Fanfic por Raziel

IKKIICHIYÛ

PRIMERA PARTE:
Como Romeo y Julieta

 

Capítulo XIV: Kyô no yuuwaku to, asue no yûki

NOTA: Este capitulo trata temas que pudiesen ser ofensivos para algunas personas, si lo lees es bajo TU responsabilidad.

"Ningún cuerpo por si solo puede modificar su estado de reposo o movimiento, ya que para modificarlo se requiere la manifestación de una fuerza resultante que actué sobre él"

- En esta ley, Newton afirma que un cuerpo en movimiento rectilíneo uniforme tiende a mantenerse así indefinidamente, y cuando un cuerpo se encuentra en reposo trata de mantenerse inmóvil. Un claro ejemplo en la ley de la inercia se presenta al viajar en autobús: cuando el conductor frena bruscamente, tanto él como los pasajeros son impulsados violentamente hacia el frente; el único que recibe una fuerza para detenerse es el autobús. De la misma manera…

El profesor Oumi dictaba su clase con su voz aterciopelada y fría. Todos los jóvenes del colegio le tenían miedo, incluso los chicos de la sección de secundaria escuchaban sobre sus clases y sufrían tan solo de pensar que dentro de algunos años, o meses, les tocaría como maestro. Solo había uno, uno en toda la escuela al que se le podría llamar "el consentido de Oumi", y ese era Yagami; así es, Iori era el único que recibía felicitaciones y una que otra sonrisa aprobatoria de Nihoko-sama. Muchos le tenían envidia, pero admitían que su compañero era muy listo, nunca sacaba nueve en los exámenes, sus calificaciones eran solo de diez; no importaba que materia fuese, desde matemáticas hasta actividades extracurriculares era muy bueno.

11:10, el timbre tocaba su melodía para que todos los alumnos salieran a su descanso. Tenían media hora para comer, platicar, jugar, y en el caso de algunos ratones de biblioteca, para adelantar los deberes que les habían dejado sus maestros en las primeras clases. Para Iori y Kyo el receso era mas especial que para la mayoría de los chicos en todo Hitsuji, ya que no solo significaba jugar, comer o bromear; sino también compartir sus secretos y compenetrarse mas como hermanos, dejando a un lado a sus familias, clanes y venganza. Después de intercambiar sus respectivos almuerzos, Yagami junto con Kusanagi fueron con otros chicos de la escuela para practicar un poco de Béisbol. Después de tanto juntarse con el moreno, Iori ha conocido varios deportes, de los cuales aprendió muy rápido las reglas. El partido duro poco tiempo, sin embargo, el pelirrojo es de esas personas que tienden a sudar mucho aunque el ejercicio que hayan realizado no requiera mucho esfuerzo; por tal motivo decidió irse a dar un regaderazo. Por otro lado aunque Kusanagi jugo al mismo ritmo que su hermano no sudo tanto, y no considero necesario irse a bañar, además no olía a sudor, para él con eso era suficiente. Kyo se dirigió al salón, no faltaba mucho tiempo para que la clase de biología diera comienzo, y la profesora Jitsuko era un poco rápida explicando su materia, además si a esto le sumamos que el moreno no es muy bueno para agarrar el hilo a la clase si llega tarde, decidió estar a tiempo en el salón. Pero entonces recordó que la investigación que habían hecho sobre el Kiwi, (un pájaro corredor de Nueva Zelanda) se le había quedado a su amigo, así que tuvo que ir a las regaderas para saber si la había traído o no. En el camino recordó que investigaron esa criatura debido a que el pelirrojo tuvo que demostrar su existencia a un incrédulo Kusanagi que juraba y perjuraba que el Kiwi era una fruta exótica muy rica.
Desde el corredor de los vestidores podía oírse el sonido del agua al caer, como el de una lluviosa mañana de invierno.

- Iori - pronuncio el moreno en voz normal, pero no obtuvo respuesta - ¡Iori! - dijo con mas fuerza acercándose hacia el lugar de donde se percibía el ruido, pero al pasar junto a una banca, casi al llegar a donde se encontraba su hermano, Kusanagi vio algo que paso rápidamente lo cual lo hizo girar su cabeza hacia aquel sitio - "seguro era un ratón" - pensó dentro de si, sin darse cuenta que al frente el cuerpo completamente desnudo de Iori se mostraba ante él - ¿Iori, que no me oyes? - Kyo volteo al mismo tiempo que pronuncio esto y quedo petrificado.

