Nota de MiauNeko: Odio a Word.


Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Fanfic por [Artemis]

Capitulo 22: Llàgrimes {Lagrimas}

 Un teléfono suena haciendo resonar el silencio de la habitación, molestando. Hace poco ha habido una discusión y el ruido penetrante del teléfono solo hace irritar más a quien lo está oyendo. El teléfono no deja de sonar, el ruido se empieza a hacer insoportable en los oídos. Una mano coge el auricular, una voz ronca preguntando quien es, la misma voz que momentos atrás estaba gritando, gritando a su esposa, diciéndole que su hijo jamas volvería a entrar en la mansión.

-          Saisyu? – la voz al otro lado del auricular suena ronca y pausada, conocida pero Saisyu no puede enfocar a quien pertenece.

-          Yo mismo – dice secamente, aun con furia en su voz por la discusión – Quien es?

-          Vaya, no me reconoces? – la voz suena dura y burlona – Soy Koji – dice al fin la voz, presentándose.

-          Koji? – Saisyu no sabe quien es el que está al otro lado del teléfono, el nombre de Koji nunca lo ha usado... unos momentos de silencio hacen que reconozca el nombre, la voz... – Yagami! – acaba diciendo sorprendido, Yagami-sama llamándolo? Porque? – Qué es lo que quieres Yagami? – dice con voz seca, solo le faltaba tener que hablar con su enemigo.

-          El doctor Matsuda me ha llamado, lo recuerdas verdad? – el tono de la voz de Koji no cambia, no varia, sigue dura, burlona también.

-          Claro... que pasa? – dice Saisyu secamente, claro que recuerda al doctor, fue él quien le dijo que su hijo no tenía remedio alguno... que se quedaría ciego.

-          Quiere volver a ver a tu hijo – responde la voz, Saisyu puede oír toser a Koji des del otro lado del auricular y maldiciendo en voz baja.

-          Para que quiere volverlo a ver? Acaso ha...? – dice Saisyu con un poco de esperanza en su voz, tal vez la ceguera de su hijo pueda curarse...

-          No, Kyo no volverá a ver, pero el doctor dice que ha encontrado algo extraño en el TAK que le hicieron y quiere volverlo a ver, quizás no sea nada... pero es para estar más seguro – la voz de Koji suena más lenta que de costumbre, como si le costara hablar.

-          Entonces no me interesa... – dice Saisyu fríamente – Si quieres díselo a mi hijo directamente, con lo que a mí respecta Kyo está muerto – su voz es dura, no, ya no va a volver a ver a su hijo... como soportar verlo en ese estado? Su cuerpo en forma pero sin poder pelear?

-          Ah sí? – la voz de Koji suena divertida al otro lado del teléfono e incluso Saisyu puede oír una risa apagada, junto a más tos – Si para ti está muerto... porque continuas diciendo: Mi hijo? – más risas, Saisyu se queda de piedra... a que viene ese comentario? No, no se había fijado... aun echándolo de casa, aun no queriendo verlo... bueno... sigue siendo su hijo – Bueno como sea... quieres que le diga yo? – un ofrecimiento? Sin burlas? Voz calmada? Saisyu no puede creer que está hablando con el Koji que conoce, no, es imposible – Bueno que? Te decides o cuelgo? – Saisyu vuelve en si, la voz de Koji suena divertida, como si fuera aun un adolescente.

-          Díselo... si quieres... creo saber donde está – dice Saisyu volviendo a coger su ronca voz, dura y firme – Espera un momento... – no espera respuesta... sí, claro que sabe donde debe estar su hijo, pone a Koji en espera y marca un número... empieza a sonar... una vez... dos...

-          Dígame – una voz fuerte y profunda responde a la llamada, por lo bajo puede oír algo más –Shikai podrías ir a vigilar la comida? – sí, reconoce la voz, de fondo se oye un sí como respuesta y a parte otra voz aun más profunda gritando “Anda Shikai ve a hacer de ama de casa!!” – Perdón... – se disculpa la voz – Quien es?

-          Kaiji... – Kaiji se queda de piedra pero no lo muestra a sus compañeros, Hiroshi está sentado tranquilamente, tarareando una canción mientras se burla de Shikai, quien entra pacíficamente en la cocina para vigilar la comida que Kaiji había empezado a preparar, Alex y Benimaru aun no regresan pero debe faltar poco, piensa el joven.

-          Que quiere? – dice su voz volviéndose fría y distante, Hiroshi le pregunta que quien es pero lo único que consigue es que Kaiji le dé la espalda.

