Nota de MiauNeko: Odio a Microsoft Word. Me
pone de mal humor darle formato a estos capítulos. Lo siento. Sé que se ven
pésimo.
Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~
Fanfic por [Artemis]
CAPITULO 31: QUAN CRUEL POTS SER? (¿CUAN CRUEL
PUEDES SER?)
- Yuki... Ai shiteru ah, se está tan bien aquí,
al lado de Yuki, tumbados en la playa, su mano delicada posada en mi pecho mientras me
mira, sus ojos son tan hermosos y profundos, estaría aquí eternamente, con ella a mi
lado.
- Kusanagi una voz cerca nuestro, nos levantamos,
Yagami. ¿Qué hace aquí? Me pongo delante de Yuki, no voy a dejar que la toque.
- Kyo eh!? La voz de Yuki, me giro, no está. Miro
hacia Yagami, Yuki está desmayada en sus manos ¿Cómo...? Me preparo para atacarle,
gritándole que la suelte, pero es demasiado tarde, veo con horror como el cuerpo de Yuki
arde en llamas purpuras, sé que grito fuerte, resuena por toda la playa. Mis llamas me
envuelven.
- ¡Te mataré, Yagami! le grito, él sonríe
cruelmente, el cuerpo de Yuki se ha convertido en cenizas, voy a matarle, él ha matado a
Yuki. ¿Por qué? ¿¡Por qué?! Yagami no se pone en posición defensiva, me da igual, lo
mataré. Salto hacia él con todas mis fuerzas, mi fuego ardiendo en mi mano derecha,
pidiendo sangre con la que avivarse aun más. Recive mi golpe de lleno, en el estomago, su
cuerpo se encurva y su frente queda apoyada en mi hombro. Oigo una risa. No es la típica
risa de Yagami, suena distinta. Volteo mi rostro hacia mi hombro, donde él sigue apoyado,
me sorprendo al notar unas manos en mi cintura que me estrechan, la risa no cesa por eso.
Levanta su rostro hacia el mío. Los recuerdos golpean mi cabeza con fuerza.
- Azumi... siseo al ver que es Azumi quien me rodea
con sus brazos y ahora me mira fijamente mientras sonríe, su aspecto es el que casi
siempre le veo, cabello rojo, con dos mechones cayéndole al lado de su rostro, hermoso,
sus profundos ojos azules, siempre resulta hermoso, maldito. Ahora lo recuerdo todo, sí,
uno de los dos pelirrojos ha matado a Yuki, mi Yuki.
- ¿Qué tal, pequeño? me dice con su rostro muy
cerca del mío, puedo notar su respiración tocando mi piel suavemente, sigue sin
soltarme... ¿Por qué no intento zafarme de él? No me está cogiendo tan fuerte como
para que no pueda sacármelo de encima... pero... - ¿Qué te pasa pequeño? ¿Estás
triste? me dice sonriente mientras aparta una de sus manos de mi espalda para
posarla en mi rostro y apartarme algunos mechones que me cubren los ojos.
- Tu... ¿Has matado a Yuki? le digo frío y
logrando al fin que mi cuerpo reaccione y me aparto de él de golpe, Azumi parece
decepcionado con mi acción.
- ¿Yuki? ¿Quién es? pregunta haciéndose el
molesto por mi gesto de rechazo hacia él. No me creo que no sepa quien es Yuki, debe
saberlo, si está continuamente en mi cabeza ha de conocer a las personas que están cerca
de mi.
- Sabes quien es, no lo niegues, es mi novia le digo
entre dientes y apretando los puños con fuerza para contenerme de golpearle el rostro.
- Querras decir que: Era tu novia me dice ampliando
su sonrisa... Maldito, sí sabe quien es, y me está echando en cara que está muerta de
la manera más cruel posible.
- Tu la mataste le digo, controlándome, debe
haberla matado él, al fin y al cabo el cogió el cuerpo de Iori... ¿pero realmente él
sería capaz de matar así?
