Fanfic por Tanzanite

The Rainbow Tour

Capitulo 3. Viajes al pasado

Después de cumplirle a Shermie, Yashiro se encontraba en un balcón fumándose un cigarrillo; recordando aquella noche, cuando después de una tocada había comenzado su breve aventura con Iori. Lo suyo duró tres meses, los mejores de su vida. Corría el año de 1994, Yashiro y su primera banda estaban comenzando su carrera, tocando covers en bares de mala muerte; una noche, en un bar llamado "Rainbow"; la noche había sido particularmente mala y Yashiro no quería volver a casa, así que entró al bar con la esperanza de tomarse un trago que lo ayudara a dormir. El lugar estaba lleno y una banda tocaba en vivo: Los Violett Flames.

Yashiro se ruborizo al ver al pelirrojo que tocaba el bajo y decidió abordarlo al final del concierto; se acercó a él, bebieron unas cuantas cervezas y la conversación se profundizó.

-Ya decía yo que tenías cara de hijo de familia –había dicho Yashiro con cierta desilusión.

-Solamente es la cara, y el apellido en todo caso –le respondió Iori- además, lo más probable es que pasemos la noche juntos y que mañana ya ni nos conozcamos.

Yashiro sonrió al recordarlo; el apasionado Iori Yagami había dado el primer paso.

-¿En mi cuarto o en el tuyo? –fue la pregunta con que Yashiro había cerrado el trato.

-En el tuyo.

Si hubiera contado los besos que se dieron de camino a su casa... Nanakase se rió tristemente al recordar el cuerpo de Yagami mientras se desnudaban; la piel iba quedando expuesta y el cuerpo del, entonces adolescente, Iori se estremecía con cada roce de Yashiro.

El platinado contempló por primera vez el cuerpo del pelirrojo: la piel blanca y tersa, tan delgada que parecía que se iba a romper en cualquier momento; Yashiro se había inclinado a besar el pecho de su amante, pasando su lengua suavemente por los rozados pezones, arrancando un suspiro de placer de los delicados labios de Iori.

El pelirrojo enredó sus dedos en los mechones color plata de su compañero, jalándole la cabeza hasta que sus labios se encontraron y entonces, fue Iori quien comenzó a bajar, lamiendo el pecho de Yashiro, deslizándose hasta su estomago, para besar la punta de su excitación, saboreando el liquido que salía de Yashiro. El platinado cerró los ojos y se mordió los labios para no gritar, mientras Iori succionaba lentamente la punta de su miembro, lamiendo con delicadeza la piel oscura. Nanakase arqueó el cuerpo cuando el pelirrojo mordió suavemente, en el punto exacto; no tardo mucho en explotar en la boca del Yagami.

Un beso en los labios, todavía con el sabor de Yashiro en ellos fue suficiente para dar el paso final. Pasó las piernas de Iori alrededor de sus hombros, mirando al pelirrojo fijamente a los ojos.

-Yashiro... ni se te ocurra... –jadeó Yagami

-Tranquilo... solo te dolerá un poco- susurró al tiempo que lo penetraba.

-¡MALDITO SEAS! Eso me dolió –gimió Iori

Yashiro se quedo quieto un momento, luego continuó con movimientos suaves hasta que el dolor se convirtió en placer y el pelirrojo comenzó a pedirle más.

A la mañana siguiente, el platinado se convirtió en el primer amante de Iori.

Pensé que tu sonrisa era inagotable como el agua, hasta que casi se fue, quería siempre mas, siempre lo siguiente y lo que tuve lo olvide, creí que lo que amaba era en si tu carne, pero descubrí tu ser... Tarareó Nanakase en su mente, encendiendo el segundo cigarrillo, mirando la ciudad desde el balcón de Shermie.

Durante tres meses, Yashiro y el pelirrojo fueron inseparables; el amor que sentía por Iori era más grande que cualquier otro. Una lagrima rodó por su mejilla al recordar todas las tardes que pasaban juntos, caminando hombro con hombro por las calles de Osaka, las veladas a la luz de las velas, las noches que pasaron juntos, perdidos en su abraso.

