Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Fanfic por Artemis

Capítulo 36: Un Dia

- ¿No tienes ropa? – pregunta Iori, sentado en su rojo sillón y tomando la tercera cerveza desde que ha regresado a su casa.

Mientras Noir a su lado fuma tranquilamente viendo la televisión completamente ensimismada en la tarea de ver las imágenes cambiantes. Los parpadeos incesantes, gente hablando.

Iori no puede evitar preguntarse si la chica está entendiendo algo de lo que está oyendo o las imágenes y las palabras pasan desapercibidas por esos ojos azules, intensos, brillantes, clavados en un punto. No, no está oyendo ni viendo nada del televisor, no lo ha oído a él, parece algo ensimismada, mirando la televisión pero sin verla.

Se queda observando el rostro de Noir. Su cabello largo cayendo a los lados de su rostro y tras su espalda, sus ojos azules clavados al frente, sus párpados medio cerrados mientras absorbe el humo grisáceo del cigarrillo, este desciende por su garganta hasta llegar a sus pulmones, e invadirlos. Sus labios entreabiertos al dejar libre el humo, rosados por el carmín, su nariz delgada, sus finas cejas.

Baja su mirada, ¿cómo evitarlo?, viendo el delicado cuello recubierto por el negro cabello, su hombro cubierto por el elegante vestido, su... escote, dejando ver la pálida, tersa y fina piel, siendo en extremo generoso, marcando bien su bien formado busto, terso y firme, su cintura en extremo delgada y delicada, sus largas piernas, cruzadas una encima de la otra.

Levanta su mano lentamente para tocar la barbilla de Noir levemente. La chica coge la mano de Iori en un acto reflejo, estaba ensimismada y no se esperaba que Yagami hiciera nada. Iori sonríe medio complacido, ve que la chica tiene reflejos y buenos y... bastante fuerza... ahora no le extraña que se haya atrevido a golpear a Meu... extraño, se dice, un cuerpo tan delicado y que tenga esta fuerza.

- Pardon Iori – dice la chica al ver lo que acaba de hacer y soltando la muñeca de Iori – Estaba distraída – explica sonriendo al ver que Iori no parece molesto, solo una sonrisa en sus labios que parece de... ¿satisfacción? – ¿Decir algo? – pregunta pensando en que quizás Yagami le ha dicho algo mientras ella estaba sumida en sus pensamientos.

- Ropa – dice solamente Yagami, la chica parece no entender – No tienes más – le aclara, y es cierto, puesto la chica no llevaba ninguna maleta ni nada. Noir se lo mira sorprendida y luego sonríe abiertamente, igual que cuando un niño hace una travesura, se levanta de golpe cogiendo la mano del pelirrojo.

- Nosotros ir a comprar ahora, ¿oui? – dice la chica tirando del pelirrojo sorprendido y haciendo que se levante – Venga, venga – la chica sonríe ampliamente, pareciendo contenta con la idea de ir a comprar, sus ojos entrecerrados mientras sonríe. Iori queda mirándola posando una mano en la barbilla de la francesa inclinándose ligeramente pero Noir se aparta sin soltarlo, arrastrándolo hacia la puerta, ignorando el acto del pelirrojo. Este suspira levemente... le va a costar más de lo que esperaba hacerla suya. Sonríe cínicamente... pero eso no quiere decir que no lo logre.

La francesa abre la puerta y Iori solo tiene el tiempo justo de coger su abrigo, mientras la joven lo arrastra. El pelirrojo se detiene pensando en esto ¿desde cuando deja que lo traten así? ¿Desde cuando se deja dominar por una mujer? ¿desde cuando se deja dominar por alguien? Aparta algo bruscamente la mano y consigue librarse, soltándose de Noir... ya están fuera y siente el aire frío, va a ponerse el abrigo pero ve como Noir lo mira, su sonrisa no desaparece aunque el gesto que él ha hecho era de desprecio. Con un ligero gruñido rodea los hombros de la morena con su abrigo. La joven cruza sus brazos para poder sujetar bien el abrigo.

- Si no hubieses querido irte tan rápido habría cogido otro abrigo – gruñe Yagami, viendo como Noir le agradece el gesto con una tierna sonrisa.

- Perdonarme, ¿oui? – dice pícaramente mientras se pone al lado de Iori, y lo mira con ojos sonrientes. Yagami murmura algo entre dientes sin que la joven pueda oírlo y empieza a andar hundiendo sus manos en los bolsillos. Noir a su lado no deja de sonreírle.

Siguen andando durante unos minutos hasta que llegan a una calle llena de tiendas de ropa de todo tipo. Noir entra en una de ellas y Iori no tiene más remedio que seguirla, si la dejara sería capaz de perderse entre la gente. Ve como la chica empieza a mirar ropa, faldas, camisetas, zapatos...

El local es pequeño, así que mientras la francesa se pierde entre los maniquíes y escaparates, Iori se retira a un rincón, donde apoya su espalda en la pared y se cruza de brazos, esperando. Esto parece dar para rato.

