IorixKyo Archive - Artemis - Llegendes de Foc

Nota de MiauNeko: Gomen... No consigo cambiar las horribles viñetas por guiones. Odio a Word. Odio a FrontPage!

Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Capitulo 16: Despertant D'un Malson, Extranya Realitat
Despertando De Una Pesadilla, Extraña Realidad

Orochi! – un grito hace que Orochi despierte dentro del sello, conoce bien la voz, la odia y a la vez le da miedo.
Sí mi señor? – dice en un tono bajo sin querer prestar mucha atención.
Sal – dice la voz secamente, en una fuerte orden.
Como...? Salir? – dice Orochi sorprendido y en un segundo se encuentra fuera del sello sin saber como, el sello ni tan solo se ha roto, simplemente él... ha salido.
Bien, ahora sal de aquí antes que noten nada - sigue diciendo la voz del Asesino, pero no hay rastros de él.
Bien – Orochi salta por una ventana abierta bastante elevada y empieza a alejarse, corre durante unos minutos hasta que llega a la ciudad, en realidad el lugar donde se encontraba dentro del sello no está muy alejado de la civilización. Pasa por enfrente de un aparador y su imagen queda reflejada, se ve como un hombre de veinte y tantos años de cabello blanco como la nieve, ojos rojos y llevando un jersey y pantalones negros, se fija bien y no ve su tatuaje, sonríe complacido, es su antiguo cuerpo – Y ahora que hago? – dice intentando averiguar las intenciones del Asesino.
Me harás un pequeño favor – susurra la voz en su cabeza – Escúchame bien...

Iori... Ya no siento sus manos en mi cuello abro los ojos lentamente, puedo ver... por lo tanto es un sueño... miro a mí alrededor... estoy en el castillo del Asesino. El sueño parece continuar a donde lo deje, el Asesino tiene su mano en la mejilla del joven y lo mira fijamente con una sonrisa encantadora.

