Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~
Fanfic por Artemis
Capítulo 41: Infern i Cel {Infierno y Cielo}
- ¡Uaaaaah! bosteza Hiroshi estirando sus brazos y abriendo sus ojos para encontrarse mirando a unos alegres ojos verdes Hola saluda divertido y como respuesta recibe un seguido de lamidas en su cara. Coge al atrevido perro con sus manos y lo levanta, mirándolo fijo Gracias dice con una sonrisa y girando su rostro hacia Orochi que está de pie observándolo y que se sorprende un poco al ver una sonrisa tan cálida, agradecida. Hiroshi se levanta con el perro en sus brazos Siento haberte causado tantos problemas deja el perro en el suelo lentamente.
- No importa murmura Orochi, su voz distante.
- ¿Puedo pagártelo de alguna manera? pregunta el moreno acercándose a él, quedando sus rostros a poco más de un palmo.
Orochi lo mira fijamente, pensando en que forma estaría dispuesto a pagarle. Pasa una mano por la mejilla del joven, acariciándola, acercando sus rostros para acabar besándolo. Azumi lo ha tratado como a un sirviente, un esclavo... él es más que eso.
Hiroshi pone las manos en el pecho de Orochi, en un leve intento para apartarse, no le importa besar a un hombre... pero de eso a acostarse con uno... Kaiji viene a su mente, una imagen confusa... el rostro del ninja castaño cerca suyo, besándolo, cierra los ojos, debe estar imaginando cosas, tanta droga al fin lo afectó.
Orochi profundiza el beso, la mano aun en la mejilla del moreno, la otra a su espalda, acercándolo más hacia él.
Un golpe seco de la puerta abrirse y ambos se separan, girándose.
- Hola... Raike unos profundos ojos rojos, la voz en un siseo molesto - ¿Interrumpo? Azumi ha notado desde fuera que Orochi estaba con uno de los ninjas de Kyo, así que ha vuelto a cambiar su aspecto, para no tener problemas con el ninja ni dar explicaciones.
Hiroshi se aparta de Orochi mirando al pelirrojo recién llegado.
- La verdad es que sí sonríe Orochi burlón, no tiene porque darle explicaciones a Azumi.
Ve como el demonio le devuelve la sonrisa, pero le sonríe pacíficamente, como siempre ha hecho y se agacha, cogiendo al perro que ha empezado a rondar por sus piernas, lo sostiene en sus brazos de nuevo poniéndose en pie y acercándose a ellos. Hiroshi lo mira curioso.
- Kawaii dice de pronto el moreno y le tiende una mano Me llamo Hiroshi dice sonriéndole, en verdad el chico pelirrojo queda lindo con esa sonrisa y el perro negro en sus brazos, muy hermoso.
- Azumi sujeta al perro con una mano y tiende la otra a Hiroshi quien la estrecha sonriente, el nombre le resulta vagamente familiar pero no recuerda porque - ... el novio de Raike su sonrisa no desaparece, Orochi mira incrédulo ¿para que dice eso Azumi?
- Pues en menuda situación nos has encontrado ríe Hiroshi poniendo una mano en su cabeza, perdiéndose los dedos entre el revuelto cabello negro.
- Tranquilo, sé que ha sido Raike sonríe entrecerrando sus ojos el pelirrojo, su rostro dulcificándose aun más.
- ¡Wow! grita Hiroshi realmente eres hermoso su sonrisa se amplia y Azumi por un momento queda confuso para volver a sonreír, no ha conocido nunca a nadie así, tan directo No sé que hace Raike besándome a mi si tiene un novio tan atractivo dice para luego arquear sus cejas con gesto algo pensativo -Oi, ¿acaso no os va bien en la cama? pregunta curioso, como si fuera la pregunta más normal del mundo; una ligera risa escapa de los labios de Azumi, no, realmente no ha conocido nunca a alguien así.
- Lo tengo un poco abandonado, he de admitirlo Azumi sonríe a Orochi quien trata de entender el extraño comportamiento del pelirrojo ¿Qué pretende? Pero esto se puede solucionar, ¿ne, Raike? levanta una mano y posa la punta de sus dedos en la barbilla de Orochi, acariciando levemente.
- Ups, entonces mejor me voy ríe Hiroshi, se acerca a Azumi y toca la cabeza del cachorro a modo de despedida Mucho gusto en haberte conocido le dice al pelirrojo con una ligera inclinación de cabeza Raike... sonríe hacia el joven de cabello blanco.
- Lo mismo digo sonríe Azumi y lo acompaña hacia la puerta, abriéndosela para dejarlo salir.
- Oi, en verdad no ha pasado nada susurra Hiroshi al salir, su voz algo más seria, Azumi solo le sonríe, una sonrisa tranquila, mientras asiente con la cabeza Bueno, adiós... que os divirtáis ríe de nuevo despidiéndose con la mano alegremente.
