Fanfic por Raziel

IKKIICHIYÛ

PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta

Capítulo XXXII: Kiss Kara Hajimaru Miracle

– Ohayô gozaimasu Yume-chan – Asahi-san saluda dulcemente a Yagami quien de costumbre es acompañado por su amigo Ozu-kun – mira quien vino a buscarte – la jovencita atisbaba por la ventana y de pronto sus mejillas se sonrojaron

Yume no tiene ni idea de quien se trata pero al darse cuenta que aquel tipo frente a la reja de la escuela no es otro que Kusanagi, no hace más que llenarse de furia, ya que desde esa vez en la mansión tal pareciera que el miedo lo había abandonado y prometió no volver a ser presa de ese imbécil, he incluso su carácter cambió radicalmente con todos a su alrededor: se volvió una persona sumamente cerrada, tan solo unos cuantos podían acercarse a él, evitaba a toda costa el roce con cualquiera, era alguien introvertido y fácilmente alterable. Cuando salieron todos los alumnos deUsagi, Saisyu buscaba entre ellos al chico de cabello negro y ojos azules que tenía más de dos semanas de andar buscando.

¡Yume! – gritó al verlo salir entre los estudiantes. No era la primera vez que iba a buscarlo, pero si la primera en que Yagami se detuvo a oírlo

– ¿Nani? – la mirada fría en los ojos del muchacho confundieron bastante a Kusanagi, no eran comparables a aquellos ojos que mostraban vulnerabilidad días atrás

– Necesito hablar contigo – dijo acercándose un poco

– Tu y yo no tenemos nada de que hablar, así es que mejor lárgate – de las manos de Yume salió una imponente llama escarlata. Ante esto Saisyu quedó estupefacto

Comprendió entonces que ese no era un momento pertinente para insistir y decidió dejarlo por la paz, aunque en parte también lo hizo al sentir un fuerte ki emanando del chiquillo. No obstante no cedió en su insistencia, diariamente era seguro que estaría en la reja de entrada esperando conseguir una entrevista con Yume, cosa que ya tenía más que harto a este último

– Vaya que eres necio – dijo Yagami sin mostrar siquiera alguna mueca de su estado de ánimo

– Por favor, necesito que hablemos – el tono de voz de Saisyu tenía un dejo de súplica

– Ya te dije que…

– Pero es importante

– ¿Acaso no entiendes? – Zyunko interfirió en la platica, la actitud de aquel sujeto lo tenía igual o más harto que al propio Yume; tomó a su amigo del brazo y lo jaló en dirección a su casa

– Sólo un momento… por favor – Kusanagi se aferra del otro brazo del chico oji azul. Por lo cual Yume decide terminar con eso definitivamente y accede a la insistencia

– Yume-kun – Ozu mira con temor a su amigo, no sabe lo que le puede pasar y aprieta fuertemente su mano

– Shimpai de ha arimasen Ozu-kun – el gesto de Yagami es sereno – estaré bien – dice y deja parado al otro muchacho en cuyo rostro se nota una profunda angustia

– Kusanagi-san – una voz de mujer tras ellos – Kusanagi-san, watashi no namae wa Asahi Shizuka desu, hajimemashite – una reverencia por parte de la muchacha, la cual no es correspondida. Y al no obtener respuesta prosigue – he venido puesto que sería un honor retarlo a un combate – dichas palabras dejaron a ambos muchachos hechos piedra y sin podérselo creer – ¿dôshita no? – dice Shizuka al escuchar una arrogante carcajada

– Mira niña no tengo tiempo de escuchar tonterías – Kusanagi comenzó a caminar mas es detenido por una mano

– No tienes derecho a burlarte de ella – dice Yume – para tu información es miembro de uno de los clanes más poderosos de Japón; el clan Asahi tiene la fama de tener en su familia a los mejores Kendokas del país, además de ser maestros en otras artes de ataque – Shizu asiente

– Me da igual, mientras no pueda hacer esto – muestra con su mano una flama escarlata – jamás consideraré que esté a mi altura… lo siento – toma a Yagami y se lo lleva

Atrás de ellos queda Shizuka, estática y sin poder creer la condición para el combate, no obstante está decidida a lograr aquella proeza; se promete a si misma que no solo combatirá con aquel guapo sujeto sino que además lo derrotará, da media vuelta y se aleja con paso firme.

