Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~
Fanfic por [Artemis] x [MiauNeko]
Capítulo 13: Malatia ~ Trobada a la Llum de la Lluna
- ¿Qué? ¿Dónde estoy? No veo nada - Kyo se detiene ante la estúpida frase, ríe y ríe sin parar, esta despierto, sí... está ciego, también. No puede evitar reír como un histérico, ya no sabe que le va a pasar y tiembla mientras ríe. De pronto una mano se posa en su frente cosa que lo asusta pues no había notado a nadie en su habitación.
- Tranquilo, Kyo... - dice una voz dulcemente, es dura, es la voz de...
- ¿Iori? - dice en un susurro, le extraña no notar ninguna respiración en la habitación, como tampoco nota ningún olor - ¿Estoy delirando? - dice cogiendo la mano de su frente, apartándola.
- Kyo... - su voz, dulce y lejana, sí, esta delirando -. Kyo, oye, soy yo - la voz cambia, Kyo puede empezar a sentir la respiración y el olor... el olor de Alex.
- ¿Alex? - dice al estar seguro que ese olor pertenece a su amigo, pero nota algo extraño, huele como a sal, a lágrimas, la respiración de Alex es entrecortada - Alex... ¿estás bien? - pero no hay respuesta, sólo oye como el cuerpo de Alex cae, Kyo se levanta y lo coge, no sabe como, antes de que caiga al suelo. Luego tiene algo de tiempo para sentir un enorme dolor en sus muñecas mientras sujeta a Alex, con una mano bajo su cintura y la otra bajo su cabeza, intenta situarse... Está en su habitación... al menos eso cree... su cama detrás de él. Bien... levanta a Alex con cuidado y lo pone en su cama, siente como sus muñecas le duelen, poco, pero lo hacen, están bastante curadas. Pone una de sus manos en la frente de Alex, está ardiendo.
- Kyo... no ho tornis a fer, mai més {... no lo vuelvas a hacer, nunca más} - susurra Alex en un delirante sueño.
- No hi tornaré {no lo repetiré} - dice lentamente intentando recordar la traducción exacta y hablar dulcemente mientras acaricia suavemente el cabello de Alex -. Shimatta, ¿ahora qué hago? - dice notando que Alex tiene mucha fiebre, pasa su mano por su frente, él no tiene ni un poco de fiebre, extraño, piensa, puesto no es normal, se ha cortado las venas, lo recuerda muy bien, no es normal que no tenga fiebre o no se sienta mal. Un quejido de Alex... Kyo sale de sus pensamientos e intenta situarse bien, la cama... sí, su cama "Antes he llegado al salón sin pensármelo, tengo que intentar hacer lo mismo" se dice mientras oye la respiración acelerada de Alex. Empieza a andar lentamente, intentando ubicarse, llega a la puerta y puede coger el pomo y abrirla sin problema. Sale de su habitación, se encuentra en el pasadizo - Bien... ¿y ahora... qué? - se dice, no sabe bien a quien llamar, esta convencido de que a su padre no, a su madre menos y Yuki... no, ni pensarlo, la pobre está lo suficientemente afectada, no hace falta preocuparla aun más. Se concentra, no sabe cómo pero empieza a oír una respiración justo en la habitación de al lado de la suya... un olor... olor a médico... sí, el médico que lo ha curado... pero tampoco quiere despertarlo a él, no se fía... Otra respiración... un poco más lejana... un olor... laca... Kyo anda algunos pasos y se detiene en la habitación donde oye la respiración de Benimaru, sino se ha desorientado le parece que es la que siempre coge el rubio cuando se queda a dormir, que suele ser muy a menudo. Abre la puerta, el olor a laca no es tan fuerte como antes, se centra en la respiración, pausada, relajada... se dirige hacia allí. Un mal cálculo y topa con la cama antes de tiempo, cae y para apoyarse pone una mano en la cama y la otra en el estómago de Benimaru, no ha podido evitarlo puesto no sabía en donde estaba situado el rubio exactamente.
- ¿Alex? - dice Benimaru levantándose de golpe y sentándose en la cama, con eso solo consigue que Kyo resbale y quede medio tumbado en sus piernas y medio arrodillado en el suelo.
- Ought... Beni... soy yo... Kyo - dice el joven incorporándose un poco, le parece que se ha abierto aun más las heridas y le escuecen... ¿le escuecen? Sí, le queman... pero... no tendrían que quemar...