Azumi cierra la puerta y se agacha, soltando al cachorro. Orochi a un par de metros a su espalda. El demonio acaricia al cachorro quien, alegre por las caricias, mueve la cola de un lado a otro sin cesar.
El silencio se hace presente, Orochi solo observa como el perro disfruta de las dulces y cariñosas caricias.
- Puedo hacer lo que quiera y con quien quiera dice Orochi al fin, sin soportar más el denso silencio, algo molesto, no tiene porque darle explicaciones, no tiene porque sentirse mal por haber estado con otro... pero entonces... ¿por qué habla?
Azumi se levanta mientras el perro corre hacia el pasillo, jugando solo con nada.
- Raike... dice empezando a voltearse hacia Orochi Tu... Eres... Mío sus ojos brillan, rojo sangre, su expresión furiosa, se acerca con pasos lentos hacia él Mío, ¿entiendes eso? su siseo cruel Yo te cree Orochi... dice, su voz suavizándose, su mano con largas uñas pasando por el pecho de Orochi, por encima de la ropa, bajando lentamente Debes estar muy desesperado, ¿ne, Raike? murmura distraídamente mientras su mirada sigue el recorrido de su mano que baja más, hasta posarse en los pantalones de Orochi, acariciando por encima de ellos.
- ¿Qué... quieres decir? dice fríamente el dios, intentando ignorar el súbito calor que lo invade, intentando evitar que las caricias lo afecten, o al menos no demostrar que lo hacen.
- Querer acostarte con un humano... su mirada distraída aun, fija en su mano - ... teniendo a un demonio levanta la mirada y su mano se cierra apretando levemente. Orochi no puede evitar un gemido ni tampoco puede evitar poner su frente apoyada en el hombro de Azumi, sin soportar el placer; el demonio siempre sabe bien lo que hace.
- ¿Y... tu dices que yo te... quiero por tu cuerpo... le reprocha entrecortadamente cuando eres... tu el que desea el mío? su respiración agitada, notando los movimientos de Azumi, este ríe ahogadamente, desabrochando los botones del pantalón y obligando a Orochi a tumbarse en el suelo, suavemente guiándolo sin dejar de acariciar.
- Raike... susurra besándolo tiernamente en los labios, mordiendo con suavidad el labio inferior yo siempre te he querido solo por tu cuerpo susurra ahora en el oído del dios, quien gira su rostro a un lado, pensando en lo ingenuo que era antes, en lo ingenuo que sigue siendo y más aun ahora, habiendo recordado. Azumi lame el contorno del oído mientras saca los pantalones a Orochi No tienes que ponerte así Raike su voz sensual Solo disfruta este momento 'por que puede ser el último' el demonio se sorprende a si mismo pensando esto... pero puede ser verdad, Namae ya se ha presentado y sabe que, pase lo que pase, Orochi ya no estará a su lado.
Se sienta sobre el estómago de Orochi, dejando de acariciar, mirándolo fijamente a los ojos. Pasa sus manos por el estómago, empezando a sacarle el jersey, viendo los músculos del pecho, los brazos... Mira fijamente el cuerpo desnudo bajo él, se encuentra con una mirada que intenta ser fría, sonríe pasando una mano por los blancos mechones. Observa fijamente los ojos rojos que lo miran, medio furiosos medio suplicantes. Recuerda esa mirada suplicante en los ojos de Raike, hace mucho, le encantaba ver ese anhelo en sus ojos, el suave cabello bañado por el sudor, esos labios suaves deseando ser besados... los suaves gemidos acariciando su oído... la piel tan suave...
- ¿Azumi? dice Orochi al ver que el demonio no se mueve, solo lo mira fijamente y... además...
- ¿Qué? pregunta algo distraído, intentando entender porque se ha quedado viendo esos ojos.
Orochi levanta su mano y pasa sus dedos por los labios de Azumi rozándolos para apartarlos luego y mostrárselos, mostrándole la sangre. El demonio solo sonríe, cogiendo la mano y lamiendo los dedos manchados sensualmente. Sí, ya sabe que sangra, hace rato que nota que su cuerpo no puede más pero... el dolor... si se siente... intenso o no... te ayuda a saber que estás vivo y se alegra de sentirlo, sabe que devolviendo el cuerpo a Kyo él podría descansar... pero no quiere... al menos no ahora... no de momento, no piensa dejar las cosas sin terminar.
Sonríe... sangre en sus labios aun, sangre en unos labios que sonríen. Orochi mira el rostro de Azumi, esos labios sangrantes... sonriéndole, esa sonrisa que solo Azumi sabe ofrecer, que puede parecer tan cálida, tan tierna, tan dulce... pero es falsa, esta sonrisa jamás ha sido cierta... jamás... Sus ojos... también falsos... los mira, fijamente, no hay nada en ellos excepto falsedad... un leve movimiento, durante un segundo ve como los ojos se entrecierran y la sonrisa desaparece una ligera mueca de dolor en su rostro...