-          Kyo está aquí, verdad? – dice Saisyu sin preocuparse del tono de voz de Kaiji.

-          Sí – es la única respuesta que recibe del extraño muchacho, mientras este ve como Hiroshi se acerca curioso.

-          Dile que hay alguien que quiere hablar con él por teléfono, está esperando en otra línea – la voz sigue fría, distante, como si eso no fuera con él.

-          No se puede poner, que llame más tarde – dice fríamente el joven, no sabe que quiere Saisyu pero no va a molestar a Kyo, cuando lo ha dejado en la habitación parecía estar bien... pero eso es tan relativo... no, seguro no tiene ganas de hablar con nadie.

-          Me importa poco, pero quizás si quiera coger el teléfono si le dices que quieren hablar con él por algo referente a unos análisis hechos en su estada en el hospital – dice, su voz un poco más alterada por el comportamiento del joven que lo está escuchando, nunca ha entendido a Kaiji y no se va a preocupar de hacerlo ahora.

-          Hn... está bien... un momento... – dice Kaiji y se gira para ver a Hiroshi quien está justo a su espalda preguntándose quien debe haber llamado. Kaiji tapa el auricular del teléfono – En la habitación de invitados aun hay línea telefónica? – le pregunta algo distante.

-          Pues sí, no la sacamos que yo recuerde – dice el joven haciendo una mueca mientras intenta recordar – Pero no hay teléfono allí – concluye aun con su mueca recordando que sacaron el teléfono para dejarlo en su habitación... – Ah! Baka! No querrás quitármelo, ne? Tú no lo necesitas! – grita Hiroshi haciendo un salto hacia atrás y señalando con un dedo a Kaiji, este solo suspira... no entiende porque no lo mata... quizás porque a veces puede llegar a hacerle sonreír?

-          No – dice el joven y coge de nuevo el auricular – Espere... – dice secamente y luego añade - ... vigile mucho su espalda a partir de ahora... Kusanagi-sama – su voz suena tan afilada como los cuchillos que usa, es una amenaza con todas las de la ley. Hiroshi abre los ojos enormemente y su expresión cambia para volverse seria y preocupada.

-          Lo tendré en cuenta... – es la única respuesta que recibe Kaiji des del otro lado del cable, y tampoco espera ninguna otra, deja el teléfono y sube rápidamente hacia la habitación de Hiroshi, en la casa hay cuatro habitaciones, en un principio eran una para cada uno, pero decidieron hacer que una fuera la habitación de invitados, así que Hiroshi se cogió rápidamente una habitación para él solo, con teléfono incluido para que llamara a su hermana... de los cuatro es el único que aun tiene familia, Alex no dijo nada pero estuvieron de acuerdo en darle la habitación para él solo, así que Shikai y Kaiji compartieron una. Kaiji entra en la habitación de Hiroshi, desordenada, con todo por el suelo, ropa, revistas, todo esparcido de una manera caótica. Busca el teléfono por debajo de la suciedad y lo saca de la habitación.

* * *

Kyo, desde que Kaiji lo ha dejado ha estado sin moverse, no sabe si dormir o no, quiere y a la vez no quiere encontrarse con Azumi... todo lo que le está pasando... todo ha pasado tan rápido, su mundo se ha desmoronado por completo... dejándolo destrozado, todo por culpa de una llama púrpura, por culpa de un pelirrojo... no, por culpa de dos pelirrojos... Su vida, para él, ha dejado de tener sentido... no quiere admitirlo pero la oscuridad lo asusta, lo asusta tanto... lo envuelve todo... daría lo que fuera, lo que fuera, por volver a ver... mataría a quien fuera para volver a ver! Pero eso es imposible, al no notar la presencia de Azumi su oscuridad es como si hubiese aumentado, puede oír ciertas cosas, pasos, gritos que vienen de la parte de abajo... pero las pisadas de un ninja... los pasos silenciosos, no los puede oír. No puede notar la presencia de nadie, no pudo notar a su padre! Su padre... su padre lo odia por algo que él no pudo evitar, algo que está fuera de su alcance, es como si su padre le recriminara el estar ciego... pero que puede hacer él!? No puede hacer nada, nadie puede! Sus manos se aferran a la sabana de la cama donde ahora está sentado, se levanta bruscamente. No puede soportarlo, está con sus amigos y les agradece que intenten hacerle sonreír, que estén con él, pero la oscuridad lo envuelve tan profundamente, como puede alguien vivir así? Cómo puede él vivir así?