No pudo evitar ver a su hermano el cual estaba de espaldas y desnudo, paso su mirada por todo el cuerpo de Yagami de blanca y tersa piel, primero miro aquellas piernas fuertes, torneadas, después ese par de glúteos que se veían firmes pero suaves al tacto, muy trabajados, una fina cintura contrastante con esa ancha espalda por la cual caían juguetonas las gotas de agua caliente, el vapor hacia de esa escena algo sensual y hasta cierto punto erótico; mas por impulso que por ganas Kusanagi volvió sus ojos a los glúteos de su hermano. Sin embargo el sentimiento que se tiene cuando se es observado por alguien mas aprisiono a Yagami quien volteo sobresaltado, por tal motivo Kyo quien tenia la mirada fija en el trasero de Iori, cuando este volteo tuvo que ver el miembro de su amigo en todo su esplendor. Sus ojos se abrieron sorprendidos…

- Ah, kimi wa (ha, eres tú) - dijo con alivio el pelirrojo, el cual no se sorprendió al ver ahí a su hermano, puesto que ya estaba acostumbrado a ver y a que lo vieran desnudo otras personas. El moreno reacciono al momento de oír la voz de Iori y desvió la mirada rogando al cielo que su amigo no se hubiese dado cuenta…
- A.ah…anta…iie…ore… (Ah tu…no…yo) - Kyo comenzó a tartamudear de los nervios y la pena, jamás había visto a nadie desnudo (en vivo y en directo) que no fuesen sus padres o familiares, y eso solo cuando iban a las aguas termales en la casa de verano de su familia.
- ¿Dôshita? (¿Qué pasa?) - Yagami esta un poco extrañado ante la reacción de su hermano, cerró las llaves del agua
-Etto… (Er…)- dijo el moreno tratando de reponerse - so…solo quería saber si trajiste el trabajo del Kiwi - le daba la espalda al pelirrojo que ya se había comenzado a vestir
- Hai - contesto Iori mientras se terminaba de poner los zapatos - yoshi, ikuse Kyo-chan (Listo, vámonos Kyo) - le dio una palmada en la espalda al moreno al tiempo que se dirigía a la puerta de los vestidores peinándose el cabello que poco a poco iba tomando su acostumbrada forma - Hmp - el joven pelirrojo se aguantaba la risa lo mas que podía mientras caminaban hacia el salón, Kyo solo volteo dirigiéndole un mirada asesina
-¿E? (¿Qué?) - pregunto alterado - dôshita no Yagami (¿Qué pasa Yagami?)- la cara de Kusanagi estaba completamente sonrojada
- Hmp… hmp… hmjajajajaja - por fin soltó la carcajada - go...gomen ne…de…demo (Perdón pero)- trataba de calmarse - te hubieras visto el rostro cuando estaba en la regadera - ese comentario hizo sonrojar aun mas a Kyo - parecía como si nunca hubieses visto a un hombre desnudo, te pusiste como ahora, todo rojo
- Eso no es gracioso Yagami - el moreno volteo hacia otro lado
-Lo dices porque no te ves - el pelirrojo aun seguía divertido

De hecho estuvo riéndose hasta que llegaron al salón, donde la profesora Hina-san escuchaba atenta las exposiciones de sus alumnos; quienes estaban al frente eran Chimaki Fudeko y Honoka Kanmi las cuales hablaban sobre las luciérnagas, extraños animalitos coleópteros de alas blandas y cola luminosa, que abundan sobre todo desde mediados del verano hasta comienzos del otoño y suelen brillar desde el anochecer hasta la medianoche…