¿Por qué lo hace? Se pregunta Orochi... ¿por qué continua sobre él? ¿por qué no descansa?
Azumi se agacha, besando los labios del joven de cabello blanco, riendo ligeramente al separarse al ver que los ha manchado con su sangre.
Vuelve a sentarse, posando una mano plana en su propio pecho y su ropa desaparece. Orochi se estremece ante el contacto de la piel de Azumi en su estómago, se siente suave, cálida... excitante.
- Azu-mi dice, su respiración entrecortada, al notar como el demonio se tumba sobre él, sus pieles rozándose, la piel de Azumi tan suave... cierra sus ojos al sentirlo colocarse entre sus piernas, obligándolo con una caricia a separarlas.
- Tranquilo, tendré cuidado le sonríe sus ojos entrecerrados y Orochi puede ver que en ellos se refleja cansancio... el dolor debe ser muy fuerte, ¡maldita sea! ¿Por qué no descansa?
- Azumi, no dice apartándose, intentando no sucumbir a las ganas que siente de sentir a Azumi. Ambos quedan de rodillas, uno frente al otro. Orochi puede ver los ojos cansados del demonio... ahora molestos, pero siguiendo entrecerrados.
- ¿Se puede saber que haces? murmura Azumi viendo el comportamiento de Orochi... si algo no soporta es no poder hacer lo que quiere, y si no puede hacerlo por las buenas... De pronto se encuentra rodeado por los brazos de Orochi, la cabeza de este en su hombro.
- Necesitas descansar... no hagas esto susurra el dios en el oído del demonio, quizás Azumi se moleste con él... aunque esté débil aun es capaz de matarlo... pero siente una mano en su cabello, y la cabeza de Azumi apoyándose ligeramente en la suya girándola para besar los cabellos blancos, ahora algo húmedos... sintiendo el olor de Raike... echaba de menos este olor... echaba de menos esos ojos ingenuos... echaba de menos... a Raike.
- Tranquilo Raike... estoy bien susurra y pone las manos bajo la espalda de Orochi, apretándolo contra él, haciéndolo subir a sus piernas. Orochi intenta apartarse de Azumi, poniendo las manos en sus hombros, mirándolo a los ojos ¿tan sediento está? El demonio hace que se levante un poco, acercándolo más hacia él. El dios empieza a sentir como Azumi entra lentamente en él, cierra sus ojos debido a las oleadas de placer que empiezan a recorrer su cuerpo. Ábrelos dice Azumi en un susurro Mírame su voz dulce mientras acaba de entrar en el cuerpo de Orochi quien no puede evitar un grito, intenta mantener los ojos abiertos, recuerda que nunca antes ha visto el rostro de Azumi... cuando este lo hacía suyo. Pero recuerda lo placentero que era sentirlo dentro suyo, sus caricias, sus manos recorriendo su cuerpo, delicadamente, tan gentil que nadie podría esperarse que fuera un ser tan frío, ni tan solo él lo creía aunque su madre se lo hubiese dicho tantas veces. Ve algo extraño en la frente del demonio, empiezan a aparecer líneas negras y rojas, los labios del demonio se separan y puede ver unos largos colmillos; el corto cabello se alarga volviéndose negro y solo quedando unos mechones rojos. Se queda observando el cambio mientras siente los largos dedos recorriendo su espalda - ¿No te gusta? pregunta Azumi, pero no deja que el dios responda pues empieza a moverse dentro de él, lentamente haciendo que vuelva a quedar recostado en el suelo, sus movimientos lentos mientras acaricia el estómago de Orochi, su pecho, sus brazos. Orochi solo logra gemir cada vez que siente que Azumi entra más en él, las sensaciones abrumándolo; empieza a ver sangre, sangre que cae de la espalda de Azumi, recorriendo su cuerpo bajando por la cintura del demonio hasta caer lentamente en su estómago, sintiéndola fría, espesa. Quiere pedirle que se aleje pero Azumi entra aun más en él, haciendo que arquee la espalda y cierre los ojos, una fuerte oleada de placer lo recorre mientras siente como Azumi se vacía dentro suyo... y queda en blanco, no hay nada en que pensar, nada más que sentir excepto el placer recorriendo cada fibra de su piel, se siente tan... bien después de tantos años sin tenerlo, sin poder sentirlo, ni tan solo ha sentido dolor, nunca lo ha sentido, Azumi siempre se ha preocupado de no causarlo... quizás con algunos trucos... no lo sabe... Sonríe al pensar en eso... Azumi procurando no lastimarlo... como si el demonio se preocupara por eso. Abre los ojos, encontrándose envuelto en largos cabellos que caen hasta tocar sus brazos y esparcerse por el suelo, dos sombras aparecen en la espalda de Azumi, extendiéndose, dos grandes alas negras, sin plumas, brillantes. El demonio se levanta, quedando en pie frente a él, con una ligera brisa hace aparecer unos pantalones blancos y holgados, su cabello sacudiéndose ligeramente. El dios lo mira desde el suelo - ¿No te gusta? repite Azumi Este es mi verdadero aspecto Raike una sonrisa en sus labios, dejando ver uno de sus colmillos.
