Llegendes de Foc
~ Jocs Perillosos ~

Fanfic por [Artemis] x [MiauNeko]

Capítulo 8.- No Tornaré a Lluitar
                   {No Volverá a Luchar}

Hace ya unas horas que Kyo ha despertado, algunos doctores lo están examinando ahora, puesto que no acaban de entender como sus pupilas y su iris no han perdido en nada el color.

Alex y Saisyu están esperando pacientemente en la sala de espera del hospital, que no está muy lejos de la habitación del joven Kusanagi, ambos están ahí porque el doctor Matsuda les ha dicho que era mejor así, "Para no poner más nervioso al joven" había dicho, que tontería.

- Alex ,¿cómo crees que se encuentra realmente mi hijo? - pregunta Saisyu desde la ventana. El viento no ha dejado de soplar en todo el día. Su mirada esta perdida en el horizonte, pensando en lo que le ha dicho su hijo, lo ha culpado a él, aunque luego se ha retractado... pero la cuestión es que lo ha culpado.

- La verdad... no lo sé, Kusanagi-sama. En esta situación tanto puede estar triste como estar enojado, supongo que es normal... Cuando te pasa alguna cosa como esta culpas a todo el mundo, incluso a ti mismo... - dice Alex, este está sentado en una de las incómodas sillas de plástico de la sala de espera, su mirada también está perdida.

- ¿Lo sabes por lo que te sucedió a ti? - dice Saisyu girándose a ver al joven de ojos verdes, quien se sorprende ante el comentario de su señor.

- Bueno... lo que me paso a mí, y lo que le está pasando a él... son cosas completamente distintas, pero puedo suponer que los sentimientos son más o menos los mismos - dice Alex en un hilo de voz, en verdad no le gusta hablar de su pasado, puesto que eso es lo que es... pasado. Sólo Kyo y Kusanagi-sama conocen esa parte de su vida y no quiere que nadie más la sepa.

- Alex... tú eres amig... - en esto Saisyu se detiene en sus palabras por que alguien entra en la habitación - ¡Yagami! - dice asombrado al ver a Koji entrando en la sala de espera, como si no le hubiera pasado nada, como si fuera una persona completamente sana. Mira a Saisyu como en sus viejos tiempos, con arrogancia.

- Kusanagi... ¿quién es este? - dice Koji al fijarse en la tercera persona de la sala, Alex, este no esta muy contento en ver a Yagami-sama pero lo disimula. Se levanta de la silla y hace una ligera inclinación ante Koji.

- Este es Alex un... amigo de mi hijo - dice Saisyu pensando que es mejor no decir que Alex es un ninja de su clan.

- Vaya - Koji se queda de pie mirando a Alex, fijándose en sus finos rasgos, su mirada. Ve perfectamente que este chico no es japonés.

- Alex, ¿por qué no vas a buscar un poco de café? - inquiere Saisyu al ver que Koji no habla, y puede imaginarse que es porque Alex está delante.

- De acuerdo - Alex empieza a salir de la sala de mala gana, mirando todo el rato a Yagami-sama, hasta que sale con una leve inclinación y cierra la puerta.

Koji se dirige a sentarse en la misma silla donde estaba Alex. Para ser una sala de espera es bastante pequeña, piensa Koji, puesto que solo hay seis sillas más, y una mesilla de cristal con las respectivas revistas destrozadas a base de haber pasado por cientos de manos. Las sillas están colocadas más o menos alrededor de la mesilla. Hay un cenicero puesto estratégicamente cada dos sillas, así que Koji aprovecha y enciende un cigarro que traía en el bolsillo, ni tan solo sabe cuando lo puso allí. Lo va a encender con su llama pero Saisyu enciende una de las suyas acercándola al cigarro.

- No deberías fumar, ni tampoco deberías encender tus llamas - dice en un tono de reproche que sorprende a Koji, pues le parece muy fraternal, pero no le da importancia y da una primera calada. - ¿Cómo es que ya has salido de tu habitación? ¿Te dejan ir? - pregunta Saisyu algo incrédulo.

