Memorias de una Flama Ardiente...

CAPITULO VII: "Desesperación"

-"¡Kyo-san!"- Gritó Shingo mientras sostenía a Kyo entre sus brazos.

-"Si sigue así podría morir Kyo Shingo. Tenemos que hacer algo y rápido"

Ambos peleadores levantaron a Kyo sin embargo una pequeña aura de color amarillo comenzó a rodear al muchacho, La ropa de Kyo cambió para volver a ser la clásica ropa de batalla que llevaba siempre y sin embargo se notaba algo diferente.

-"No puedo dejar a Iori luchar solo..."-Decía Kyo mientras el aura trataba de incorporarlo. "No, no lo haré, por el amor que le tengo, por el dolor que yo siento, por mi alma ¡por mi vida te juro que iré por ti Iori!...".

Una gran flama escarlata comenzó a rodear a Kyo con una enorme intensidad, esta empezó a hacerse mas grande.

-"Beni-chan Shingo-Kun por favor... ayúdenme a rescatarlo".

Benimaru y Shingo asintieron, de momento un gran resplandor invadió todo el cuarto y los 3 aparecieron en un sitio nuevo para ellos. La atmósfera se sentía demasiado solitaria, además de fría. Frente a ellos se erguía un enorme castillo de piedra, dos antorchas de fuego azul y púrpura alumbraban la entrada principal. El castillo parecía emitir una energía extraña y sin embargo familiar para Kyo y los demás.

-"Esto se pone interesante"- Dijo Benimaru mientras comenzaba a avanzar por el camino de piedra.

-"Iori... espéranos por favor"

Dicho eso los 3 peleadores comenzaron a adentrarse al castillo. En su interior el castillo mostraba el paso del tiempo, pero no en el sentido de que estuviera viejo, al contrario; se encontraba perfectamente arreglado y pulcro.

A lo largo de los pasillos podía observarse el pasar de las épocas del hombre. Lo que llamó la atención a los chicos fue la existencia de elementos que solo funcionaran con fuego o pinturas donde el fuego era el tema.

Al llegar al final del pasillo Kyo se topó con algo que lo hizo estremecerse: Sus recuerdos. Una pintura donde se mostraba Iori sosteniendo a Orochi y a él propinándole el ultimo golpe.

-"¿Qué es ese ruido?"- Preguntó Shingo mientras se escuchaba a lo lejos el crujir de algo.

De repente el piso se abrió y los 3 chicos cayeron al vació. Los 3 cayeron en un profundo letargo al instante.

-"¿Crees que con eso puedas detenerlos Okazus?"- Pregunto el chico de cabello púrpura al otro.

-"Al menos les evitare el sufrimiento que tu les causarías si llegaran a este sitio Aruza, además tendrán en sueños lo que ellos más han deseado".- Contestó

-"Acabas con mi diversión Okazus... está bien al menos tengo a este muchacho para divertirme. Tu me servirás de ahora en adelante por si llegasen a este sitio ¿De acuerdo Iori?".-Decía Aruza a Iori mientras le tomaba de la barbilla y se acercaba a sus labios.

-"¡Nunca, aléjate de mi kisa...!"- Decía Iori antes de ser callado por un beso de Aruza. Aruza lo tomo entre sus brazos y lo desato quemando las cadenas que ataban a Iori con fuego escarlata. Poco a poco comenzó a recorrer todo el cuerpo de Iori con sus manos, Iori ya no era él, ahora estaba siendo poseído por el poder de Aruza. Aruza introdujo sus manos dentro de la camisa de Iori acariciando su pecho mientras con sus largas uñas rasgaba un poco la piel del chico. Un leve quejido escapo de la boca de Iori...

-"No quiero ver esto.."- Dijo Okazus -"Iré a preparar las ilusiones de esos muchachos, será más entretenido ver de nuevo a ese chico de fuego escarlata... será más, como decirlo, ah si dulce que verte a ti violando a este muchacho". - Al momento Okazus desapareció entre chispas de color escarlata.

-"Me agrada hacerlo enojar"- Decía Aruza mientras lanzaba lejos el cuerpo de Iori con suma facilidad. -Sin embargo... tu si me servirás de mucho más adelante joven Ningen.

Continuará...

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Memorias de una Flama Ardiente es propiedad de Alexei &
Diciembre, 2001