- Yo no he matado a nadie me dice secamente, parece
que incluso molesto por lo que le he dicho, su rostro ya no tiene su sonrisa habitual, se
gira, dándome la espalda y empezando a andar por la playa, una leve brisa sopla haciendo
mover su cabello, sus mechones rojos, con el sol del mediodía. Las marcas que va dejando
en la arena van desapareciendo cubiertas por las olas tranquilas. De pronto oigo como sus
pisadas resuenan... pero no puede ser... miro a mi alrededor y todo se oscurece... y la
luz vuelve tan rapido como se ha ido... estoy en el castillo, Azumi sigue andando hacia
delante, hacia el final de un pasadizo.
Estamos en el segundo piso del castillo, lleno de luz por
las decenas de ventanas, miro hacia fuera... el sol brilla, puedo ver los campos verdes,
un verde intenso. Algunos pájaros volando por encima de ellos, blancos, libres de
preocupaciones, solo dejándose llevar por la brisa.
- ¡Azumi! oigo una voz llamando al pelirrojo, este
está detenido al final del pasillo. Veo como Raike aparece al otro lado, subiendo por
unas escaleras, corriendo y sonriendo. Lleva algo en sus brazos, cerca de su cuerpo. Oigo
que Azumi se acerca, andando hacia el joven mientras este está un momento quiero,
sonriendo e intentando recobrar algo de aliento. Yo también me acerco al chico, parece
que ha crecido un poco, su cuerpo está más delineado y su voz se ha vuelto un poco más
grave, pero conserva la mirada de un niño. Azumi y yo llegamos a la altura del cansado
joven Mira, es para ti dice extendiendo sus brazos y puedo ver a un pequeño
cachorro negro, medio dormido en los brazos de Raike. Azumi lo coge, delicadamente en sus
brazos poniéndolo comodo mientras esboza una hermosa sonrisa. Cuando está con Raike no
parece tan... no sé... nunca parece nada, solo que con Raike se ve feliz... quizás...
¿lo ame?... pero... ¿qué sabrá Azumi del amor?
- Gracias le dice Azumi con el cachorro durmiendo ya
en sus brazos y agachándose ligeramente para posar sus labios en los de Raike. No puedo
evitar pensar que realmente quiere a Raike... o... lo quería, por lo que él me dijo esto
que veo ya pasó hace tiempo. Se aparta y sigue con su sonrisa en sus labios, lamiéndolos
ligeramente. Los tres oímos un ruido y nos volteamos, es esa... eso... ese monstruo
descendiendo de unas escaleras al final del pasillo, donde antes había estado Azumi. Se
dirige hacia nosotros, veo como Raike da unos pasos hacia atrás con cara medio asustada
medio molesta Baja, ahora vengo dice Azumi poniendo una mano en la barbilla
del chico mientras con la otra aguanta al cachorro que se mueve ligeramente. Raike asiente
con la cabeza, bajando rápidamente las escaleras, agradeciendo, supongo, alejarse del
monstruo. Veo como Azumi coge al cachorro por la piel de detrás del cuello y lo levanta
mirándolo fijamente, el cachorro gime débilmente ante este despertar.
- Es bonito digo mirando al cachorro. No se queja
mucho el pequeño, se acostumbra a estar sujeto, al fin y al cabo es como los lleban las
madres... bueno quizás no del todo pero hacen algo parecido. El monstruo no se mueve, no
esta muy lejos de nosotros, no me gustaría que se moviera ahora. Azumi sí lo hace, se
dirige se dirige hacia una de las ventanas y ¿¡Qué!? Ha... soltado al cachorro, lo ha
dejado caer al vacio... dos pisos más abajo - ¡Azumi! ¿Qué? grito al ver lo que
ha hecho.
- No me gustan los perros me dice girándose hacia
mi y sonriendo - ¡Maldito monstruo! grita de pronto y yo no entiendo el porqué
hasta que oigo los pasos acelerados de Raike.
- ¿Qué ha pasado? dice el chico asustado al oír
el grito. El monstruo hace un sonido horrible.
- Este monstruo... ha tirado al cachorro dice Azumi
acusando falsamente al monstruo... aunque no sabría decir quien es el monstruo aquí. El
monstruo empieza a emitir sonidos desagradables, lo miro... es... horrible, su boca
abierta, su mandivula cortada dejando ver pequeños hilos de piel que unen la mandivula
superior con la inferior.