Y bien Raike... te quedarás conmigo? – dice El Asesino en un susurro.
No... no vas a matar a nadie si me quedo? – Raike parece perdido en los ojos azules del Asesino.
A nadie, si tu no me lo pides – dice acercándose más al joven y juntando sus bocas. No puedo más... invoco a mis llamas y las lanzo hacia El Asesino, no pasa nada... maldita sea, las llamas se deshacen en hilos naranjas y desaparece. El Asesino no se ha inmutado y sigue besando a Raike, maldita sea, Raike le está correspondiendo, pasa sus brazos por el cuello de El Asesino y oigo un ligero suspiro en cuanto este parte el beso – Ven conmigo te enseñaré tu nueva habitación – le dice El Asesino y le pasa una mano por los hombros llevándoselo... yo voy a seguirlo pero el monstruo se pone delante de mi, no se si me ve o no pero esta justo en medio y yo no me atrevo a pasar a través de él, es... demasiado asqueroso, su mandíbula teñida de rojo, me dan escalofríos y cierro los ojos para no verlo más.
Es repulsivo, verdad? – una voz, la voz del Asesino y yo abro los ojos, esta frente a mí, el monstruo ha desaparecido.
Que pretendes? – le digo fríamente mirándolo a los ojos el se acerca un poco más hasta que nuestros rostros quedan a un palmo.
Pretender? Nada... solo quiero que veas lo que pasa... – me dice apartando el cabello de mis ojos con su frágil mano, en verdad es hermoso y no me extraña que Raike le correspondiese.
Entonces porque...? – digo pero una voz me interrumpe.
Azumi!! – es Raike, corre hacia nosotros, más bien hacia El Asesino y se le tira encima abrazándolo, parece algo más robusto, no tan delgado.
Que tal estas koibito? Has dormido bien? – le dice El Asesino cariñosamente mientras pasa las manos por el cabello del joven.
Si, hoy puedo ir a ver a mi madre? – pregunta el joven apartándose un poco.
Está bien, ya llevas una semana aquí, puedes ir a ver a tu madre – le dice el Asesino y yo no puedo creer lo que oigo ni lo que veo... una semana? Bueno... supongo que al ser un sueño es normal que el tiempo vaya como quiera El Asesino.
Gracias – dice y sale corriendo pero el monstruo aparece y lo agarra por el brazo –Ah! Suéltame, suéltame! – grita Raike intentando librarse – Azumi ayúdame! – grita el joven muy asustado.
A que esperas ayúdale! – le grito viendo la desesperación de Raike, yo sé que no puedo hacer nada.
Puedo ayudarte esta vez Raike... pero él continua viviendo en este castillo... y no le agradas – dice El Asesino tranquilamente mientras se acerca lentamente a donde se encuentran Raike y ese monstruo, poniendo su mano en un hombro del monstruo y apartándolo, lentamente el monstruo se separa gruñendo como un loco – Vete, deja a Raike en paz – le dice suavemente y yo no entiendo como puede tener algo tan horroroso viviendo en su castillo.
Po... por que no... no lo echas fuera? – dice Raike mirando como el monstruo se aleja.
No puedo, koibito, recuerda que no voy a matar a nadie si tu no me lo pides y la única manera que hay para que este monstruo te deje es matarlo – dice tranquilamente y sonriendo abrazando al joven asustado.
Yo... no quiero que mates a nadie – dice con lágrimas en los ojos.
Lo sé pequeño, lo sé – dice apartándose y secándole las lágrimas de los ojos – Venga... ve con tu madre, pero vuelve aquí pronto – le dice sonriéndole y besándole los ojos, no puedo entender que pretende El Asesino pero no me acaba de gustar.
Sí, volveré – dice Raike y sale corriendo levantando una mano para despedirse. Yo me acerco al Asesino y me coloco en su lado.
Que pretendes hacer con Raike? – le digo mirándolo fríamente.
Solo me estoy divirtiendo, que hay de malo en eso? – me dice girándose y sonriendo pacíficamente – Quieres ir con Raike o prefieres quedarte conmigo? – me dice sin borrar su sonrisa.
Lo que quiero es despertarme para no verte más! – le grito frustrado de no poder hacer nada.
Oh, Kyo no seas malo conmigo... – me dice sonriendo burlón – Prefieres despertar y no ver nada a quedarte un rato más conmigo? – esto aun me enfurece más, sé perfectamente que pasará cuando despierte, aunque no sé muy bien donde me encontraré, estoy seguro que Iori no me ha matado, despertaré en mi cama? En la de un hospital? Un escalofrío recorre mi cuerpo... odio los hospitales.
Está bien... tú ganas, me quedaré. Por cierto... porque te llama Azumi? – digo al acordarme que Raike lo ha llamado así.
Es mi verdadero nombre... hacia mucho que no lo oía, al hacerte ver esto me acordé que Raike me llamaba así, casi lo había olvidado... – dice y me parece ver algo de tristeza en su rostro.
Vas a romper tu promesa, no? – digo sin dejar que su mirada me afecte.
No, yo cumplo mis promesas... no mataré a nadie... si Raike no me lo pide – y en esto veo una extraña luz en sus ojos, un escalofrío recorre mi cuerpo. Cierro los ojos un momento y al abrirlos veo que El Asesino o Azumi o como quiera que se llame no está, además es de noche y la sala esta casi a oscuras, pero hay una luz que sale de una puerta y me dirijo hacia allí, veo a Raike y a Azumi sentados en una mesa, Raike está comiendo mientras Azumi lo mira sonriente.
Bien Raike, como te ha ido tu visita, no me lo vas a contar? – Raike levanta su rostro, parece molesto y enfadado, Azumi se levanta y se acerca a Raike y gira su silla y se agacha poniéndose de rodillas abrazando a Raike por la cintura y apoyando su cabeza en el pequeño pecho de Raike. En verdad no puedo evitar pensar en que Azumi... en que El Asesino... no puede ser tan malo.
Yo... – empieza a decir Raike mirando los rojos cabellos de Azumi - ... mi madre no quería que volviera... dice... dice que... que tu me estás mintiendo... que... que solo quieres aprovecharte... de mi – a Raike le empiezan a caer las lágrimas de los ojos mientras pone una mano en la mejilla de Azumi – No me estas mintiendo, verdad Azumi? No me mientes, verdad? Por favor... dime que no me mientes... – Azumi levanta su cabeza y sonríe al joven.
No te miento... te lo juro – dice pasando un dedo por las lágrimas de Raike y luego lo lame saboreando el gusto salado de las lágrimas, yo me acerco y me coloco delante de Raike, aun sentado.
Lo sé... pero mi madre... dice que tu mataste a mi padre... y yo sé que mataste a los padres de mi amigo... – le dice mirándole a los ojos.
Si, tienes razón... los maté... pero te he hecho una promesa y la voy a cumplir... me oyes – le pasa una mano por la mejilla y lo acerca a él – koibito – y acaba besándolo. La verdad yo ya no sé ni que pensar, parece que dice la verdad, pero estoy seguro que miente, estoy seguro que volverá a matar.

