Fanfic por Raziel

IKKIICHIYÛ

PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta

Capítulo XXVI:

NOTA: Los ** representan intervenciones del escritor (o sea mías) las cuales terminarán de igual forma con dos asteriscos. Además de que en este capítulo se trataran temas que podrían parecer ofensivos para algunas personas.

Este Fan-fic está recomendado para mayores de edad y personas de amplio criterio. Si lo lees es bajo tu responsabilidad.

¡¡Akemashite Omedetô gozaimasu!!

Terminada la limpieza se comenzaba con la preparación de los platillos típicos del o-misoka (o nochevieja); tanto Shizu-san como Wakaba-san se encontraban atareadas en la cocina, no obstante contaban con un excelente ayudante: Kusanagi Kyo. Al cual su madre prácticamente obligó a cooperar en dichos menesteres, mientras su padre salía a preparar todo para el o-shogatsu en la mansión que tenían en Tokio, puesto que cada año pasaban el 31 de diciembre en ese lugar. Así que a Saisyu-sama le tocaba realizar dos veces el osoji, mas en esos momentos el moreno hubiese estado encantado por intercambiar el rol con su padre, debido a que todo lo que debían cocinar requería de gran esfuerzo y dedicación: o-zôni
naranja “dai dai", kinpira gobou, daikon, datemaki, kachiguri, kobumaki, kamaboko, kurikinton, kuromame, kazunoko, bogabante, namazu, nimono, kombu,besugo (tai), ta tsukuri, etc., todo ello para que el Osechi estuviese perfecto y listo para el año nuevo.

Pero el osechi no es exclusivo de la familia Kusanagi, los Yagami también se deleitaban con la misma comida, la única diferencia era que ninguno de ellos ponía un pie en la cocina para prepararlo “para eso existe la servidumbre” decía Yagami-sama cada vez que sus vástagos estaban a punto de realizar cualquier tarea que él considerara doméstica y no correspondiera a sus quehaceres tradicionales. Además todos ellos necesitaban preparar su equipaje para pasar una semana completa en Tokio, puesto que todos los años sin excepción habían recibido la llegada del año en aquellos templos, ya que eran los preferidos de Megami-san.

31 de Diciembre de 1991 Tokio…

Eran las ocho de la noche, hora en la cual la mayoría de las familias japonesas se disponían a ver en la NHK la tan esperada batalla de los rojos contra los blancos, que no era mas que una competencia entre cantantes japoneses divididos en mujeres y hombres (akagumi vs. shirogumi) los cuales cantarán hasta casi la medianoche y al finalizar, el jurado decidirá quienes son los ganadores.

– Okaeri minna sama kore wa kôhaku uta gassen desu – el moreno no se despegaba del televisor, si estaba a más de un metro de distancia era demasiado; sus padres simplemente observaban a su hijo, para ellos él era todo su mundo.

En otro lugar de Tokio…

– Iori – una voz a lo lejos irrumpía en los oídos del susodicho que en esos momentos se encontraba encerrado como de costumbre en su habitación – IORI – Akane entra en donde el pelirrojo sobresaltándolo, y antes de que el pobre se recuperase ella lo toma de la camisa – ¡¡X JAPAN VA A TOCAR EN VIVO EN EL KÔHAKU UTA GASSEN!! – sus ojos emanaban alegría y lágrimas.

– Sô ka… soshite… (Si, y…)– la chica lo suelta de pronto, su mirada incrédula ante la falta de emoción de su hermano

– ¡BAKAYAROU! (tonto) – un golpe certero lo estampa a mitad de la pared, Yagami queda patitieso y Akane salé de la habitación

– Chotto…matte. Ano… baka (Espera… un poco. Tonta) – decía Iori recuperándose del golpe.