- ¡¿Por qué haces esto!? le grito furioso. Veo
como Raike mira con rabia al ser, con los ojos húmedos por lágrimas, claro, era el
regalo que él ha hecho a la persona que más quiere. Mientras, Azumi se acerca al
muchacho que ahora es casi albino.
- Perdóname, no he podido evitarlo se disculpa
Azumi... No entiendo como puede ser así... hacer lo que hace. A veces puede ser tan
dulce... y luego hace algo como esto y me arrepiento de pensar que tal vez sea bueno, que
quizás realmente puede amar a Raike.
Todo queda congelado. El castillo desaparece, solo quedamos
nosotros cuatro en medio de la oscuridad. Pero los cuerpos se van difuminando, están
estáticos mientras desaparecen.
La luz vuelve, vuelvo a estar en la playa, Yuki a mi
lado, mirándome con su encantádora sonrisa en sus dulces labios. A lo lejos, sentado en
la arena, veo una figura, de cabellos rojos, Azumi, está de cara al horizonte, sus ojos
cerrados, y una ligera sonrisa en sus lábios. El sol en su cara la ilumina, su palidez
contrastando con el rojo cabello moviéndose suavemente por la brisa marina. Sus rodillas
dobladas y sus manos en la arena, dejando que el calor del sol lo invada.
Me volteo a mirar el rostro de Yuki, es estraño... se
que siento algo por ella... pero en estos momentos... no diría que lo que siento sea
amor...
- Descubriré que ha pasado le digo a Yuki quien aun
sonríe, le cojo una mano y la beso, está algo fría, levanto mi mirada, y le dirijo una
última sonrisa Te lo prometo digo mientras dejo a la joven y veo como
desaparece. Ando hacia Azumi y cuando llego hasta él me siento a su lado, él no habre
los ojos, sé que ya sabe que estoy a su lado, miro al horizonte también... viendo el
sol... el mar... simplemente... viendo ¿Mataste a Yuki? le pregunto,
realmente no sé porque, pero no estoy alterado, ni tan solo me siento molesto.
- No, no lo hice me responde Azumi, y lentamente veo
como se desliza por la arena hasta quedar tumbado en ella, posando sus manos en su
estomago, dejando que el sol ilumine todo su cuerpo.
- Te creo digo sin saber porqué, solo noto como hay
una sonrisa en mis labios mientras miro el cuerpo de Azumi, recuerdo como le salieron las
alas, como cambió... como se convirtio en otro ser... hermoso también. Veo como Azumi
abre los ojos, su mirada no es como siempre, está... ¿confuso? Sí, no se esperaba que
dijera esto. Se levanta poniendo su rostro cerca del mío, mirándome algo cuestionante.
- ¿Me crees? me pregunta sin dejar de mirarme, ni
yo de mirarlo a él... sus ojos, azules... intensos, cuando se transformó eran rojos,
hermosos. Su cabello corto, rojo, con esos mechones largos a los lados de su rostro,
cambiando al transformarse para volverse negros, con mechones rojizos, largos y de
apariencia suave. Sus labios, finos y delicados, ahora separados por la sorpresa de mis
palabras. Es un monstruo por hacer lo que hace... pero... no lo es...
- Sí, te creo digo, se que estoy sonriendo, lo sé,
y continuo haciéndolo cuando lo noto, estoy bien aquí, estoy bien así. No quiero pensar
en nada, no quiero recordar nada. Paso una mano por la mejilla de Azumi, me acerco a él y
pongo mis labios encima de los suyos, son dulces, suaves. Mantengo mi mano en su mejilla
mientras paso la otra por su cintura hasta llegar a su espalda y atraerle hacia mi. Siento
una de sus manos por mi cuello, y...
- ¿Cómo te atreves? apretando mi cuello y haciendo
que me tenga que tumbar en la arena debido a la fuerte presión, me suelta suspirando. Y
poniéndose en pie Será mejor que te despiertes y definas tus sentimientos,
pequeño, porqué estás yendo por el camino equivocado me levanto también, no sé
porqué lo he besado, no sé porqué le creo, no sé lo que me hago... desde que lo
conozco mi vida ha cambiado tanto... Pero ¿por qué lo he hecho? A caso Azumi... me...
