Lazos Eternos
CAPITULO 1: No sé lo que siento
Londres, 2:07 AM
Iori miró hacia el cielo, la luna llena brillaba en todo su esplendor, es más, si se fijaba con el suficiente cuidado, la pálida luz dejaba traslucir ciertas depresiones oscuras en la nívea superficie... tan misteriosa como... No, no valía la pena que esas imágenes llegaran a su cerebro de nuevo, generalmente cuando soñaba algo que no le agradaba, al despertar pensaba rápidamente en cualquier otra cosa y ya no se volvía a acordar de nada más.
Sin embargo, el inmenso astro, grande y totalmente redondo, rodeado de miles de estrellas, le hacían asimilar cosas para las cuales, aun después de tanto tiempo no estaba preparado... era puro masoquismo lo que estaba haciendo.
La brisa de la madrugada hizo que la piel desnuda de todo su cuerpo se erizara, para calmar un poco la sensación de frío y el constante temblor se llevo de nuevo su cigarrillo de clavos a los labios; con un suspiro miró al vacío que se extendía bajo sus pies... 5 ó 6 pisos bajo el borde de la ventana donde estaba sentado...
¡Malditas imágenes! ¡Solo querían confundir sus sentimientos y su cerebro!
"Iori, no lo resistiré... por favor...!" El joven cerró los ojos por costumbre y lentamente, esperando que la imagen que su mente convocaba tan nítidamente se diluyera en un mar de culpabilidad, dejo que cada línea de un delicado y pálido rostro de alabastro se dibujara en su mente, en todo el esplendor que ni siquiera el tiempo había podido borrar... Ojos verde como el color de las limas... brillantes, labios llenos y muy rojos, al igual que el lacio y corto cabello rojo, tan suave y que solía oler a algo así como la hierbabuena.
Fue inútil, no se marcho...
"Iori... ayúdame por favor..." Articuló la sensual boca con toda la nitidez de su pensamiento, en colores vivos, suficientes para resaltar el leve rictus de desespero que curvaba el lleno y suave labio inferior.
-Iori, si alguien esta ante una ventana en este momento, debe estar feliz con el espectáculo que estas brindando La suave voz interrumpió aliviadoramente los torturantes pensamientos del pelirrojo, para distraerlo luego con las masculinas manos que rozaron su pecho.
- Kyo...- los ojos escarlatas se perdieron en las gemas idénticas al ámbar, inmensos, brillantes, parecían tan inocentes... y un poco somnolientos también. Pensé que dormías.
- No pude continuar el otro chico apoyó la mejilla sobre la inmensa y fornida espalda del pelirrojo, apretó aun más su abrazo No con el frío que entra por la ventana.
- Lo siento... Iori se recostó en el cuerpo de Kyo cerrando los ojos Soñé... con Koj... La frase no fue terminada, no solían hablar nunca de ello, pero ya era tarde, Iori sintió el cuerpo de su amante endurecerse, en realidad estaba totalmente tenso.
- ¿Puedo saber...? Replico Kyo, en el fondo se debatía entre no querer hablar de ello (aunque era consciente de que ya era hora...) y el esfuerzo supremo por serenarse.
- Me pedía ayuda Yagami lo dijo en un tono casi desesperado, angustiado, aferró ambas manos de Kyo sobre su propio pecho, sin embargo, este se soltó, pero la sensación de desolación para Iori solo duró lo que Kyo tardo en tomar su mano derecha entre las propias.
Le estaba sonriendo tiernamente, pero en el fondo, también se reflejaba la mas profunda tristeza.
- ¿Te parece si entras y lo hablamos? El pelirrojo asintió y pasando las piernas por encima del marco de la ventana se sentó de nuevo, esta vez en una posición mas segura apoyando los pies sobre la mullida alfombra y no sobre el vacío, acto seguido, atrajo a su amante entre sus brazos, metiendo las frías manos dentro de la camisa blanca que Kyo utilizaba provisionalmente como bata, pero ni siquiera la disgustante sensación hizo que el chico abriera la boca.
En realidad estaba procurando que el suave momento de intimidad presente perdurara todo lo posible, por si se desataba una tormenta.