Baja a la sala, su hermana canta con júbilo I’ll Kill you al unísono de Tosi, el cantante de X-JAPAN, banda que era la favorita de su hermana, y pese a la insistencia hacia su padre para que le consiguiese un boleto (lo cual hubiese logrado sin el menor problema) Yume-sama no cedió y tuvo que conformarse con ver el festival por la televisión. A un lado, en el sillón de junto, Yukari jugaba con uno de sus tantos videojuegos portátiles, Kaoru seguramente estaba en el estudio junto con su padre planeando los nuevos proyectos de sus empresas y las características del siguiente tatuaje que significaba un rango más alto para el joven Yagami.

El ambiente era tranquilo y triste como siempre en esas fechas, Iori pasó de largo por detrás de la sala principal para no irrumpir en las actividades de sus hermanos, salió, la nieve cubría el suelo y las ramas de los árboles, que sin hojas dotaban de un aspecto más melancólico a ese paisaje. Caminó al dojo, cada parte de ese sendero le recordaba a su madre – Iori-chan – su mente recordaba la suave y dulce voz, el roce de esos brazos que le brindaban calor en las noches de invierno… lloró.

Aproximadamente a las once cuarenta de la noche ambas familias, Yagami y Kusanagi, salieron de sus respectivas mansiones hacia el templo budista más cercano, preparados todos con su pase para poder realizar un toque en las campanas bonshô puesto que ese templo era de los más famosos del lugar. El ambiente cercano al templo, pese al frió, era de lo más cálido y acogedor. Las personas que ahí se daban cita estaban ataviadas con algunas de sus mejores ropas, varios de ellos estrenaban vestimenta y calzado, gran cantidad de puestos de comida estaban instalados para que cualquiera pudiese comer algo antes del comienzo del año, y no sólo eso, el otoso también era muy socorrido. **El otoso es un tipo de sake un poco más suave y dulce y se toma caliente**. Las luces que se extendían de puesto a puesto daban un brillo especial a cada templo budista esa nochevieja, los juegos de destreza estaban atiborrados de clientes dispuestos a ganar el peluche más grande para su acompañante. Y como si fuese ley una vez cerca del templo todas las familias se dispersaban, era raro encontrar familias completas a menos que fuesen parejas con niños pequeños puesto que los jóvenes se daban cita con sus parejas en aquellos parajes para pasar juntos de un año a otro. Así pues Iori se desligó de su dictador padre y fue a fisgonear por los alrededores, no sin antes ayudar a Akane a encontrarse con Tenemuhô casi a las afueras de todo el movimiento; ambos agradecieron ese gesto por parte del chico ojiazul y se dispusieron a disfrutar solos de aquel hermoso momento.

Yagami caminó sin rumbo, miraba aquí y allá, de pronto el viento sopló haciéndolo estornudar y sentir un escalofrío recorrer su piel, ni tardo ni perezoso se acercó a comprar un poco de otoso; dio un sorbo sintiendo enseguida como una oleada de calor reconfortaba su piel y huesos. Pero de pronto, al pasar por un trecho oscuro una mano tapó su boca y otra imposibilitó sus brazos… la copa de otoso cayó al piso. Fue internado en el pequeño bosque y acorralado en el tronco de un roble. Todo fue tan rápido.

– El otoso sabe mejor cuando proviene de tu boca

IMBÉCIL – un golpe en la cabeza del desconocido que lo hizo quedar en el suelo – me asustaste baka – Iori acomodaba su chamarra con dejo de elegancia al tiempo que Kyo se levantaba con lágrimas en los ojos

– ¿Porqué eres tan cruel? – preguntó con voz infantil mientras sus ojos parecían dos géiser

El pelirrojo lo tomó del cuello azotándolo contra el mismo roble, Kyo dejó de llorar al tiempo que clavaba sus ojos avellana en aquellos manantiales de tranquilas aguas; su respiración comenzó a acelerarse al darse cuenta de la mirada lasciva que le dedicaba su amigo. Yagami acercaba su rostro poco a poco para besar a su acompañante, diez centímetros, cinco, cuatro, tres… el aliento chocaba en su boca… dos… sus oxígenos se juntaros… uno… Kusanagiseparaba sus labios…

– Mejor no. Alguien podría vernos – el moreno cae al suelo ante tan fresca reacción

– Demo Io…(Pero Io…) – Kyo fue cortado, aquello simplemente fue un poco de tortura, Yagami tampoco podía aguantar las ganas al tener tan cerca a su amante.