- No les queda más remedio, sino quieren que les encienda el hospital... además... Matsuda, el doctor, sabe perfectamente que no me gusta quedarme en una cama de hospital durante mucho tiempo. Ahora estoy bien, y voy a irme a mi casa, y si he de morir... prefiero hacerlo ahí que no en un frío hospital - explica Koji dejando que el humo suba y se esparza por la sala.

- No te creía tan sentimental, Yagami - dice Saisyu sarcástico.

- No lo soy, y no te burles de mí, que sino no te voy a ayudar - dice Koji sonriendo, en verdad le parece que Saisyu se esta comportando como un hermano, como un incordio de hermano.

- ¿Ayudarme? ¿Cómo? - pregunta algo molesto.

- Tranquilo. Intentaré buscar un médico especialista en casos como los de tu hijo y si lo encuentro te lo haré saber, ¿de acuerdo? - continua diciendo Koji tranquilamente haciendo una nueva calada.

- No creo que puedas, no falta mucho para que se acabe el día. No podrás encontrar ningún medico bueno en tan poco tiempo - le explica Saisyu convencido.

- Sí, tienes razón, seguramente tardaré más de un día en encontrar alguno. Pero da igual, ya sea mañana, dentro de una semana o dentro de un mes, si lo encuentro te lo haré saber - dice Koji llenando sus pulmones de reconfortante humo.

- ¿Por qué? - Saisyu está completamente asombrado, no puede creer lo que su rival de toda la vida le está diciendo. Koji se levanta y se dirige hacia la puerta.

- Para darte las gracias por haberte quedado conmigo hoy - dice y se va tirando el cigarro en el suelo y empezando a andar en dirección a la puerta principal de salida. Saisyu se ha quedado de piedra al oír esto, ni tan solo puede entender el por que.

***

Alex, en vez de ir a la máquina de café ha preferido ir fuera, sabe perfectamente que Kusanagi-sama lo ha dicho sólo para que se fuera. Sale por una de las puertas secundarias que tiene el hospital, son pequeñas y no se diría que son salidas si no fuera por el cartel en donde lo dice. Al salir, puede ver que esta parte da a un callejón bastante amplio. Los médicos lo deben usar para ir a tirar la basura, se dice al ver dos enormes contenedores. No puede evitar estremecerse al notar una ráfaga de viento fría que se cuela por el callejón. Levanta la vista e intenta imaginarse cual de los cientos de ventanas es la de Kyo.

- Així et podreixis, Iori - dice en su lengua materna, pensando en Kyo, en cuan mal lo ha visto, en cuánto debe sufrir...

- ¿Se puede saber qué me has dicho? - Alex se sobresalta, la voz proviene de cerca, se fija bien y lo ve, es Yagami, apoyado en la pared fumando un cigarrillo, ¿cuánto tiempo lleva ahí? ¿Hace horas que se había ido o acaso ha vuelto?

- ¡¡Yagami-san!! No... no le había visto, perdóneme... - dice y, aunque en el fondo siente que quiere matarlo, se inclina formalmente para disculparse.

- Hn, ¿qué has dicho antes? He oído mi nombre, no me estarás perdiendo el respeto... ¿verdad, Alex? - dice Yagami sarcástico, y acercándose a Alex con una sonrisa amenazante en su rostro, tirando el cigarrillo en el suelo y pisándolo con un pie mientras avanza. El ninja intenta mantenerse firme, pero a cada paso que Yagami, da él retrocede, sabe que si lucha contra él no tiene ninguna posibilidad. Al final ya no queda más espacio para retroceder.

A Alex esta situación le parece cada vez más peligrosa, si al menos sus compañeros estuvieran aquí... pero no. La puerta por donde ha entrado le queda a cuatro metros, y Iori está a menos de un metro de él. Mira hacia la salida del callejón pero no hay nadie, quizá él sería más ágil que Yagami, pero de seguro este sería mucho más rápido y lo acabaría atrapando, además, es un ninja, no debe huir.