- El centello de la luciérnaga es reclamo sexual, el de los ma…- Honoka fue interrumpida por el súbito sonido de la puerta al abrirse, y justo ahí estaban los inseparables amigos, Jitsuko-san volteo al igual que toda la clase
- ¿Podemos pasar? - preguntaron los dos jóvenes al tiempo que hacían una reverencia a la profesora
Ella los miro dubitativa, no sabia si permitirles o no la entrada pero después de reflexionar un momento prefirió dejarlos pasar a que fuesen a aplastar el césped recostándose en el por no tener nada que hacer. Su compañera siguió con la explicación, y otros dos equipos pasaron a exponer antes de que la clase terminara. Mientras tanto Kyo aun no podía quitarse de la cabeza lo que había visto hace unos momentos, es cierto, Yagami no tenía un miembro colosal, era de un tamaño promedio para los muchachos de su edad, pero para Kusanagi era la primera vez en su vida que veía el pene de uno de sus amigos. De pronto comenzó a sentir un poco de calor, era una sensación como si estuviera en un sauna, se sentía incomodo y no podía hacer nada para evitarlo. Ya se sentaba de una forma, ya cambiaba de lado, parecía una babosa a la cual le hubiesen echado sal en el lomo, se meneaba para todos lados, y tardo poco para enfadarse. Abría y cerraba las piernas. Rezaba para que el tiempo se pasase rápidamente, ya estaba fastidiado y en seguida que sonó el timbre que anunciaba el término de las clases, se disculpo con su hermano por no esperarlo y se fue de la escuela lo más rápido que le daban sus piernas.
Pero no fue a casa, pedaleando llego a la mansión que habitaba antes con sus padres, la cual era ahora como su "casita del árbol". En la que podía hacer lo que el quisiera puesto que su mama se la había regalado en su cumpleaños numero doce; el lugar estaba limpio, los sirvientes iban cada fin de semana para asearla, y puesto que la única habitación que usaba el moreno con mas frecuencia era su antiguo cuarto, pues todo lo demás estaba impecable. Así pues Kusanagi después de haberse quitado los zapatos y haberlos puesto en el guenkan subió lo mas rápido que pudo a su habitación, y digo lo mas rápido que pudo porque el dolor proveniente de su entrepierna no lo dejaba caminar al ritmo que el hubiese querido. Cuando llego a su alcoba saco el futón del closet y lo extendió en el tatami, se quito los pantalones, quedando solo en boxers acerco a él una caja de pañuelos desechables, se dirigió hacia una pequeña cómoda que tenia cerca del escritorio y saco de ahí varias revistas Play Boy que guardaba como uno de sus mas grandes tesoros, ya que le fue muy difícil conseguirlas, porque varios vendedores le salían con la frasecita de "solo es para mayores de edad". Solo a uno que otro que le interesaba mas vender que impedir que un infante se pervirtiera desde temprana edad se las vendía sin ningún problema.

Kyo ,que ya se había sentado en el futón, comenzó acariciando su miembro con la punta de los dedos, como si estuviese acariciando un gato, suavemente, el cual crecía poco a poco mientras leía (bueno solo veía a las mujeres) la revista, después de unos momentos sujeto con toda su mano su pene erecto y empezó a frotarlo; rítmicamente arriba y abajo cada vez un poco mas rápido, después de un rato las revistas ya no importaban, el moreno estaba recostado boca arriba en el futón con los ojos cerrados, de su boca entreabierta salía uno que otro gemido casi imperceptible mientras que su respiración y su ritmo cardiaco se aceleraban. Dentro de su cabeza las imágenes de las mujeres de las revistas poco a poco fueron remplazadas por la imagen de Iori, Kusanagi recordaba detalle a detalle cada centímetro del pelirrojo, sus piernas, su trasero, aquel abdomen marcado, demasiado marcado para un chico de quince años. El deseo de la carne ajena lo hacia excitarse mas, al punto que el tan solo hecho de pensar en Yagami lo hizo sentir espasmos y eyacular súbitamente. Respiro profundo.
Abrió sus ojos de repente y se enderezo, ¿que había hecho?, se pregunto así mismo preocupado, se había masturbado pensando en… su amigo. Una sensación de miedo lo embargo, el arrepentimiento llego de golpe a su cerebro, mas no a su corazón, se reprocho por lo sucedido. Se sentía sucio, no podía creerlo y solo una pregunta llego de inmediato - ¿soy gay? - en ese momento el miedo se convirtió en pavor. Limpio su miembro con un pañuelo desechable, se vistió y salio de la mansión apresuradamente, pedaleaba con rabia. Cuando llego a su casa entro azotando la puerta, se cambio los zapatos y subió las escaleras corriendo; Shizu-sama quien estaba en la cocina ayudándole a Wakaba-san, su cocinera, a preparar Nigeri-Sushi, cuando escucho el golpe de la puerta no pudo evitar salir a ver quien había sido, se sorprendió de que su hijo no la hubiese ido a saludar pero ella sabia que a veces los jóvenes tienen problemas de los cuales no quieren hablar en el momento, y espero a que su hijo fuese quien se los contara después, respetando así su privacidad e individualidad.

