Autora: Delith - nimus7@hotmail.com
Título: It was already late
Categoría: Yaoi
Resumen: Una visión fría y sin esperanza de la vida que mezcla la historia de Iori y Kyo con la vida de chicos del último movimiento juvenil, así como un final algo dramático.
Pareja: IorixKyo, IorixFOC
Comentario: Hice este fanfic de esta forma por que quería mezclar aspectos de el juego y la vida real, que pueden relacionase con Iori y que todos pasamos por alto.
Declaración: Iori, Kyo y demás personajes de KOF son propiedad de SNK, los otros personajes son míos.


It was already late

Era ya tarde, el frío del invierno podía sentirse en las calles de aquella ciudad transitada; hacía algún tiempo que el Sol había desaparecido del firmamento haciendo que el cielo luciera en tonalidades más bien moradas debido a los débiles rayos de luz que detenían la completa caída de la noche.

Afuera el bullicio inundaba, pero adentro de aquella habitación todo era tranquilidad, ya tenía tiempo que él estaba ahí, tirado en la cama sumido en recuerdos, su mirada era perdida como si fuera devorada por la profunda nada y sus ojos estaban llenos de tristeza que se mezclaba con el ya comúnodio y desprecio que reflejaban.

Resulta difícil de creer para todos aquellos que lo han visto, aquel chico, el del emblema de la Luna está deprimido; aquel que con sólo una risa hacia sentir miedo o coraje y que era capaz de sacar volando a los más fuertes peleadores en hermosas llamaradas púrpuras. Claro, resulta difícil de creerpor que nadie lo conocía en verdad; es común que las personas no conozcan a nadie, ni siquiera a quienes dicen sus amigos. Mucho menos podían conocerlo a el cuyos únicos amigos eran su bajo, su gato y él mismo.

La habitación estaba inmersa en un ambiente depresivo y de soledad; en sus recuerdos evocó primero el día en que le fue presentado su más grande rival y que era su obligación matarlo, después vino a su mente el dolor de su triste y solitaria niñez, cómo descubrió el gusto por la música y claro, la peleas que había encarado infinidad de veces con su eterno rival.

Desalineados y sucios acordes lo hicieron despertar de aquellos pensamientos sólo para sumirse en otros; una canción de Nirvana había sido la culpable. Al escucharla Iori recordó que siempre pensaba que si hubiera nacido en América, en vez de peleador del KOF hubiera sido músico de un grupo de grunge gritando la más grande desesperación y desprecio por el basurero donde estaba. Después de todo no eran tan diferentes, el sentía lo mismo, aunque las razones eran algo diferentes.

Los gritos y las obsesivas canciones de L7 le hicieron evocar que hacía tiempo el pensaba que si alguna vez tenía una novia o una amiga desearía que fuera como las chicas de aquel grupo, con una mezcla entra grunge y riot girl, las cuales eran capaces de pelearse en las calles con hombres por defenderse, conformar grupos formados sólo por mujeres y en sus canciones gritar el desprecio por ser discriminadas así como enaltecer su filosofía “hazlo por ti misma”. Esa es la clase de personas que el quería ver y no las comunes escolares que sueñan con una vida color de rosa, se entretienen con los escaparates de tiendas caras y tienen novios idiotas. Esa descripción le recordaba mucho a la novia de Kyo la cual le causaba lástima y se preguntaba a sí mismo: “¡¿Cómo puede ese tonto andar con una chica así?!, siempre he pensado que es un tonto, pero no esperaba que tanto”.

Al final de todos aquellos recuerdos Iori comprendió por qué deseaba una amiga así, ellas eran frías como él e inclusive un poco locas; pero a diferencia de él, ellas eran de clase media y de una cultura occidental que estaban en contra del futuro que les esperaba, pero eran esas diferencias y similitudes lo que le llamaban la atención, esto le hizo concluir que algo así era lo que le estaba pasando con Kyo y esos pensamientos lo molestaban profundamente.

Iori, a diferencia de lo que todos creen, era un chico que sentía no sólo odio y desprecio, también desesperación, compasión y hasta cariño; sólo que con excepción de su gato, no había nadie que valiera la pena para mostrarlo. Aquel anochecer y todos aquellos recuerdos le hicieron comprender muchas cosas, entre ellas que su gran rival Kyo le atraía mucho y luchaba por no pensar en ello, aunque todo era inútil.

Sofocado por aquellos pensamientos salió del sopor en el que estaba y se enderezó un poco sobre la cama, jamás le diría a Kyo que estaba enamorado de él, aun yendo contra su obligación familiar la cual odiaba especialmente, pues fue ella la que le quitó todo lo que quería y odiaba seguir las reglas impuestas por otros. Era un chico orgulloso y jamás se rebajaría ante su enemigo aunque lo amara.

