Autora: Raquel - onlyzweb@yahoo.com
Categoría: Angst
Resumen: Kyo acude al encuentro de Iori como cada 25
de marzo, tratando de cambiar el destino que les
separa...


Because I Love You

Estaba en ese bar de nuevo, cumpliendo el mismo ritual de todos los años. Entró silenciosamente, con sus manos enguantadas ocultas en los bolsillos de su pantalón y su rostro cabizbajo, tratando de no llamar demasiado la atención.

Caminó entre las mesas, sintiendo el olor de los cigarrillos y el alcohol y se dejó caer pesadamente en una de las butacas del bar, en donde podía observar perfectamente la tarima y al grupo que cantaba en ese momento. Con un ademán de su mano, un joven acudió a atenderle. Pidió una cerveza y, acomodándose en su asiento, se dispuso a disfrutar del espectáculo. Después de todo, estaba allí sólo para verle, aunque fuera de lejos, aunque él no supiera que se encontraba entre el público, como uno más de sus fans.

Igual a cada 25 de marzo.

Porque ése era su día...

Y no había otro lugar en donde estar más que allí... disfrutando de su lejana compañía... añorando su calidez...

El ambiente estaba en penumbras y las únicas luces provenían de algunos reflectores que apuntaban al cantante de turno y a su guitarra; Kyo observó embelesado la belleza de Iori Yagami, quien interpretada una hermosa canción y la elegancia en cada uno de sus movimientos. Estaba vestido de negro esa noche, dejando únicamente al descubierto sus manos de piel nívea y dedos alargados y aquel rostro misterioso siempre oculto tras su flequillo pelirrojo.

Hacía un año justo que no lo veía, pero los sentimientos se habían mantenido inalterables.

Lo había extrañado tanto...

Cerró sus ojos un instante, escuchando su voz, agitado por la pasión que transmitía cada una de las palabras que pronunciaba y la firmeza de cada uno de sus acordes. Era más que música, pensó febrilmente, era escarlata oscuro, desenfreno, sensualidad; era su alma desatada, sus sentimientos, su energía... era todo él allí arriba, sin barreras ni secretos. Podía sentirlo claramente, como solía hacerlo cuando combatían, cuando ambos liberaban el fuego o se amaban... Era Iori, simplemente Iori. Sin apellido, sin pasado o maldición o destinos por cumplir... sin odio.

Era el Iori que había conocido en la intimidad de sus encuentros, el que extrañaba desesperadamente... el que amaba con locura... y el que había perdido. Era tantas cosas a la vez, que por un instante sintió explotar en mil pedazos, perder la cordura, morir de congoja...

Entonces la música cesó y sólo hubo silencio. El espectáculo había concluido ya. El moreno apuró su cerveza y pidió otra. Esa noche sólo quería emborracharse y olvidar... aunque había elegido un mal sitio para intentarlo. Sabía por qué estaba allí realmente y sintió rabia de su debilidad y falta de orgullo; ¿dónde estaba el Kusanagi que no se dejaba intimidad por nadie?, ¿dónde estaba el campeón del KOF ahora? ¡Lo necesitaba!, ¡necesitaba de su fuerza! No quería llorar de nuevo...

Dejó caer su cabeza sobre la madera fría de la barra cuando alguien ocupó el asiento contiguo al suyo. Sabía lo que iba a pasar... en el fondo lo había buscado yendo a ese bar esa noche, y no le importante. Ya no le importaba nada.

Una voz molesta dijo: "¿Qué haces aquí, Kusanagi?".

El moreno encaró su mirada furiosa y sonrió débilmente. "Hubo un tiempo en el que era Kyo para ti...".

Yagami desvió su mirada. Pidió otra cerveza y bebió un trago antes de sacar un cigarrillo y encenderlo. "Eso fue hace mucho tiempo, pero insistes en recordarlo", dijo finalmente, dando una calada larga y profunda a su cigarro.

"Nunca podré olvidarlo...".

"¡Pues deberías!".