¿gusta? No puede ser... debe ser otra cosa... pero... es tan hermoso... ¿A caso
no lo ves? dice Azumi mirándome fijamente, yo no entiendo lo que quiere decir, me
levanto lentamente Es por mi aspecto dice resignado ¿Crees que me
hubieras besado si yo tuviera el aspecto de ese monstruo? su voz se dulcifica y
vuelve a tener su acostumbrada sonrisa, ¿es cierto lo que dice? Debe ser eso... su
aspecto es hermoso, atrayente. Se acerca a mi Aunque... dice poniendo un
dedo en sus labios y pone cara como si estubiera pensando, concentrado - ... quizás...
posa la mano en uno de los mechones pasando sus finos dedos a modo de peine, los
mira es por el color de mi cabello dice para acabar sonriendo
abiertamente...
- ¿Qué? digo sin comprender lo que quiere decir
con eso, ¿A que viene hablarme del color de su cabello?
- Nada me dice volteándose, dándome la espalda,
oigo su risa apagada, el viento sopla fuerte, elevando la arena, haciendo que me venga al
rostro y tenga que cubrirme y cerrar los ojos.
- Kyo... Kyo... despierta... Shikai toca levemente el
hombro del joven para despertarlo, ya es por la mañana y tiene que ir al hospital. Él no
ha dormido en toda la noche...
Acababan de entrar en la habitación, Hiroshi se había
ido, Kaiji se había metido en la habitación y, ahora, él y Benimaru estaban
cambiándose para dormir. Él ya se había cambiado y Benimaru salía del baño con una
camisa que él le había prestado amablemente, esta era blanca, cayendo por debajo de sus
muslos. Se veía bien.
- ¿No sabes donde puede haber ido Alex? preguntó
Benimaru sentándose en la cama y mirándolo fijamente. No sabía porque pero cada vez que
Benimaru le miraba parecía que lo odiaba, esos ojos... mirándolo furtivamente e
intensamente.
- Ya se lo he dicho... suponemos que ha ido a buscar un sitio
para que podamos ir le dijo con una sonrisa, intentando mantener la mirada.
- ¿Va a tardar mucho? ¿Cuándo va a volver? pregunto
el insistente luchador del King of fighters. Se veia nervioso y con ganas de ver a Alex,
preocupado por él.
- No sé... depende... es difícil encontrar algún lugar para
que podamos estar todos explico claramente... y era verdad... pero solo a medias.
Ya había un sitio donde podían ir, lo había, el problema era que ese lugar era la
antigua casa de Alex. Estaba abandonada, bueno... no del todo... había un criado que se
ocupaba de ella... pero murio hacía un año y Alex no quiso poner a nadie más... Hacía
años que no la pisaba y no quería hacerlo... todo lo que esa casa le daba eran malos
recuerdos, recuerdos que él, Shikai, no sabía... solo que mataron a sus padres pero no
sabía nada más... el como o el porque no lo sabían... Lo único claro era que Alex no
quería volver a pisarla.
Una vez pasaron cerca, en una misión, iban en coche.
Hiroshi conducía, todo un peligro ya que iba drogado. Su misión era simple, llebar a un
Kusanagi a hablar sobre unos tratos, el problema era que el sitio donde tenían que
llebarlo estaba bastante cerca de la mansión de los Yagami, por eso fueron. El Kusanagi,
de unos cuarenta años, iba delante. Detrás iban Alex, sentado al lado de la ventanilla,
Kaiji en la otra y él en el medio. Era mediodía.
Para llegar a su destino tubieron que pasar muy cerca de la
casa de Alex, bueno no se le podía llamar casa... más bien parecía una mansión. Vio
como Alex abría los ojos más de la cuenta mientras miraba la casa fijamente, como si no
hubiera nada más... solo la casa. Y cuando pasaron por delante de la valla que no
permetía el paso a quien quisiera entrar noto el cuerpo de Alex temblando, como una hoja.
Sabía que jamás había vuelto a entrar desde que murieron sus padres, pero ya era mucho
tiempo el que había pasado aun así... Alex seguía evitando cualquier conversación con
lo que a su familia se refería.