- Ky... Kyo! ¿Dónde estamos? - Benimaru busca algún interruptor para la luz y lo encuentra casi en el cabezal de la cama y al ver la habitación no puede evitar sorprenderse - ¿Qué hago en mi habitación? - dice sin entender como ha llegado hasta ella.
- No lo sé, Beni, pero tienes que ayudarme - dice Kyo incorporándose del todo y tocándose sus vendadas muñecas.
- Kyo, ¿qué pasa? Oi, no habrás vuelto a... - dice Benimaru levantándose de la cama y mirando fijamente las muñecas de Kyo, no ve sangre y esto le tranquiliza... un poco.
- No, es Alex... - intenta decir pero Benimaru no le deja continuar.
- Alex, ¡es cierto! ¿Dónde está? Tenía mucha fiebre - dice Benimaru algo preocupado, se acuerda que se ha quedado dormido abrazando el dulce cuerpo de Alex, no entiende como ha llegado a su habitación y tampoco entiende como lo ha hecho Kyo.
- Sí, lo sé, cuando me he despertado Alex estaba a mi lado pero se ha desmayado, por eso he venido a buscarte, necesito que me ayudes a cuidar de... él - dice un poco confuso, no entiende bien como Beni ha sabido que Alex tenía fiebre... acaso Alex y él... No, imposible. Para que Alex aceptara a Benimaru antes tendría que haberle contado sus secretos y este no parece saber nada.
- ¿Está en tu habitación? Bien, vamos... pero dime... ¿tu cómo estás amigo? Quiero decir... no parece que hayas... Kuso, Kyo, ¡no puedo creerme lo que has hecho! - dice estallando, no, no puede entender el comportamiento de su amigo. No recibe ninguna respuesta, Kyo esta con su rostro volteado y algo bajo, su cabello le cubre parte de la cara - Kyo... no ves que... quiero decir... lo siento... pero nos has preocupado mucho a todos, ni tan solo nos hemos atrevido a despertar a tu madre ni a Yuki... ¿como crees que se sentiría Yuki si te hubieras matado?... Kyo... nos preocupamos por ti y que tu te comportas como un niño y eso no es bueno... Si te sientes mal dilo... pero no vuelvas a hacer una tontería semejante... Alex ha enfermado y estoy seguro que es por todo lo que ha pasado hoy... Kyo... él te quiere mucho... no le hagas esto... no me hagas esto - y en este momento la voz de Benimaru se quiebra, ha intentado pensar en cualquier otra cosa para distraerse, conocer a Alex le ha ido bien... pero ahora... a solas con Kyo... las lágrimas empiezan a humedecer su rostro.
- Beni... yo... - dice Kyo volteando un poco su rostro hacia Benimaru, pero sin levantar la cabeza.
- Eres... un maldito estúpido - dice Benimaru, se acerca al joven Kusanagi y le pasa una mano por la mejilla haciendo que Kyo levante la cabeza, sus ojos, oscuros, sin vida -. No lo vuelvas a hacer - y en esto Benimaru abraza a su compañero. - Nunca más vuelvas a darme estos sustos - dice escondiendo su rostro en el hombro de Kyo, algunas lágrimas escapan de sus ojos sin poderlo evitar. Kyo corresponde al abrazo ligeramente, pasa su mano por el rubio cabello de Benimaru, no puede evitar sonreír, ÉL es el ciego, ÉL es quien se ha cortado las venas... entonces... ¿por qué tiene que ir consolando a todo el mundo? Pero no le molesta... no le molesta tener que consolarlos... lo que le molesta es que si ha de consolarlos solo es porque todos lloran por su suerte.
- No lo volveré a hacer nunca más... créeme - dice apartándose un poco del rubio y sonriéndole dulcemente - Oi, espero que no estés maquillado que sino se te habrá corrido el rímel - dice burlona y tiernamente intentando animar a su amigo.
- No digas estupideces - dice Benimaru dándole un ligero golpe en el estomago y secándose las lágrimas, sonriendo ligeramente.
- Vamos con Alex... ¿de acuerdo? - dice Kyo apartándose completamente, usando un tono de voz igual al que usaría un hermano mayor.
- Sí, vamos - dice el rubio y le coge una mano a Kyo para guiarlo pero el joven Kusanagi la rehusa.
- Tú ve delante, yo seguiré - dice convencido.
- Pero... Está bien como quieras - dice Benimaru resignadamente y empieza a andar, para su sorpresa Kyo le sigue detrás, pasando tranquilamente por donde pasa él. En verdad Kyo se está esforzando para oír los pasos de Benimaru y sus movimientos bastante silenciosos no ayudan, es algo complicado pero lo consigue.