******

– Vaya, vaya… que sorpresa encontrarte aquí

– Saisyu iie – Shizu rogaba a su esposo que se alejaran de allí, pero el hombre no estaba dispuesto a humillarse de esa manera

– Yume-kun cuanto tiempo – aquellas palabras hirvieron la sangre del otro sujeto

– ¿Quién demonios te ha autorizado a hablarme con tanta familiaridad? – aunque trataba de conservar la compostura Yume-san no pudo controlar el volumen ni el tono de su voz. Y la sonrisa de triunfo que mostró su oponente aumentó la tensión.

– Veo que no has traído a tu hijo a la reunión de fin de año… ¿acaso aplicas con él los mismos métodos que tu padre utilizaba contigo? – dijo Kusanagi-sama

– Tu no tienes nada de que presumir, no veo por ningún lado a tu pequeño bastardo – aquello enfadó a Saisyu – además – continuó – recuerda que el trato fue que se conociesen hasta la presentación de mi hijo ante ambos clanes

– Tienes razón, no queremos que se repita lo anterior. ¿No es así? Yume…kun – los ojos del otro se abrieron completamente

– Imbécil – Yagami-sama dio media vuelta alejándose de los Kusanagi

Saisyu vio en ello su victoria, orgulloso volteó a donde su esposa, se llevó una gran sorpresa al verla llorar, silenciosa, su rostro melancólico apuntaba hacia el piso y aprisionaba entre sus manos un abanico de madera antiguo, en cuyo mango estaba tallado el símbolo del clan Kusanagi, el flamante sol representando la fortaleza de sus orgullosos miembros…

Las campanadas que anunciaban el fin de año sonaban una a una, 108 campanadas en total. “Joya no kane” es el nombre de dicho ritual, las 108 campanadas representan el arrepentimiento de los 108 pecados. Debido a que es un ritual religioso está prohibido lo que por lo regular se practica en varios países, el grito de Feliz año nuevo sería una descortesía en tan significativo rito. Los fuegos artificiales llenaban el cielo de millones de estrellas cuyo color variaba como en una divertida danza. Después de su furtivo encuentro entre los robles y un romántico paseo por las afueras del templo ni Iori ni Kyo volvieron a ver al otro durante todo el Joya no kane, ya que después de que ellos diesen un toque al bonshô se retiraron del lugar para descansar un poco y regresar dentro de un par de horas y celebrar en grande la llegada del shogatsu (año nuevo).

Era ya ganjitsu (1 de enero) día en el que la gente se dirige a los santuarios sintoístas para pedir buena suerte en ese año que comienza, consultar el futuro y comprar amuletos de buena suerte, el santuario elegido por los Yagami fue el santuario Meiji – **un poco de historia: el santuario Fue construido en un estilo tradicional sintoísta en memoria del emperador Meiji, que reinó en Japón desde 1867 hasta 1912, y de su esposa la emperatriz Shoken. El santuario fue el monumento culminante del politizado culto estatal sintoísta introducido por los nacionalistas radicales que llevaron a la restauración Meiji después de 1868. **– puesto que era el preferido de Megami-sama, cada año sin falta celebraban el ganjitsu en ese lugar, todosllegaron al templo vestidos con Kimono (**dicese kimono femenino y masculino, no sólo hay femenino, prohibido imaginar a Yagami con Kimono floreado**); Akane se veía preciosa, lucia un kimono tipo Homongi, con el escudo del clan bordado en su espalda, con un fukuro-obi, además del tabi (los calcetines de algodón) y calzaba zori, que son unas sandalias suaves que la mujer debe ponerse obligatoriamente si va a usar kimono. En tanto los hombres de la familia vestían Hakama complementado con el Haori; todos lucían muy elegantes e incluso Yukari había dejado en casa sus videojuegos para pasar un día a la manera tradicional. Todos fueron al templo para pedir buena suerte, Akane compró muchos amuletos puesto que escuchó en el colegio que el siguiente año sería sumamente difícil; Yukari leyó su fortuna al igual que Kaoru, la cual por cierto para este último no fue muy buena, presagiándole dolor extremo; lo que era creíble puesto que los planes de su padre era tatuar el escudo familiar en la espalda del joven.