Ambos sentían la angustia del otro, aunque no se sabía cual era mas intensa. Iori sabía, además, que su pesar y dolor producido por el sueño no pasaría en toda la noche y eso estaba afectando a Kyo, justo en ese momento el chico miraba entre la oscuridad y por entre los mechones de su oscuro cabello sus propios pies, ahora que las posiciones se habían invertido y era ahora él quien se recostaba sobre el inmenso pecho de su adorado pelirrojo.
- ¿Crees que aun este vivo? la voz de Kyo, que solo fue un susurro se escucho con fuerza, las palabras incluso rebotaron por la habitación, obra del cerebro de Iori, casi deseando que estas nunca hubieran sido pronunciadas. Endureció su cuerpo, pero a pesar de todo respondió con dolida sinceridad.
- No lo sé le dio un apretón con cariño a la altura del abdomen, como infundiéndose ánimo así mismo por medio de las reacciones de su amante Pero tu mismo puedes darte cuenta de que Orochi no ha vuelto... ¡ni siquiera ha intentado volver a irrumpir en nuestras vidas!
- ¿Solo por haberse apropiado del primogénito del clan Yagami...? No puedo estar tan seguro.
- Kojiro no es como cualquiera.
Ahí estaba, de nuevo las horribles sensaciones labradas por el tiempo... Kyo trato de ignorarlas y respondió con una suave sonrisa, aun mirando el suelo.
- Lo recuerdo dijo al fin y al cabo apenado. Iori reconoció su esfuerzo y en un semi-agradecimiento lo apretó contra su cuerpo, lanzándolo contra él de un empujón para estrechar el cómodo abrazo.
- ¿Estas celoso? - Susurró burlón el pelirrojo, prendiendo los labios en el cuello de Kyo, sin embargo a este no le hizo ninguna gracia. Solo se limitó a observar la sombra de ambos proyectada en el suelo por la luna llena, no había un solo espacio entre ellos de lo fuerte que se estrechaban.
- Tu mismo me dijiste que lo amas...
- ¡Kyo! ¡Es mi hermano!
- Pero tu......
- ...Lo amé. Aceptó el pelirrojo tajantemente y con un suspiro, su amante se giro entre sus brazos, con la suave ráfaga de aire nocturno Yagami pudo percibir claramente el olor de Kyo, aquel aroma íntimo que exudaba cuando tenía fuertes reacciones y que en ese momento aun se preservaba mezclado con el propio en el delicioso cuerpo de piel bronceada.
Los residuos de la pasión de Iori incluso se notaban en algunas marcas visibles donde la camisa no alcanzaba a cubrir. Pero todo esto se desvaneció cuando notó la mirada inquisitiva observándolo, el ámbar había desaparecido para dar paso al chocolate oscuro.
- Da lo mismo El chico bajo la mirada Igual, tú no has podido sentirte en paz.
- Kyo... Iori sintió que algún remanente de su antigua ira surgía desde el fondo de su estómago Eso es injusto Su voz se suavizo de nuevo al ver la expresión dolida en las facciones de Kyo, en realidad era consciente de que su tono había sido hosco y autoritario, tan consciente como era ahora del definitivo cambio operado en su carácter. Kyo había hecho el milagro de convertirlo en alguien casi tratable... Tú mismo estabas ahí... Incluso viste como se apropio de su cuerpo y luego desapareció entre las ráfagas de viento.
El heredero del clan Kusanagi no pudo reprimir un estremecimiento al recordar la escena, además él era mas consciente de ella por haber estado mas cerca y por que a diferencia de Iori, sus ojos no se hallaban desbordados de la sangre que manaba una herida en la frente.
El espantoso dios, en su cuerpo animal había poseído con total facilidad el cuerpo de Yagami Kojiro, después de haber reclamado como propio el cuerpo del verdadero heredero de los Yagami. Pese a todo, Kojiro no había sufrido nada parecido siquiera a un "disturbio de la sangre". El dolor que en ese momento debía sentir, seguro que solo era una manifestación física típica de un mecanismo orgánico normal. En el fondo, su débil espíritu estaba anulado.