Sin embargo, se da cuenta que Noir no parece muy animada mientras va mirando la ropa. Va caminando, rozando las prendas con la punta de sus dedos, pero sin ni siquiera detenerse a darles una mirada. Es extraño, piensa. ¿Cuándo se ha visto a una chica a la que no le guste mirar todos y cada uno de los trajes que le ponen por delante?

Al cabo de unos minutos, Noir elige comprarse una minifalda negra, unos zapatos de tacón de aguja negro mate, una camiseta de medio cuerpo de color azul y un largo abrigo negro como el de Iori.

- Ya estar – sonríe la francesa sosteniendo toda la ropa en una de sus manos y en la otra los zapatos.

- ¿No te lo vas a probar? – pregunta el pelirrojo sin mucho interés, pero viendo que la chica ya va a pagar sin ni tan solo haberse probado los zapatos al menos.

- No, irme bien, seguro – aclara Noir con una sonrisa – esto servirme para ir a trabajar hoy... mañana comprare algo más, tu estar cansado de estar en tiendas, además... mi tener hambre – aclara la joven, Iori no puede evitar un poco de sorpresa ¿una chica que no le gusta ir de tiendas? Noir le parece algo extraña a parte de no haber visto nunca una francesa morena... sabe que la mayoría son rubias o castañas, pero nunca había visto morenas... y menos con ojos azules... – Ya estar, ¿irnos? – pregunta la chica con su cara a milímetros de la de Iori esperando que el pelirrojo salga de sus pensamientos. Yagami parpadea al ver el rostro de la chica tan cerca suyo algo turbado pero la chica le sonríe y pasa uno de sus brazos alrededor del de Iori mientras con otro lleva la bolsa con la ropa. Al pelirrojo le parece extraño, en general las chicas con quien ha salido tenían la tendencia de intentar hacer que él llevara las bolsas de la compra... evidentemente él las ignoraba, además... no ha llegado nunca a salir con alguna que le haya durado demasiado, solo eran meros caprichos, pero esta vez pasa su mano libre por delante de Noir y coge la bolsa, su rostro serio, la francesa algo sorprendida por el gesto pero se la entrega y se agarra más al pelirrojo quien solo hace un ligero gruñido - ¿Entrar aquí? – pregunta la chica señalando un pequeño restaurante.

Entra sin esperar que Iori responda, arrastrándolo con ella. El restaurante es realmente pequeño, más bien parece una cafetería que también se dedica a hacer comida. Las paredes azules, oscuras, pero la luz entrando fuertemente por las ventanas, ventanas con el nombre del lugar pintado 'Moon', bonito nombre, se sonríe Yagami sarcástico.

Hay algunas mesas en medio, las sillas cómodas, una pequeña barra para pedir la comida. En las ventanas no hay sillas, sino unos sillones con mesas delante. Noir se dirige allí, está cansada y la idea de sentarse en un sillón le parece muy buena.

Se sienta quedando de espaldas a la ventana y a su derecha queda la pared, quedando así medio atrapada cuando ve que Iori no se sienta frente a ella sino a su izquierda, dejándola encerrada entre la pared, la ventana y él.

Un hombre ya entrado en años les viene a tomar nota, ambos piden mientras el hombre apunta, lenta y tranquilamente. Se va con el pedido y Noir aprovecha el tiempo encendiendo un cigarrillo.

- Fumas demasiado – afirma secamente Yagami, no es un reproche pero, evidentemente, tampoco es un halago. Le parece que la chica es en extremo nerviosa, no sabe bien cuando ha muerto su novio pero tanto parece que se olvida de él como lo recuerda. Juraría que ahora la chica tiembla. A veces, por sus gestos, le parece menor que él, pero ahora, parece de su edad o incluso mayor. La chica solo lo mira sonriendo. - ¿Cómo es que no traías ropa? – dice intentando que la chica deje de mirarlo tan fijamente.

- Yo venir de Francia muy rápido... no coger nada de ropa – le explica la joven.

- ¿Por tu novio? – pregunta, claro, si ha venido rápido a Japón solo puede haber sido por eso. La chica asiente. Iori ve como Noir pone una expresión rara mientras levanta una mano y la posa en el cuello del pelirrojo, tirando de una pequeña cadena de plata que ha visto, sacándola de debajo la camisa donde estaba y mirando el kanji – Bonito collar – dice la chica con el kanji entre sus dedos cogiéndolo delicadamente - ¿Ser regalo de alguna novia? – dice alzando su vista hacia el pelirrojo, pero sin soltar el plateado y delicado kanji.

- No – responde secamente Iori sintiéndose incómodo, la chica parece interrogarle con la mirada – Me lo dio un... amigo – su rostro se ve frío pero su voz suena dudosa ¿qué puede decirle a Noir? ¿que se lo dio su enemigo? ¿que la persona que él creía odiar le regalo el kanji? ¿Creía odiar? ¿A caso el odio pasó a ser...?