Yume-sama estaba tan ocupado con sus demás vástagos que no dio cuenta cuando se le escapó el pelirrojo; y es que él y el moreno se quedaron de ver a orillas del santuario puesto que Kyo le entregaría una sorpresa. Cuando Kusanagimiró a Yagami vestido a la usanza antigua no pudo articular palabra, toda la vestimenta era de primera calidad al igual que quien la portaba. En cuanto a él, iba vestido de forma occidental, hacia años que no tocaba una Yukata, mucho menos una hakama. Kusanagisaludo a su amigo con una reverencia, se sentía nervioso al ver a Iori vestido de esa forma; le entregó el obsequio que sus padres le compraron al “nuevo”, al ver aquello el pelirrojo no supo que decir. Lo que si hizo fue desenvolver el presente con la misma curiosidad con que lo habría hecho un chiquillo de cinco años en plena madrugada de navidad. Al abrir la caja ambos quedaron boquiabiertos, dentro de ella una videocámara y una cámara fotográfica esperaban ser usadas por su nuevo dueño; y no eran cualquier cámara, sino de las más recientes que existían en el mercado, además estaban acompañadas de una tarjeta de agradecimiento por parte de los padres de Kyo. Ni tardo ni perezoso Yagami sacó la cámara fotográfica y captó a su moreno con un solo clic y con gesto desprevenido; después de jugar un rato con ambas cámaras y pedirle a una chica que les tomase una foto a ambos el moreno se despidió del otro muchacho y se marchó para alcanzar a sus padres en otro de los templos de Tokio, e Iori regresó con su familia no sin antes comprar una mochila, para guardar las cámaras, pretextando a su padre que necesitaba una nueva para el comienzo de sus clases.

Los siguientes días que duró el shogatsu sanganichi se dedicaron a descansar, a ver la retransmisión del maratón entre Hakone y Ekiden, volaron cometas, gastaron su otoshidama (dinero especial de año nuevo), disfrutaron de la danza shishimai que se realiza para pedir por la seguridad del hogar en el año entrante. Se lleva a cabo por un león rojo los dos primeros días de Enero y por un par de leones (macho y hembra) rojo y blanco, durante el tercer día. Y para finalizar las vacaciones celebraron el GENSHISAI: ritual de la Corte Imperial el día 3 de enero como final del periodo festivo. La cual se realiza acompañada por música "gagaku" que es la forma más antigua de música armónica que existe hoy día en el mundo. **Esta elegante música se convirtió en la edad media en la música de corte en el Japón para acompañar a menudo a bailarines o cantantes, tiene sus orígenes en el siglo VIII. Proviene principalmente de China y Corea. Las orquestas gagaku pueden contar con hasta 17 músicos entre los instrumentos de viento-madera, de cuerdas pulsadas y percusión. Las frases de la música se marcan mediante los sonidos de un tambor horizontal de doble membrana (kakko), un tambor colgante grande (taiko) y un pequeño gong (shôko), así como por medio de unas melodías y arpegios cortos interpretados con el laúd de cuatro cuerdas (biwa) y la cítara de 13 cuerdas (koto)**.

Al finalizar todo ello regresaron a Osaka, para nuevamente seguir la conocida rutina de sus vidas. Mas algo había cambiado, Iori tenía la libertad de entrar y salir de su casa a la hora que fuese sin tener que rendirle cuentas a su padre; con la única condición de que entrenase cuatro horas al día. Motivo por el cual podía estar con su moreno las veces que ambos quisiesen. Gracias a ello cada encuentro que tenían servía para que ambos se conociesen más, y se compenetraran poco a poco.