- Qu... ¿qué quiere? - intenta decir Alex en tono firme aunque no le sale del todo bien, la verdad es que empieza a angustiarse.

- ¿Qué té pasa? ¿Estás asustado? - dice Iori, y lo mira fijamente a los ojos, y en este momento Alex puede ver que los ojos del pelirrojo están rojos. "¿Habrá llorado? ¿Por su padre? ¿O por... Kyo?" se pregunta mientras intenta retroceder más, cosa que le resulta imposible. Yagami pone una mano al lado de la cabeza de Alex, apoyándose en la pared, y con la otra enciende una llama púrpura que se mueve rítmicamente siguiendo el compás del viento. El ninja intenta mantenerse impasible, intentando no hacer caso a la cercana llama - Dime... tú y Kyo sois buenos amigos, ¿verdad? - pregunta Yagami acercando su llama al estómago de Alex, que empieza a notar el calor.

- Sí, ya se lo he dicho - Alex sabe que ya no tiene ninguna posibilidad, o Yagami lo mata o lo deja, cosa que le parece imposible.

- Y si yo te mato... supongo que Kusanagi se pondrá muy triste... porque... por lo que he visto hoy, sois muy buenos amigos - dice Yagami irónico, acentuando el ‘muy’ para dar a entender su comentario.

- No sé que haría Kyo si usted me mata, ¿pero no cree que ya está sufriendo bastante? ¡Lo ha dejado ciego, por dios! ¿¡Qué más quiere!? - dice Alex exasperado, la verdad es que no creía que los Yagami llegasen a estos extremos de crueldad, además, Iori le había parecido medio normal al principio, cuando lo estaba acompañando al hospital.

- ¡Cállate! - grita Yagami, apaga su llama y coge a Alex por los hombros, apretándolo contra la pared, haciendo que este tenga que cerrar los ojos por el dolor - ¡Si está ciego es por su culpa! ¡Suya, no mía! ¿Me oyes? - le grita Yagami mientras hace más presión en los hombros ya dañados de Alex, y en cuanto el ninja cree que Yagami se los va a romper, este lo suelta. Alex abre los ojos despacio algo incrédulo, y se encuentra con un Yagami con la cabeza baja inclinada hacia un lado, sus rojos mechones cubriéndole los ojos y sus brazos colgando - Yo... - la voz de Yagami suena muy débil - Dile... dile a Kyo que ya no volveré a molestarlo más - dice intentando mantener una voz firme, pero no acaba de salirle suficientemente convincente, en esto se saca el anillo de plata que siempre lleva en su dedo y se lo da a Alex - Dale también este anillo - el joven ninja no puede creer lo que está oyendo, coge el anillo mecánicamente, sin saber bien lo que hace, o simplemente lo que está pasando.

- ¿Y se lo digo así, sin más? - dice saliendo de su asombro y algo molesto.

- Sí - dice Yagami, levanta la cabeza y Alex puede ver que aun mantiene la sonrisa de superioridad. Se asusta un poco, pero intenta mantener la compostura. - Explícale lo que quieras: que no quiero luchar con un ciego, que me da lástima, que me da asco, me da igual, pero díselo y dale el anillo, así te creerá, servirá para sellar el trato, no me acercaré a él... nunca más - la ultima frase suena débil en sus labios, su voz parece a punto de romperse, se gira y empieza a irse, pone sus manos en los bolsillos y se aleja despacio.

- ¿Cuál es la autentica razón? ¿Qué es lo que siente realmente por Kyo? - dice Alex elevando un poco la voz para que Yagami lo oiga.

- A ti te lo voy a decir... - dice Yagami por lo bajo, burlándose, y se aleja, dejando a Alex sin respuesta.

El ninja mira el anillo, lo aprieta, cerrando su puño, lo pone en el bolsillo de su pantalón y entra de nuevo en el hospital.