Cada una de las ocho serpientes se apropiaron del cuerpo perfecto, que luego levanto las manos para que las ráfagas de viento azulado y compuestas por fieros dragones lo envolvieran, y desapareció. El rostro de Iori no había expresado tanta sorpresa como dolor... intenso... profundo... insano.
Kyo apoyó la frente en el caliente pecho, aun separado del suyo por milímetros.
- Lo siento... no debí... murmuró consciente de que si hubiera sido Iori el de la situación, Kyo hubiera perseguido al maldito dios hasta los mismos infiernos con tal de arrebatarle su posesión más preciada. En un impulso se medió lanzo a los brazos de su pelirrojo, pero el inmenso impulso, lo inesperado de su acción y la estrecha distancia hicieron que esta se tambaleara peligrosamente en su precaria posición en la ventana.
Justo en ese momento Kyo se congeló y apretó a Iori con toda su alma, mientras lentamente echaba su cuerpo hacia atrás esperando que rápidamente sus talones se afianzaran sobre la alfombra, en la seguridad de la habitación. Iori recompensó su esfuerzo con una sincera carcajada.
- ¡¡Yagami!! el chico moreno trato de alejarse, furioso por la inesperada burla a su preocupación, pero los brazos del pelirrojo no lo soltaron.
- ¡Tonto! No puedes hacerme daño y lo sabes Kyo trato de mirarlo con desprecio pero Iori solo aprovecho la situación para tomar, sin previo aviso, la disgustada boca del muchacho, sintiendo que sus deseos volvían a manifestarse, conmoviéndolo profundamente después de esa casi ridícula muestra de "sobre protección".
Kyo se sintió abrumado y más aún cuando su bello amante no se detuvo en nimiedades como los labios de ambos sino que paso directamente a acariciar su lengua con la propia. Después de algunos minutos, el muchacho se dio cuenta de que cada intento suyo de retar a duelo a la húmeda invasora era castigado: a veces, con un brusco lengüetazo, a veces con la total parálisis de esta y otras, con la completa retirada de la misma, de la boca del chico, claro que Yagami no se tomo siquiera la molestia de separar el contacto de los cálidos labios ni por un solo momento.
Fue así como Kyo se decidió algo molesto y excitado ya - a quedarse estoicamente quieto, entonces, con un amago de sonrisa Yagami acarició la pequeña lengua de Kusanagi... concentrándose como en un mundo aparte... ...Encima, trazando caprichosos círculos... abajo, con largos y lentos lengüetazos... a los lados, con un suave y sostenido recorrido, para terminar succionándola de la manera mas sensual que Kyo hubiera sentido en su vida, sintiendo que su excitación desplazaba la tristeza y que la lujuria rechazaba la angustia... ¡era tan excitante someter una parte de su cuerpo a la voluntad de otra persona, dentro de un cuerpo extraño al propio!
Kyo no percibió que poco a poco Yagami se iba inclinando sobre él, doblándole las rodillas y arqueándolo hasta dejarlo arrodillado en el suelo.
Tampoco fue conciente de que Iori, sin siquiera levantarse del marco de la ventana ya no resbalaba las manos por la espalda del muchacho sino que ahora solo lo sujetaba de las mejillas, encerrando el angelical rostro entre sus fuertes y grandes manos, mientras daba cuenta de la cálida boca.
Tan rápido como llegó, el dulce ritual fue terminado y Kyo se indignó al encontrarse de rodillas en el suelo, sin siquiera haberlo notado. Rápidamente se incorporó ruborizándose.
- ¿Quieres apostar Yagami?
- ¿...?
- A que puedo lastimarte.
Iori frunció el ceño, pero solo un segundo, en realidad la visión de su hermoso amante era la de la pureza sensual... apretando sus puños, ruborizado en su enojo y con esa arrugada camisa que apenas le cubría unos recatados centímetros entre el ombligo y los muslos y ni siquiera eso, ya que solo los dos últimos botones estaban abrochados y se templaban en ese momento debido a la indecente posición de sus piernas... separadas.
- Esta bien pequeño Kyo... lastímame... el aludido enrojeció aún más, tanto que sintió como la sangre le subía a la cabeza para provocarle mareo... tal vez saliendo por su nariz...