- Un demonio susurra Orochi levantándose y notando que sus ropas vuelven a estar en su cuerpo pero no aparta la mirada de Azumi, se ve tan imponente, tan... poderoso, ve como este ríe suavemente.
- Exacto Raike, eso soy el dios lo mira sin entender a que viene el comentario Hace ya mucho tiempo, en la tierra solo existían dos seres, ambos poderosos explica lentamente Uno sería ese Dios a quien todos aman y respetan, representante de la bondad, la luz y la paz un evidente acento burlón mientras lo dice El otro era el representante de la maldad, la oscuridad y le guerra: Satanás. Pero en esos tiempos no había rivalidad entre ellos pues los humanos no existían, no había nada salvo tierra y la hierva verde.
"Dios los creó haciendo caso omiso de Satanás, quien le había dicho que crear a los humanos causaría su separación.
"Así fue... y todo porque Dios no escuchó. Creó a los humanos como seres capaces de razonar y aprender con el tiempo... así lo hicieron... aprendieron a matar por placer, a provocar guerras y luchas por razones incomprensibles calla un segundo, cerrando sus ojos mientras sonríe Dios creo a los hombres creyendo que sería capaz de controlarlos... no fue así... Satanás, la maldad, los controlaba mejor.
"Los humanos... por el motivo que sea, siempre tienden a la destrucción, al odio, a la envidia... la bondad no es eterna ¿sabías? Al nacer los humanos, lo hacen puros, no hay maldad ninguna porque así lo hizo Dios, porque así lo quiso Dios, pero al crecer... cambian, se dejan dominar por el odio y la envidia, sucumbiendo a lo que llaman los pecados capitales. otro segundo de silencio como si estuviera pensando en algo Dime Raike... ¿Conoces a alguien completamente bueno? calla de nuevo para esperar una respuesta, pero Orochi no dice nada No, no lo hay, los humanos no se dividen entre buenos y malos, se dividen en malos y en no tan malos ríe un poco Ni tan solo Dios es del todo bueno.
"Odió a Satanás por controlar mejor a los humanos que él y lo encerró bajo tierra en un acto traidor. Aun así... Satanás seguía controlando a los humanos, seguía haciéndolo mejor que él.
"Dios se arrepintió, con el paso del tiempo, de haberlo encerrado, lo echaba de menos, ya habían pasado milenios desde que no se veían y en cierto modo se podría considerar que eran... hermanos, amantes, amigos... bien, no se puede decir con exactitud puesto ellos no tenían sexo y sus sentimientos eran... extraños.
Pero aun así, el orgullo de Dios no le permitía pedirle perdón, pero hizo algo, creó lo que podríamos decir un ángel. Ya sabes, esos de cabello rubio y alas llenas de plumas blancas, ojos azules igual que el cielo su tono vuelve a ser de burla - Lo hizo bajar a los infiernos, al Hades o como quieras llamarlo, para que le informara sobre como se encontraba Satanás, para saber de él.
"Al cabo de un tiempo ese ángel regresó al lado de Dios para entregarle un mensaje de Satanás: 'Creaste a los humanos creyendo que podrías controlarlos, hacerlos buenos... Nadie, ni tan solo tu, es completamente bueno. Querías un mundo perfecto y creaste el Kaos, todo acabara destruido con el paso del tiempo. Yo, Satanás, estoy cansado de ver como los humanos son poseídos fácilmente por la maldad y por eso te devuelvo a tu ángel con este mensaje... este ángel que creaste y que yo he convertido en juez y en verdugo' Dios recibió el mensaje de labios del ángel que se convirtió en su juez, declarándolo culpable, y en su verdugo, destruyéndolo sin darle tiempo a defenderse y... creo que tampoco quiso hacerlo continua, su rostro algo pensativo.
- Eso querría decir que no existiría la gente medianamente buena, y algunas personas aun lo son, si solo hubiera maldad... todos estaríamos muertos le interrumpe Orochi, no entiende que quiere dar a entender Azumi con esto.