***

- Señor Kusanagi, su hijo ya esta listo para irse - dice una enfermera entrando en la sala de espera, Saisyu esta en la ventana viendo como Koji sale del hospital y entra en un coche. Al oír a la enfermera se gira hacia ella. - Por favor sígame -le dice la siempre amable enfermera, con una sonrisa en los labios. Lo único que consigue con ella es hacer que se vean sus dientes mal formados, separados, blancos, sí, pero separados. Saisyu la sigue y se dirigen a la habitación de Kyo, en el camino se encuentran a Alex.

- Alex, ven, ya podemos llevarnos a Kyo - dice Saisyu haciéndole un gesto para que el joven se acerque, este así lo hace, Saisyu puede ver que el ninja esta algo alterado, pero no le da mucha importancia y entran en la habitación.

Al entrar se encuentran a Kyo vestido y de pie ante la ventana, con los ojos abiertos, el viento que entra juega con su cabello haciendo que se ondule en un rítmico compás.

- Kyo, cuando quieras podemos irnos - dice Saisyu acercándose a su hijo y poniendo una mano en su hombro.

- De acuerdo, vámonos - dice Kyo mecánicamente, como si no importara el irse o el quedarse. Se da la vuelta, su padre no puede creer que en realidad este ciego, puesto que parece que Kyo lo mira a los ojos, solo fijándose bien se puede notar que la mirada de Kyo está perdida, como si estuviese mirando la nada, y así es, por que... para él... todo es oscuridad, no hay más... ni lo habrá. Lo sabe, pero eso no quiere decir que lo acepte.

Alex se pone al lado de Kyo y este le pone una mano en el hombro. Empiezan a salir del hospital, con Saisyu delante. Alex guía con cuidado a su amigo, pero sin decir palabra, aun tiene el anillo de Yagami en el bolsillo y no se decide a decirle a Kyo lo que le ha dicho Yagami, ¿cómo podría tomárselo? Es mejor esperar, se dice.

- Alex... ¿te pasa algo? Me parece que te duelen los hombros, ¿ne? - dice Kyo mientras siguen saliendo, Alex no puede evitar pararse sorprendido. - O sea que es verdad... ¿Te has enfrentado a Yagami? - dice Kyo flojo cerca de su oído para que Saisyu no pueda oírlo.

- Oh, no, no ha pasado nada, tranquilo... Yagami ya no... - intenta decir Alex pero en este momento, en cuanto acaban de salir por la puerta principal, Kyo aparta a Alex de un tirón, pues venía un enfermero que acababa de bajar de la ambulancia empujando una camilla con un hombre con la cara medio destrozada y quemada, y si Kyo no llega a apartar a Alex, la camilla hubiese chocado con el joven ninja. Saisyu ni se ha dado cuenta, puesto que él ya esta dentro del coche esperando pacientemente mientras va dando instrucciones a su chofer.

- Alex ¿estás bien? Tendrás que ir con más cuidado - sonríe Kyo divertido.

- Como... ¿cómo lo has...? - dice Alex que no entiende cómo Kyo ha sabido que pasaba esa camilla, con el enfermero empujando como un loco.

- No lo sé... supongo que... simplemente lo he notado... curioso, ¿no crees? - dice Kyo, aun sonriendo amablemente, pero en verdad no puede evitar sentir miedo... no ve nada, pero puede notar tantas cosas... Los ruidos de las personas de la calle... sus aromas... Los pasos elegantes de las mujeres, los pasos acelerados dentro del hospital... el olor a humo de cigarrillo, olor a hospital, tan indefinido, tan repulsivo, olor a polución... ¿Qué le esta pasando? Intenta mantenerse firme, pero está asustado, está muy asustado. Sí, un ciego puede notar muchas cosas, ¡pero no tantas!

Alex decide no preguntar más puesto que ve que Kyo no quiere contarle nada, coge la mano del joven y lo ayuda a llegar al coche, su otra mano en el bolsillo, sujetando el anillo.

 

***

Continuará...

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Junio, 2001

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