******

Kyo casi no pudo conciliar el sueño la noche anterior, se la pasaba pensando en lo sucedido en su mansión, no podía creer lo que había hecho. No tenia ganas de ver a su hermano, se sentiría incomodo y apenado de tenerlo enfrente, que tal si se enteraba?; por poco no va a la escuela, pero su mamá prácticamente lo obligo. Así que sin ánimos salio de su casa directo a la preparatoria. Cual fue su sorpresa que ya frente a la reja Iori lo esperaba con una sonrisa de oreja a oreja. El moreno se sonrojo a más no poder, solo dijo un hola y bajo el rostro, no podía mirar a los ojos a Yagami. Este no le tomo importancia al comportamiento de su hermano, para él Kyo solo seguía apenado de lo sucedido en las regaderas.
Era jueves, y los jueves tocaba clase de química a primera hora, materia en la cual casi siempre formaban parejas para resolver problemas, y en este caso también lo hicieron, estaban casi al final del semestre y debían hablar sobre los ciclos del nitrógeno, muchas eran las formulas que debían aprender, y el profesor Tanako siempre pensó que el trabajar en equipo hacia que las cosas se aprendieran mas fácilmente. Toda la clase aunque Kyo e Iori trabajaron juntos, el moreno casi no le dirigio ni la palabra ni la mirada a su hermano, y si por casualidad sus ojos se encontraban Kusanagi se sonrojaba totalmente. El resto del día fue igual, Yagami se preguntaba que le estaría pasando a su hermano. Mientras que la confusión y el miedo de Kyo crecían a cada instante, aun no sabía que el destino le tenía preparada una inesperada pero reconfortante sorpresa…
En la clase de Biología, justo cuando la profesora Jitsuko Hina iba a comenzar a hablar, toco a la puerta el director Ziunko-sama. Quien después de saludar a todos los presentes les informo que las próximas dos horas las clases serian suspendidas, un alboroto por parte de todos los jóvenes, quienes al escuchar el ya tan conocido Pero…, callaron al momento. Por lo que el director pudo continuar, si, suspenderían las clases pero solo porque un medico impartiría platicas sobre sexualidad a cada salón, y era el turno del 1ero I. todo quedo en silencio al tiempo que un hombre joven, de aproximadamente veintisiete años entro; el sujeto era alto, de ojos verdes, de un verde jade. En la mano derecha llevaba un portafolios, su traje negro lucia impecable, de cabello azul claro casi blanco, corto y bien peinado, sus lentes eran cuadrados y juveniles, a muchas chicas les daría pena que un hombre como él les hablara de sexo. Pero aun al notar las miradas de espanto en las jovencitas el doctor se presento ante la clase.

- Ohayo gozaimasu (Muy buenos Días)- dijo mientras hacia un reverencia - Watashi no namae wa Futami Kenko desu, hajimemashite (Mi nombre es Futami Kenko, mucho gusto) - los jóvenes se levantaron y saludaron con una reverencia
- Pase por favor doctor - Ozubarudokatsumi-san empujo al hombre adentro del salón dejándolo frente a todos - muchachos espero que traten bien a nuestro visitante, los dejare a solas, cuídense todos - el director salio del salón y cerro la puerta tras de si, todos sudaron una pequeña gotita
- Si no le molesta me gustaría quedarme a escuchar - las palabras de la profesora, quien quedo prendada del doctor, rompieron el silencio
- Iie, será un honor Jitsuko-san, la maestra se sonrojó levemente, por favor siéntense todos - el sujeto les dirigió una amplia sonrisa a los jóvenes, quienes se sentaron de inmediato al escuchar la orden - bien, se que para muchos de ustedes hablar sobre sexo es aun un asunto penoso - la voz de Kenko-san era amigable, y caminaba por el salón mientras hablaba - es cierto, los tiempos han cambiado y cada vez podemos hablar con mas libertad sobre estos temas, pero la mayoría de veces quienes no quieren hacerlo son nuestros padres ¿cierto? - Preguntó y todos los chicos asintieron, estaban de acuerdo con sus palabras - pues para esas ocasiones estamos nosotros, los especialistas, recuerden que es mejor preguntar que lamentarse. Y se que la etapa que están viviendo ahora es una de las mas difíciles - llego hasta el escritorio donde se recargo - porque aun no descubren plenamente su sexualidad y sus preferencias - los alumnos se sorprendieron al oír eso ultimo - no pongan esas caras, creanme que varios de ustedes sienten miedo por que tal vez, en algún momento se han sentido atraídos por un compañero del mismo sexo - a Kusanagi eso le cayo como cubetada de agua helada - pero en fin, no ondeare en ese tema, ya que es muy extenso y nos acabaríamos las dos horas, además - camino hacia su portafolios que dejo encima de la silla del maestro - me gustaría saber las dudas que tengan acerca de sexo, por lo tanto - los chicos se habían puesto nerviosos, mas aun las mujeres, seguramente las haría pasar al frente para que le preguntaran algo, el doctor seguía entretenido buscando en su portafolios - aja aquí esta - su voz altero a todos, pero cuando vieron lo que Futami-san tenia en las manos se quedaron confundidos, era una pequeña bolsa de plástico de color negro - bien muchachos saquen una hoja de papel - una sonrisa por parte del sexólogo - dividan su hoja en cuatro partes, y escriban en cada una de ellas alguna pregunta que deseen que yo responda. Después doblen bien esos papelitos y los echaremos aquí dentro - sacudió la bolsa - yo sacare un papel lo leeré y así podré responder sus dudas sin necesidad de que todo el salón se entere quien escribió que cosa - la idea les pareció excelente a todos, incluso la profesora Hina saco una hoja de papel
Durante diez minutos el salón estuvo en completo silencio, por primera vez nadie volteaba a ver al compañero de al lado, todos respetaban lo que cada quien quería preguntar. No había risas burlonas ni murmullos fastidiosos, para ellos esas dos horas serian muy importantes puesto que en sus mentes revoloteaban varias preguntas, de temas que como les había dicho su profesor, era difícil que hablaran con sus padres…