Una noche, al final de un concierto encontró una nota en su camerino:

Confía en mi memoria, siempre estarás ahí

Guardó la carta y se fue a refugiar al bar más cercano; esa noche bebió como nunca lo había hecho ni lo volvería a hacer. Después de eso, en 1995, se enteró del torneo y siguió la trayectoria del peleador y del músico, buscando alguna razón; entonces, Eiji Kisagari hizo su aparición: para los medios; un ninja, compañero de equipo de Yagami, para la escena musical de Osaka, su amante. Yashiro se rió de recordar la noche en que Iori abandonó a Eiji, quien no por nada llegó a llamarle "mi amor fatal", para irse con un joven guitarrista recién llegado de Tokio: un autentico Adonis, alto, atlético; con largos cabellos negros y grandes ojos verde claro. El romance duró varios años, hasta que una noche, el hermoso Kianu había abandonado al pelirrojo por la novia de Kyo Kusanagi, eterno rival y enemigo de Yagami; entonces, una intervención del platinado logró unir a los dos guerreros, convirtiendo una rivalidad a muerte en un tórrido romance... "No les durará mucho" pensó Yashiro "Ya vendrá".

Kyo se despertó a las dos y media de la tarde "Esto ya se me esta haciendo costumbre" pensó, a su lado sólo había un hueco en la almohada, señal de que Iori ya había despertado. Se levanto y se vistió par salir a la sala, puesto que no tenían puerta, no se podía dar el lujo de salir desnudo de la habitación.

-Buenos días –dijo una voz grave

Kyo sonrió al reconocer la voz de su amante

-lamento no poder acompañarte a desayunar, pero tengo que ir a casa de mi padre, a recoger unos cables para el concierto de esta noche –dijo Iori al tiempo que salía de la habitación

Yashiro subía las escaleras, cuando chocó con una joven; no era muy alta, rubia de ojos azules.

- Blue Mary, que gusto de verte –dijo el platinado con una sonrisa

-Yashiro Nanakase ¿qué te trae por aquí? –respondió la joven

-Pues vine a echarle la mano a un colega, músico, cuyo guitarrista huyó con una mujer –rió Yashiro.

-¿Músico? ¿De aquí? ¿Del torneo? No tengo ni idea, ¿Quién es? –preguntó Mary

-Quien menos te imaginas... ¿Y Billy? ¿Qué ha sido de él? –Yashiro había estado pensando mucho en Eiji.

-No se inscribió al torneo, pero está aquí, en Osaka, con otro tipo... Eiji, no lo conoces, estuvo en el 95 –comentó la rubia- con Yagami y Billy

-¿Y que hacen aquí? –Yashiro sonrió para si mismo

-Pues este tipo... Eiji, pertenecía a una dinastía de ninjas, pero cuando fue el torneo, cometió el error de enamorarse de otro tipo... ¡imagínate!- exclamó la joven- y fue exiliado de su grupo, porque según decían había sido corrompido y ya no podía seguir practicando esa disciplina, tardaron años en descubrirlo, pero el castigo fue inminente.

-¿Y que piensa hacer? –preguntó Yashiro intrigado

-Quiere encontrar al tipo ese, ni Billy sabe quien es, para ver si puede aceptarlo de nuevo a su lado, es tan patético –suspiró Mary- en fin, quede de verlos aquí afuera...

-¿Ambos?

-Ambos ¿Por qué tanto interés en Kisagari? –Mary lo miró a los ojos, estaba segura que Yashiro ocultaba algo...

-¡Nanakase! –gritó una voz profunda a espaldas de Mary

-Estaba esperándote –dijo Yashiro visiblemente contento- ¿Cómo Vez Que Billy y Eiji están aquí afuera?.

Mary se volvió para encontrarse con la mirada de hielo de Iori Yagami, el pelirrojo tenía su mano entrelazada con la de una joven también pelirroja.

-Buen día Yagami –dijo Mary- veo que hoy te encuentras bien acompañado.

Iori se limitó a dirigirle una mirada de desprecio, al tiempo que bajaba la escalera hasta quedar junto a Yashiro, sin soltar a Sahori, quien había quedado junto a Mary.

