Nick: Min@
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Titulo del Fanfic: Un regalo para Iori.
Categoría: Realizado especialmente para el Cumpleaños de
Iori
Parejas: Iori x Kyo(Por supuesto)
Un regalo para Iori
"Hoy el viento caliente recorre las calles, es como si estuviera vivo, revoloteando las hojas, el polvo y la basura de las calles. Revelándose contra la vida.
Casi es insoportable el respirar el aire de este verano, lleno de tierra seca y olvido. El clima es tan diferente aquí, que en Japón. Cada vez que recuerdo el frió, de aquellas nevadas, mi cuerpo se estremece recordando, el delicioso frío de la nieve, cayendo sobre mi cara.
Hace unos dos meses que no veo a Benimaru, a Goro, ni a Shingo , ni siquiera a mis padres. La ultima noche que los vi, fue aquella, en la que mi padre había dispuesto que formalizara mi compromiso con Yuki. Aun recuerdo la cara de felicidad de ella, cuando mi madre se lo anuncio, parecía una niña pequeña, tan alegre.
Yo desee sentir esa misma alegría, desee amarla, igual que ella me amaba a mi, pero no podía, mi enamoramiento por ella, había sido tan pasajero, y ahora solo era para mí, como una hermana pequeña a la cual había que cuidar y adorar.
La quería, cierto, pero no la amaba. Mas que una novia, para mí, era una amiga muy especial.
Aún así la extraño, no puedo evitarlo, la extraño al igual que a mi familia, han sido los dos meses más largos de toda mi vida, la noche anterior a ellos, celebre la fiesta de mi compromiso con ella, una fiesta con todo el lujo, que solo un Kusanagi puede darse.
Asistieron todos mis amigos y familiares, pero yo no conseguí sonreí ni un solo instante, la mayoría pensó que quizás estaba enfermo, y los demás, solo pensaban que no quería perder la soltería.
Pero la realidad, era que no quería esa boda, yo no sentía ninguna clase de ilusión por atar mi vida a la de Yuki.
Al final me retire a mi habitación, con la excusa de un falso dolor de cabeza, me recosté sin ganas en la enorme cama, mire la enorme ventana de la habitación, la luna se veía hermosa, de pronto alguien toco a mi puerta, avisándome que tenia una llamada, en el vestíbulo de mi padre, sin ganas me puse de pie y camine entre los invitados, rápidamente, muchos de ellos, me vieron y quisieron detenerme, pero yo los pase de largo y cuando al fin estuve en el vestíbulo, cerré la puerta con seguro, suspire aliviado, desde ahí también podía apreciar la hermosa luna, tome el auricular y la sangre de mis venas se helo, la llamada... era él, reconocí de inmediata su voz, era inconfundible, tan grave y profunda, sin querer mi piel se erizo cuando escuche mi nombre, nunca me había llamado por mi nombre, hasta esa vez... Y mi nombre sonaba extraño en sus labios"
-Kyo... -La voz al otro lado de la línea, sonaba extraña. Pero Kyo la reconoció de inmediato. ¿Cómo es que Yagami conocía su número de teléfono?. Pensó Kyo, sosteniendo el auricular con nerviosismo.
-...Yagami... -Murmuro Kyo aun dudando que fuera el pelirrojo el que le llamaba.
-Quiero verte... -Dijo Iori, casi exigiendo. Su voz ahora si sonaba familiar, para Kyo, era la voz de Yagami. Kyo miro el enorme reloj, en la pared. Eran casi la una de la mañana, los invitados aún no se habían marchado. Pero Kyo no deseaba estar ahí. Y antes de que Kyo se diera cuenta.
-¿Donde?
Rápidamente el joven anoto en una hoja la dirección, lo que menos necesitaba era una pelea con Yagami, pero cualquier cosa era preferible a estar en ese lugar y aparentar algo que no sentía.
Conocía el lugar perfectamente, así que no tuvo en problemas en llegar, el lugar estaba en las afueras de la ciudad, una lugar despoblado, ideal para una buena pelea, entre los descendientes de clanes milenarios.
Kyo bajo de su motocicleta, camino escasos metros, cuando una figura salió de entre los árboles.
Kyo trato de ver las facciones de Iori, pero la escasa luz no le permitía ver el rostro del pelirrojo.
-Llegaste muy rápido Kusanagi. ¿Te aburrías en tu fiestecita?-Había burla en la voz de Iori. La misma actitud burlona de siempre.
Kyo lo miró en silencio e iba a decirle algo, cuando vio en la mano del pelirrojo, un celular, el joven moreno se sorprendió, Iori lo había llamado desde ese lugar, y lo había esperado.