Da un paso al frente, le gustaría ir a la ventana, la pequeña ventana que sabe que hay en la habitación, quiere sentir el viento, el frío, necesita notar algo, algo! Un paso en falso y tropieza con algo que estaba tirado por el suelo, no puede evitar caer de rodillas. El golpe suena seco, un ligero dolor en sus rodillas. Aprieta sus puños golpeando con uno de ellos el suelo de la habitación, notando el dolor que le produce... tropezar... tropezar... es una cosa tan simple... todo el mundo puede tropezar alguna que otra vez, es tan simple, tan natural... tan fuera de lugar para Kyo, claro que ha tropezado alguna vez, evidentemente, es humano al fin y al cabo... Pero hacerlo ahora, tropezar ahora, es más de lo que puede soportar, la sangre hierve, nota como el fuego se enciende en la mano que ha usado para golpear el suelo, el fuego, su fuego, violento, furioso, doloroso... coge lo que sea con que haya tropezado, ni tan solo se molesta en intentar descubrir que es, es largo y bajo, supone que debe ser una radio, dejada aquí por Hiroshi seguramente, da igual, ahora la radio arde en llamas, un ruido desagradable de cables quemándose, el olor a plástico quemado, tan horrible, introduciéndose en su nariz, invadiendo el aire de la habitación, una  mueca de desagrado se puede ver en la cara de Kyo... el fuego se apaga... lentamente... el olor se esparce rápidamente por la pequeña habitación. Kyo se levanta y da un par de pasos hacia delante, estira su brazo y toca una pared, mueve un poco la mano y logra encontrar la ventana, notando el frío cristal en sus dedos, la abre de un golpe seco, los cristales resuenan y el viento entra despiadado haciendo que el cabello de Kyo se mueva siguiendo su compás, sus ojos cerrados se abren, lentamente. El frío lo envuelve, nota que algo extraño baja por sus mejillas, ni tan solo se había dado cuenta... lágrimas... lágrimas... el dolor, la soledad, la ansiedad que siente, todo acaba saliendo en esas frías y saladas gotas... no las seca, no intenta contenerse, se gira, dando la espalda al exterior y empieza a bajar, quedando sentado, su cabeza por debajo de la ventana.

-          Por... por favor... que alguien me despierte – murmura el joven que siente como las lágrimas bajan, sus hombros sacudiéndose en espasmos  – Que alguien me saque de esta pesadilla... por favor... Iori... porque lo hiciste? Por que!? Por que? – su voz está cortada, solo es un murmullo apagado que pide alguna explicación - ... tanto... tanto puedes llegar a odiarme? – se pregunta el joven sin siquiera saber porque - Si alguna vez... si alguna vez te he... herido... ofendido... perdóname... por favor perdóname... perdóname, pero... no me hagas más daño... Iori... – su voz se corta, no sabe porque está pidiendo perdón, no lo sabe, solo... siente como si debiera hacerlo - tengo miedo... Iori... perdóname... quisiera poder hablar contigo... poder saber porque lo hiciste... poder decirte que lo siento... -  no sabe el porque de sus palabras, salen solas y en verdad siente que necesita hablar con el pelirrojo, no le recriminaría nada, nada - poder... poder verte... Iori, por que? Por qué quiero... por qué necesito que estés aquí? Por qué? – pone sus manos en sus ojos, tapándolos, cubriendo todo su rostro, las convulsiones en sus hombros aumentan, sin poderlo evitar, no sabe que le está pasando... No pude entender porque Iori le... le... ni tan solo puede pensarlo sin evitar que sus ojos aun quieran dejar escapar más lágrimas – Iori... – el joven se abraza las piernas acercándolas a su pecho, sujetándolas fuertemente, como un niño asustado. Todo lo que le ha pasado, todo, lo esta sobrepasando, no es tan fuerte! No lo es! Se siente como un niño, solo, abandonado, lleno de oscuridad. Nota que algo se posa en su hombro, delicadamente, su cuerpo se tensa al instante, levanta la cabeza, no ha oído la puerta, es imposible que alguien haya entrado, aunque sus compañeros sean ninjas las puertas hacen ruido – Qui... quien...? – dice el joven, sus ojos abiertos, cubiertos de lágrimas, ahora no bajan, solo están en sus ojos, haciendo que estos brillen.

-          Tranquilo, ya he vuelto – una dulce voz en su oído, está vez puede notar que no hay nadie con él, solo es una voz... una voz que conoce, que conoce muy bien, una voz que odia, una voz que lo reconforta.