- ¿Fue Kyo? – pregunta de pronto la chica sonriéndole, el pelirrojo sale de sus pensamientos sorprendido.

- ¿Por qué lo dices? ¿No sabes que él y yo somos rivales? – le pregunta, sabe que Noir conoce el KOF, por tanto debe conocer de su rivalidad, la rivalidad de los Kusanagi y los Yagami.

- Una cosa ser en el Kof y la otra ser fuera, yo creer que Kyo... ¿cómo dice?... ¿quererte mucho? – los ojos de Yagami se abren por la sorpresa ante las palabras de la joven - ¿o ser apreciarte? – dice la joven algo pensativa, con una mano en su barbilla, pareciendo que intenta saber cual es la palabra, Iori se tranquiliza un poco al ver que la joven está algo confundida – Kyo ser lindo chico, ¿ne? – continua hablando. Yagami se siente más relajado al ver la confusión de palabras de la chica, pero algo enojado por tener que hablar de Kyo cuando lo que quiere y necesita es sacárselo de la cabeza, sacarse de la cabeza esos ojos oscuros mirándolo sin verlo, esos ojos que, aun muertos, reflejaban sus sentimientos, miedo, odio... Piensa en la última vez que lo vio... ¿por qué quería hacerle el amor? ¿Quizás era para demostrarle a Kyo que podía hacerlo suyo y demostrarle que no siempre era doloroso? ¿Demostrarle que no era como la primera vez? ¿Solo por eso? – Iori, ¿tu saber como Kyo quedarse ciego? – un golpe seco... ni mucho menos físico, pero Yagami siente como si le acabaran de dar un golpe en pleno estómago. Las imágenes y los sonidos vienen a su cabeza... confusas... los gritos de dolor de Kyo, en el hospital sin querer abrir los ojos, más gritos, esos ojos abiertos, gritos, el joven llorando abrazado al ninja extranjero, gritos, Kyo en su cama lleno de heridas, 'Te odio', el joven de pie en el bar frente a él, gritos, en la moto con el ninja de la trenza, '¿Podemos hablar?', dolor, Kyo tumbado en el sillón de su camerino, sumisión.

El pelirrojo tiene la mirada perdida, su mirada fija frente a él. Hubiera deseado llevarse una mano a la cabeza, como si eso fuera a detener las imágenes de sus recuerdos, pero no se mueve. Es como si los recuerdos lo abrumaran, como si de moverse se perdería para siempre en ellos.

– Iori, ¿encontrarte bien? – pregunta Noir poniendo una mano en el hombro del pelirrojo. Yagami no la mira, la mano perdida en sus cabellos.

- Fui yo – dice Iori en un susurro y Noir parece no entender – Yo lo dejé ciego – aclara, un poco más alto, pero su voz expresa un profundo pesar. Sus ojos no se apartan del frente, no se atreve a mirar a la joven. Es como si temiera ver un reproche en si mirada, aunque ella no esté al tanto de todo lo que ha sucedido. Ni siquiera conoce a Kyo, ¿cómo podría reaccionar, si no es rechazándolo? Ha dejado ciego a una persona, ¡a dejado ciego a Kyo! Quizás en ese momento no fue su intención... ¿o si lo fue? Ya ni siquiera tiene eso claro. La rabia que sentía hacia el joven Kusanagi nublaba sus pensamientos, no podía actuar racionalmente. Y ahora...

La mano en su hombro se aparta.

- Yagami... – otro susurro, este de compasión. Iori levanta la cabeza y mira a la francesa a su lado que lo mira triste. ¿Yagami? La joven siempre lo ha llamado Iori, con una entonación horrible, acentuando la última i, como es costumbre en los franceses. Ahora no ha habido acento, sólo 'Yagami' y unos profundos ojos azules mirándolo, observándolo fijamente – Yo... creer que Kyo no odiarte – dice la chica sonriendo y mirando al frente, viendo como al fin dejan los platos. Iori la mira algo curioso – Él no parecer enfadado contigo – continua la joven.

- No me importa – dice Yagami seca y fríamente, su rostro serio mirando a la chica. Parece como si lo estuviera consolando, y le resulta insoportable ver esa compasión en sus ojos azules -. Ese Kusanagi es demasiado débil... No me interesa lo que suceda con él.

Noir se gira para mirarlo también y sonríe tiernamente.

- Entonces... – susurra la chica alzando una mano y apartando el rojizo cabello que cubre parte del rostro de Yagami -... ¿por qué tener los ojos húmedos?

Iori se sorprende, no se ha dado cuenta; sí, sus ojos están húmedos... Pero las lágrimas... no caen.

Comen en silencio, Iori no puede no quiere mirar a los ojos de la joven, no quiere ver ese rostro, esos ojos mostrando compasión, jamás le ha gustado que se compadezcan de él... más bien siempre lo ha encontrado absurdo... ¿Para qué compadecer? Lo que ha hecho... le haya gustado o no ya está echo. Kyo está ciego, no hay más, no hay vuelta atrás.