Fue entonces cuando pudo mirar su rostro, sus ojos lavanda lucían tan brillantes a la luz de la luna. Iori camino hacia él, Kyo trago saliva y no pudo evitar ponerse nervioso, cuando aquel hermoso pelirrojo se detuvo frente a él. Tan cerca, que Kyo podía sentir su aliento en su cara y percibir ese olor, tan particular.
-¿No sabes que día es hoy?-Dijo de pronto Iori, sonriendo de nuevo, dibujando una mueca de sarcasmo, en sus labios.
-¿Hoy?-Pregunto Kyo, sin saber de que hablaba.
-Hoy es mi cumpleaños... -Respondió Iori alzando la vista a la brillante luna.
Kyo sentía que las mejillas comenzaban a arderle, de vergüenza. Miro con nerviosismo su reloj, ya eran la una y media, por lo tanto ya era 25 de Marzo. Era el cumpleaños de Iori, era una fecha que por alguna razón, él nunca lo olvidaba.
-...Y vine por mi regalo... -Kyo alzo la vista, justo cuando escucho la palabra "regalo". Pero Iori ya tenia la mano en su nariz.
El joven moreno se sintió mareado de repente, había algo en la mano de Iori, un pañuelo que despedía un fuerte olor.
Kyo perdió el conocimiento en los brazos del pelirrojo.
Cuando Kyo despertó, estaba en el asiento trasero, de una automóvil, quiso moverse pero sus manos estaban atadas, sus piernas también, entonces quiso gritar, pedir auxilio, pero su boca estaba cubierta por un pañuelo.
-Veo que ya despertase... -Rió el pelirrojo.
Fue entonces cuando miro al pelirrojo, en el asiento delantero, Kyo no sabia que ocurría, solo pudo ver por la ventanilla medio abierta, el cielo azul, ya debía de ser de día.
Cuando por fin el auto se detuvo, Iori bajo del auto, tardo unos cuantos minutos para regresar, y volver por Kyo, el chico lo miro con los ojos abiertos como platos, cuando este lo levanto en sus brazos, para cargarlo. Kyo quiso soltarse, pero Iori lo sujeto con mas fuerza.
-Me parece que tienes mucha energía... Eso me gusta... -Iori parecía disfrutar cada inútil forcejeo del chico. -Parece que vamos a divertirnos mucho.
La cabaña era muy acogedora, una pequeña cabaña en medio de la nada con una gran chimenea en el recibidor. Y dos enormes sofás frente al fuego, que apenas comenzaba a arder. Aún así la calidez del lugar se podía percibir en el aire.
El fuego le recordó a Kyo que bien pudo haber quemado las sogas que lo ataron, pero cuando quiso hacerlas arder. Iori ya lo llevaba a otra habitación.
-No te servirá de nada, son aprueba de fuego... -Río Iori, mientras cerraba con el pie la puerta tras de sí. Para después acostarlo en una enorme cama, había sedas rojas cubriéndola, era simplemente hermosa.
Kyo comenzó a sentirse extraño, y a preguntarse que diablos pretendían Iori. Él le había dicho " vine por mi regalo". ¿Qué significaba eso?. El joven no se había dado cuenta de la cara que había puesto. Cuando recordó las palabras de Yagami.
-¿Qué cara has puesto Kusanagi?-Dijo el pelirrojo, pero esta vez sonrió de una forma muy dulce. Una sonrisa que Kyo nunca había imaginado en ese rostro. Pero que de alguna manera le daba mas miedo que las sonrisas sarcásticas y malévolas, que solía usar.
"Sentía que mis mejillas ardían como consumidas por él fuego, dios como es posible que este pasando esto, por que demonios estoy así. ¿Qué es lo que quiere?. Me pregunte una y otra vez".
Yo lo sabia, al menos eso creí, Yagami me estaba mirando de una manera que nunca creí, me miraba con deseo, sus ojos recorrían mi rostro y sus labios dibujaban una enigmática sonrisa. Y yo ahí estaba, temblando como una colegiala, al sentir la mirada del ese maldito pelirrojo".
Iori camino hacía él, y le desato la boca, Kyo iba a comenzar a bombardearlo de preguntas, pero el pelirrojo cubrió su boca con la suya, "lo estaba besando", la frase resonaba en la mente de Kyo, como una alarma, pero el cuerpo de Kyo respondía a los besos de Iori vehementemente.
Iori sonrió complacido y miro los ojos de Kyo, la cara de este ardía, y sus mejillas estaban coloreadas de un rojo carmesí.