- Venga Raike, ¿en verdad crees que Dios podía influenciar tanto existiendo millones de humanos? Quizás en un principio sí, porque había pocos, pero ¿ahora? sonríe divertido Además... Satanás también murió. Después que el ángel matara a Dios fue de nuevo a las profundidades y allí Satanás le ordenó que le matara... así habría cierto equilibrio y los humanos tendrían la posibilidad de decidir que era lo que querían ser. Satanás y Dios murieron hace mucho y solo dejaron como único testigo al ángel... su cabello se volvió negro, con rastros de la sangre del Dios y de Satanás en él... El ángel caído... sus ojos se volvieron rojos por la misma sangre... El demonio... sus alas se volvieron negras y las plumas desaparecieron... y solo quedó... solo... quedé yo concluye mirando fijamente al sorprendido Orochi.
- ¿Tu...? ¿Un ángel? Orochi no puede creer lo que está oyendo,... Azumi... ¿mató a Dios y a Satanás?
- Difícil de imaginar, ¿ne? le sonríe divertido al ver la confusión en los rojos ojos del joven de cabello blanco. Puede mantenerse así un rato más... ahora el dolor no es tan intenso, cogiendo su verdadero aspecto, aunque sea en el cuerpo de otro, hace que el dolor disminuya.
- Entonces... si eres así de cruel es porque Satanás lo hizo no es una pregunta, es un pensamiento dicho en voz alta, algo evidente para él... antes Azumi era un ángel... y se convirtió en demonio por culpa de Satanás.
- No soy cruel Raike dice aun sonriendo, ni tan solo él se cree lo que acaba de decir Soy juez y soy verdugo... soy la muerte hecha carne, hueso y sangre se señala a él mismo posando su palma abierta en su pecho, su rostro tranquilo mientras que Orochi intenta entender.
- No puedes juzgar a millones de humanos a la vez susurra Orochi, empezando a comprender o eso intenta.
- No puedo... Tampoco lo hago dice levantando sus hombros con gesto indiferente Juzgo a algunos... los que me parece, los que me apetece se cruza de brazos, una leve sonrisa en sus labios.
- ¿Y ahora juzgas a Kusanagi? pregunta Orochi, si Azumi está en el cuerpo de Kyo... debe ser por eso.
- No... te juzgo a ti le sonríe más ampliamente, Orochi abre los ojos por la sorpresa Eras bueno... demasiado bueno... y me propuse descubrir hasta donde llegaba esa bondad. Sabía que dándote poderes cambiarías, y... lo hiciste, como todo humano cambiaste para dejarte influenciar por el poder y el odio.
- También tu lo hiciste le replica Orochi cortante, algo molesto Saberte más fuerte y poderoso te volvió cruel por mucho que lo niegues, antes de juzgarme a mi... tendrías que juzgarte a ti mismo Azumi lo mira con indiferencia ahora, la sonrisa fuera de su rostro.
- Ya lo hice su rostro frío Y soy culpable. Pero Dios no me dio sentimientos al crearme... quien lo hizo fue Satanás. No tengo remordimientos, se odiar, ser cruel, divertirme matando... soy el perfecto demonio... creado por Dios, que ironía, ¿ne? la sonrisa vuelve a sus labios ante esta afirmación.
- Eres muy falso Azumi... si es que así te llamas, claro sonríe Orochi burlón.
- Azraix u Mianth dice Azumi, Orochi lo mira sin entender palabra Juez y Verdugo, Az u Mi para abreviar, aunque he de decir que ya no lo recordaba hasta hace poco ríe levemente, mientras con una mano aparta los mechones de su rostro, sus alas cuelgan replegadas tras su espalda, una figura imponente. Ve al dios algo confuso - ¿Acaso crees que los dioses hablaban japonés? ríe y se acerca a él, acariciando la mejilla con sus dedos, Orochi coge la mano y la besa, levemente rozando sus labios con la piel.
- Tienes razón... susurra alzando la vista hacia el demonio, sus ojos rojos encontrándose - ... soy tuyo su mirada algo fría al admitirlo pero tu... nunca serás mío gira su rostro, dejando de mirarlo. No, no será suyo nunca, Azumi jamás será de nadie.
- Mi pequeño Raike susurra Azumi, poniendo una mano en la barbilla del joven dios y haciendo voltear el rostro, dejando un beso en sus labios. Orochi lo abraza pasando sus brazos por su cuello, por encima de las alas. '¿Nunca seré tuyo? Ya lo soy' piensa Azumi para si, casi sin darse cuenta. Ahora, Raike, tendrás que hacerme un favor empieza, sus manos en la cintura de Orochi, rodeándolo. El dios no responde, sus ojos fijos en las alas, viendo como estas han rasgado la carne al salir. Ve como Azumi las mueve hasta que las negras alas los envuelven a ambos Le devolveré el cuerpo a Kyo le explica sin soltarlo, sabiendo que lo está escuchando Pero quedará inconsciente, tu no debes hacer nada, si despierta cuídalo, pero no lo mates, ¿entendido? Orochi solo asiente con la cabeza pensando en que relación tendrá Azumi con Kyo ¿Por qué Azumi esta en el cuerpo del joven? ¿Debe sentir algo por él? ¿O también se está divirtiendo a costa del Kusanagi? Bien las alas vuelven a entrar en la piel, de nuevo rasgándola, haciéndola sangrar, pero el demonio no se queja, Orochi lo abraza más fuerte, notando el cuerpo cambiar para acabar con un inconsciente Kyo en sus brazos, vestido de negro, jeans y jersey ajustados, sin ningún rastro de sangre.