"Quizás, pero no puedo", le respondió con firmeza, conteniendo sus deseos de tocar ese rostro bonito y besarlo. "Además, hoy es 25 de marzo, tu cumpleaños".

"Ya lo sé. Y has venido, como el año pasado y el año anterior a esa... a pesar que siempre te digo que no lo hagas, vuelves en este día; ¿Por qué lo haces, Kusanagi?, ¿qué ganas con este ritual macabro y sin sentido, además de colmar mi paciencia?".

Kyo suspiró, dolido de escuchar esas palabras. "Sólo quería verte y saber si estás bien".

"Lo estoy. Escucha, te lo digo una última vez: no me busques más, Kusanagi. Vete y no regreses nunca... deja al pasado descansar en paz".

"Hagamos un trato, entonces", se apresuró a responder Kyo, cuando el pelirrojo le dio la espalda, dispuesto a dejarle solo.

Iori se dio la vuelto y le observó con suspicacia. "¿Qué trato?".

"Si eres capaz de observarme a los ojos y decirme que no me amas tanto como yo a ti, si eres capaz de hacer eso, entonces me iré para siempre. Lo juro", y lo decía muy en serio.

Yagami sonrió ante ese reto; hacía tiempo que no tenía alguno y la vida comenzaba a ser aburrida. Cuando era el enemigo del moreno, al menos se entretenía peleando con él de vez en cuando, probando sus técnicas y comprobando los adelantos de su rival, después dejaron de ser enemigos para convertirse en amantes y fue como si una nueva batalla comenzara entre ellos, sólo que éstas se llevaban a cabo en su cama o en la suya... y generalmente él era el ganador, aunque no le molestaba perder algunas veces...

Acercó lentamente su mano y acarició el rostro de su... ¿cómo llamarlo ahora? ¿enemigo? ¿amor? Sabía que no había adjetivo que pudiera describir lo que ellos eran, que no existían palabras en el mundo que pudieran abarcar la completitud de esos sentimientos... recorrió todos sus contornos: su nariz, ojos, mejillas y labios, como solía hacer antaño, y posteriormente tomó con fuerza sus cabellos, al tiempo que endurecía la mirada.

"¿Acaso pretendes jugar conmigo?", le dijo, y el otro supo que aquello era más una amenaza que una pregunta.

Kyo sujetó la mano de Iori con firmeza, sin apartar su mirada de la suya, a pesar del intenso dolor que sentía. "Yo te amo, y sé que tú también me amas".

Ante esas nuevas palabras, el pelirrojo soltó bruscamente sus cabellos con tal fuerza que el moreno sintió que caería al suelo. Entonces tomó su vaso, terminó su bebida y luego observó a Kyo de nuevo con fiereza.

"Dices puras estupideces; ¡yo terminé nuestra relación!, ¿por qué no sigues con tu vida así como yo lo hice con la mía?".

Kusanagi volvió a acomodarse en su asiento. "Lo haré, pero antes tienes que hacer lo que te pedí".

"No lo voy a hacer".

"No lo haces porque no puedes, ¿no es así?".

"No me provoques, Kusanagi, te lo advierto...".

"Escúchate a ti mismo, Iori, no puedes mirarme a los ojos, ¡no puedes mentirme!".

Yagami golpeó la barra con su puño, furioso, y luego tomó a Kusanagi por su sudadera, agitándolo con fuerza. El bar quedó en completo silencio, cuando todos observaron a la pareja: algunos con gestos nerviosos, otros con simple curiosidad, mientras el moreno era literalmente arrastrado fuera del lugar por el otro, más alto, fuerte y temible.

El pelirrojo sintió una ola de frío que le hizo titiritar cuando salió a la calle con Kyo detrás. Se adentró en la oscuridad de un callejón, en donde golpeó al moreno en el rostro, tirándolo al suelo. Enloquecido de ira, le alzó con la fuerza de una sola mano, mientras la otra estaba lista para comenzar una paliza. El moreno no mostraba ninguna resistencia y le enfurecía aún más sentir su sumisión, como si ofreciera su cuerpo para lo que él quisiera: amarlo o matarlo, como si ya todo le diera igual. Odiaba verlo entregado y débil, era tan patético...