-Bueno, fue un placer, Mary –dijo Yashiro

-Igualmente, Yashiro, Yagami y ¿Señora? –se despidió Mary

-Es mi hermana... –dijo Iori en voz baja.

-Sahori Yagami, encantada –sonrió la pelirroja

En la puerta de las villas, dos figuras se encontraban sentadas en la banqueta, cuando el pequeño grupo salió; estos eran Eiji Kisagari y Billy Kane.

-Ahí viene Mary... –dijo Billy

-E Iori... –murmuro el ex-ninja

-No dejes que su presencia te afecte... –dijo Kane- es mas, para que te alegres un poco ¿Qué te parece si acabamos con él?

-Muy malo ¿No? –Una voz femenina que no era la de Mary se burló de Billy.

-Cuánto tiempo sin verte... –Kane sonrió abiertamente a la pelirroja- ¿Aún no te han desheredado?

-No, todavía llevo el mismo apellido –respondió Sahori con una mezcla de burla y alegría.

-Pues si te ven hablando conmigo... –rió Billy

-Los problemas de mi hermano no son de nadie más que de él –sentenció la Yagami- ¿Qué te trae por aquí?

-Pues aquí mi amigo Eiji... –Dijo Kane con cierto fastidio

-¿Eiji? No te reconocí sin la máscara –Sahori saludó al Kisagari- ¿Qué pasó contigo?

-Es una larga historia... –respondió Eiji con cierta tristeza

-Ahorita no tengo tiempo, pero vayan a la tocada de hoy en la noche, ahí hablamos, es a las 11:00 en el Rainbow –La pelirroja se alejó a toda prisa para reunirse con Yashiro e Iori.

Llegaron a la mansión Yagami rápidamente; Yagami-Sama se encontraba en viaje de negocios, pero su segunda esposa los recibió. Yashiro sudó una gota al verla, parte porque era una mujer no mucho mayor que ellos, parte porque le resultaba conocida...

-Nanakase ¿Te encuentras bien? –preguntó Iori

-¿Es... –fue lo único que alcanzo a murmurar Yashiro

-Si, la esposa de mi padre: Mature –dijo el pelirrojo indiferente

La ex-secretaria de Rugal saludó amablemente al joven; Mature había cambiado bastante, lucía más elegante y a la vez menos glamorosa: su cabello rubio recogido como le era habitual, su forma de vestir tampoco había cambiado mucho, pero verla con un niño en brazos y embarazada rompía totalmente con la imagen de mujer fatal que tenía en 1996.

Después de los saludos formales, los tres chicos fueron a la habitación de Iori por los cables que les hacían falta; el platinado miraba a su alrededor, no pudiendo evitar ver que había muchos carteles de óperas en las paredes.

-A su padre debe gustarle mucho la ópera... –comentó Nanakase.

-Nuestra madre fue una cantante... –respondió Sahori

-Ah –suspiró Yashiro, lo único que podía salir de la mezcla de una cantante de ópera y un líder de la yakuza eran dos gemelos como aquellos

La recamara de Iori era bastante grande y ordenada; tenía una gran colección de discos "Obvio" pensó Yashiro "Cualquier músico colecciona, yo mismo tengo demasiados... algunos incluso son suyos, me los prestó hace años". El platinado clavó su vista en la mesa de noche, donde yacía, entre tantas cosas, una veladora en forma de flama púrpura, él mismo se la había regalado. Tenía libreros llenos de libros de música, literatura y algunas revistas; Nanakase se preguntó si en alguno de ellos estarían, guardadas entre las paginas, las rosas que la había dado o los poemas que le había escrito.

Iori sacó los cables y una caja de metal de un cajón, el pelirrojo sonrió, en esa caja tenía todas las herramientas y demás cachivaches que podían ser útiles en una tocada.