Llegó la media noche, ahora era 25 de marzo, era su cumpleaños e igual que siempre estaba solo en compañía de lo que más quería, su gato. Para él era como cualquier otro día, la única diferencia es que recibiría algunas felicitaciones que como siempre se irían con el aire.

Nuevamente se tiró sobre la cama y cerró los ojos dispuesto a dormir y olvidar todo por un momento. Dormir es tan parecido a morir, a no sentir nada, se decía y por esa noche se quedó tranquilo escuchando la lluvia que caía en la ciudad.

Al amanecer, muy temprano aún tocaron la puerta de su apartamento, molesto por haber sido despertado se levantó de la cama más molesto porque imaginaba que tocaban pera entregarle los presentes y felicitaciones banales de socios de la familia que esperaban entablar relación con Iori para obtener beneficios cuando él se convirtiera en el líder de los Yagami, cómo los odiaba, ojalá y sólo se tratara de algún integrante del grupo que fue para felicitarlo e insistirle de salir a festejar, al menos a ellos los toleraba. Al abrir la puerta efectivamente se trataba de un envío, sólo que no lo que el esperaba, se trataba de una carta la cual le desconcertó mucho; al abrirla leyó que se trataba de un reto y venía de Kyo, exasperado y enfurecido gritaba por todo el apartamento -¡maldito Kyo, acaso quiere burlarse de mí!, yo soy quien hace los retos no ese tonto. Pero después de pensar lo que había sucedido se dio cuenta de que no tenía caso enojarse, lo estaba retando Kyo, y qué mejor que aceptarlo y acabar con él de una vez, siempre contestaba a los retos que le hacían, cómo despreciar este.

Al atardecer Iori salió del departamento dispuesto a enfrentar a quien lo había retado, al llegar al lugar indicado, un pequeño bosque a las afueras de la ciudad, encontró a Kyo esperándolo de pie.

-¡Así que ahora tú quieres retar!, ¿dime qué es lo que pretendes Kusanagi?- preguntó Iori con tono burlón.

-¿Nunca cambiarás verdad, Yagami?, te burlas aun cuando estás desconcertado- contestó Kyo, -no es tan complicado, sólo quiero darte tu regalo o ¿no es hoy tu cumpleaños?- añadió.

-Deja de jugar Kusanagi, si sólo para eso me molestaste entonces no te quejes por la respuesta-, gritó Iori a Kyo mientras preparaba su llama para atacar.

-¡No seas grosero, al menos disfruta tu regalo!, o ¿lo que más deseas no es pelear conmigo y vencerme?, ese es tu regalo, disfrútalo aunque claro, no pienso dejarme vencer jamás- dijo Kyo al ver la reacción de Iori.

-Eres extraño Kusanagi, pero si éste es tu regalo claro que lo acepto y en verdad espero que pelees bien y no te arrepientas- sonrió Iori al responder.

-Entonces, vamos a acabar con esto Yagami- gritó Kyo.

-Sí, con tu muerte- concluyó Iori.

Se encendieron las llamas púrpuras y escarlatas las cuales se entramaron en un cruel combate que se prolongó por tres horas sin haber un solo momento de ventaja para alguno de los dos peleadores. El cansancio, las quemaduras y la pérdida de sangre se notaban cada vez más y en un poderoso ataque salieron volando golpeando duramente contra el suelo impidiéndoles levantarse. Ambos chicos luchaban por ponerse en pie o estar preparados para defenderse por si el otro se levantaba primero; pero la tensión se rompió cuando Kyo comenzó a hablar, desconcertando a Iori.

-¡Eres fuerte Yagami!, quizás por eso me divierte tanto pelear contigo y buscarte para saber que no estás muerto.

-¿Qué dices Kusanagi, de qué tonterías hablas?

-No me importa que te rías Yagami, sé que eres muy orgulloso y que me odiarás aun más pero no puedo evitarlo, hacía tiempo que no me buscabas para pelear y eso me molestó por que no sabía de ti; además, hace tres semanas tus compañeros de la banda me dijeron que sólo ibas a los ensayos y las tocadas y que después pasabas todo el tiempo encerrado en tu casa y siempre lucías triste, ¿cómo no querías que me preocupara si yo sabía que estabas mal?

-¡Cállate, Kusanagi!, deja de decir tonterías, deja de distraerme con eso y pelea.