- El tiempo se acabo - todos se sobresaltaron - acérquense y metan sus papelitos en la bolsa, uno por uno - cuando todos se sentaron el doctor agito la bolsa y metió la mano sacando el primer papel, la mirada de los chicos estaba clavada en ese pequeño pero significativo objeto, todos querían que alguna de sus preguntas fuese la primera - veamos - Kenko-san abrió el papel y lo leyó en voz alta - ¿Cuál es el promedio del pene? - una súbita carcajada de parte de todos los presentes - silencio chicos, todas las preguntas son importante. Veamos… el promedio del pene es de 16.5 cm. Pero hay una frase que dice "el tamaño no importa", y eso es muy cierto, ya que no hay problema que su miembro mida más, o menos del promedio puesto que la vagina es elástica y se acomoda al tamaño del pene. Así que no se preocupen tanto por eso - Futami-sama hacia de esa platica algo ameno y de vez en cuando hacia bromas con respecto a ciertas preguntas, pero nunca con afán de ofender o de manera vulgar - ¿si me masturbo pensando en algún amigo hombre quiere decir que soy gay? - todos se quedaron callados, se miraban unos a otros (mas los chicos) como tratando de adivinar quien había preguntado aquello - una pregunta muy fácil de responder - las miradas se clavaron en Kenko-san - No, no se es gay solo por masturbarse pensando en alguien del mismo sexo, ya sea hombre o mujer, como ya les dije a la edad que tienen ustedes es muy común que se den estos casos. Además, igual que los sueños húmedos, este tipo de fantasías pueden ser de manera inconsciente. Aun son muy jóvenes para tener en claro sus preferencias, eso lo decidirán con el tiempo y las experiencias que hayan tenido. Puedo decirles que hay personas mucho mayores que ustedes que aun no se definen plenamente. Muchos han probado el sexo con alguien de su mismo género y no por eso son homosexuales, es mas, gracias a ello han podido definirse como heterosexuales. Solo les doy un consejo, si alguna vez deciden tener relaciones con cualquier persona, háganlo con protección, de preferencia con condón, y sin arrepentimientos posteriores. Hagan de esa experiencia una vivencia que les ayude a crecer y no que los unda en una gran depresión.

Todos escucharon atentos las palabras del sexólogo, varios reflexionaron cada palabra. Después de eso Futami-san saco otro papel de la bolsa. Las dos horas de plática se fueron como agua entre los dedos. Cuando el doctor se despidió de ellos, los jóvenes se acercaron y agradecieran sinceramente lo que les había dicho. La campana sonó y no les quedo más remedio que dejar ir a Kenko-san, regresaron a sus butacas y recogieron las mochilas dirigiéndose a la salida. Pero sin duda en esos momentos el que estaba más agradecido con el sexólogo era Kusanagi, quien después de la plática se veía sonriente y relajado, comenzó a bromear con su hermano como de costumbre, ya no sentía vergüenza, sabia que lo mismo le sucedía a varios más, e incluso a compañeros del mismo salón.
Lo que el moreno jamás supo fue que, Futami-san, NUNCA contesto alguna de las preguntas que él había escrito en los pequeños trozos de papel.

Continúa

Capítulo XV: Hi Romeo to Juliette… Sayonara onî–chan

*Última Edición especial para IorixKyo Archive (Los demás capítulos los escribiré con guiones normales desde el principio ^.^)
*Sobre los temas sexuales que se trataron, e investigado sobre ellos desde los 13 años, así que lo que digo no es puro choro mío. Dudas o comentarios a mi E-mail.

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Noviembre, 2004

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