- Oh, ya ser tarde Iori, nosotros llegar tarde a trabajar – dice Noir viendo la hora en el reloj del bar, tienen que ir a trabajar y no es bueno llegar tarde y menos el primer día. Iori no se mueve... parece que no la está escuchando o no quiere hacerle caso, su mirada está perdida, como si observara fija y obstinadamente un punto de la mesa, pero la francesa no sabe lo que está viendo. – Iori – repite la chica, posando una mano sobre la de Yagami, este voltea su rostro para encontrarse con la sonrisa de Noir, una sonrisa tierna – Irnos... ser tarde – dice la chica, Iori mira el reloj, sí, es tarde. Mira la mano de la chica sobre la suya, se siente cálida, algo llama su atención... hay rasguños en ella, pequeñas cicatrices, parece que provocadas por golpes, como si Noir se dedicara a luchar... pero los rasguños parecen recientes, quizás algunos no, pero nota que hay otros que aun son tiernos, un par de días, quizás tres... bueno ya ha visto que la chica sabía defenderse, ¿también le gustará buscar pelea? - ¿Iori? – pregunta la francesa al ver que el pelirrojo mira fijamente su mano, observándola detenidamente.

- Vámonos – dice el pelirrojo al fin, levantándose y dejando que la joven se levante también, esta coge las bolsas con la ropa que estaban bajo la mesa mientras Iori va a pagar, Noir lo espera en la puerta de salida. Yagami paga mecánicamente dejando un billete sin esperar el cambio y sale del lugar junto con Noir, vuelve a coger los paquetes y de nuevo la francesa se sorprende, pero no se queja. Pasa su brazo alrededor del de Iori y se dirigen al departamento. Pasando al lado de la gente, algunos los observan, chicas jóvenes teniendo envidia repentina de esa morena colgada del brazo de un hermoso pelirrojo, hermoso y alto pelirrojo; chicos viendo a una hermosísima morena de ojos azules con un tipo pelirrojo de mirada fría, la chica se merece algo mejor, piensan ellos al verlos pasar, pensando en que tanto mejor estaría la joven si estuviera colgada de su brazo y no del pelirrojo ese.

El pelirrojo y la francesa siguen su camino sin importarles las miradas llenas de envidia de los chicos y chicas que obstinadamente querrían cambiarse de lugar, unos queriendo tener a la francesa, las otras al pelirrojo.

Se les hace tarde y al llegar al departamento ambos se apresuran para cambiarse sin decir mucho, Noir se pone lo que ha comprado y ambos salen del departamento cogiendo el coche de Iori, tienen el tiempo justo.

Noir y Iori llegan al bar, la banda del pelirrojo ya está preparada para actuar, ajustando los instrumentos pero se ven algo alterados. El pelirrojo se fija bien y ve que falta el chico del teclado. Se acerca hacia ellos dejando a Noir mirándolo sin entender su visible cara de enfado.

- ¿Dónde está? – pregunta sin ni tan solo saludar, su cara molesta repasando a cada uno de los miembros del grupo quienes lo miran levemente asustados.

- Yagami... verás... él... – intenta explicar uno de los componentes del grupo acercándose a Iori pero con sumo cuidado – ha tenido un accidente en moto y... se ha roto la muñeca, no va a poder tocar por ... algún tiempo – su voz es entrecortada, hablando con Iori y teniendo que dar estas noticias tiene que ir con cuidado. Ve como la ira del pelirrojo aumenta, pareciendo que quiera destrozarlo en este mismo instante.

- Iori, ¿qué pasar? – pregunta Noir acercándose al grupo y cogiendo el brazo del furioso pelirrojo sin demostrar miedo ante su rostro.

- Nada – gruñe Iori apartándose de la chica algo bruscamente – Ve a servir mesas gata – dice con algo de despotismo mientras sube al escenario mirando que los otros instrumentos estén bien.

- Iori... – murmura la joven sin entender - ¿Pasar algo malo? – pregunta a uno de los componentes del grupo... algo bajo para que Iori no lo oiga.

- No tenemos teclista – susurra el joven, mientras vigila que Iori no lo oiga, no quiere molestarlo más. El pelirrojo coge una guitarra y empieza a tocar para ver si está afinada... no puede creer que tenga tan mala suerte, si que pueden tocar sin teclado, pero... evidentemente no es lo mismo, y él quiere que todo esté perfecto... si no hay teclado todo sonará mal. De pronto oye como alguien toca el teclado, una canción lenta. Se gira y ve como Noir está tocando, concentrada en el teclado, sus ojos entrecerrados mientras toca, la gente del local deja de hablar para mirar quien es que toca tan suave, tan bien. Iori se queda observándola, como todos, viendo como sus dedos van posándose delicadamente en las teclas, haciendo una leve presión y consiguiendo una suave melodía. Reconoce el ritmo, es de un grupo no muy conocido Bad English... 'The Time Alone Whit You' una bonita melodía, empieza a recordar las notas para empezar a tocar la guitarra junto a ella, los componentes del grupo están quietos, observando como la chica francesa sabe tocar perfectamente y con una habilidad digna de admirar. La joven empieza a cantar...