-          Azumi... – dice en un susurro incorporándose, intentando averiguar si Azumi está con él o solo es su imaginación. No, no es su imaginación... puede oír unas voces lejanas... Benimaru y Alex... donde? Se gira a la ventana, sí, la voz de Benimaru, la de Alex, sus pasos... lejanos... Azumi ha vuelto, no puede evitar una ligera sonrisa... aun sigue ciego... pero al menos ahora no es un inútil, aun así... no piensa perdonar a Azumi, ese diablo que está jugando con él, va a mostrarse firme, no dejará que Azumi vea como se derrumba – Que pretendes Azumi? Tú y tus juegos ya me estáis cansando! – dice Kyo en voz alta, apretando sus puños, no espera respuesta... quizás cuando se duerma... Unos golpes en la puerta y alguien pidiendo entrar... Kaiji.

-          Te llaman, es algo con respecto a tu visita al hospital – dice Kaiji fríamente entrando despacio en la habitación con el teléfono, busca el lugar donde debe conectarlo y lo hace – Quieres ponerte? – dice volteándose a ver a Kyo quien está de pie, calmado, pero Kaiji puede ver bien que sus ojos están rojos, abiertos, como si lo mirara, sus mejillas húmedas, ha llorado, piensa Kaiji, su cara algo triste, desvía la mirada, un olor a plástico quemado llama su atención durante unos segundos, la antigua radio de Hiroshi está hecha cenizas y Kaiji no puede evitar una ligera sonrisa, hacía tiempo que querría destrozar esa radio que Hiroshi ponía a todo volumen a cualquier hora del día o de la noche.

-          Está bien, me pondré, pero quien es? – dice Kyo tranquilamente, su voz está relajada, sus lágrimas ya se han secado. Da un paso hacia donde sabe que está Kaiji, sí, ahora sabe perfectamente donde está, el ninja le entrega el teléfono y se va sin decir nada... para que? Ya ha hecho suficiente por Kyo... Por dios si ha pedido perdón a Benimaru! Le ha pedido perdón porque Kyo se lo ha pedido! Ya no más favores, ya no piensa volver a pedir perdón nunca más... él tiene sus motivos para atacar a Benimaru y no tiene porque dar explicaciones de eso a nadie. El joven Kusanagi puede notar que el ninja no está muy contento así que deja que se vaya, coge el auricular... – Quien es? – pregunta en voz algo ronca.

-          Kusanagi Kyo? Ya era hora – una voz dura y firme está al otro lado del auricular, quizás... quizás si Azumi no hubiese vuelto no habría reconocido la voz... o sí? no lo sabe y no le importa demasiado, ahora puede volver a sentirlo todo con claridad y es lo único que le importa.

-          Que quiere Yagami-sama? – no es que no se haya sorprendido al oír la voz de Koji, pero en estos momentos no le importa mucho.

-          El médico que te trató, Matsuda, ha visto algo raro en unos análisis que te hicieron – dice con voz fría y sin que le importe mucho lo que está diciendo, solo está dándole un mensaje, no tiene porque hacerlo delicadamente.

-          Algo raro? Qué? – dice Kyo, que habrá visto ese doctor? No cree que sea algo referente a su vista... empieza a preocuparse.

-          No lo sé, me dijo que te lo dijera y que fueras al hospital para hacer las análisis de nuevo... – Kyo puede notar que la respiración de Koji es muy trabajosa, habla arrastrando las palabras. Ir al hospital? Tener que volver a pasar otra vez por esa angustia? No quiere, pero quiere saber que es lo que el doctor ha visto en esos análisis.

-          Cuando? – pregunta secamente, empieza a angustiarse... algo en los análisis, maldición! Que más le puede pasar?

-          Hoy mismo si puede ser – dice la fría voz, Kyo oye como Yagami-sama empieza a toser y siente como su consciencia se pierde durante unos segundos.

-          Sería mejor que tu también fueras al hospital querido Koji – la voz de Kyo cambia completamente, es otra voz... Koji se sorprende... alguien más estaba escuchando? Alguien que sabe su nombre? Querido? Las palabras han sonado dulces y sin malicia de los labios de Kyo, pero no ha sido él quien lo ha dicho.

-          Que...? – dice Koji... esa voz... tan conocida... – Na... Nagashima? – pregunta algo incrédulo, no puede ser... debe estar imaginándose cosas, está demasiado enfermo... debe haber oído mal... quizás al encontrarse tan cerca de la muerte este pensando en tonterías.