-Lindo cuarto –comentó el platinado

El pelirrojo se limitó a sonreír, mientras Yashiro se entretenía revolviendo sus libreros; Nanakase se fijó en los libros que Iori tenía en un rincón, llamaron su atención dos de ellos en particular: una Biblia, que, Yashiro tenía entendido, utilizaba como referencia literaria en muchas canciones de Violett Flames, y una especie de album que decía: "KING OF FIGHTERS 1950- 1984"

-¿Qué el torneo no comenzó en 1994? –preguntó al pelirrojo

-No, fue prohibido en 1984 y se retomó 10 años después con un nuevo reglamento

Yashiro se puso a hojear el álbum, algunas caras le eran conocidas: los padres de Kyo, Ryo, Terry e Iori, el Comandante Heidern, Chin Gentsai...; varios años más jóvenes. Nanakase fijó su vista en una fotografía, en ella, tres hombres y una dama, jóvenes, no llegaban a los treinta años; Yagami-sama, alto, fuerte, con su cabello rojo siempre impecable y tomando de la cintura a la mujer rubia, de grandes ojos violeta: Sahori di Angello; a su lado, dos hombres de cabello negro, que aunque parecidos en cuanto a colores, totalmente distintos en fisonomía; uno era alto, delgado y con una mirada fría: Kian Sagano; el otro, tal vez el que más le llamo la atención, era de mediana estatura, grandes ojos castaños adornados por largas y tupidas pestañas negras, su cabello largo callendo en rizos sobre sus hombros y una barba muy negra que le daba un aspecto de hippie: Gabriel Morte.

-¿Tu madre? –preguntó Yashiro señalando a la mujer.

-Si –murmuró el pelirrojo

-Iori Yagami di Angello ¿Italo-Japonés? –pregunto de nuevo el platinado

-Yo no, ella si, mi abuelo era italiano, pero adoptó la nacionalidad japonesa cuando se casó con mi abuela- Iori miró a Yashiro fijamente, dándole a entender que no quería hablar mas del tema.

-¿Y los otros?

-Compañeros de equipo de mi padre –respondió secamente- uno de ellos es el que organiza el torneo de este año.

-¿Y el otro?

-¿Gabriel? Un buen tipo, es español, tiene una banda en Osaka; cantan covers de grupos y cantantes hispanos –Iori levantó la vista- de él quiero hablarte... En su momento.

Regresaron a las villas, no tenían ánimos de ensayar y Kyo había salido con Benimaru y Shingo; la pelirroja se fue a su habitación, dejando al platinado y al Yagami solos en la habitación de este ultimo.

-Feliz día de San Valentín, querido –dijo Yashiro mirando al pelirrojo fijamente, perdiéndose en sus ojos violeta.

-Yashiro... –Iori no estaba molesto

-Perdóname, he roto mi promesa: te seguí, te busqué –murmuró el platinado- pero es que a pesar de todo... te sigo amando.

-Yashiro... me es muy difícil decir esto –Iori sacó un cigarrillo y lo encendió, ofreciéndole otro al platinado- pero tengo que hacerlo, seré sincero, no puedo volver contigo, Kyo... lo amo, mas que a nadie...

-¿Mas que a Kianu?

-Kianu... si, más que a Kianu, más que a mi vida, más que a cualquier cosa- el pelirrojo hablaba con sinceridad pero fríamente- a ti también te quiero; eres mi amigo, uno de los pocos que tengo, siempre has estado ahi, siempre me has entendido... tú también eres hijo de Orochi, también sientes... eso, por eso entiendes como me sentí en el 97...

-No sé como sobrevivimos –rió Yashiro tristemente, mientras sacaba el humo- con esa me bastó para NUNCA volver a entrar al torneo...

-Olvídalo, el próximo año entras en mi equipo...

-¿Kyo, tú y yo? –preguntó Yashiro con cierta tristeza

Iori asintió, era una de las escasísimas veces en las que no estaba siendo sarcástico.

-Shermie me mataría... –sonrió el platinado.

-Te quiere mucho... –comentó Iori

-Es una buena chica, tenemos planes de casarnos

-¿Y así me dices que me amas? –dijo Yagami con fingido reproche

-Es una chica muy abierta- comentó Nanakase- me conoce y sabe todo lo mío, por eso me voy a casar con ella, claro que para eso falta mucho...