- Cuando todo está nublado,

y el sol no brilla para mí,

y parece que nada sale bien,

hay un lugar donde quiero estar. -

Noir deja de cantar, y mira a Iori para que este continúe con la canción, el pelirrojo ve que la chica realmente canta muy bien, su voz dulce y apagada para conseguir una perfecta entonación.

- Sólo yacer a tu lado,

en la protección de tu habitación,

dejo el mundo fuera de la puerta,

me pierdo en ti.-

La voz de Iori suena grave, como siempre, haciendo un contraste con la dulce voz de la chica, sus manos tocando las notas suavemente y dejando que Noir continúe la canción. No hay nadie que hable entre el público, todo está en silencio para poder escuchar a la pareja mientras cantan.

- Cuando estás en mis brazos,

encuentro lo que necesito.

Nunca podría vivir,

sin el cielo que me mostraste.-

La joven levanta la vista para mirar al pelirrojo, sonríe mientras canta, su voz llenando la sala, las notas saliendo delicadamente del teclado. Ahora, con una mirada logran ponerse de acuerdo, y empiezan a cantar ambos.

- He estado esperando toda mi vida,

sólo para mirar tus ojos.

Vivo por el tiempo a solas contigo.

Y cuando subo las escaleras para encontrarte,

y tratamos de alcanzar la luz,

le agradezco a dios que tengo este tiempo a solas contigo. –

Si sus voces por separado hacían un gran contraste, juntas aun lo hacen más, pero en ningún momento una de las voces se superpone a la otra, la voz grave de Iori deja que la voz suave de Noir se oiga bien. El contraste podría sonar algo extraño, pero es todo lo contrario, suena muy bien, un contraste tan fuerte, tan profundo que hace que la canción suene hermosa. La gente en las mesas no deja de mirarlos, las parejas cogidas de las manos se acercan más unos a otros, algunas chicas poniendo su cabeza en el hombro de su pareja, cerrando los ojos para escuchar solo y disfrutar de la música. Ahora Iori continuó solo...

- Tu beso puede cautivarme,

y tu caricia liberarme.

Cuento las horas, cariño,

hasta que estés cerca a mí.

Y ha tomado tanto tiempo,

encontrar a alguien que comprenda.

Cuando busco amor, ahora

busco tu mano. -

Una ligera sonrisa aparece en sus labios, disfruta tocando, es algo que lo ayuda, y no hubiera pensado nunca que Noir en realidad pudiera cantar y tocar tan bien como lo hace, y... ha escogido una buena canción para calmar al pelirrojo. Noir sigue...

- Cuando siento los latidos de tu corazón

Me hace vivir

No quiero vivir

sin algo tan bueno.-

Y el final, los dos a dúo, sus voces aumentando un poco el tono para acabar correctamente, pero aun así ninguna tapa a la otra

- He estado esperando toda mi vida,

sólo para mirar tus ojos.

Vivo por el tiempo a solas contigo.

Porque cada vez que veo tu rostro,

todos mis problemas desaparecen.

Vivo por el tiempo a solas contigo.

Y cuando subo las escaleras para encontrarte,

y tratamos de alcanzar la luz,

le agradezco a dios que tengo este tiempo a solas contigo.

La canción termina, el silencio invade el local después de la última nota. Noir aparta las manos del teclado suspirando levemente y luego sonríe a Iori. Este solo la mira, su expresión distante, ocultando la sorpresa de ver que la chica realmente sabe tocar, y cantar, y ambas cosas las hace bien, muy bien.

La gente del local empieza a aplaudir. Leves murmullos empiezan a dejarse oír 'Que bien tocan' el murmullo general, 'El cantante es guapísimo' el murmullo de las mujeres, 'Que bien está esa chica' el de los hombres.

Los componentes del grupo suben al escenario y felicitan a la joven francesa, llenándola de halagos, ella los acepta con una dulce sonrisa, la cual ofrece a cada uno de los chicos de la banda.

- Tampoco ha estado tan bien – gruñe Yagami al ver que los componentes de su grupo no se mueven del lado de la chica y ahora tendrían que empezar a tocar – Venga, no tenemos todo el día – acaba, para que todos los del grupo se empiecen a preparar, así lo hacen, cada uno se sitúa en su lugar correspondiente. Noir va a bajar del escenario pero una mano en su muñeca la detiene, Iori, quien la mira con su rostro serio, la joven francesa le dedica una sonrisa sin preocuparse por la mirada de Yagami –No ha estado mal... – susurra el pelirrojo entre dientes, como si le costara admitir que Noir ha tocado y cantado muy bien, y es exactamente lo que le pasa, no esperaba que Noir cantara tan bien como lo ha hecho. La francesa sonríe para Iori – Para ser una gata – concluye el pelirrojo soltando la muñeca de Noir quien deja escapar una leve risa y baja del escenario.

- ¡Vuelve a subir cuando quieras! – grita uno de los guitarristas del grupo a la joven francesa, quien se voltea y asiente con la cabeza, sonriendo.