Azumi realmente se siente agotado, cambiar su cuerpo le duele pero al tenerlo se hace más soportable el dolor, el problema es que para hacerlo, para mantener su cuerpo, debe coger parte de la energía de Kyo, estar mucho rato con su cuerpo podría llegar a matar al joven Kusanagi.
Orochi carga a Kyo en brazos hasta la habitación. Se detiene en la entrada, viendo como las sabanas de la cama están por el suelo y... él no lo ha dejado así.
Las sabanas empiezan a moverse solas y a gruñir. Deja a Kusanagi en la cama algo bruscamente y las levanta, el perro bajo ellas y con alguna en su boca. Orochi tira de ellas, levantándolas del suelo, y el perro se pone a dos patas mientras sigue gruñendo sin querer soltar a su 'presa'
- Suelta sacude las sabanas con fuerza y el perro cae sentado al suelo, empezando a llorar. Cubre a Kyo con ellas, mirando furioso el rostro del joven Kusanagi, las vendas en sus ojos... si por él fuera... se los habría arrancado, hubiese sido mucho más fácil y más divertido. El cachorro sigue llorando Maldito chucho gruñe cogiendo al perro por la piel del cuello y llevándoselo de la habitación.
* * *
- Bien, ya hemos llegado dice Benimaru en pie delante del hospital en donde se encuentra Kyo, Syo a su lado mira con algo de turbación la entrada, hace mucho que no ve a Kyo-sama y no sabe bien como estará de humor... como se sentirá... ¿Qué hará cuando lo vea? No lo sabe. Solo desea verlo, comprobar si está bien.
El rubio lo mira y por un momento le parece ver la misma expresión de Kaiji en el rostro de Syo. Empieza a andar para entrar.
- ¿Nikaido Benimaru? lo llama una voz grave, él voltea - ¿Viene a ver a Kusanagi-san? el rubio se queda viendo a quien lo ha llamado, no sabe quien es Mi nombre es Namae, soy médico en este hospital miente, Benimaru lo mira curioso, su cabello largo, negro es el color más visible pero el cabello más cercano a su cuello es blanco, sus ojos... uno gris el otro verde, vestido elegante, un cigarrillo prendido en su mano.
- Sí ¿ya terminó la operación? pregunta el rubio acercándosele junto con Syo detrás de él, observándolo curioso también.
- Sí contesta Namae pero ha sido trasladado a otro hospital su rostro sereno mientras sigue mintiendo, posando el cigarrillo entre sus labios para inhalar el humo y luego lo suelta lentamente.
- ¿Trasladado? ¿Dónde? pregunta el rubio sin comprender el motivo del traslado y más si Kyo acaba de ser operado... podría ser peligroso.
- No puedo decírselo, lo hemos trasladado para asegurarnos que no haya problemas, sabemos que Kusanagi-san tiene enemigos, no queremos ponerlo en peligro ni a los otros pacientes del hospital. Pero él está bien explica, de momento no le interesa que los compañeros de Kyo se metan por en medio y causen problemas... no... mejor tenerlos controlados a todos.
- ¿Podrá volver a ver? pregunta Syo con rostro frío hacia el desconocido, pero estando realmente preocupado por como haya ido la operación.
- No podemos saberlo aun, pero cuando Kusanagi-san esté recuperado le informaremos una leve sonrisa tranquilizadora, mientras piensa cuan fácil es engañar a unos simples humanos. De nuevo inhala el humo... una extraña y placentera costumbre esto de fumar, piensa tranquilo sin preocuparse mucho por los dos jóvenes frente a él.
- Maldita sea murmura Benimaru, esperaba poder ver a su compañero aunque fuera solo un minuto, solo verlo para saber si está bien - ¿Sabe si Alex ha venido a verle? pregunta después de pensar que quizás el ninja haya venido, al menos así sabría algo de él.
- ¿Alex? Namae alza levemente sus cejas sin entender la pregunta.
- Un extranjero, castaño, bajo, ojos verdes, engreído, falto de modales y estúpido describe Syo muy a su manera, solo con oír pronunciar el nombre del ninja ya siente como la sangre le hierve.
Benimaru gira su rostro al acto al oír al hermano de Kaiji describir así a Alex, en verdad debe caerle muy mal como para hablar así de él.
- No, no ha venido nadie una ligera sonrisa en sus labios. Mira a los dos jóvenes frente a él, uno molesto y el otro decepcionado.