-          Ja ne... itoshii... – es lo último que oye... Nagashima... sí era Nagashima, no puede ser... pero tampoco puede ser nadie más. Pone una mano en su corazón, le duele horriblemente, cuelga el teléfono torpemente mientras empieza a toser sangre sin poderlo evitar... siente como si su corazón le fuera a estallar en cualquier momento, pierde la consciencia de donde está... pone una mano encima de la mesa donde estaba el teléfono, con demasiada fuerza, y esta cae al suelo tirando el teléfono también, se oye el ruido del teléfono descolgado, un pitido estridente. La sangre sigue saliendo de entre sus labios... intenta observar su alrededor... está en su antigua oficina... donde antes trabajaba con Nagashima... donde empezaron a ser amigos, donde aprendió a amar a alguien... una mesa grande, la mesa en donde trabajaban los dos, papeles esparcidos por ella, papeles ya viejos, inservibles. Da unos pasos inseguros hasta llegar a la mesa, apoyándose en ella, manchando los papeles con el líquido rojo, una mano en su boca como si con esto consiguiera evitar que la sangre salga... le cuesta trabajo respirar... mantenerse de pie... tener los ojos abiertos... – Tranquilo... ya no habrá más dolor – una voz... una imagen borrosa enfrente de él, diciéndole estas palabras, dulcemente, acercándose y cogiéndole la mano que tiene apoyada en la mesa, haciendo que tenga que aguantarse en él, la imagen es tan borrosa, solo puede ver una silueta, unos cabellos quizá castaños, una ligera sonrisa en los labios y unos ojos que parecen rojos – Solo déjate llevar – la voz suena tan calmada, una mano se posa en su mejilla, acariciando lentamente su ya cansado rostro.

-          Quién...? – logra decir Koji mientras más sangre escapa de sus labios en una convulsión. Siente como el desconocido deja su mano para pasarle los brazos alrededor de su cintura.

-          Ya no te acuerdas de mí? – una ligera risa y unas palabras comprensivas. Koji lo abraza también dejando marcas de su sangre en la ropa de quien lo abraza.

-          Nagashima Iori – dice tranquilamente, su voz suena relajada, los espasmos han terminado, ya no siente nada salvo la calidez del cuerpo entre sus brazos, ya nada importa, no sabe si esto es un sueño o no, pero ya no importa... sonríe – Té... te he echado de menos – dice dulcemente, hacia tanto tiempo que no decía nada de lo que tenía encerrado en su corazón, cuando Iori murió... tenía tantas ganas de morirse él también... pero no podía, tenía que entrenar a su hijo... tenía que ser el líder del clan.

-          Koji... – dice la figura que lo abraza – Yo también te eche de menos – dice dulcemente Azumi mientras cierra los ojos, no ha podido evitar venir hacia Koji, su voz sonaba tan cortada, tan cansada por el teléfono... pero esto lo ha cansado... tener que trasladarse, estando en el cuerpo de Kyo, porque es el cuerpo de Kyo lo que tiene Koji en sus brazos... abraza a un Kusanagi... pero es solo el cuerpo, Azumi es quien está con él, cogiendo la consciencia de Kyo para poder hablar con su amigo – Koji... ahora es tiempo de que descanses – dice suavemente en el oído de Yagami-sama. Este cierra los ojos lentamente.

-          Gracias... por... estar... conmigo... Ai shit... – no hay más palabras, el pecho de Koji deja de moverse, su corazón cansado deja de latir, su cuerpo queda inerte en los brazos de Azumi. Ya no hay más dolor para él... todo ha terminado... ha muerto... y lo ha hecho contento de poder estar en los brazos de la persona a la que había entregado su corazón... el corazón que ahora ya no late.

-          Oyasumi nasai, Koji... dulces sueños, muy dulces sueños – susurra Azumi arrodillándose mientras sujeta el cuerpo sin vida de Koji, tumbándolo gentilmente en el suelo. Acaricia el cabello de su amigo y deja un beso en su frente – Algún día nos encontraremos en el infierno – no lo dice en tono de burla, no. Se levanta despacio y pone su mirada en un la ventana, puede ver en ella el reflejo tenue del cuerpo de Kyo, de seguro se va a enfadar con él, piensa, una ligera sonrisa asoma en sus labios, dulce – Tienes una bonita sonrisa Kyo – acaba diciendo, mira por última vez el cuerpo de Koji y el viento empieza a envolverlo, lentamente va desapareciendo, sin dejar ningún rastro de su presencia.

* * *

[ Capítulo 23: Trobades ]

Todos los personajes son propiedad de SNK
Llegendes de Foc y sus personajes
es propiedad de Artemis
IorixKyo Archive
Marzo, 2002

Free Web Hosting