Benimaru entra en la habitación de Kyo y ve a Alex tumbado en la revuelta cama, se ve algo sudoroso y con la respiración acelerada, se acerca a él y lo mira bien, sí, realmente se ve muy enfermo.
- Beni, tendrías que ir a mi baño y traer algo de agua en un cubo y unos paños - le dice Kyo situándose a su lado, Benimaru se dirige al baño y empieza a buscar lo que necesita.
- Al cabo de un rato sale con todo listo, pone un paño mojado en la frente de Alex mientras Kyo le toma el pulso.
- Kyo, tendríamos que sacarle la camisa y los pantalones - dice Benimaru viendo que las ropas de Alex están empapadas de sudor y eso no es nada bueno.
- No, no le tocaremos la ropa - dice Kyo firmemente.
- Pero... - intenta insistir el rubio
- He dicho que no - le corta Kyo con voz más dura evitando cualquier represalia que Benimaru le pueda dirigir.
- Oi, ¿por qué no has llamado al médico en vez de a mi? Me parece que debe haberse quedado por aquí cerca... - dice Benimaru cayendo en la cuenta.
- No, tú eres más de fiar que ese medico, no digo que no sea bueno, pero prefiero que seas tu quien me ayude y no un médico que no sabe nada de Alex. Además él mismo nunca va al médico, le desagrada... y mucho - dice Kyo seriamente y aun en tono frío.
- Alex... - dice Benimaru distraídamente mirando al joven tumbado en la cama -. ¿Qué secretos tendrá?
- Muchos, Beni, muchos - dice Kyo volviendo a sonreír dulcemente.
Al cabo de media hora parece que Alex ya no tiene tanta fiebre, los dos jóvenes están sentados, Kyo en el borde de la cama y Benimaru en una silla que había en la habitación. El rubio mira fijamente a Alex, su respiración ya se ha calmado y parece que está bien, luego dirige su mirada al joven Kusanagi quien se está tocando las vendas.
- Oi, Kyo, ¿estás bien? - pregunta al ver que Kyo se toca mucho las vendas, demasiado... tiene miedo de que se acabe lastimando de tanto tocar.
- Sí... pero... ¿me harías un favor Beni? - dice levantando la cabeza, una ligera sonrisa en su rostro y sus ojos abiertos, como si estuviera mirando a Benimaru fijamente.
- Dime.
- ¿Quieres mirarme las muñecas? - dice Kyo extendiendo un poco sus brazos hacia delante, con la palma de la mano hacia arriba, apoyándolas en sus rodillas.
- No tendría que sacarte las vendas sin el permiso del médico... - le responde el rubio en un tono algo protector.
- Lo sé... pero... es que... noto algo raro... Además... hay más vendas y... siempre podemos llamar al médico - dice amablemente intentando que el rubio acepte. Benimaru puede notar que Kyo esta algo confuso con lo que respecta a sus muñecas, así que se levanta y se arrodilla delante de él, cogiéndole una mano lentamente y empezando a sacar la venda con movimientos delicados y con algo de miedo por herir a su joven amigo.
- Si veo que te sangran te lo vuelvo a vendar de inmediato, ¿de acuerdo? - dice Benimaru en un tono un poco duro, Kyo solo asiente mientras nota como las vendas van siendo apartadas. Cuando Benimaru termina no puede creer lo que ve.
- ¿Qué pasa? - dice Kyo algo preocupado al notar que Benimaru está algo tenso.
- Kyo... tus muñecas... tienes unas marcas de quemadura en ellas... ¿cómo lo has...? - dice Benimaru sorprendido, puede ver que las heridas de los cortes están casi cerradas, un poco de sangre, pero no demasiada, y por encima de ellas hay unas marcas de quemaduras, la piel se ve algo roja y sensible, es como si alguien hubiera quemado las heridas para hacer que cicatrizaran.
- Yo no he hecho nada - dice Kyo apartando sus muñecas de Benimaru y tocándose una con la punta de sus dedos ligeramente. Puede sentir el olor a sangre y también a su propia carne quemada, solo un nombre se le viene a la cabeza - Asesino... - dice en voz alta algo distraídamente, pensando en ese extraño pelirrojo de cara sonriente que al empezar el sueño le ha cogido las manos y ha sentido que le ardían.
- ¿Cómo? - dice Benimaru sin entender nada de lo que está pasando.