El jefe del local se le acerca, tiene que explicarle que ya puede comenzar cuando quiera a servir las mesas. No puede evitar fijarse en las largas piernas de la chica, sus caderas, su cintura casi en extremo delgada, dejándose ver. La camiseta sumamente ajustada, el ligero y generoso escote, seductor y esa sonrisa posada en sus labios, rosados por el carmín, la línea negra bajo sus ojos azules, contrastando. Quizás ya esté algo viejo, pero la carne es débil.

- Ven antes a mi despacho – dice señalándole una puerta, algo escondida de las miradas de los clientes, en las sombras del local. La deja pasar primero, Noir así lo hace y él la sigue por detrás, sus ojos clavados en las caderas de la joven, que se mueven en un rítmico compás, sensual.

Yagami no aparta la mirada de ellos, sus ojos entrecerrados sospechando de las intenciones del jefe del local. Los mira hasta que desaparecen en las sombras.

Noir abre la puerta y ve unas escaleras estrechas, casi no hay luz suficiente que las ilumine, el jefe le hace una señal para que suba, disfrutando cada vez más de la hermosa visión.

Una puerta al final de las escaleras y la francesa la abre, entrando en el despacho. Una mesa grande, situada justo enfrente suyo, llena de papeles, oscura. Un sillón en la parte derecha, negro, de cuero, un pequeño minibar a su izquierda, lleno de bebidas caras, un televisor al lado de este y algunos cuadros colgados en la pared, cuadros de instrumentos.

En la pared del sillón hay fotos enmarcadas, fotos de los diferentes grupos que deben haber pasado por el local. Noir se acerca a mirarlas. Puede ver la foto del grupo de Yagami, tocando. Iori tras el micro, cantando alguna canción, sus ojos y parte de su rostro cubiertos por el rojizo cabello.

- Dime Noir... – la voz del jefe a su espalda hace que se voltee rápidamente, el hombre solo a medio metro de ella - ... ¿No te gustaría que te pagara el doble? – dice, su mirada penetrante, Noir se lo queda mirando con cara de no entenderlo o no querer hacerlo. El hombre levanta una mano para posarla en la barbilla de la francesa y luego acaricia su mejilla – En verdad... podrías ganar mucho dinero – Noir golpea la mano con la suya, apartándola así de su rostro. Sus ojos entrecerrados y su mirada furiosa.

- No Me Toque – dice la joven, separando cada palabra, su entonación amenazante. El jefe del local solo ríe, una risa profunda, grave y golpea la cara de la francesa con el dorso de su mano. Noir no se esperaba el golpe y no ha podido evitarlo, no puede evitar caer sentada en el sillón de cuero, sintiendo lo frío que es. Sus ojos brillan con rabia mientras mira al hombre frente a ella.

- Las mujeres como tu solo servís para una cosa – susurra mirándola lascivo, mientras con una mano se saca el cinturón.

El ruido de la puerta abrirse de golpe hace que desvíe la mirada, Iori está allí, mirándolo de forma penetrante.

En este momento Noir aprovecha, se levanta rápidamente cogiendo el cinturón de las manos del hombre, en menos de un segundo lo pasa por el cuello de este, pasándolo por la hebilla como si quisiera atarlo, pero lo que haces es apretar fuerte, tirando de él. Una mano en la hebilla, justo detrás del cuello del hombre mientras la otra tira de la parte del cinturón, cada vez con más fuerza. El jefe intenta poner las manos en el cinturón para intentar, en vano, que la presión ceda. Unos gemidos escapan de su boca.

Yagami mira la escena sorprendido, pero sin mostrarlo, el hombre levanta su mano en dirección a él, en un intento para pedirle ayuda.

Cae de rodillas al suelo, el aire le está faltando por momentos.

Iori se acerca a ellos y posa una mano en la de Noir, quien no lo mira, su vista furiosa fija en el cuello del jefe del local.

- Déjalo – dice Yagami fría y firmemente – No merece la pena – concluye, no le importa que la joven mate o no al hombre, pero que lo haga puede traerle problemas, problemas para ambos. Noir deja escapar una ligera risa, no es como las que le ha visto, esta es cruel, despótica. Deja el cinturón y el hombre pone una mano en su cuello haciendo que la presión desaparezca, mientras debe poner otra en el suelo para no caer desmayado. Su respiración es agitada y sus ojos están fuertemente cerrados, aunque la presión haya cesado aun puede sentirla, aun puede notar que Noir aprieta aunque ya no sea así – Vámonos – dice Yagami poniendo una mano en el hombro de Noir para hacer que empiece a andar hacia la salida. Esta lo hace, saliendo con la mirada furiosa, sus manos apretadas fuertemente. Iori la sigue deteniéndose en la puerta y volteándose a ver al jefe del local que sigue de rodillas, pero su vista ya está alzada – Viejo estúpido – le susurra cruelmente, con su típica sonrisa de superioridad, en verdad, si Noir no llega a hacerlo... si no llega a intentar ahogarlo... él se hubiera encargado que ardiera en flamas. Cierra la puerta dejando al hombre sin entender bien lo que aquí ha pasado, su cuerpo temblando ligeramente mientras sigue de rodillas en el suelo.