*****

La mayoría de las reuniones se llevaban a cabo en la casa de Kyo puesto que era el lugar idóneo: nadie los vigilaba, estaban protegidos del viento, la lluvia, el sol extremo, y sobretodo de las personas. Podían hacer y deshacer lo que quisiesen dentro y fuera de la mansión puesto que la misma contaba con un amplio jardín, un dojo e incluso una pequeña charca donde a finales de invierno depositaban varios tipos de peces. Todo se les facilitó entrando a clases, pues no debían pretextar nada, con decir únicamente que debían realizar tareas en parejas o equipo era más que suficiente para que ambos salieran de sus hogares sin despertar la mínima sospecha.

Pasaron dos meses sin novedad alguna, mas la que les dio a conocer una revista: el descubrimiento de una nueva Idol Singer Japonesa que había sido un rotundo éxito en China, nada más y nada menos que Athena Asamiya. Si, la joven de cabello morado y mirada enternecedora aparecía en las primeras hojas de una de las revistas más populares de Osaka, su foto de cuerpo entero en la portada de la misma mostraba a una joven totalmente diferente a la que ellos habían conocido, no solo en físico sino en carácter, su mirada aunque sincera y cariñosa ya no mostraba miedo, todo rastro de aquella chiquilla indefensa y temerosa estaba ausente de esa muchacha; algo peculiar en dicha foto a parte de la joven era un extraño sujeto vestido con shorts a las rodillas en color blanco y una especie de chaleco azul, dicho hombre estaba siendo detenido por, al parecer, uno de los trabajadores de la revista. Se notaba a simple vista que ese joven estaba furioso de que captasen a Athena en una imagen, y muy cerca de allí podía distinguirse a un anciano fumando y viendo divertido el berrinche del chico de pantalones cortos. La que se moría de envidia era Yuki puesto que su sueño siempre había sido el convertirse en una IS (Idol Singer) famosa, pero su amiga lo logró primero.

Iori estaba encantado, en el fondo Asamiya le gustaba, su inocencia, su ternura; le recordaba mucho a Tsukihime. Y el verla así lo alegró bastante, tanto que no logró ocultar esa alegría provocando los celos en el moreno que tenía a un lado, y contentarlo le costaría más que una pizza una película y una tarde juntos. Sin embargo Kyo hubiese preferido todo aquello en vez de sufrir la pena de no poder controlar nuevamente los nervios de los que era preso cada vez que el pelirrojo intentara llegar más lejos con él; mas Yagami era un sujeto comprensivo y paciente, entendía a la perfección que no era fácil (para ninguno de los dos) sobrellevar esa relación. Claro está que ya habían alcanzado otro nivel el día que Iori se atreviese a proporcionarle al moreno el primer fellatio de su joven existencia; mas siendo ambos novatos en esos menesteres Kusanagi, al instante de experimentar tan maravillosa y excitante sensación, no logró aguantar demasiado y eyaculó súbitamente, Iori no soportó la textura ni el sabor del semen de su pareja por lo que tuvo una larga cita con el retrete después de aquello.

Ambos estaban sumamente apenados, por lo cual decidieron darse un tiempo para intentarlo nuevamente, jamás pensaron que su relación fuese tan difícil. Puesto que la mayoría de las personas que conocían creían que las relaciones de ese tipo se basaban cien por ciento en el sexo, y que al ser del mismo género todo sería sencillo. No obstante para su desgracia todo era igual o peor que si fuesen una pareja normal, ya que aquellos podían pedir consejo a muchas más personas que ellos, sumándole a esto que serían mal vistos al ir al hospital a pedir informes. La sociedad aún no estaba preparada para aceptar ese tipo de relaciones tan abiertamente.

Por tales motivos muchas veces simplemente se quedaban recostados en el futon platicando y abrazándose fuertemente, tratando de darse ánimos el uno al otro, sin imaginar siquiera la nueva sorpresa que les tenía preparada el destino.

Agradezco a la sensei Kitsune Monogatari-sama por tener sus archivos del 2003 aún en línea, medio por el cual pude saber la estructura y desarrollo de la celebración de fin de año en Japón. Domo arigato Sensei

Continuará...

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Julio, 2006

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