Se despiden de él, Namae sonríe con maldad cuando se alejan, apagando el cigarrillo apretándolo en su puño sintiendo el calor, se aleja del hospital, demasiado fácil, un juego de niños, ríe tenuemente, que ingenuos pueden ser algunos humanos.
Los dos jóvenes se dirigen andando hacia el coche, el cual han tenido que aparcar bastante lejos al no encontrar sitio cerca del hospital. Syo anda con la mirada baja, quería ver a Kyo-sama, lo deseaba ver.
- Ouch dice al chocar con alguien Más cuidado gruñe molesto levantando la mirada para encontrarse con unos sorprendidos ojos azules, cubiertos en parte por mechones negros.
- Pardon dice la chica frente a él con una ligera sonrisa, Benimaru la mira fijándose en el bien formado cuerpo de la chica y en la elegancia de su vestido, negro completamente, ceñido a su cintura cubriendo sus brazos, la falda larga...
- Extranjeros dice Syo molesto al ver que la joven es, por lo que parece, francesa.
- Yo no ser extranjera dice la chica molestándose también por el despótico comentario Ser francesa contesta Noir cruzándose de brazos y mirándolo fijamente.
- Es lo mismo un tono algo burlón, pero sin poder evitar fijarse en el cuerpo de la joven, los ojos intensamente azules, el largo cabello negro, los brazos cruzados acentuando su busto...
- No serlo, yo ser francesa, no ser simple 'extranjera' como tu decir continúa la chica, la molestia clara en sus ojos.
- Si no eres de aquí... eres extranjera susurra Syo cruzándose de brazos y mirándola molestándose por momentos.
- Mi hablar japonés, mi venir mucho por Japón, por tanto no ser extranjera continúa, su tono levantándose levemente. Como si hoy no hubiera tenido un día malo, para acabarlo de estropear con este.
- Tonterías. Hablas muy mal para venir tan a menudo como dices Syo se mantiene en sus trece, está harto de extranjeros, está harto de que cada vez que se encuentra con uno ese maldito ninja se le venga a la cabeza.
- Mi no tener tiempo que perder hablando con tipo como tu contesta la francesa descruzándose de brazos, su rostro claramente molesto.
- Yo menos contesta a su vez Syo, oyendo como la chica susurra algo en francés, nada bueno se supone, y pasa por su lado ignorándolo.
- Oi empieza Benimaru - ¿Has visto que tenía los ojos húmedos? dice viendo como la chica se aleja, Syo lo mira algo confuso Pobre, creo que te has excedido, ella solo ha tropezado contigo, y no tiene culpa de ser extranjera lo mira con una sonrisa, intentando calmar al molesto joven.
- Está bien susurra Benimaru-san váyase, yo ya vendré solo dice el joven ninja de ojos ámbar dirigiéndose con pasos rápidos hacia la chica.
'Sí se parece a su hermano' piensa el rubio al ver esa fría mirada. Levanta sus hombros, como queriendo sacarle importancia y se dirige hacia su coche.
- Oye, extran... francesa levanta un poco la voz Syo para hacer que la joven se detenga, esta así lo hace, para mirarlo con ojos furiosos y, sí, también algo húmedos.
- ¿Qué querer ahora? casi le grita la joven al encontrarse de nuevo con él.
- Disculparme dice Syo acercándose a ella y viendo como la chica lo mira sorprendida Siento haberla molestado inclina un poco su cabeza disculpándose. Al levantarla ve que la chica no parece reaccionar.
- Estar bien sonríe No importar continua ser mi culpa, haber tenido un mal día entrecierra sus ojos dulcemente, Syo se queda mirándolos y ve como una lágrima cae. Levanta una mano y seca la lágrima con la punta de sus dedos, viendo como la chica abre los ojos por la sorpresa, tensándose ligeramente.
- No me gusta ver a las mujeres llorar, y menos si es por mi culpa le sonríe sintiéndose culpable, no parece tan mala - ¿Dónde iba? ¿Puedo acompañarla? le pregunta ofreciéndose amablemente.
- Yo solo estar paseando, ayudarme a relajarme explica la chica apartando unos mechones de cabello negro de su rostro para posarlos tras su oído.
- Me gustaría acompañarla continua Syo, su tono amable, y la ligera sonrisa, la verdad es que no le desagradan los extranjeros... solo lo hacen los extranjeros que entran a formar parte de los ninjas del clan Kusanagi. Piensa un momento en que le gustaría encontrarse con Alex... no llegaron a enfrentarse nunca... Kaiji lo frenaba cada vez... quizás antes era más débil... pero ahora el tiempo ha pasado y él ha mejorado, ha entrenado... , sonríe al pensar que, gracias a este odio hacia el extranjero, él ha entrenado tanto.
- Oh... yo... titubea la joven por unos momentos algo confusa Estar bien acaba sonriendo Haber un parque aquí cerca... dice señalando una dirección al otro lado de la calle, Syo recuerda vagamente ese parque, sí, él también sabe que debe estar cerca.