Yagami llega a la planta baja y se encuentra con unos furiosos ojos azules que lo miran penetrantes.

- Yo irme – dice secamente la joven francesa, su rostro serio, muy molesta.

- Como quieras – dice Yagami alzando los hombros, con gesto de no importarle, intentando así molestar más a la chica. Noir solo se gira con un 'Bien' y empieza a andar hacia la salida del local, pero, de nuevo, una mano en su muñeca hace que tenga que detenerse. Se voltea, su mirada sigue seria – Espérame al menos – dice Yagami, una sonrisa cruel en sus labios, en verdad le ha gustado lo que ha hecho la joven, pero tampoco piensa decírselo. – Recogedlo todo y marchaos – esta vez alza la voz, dirigiéndose a los componentes de su banda. Noir lo mira algo incrédula y Iori puede notarlo – Vámonos – dice pasando él primero y saliendo del local, Noir solo lo sigue.

Suben al auto sin decir nada. La francesa con los brazos cruzados y su rostro serio, mientras Iori arranca y empieza a adentrarse por la amplia calle, ahora vacía. El recorrido no es muy largo, pero si muy silencioso, Noir pasa todo el camino sin decir nada, mientras Iori la observa de reojo, y se sonríe, entiende bien el deseo del jefe del local por poseer a la joven, realmente se hace desear, sus ropas ayudan, no, en verdad no le extraña en nada que ese hombre quisiera poseerla, la tentación es muy grande y Noir parece muy ingenua. Sonríe. Solo parece.

Llegan al piso, Iori abre la puerta y deja pasar a la joven.

- Irme a dormir – dice Noir secamente y dirigiéndose con pasos rápidos a la que ahora es su habitación. El pelirrojo la sigue con la mirada hasta que la chica cierra la puerta.

Yagami se sonríe, no esperaba que la francesa tuviera un carácter tan fuerte y... esa mirada... le recuerda a algo, a alguien, pero no sabe quien, esa mirada de desafío constante... Oye dos golpes secos en la habitación en donde está Noir y va a abrir la puerta para mirar que ha sido, lo hace, sin importarle mucho que la chica pueda estar cambiándose. Pero no es así, Noir está sentada en la cama. Ve los zapatos de la joven en la otra punta de la habitación, eso han sido los golpes. Noir mira al intruso pelirrojo con ojos furiosos y algo vidriosos también.

- ¿Qué te pasa, gata? ¿Estás molesta? – una sonrisa burlona en los labios del pelirrojo. Noir abre los ojos un segundo para entrecerrarlos sin hacer caso al sarcástico comentario.

- Dejarme en paz - susurra la chica entre dientes y apartando la mirada de Iori.

- Es mi casa, hago lo que quiero - dice enfatizando el *mi* y queriendo molestar más a la joven.

- Excuse moi por ser tan estúpida - dice la joven sarcástica y mirándolo fijamente, muy airada.

Yagami se le acerca y se coloca frente a ella. Coge una mano de la chica y tira de ella haciendo que la joven tenga que levantarse.

- Sí, lo eres - dice Yagami con una sonrisa sarcástica y mirándola fijamente. Ve que los ojos de la joven están húmedos por lágrimas. - Olvida lo que ha pasado hoy, gata, ese hombre es un estúpido, no merece la pena recordarlo - dice posando una mano en la barbilla de la joven, para luego secar las húmedas pestañas. La ira en los ojos de la joven desaparece y es sustituida por una ligera sonrisa.

- Gracias - dice la joven poniéndose ligeramente de puntillas para besar la mejilla del pelirrojo. Iori sólo hace un pequeño gruñido y voltea para ir al armario, abriéndolo. El vestido de Noir está colgado en él. Mira en los cajones en donde hay algunas camisas viejas que él ya casi no usa, coge una y se la lanza a Noir.

- Úsala para dormir - le dice secamente, viendo como la chica mira la camisa -. Puedes bañarte si quieres, ya sabes donde está, pero aun es muy temprano para ir a dormir. - Su voz suena seca y distante mientras sale de la habitación. Noir sonríe al ver la actitud del pelirrojo.

Iori se sienta frente al televisor y lo prende, cambiando los canales mientras busca alguno mínimamente interesante. Ve como Noir sale de la habitación con la camisa en sus manos, y se dirige al baño sonriéndole. El joven pelirrojo sólo observa como la chica entra y cierra la puerta tras de sí.