- Hacia años que no venia a esta casa – dice Saisyu sentándose en un viejo sillón de una pequeña casa que ha estado cerrada durante veinte años por orden de él. Es la casa en donde vivía Kyo Nagashima, pequeña pero acogedora, todo esta lleno de polvo y suciedad. Saisyu no puede evitar evocar los recuerdos del pasado... él y Kyo hablando sentados en el sillón tomando una taza de té, comiendo... él riendo y Kyo siempre sonriendo... menos la última noche... la noche en que Nagashima desapareció...

Se dirige a la habitación de Nagashima, también está llena de polvo, aparta la manta que cubre la cama y se tumba en ella recordando la última noche que pasaron juntos. Cierra lentamente los ojos y se duerme.

Vaya, otra vez ha pasado el tiempo, es de día. No hay rastros del Asesino dentro del castillo así que salgo y lo veo sentado en una roca, no muy lejos de la entrada, está mirando las viejas casas a lo lejos, me parece que mira la de Raike.

Cuanto tiempo ha pasado esta vez? – pregunto irónico sentándome a su lado, me parece que me estoy acostumbrando a todo esto.
Un par de semanas, Raike va y viene de vez en cuando de su casa al castillo, pero cada vez que viene lo hace enfadado porque su madre le dice que no confíe en mi – dice sonriéndome amablemente.
Me parece que la madre de Raike tiene motivos para desconfiar, no crees? – le digo en tono irónico.
Claro que los tiene, pero ahora... Raike es mío... justo ayer me dijo que me amaba – dice Azumi sonriendo pero no es su habitual sonrisa, esta es cruel y sin ningún sentimiento – Y también me lo demostró – dice y empieza a reír, su risa se me mete en los oídos haciéndome daño.
Cállate! – le grito enfadado – Que le hiciste? – no puedo creer que sus palabras sean ciertas.
No le hice nada que él no me pidiera y dios! Lo pedía a gritos! Es tan tierno... – dice aun riendo, yo intento golpearle pero mi mano pasa a través de él – Agradéceme que no te lo mostrara Kyo... aunque... si quieres puedo enseñártelo, podrás verlo y oír sus gritos pidiéndome que lo poseyera – me dice con una mirada que me hiela la sangre y el alma.
Rata asquerosa! – le grito impotente.
No te pongas así conmigo – me dice y se levanta – Oyes como Raike me llama? – me levanto yo también pero no oigo nada.
Que dices? No escucho nada – le digo fríamente poniéndome a su lado.
Bien ha llegado el momento – y mientras dice esto el aire se mueve a nuestro alrededor haciendo que nuestros cabellos ondulen y pronto veo que nos hemos desplazado, estamos justo delante de la casa de Raike.
Cállate! Voy a volver con él! – grita Raike mientras sale de su casa muy enfadado, realmente ahora se ve mucho más sano que la primera vez que lo vi y sus cabellos han palidecido y ahora son casi blancos, detrás de él salen su madre y su amigo, el que vi la primera vez, ambos parecen también en mejor estado – Azumi! – grita sorprendido y corre hacia él, abrazándolo.
Raike por favor apártate de él! No ves que te está utilizando! – le dice su madre intentando convencer al joven.
No! Él me quiere y yo a él! – dice aferrándose a Azumi con fuerza, la madre comprende que este pelirrojo es El Asesino puesto aun no se había dado cuenta de quien era.
Tu... tú eres... – dice la madre muy asustada, el amigo de Raike también supone quien es el pelirrojo.
Si, lo soy y me parece que tu hijo quiere venir conmigo – le dice sonriendo, realmente la madre de Raike parece muy asustada, pero su amigo coge un palo y corre a atacarlos lanzándose encima del Asesino quien aparta a Raike y recibe el impacto del palo en su cabeza, cae al suelo y parece que está inconsciente.
No puedes usar a Raike así! – grita el amigo viendo el cuerpo tumbado de Azumi.
Maldito! – grita Raike y se lanza encima del que hasta ahora era su amigo, yo no puedo creer que este chico haya podido tumbar a Azumi tan fácilmente. Pero Raike si lo cree y empieza a golpearle hasta que lo tira al suelo poniendo sus manos en cuello del chico, pero este coge una piedra y le da a Raike en la cabeza. Este se aparta sangrando.
Raike no ves que te está utilizando? – le grita el joven levantándose y acercándose al herido Raike.
Hijo... él tiene razón... El Asesino te está utilizando... – dice su madre con lágrimas en los ojos, yo me acerco a Raike para intentar ver su herida, sé que no puedo hacer nada por él, pero igualmente no puedo evitar preocuparme por el joven. Raike se levanta y se dirige hacia donde se encuentra el cuerpo de Azumi.
Azumi... la promesa que me hiciste... - dice Raike pesadamente - Ahora te lo pido... mátalos! – acaba gritando enfurecido y yo no puedo creer lo que oigo. El Asesino abre los ojos y se levanta ayudado por Raike y sin que nadie haga nada la madre y el amigo de Raike caen al suelo... muertos. Raike abraza fuertemente a Azumi mientras llora desconsolado – Tenias que hacerlo... ellos querían hacerte daño... yo... tenía que pedírtelo... – dice mientras mira con ojos llorosos a Azumi y yo ya no sé que pensar, ha pedido que matara a su madre... y eso es horrible... pero Raike esta enamorado... que no sería capaz de hacer el ser humano por la persona a quien ama?
Tranquilo, koibito, tenías que hacerlo... – dice agachándose mirando la herida de Raike, pasa una mano por ella y la sangre deja de brotar, ni tan solo en los cabellos de Raike hay sangre.
Era esto lo que pretendías verdad? No has roto tu promesa... los has matado porque Raike te lo ha pedido, tal y como lo dijiste, lo tenías planeado desde el principio, verdad – le digo viendo lo que pretendía el Asesino, quería que Raike se viera forzado a pedirle que matara a alguien. Veo que Raike queda dormido en los brazos de El Asesino, no sé si es por lo cansado o porque Azumi lo ha dormido.
Sí, era lo que quería, pero aun no he terminado con Raike, aun falta un poco, unos pequeños detalles y pronto... – pero El Asesino calla y mira hacia arriba.
Pronto...? Pronto, que? – digo sin entender lo que hace y él baja su mirada, viéndome a los ojos.
Lo siento pero se nos ha agotado el tiempo – me dice sonriendo y acercándose a mí
Se puede saber que diablos... – intento decir pero él me coge por el cuello y me levanta yo pongo mis manos en sus muñecas, ya he pasado por esto una vez, pero con Yagami, me suelta de golpe y caigo al suelo, no puedo evitar gritar.