- ¿Dijo algo antes de irse? preguntó Benimaru, estaba
sentado, mirándolo fijamente, vio que sus ojos realmente mostraban preocupación y algo
de nerviosismo, sus manos estaban encima de sus rodillas, unidas, juntándose sin parar de
moverse.
- No... solo se fue tubo que decir al final, en
realidad Alex se había ido muy rapido, sin tiempo de despedidas, no habían tenido ni
tiempo de hablar cuando regresó con Kyo Solo nos dijo que se iba y que mañana en
la mañana tenemos que llevar a Kyo al hospital dijo recordando lo único que les
había dicho Alex, casi no había dicho nada más.
- ¿Al hospital? ¿Por qué? siguió con su
interrogatorio casi sin dejar pasar un segundo entre la respuesta y la pregunta.
- El médico le ha dicho que hay una pequeña posibilidad de
recuperar la vista... no sé mucho más, solo esto dijo algo apenado puesto
esperaba poder saber algo más para poder confirmar si las posibilidades eran elevadas o
no... pero Alex se fue demasiado rápido. Le pareció algo raro que se fuera así, bien
sabe que estaba preocupado por Kyo pero ¿al punto de no decir casi ni adios? Algo debía
haber pasado en la habitación, Kyo le debía haber dicho algo para dejar a Alex en ese
estado, frío y sin querer hablar... pero ¿qué le podría haber dicho para dejarlo así?
- ¿Puede recuperarla? ¿Qué tanto sabes? ¿Solo eso? ¿Lo ha
dicho Kyo?...
El interrogatorio siguió hasta el amanecer...
- ¿Quién...? pregunta Kyo abriendo los ojos, más por
costumbre que por nada, no está situado aun, ha dado demasiadas vueltas y no recuerda
donde ha acabado.
- Soy yo, Shikai dice el rubio atento, Kyo se incorpora
en su cama levemente, ha dormido bastante, pero aun así... sus sueños son tan confusos.
Pone una mano en su frente. ¿Qué diablos ha hecho? Ha besado a Azumi... ¿¡Por qué!?
Siente que lo odia, él mismo le ha dicho que todas las desgracias que le están pasando
son por su causa, entonces ¿por qué lo ha besado? Le resulta extraño, cuando está
despierto o en sueños ve como Azumi mata a alguien o hace alguna barbaridad siente que
quiere matarlo... que si pudiera lo ahogaría o lo quemaría o cualquier cosa con tal de
deshacerse de él. Y entonces, sin saber porque, se encuentra con él, solos, sus ojos
azules, su rostro... y olvida todo el odio y solo está con Azumi, solo lo ve... y se
pierde en los profundos ojos... su cabello... ¿Su cabello? ¿Por qué le habrá
mencionado el cabello? Kyo la voz dulce de Shikai rompe sus pensamientos, es
una voz calmada, pausada, parece algo cansada y es que Shikai está realmente cansado, no
ha podido dormir y era una de las cosas que necesitaba Venga, tienes que ir al
hospital, levantate dice poniendo una mano en el hombro de Kyo para que este se
levante... Kyo recuerda su visita con el hospital... una operación... ¿Podrá volver a
ver? No quiere ni pensar en la operación, no quiere admitirlo pero tiene miedo...
- ¿Sale o no? dice Kaiji en tono frio entrando en la
habitación, Hiroshi no ha vuelto y han decidido que sea él quien lleve a Kyo al
hospital, Benimaru sigue dormido y Shikai está cansado Nos vamos, levantate de una
vez su tono está duro está molesto, pero ni él sabe bien porqué. Kyo se
sorprende ante el tono de voz, si bien en general es frío no suele levantar la voz para
nada. Se levanta, se ha dormido vestido... no tiene ganas de vestirse... no tiene ganas de
que lo tengan que ayudar a vestirse... ¡Maldición! ¡No tiene ganas que lo operen!
- No voy a ir dice al fin, no quiere que lo operen,
¿para qué? Las esperanzas son casi nulas, ir a operarse es perder el tiempo, tiene que
esperar a que Alex regrese y hacerlo en el hospital no le gusta.
- ¿Cómo? pregunta Shikai confundido sin entender
porque el joven Kusanagi ha decidido no operarse así como así.