Tiempo después…

– Gomenasai – una reverencia por parte de Kusanagi

– Eso era todo – Yagami ve a aquel hombre de modo indiferente – mira, tengo cosas que hacer. Hoy cumplo quince años y mi padre dice que me tiene un regalo especial; así que no puedo perder el tiempo con estupideces… con permiso – Yume pasa de largo junto a Saisyu pero es detenido bruscamente y tomado de los hombros, por lo que su rostro queda muy junto al del otro tipo.

– ¿Na-nanda to? ¿Q-Qué dices? – el tartamudeo en la voz del moreno es algo inusual

– Que hoy cumplo quince años y tengo que irme

USO DA YO (Mentira) – dice mientras lo sacude y Yume nota en su mirada un gesto de horror hacia si mismo – DIME LA VERDAD, vas en preparatoria y…

– Desgraciadamente para ti – interrumpe Yagami – mi familia tiene la mala costumbre de ser inteligente y poderosa, aunque habemos quienes nos desarrollamos más por alguno de esos aspectos. Como sabrás mi padre es un sujeto sumamente fuerte, y yo… – se detuvo pues le costaba admitir su debilidad física – yo soy el inteligente de la familia, por lo que me adelantaron dos años. Así que FELICIDADES – lo miró a los ojos – abusaste de un chico de catorce años – Saisyu cayó sobre sus rodillas

– Go-gomenasai – dijo con el rostro agachado, no podía verlo a la cara.

– Solo hay dos formas en que puedo perdonarte – al decir aquello Kusanagi alzó la cabeza – una es matándote – Yume sonrió – y la otra… – en los ojos del chiquillo brotó un gesto de satisfacción – que yo te haga lo mismo que me hiciste a mi

– ¿Estás loco? – pregunta el moreno con sorpresa, levantándose y soltándolo rápidamente. No puede dar crédito a lo que acaba de escuchar, menos aún cuando se da cuenta del serio rostro de Yagami

– Lo sabía –dice Yume y comienza a caminar

– Kekkô desu (De acuerdo) – una mano en su hombro lo paraliza, mira de reojo. Al parecer Kusanagi habla en serio, por lo que una sonrisa de triunfo aparece en sus faccines – haré todo lo que me pidas… si con ello puedo hacer que me perdones – aquella sonrisa se borra dando pasó a la incredulidad de esas palabras.

El tiempo transcurre lentamente, Yume le exigió a Saisyu que dejara de buscarlo en la escuela, y este lo obedeció, por lo cual Ozu dejó de preocuparse por el moreno; no obstante el reciente carácter de su amigo lo tiene bastante desconcertado, no es ni la sombra de lo que solía ser: todo el tiempo está de mal humor, sus entrenamientos son cada vez más exhaustivos. Más ahora que tiene pleno consentimiento de su padre, el cual lo pilló entrenando días atrás, pero como astuto zorro el chico oji azul le salió a su progenitor con el cuento de que sentía tal admiración por él que decidió hacerse más fuerte para sentirse digno de ser hijo suyo; palabras con las cuales Kômori-san quedó satisfecho logrando que su hijo se diese cuenta de que, efectivamente, la fuerza y la inteligencia no están de la misma forma provistas en un solo Yagami, o por lo menos no en esas dos generaciones.