-Cuando supe lo de tu compromiso con Kushinada... -Comenzó a decir Iori, mientras rozaba delicadamente la mejilla de un ruborizado Kyo, que parecía derretirse con esa caricia-... lo único que desee fue sacarte de esa maldita fiesta y traerte aquí.
-...Porque?...-Pregunto Kyo con la voz quebrada, sabiendo parte de la respuesta, pero quería oírla de los labios del pelirrojo.
-En verdad no lo sabes Kyo.-La voz de Iori era sensual, siempre lo era, pero en esa ocasión la sola pronunciación de su nombre, lo hacia estremecerse, de un miedo natural e intimo.
-Yo... yo... no no entiendo... ¿qué hago aquí?...-Tartamudeo Kyo tratando de incorporarse, pero de nuevo volvió a sentir las manos y los pies sujetos, y cayo a la cama, de inmediato.
El pelirrojo sonrió y tomo las muñecas de Kyo, para sostenerlas sobre su cabeza.
-¿Qué haces aquí? ...Pequeño Kyo, no puede haber fiesta de cumpleaños sin regalo. ¿No crees?.-Cuando decía esas palabras miraba a Kyo fijamente, mientras sus largos dedos se deslizaban insinuantes sobre el pecho del joven Kusanagi.
Kyo cerro los ojos, apretando sus labios para no dejar escapar un gemido de placer, pero el rubor en sus mejillas se hizo aun más evidente.
-¿Porque te resistes si yo sé que también me deseas?
-¡Estas loco!¡Yo no te deseo!.-Grito Kyo, aferrándose a la poca fuerza de voluntad que le quedaba.
-Mmm... -Iori sonrió, mientras se ponía de rodillas en la cama.-... Eso esta por verse Kusangi.
Había reto en sus palabras, Kyo lo sabía. Y cuando vio que el pelirrojo comenzaba a desabrocharse el chaleco negro, supo que estaba perdido.
Yagami lo miraba con deseo y le sonreía triunfante, ya se había dado cuenta, que los ojos de Kyo no podían apartarse de él.
El chaleco se deslizo por los largos brazos del pelirrojo, y este comenzó con la camisa, desabotonando lentamente cada botón.
Los ojos de Kyo estaban fijos en la piel, que se descubría en el pecho de su enemigo. Kyo deseaba con todas sus fuerzas tocar esa piel, saborearla, no se había dado cuenta en que momento el miedo le había dado paso al deseo, pero ahora solo podía en el pelirrojo, todos esos sentimientos que se había empeñado en callar desde que lo había conocido. Desde que se habían visto por primera vez. Y supo que estaba prohibido para él, para ambos.
Pero ahora, estaba con él, con la persona que debía odiar y matar, esa persona que debía de repudiar y que siempre en el fondo siempre había deseado.
-Nadie nos va a encontrar Kyo... -Murmuro Iori, con la camisa totalmente desabotonada.
-¿Có. cómo?-Murmuro Kyo.
-Nadie volverá a vernos nunca, después de este día, tu y yo nos iremos a Norteamérica.
-¡¿Qué?!-Exclamo Kusanagi.-Yo no voy a ir a ningún lado contig...
Las palabras se cortaron en el aire al mismo tiempo que Iori lanzaba su camisa al aire. Kyo se quedo mudo al mirar el perfecto torso del pelirrojo.
-Después de esta noche no pienso dejarte ir... nunca
Kyo no pudo replicar, cuando sintió al pelirrojo rodearlo en un abrazo. Que lleno de pronto todo el vacío que había en su corazón. Ya no sentía ese vacío que solía llevar su alma, se sentía completo.
"Hace dos meses que me entregue a Iori Yagami, un 25 de marzo, inolvidable, él me convirtió es su regalo, y en parte de su vida, mentiría si dijera que no extraño mi vida anterior, pero desde que vivimos en América e pasado los días mas felices de mi vida, y aunque el viento del tiempo cambie, mi amor por el no cambiara".
*Owari*
Nota de Min@:
Escribí este fic en diferentes momentos de mi vida y la ultima parte
fue cuando perdí algo muy importante, así que se lo dedico a esa
persona. Nee, me estoy poniendo muy dramática. ¿No?. Discúlpenme
pero soy una sentimental. ^_^
Creo que
algunas partes no tiene concordancia, disculpen si perdieron el hilo de la historia.
Pero apuesto,
a que pensaban que terminaría en un Lemon ¿No? Ja ja ja ja ja.
Pues no, tuve la tentación y la deje pasar.
Pero para la próxima
vez, no prometo nada. Soy una pecadora lo sé, pero no puedo evitarlo.