- Tú vas a ir al hospital y te van a operar la voz
fría de Kaiji resuena por la habitación, más fría de lo normal, exigiendole,
ordenandole.
- ¿¡Como te atreves a hablarme así!? grita Kyo
furioso Por no ir al hospital no va a pasar nada! Si me operan voy a quedar ciego
igual, lo sé! continua Kyo molesto de que Kaiji se haya atrevido a hablarle así.
- A mi no me grites mocoso! grita Kaiji, por primera
vez en su vida ha gritado, molesto, y tiene motivos para estarlo, Kyo debería saber que
mientras haya una posibilidad tiene que usarla, no dice que tenga que aferrarse a ella,
pero tampoco empezar así, diciendo que no va a servir. Kyo y Shikai no pueden estar más
sorprendidos, Kaiji ha gritado... siempre es tan calmado... que un ligero aumento en su
tono de voz ya es sorprendente.
- ¡No me digas lo que he de hacer! le responde Kyo
reaccionando. Oye los pasos de Kaiji acercándosele.
- Kyo... susurra Kaiji delante del joven, su tono
suave, como si estubiera... ¿preocupado? Kyo no entiende lo que le pasa a Kaiji Te
vienes al hospital! grita al fin, y dando un golpe certero en el estomago del joven
Kusanagi, quien no se lo esperaba, tiene que inclinarse un poco hacia delante debido al
dolor. Quizás Kaiji es solo un ninja, pero sabe donde golpear y la fuerza que debe usar.
Kyo apoya su frente en el hombro de Kaiji intentando coger aire. Shikai mira la acción de
Kaiji, no es que la aprueve, pero él también cree que Kyo debe ir al hospital así que
decide no intervenir O andas hacia la moto o te llevo en brazos, decidete, pero
irás al hospital dice Kaiji recobrando al fin su tono de voz normal, manteniendose
frío. Shikai sale de la habitación... Kaiji sabe arreglarselas solo. Kyo no se mueve,
solo se oye su respiración resonar en la habitación, el ninja sigue impasible, esperando
una respuesta. Nota un ligero movimiento por parte de Kyo, pero no es para levantarse,
solo es un leve movimiento de sus hombros, un sollozo. Se sorprende al notar los brazos de
Kyo alrededor de su cintura.
- Perdóname susurra Kyo muy flojo, casi inaudible,
pero puede oírlo Yo... tengo miedo, Kaiji... dice con voz apagada,
avergonzado de decir esto, pero a la vez algo más calmado de poderselo decir a alguien.
- Lo sé... susurra también Kaiji y Kyo nota como este
corresponde al abrazo, acariciando con una mano el cabello del joven Kusanagi, lentamente,
pausadamente Pero tienes que ir Kyo continua susurrando, ahora dulcemente,
una sonrisa tranquila en sus labios Sino siempre te vas a arrepentir de no haberlo
hecho continua. Kyo no puede creer que sea Kaiji quien le esté hablando, tan
dulce, tan calmado... ¿es así como debe comportarse con su pareja? Tan... ¿Cariñoso?
Una mano de Kaiji se posa en su mejilla haciendo que levante la cabeza, sus ojos están
humedos pero las lágrimas no han bajado Kyo... sabes que Alex, Shikai e Hiroshi
harían cualquier cosa por ti, ¿verdad? le pregunta pero sin modificar el tono
suave de su voz. Kyo solo baja la cabeza a modo de afirmación Yo también
concluye el joven y se gira para empezar a andar hacia fuera, se detiene en el marco de la
puerta al ver que Kyo no lo sigue, voltea y ve al joven parado, su mirada se entristece un
poco... ¿no es suficiente lo que le ha dicho? Si le ha gritado, le ha abrazado! Qué mas
puede hacer para que Kyo vaya al hospital? Perdido en estos pensamientos no ha notado que
Kyo ha levantado su rostro y se sorprende al verlo sonreír, con los ojos abiertos, como
si lo estubiera mirando.
- Gracias dice el joven Kusanagi, en verdad se siente
mejor ahora Vamonos acaba y empieza a caminar hacia donde siente la
presencia de Kaiji.
* * *
[ Capítulo
32: Extranys ]
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Mayo, 2002