Iori lo observo con los ojos semi cerrados, internamente regocijado al darse cuenta la efectividad de su treta, las gemas rubíes desparecieron aun mas por entre sus oscuras pestañas, excepto por el intenso brillo de la lujuria, sensual, en la misma pose, pero extrañamente mas carnal que antes; sentado en el marco de la ventana, la cabeza ligeramente echada hacia atrás, los invitantes labios húmedos por la saliva de ambos y sus inmensos y fuertes pectorales, revelados aun mas debido a que tenía los brazos en alto sujetando cada uno un lado de la ventana y por supuesto... sus poderosas piernas abiertas de par en par.
- ¿Estas esperando invitación, nene? Kyo se sofocó y luego volvió a mirarlo a los ojos, perdiéndose en esas vívidas brazas de fuego, hecho de deseo. Sus pies lo llevaron hasta el objeto de su deseo automáticamente, y este solo esperaba pacientemente, mientras respiraba un poco agitado.
Kyo llego hasta la ventana y sin pensarlo, se inclinó, trazando con su índice derecho el camino de suave y brillante vello rojizo que partía desde debajo de su ombligo para trazar un sendero prohibido que se perdía en su ingle, incluso mas abajo, hasta la misma zona que ahora se hallaba totalmente expuesta... Nene... - murmuró Yagami al ver como el chico se arrodillaba entre sus piernas, para rendir homenaje a su inmensa masculinidad.
Kyo lo tomo como se hace con un helado, dando largas y sostenidas pasadas: base, extremo; extremo, base. Lubricándolo tan diestramente que el calor que afloro de esa zona dejó perplejo al muchacho, sin embargo, cuando sus ojos trataron de encontrar los de Iori... los hallo a milímetros... ¡en segundos y sin conciencia de ello ya se hallaba en el regazo del pelirrojo! Sin previo aviso, Yagami le destrozo la sensible piel del cuello con mordiscos y succiones. Kyo se sintió tan atrapado que ni siquiera tuvo tiempo de enterarse del próximo movimiento del pelirrojo: tomarlo de la cintura y encajarse en su cuerpo...
- ¡¡¡¡IORI!!!! . el grito no se escucho totalmente dentro de la habitación, un suave eco en la calle los detuvo unos segundos "No puedo, no puedo acostumbrarme a esto aunque pasen los años... No importa cuantas veces pase" pensó para sí Kyo, tratando de alejar el intenso dolor por un momento Iori... nos escucharan, además, es peligroso... vamos a la cama...
-Ahora no podría nene, ni aunque me pusieras en frente la luna el pelirrojo tomó la camisa y la resbaló por los hombros bronceados, hasta los codos, masacrando la piel en su recorrido. Para su amante a pesar de su excitación el dolor aun no desaparecía y cada vez que trataba de acomodarse era peor... Iori aun era cruel cuando deseaba serlo... hasta que este apretó con los dientes el sensible punto en la clavícula de Kyo.
-Nnnnhng....
Kusanagi apretó la espalda de Yagami con sus dedos, sosteniéndose por debajo de las axilas ya que el pelirrojo había vuelto a subir los brazos hasta la ventana, el asimiento disminuyo y Kyo pudo por fin encontrar la posición mas adecuada para su dolorido cuerpo. Sin embargo, la falta de movimientos en su interior lo sorprendió ¿qué pretendía su violento amante aparte de recrearse lamiendo su cuello? En ese momento el moreno le presto atención a la calle... mirando sobre el hombro de Iori vio las ventanas de las antiguas casas en frente de la que albergaba el apartamento de ellos, cada piso con las luces apagadas, algunas con las cortinas cerradas, las calles en completo silencio sin autos ni gendarmes... tan aburridas y solitarias... ajenas totalmente al placer que en ese momento los dos sentían.
