quizás... Si Alex se hace pasar por chico... la mira con ojos curiosos, creyendo entender los gritos desesperados... ¿para que hacerse pasar por chico? Simplemente por odiar su cuerpo, su debilidad... porque seguro la violaron.

Al cabo de unos minutos Alex empieza a recobrar el sentido, sintiendo dolor en su espalda y en su brazo. Abre los ojos lentamente, intentando situarse, reconoce la habitación y la recorre... la mesa, la ventana abierta, dejando pasar el aire frío, la cama... Iori sentado en ella, mirándola fijamente con un cigarrillo prendido entre sus labios.

Alex queda helada unos segundos, lo último que recuerda es a Iori acorralándola contra la pared, besándola salvajemente y luego... nada. Está completamente confusa ¿Yagami la ha...? No lo recuerda. Siente que la cabeza le duele horriblemente, pone una mano en ella, haciendo que se pierda por entre su cabello, bajando su rostro.

Abre los ojos y ve su ropa interior en el suelo, a su lado, entrecierra sus ojos mirando con rabia la delicada prenda, apretando los puños, las lágrimas subiendo a sus ojos. La coge bruscamente, rápido, levantándose y volviéndosela a poner, sintiendo como la rabia la recorre y también la impotencia.

Levanta su mirada, viendo a Iori, sus ojos brillando furiosos, sus dientes y puños apretados, la sangre bajando por su brazo. Iori, con el cigarrillo consumiéndose lentamente en sus labios, sin dejar de mirarla con ojos fríos bajo mechones rojos. Coge el cigarrillo y tira la ceniza al suelo, soltando el humo acumulado en sus pulmones.

- Vete – dice solamente, su voz seca y cortante, no deja de mirarla.

- Había empezado a creer que no era tan malo – dice Alex de pronto, mirándolo fijamente después de un corto silencio – Pero veo que me equivoque, soy humana al fin y al cabo – el tono de burla vuelve a aparecer, no va a consentir que Yagami la intimide de nuevo, que sienta el miedo, el pavor que ahora recorre su cuerpo.

- Eres mujer – acota Iori, sonriendo con maldad, se levanta y da unos pasos hacia ella, Alex no puede evitar echarse hacia atrás, el miedo es demasiado fuerte como para que no se mueva. – Y débil – la sonrisa de Yagami cruel, sus palabras hirientes – Ve a llorar a los brazos de tu adorado Kyo, dile que yo no le he hecho nada a su estúpida novia – su tono claramente burlón pero también visiblemente molesto – y dile... que esto no va a quedar así – concluye, una mano en la fría pared, al lado de la cabeza de Alex, quien se apoya en ella, sus labios entreabiertos pidiéndole gritar, gritar desesperadamente, pero no quiere, no debe...

- A Kyo lo están operando – su voz suena fría, pero no puede evitar notar que no parece la suya, demasiado miedo visible en ella, su cuerpo empezando a temblar por mucho que intente evitarlo.

- ¿Qué me importa? – gruñe el pelirrojo, pero está algo sorprendido, ¿Podría ser que Kyo recuperara la vista? ¿Qué esos ojos oscuros volvieran a mirarlo con ese orgullo siempre presente en ellos? Todo sería como antes, todo podría volver a la 'normalidad'. Volver a las peleas, volverlo a ver con ese aire de superioridad tan suyo, que solo él sabe demostrar, su sonrisa despreocupada... – Vete ya, molestas – dice apartándose de pronto de Alex y dándole la espalda.

- Saps? Començava a sentir alguna cosa per tu – su voz se vuelve algo triste. Iori no entiende lo que dice, no habla francés, es ese otro idioma. No piensa preguntar que es lo que dice – Quina ximpleria, no? – el pelirrojo voltea, cansado que la chica le hable en un idioma que no entiende. Pero al girarse Alex ya no está, mira hacia la sala, la ninja esta allí, abriendo la puerta para salir. Se miran a los ojos durante un momento, que segura de sí misma puede llegar a parecer Alex, como cambia cuando se siente acorralada... piensa Iori mientras sonríe cruelmente – Adeu – se despide la rubia, sus ojos fríos, molestos mientras sale.

Yagami queda mirando la puerta, sus ojos fijos en ella, ahora Alex tiene lo que se merece.

Al otro lado de la puerta está Alex, posa su mano en la pared del pasadizo de salida, apoyándose en ella. Sus ojos están cerrados, sus dientes apretados con fuerza y las lágrimas empiezan a caer con intensidad.

Lo que le pasó hace tanto tiempo... los recuerdos que quería que desaparecieran vuelven a ella con intensidad. Siente que su cabeza va a estallar.

Empieza a andar, apoyándose en la pared, quiere salir lo más rápido posible de aquí, pero siente que no puede, que si intenta correr va a caer y se maldice por ser tan débil, siempre lo ha sido, se maldice por ser una débil mujer.

* * *

Continúa

[ Capítulo 43: Només traició  ]

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Noviembre, 2002