Fanfic por Lain

El Amo del Universo

Capítulo 1: Dark Room.

Es increíble como pasa todo con una rapidez escalofriante. Tengo más de veinte años ya, ya no soy un estudiante despreocupado, no puedo seguir siéndolo. Las verdades vienen y van, cambian constantemente, y todas mis verdades se moldearon con los años, contradiciéndose entre sí, creciendo, con mayor o menor intensidad. Madurando. Hoy en día, a diferencia de unos años atrás, no puedo estarme tranquilo esperando a que alguien me resolviera los problemas. Creía que el dinero lo resolvía todo. Que todo lo que yo quisiera se haría realidad, se me cumpliría, que yo era el amo del universo, compartiéndolo con...

Tengo más de veinte años y ya no sé qué hacer. Las luchas fueron toda mi vida. Siempre lo fueron. Fueron... la razón de mi existir, fueron todo mi mundo.

Tengo todo lo que poseo gracias a las peleas, y por momentos creí que era feliz, creí que si ordenaba que nada cambiara, eso sucedería. Jamás me había puesto a pensar que, si todo acababa, ya no tendría más, nada más que hacer, nada que me impulsara a algo! ¡Por Dios, si las peleas eran la razón de mis iniciativas! ¡Yo movía los engranajes de mis pasiones y de mi cuerpo en base a las peleas!

Hace frío. Las cortinas se mueven, lentamente, instandome al sueño ligero. Mi cama está helada. Todo mi cuarto está frío, ya no hay nada que pueda remediar eso.

Ahora, lo único que deseo, es dormir profundamente, perder la eterna noción del tiempo. Desearía que todo se congelara para no pensar, no sentir, no ser nadie salvo un cuerpo durmiente.

~ * ~

Se limpió la sangre del rostro. Ya perdió totalmente la cuenta de cuántos golpes recibió en el mismo lugar. Le dolía como los mil diablos, y aún así, no encontraba mejor remedio para desatar todo. Prefería mil veces ser golpeado por el Kusanagi antes de pasarse todo el día intentando componer algo, algo que no salía, algo carente de lo que poseía cuando estaba junto a Kyo. Por supuesto, jamás declararía eso a nadie, sería como firmar su sentencia de muerte, sería abandonar todos los principios que en más de una ocación le mantuvieron con vida. Sería perder la identidad frente a un sentimiento que creia vano. Pero era indudabe que allí estaba, siempre, enraizado en todo su ser. No habían palabras para describir lo que sentía, mucho menos para especificar en dónde lo sentía. Pero circulaba por todo su cuerpo cuando Kyo estaba cerca, cuando lo encontraba caminando solo por una calle desierta... sobretodo durante las noches claras, u oscuras, daba igual. Lo importante es que le producía 'eso' cuando veía a Kyo solo, completamente a su merced.

Y, por sobre todo lo anterior, le facinaba el hecho de que, a pesar de todo, a pesar de que Kyo sabía perfectamente cuáles eran sus capacidades cuando estaba realmente furioso, o cuando simplemente tenía que pelear con él, el orgulloso Kyo Kusanagi jamás le daba la espalda. Lo retaba, con una sonrisa o mueca, esperando ansioso un golpe especialmente dedicado para él. Todo el mundo retrocedía ante su imponente figura, ante sus ojos salidos del fondo del infierno púrpura (que más que infierno era solamente su propia vida), ante un gruñido de fastidio o de odio... y sin embargo, Kyo le veía de frente, aguardando a que la lucha comenzara.

-Cualquiera diría que me deseas, Kyo...- siseó, en la oscuridad, sin pensar en lo que hacía.

Así y todo, el siseo fue escuchado por Kusanagi, quién amplió su sonrisa de vencedor por una noche.

~ * ~

Es increíble como la idea de creerse el amo y señor de toda la vida puede impulsarnos a hacer cosas extremadamente locas. Creí que si decía que lo quería, porque lo quería por sobre todas las cosas, ayer y hoy con la misma intensidad, no sucedería nada, que los hilos de nuestro destino seguirían igual.

Su hilo se cortó, y yo, el amo y señor del universo Kyo Kusanagi no pude hacer nada para salvarlo, no soy norna alguna.

Y es gracioso el hecho de que, al ser mi deber como Kusanagi matarlo y sentirme orgulloso por eso, quería salvarlo a toda costa, quería que Iori estuviera por siempre junto a mí. Amaba con todo lo que era capaz ese comportamiento tan hostil. Amaba su presencia, sentirla desde lejos, con la seguridad de que esa mole de seducción y pasión como el fuego, esa figura que despertó el deseo en mí siempre, y que cualquiera vería como inmortal, siempre estaría allí.