Kyo se imaginó como sería si en ese momento sus vecinos se asomaran por las ventanas y los vieran... la escena que representarían dos hombres haciendo el amor... uno de frente a los espectadores ruborizado de placer y el otro sosteniéndolo en su regazo mientras permanecía sentado en el borde de la angosta ventana, ofreciendo la visión de su musculosa espalda y muy seguramente parte de su encantador trasero.... La situación lo hizo sentirse deliciosamente pervertido... malvado, acelerando el ritmo de su corazón con una oleada de excitación... oleada que coincidió con el sorpresivo estímulo que le proporciono Yagami al decidir por fin hacer un movimiento en su interior.
-Ah! con ánimo exhibicionista Kyo levanto los brazos también y aferrando con sus dedos las paredes exteriores, levantó las piernas y las apoyo a cada lado de las caderas de Iori, en la ventana.
- ¡¡¡¡Nggghh!!!!
- ¡Ughthhh!
El placer fue intenso haciéndolos gemir al sentir como Iori avanzaba aun mas profundamente en el cuerpo de Kyo debido al movimiento de este, tocando una zona desconocida hasta ahora, muchísimo mas sensible que la que Iori acostumbraba estimular. Con este descubrimiento, el pelirrojo bajo los brazos y sin dejar de mordisquear el cuello de su pareja, hizo un fuerte movimiento hacia atrás haciendo que Kyo bajara las piernas hasta dejarlas colgando fuera de la ventana.
La profunda penetración, la eliminación de la resistencia natural del cuerpo de Kyo y la intimidad de la posición de ambos (especialmente después de la angustiante situación de unos minutos antes) hicieron que Kyo lanzara un sensual grito que resonó en la calle desierta, mientras lágrimas de amor y agradecimiento resbalaron por su mejilla humedeciendo su pecho y los cabellos de Iori.
- ¿Te sientes bien pequeño Kyo? le pregunto Iori con el aliento entrecortado y observando a su pareja ¿Por qué esas lágrimas?
- ¡Iori... no... No tengo como sostenerme! soltó mientras soportaba el suave balanceo de Yagami.
- Ah! Pero así es mucho mejor mi precioso y cerró con fuerza sus piernas para provocar un inesperado rebote y un gemido en Kyo - ¿no es mas interesante? Acerco sus manos a las del Kyo, apretándolas entre las de él y la pared, pegándose mucho mas a este que suspiraba sintiendo como la confianza en si mimo crecía después del dolor... después de todo era con él con quien estaba Iori...
- Nos... o i rán Ya ga m iii... El pelirrojo se balanceó con brusquedad provocando un fuerte embate en lo más profundo de Kyo.
- ... Iori... le susurró soy Iori...
- Si, si ¡¡ESTA BIEN IORI!! exclamo el chico desesperado por poder encontrar un punto de apoyo para obligar al pelirrojo a darle la estimulación definitiva y no esa espasmódica sesión de movimientos no consecutivos, que nada tenían que ver con su propio ritmo y que lo estaban enloqueciendo.
- Quiero que grites mi nombre cuando... Fue una orden, susurrada en su oído, pero una orden.
- Pero... otro fuerte salto y un doloroso rebote.
- ¡No me importa si nos oyen! Salto y pausa.
- ¡¡¡Oh dioses Iori no me dejes hacer mucho ruido!!!
- Y tu no te sueltes o perderemos el equilibrio le silbó con un toque de humor en el oído, luego arrastro sus labios hasta la boca del lindo moreno. El combate definitivo comenzó cuando Iori tomó los labios de Kyo con cierta violencia y empezó a saltar sus caderas con movimientos poderosos, estimulando totalmente la lisa y acogedora superficie interna del sensible guerrero.
Iori encontró que escurriéndose levemente podía frotar la pared frontal del interior de Kyo... La más sensible. Dedicándose por completo a la dulce tarea, violentó su cálido, húmedo y estrecho pasaje a la par que hizo lo mismo con su boca, sintiendo como el miembro de Kyo se oprimía mas entre sus vientres, frotando descaradamente el estómago del pelirrojo.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡IORIIII!!!!!!!!! - grito Kyo sintiendo que todo su cuerpo explotaba en un intenso orgasmo, el más magnifico de toda su vida. Desgarrando hilos de saliva cuando se arrancó de la boca de Iori, amplificando el placer con la sensación de un cálido y poderoso río fluyendo en su interior, haciendo que Iori gimiera en voz muy, muy alta.