- De acuerdo dice el ninja de ojos ámbar preparándose para cruzar, ve como la chica parece estar pensando algo unos momentos ¿Pasa algo? pregunta al ver que la chica no se mueve.
- Rien contesta la joven y pasa su brazo alrededor del de Syo quien se sorprende ante el cariñoso acto, pensando en que no debería haber gritado a alguien como ella. Cruzan la calle lentamente, Syo sintiéndose extrañamente bien con la joven, la verdad es que siendo un ninja no ha podido hablar mucho con ninguna chica, ha salido con algunas sí... pero pocas, muy pocas y su relación fue corta, por culpa de su carácter más bien cerrado y a que es un ninja.
Llegan al parque... un pequeño lago artificial en él, se sientan en un banco observando como una leve brisa hace ondular el agua. No eres tan malo susurra Noir observando al joven a su lado que mira las ondulaciones algo ensimismado.
- ¿No soy tan malo? contesta el chico girando su rostro, algo sorprendido por el comentario y por la falta de acento en él. También ve como Noir se sorprende.
- Oui, no, yo pensar que serías típico chico antipático cuando mi chocar contigo sonríe la joven explicándose Por cierto... mi nombre ser Noir dice la chica tendiéndole una mano, Syo la mira para luego ver la mano tendida, la coge lentamente sin estrecharla, solo levantándola y besándola, delicadamente sosteniéndola, sintiendo la suave piel.
- Syo contesta soltando la mano tan delicadamente como la ha cogido Yoroshiku onegai shimasu Noir-san sonríe mirando los azules ojos.
- Syo... susurra Noir, el joven la mira confuso y de pronto ve como la francesa lo abraza por el cuello, apretándolo con fuerza y empieza a oír unos sollozos apagados, la joven llora y él no entiende el porque Perdón dice la joven pero sin soltarse yo no pu... no poder... no poder más Syo puede sentir la piel del rostro de Noir en su mejilla, las lágrimas bajando. El joven duda un momento, pero acaba pasando sus manos por la espalda de la francesa, sus manos por encima del cabello de la joven, acercándola contra sí.
- Si necesita llorar... hágalo le susurra flojo, para que Noir llore tanto como necesite, no sabe porque la chica está tan triste Y si necesita hablar con alguien puede decirme lo que quiera... continua, sintiendo pena por la joven en sus brazos, intentando poder servir de ayuda.
- Haber sido un día horrible... dice la chica solamente, apartándose de Syo y sonriendo con lágrimas en los ojos. Syo levanta su mano, de nuevo secando las lagrimas con la punta de sus dedos Nosotros empezar mal cuando conocernos dice la francesa sonriéndole dulcemente. Se levanta del banco mirando el lago Deber irme dice girándose en un movimiento rápido que hace que su cabello se ondule, su sonrisa alegre.
- Pero... intenta protestar Syo, esta chica hace poco lloraba en sus brazos... no puede encontrarse bien, debe haberle pasado algo para que llore así.
- Adiós dice la chica inclinando un poco su cabeza, Syo se levanta rápido antes que la chica voltee para irse.
- Yo... empieza el ninja algo entrecortado - ... me gustaría volver a verla Noir-san dice, un ligero color en sus mejillas, no suele hacer o decir este tipo de cosas, pero... le resulta extraño, en tan poco rato que han estado juntos... unos minutos... y le parece que la conoce desde hace más. Oye la ligera y agradable risa de Noir.
- Volver a vernos, seguro le sonríe, levantando una mano para apartar algunos mechones en los ojos de Syo Adiós se despide y empieza a irse por entre los arboles del parque. Syo reacciona e intenta seguirla, pero al tomar el camino que ha cogido la francesa no la encuentra... ha desaparecido. ¿Volverla a ver? No lo cree. Empieza a andar hacia la salida él también, unos ojos azules observándolo. Nos volveremos a ver dice Noir viéndolo alejarse algo cabizbajo y ella anda hacia otra dirección.
* * *
Continúa...
[ Capítulo 42: NIT ~ PASSAT ~ TRAICIÓ ]
* * *
Notas de [MiauNeko] acerca de Llegendes de Foc: Ok, Syo Fujimiya es mío. Mi personaje. Prestado a Artemis para que se entretenga con él. Pero quiero hacer una aclaración... ^.^ Syo en realidad es callado, discreto y usualmente sólo le habla a Kyo(-sama ^^) a menos que no tenga otra opción. No va por allí expresándose espontáneamente como lo hizo con Alex en este capítulo ("Un extranjero, castaño, bajo, ojos verdes, engreído, falto de modales y estúpido" aunque, claro, esa descripción quedó bien =P Esos dos se adoran), ni seduciendo francesas por la calle XD.
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Septiembre, 2002