Ha pasado ya bastante tiempo desde que Iori volvió de su encuentro con la pareja de rubios. Kyo aun duerme en su habitación, él ha salido un momento pues necesita comer algo, pero al final se ha sentado en el sofá mientras se toma una cerveza, intentando relajarse, lleva el colgante en su cuello y lo acaricia distraídamente.

Ah! – un grito, de Kyo, se levanta y entra en la habitación rápidamente, el joven Kusanagi esta con los ojos abiertos, la mirada hacia el techo, aun no se acostumbra a pensar que Kyo está ciego... si sus ojos parecen tan vivos – Donde... Donde estoy? – dice el joven confuso, sabe que no está en su habitación, está convencido, intenta moverse pero sus manos están atadas a lo que él supone el cabezal de la cama, separadas entre sí. Esta muy nervioso y no nota la presencia del otro ocupante de la habitación hasta que este se sienta en la cama, Kyo no puede evitar asustarse ante el movimiento e intenta apartarse un poco del cuerpo que se ha sentado en la cama con él – Quien eres? – dice, su respiración es acelerada, las ataduras están muy apretadas y le sujetan las muñecas con fuerza y hace que le duelan puesto estaban cortadas no hace mucho. Una mano fuerte pero cálida pasa por su mejilla distraídamente, oye la respiración y un olor, cierra los ojos y se relaja un poco – Yagami... – es casi un susurro pero el pelirrojo lo ha oído, mira a Kyo este tiene una ligera sonrisa en los labios.
Yo de ti no me alegraría tanto al saber que estas conmigo – le dice sarcásticamente.
Porque? Porque quieres matarme? Esto ya no me asusta... es más... es lo que quiero – dice Kyo aun sonriendo y volteando su rostro hacia donde le parece que oye la respiración de Yagami, abre los ojos lentamente, solo por costumbre, ya que no importa tener los ojos abiertos o cerrados, para él todo es lo mismo, oscuridad. Una risa helada lo saca de sus pensamientos.
Quién dice que voy a matarte Kyo? Eres odioso... y no me das pena, me oyes? Si crees que me voy a compadecer de ti porque seas un maldito ciego estás muy equivocado! – grita apretando el cuello de Kyo.
Yo no necesito com... mmm – pero no puede decir más, los labios de Iori se posan en los suyos en un gesto nada gentil y Kyo no puede creerlo.

Continúa...

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Diciembre, 2001