- No es nada... vuélvemelas a vendar y no se lo digas a nadie, ¿de acuerdo? - dice Kyo tendiéndole otra vez las muñecas a su rubio amigo. Se sumerge en sus pensamientos, si era un sueño ¿cómo ha podido El Asesino quemarle y que al despertar aun tenga las marcas? ¿Lo ha hecho a propósito?
- Está bien... tu sabrás lo que haces... - dice Benimaru resignadamente empezando a vendarle de nuevo las muñecas, mientras Kyo sigue con mil preguntas en su cabeza.
- Maldito pelirrojo - dice distraídamente al intentar entender por qué demonios tiene esos sueños.
- Kyo... tranquilízate... no dejaré que Yagami te vuelva a tocar - dice Benimaru entendiendo mal la frase del joven Kusanagi, este vuelve a la realidad.
- ¿Iori? - dice con una medio sonrisa en sus labios - Iori... - dice y empieza a reír al entender la confusión que ha tenido Benimaru, él estaba hablando del Asesino y Benimaru ha creído que hablaba de Iori.
- Oi Kyo, ¿estás bien? - dice el rubio al ver que su amigo está riendo y no sabe el porque.
- No es nada... sólo que... me parece que los pelirrojos me dan mala suerte - dice dejando de reír pero sigue con una sonrisa en sus labios. "¿Es que nunca me vas a dejar en paz Iori?" piensa mientras sigue sonriendo, acostumbrado ya a que Yagami se encuentre en todos sus pensamientos. Gira su cabeza intentando localizar el balcón se levanta dirigiéndose a él, Benimaru solo lo mira, no dice nada. Seguramente hay luna, se dice el joven Kusanagi, ya que el viento debe haber alejado todas las nubes. Intenta imaginarse como debe verse la luna, la luna en la espalda de Iori... todo le lleva al mismo sitio... Iori.
* * *
No sabe como lo ha hecho, simplemente se ha puesto a andar y, sin saber como ha llegado a la mansión de los Kusanagi.
- En verdad no puedo sacarte de mi cabeza... Kyo - dice ya resignado el pelirrojo, se fija en la mansión, todas las luces están cerradas, menos una... en una habitación, con balcón - ¿Por qué no? - se dice y de un salto pasa la valla que protege la mansión, pasando sigilosamente entre algunos arbustos. Va hacia la habitación donde ve luz, esta un piso más arriba, da un salto y se agarra a la barandilla del balcón, por la parte derecha, intentando no ser visto. Su corazón late con fuerza y ni siquiera sabe si es la habitación de Kyo, pero algo en su interior le dice que sí lo es. Cuando va a mirar dentro, el cristal del balcón se abre, no puede moverse, maldita sea, lo han sorprendido, se dice apretando los puños. Alguien sale, un joven, un joven de cabellos castaños con la mirada perdida en el infinito. Ahora Iori si que no puede o más bien no quiere moverse, se queda quieto mirando la irreal figura de su rival iluminada por la luna, los ojos de Kyo parecen ahora dorados, debido a la luz. El joven da la vuelta repentinamente y cierra la ventana bruscamente.
- No vengas, Beni - le ordena Kyo al sorprendido rubio antes de cerrar la puerta, Benimaru no puede hacer más que confiar en que Kyo no se va a tirar, bien, se lo ha prometido, aunque si tarda mucho va a salir aunque sea rompiendo el cristal.
Iori aun se ha quedado más sorprendido. ¿Benimaru esta con él?, se pregunta, bueno al fin y al cabo es su amigo... De repente se fija en las muñecas de Kyo, están vendadas... pero ¿por qué?
Kyo se mueve despacio intentando calcular donde está la barandilla. Pone sus manos encima de esta y se apoya en ella dejando que el viento juegue con su cabello, sonríe.
Benimaru dentro de la habitación se relaja un poco ya que puede ver bien a Kyo desde la silla al lado de la cama, Kyo no parece con intención de tirarse.
Pasan algunos minutos, Iori casi no se mueve, solo puede quedarse mirando al joven de cabellos castaños apoyado en la barandilla... de pronto una voz le saca de su ensimismamiento.