¡Él y su maldita mentira! Yo me dejé arrastrar por la mentira. una mentira que me hizo ver la verdad. Las mentiras de Iori siempre me abrieron los ojos. Y por momentos creía que lo hacía para cuidarme, creía que siempre estuvo allí para verme crecer con sus mentiras y peleas, con su odio que ya no era odio. Maldición, por momentos creí que me amaba. Creí haberlo visto cuando gemía bajo de mí, cuando...

Pero jamás me lo dijo, jamás me dijo nada. Ninguna palabra cálida de sus labios, solo insultos y mofas, torrente verdades y mentiras por igual.

Mi misterioso Iori Yagami...

~ * ~

-¿Y qué si te deseo?-

Kyo se acercó con unos pasos de fiera al acecho, sos ojos castaños brillaron de una forma tan exitante. Iori creyó que sería la primera y última vez que vería esos ojos de la misma forma. Kyo estuvo arrodillado frente a él, con una sonrisa perversa adornando su rostro bañado en sudor y sangre. Iori creyó que jamás lo había visto tan... sensual, así, sangrando por sus golpes, llenos de una luminiscencia dorada, como un ángel salido del infierno... al igual que él. Kyo sacó su lengua y la pasó con torturante lentitud por los labios entrabiertos de Iori, saboreando la sangre y la salada y suave piel lacerada, aspirando el tormentoso aliento agitado.

- Qué sucedería si te enteraras que he soñado todas las noches contigo...- le asestó un duro golpe en el estómago, derribando a Iori en el concreto.-... qué si he deseado tomarte algún día de estos?-, se posicionó sobre las caderas de Iori, tocando todas las partes convenientes, bajando cada vez más la cabeza hacia un sonriente pelirrojo.

- Mmmhh... qué me harías si te beso ahora, y te ultrajo toda la noche?-.

-... simplemente te mataría... y le diría a todo el mundo que eres... eres un marica...-.

~ * ~

Siempre son esas palabras las de Iori que le quitan el entusiasmo a cualquier situación. Estoy más que seguro, si él no hubiera dicho eso, no hubiera podido controlarme y hasta lo habría violado allí mismo. Esa noche le dije parte de una intensa verdad que intenté ocultar por siempre, engañándome a mí mismo inclusive. Me tomó mucho trabajo aceptar que Iori me traía loco desde siempre.

Inconsientemente, durante muchos años había observado todas y cada una de sus peculiaridades, mirando con detenimiento ese cuerpo causante de incontables duchas heladas en medio de la noche, imaginando situaciones en las cuales estaba rodeado de sus brazos. Su escencia se impregnó en mi cuerpo como la sangre que adornó en más de una ocación mis manos. La imágen de sus ojos... por Dios... Yo podría controlar a todo el universo si quisiera, pero no puedo controlar lo que un pelirrojo testarudo me provoca. Podría dominar a cualquier cosa, menos a mí mismo... y no hay nada más patético que eso... Y Iori me lo dijo.

Era como si yo fuera un libro abierto para él, todo conocía de mí, mis imperfecciones, mis defectos. Pareciera que también conocía mis sueños y anhelos para con él, porque juraría que en más de una ocación intentó seducirme.

Ya no estoy en condiciones para decir nada de nada, me estoy volviendo loco. Así y todo, no domino nada, no podría dominar a nada, aquí, encerrado en mi cuarto, soñando despierto, anhelando morir. ¿Quién soy yo para hacer algo, para creer ser alguien?

Su muerte trajo consigo mi decadencia. Estoy desmoronándome como el castillo de naipes que por momentos parecía eterno. La ilusión se pierde, el fuego se disipa, solo quedan cenizas de lo que una vez fue. Ante esta realidad yo me empequeñezco, nada brilla, nada reluce. Tengo miedo. De mí mismo, no sé que haré con mi vida. De mi futuro y mi Destino, que me arrebataron a Iori... de ahora en adelante caminaré solo por una senda pedregosa.

Hace frío. Ya no hay nada. Hay vacío, miedo.

¿Quién lo hubiera dicho? Todas las mentiras de Iori, resultaron ser verdad...

~ * ~

N. de Lain:...-_-.... soy muy mala... siempre mato a Iori! Más tarde escribiré algo -por ahí...-, describiendo alguna escena de la que uds. esperan, o del modo en cómo murió Iori (por el Riot), o de los pensamientos y deseos más oscuros del pelirrojo más sexy de todo el mundo ^_^.
Ya saben, comentarios, críticas, elogios, desconformidades o lo que sea a: loulest@yahoo.com. o a TOBARESS@aol.com.

Los personajes pertenecen a SNK
"El Amo del Universo" es propiedad de Lain
Publicado en IorixKyo Archive
Diciembre, 2002

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