Iori estabadesesperado, Kyo estaba diciéndole justo lo que él deseaba oír pero aquello lo lastimaba, enojado sacó fuerzas para levantarse y se abalanzó sobre Kyo esperando con eso poder callarlo y salir de aquella situación; sin embargo, el descanso que tomaron mientras platicaron no sólo le había servido a él, sino también a Kyo quien consiguió levantarse y logró detener el ataque, pero en ese momento debido al esfuerzo y la situación Iori sufrió un ataque a causa del riot of blood y envuelto en dolor cayó al suelo escupiendo sangre, al ver esto Kusanagi corrió desesperado para ayudarlo, nunca permitiría que le pasara algo o que alguien lo lastimara, él era lo que más amaba y lo protegería como fuera. Iori logró recuperarse mientras Kyo lo abrazaba –¡suéltame Kusanagi! forcejeaba Iori para zafarse, pero Kyo no lo soltó y en lugar de eso lo besó, esta vez Iori no pudo hacer nada, no sabía si Kyo decía la verdad, pero lo que pasaba era algo que él deseaba y no quería hacer que acabara.

-¿En verdad crees que es juego Yagami?, desde hace un mes te estuve buscando, terminé con Yuki y estaba dispuesto a decirte todo lo que sentía aunque fuera casi un acto suicida, pero ahora veo que no debía sentirme mal pues tú sientes lo mismo que yo-, después de decir esto volvió a besar a Iori quien aceptaba y respondía al beso. Nuevamente volvía a llover y el cielo nublado entrelazaba perfectamente haciendo que se viera opaco el Sol, lo cual armonizaba con la Luna que podía verse y escenificaban lo que ocurría en aquel bosque. Empapados los chicos se apoyaron uno en el otro y corrieron hasta el auto de Iori para ir al apartamento de este, donde por fin después de tanto tiempo la Luna y el Sol se unieron ardientemente; y así ocurriría un sin fin de veces, todo estaba bien por una vez en la vida y el mayor regalo que había recibido Iori aquel 25 de marzo no fue la pelea con Kyo, sino su compañía y un disco de grunge que le había obsequiado. Sin embargo la vida no es bella, durante mucho tiempo pudieron amarse y estar juntos, pero no podrían ocultar el secreto para siempre y cuando las familias Yagami y Kusanagi, eternas rivales se enteraron de aquella vergüenza como lo consideraban lucharon para separarlos, por lo que todo el tiempo Iori y Kyo tenían que estar peleando y ocultándose, pero pese a aquello lograron deshacerse de aquel problema huyendo a Estados Unidos.

En este nuevo país Kyo conoció a una chica que le cayó bien y que sabía que era como aquellas que Iori hubiera deseado conocer antes de estar con él, esta chica usaba pantalones rotos, era feminista y tocaba en una banda, entabló relación con ella y después se la presentó a Iori con quien también se llevó bien, se convirtió en amiga de ellos, les enseñó a talonear y la dura vida que aquel estilo de vida representaba, esa chica era suicida y despreciaba muchas de las cosas que sucedían y lo gritaba con gran desesperación en las canciones, algo parecido a lo que hacía Iori en su grupo. A cambio de lo que ella les enseñó, ellos le enseñaron algunas cosas para defenderse mejor, algo de las muchas cosas que aquellos chicos de Seattle eran capaces de hacer.

Nuevamente él estaba ahí, tirado en la cama sumido en recuerdos, sus ojos estaban llenos de tristeza que se mezclaba con el ya comúnodio y desprecio que reflejaban. La habitación estaba inmersa en un ambiente depresivo y de soledad; las canciones Mudhoney le recordaban lo mucho que deseaba suicidarse, la vida no es bella, es basura.

Kyo había enfermado gravemente y debido a ello tuvieron que regresar a Japón, el moriría pronto y aún cuando Iori no era apegado a su familia sabía que Kyo sí debía despedirse de su familia así como de Yuki. Durante ese tiempo Iori nunca ocultó su coraje y frustración con todo y todos, aun cuando estuvo con Kyo su apariencia siempre fue fría, pero ahora era peor que antes; sin embargo, Iori le había regalado a Kyo el poder despedirse de su familia y de su antigua novia antes de morir. Qué ironía, él era quien debía de haber muerto primero; ese era su sucio destino genético a causa del riot of blood pero no fue así, ahora tirado en la cama y al ver junto a él a la chica que habían conocido comprendió que Kyo también le había dejado un regalo, la compañía de aquella mujer como la que un día deseó conocer, y que en algunos aspectos le recordaba mucho a Kyo por lo que la apreciaba y cuidaba por ser un recuerdo de él así como una amiga para Iori.

La vida no es bella y jamás pensará que lo es, pero se desquitaría de todos aquellos que le hicieron daño (especialmente quienes dañaron a Kyo) para finalmente morir por su propia mano.

~ * ~

Este sitio es generalmente visitado por mujeres por eso hice así este fanfic que resalta también como se defienden las mujeres por ello quise incluirlo.

KOF pertenece a SNK
"It was already late " es propiedad de Delith
Publicado en IorixKyo Archive
Marzo, 2006

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