- ¿Si te digo algo te vas a ir? - es Kyo, no se ha girado, ni tan solo se ha movido. ¿Le está hablando a él? ¿Cuánto hace que sabe que esta aquí? Por si acaso no dice nada. Kyo sonríe y se gira. Siguiendo la barandilla con una mano, se dirige hacia donde oye la respiración. Se acerca lentamente pero sin detenerse, sus ojos clavados en los de Iori, pero solo se lo parece, no lo ve... lo sabe, el pelirrojo se echa un poco hacia atrás y topa con la barandilla, grandiosa situación, se dice, un ciego lo esta intimidando. Kyo suelta una ligera risita. - Ten cuidado, no te vayas a caer... Yagami - dice ya justo al lado del joven pelirrojo, Kyo se apoya en la barandilla con sus manos, de cara al horizonte, Iori se apoya en la barandilla, de espaldas al horizonte. Iori no puede imaginarse como lo ha hecho Kyo para saber quien era... ni siquiera entiende como ha notado que había alguien. Va a decir algo pero un dedo de Kyo se posa en sus labios -. Shh, no digas nada, así está bien, ¿de acuerdo? - Iori aun está sorprendido, siente el suave dedo de Kyo en sus labios, se siente realmente estúpido... él... todo un Yagami... dejando que un Kusanagi le dé ordenes... No piensa aceptarlo, pero cuando va a protestar siente como Kyo se vuelve hacia él y pone sus manos, algo temblorosas, en sus hombros y luego apoya su cabeza en su pecho.
- ¿Se puede saber qué diablos...? - dice el pelirrojo molesto pero sin levantar mucho la voz, no le gusta que jueguen con él de esta manera, pero calla al notar unos sollozos que provienen del joven.
- Por... por favor... no te enfades... no hagas nada... solo déjame quedarme así un momento - dice el joven entre sollozos, ha notado que Iori estaba en el balcón al mismo momento que ha salido, su olor es tan característico que le ha sido relativamente fácil saber que era él, no ha podido evitar sorprenderse de encontrarlo aquí, en su mansión y ha decidido esperar a ver que haría el pelirrojo, pero al no hacer nada se ha arriesgado a hablarle. Realmente no siente ni una pizca de odio hacia Yagami, es más, al sentir el calor del cuerpo de Iori a su lado no lo ha podido evitar... Ahora se encuentra intentando relajarse y sacar todas sus penas en un abrazo a su rival, no espera mucho más que un golpe pero aun así no se aparta, no sabe porqué, ni quiere saberlo, pero no le molesta que Iori este aquí, el calor de su cuerpo es insoportablemente agradable, y Kyo esta demasiado afectado por todo, ni siquiera ha pasado un día y le ha pasado de todo, se ha quedado ciego... su familia llorando por él, Alex enfermo... él cortándose las venas, no puede soportarlo y deja que las lágrimas bajen solas.
- Estúpido Kusanagi, suéltame - dice Iori cogiendo las muñecas de Kyo y apretando con fuerza -. Eres débil, Kyo, seguro te has cortado las venas, ja, pero no esperes compasión de mi parte - la voz de Yagami es fría y distante, Kyo baja su rostro, una lágrima cae al suelo. De pronto siente una mano de Yagami en su hombro y nota como se va desplazando lentamente hacia su cuello, aprieta fuerte. Kyo por mero reflejo agarra la muñeca de Iori con sus manos, en esto el pelirrojo va a taparle la boca para que no grite, pero ve un ligero movimiento en los labios de Kyo, un susurro apenas audible...
- Mátame... - lo ha dicho flojo, suavemente como se fuera la más dulce de las palabras. Kyo suelta la muñeca de Iori y deja caer sus brazos al lado de su cuerpo, se lo ha prometido... a Alex... a Beni... no se va a suicidar... pero que Iori lo mate es distinto, no es suicidio...
Cierra los ojos, aunque da igual tenerlos abiertos o cerrados, y nota el calor de la mano de Iori en su cuello, pero este ya no aprieta tan fuerte debido a la sorpresa al oír esta palabra, tan dulce, como una súplica.
- Cobarde - dice Iori, intentando mantener su expresión fría. Vuelve a hacer presión, hasta que nota como Kyo va perdiendo conciencia y su cuerpo empieza a caer lentamente. Antes de que esto pase, Iori pasa su mano por la cintura del joven y la mano que tenía en el cuello la pasa a la nuca, sus caras están a pocos centímetros, por suerte Kyo aun está vivo, se dice al notar la débil respiración del joven - Perdóname - es casi un susurro pero Iori lo ha dicho. Con cuidado coge al joven Kusanagi entre sus brazos y salta del balcón llevándoselo. El viento sopla más fuerte aun, la luna brilla en un cielo estrellado.
* * *
Continúa...
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Diciembre, 2001