Pasan algunos minutos, no dan nada interesante, de pronto le viene a la cabeza que no hay toallas limpias, así que, maldiciéndose, va a buscar algunas que están guardadas en un armario al final del pasillo. Se dispone a golpear la puerta del baño pero se detiene. ¿Acaso no es su casa? Entrará donde quiera, no necesita permiso. Así que entra abriendo la puerta sin hacer ruido, la mampara transparente de la ducha deja ver el cuerpo de la joven con claridad. El cabello sujeto para no mojárselo, algunos mechones han caído. Debido al agua caliente el cristal queda algo borroso, pero puede ver una marca, un profundo corte en la espalda de Noir, que empieza en su hombro derecho para partir la espalda diagonalmente y acabar en su cintura. La chica cierra el grifo del agua, ya ha terminado.

- Gata - oye la voz de Iori a su espalda, y da un pequeño respingo, poniendo instintivamente las manos cruzadas en su pecho, y volteando su rostro sorprendido. Iori se acerca y abre la mampara, esto hace que Noir abra los ojos sin entender lo que pretende el pelirrojo, pero este sólo coloca la toalla en los hombros de la francesa, notando que la chica tiembla ligeramente. Noir coge la toalla y la ata por encima de su pecho cubriéndose y luego volteándose a ver al pelirrojo de frente. Lo mira algo molesta saliendo de la ducha.

- ¿Puede salir? - pregunta la joven mirándolo fijamente. Iori se queda un rato viéndola, ya no lleva maquillaje, sus labios de color natural, sus ojos sin la línea negra bajo ellos.

- No sé para qué te maquillas - dice el joven cruzándose de brazos. Noir hace una mueca de incomprensión -. No lo necesitas - se descruza de brazos, y va a la puerta para salir -. Estás más guapa al natural - concluye cerrando la puerta tras de si. La joven se queda sin saber qué hacer o decir.

Iori vuelve a sentarse esperando que la chica salga, esta vez coge su guitarra para tocar algunas notas. Noir sale del baño con la camisa, le va larga, cubriéndole las manos y llegando bastante por debajo de sus caderas. Su cabello ahora está suelto, cayendo algo desordenado por sus hombros y espalda y cubriendo un poco su rostro.

- Tocar muy bien la guitarra, Iori - dice la chica dejándose caer al lado del pelirrojo, las manos en sus rodillas mientras observa al joven -. ¿Dejarme probar? - dice la chica sonriente. Iori hace una pequeña mueca de desagrado, no le agrada que toquen su guitarra, además que casi nunca la coge si no es para componer o para ocasiones especiales. - Por favor - dice la joven con voz melosa.

- ¿Sabes hacerlo, al menos? - pregunta el pelirrojo desconfiado, sí, Noir puede saber tocar el teclado, pero la guitarra es otra cosa.

- Un poquito, ¿querer enseñarme más? - pregunta la chica sin dejar de mirarlo sonriendo.

- Ven - dice el pelirrojo sentándose más hacia atrás y haciéndole un gesto a Noir para que se siente entre sus piernas. Noir lo mira extrañada, pero lo hace poniendo su espalda apoyada en el pecho del pelirrojo. Ve como este le da la guitarra y ella la coge, da un ligero respingo al ver que Iori coloca las manos encima de las suyas. - Cálmate - dice el pelirrojo enseñándole como debe poner los dedos. Noir asiente y empieza a tocar una nota, dos, tres... encadenándolas lentamente una con otra. No lo hace tan mal como esperaba Iori, pero realmente lo hace mejor con el teclado, con la guitarra nota que la joven va algo forzada, en cambio, con el teclado parecía como si las notas salieran solas. Iori vuelve a poner sus manos encima de las de la morena, ayudándole a tocar más suelta -. ¿Cómo te hiciste la cicatriz? - pregunta mientras sigue tocando, una nota suena muy desafinada. Noir deja de tocar.

- Ladrones - dice Noir bajando su cabeza -. Hacer algunos años unos hombres atracarme y dejarme la cicatriz - su voz suena monótona, sin ganas de hablar del tema. Cierra los ojos, cansada, sin darse cuenta se apoya más en el pecho del pelirrojo. Este rodea la cintura de la joven quien está demasiado cansada como para protestar, sólo quiere seguir apoyando su cabeza en el hombro de Iori. Este se queda observando los ojos entrecerrados y acerca sus labios a los de la chica, besándola. Ve como Noir abre los ojos por la sorpresa y lentamente los va cerrando, levantando una mano para posarla en el cabello rojo mientras voltea un poco su cuerpo, el pelirrojo lame los delicados labios de la joven para hacer el beso más profundo, pero esta se aparta bruscamente, levantándose. - Sentirlo - dice, solamente, su cabeza baja. Iori puede ver algunas lágrimas en los ojos de la joven. - No pode ser - continúa. Yagami se levanta, ¿qué es lo que frena a Noir continuamente? ¿Su novio? Seguro que hace poco que murió. Bueno... puede entenderlo, así que no va a protestar. Levanta una mano para secar las lágrimas de Noir.

* * *

*Nota de MiauNeko: La canción "A Time Alone With You" es del grupo Bad English. Una bonita balada de los 80's.

* * *

Continúa...

[ Capítulo 37: El Final Del Monstre, El Final De'n Raike ]

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Julio, 2002

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