Además Yume ha estado bastante distante con su amigo, muchas veces al salir de clases se le pierde, como si tuviese asuntos importantes, lo cual lo hace sentirse desplazado. Lo que no sabe Zyunko es que esos “asuntos” son citas concertadas con Saisyu. Citas por demás extrañas, en las cuales Yagami tortura a su enemigo de la manera más cruel que pudiese existir para este último, pues siempre le dice que ese día lo hará suyo, no obstante cuando Saisyu está más que dispuesto, Yume simplemente se va, y si el moreno intenta pasarse de listo, se topa con una cortina de fuego escarlata: si, después de mucho tiempo Yagami ha aprendido a controlar totalmente el fuego de los Yazakani.

*******

1 de junio de 1971, dos meses después de su cumpleaños Yume se encuentra con Saisyu en un departamento a las afueras de Tokyo,Kusanagi aún se siente en deuda por lo que le hizo al otro muchacho, pero no sólo está allí por eso. Hay algo que no lo deja alejarse de Yagami, es una fuerte atracción, y no sólo física sino sentimental, algo hay en ese chico que lo tiene aprisionado, que no lo deja dormir sin que aparezca en sus sueños, que no lo deja pensar sin llegue a sus pensamientos, nunca antes se había sentido así por alguien; a tal grado que le cumple hasta el más mínimo deseo o el más cruel de los castigos. Como aquel día que por vez primera Yume se atrevió a concluir su venganza, y poniendo a Saisyu bocabajo atándolo de pies y manos a una cama lo hizo suyo, con la más mínima delicadeza que podía concebir a su corta edad. Pero todo lo contrario a lo que planeó, aquello fue para Kusanagi algo sumamente placentero, lo cual logró que el odio creciera aún más en ese joven pero herido corazón de su enemigo, por lo que este último decidió entonces hacer de Saisyu su “juguete favorito”.

Experimentando con el cuanto quisiese, pero jamás dejó que ese hombre le volviese a poner una mano encima, ni siquiera la más mínima caricia era permitida, si acaso se atrevía a hacerlo era inmediatamente flagelado con cualquier cosa que Yagami tuviese cerca. Aún así era feliz, y aunque no quisiese reconocerlo, Yume también comenzaba a disfrutarlo. Lo cual provocaba en él una marea de preguntas, una extraña mezcla de sentimientos indescifrables que se agolpaban en su cerebro y no lo dejaban vivir tranquilo.

Pero todos esos sentimientos serían aclarados ese mismo día, en el que, dispuesto a humillar a Saisyu, el pequeño Yagami había preparado una gran sorpresa: después de entrar a aquel lugar, dos fornidos sujetos salieron de la recámara…

– ¿Sachô… kono otoko wa ano hito desu ka? (Jefe, ¿este es el sujeto?)– preguntó uno de ellos al tiempo que se acercaban a Saisyu y estudiaban su cuerpo centímetro a centímetro

– Sô da – sonrió Yume – ya saben que hacer – al pronunciar aquellas palabras el moreno comprendió todo, y antes de que Yagami saliera del departamento caminó hacia él, lo volteó y lo besó en los labios; era la primera vez que lo hacia

– Suki da yo (Te amo) – dijo Saisyu a su enemigo que, incrédulo, salió del lugar cerrando la puerta tras de si

Se recargó en ella, su mirada perdida ante la confusión de su corazón que no dejaba de latir aceleradamente a causa de aquellos ojos miel que claramente le gritaron TE AMO, y cuyo portador estaba a punto de ser abusado por dos tipos que conoció días antes en un barrio marginado del centro de Tokio, y que, aun sabiendo su destino, no trató de escapar ni mostró miedo alguno; todo con tal de obtener su perdón. Comprendió entonces que el odio había abandonado su corazón tiempo atrás siendo remplazado por cariño, por necesidad hacia su presencia… por amor. Y como un shock de electricidad un impulso invadió su cuerpo, abrió la puerta de golpe

– ¡Yamete! – gritó con fuerza. Sus ojos tristes emanaban el arrepentimiento del que era objeto en ese instante

Continuará...

KOF es propiedad de SNK
Ikkichiyu pertenece a Raziel
IorixKyo Archive
Julio, 2006

Free Web Hosting