Golpeó su mejilla con el dorso de su mano y notó por primera vez sus lágrimas. Lloraba en silencio, y Yagami supo que no lo hacía debido a sus golpes sino a algo más profundo que eso...

Le soltó y Kusanagi cayó sin fuerzas al suelo; no pensaba lastimarlo más, así que descargó su odio contra una de las paredes, golpeándola una y otra vez, hasta que su propia mano comenzó a sangrar en respuesta. Cuando logró descargar toda esa ira contenido, se arrodilló a su lado y preguntó con un dolor que trató de ocultar pero no pudo: "¿Por qué me haces esto?, ¡¿por qué no me dejas olvidarte?!".

Kyo no pudo contenerse y se arrojó sobre él, rodeando su cuello con sus brazos temblorosos por el frío y el llanto. "Porque te amo y no puedo vivir sin ti. He intentado todo para olvidarte y no lo logro, no podré seguir adelante si no estás a mi lado... ¡vuelve conmigo, por favor!".

Iori deseaba más que nada corresponder ese abrazo, decirle a Kyo que todo iba a estar bien, que le amaba y le extrañaba tanto o más que él, pero no podía hacerlo... aferrándose a toda la fuerza de voluntad que le quedaba, retiró esos brazos de su cuerpo, dejándole una punzante sensación de vacío y pérdida.

"No puedo, Kyo... no me pidas eso...".

Kusanagi se abrazó a sí mismo, incapaz de contener esa agonía. "¡Pero nos amamos! ¿por qué no podemos estar juntos?".

"Sabes que nuestras familias no lo permitirían, que irían detrás de nosotros para matarnos...".

"¡No me importa! Yo sólo quiero estar contigo...".

"A mí sí me importa, Kyo. No puedo dejar que corras peligro y menos por mi culpa".

Kusanagi negó con su cabeza, tratando de hallar las palabras que pudieran convencer al otro de quedarse... "¡Prefiero la muerte, entonces, a esta miseria de vida que tengo! –gritó, lleno de furia- Podemos luchar, pero ni siquiera lo intentas, ¡tenemos al fuego y podemos usarlo!".

Yagami le sujetó de nuevo los hombros. "No estamos seguros de vencer y no voy a arriesgar tu seguridad; no pienso convertirte en un fugitivo...".

"Pero...".

"Ssshhh, calla ya", dijo Iori, colocando un dedo sobre los labios del otro.

Le observó un instante, en medio del silencio y la oscuridad, sus ojos enrojecidos, sus mejillas ruborizadas y húmedas, sus manos aferrados nuevamente a su cuerpo y sus cabellos enmarañados, preguntándose cómo podía verse tan hermoso alguien en una condición tan deplorable, pero inmediatamente supo que esto era así porque le veía a través de los ojos del amor. Acercó su rostro, uniéndose al otro en un beso amargo, un beso con sabor a despedida...

Luego se separaron; Iori acarició una última vez el rostro de Kyo antes de ponerse en pie. Arregló un poco su cabello alborotado y sus ropas; Kyo le observaba inmóvil desde el suelo, incapaz de expresar el dolor por más tiempo.

Endureció su mirada de nuevo. "No vuelvas a buscarme, Kusanagi, ya está bien. Esto se terminó, ¿comprendes? Sigue con tu vida y trata de ser feliz".

Kyo le vio irse y le gritó antes de cruzar una esquina, aún echado en el suelo. "Nos volveremos a ver, Iori, ¡Te buscaré el próximo 25 de marzo...! –y luego concluyó en un susurró- Adiós, mi amor...".

Owari

Finalizado el 18 de marzo de 2003

KOF pertenece a SNK
"Because I love you" es propiedad de Raquel
Publicado en Iori x Kyo - The Birthday Series
Marzo, 2003

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