Mi Amado
(Segunda Parte)
Siento que te odio, cada maldito golpe que me lanzas. ¡Dios! Desearía destrozarte las manos, hacerlas arder, apretar fuertemente tu cuello hasta sentir que se quiebra como el tallo de una flor, en mis manos.
Maldigo mil veces el momento en que tuve que entregarte mi vida. ¡Mi vida! A ti, un maldito engreído, un estúpido niño mimado, al que todo se le ha dado.
Tener que entregarte desde niño cada pensamiento, cada respiro; veo tu cara y cada vez son más fieros tus ataques, y no lo entiendo, realmente no lo entiendo. Hace días fue nuestro último encuentro, y no tenías esa energía, esa furia.
–¿Que te pasó Kusanagi? De pronto te convertiste en hombre. –Río y mi risa es ahogada por otro golpe, un chorro de sangre sale incontenible de mi boca, mi vista esta nublándose... ¿Acaso estoy muriendo?... Puedo sentir cómo las fuerzas abandonan mi cuerpo, alzo la vista invocando a los pocos ánimos que me quedan. Tú también estás herido, veo hilillos de sangre bajar por tu cabeza. Estás herido pero no como yo. Parece que éste es el fin, como puedo me incorporo, no distingo ya tu cuerpo, sólo hay borrones de pintura a mi alrededor, formando un cuadro bizarro de la misma realidad.
Estás a punto de lanzar el último golpe, trato de enfocar mi vista al lugar en el que te había visto por última vez, lanzo una última carcajada, ahogada entre sangre, adopto la típica posición de defensa. No pienso morir sin pelear Kusanagi. Yo no conozco la derrota.
–Unos golpes más y mueres, ¿no? –Aquello era más una afirmación que una pregunta, tu voz suena diferente–. Pero no es lo que quiero.
–¿No es lo que quieres?... Y entonces qué es lo que quieres, maldito Kusanagi... ¾río, más por compromiso que por ganas. Sintiendo brotar más sangre de mis labios.
–Te quiero a ti...
¿Acaso los golpes habían terminado por enloquecerme o había terminado por alucinar?
–Oíste bien Iori. Te quiero a ti. Y voy a tenerte. –Ahora te escucho reír, y casi puedo imaginar tu estúpida sonrisa llena de arrogancia.
–Igual que todos los Kusanagi... –comienzo a decir dejando a un lado mi posición de defensa–. Se creen los dueños del Mundo.
–No del Mundo, el mundo no me interesa, sólo...
¿Qué sucede? No puedo escucharte más, trato de buscarte en los borrones de colores que nublan mi vista, pero no puedo encontrarte. De pronto pude sentir tu aliento tan cerca de mí. Tan cerca que me asquea.
–Te deseo sólo a ti... –me dices mientras tu brazo me obliga a caer al suelo. Las heridas aún abiertas de mi cuerpo arden como brasas.
Un fuerte gemido escapa de mi boca. Y tú comienzas a desabrocharme las ropas. Trato de soltarme de tu abrazo... pero estoy tan débil.
–Maldito... –murmuro mientras deslizas tus manos por mi vientre desnudo.
Mi cuerpo me traiciona, tus caricias a pesar de ser tan bruscas lo despiertan, muerdo mis labios para no gemir y darte el triunfo. ¡Mal nacido, cómo te atreves a hacerme esto!
–Te amo Iori –me dices mientras tratas de besar mis labios a la fuerza, pero te detienes, mi vista se ha aclarado un poco.
Ahora puedo ver tu rostro.
Hay miedo en tus ojos, algo te ha sorprendido. ¿Acaso es la sangre que ha vuelto a mi boca, con más voracidad?.
Sí, seguramente es eso...
Parece que no te habías dado cuenta del daño tan grande que mi cuerpo recibió de tus manos. Parece que esta vez no vas a cumplirte tu capricho.
Sonrió irónicamente por última vez.
Después de todo esta vida no fue una completa pérdida de tiempo.
–Por primera vez... se te va a negar algo, Kusanagi... –río y mi último aliento me abandona-. Y eso me hace muy feliz...
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Nota de Min@: *^.^* Setsuna espero y te guste como quedó, no era realmente lo que tenía en mente, porque nunca pensé en continuar el fic de "Mi Amado", pero fue un momento de inspiración. Y la idea surgió por sí sola.
Todos los personajes pertenecen a SNK
"Mi Amado" es propiedad de Min@
IorixKyo Archive
Julio, 2004