~*~
- ¡CALLANSE! ¡PERVERTIDOS! - el grito y el pequeño estruendo producido en un lugar no identificado de los edificios que rodeaban la estrecha calle hicieron reaccionar a los chicos que estaban paralizados de placer.
Kyo soltó una sonora carcajada saliendo de la bruma que rodeaba sus sentidos sin dejar de apreciar lo bien que se sentía, gracias a su Yagami y muy complacido por los rebotes pequeños que producían la risa de Iori en todo su cuerpo... hubo una vez en que pensó que eso jamás ocurriría, así que una vez lo logro, se dedico plenamente a la tarea de que esa hermosa forma de expresión de Iori no desapareciera nunca.
El pelirrojo aún lanzando estruendosas carcajadas se levanto de la helada ventana sin salir del interior de Kyo, quien cruzó las piernas en su cintura mientras giraban para caer en la mullida e inmensa cama.
Apresado contra el colchón el moreno paso sus dedos por el rostro de Yagami, delineando sus facciones y sonriendo calmadamente, esa era la clase de vida con la que siempre soñó, aunque jamás hubiera pensado que seria en medio de aquel país extraño o con un hombre que además era (o había sido) su peor enemigo. Ahora era feliz a pesar de algunos nubarrones. Estaba totalmente enamorado y era plenamente correspondido aunque a veces lo dudara y la prueba clara era la sonrisa aun abierta en esos hermosos labios y la mirada serena que los ojos de fuego le dirigían a los suyos.
¡Quien pensaría que las facciones de un Yagami podían ser tan hermosas! Incluso su rostro parecía mucho mas joven que cuando tenían 20 años, una vez todo el resentimiento y el odio de Iori abandonaron su corazón. Claro que su carácter intratable para todos, excepto para el mismo Kyo, no se había modificado casi nada...
- ¡Ah! Gimió Kyo entre placer y dolor. En ese momento Encima de Kyo. Iori se salió con un movimiento firme, rozándolo todo lo posible, rompiendo así el hilo de sus cavilaciones y dejándole un repentino sentimiento de pesar.
- Mi pequeño sol ardiente... Susurró Iori mientras a duras penas le quitaba las mangas de la camisa a su amante para luego besarlo hasta que se durmiera; solo entonces se derrumbó totalmente agotado, sobre toda la extensión del cuerpo de su antiguo enemigo. Aun así, exprimió los ojos con fuerza antes de caer profundamente dormido.
"Por favor, que no sueñe con Kojiro"
- Iori...
"¿cómo es que siento esta angustia? ¡¿Qué es lo que siento?!"
- Iori....!
- ¿Mmm?
- Hice mucho ruido ¿verdad? - pregunto Kyo a punto de desfallecer
- No mucho más del que haces todas las noches.
- Bien...
Iori Yagami sostuvo la mirada en las facciones de su perfecto amante, mas hermoso aún que Kojiro, lo más valioso para él en el mundo entero. Nada valía ahora la pena si no era él. Nada lo confundiría... mucho menos un muerto.
Lo mas hermoso... lo más tierno.
El mismo sensual Kyo que dormido al fin, lo recibía aferrándose a él entre sueños con brazos y piernas, para disponerse a dormir de la manera mas incómoda con Iori... Las más incómoda al estar el pesado pelirrojo sobre todo su cuerpo durante toda la noche - (Generalmente Kyo no lo soltaba hasta despertarse ^-,^) pero la que ambos más disfrutaban por su cercanía y calor. Iori al fin se dejo vencer por el sueño, seguro de que esta noche no tendría angustiantes pesadillas.
- Iori...
- ¡!
- Botaste el cigarrillo por la ventana ¿Verdad?
- Si...
- Bien.
~ * ~
Nota: Espero que hayan disfrutado de este apasionado bocado (aunque tengo algunas dudas sobre el lemon y me da algo de pena). Habrán mas capítulos por supuesto, donde supongo que les diré por que nuestros hermosos protagonistas están en Londres y quien es Yagami Kojiro (solo espero que sea pronto). Arigatô! Ne - chan
~ * ~
Continuará...
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Octubre, 2002