-Yo también he pensado en eso, me urge casarme –ahora era Iori quien sonaba triste

-Iori... –Yashiro no sabía que decir con respecto a ese tema

-Aunque no lo creas, no hay muchas que se animen a casarse con un moribundo –el sarcasmo había vuelto a aparecer, para tapar el dolor que la idea de su muerte le provocaba.

-No estas moribundo, ya veras que encontraremos la forma de curarte la maldición de Orochi –el platinado hablaba con sinceridad, dentro de su corazón, algo le decía que la enfermedad de Iori era curable- se van a curar, los dos.

-Yashiro...

El momento fue interrumpido por la entrada de Kyo.

-Ya vine... –dijo con una sonrisa- esto parece velorio, anímense un poco.

Iori sonrió y el trigueño se acercó a él, sentándose a su lado y entrelazando sus dedos con los del pelirrojo.

-Tienes un gran motivo para buscar... –continuó Yashiro mirándoles con tristeza

-Tengo tres grandes motivos: Kyo, Sahori y tú, no lo olvides

-¿De que hablan? –pregunto el Kusanagi

-De nada importante –Yagami callo a su compañero con un beso.

Leona miraba por la ventana de su habitación, pensaba en Iori; siempre le había gustado, desde que lo vio la primera vez: el cabello rojo, los ojos violeta... encantador. Antes de la fiesta, había visto al pelirrojo inalcanzable, totalmente lejano y esa noche, con todo y la confesión; se había dado cuenta que Yagami era... humano, que tenía defectos y virtudes al igual que todos. Se había dado cuenta que lo amaba.

Se imaginó como sería besarlo, abrasarlo... acostarse con él; se imaginó sus manos alrededor de su cintura, su cuerpo desnudo pegado al de ella... piel con piel, sus lenguas rozándose... KNOK KNOK. Unos fuertes golpes en la puerta la sacaron de su fantasía.

-Leona... abre, soy yo –la voz de Sahori sonaba agitada.

-¿Qué pasa? –La chica de cabello azul se sorprendió de ver a la pelirroja tan emocionada

-Lo he encontrado, al hombre de mis sueños –Los ojos violeta brillaban de ilusión- es alto, fuerte... muy guapo y todo un caballero.

-¿Shingo? –Leona no acababa de captar lo de alto y fuerte

-No, Shingo es un niño muy lindo... ¡este es todo un hombre!

-¿Quién? –la joven militante no imaginaba que peleador, además de Iori, cabía en la descripción de todo un hombre

-Kim Kaphwan –dijo la pelirroja soñando

-¿KIM? ¿Estas loca?

-¿Qué tiene Kim?

-Además de mujer y dos hijos... –dijo Leona con sarcasmo

-Casado... o cazado, que no es lo mismo pero es igual –Sahori se quedo pensativa- Yo no soy destructora de hogares... pero por ese Kim...

-¿Qué estas tramando? –La chica de cabello azul miró inquisitivamente a la pelirroja

-Pues tu que crees... me lo voy a robar –Sahori sonrió con malicia- como buena Yagami, siempre obtengo lo que quiero y si no... lo arrebato

Kim entró a su habitación algo agitado; regresaba de visitar a Chang y Choi, cuando se encontró de frente a la pelirroja: linda joven, con la elegancia de una princesa. Se habían encontrado en el pasillo que dividía las dos habitaciones del noveno piso; chocaron, el se disculpó y al momento de presentarse, creyó que la única forma de saludar a una joven tan distinguida era con un beso en la mano; después se enteró que aquella hermosa muchacha no era otra, si no la hermana gemela de Iori Yagami... otro ser maligno; Vil carroña al igual que su hermano, Kim se sintió asqueado "No tienen perdón" pensó.

El barco había llegado a puerto dos horas antes, pero los tramites eran lentos; las tres cajas en el auto: Ámbar, Rubí y Esmeralda; tres mártires de sangre Orochi "No esperaba encontrarlas en esta forma". Gabriel se dirigió al Rainbow, el concierto estaba por empezar...

***

Continúa...

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Junio, 2001